DEL ODIO SE PUEDE PASAR AL ODIO

(por Uialwen)

Cap. 5.

Palizas y a la enfermería

Draco fue el primero de su habitación en levantarse. Se duchó y se vistió. Cogió su mochila con los libros y subió a desayunar al Gran Comedor. Antes de llegar, se encontró con Hermione que también iba sola al Gran Comedor. Solamente eran las siete de la mañana y no había nadie sentado en ninguna de las mesas así que salieron a los terrenos y se acercaron al lago y allí Draco se sentó y ella se estiró apoyando su cabeza en el regazo del chico.

A escondidas, Pansy Parkinson había seguido a Draco Malfoy y mentalmente estaba trazando un plan para darles a estos dos y sobretodo a Granger su merecido. Nadie desafiaba a Pansy Clare Parkinson sin recibir algo a cambio.

Se fue de nuevo a la sala común de Slytherin y allí encontró a Crabbe y Goyle, también estaba Montague, el capitán del equipo de Quidditch.

"Bien... mi venganza está servida. No te me vas a escapar sangre sucia. Primero le va a tocar a tu queridito Malfoy, y cuando le intentes ayudar, no podrás escapar de mis manos". Pensó Parkinson con una sonrisa de suficiencia y de poder, la misma que muchas veces Draco había usado cuando planeaba hacerle alguna mala nueva a Potter.

- ¡Hola! Con vosotros quería hablar yo. Debemos hacer algo con Malfoy, se nos está ablandando.

- Eso pensaba yo Pansy, pero, ¿qué vamos a hacer?

- Había pensado darle su merecido a golpes... y después que viera lo que le hacíamos a su queridita muggle a ver si de esta reacciona y vuelve a ser el mismo de siempre.

- Mmm, no es mala idea, Pansy, me gusta...- una malévola sonrisa les apareció a los cuatro y decidieron que cogerían a Malfoy antes de la comida, pero asegurándose de que Granger veía cómo se lo llevaban.

Así pues bajaron a desayunar, ya que eran las ocho y media y era hora de bajar. Muchos de los Slytherin comenzaban a levantarse y a bajar y ellos no podían ser menos.

Cuando llegaron, Draco se despedía de Hermione y se iba a la mesa Slytherin a desayunar. Los horarios eran repartidos y Pansy y Montague vieron para su favor que antes de comer les tocaba Cuidado de Criaturas Mágicas. Les iba al pelo esa clase para llevar a cabo su plan.

Hermione y Draco se pusieron muy contentos al ver que su primera clase juntos, era tres horas más tarde.

A Hermione le tocaba primero Encantamientos y a Draco Transformaciones, así que como las clases estaban en el mismo piso se encontraron a la salida del Gran Comedor y partieron junto a Harry y a Ron hasta el segundo piso para ir cada uno a su clase. Allí se despidieron y Pansy Parkinson vio la escenita y casi le da ganas de vomitar.

Transformaciones le fue genial, si no fuera porque se había sentido observado todo el tiempo hubiera logrado transformar mejor su zanahoria en un conejo, porque la nariz se le quedaba con la punta de la zanahoria y la cola del conejo eran las hojas de esa. Pero fue al que mejor le fue de la clase y la profesora McGonagall le dio diez puntos a Slytherin gracias a él.

Cuando la clase se terminó se dirigieron hacia los invernaderos para asistir a la clase de Herbología junto a los Ravenclaw.

Pansy y Montague acabaron de perfeccionar el plan "Escarmiento a Granger-Malfoy".

La profesora Sprout les mostró muchas de las funciones de la mimbulus mimbletonia y de nuevo, gracias a Draco volvió a ganar puntos Slytherin.

Cuando la clase terminó, cogieron las mochilas y se dirigieron hasta enfrente de la cabaña de Hagrid en donde recibirían la primera clase de Cuidado de Criaturas Mágicas. Allí se encontraron con los Gryffindor y Draco se puso con Harry, Ron y Hermione al lado de Hagrid quien vio sorprendido lo bien que se llevaban con Draco y comprobó que éste no intentaba sabotear la clase, sino que estaba atento a las palabras suyas y que preguntaba cualquier duda que tuviera sobre los rewglaeris.

Pansy y Montague cuchicheaban con Crabbe y Goyle los últimos preparativos sobre lo que pasaría al terminar la clase.

La clase acabó y volvieron a colocar a las criaturas en las cajas en las que Hagrid las había llevado.

Entonces comenzaron todos a irse y Draco dijo a Hermione que se adelantaba un poco porque quería ir un momento hasta su sala común a dejar los libros que no necesitaba. Ella se despidió de él, pero tenía un mal presentimiento y no era para menos. Cuando Hagrid hubo entrado en la cabaña, Pansy les ordenó a Crabbe y Goyle que cogieran a Draco.

Así lo hicieron. Fueron por detrás de Draco y lo hicieron caer al suelo. Draco cayó de rodillas. Crabbe lo cogió por los brazos poniéndoselos detrás mientras Goyle le pegaba un puñetazo en el estómago provocando que Draco tosiera y escupiera un poco de sangre. Entonces Pansy se acercó y le dijo a Malfoy:

- Mmm, ¿qué pasa Draco? Creo que deberías considerar lo que estás haciendo, ¿no crees?- Draco no entendía muy bien a lo que se refería Parkinson y como pudo le contestó:

- No... sé... a que te... refieres... Parkinson- dijo Malfoy fríamente.

- ¿A no? A ver si logramos refrescarte la memoria, imbécil- dicho esto, le propinó otro puñetazo, esta vez en las costillas. Draco estaba casi sin respiración, pero alzó la cabeza para mirar con odio a Pansy Parkinson quien sonreía triunfante-. Esto es sólo el comienzo, Malfoy. Mira que liarte con una sangre sucia...

- ¡Como la vuelvas a llamar así te juro que...!

- ¿Qué me vas a hacer, Malfoy? O debería decir, ¿cómo? Además, no creo que tarde mucho en llegar. Lo ha visto todo. Montague la ha ido a avisar para que mirara cómo Goyle te daba. No sé. Creo que oigo sus pasos por el césped...- Pansy rió con ganas. Era evidente que no sólo él recibiría. Eso no lo podía permitir, no supo de donde sacó fuerzas, pero consiguió deshacerse de los brazos que estaban reteniendo los suyos propios y se abalanzó contra Pansy quien no lo esperaba. La tiró al suelo y le metió un par de puñetazos en el estómago, pero Montague llegó y le apresó para que no siguiera pegando a Parkinson. Crabbe ayudó a Pansy a levantarse y ésta le metió una patada a Draco que si no hubiera sido porque Montague le mantenía amarrado, hubiera caído al suelo retorciéndose. La respiración del chico era acelerada y entrecortada por la paliza que le estaban propinando. Otro puñetazo en el estómago hizo que un hilo de sangre le saliera tanto de la boca como de la nariz.

Poco después llegó corriendo Hermione, varita en mano, pero antes de que pudiera reaccionar, Pansy la desarmó y Goyle la cogió de la misma manera que tenían amarrado a Malfoy. No se podía mover de cintura para arriba, pero con las piernas lanzaba unas patadas tremendas. Entonces Pansy le metió un puñetazo en el estómago y Hermione chilló de dolor.

Ese grito le golpeó en la cabeza a Draco a quien unas dolorosas lágrimas le asomaron y resbalaron por la cara. Le iban a hacer daño a la persona que amaba y eso le dolía tanto que sentía como su cuerpo flaquecía, pero a la vez se le llenaba de un odio que no podía controlar, apretó los puños y pisando a Montague (que le soltó de inmediato) se lanzó hacia Pansy Parkinson y le propinó un puñetazo en el ojo que produjo que ésta cayera al suelo de culo llevándose las manos a la cara. Goyle amaró más fuerte a Hermione haciéndola servir de escudo, lo que produjo aun más cólera en Draco que le propinó una patada entre las piernas de Hermione a Goyle quien tuvo que soltarla para llevarse las manos entre la entrepierna y caer al suelo. Crabbe se hizo atrás y huyó con Montague hacia el castillo. Entonces y antes de que Hermione cayera, la cogió y ella se desmayó en sus brazos. La alzó y la llevó a la enfermería.

Al llegar a la enfermería, Draco dejó en una cama a Hermione y fue a avisar rápidamente a la señora Pomfrey que salió corriendo de su despacho y cuando vio a Hermione volvió a entrar rápidamente en su despacho y salió con una poción para hacer despertar a Hermione. En cuanto ésta despertó estaba muy alterada y mientras la señora Pomfrey volvía a su despacho para traer algo de algodón y poción para curar a Draco, éste fue al lado de la chica para tranquilizarla un poco.

- Hermione, tranquilízate que todo ha pasado ya. Estamos en la enfermería. No están ya. No debiste venir, era una trampa. En cuanto te pegaron, me sentí muy mal porque estaban dañando a la persona que más me importa. Pero esto no va a quedarse así. Era una trampa para atraparte.

- ¡¿Cómo iba a dejarte solo allí, con esos animales?! Me importas, ¿sabes?

- Lo sé, pero no pude soportar que te dañaran Hermione. Ahora tranquilízate, mientras voy a ir a buscar a Harry y a Ron para que vengan- en cuanto Draco se levantó resuelto a salir corriendo en busca de Harry y Ron, éste cayó al suelo inconsciente.

- ¡Draco!- chilló horrorizada Hermione, a lo que la señora Pomfrey salió del despacho y se le cayó la poción derramándosele toda y los algodones se esparcieron por la alargada habitación.

- ¡Por todos los magos!- dijo la señora Pomfrey indignada-. ¿Se puede saber que ha sucedido?- la señora Pomfrey cogió a Draco y lo llevó a la cama contigua donde lo estiró. Entonces con un momiviento de varita recogió lo del suelo y salió de la enfermería y se dirigió al Gran Comedor. Unos diez minutos más tarde volvió acompañada por el director, el profesor Snape, la profesora McGonagall, Harry y Ron.

Hermione estaba levantada de la cama y recostada en el pecho de Draco acariciándole y besándole. Cinco minutos más tarde, Draco despertó y se sentó lo que produjo que Hermione arrancara a llorar. Draco la abrazó y ella lloró y lloró abrazada entre aquellos cálidos brazos, en un tierno y cariñoso abrazo. Él no pudo aguantar no pudo aguantar su propio llanto y también se puso a llorar.

Harry y Ron les rodearon también en un abrazo y los cuatro se quedaron así.

Mientras en el despacho de la señora Pomfrey, ésta les explicó en las circunstancias en las que tanto Draco como Hermione habían llegado y les explicó lo que Draco le había contado. Snape estaba muy serio y la profesora McGonagall furiosa. Mientras que el director estaba muy calmado y escuchaba lo que Poppy les estaba contando.

Entonces, cuando la señora Pomfrey terminó de hablar le dijo a Severus que fuera en busca de Montague, Pansy, Crabbe y Goyle y calmaba a la profesora McGonagall.

Snape salió y apenas se fijó en la escena de Harry, Ron, Hermione y Draco y se dirigió al Gran Comedor, en donde encontró a Pansy Parkinson, Groyle, Crabbe y Montague riéndose y explicándoles a los demás compañeros de Slytherin lo ocurrido después de la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas. Por suerte, Snape oyó lo que decía Pansy entre carcajadas y entonces todos los que le habían estado riendo la historia; algunos se taparon la boca, otros solamente pronunciado un gritito ahogado y señalaron detrás de Pansy... con sumo cuidado Pansy se dio la vuelta y se encontró cara a cara con Severus Snape. Quiso y deseó ser tragada por la tierra en esos precisos momentos.

- Señorita Parkinson, señores Crabbe, Goyle, Montague; acompáñenme.

Los cuatro se levantaron penosamente y siguieron a Snape.

Cuando llegaron a la enfermería, la señora Pomfrey estaba curando a Draco quien tenía la mano de Hermione cogida y al otro lado de la cama estaban Harry y Ron muy serios. Al ver entrar a los cuatro Slytherin los cuatro compañeros se giraron hacia ellos y les lanzaron miradas furtivas que los Slytherin evitaron agachando la cabeza, por lo visto Snape les había pillado contando lo que había sucedido y se alegraron.

La profesora McGonagall se había tranquilizado un poco y al ver entrar a los cuatro culpables se puso en pie y Dumbledore no la dejó hablar por lo alterada que aún estaba.

- ¿Qué pasó?

- Pro... en verdad, nosotros...

- Profesor Dumbledore, en verdad lo ocurrido es su culpa. La señorita Parkinson fue la que planeó todo por envidia a la señorita Granger.

- Gracias por su aclaración profesor Snape. Y bien, ¿qué tenéis que decir en vuestro favor?

- Nosotros... sentimos lo ocurrido señor director...

- Serán severamente castigados por lo ocurrido, jamás me hubiera pensado...- decía la profesora McGonagall profundamente consternada. Dumbledore salió un momento y avisó a la señora Pomfrey que le mostró a Hermione como debía seguir la cura. Entonces entró a su despacho y Dumbledore le dijo que diera algo a la profesora McGonagall para que se calmara. Así lo hizo. Dumbledore prosiguió:

- Severus, ya que tu eres el jefe de la casa de estos chicos, será el encargado de imponerles el castigo que crea conveniente.

- Muy bien, Dumbledore- dijo Snape-. Vengan los cuatro conmigo, señoritos.

Entonces, Snape salió del despacho de la señora Pomfrey y se acercó hasta donde estaba Draco.

- ¿Cómo se encuentra señor Malfoy?

- Mucho mejor, profesor Snape- contestó éste.

- Me alegra saberlo- dicho esto dio media vuelta y salió de la enfermería seguido de cerca por los tres Slytherin.

Tres días después, Draco salía de la enfermería totalmente recuperado y era recibido por un caluroso aplauso de las cuatro casas y en especial de Hermione, Harry y Ron que se habían levantado de los bancos en los que estaban sentados y le habían ido a recibir.

Las clases para Draco se reanudaron y estuvo de muy buen humor porque le contaron que Crabbe, Goyle, Pansy y Montague habían de limpiar la clase de Pociones y los lavabos de todo el castillo durante tres semanas enteras en sus ratos libres.

Él y Hermione quedaron ése mismo día después de cenar, para irse al baño de los Prefectos para tener un poco de intimidad.

Draco asistió a su primera clase de Defensa Contra las Artes Oscuras que impartía el profesor Grouch.

El profesor les hizo unas cuantas preguntas y el único que las supo contestar fue Draco que ganó 50 puntos por haber contestado bien a las cinco preguntas que el profesor Grouch le pidió.

Era la última clase que a la que debía asistir y eso le reconfortaba, porque eso quería decir que podría estar a solas de nuevo con Hermione y eso le hacía feliz. Desde que le sucedió eso con Pansy y compañía tenía cuidado por donde iba y casi nunca no lo hacía solo. Solía ir acompañado por Ron y Harry o por Hermione por los pasillos, y siempre miraba hacia atrás por si le seguían, pues se sentía acosado continuamente.

Al día siguiente sería sábado y podría tener muchísimo tiempo libre para hacer lo que quisiera.

La aguja del reloj de la clase estaba a escasos cinco segundos de las siete de la tarde, hora en que todas las clases acababan para dar paso al largo fin de semana y también para liberarle de aquel ensimismamiento que continuamente le llevaban a esa ducha en Grimmaul Place en donde conoció con plenitud aquel cuerpo que a menudo se le había aparecido en sus sueños y el cual ahora era prácticamente el dueño...

De repente el sonido conocido de todos aquellos años, el timbre, le sacaron de aquel mundo que poco a poco había ido formando a su alrededor sin prestar atención a lo que el profesor Binns estaba explicando. Recogió su libro y salió corriendo para ir a dejar su mochila y bajar al Gran Comedor para cenar.

Al llegar pudo observar que Hermione también había llegado rápido para terminar cuanto antes, para poder estar a solas con él. Se sentó en el primer sitio que encontró y se puso poca comida, porque además de tener prisa, no tenía mucha hambre. Comió lo poco que tenía rápido y vio que Hermione le esperaba ya en las puertas para irse con él hacia los baños de los prefectos. Comió aún más rápido y aunque sabía que le podía caer mal si comía de aquella manera tan exagerada no le importó en absoluto. Se bebió lo que le quedaba de zumo de calabaza y se levantó. Corrió hasta dar con Hermione y le cogió la mano. Los dos se besaron y quedaron enfrente de la puerta de los baños en un cuarto de hora, que probablemente sería más pronto de lo acordado, pero aun con eso, así lo acordaron.

Draco corrió todo lo que pudo y al llegar enfrente de la entrada de la sala común de Slytherin pronunció la contraseña y antes de que se terminara de abrir, entró corriendo y subió a su habitación para coger su ropa. Cuando lo tuvo todo, volvió a bajar, salió de la sala común y volvió a correr.

Cuando llegó enfrente de la puerta, allí estaba ya Hermione que le abrazó y le besó. Entraron y abrieron varios de los grifos. Cuando la bañera estuvo llena por completo, mutuamente se desvistieron y mientras lo hacían se besaban y no podían evitar tocarse. El cuadro en el que una dormida sirena les observaba parecía no inmutarse ante el hecho de que la pasión estaba suspendida en el aire parecía muy acostumbrado a lo que allí acontecía.

Los dos entraron en la bañera en donde les invadió la calidez del agua. Por segunda vez en lo que llevaban juntos sintieron que la intimidad se cernía sobre aquellos dos adolescentes cuerpos y sintieron la necesidad de abrazarse y besarse más de lo que habían podido hacer durante todo el tiempo que llevaban en Hogwarts. Más aún que el día en que Draco estuvo en la enfermería por culpa de aquella injusta paliza que le había propinado Pansy Parkinson a quien le salió el tiro por la culata.

Draco comenzó a besar el cuello de la chica, a la cual se le aceleró la respiración y estuvo a punto de decir algo, pero que calló para no estropear ese mágico momento. Ella le acarició aquella pálida frente y aquel cabello rubio platino que siempre tenía presente en su mente y en su corazón. No pudo evitar dar un gritito de placer y Draco sintió que la mano de la chica pasaba de la frente al cuello y que bajaba por su torso. Entonces le susurró al oído:

- Hermione, te amo...

- Draco, oh, no sabes cuanto he añorado el contacto de nuestra piel...

- Lo sé, ahora, pero, ya podemos ser el uno del otro sin temor...

- Oh, Draco...

Los dos se besaron apasionadamente y se abrazaron. Sintieron que sus cuerpos se fundían el uno con el otro haciéndose uno sólo. Entonces y por segunda vez, Hermione sintió que Draco la hacía suya y que se unían más que en un simple abrazo, más que con un simple beso. Era la unión total y no sólo sentimental sino que también espiritual y físicamente.

Aquel era el momento el cual habían añorado y al que hacía ya varias semanas habían deseado repetir. No podían dejar de amarse y tampoco evitar querer que todo a su alrededor se anulara. Que quedaran tan sólo ellos dos y que todo se desvaneciera para que pudieran vivir en aquella paz que anhelaban.

Volvieron a abrazarse y a besarse y Draco salió del agua quedando sentado con los pies dentro del agua. Hermione también salió y se colocó sentada encima de él. Acercaron una toalla y se taparon con ella para no coger frío.

Se quedaron así en aquel cálido abrazo que disfrutaron en cada segundo que pasaban. Draco acariciaba el pelo de ella que a su vez ella pasaba sus dedos por el pecho del chico de manera amorosa. Ella levantó un poco la cabeza para encontrarse de lleno con aquella mirada de ojos grises que la observaban delicadamente. La chica sonrió y él en forma de respuesta le dio un beso en aquella perfecta nariz.

El tiempo pasaba y en aquel abrazo se expresaba todo lo que llevaban sintiendo, pero algo les hacía mala espina. Sin saber porque se levantaron y se vistieron cogiendo las varitas.

Salieron con rapidez y las varitas en alto, entonces vieron que muchos de los prefectos corrían por los pasillos.

- ¡Qué está sucediendo!- gritó Hermione a uno de los prefectos de Hufflepuff.

- ¡Mortífagos! ¡En los terrenos de Hogwarts! ¡Se están llevando a Harry Potter!- fue lo que recibió la chica como respuesta. Entonces tanto Draco como Hermione echaron a correr hacia los terrenos. Con motivo tenían ese mal presagio.

Cuando llegaron vieron a todos aquellos encapuchados con las máscaras blancas que amarraban a Harry y que le alejaban cada vez más. Malfoy había aprendido de su padre los maleficios imperdonables y le pidió permiso a Dumbledore que en aquel momento se lo permitió y el primero que lanzó fue el de la maldición cruciatus que le dio de lleno a uno de los que amarraban a Harry y llamó la varita de Harry que la cogió al vuelo. Entonces al otro le echo la maldición Avada Kedavra y el torrente verde de muerte le dio. Éste cayó muerto. Harry era libre y corrió. Draco le lanzó su varita y siguió la batalla. Hermione se puso al lado de Malfoy y lucharon entre todos. La profesora McGonagall, Dumbledore y el profesor Grouch también se pusieron al lado de Harry, Draco, Hermione y Ron para luchar.

Al ver que habían fracasado, los mortífagos desaparecieron. Todos menos uno que se les acercó mientras se quitaba la máscara. Era Snape. A quien Draco le había lanzado la maldición cruciatus. Se dirigía a ellos un poco dolorido, pero satisfecho de que no lograran lo que venían a hacer.

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Hola!

Vuelvo a estar aquí. Ya, con el 5º capítulo! Espero que os guste. Y que me dejéis reviews. Aunque me gustaría que más gente leyera mi fic... pero qué más puedo pedir. Espero os guste y que lo disfrutéis.

También pongo un fic corto de slash (relación chico/chico) Es mi primer fic de este tipo y espero que tenga éxito para poner más de estos. Se llama Sentimientos inevitables y es HP/DM.

Espero os guste y que me dejéis opiniones.

Gracias.

Respuestas a los reviews:

The Balrog Of Altena: Hola xula! Esper que t'hagi agradat aquest cap. I que me deixis la teva opinió com a bona amiga que ets. Bé esper que ens veguem prest a n'es bus i que no et sapiga greu que no hagi llegit otra vez es teu fic... però esque estic massa ocupada amb llegir nous fics de HP... No em peguis, eh? Jejeje. Venga guapa, ens veim prest.

Nadia Pekeia: Hola guapa! Soy yo de nuevo. Espero que te guste y que te leas (si te gusta el slash, el otro fic corto que tengo, espero tu opinión pronto. Ala venga sin más me despido ya, que sino me enredo y no hay manera de terminar. Muchos besos para ti.

Adiós y hasta la próxima.

Besos,

Uialwen