DEL ODIO SE PUEDE PASAR AL AMOR
(por Uialwen)
Cap. 2.
Vuelta a HogwartsYa faltaba menos para que el gran día de su partida hacia el Andén 9 y ¾. Pero Draco sentía que no llegaría nunca, o simplemente, no quería que ése día llegara. Sentía que otro curso con todo lo que eso conllevaba no le podía hacer mucho bien.
Tampoco, pero, quería quedarse en aquella casa sólo como estaba, sin ver a nadie. Hacía una semana que el profesor Snape lo había ido a buscar para llevarle hasta el Callejón Diagon para comprar lo que necesitaba.
En los días precedentes había acabado lo que en realidad le entretenía: las tareas encomendadas para las vacaciones de verano. Por eso estaba la mayor parte del tiempo leyéndose el nuevo libro de Defensa Contra las Artes Oscuras, en donde muchas cosas eran nuevas para él y le parecía que ese año las clases serían de lo más extraordinarias. Aunque no sabía quien fuera el que impartiera esas clases.
Este año parecía que como un año atrás y los tres anteriores a ese, tendrían prácticas de los contra maleficios y eso le consolaba bastante. Porque ya el año pasado en los últimos días todos los alumnos de las diferentes casas tras haber leído El Profeta sobre la detención de sus padres, por los pasillos le señalaban y cuchicheaban entre ellos sobre él y sus padres porque se enteraron de a qué se dedicaban sus padres y eso le derrumbó bastante, puesto que todo el mundo ahora pensaba que él era igual que ellos, cosa que a él le dolía porque odiaba al Que-no-debe-ser-nombrado por este hecho. Nada volvería a ser lo mismo en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería para Draco Malfoy ya que todos creían que en el fondo él quería ser un mortífago siguiendo los pasos de los de su familia.
A Draco eso le deprimía y unas gruesas lágrimas asomaron en sus ojos. Apoyó la cara en sus manos y un doloroso y silencioso llanto nació en él tanto tiempo retenido. No podía evitar ya lo inevitable. Llorar podía consolarle levemente y no desaprovechó hacerlo en aquellos momentos porque pensaba en cómo de bien se lo estaría pasando el niño-que-vivió y que él estaba allí amargado, sin nadie ni nada en que poder desahogarse.
No podía dejar de pensar a la vez, en aquella muggle y pensar que ella jamás aceptaría el amor que él sentía por ella y menos cuando más de una vez él la llamó Sangre Sucia, el peor de los insultos para un mago de sangre mestiza como ella. Eso le dolía y no podía evitar llorar a la vez y odiarse por ese sentimiento que cada vez era más fuerte que su propio orgullo. Tampoco podía dejar de pensar que puede que hubieran ido las cosas mejor si hubiera aceptado el ir a Gryffindor y que estaría rodeado de verdaderos amigos con quienes cartearse durante el verano, porque lo que eran Crabbe y Goyle tan sólo se acordaban de él cuando llegaban a Hogwarts.
Lloró y lloró y sin apenas darse cuenta se durmió de nuevo. Yutui fue quien le despertó para decirle que tenía visita. Draco se levantó, se vistió y fue directo a la biblioteca, en donde se llevó una sorpresa.
Le estaban esperando Albus Dumbledore y Arthur Weasley, allí, en su propia casa... Draco no entendía nada.
- Pro... Profesor Dumbledore... ¿Qué ocurre?- dijo Draco muy sorprendido.
- Sé que le parecerá extraño todo esto, pero he creído necesario venir a comunicarle que el resto de sus vacaciones las pase en otro lugar y hasta donde sé, quiere ser usted un auror. ¿Me equivoco, señor Malfoy?
- No profesor, no se equivoca en absoluto. Quiero limpiar mi nombre para ganarme a la gente por quién soy, no por lo que mis padres son. Quiero demostrar que no soy como ellos. No quiero ser un mortífago y odio al Que-no-debe-ser-nombrado por lo que me ha hecho sufrir todos estos años-dijo Draco a Dumbledore siendo muy sincero en sus palabras.
- Muy bien, por eso, pero, debes darme tu palabra de no decirle a nadie lo que se te va a ser revelado ahora.
- Tiene mi palabra, profesor.
- Bien, vas a ir al número 12 de Grimmauld Place, en Londres. Allí está ubicado el Cuartel General de la Orden del Fénix, Malfoy, espero que cumplas el pacto de silencio- dijo Dumbledore y en aquel viejo rostro apareció una sonrisa.
- Por supuesto profesor. ¿Qué hace el señor Weasley aquí, profesor?
- Oh, se me olvidaba. Él es quien le va a llevar hasta allí y vivirá junto al señor Potter, la señorita Granger y los Weasley, señor Malfoy.
Draco estaba desconcertado. Tanto tiempo pensando en aquellas personas y ahora debería pasar tres días con sus respectivas noches junto a ellos... No podía creer eso y menos que cada día pudiera tener cerca a Hermione Granger...
- Oh, esto... de acuerdo...
- Muy bien, ¿tiene el baúl listo?
- Sí, sólo tengo que llevarlo.
- Yo le ayudaré, señor Malfoy- se ofreció el señor Weasley.
- Muchas gracias, señor Weasley- dijo Draco con un gran sentimiento de estima que jamás había sentido anteriormente, puesto que con sus padres siempre lo había tenido que hacer todo sólo.
El señor Weasley le acompañó hasta su habitación y allí el señor Weasley susurró "¡Baúl locomotor!" y así fueron hasta la biblioteca y allí Dumbledore les entregó un traslador que los llevaría hasta Grimmauld Place. Por segunda vez en ese mes, Draco sintió esa sensación que le empujaban el estómago hacia fuera.
Pronto llegaron al Cuartel General y la señora Weasley recibió a Draco con una sonrisa maternal, seguramente sabía a lo que se quería dedicar él y por eso estaba contenta de tenerle con ellos.
- Hola Draco, bienvenido.
- Hola señora Weasley- dijo Draco completamente feliz por el recibimiento.
- Ven que te voy a mostrar en donde vas a dormir.
- Gracias.
- De nada. Debo decirte que no hables en el vestíbulo, porque armarás un follón...
- ¿Qué quiere decir?
- Es un cuadro que se escandaliza con facilidad. Bueno en estos tres días podrás comprobarlo y sabrás porqué te lo digo. Vamos.
Draco, extrañado, calló y salió seguido de cerca por su baúl. Subió por las escaleras. Cuando llegaron al segundo piso, la señora Weasley abrió la segunda puerta que encontraron y allí había tres camas, en dos de ellas ya había dos baúles enfrente de cada una.
Draco se extrañó al verlo y le preguntó:
- ¿Quiénes van a ser mis compañeros de habitación, señora Weasley?
- Mi hijo Ron y Harry, Draco.
- ¿Harry Potter?- dijo Draco algo asustado.
- Sí, Draco, él mismo.
No estaba muy convencido que ésos dos aceptaran compartir con él la misma habitación, pero no dijo nada más. Solamente le dio las gracias a la señora Weasley y dejó su baúl enfrente de la única cama que quedaba libre y se sentó. La señora Weasley le dijo que ya le avisaría para la comida y se marchó para preparar la comida abajo, en la cocina.
Draco abrió su baúl y de él sacó una libreta en donde apuntaba todo lo que le sucedía y también sacó el tintero y la pluma y comenzó a escribir:
"Algo extraño está pasando conmigo. Ahora me encuentro en el Cuartel General de la Orden del Fénix, estoy apunto de compartir habitación con Harry Potter y Ron Weasley, a quien durante años he estado haciendo la vida casi imposible por culpa de mis padres. Yo de verdad que sí estoy de acuerdo con su compañía, pero ellos, estoy seguro que no lo aceptarán y que incluso estarán quejándose siempre que puedan. Esta vez puede ser el momento que pueda decirles que no quiero tener problemas con ellos y que me encantaría ser su amigo ya que me siento sólo, aunque esto puede significar mi derrota y darle la razón a Potter no me atrae mucho que digamos, aun no se si le odio o no, pero lo que sí tengo claro es que quiero enterrar el hacha de guerra. Quiero cambiar por completo y no quiero tener más problemas, dentro de lo que cabe, yo no quiero ser un mortífago jamás. Lo que quiero es atraparles y si atrapara a mis padres, no tendría ningún miramiento por encerrarles de nuevo".
Acabó de escribir y releyó varias veces lo que había escrito. Cerró la libreta y la volvió a colocar en su baúl. Entonces oyó pasos y dos personas se pararon frente a la puerta riendo y hablando animadamente. Reconoció las voces. Eran Harry Potter y Ron Weasley.
Antes de que pudiera reaccionar, la puerta se abrió y los dos entraron a la habitación. Harry fue el primero en percatarse de la extraña presencia del chico y le dio un codazo en las costillas a Ron.
- ¿Qué haces tu aquí?- dijo Harry a Draco. Estas palabras le dolieron y dijo.
- Pues acabar de pasar mis vacaciones de verano, Potter- esta vez la voz no arrastraba las palabras. Estaba dispuesto a decirles lo que en realidad quería-. Pero no quisiera tener problemas con vosotros. Estoy arto de que siempre tengamos que tener rivalidad, además, no pienso ser lo mismo que han sido mis padres y me arrepiento de ser de la casa a la que pertenezco. Tú tenías razón Potter, me siento sólo y más ahora que mis padres han sido detenidos y que todo el mundo sabe lo que eran. Pero, ser mortífago no me atrae en absoluto, por eso quiero ser auror, y jamás dudaría en coger a mis padres y volverles a encerrar. Quiero limpiar mi nombre. Si pudiera volver atrás decidiría ir a Gryffindor como el Sombrero Seleccionador me propuso. Siento todo lo que he hecho durante estos últimos cinco años y ojalá me perdonarais y me dieras una oportunidad.
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Hola!
Sé que esta vez es más corto, pero no se, quiero dejar un poco de incógnita, espero que lo leáis y que me mandéis reviews, porque no estoy segura de seguir este fic porque poco he escrito.
Espero vuestras respuestas y la próxima vez espero poder contestar los reviews.
GRACIAS A TODOS!
Besos,
Uialwen
