Disclaimer: Remus no es mío (ya me gustaría) s d la genial Rowling
Este fic se me ocurrió cuando estaba en el autocar d camino xa andorra, staba mirando la luna y staba muy bonita, toda llena y brillante... y como no? Pensé en que estaría aciendo Remus y salió esto... espero sinceramente sea de vuestro agrado
***************************++++++++++*********************
Soledad de Luna Llena
Estoy sentado, en el suelo; esperando. Esperando en que llegue mi hora de dolor. Mi tiempo, mi momento de dejar de ser yo mismo... Entreviendo entre los tablones que cubren cada hueco, cada ventana de la casa de los gritos, pues así la llaman... pocos saben que ese nombre se debe a mi, a mi ser, a mi esencia, al monstruo que llevo en mi. Tiemblo. Una ráfaga de aire se cuela entre los tablones y me alcanza; haciéndome perder el poco calor que conservo en estos momentos. Está frío. El aire está frío. Y el suelo helado, cada vez noto más como el frío de la noche penetra en mi piel. Tiemblo. Pero no tiemblo por el frío; no, esta vez no. Esta vez, tiemblo por lo que me va a suceder. Por lo que empezará en pocos minutos. En cuanto salga la luna llena e ilumine todo cuanto quede a la vista; yo, aquí, solo, cuando esto sucede. Triste y solo mientras mil personas disfrutan de un apacible baño a la luz de esta, mi verdugo, luna llena. El dolor empieza a impregnar mi cuerpo. Empiezan las sacudidas. Empiezan los calambres. Llegan las convulsiones... siento que yo desaparezco y me quedo atrapado sin poder controlar mi propio cuerpo. Estoy atrapado en una prisión dentro de mi propio cuerpo, y mi carcelero, un lobo, sale a merodear la noche. Me revuelvo. Me agito. Grito. Grito todo cuanto mis pulmones me permiten. Siento que mi mente me abandona. Mis razones me olvidan, mis recuerdos se borran, mi conciencia le cede el sitio a un espíritu monstruoso, a un animal sin alma que disfruta despedazando la mía. Empieza la transformación. En un momento pierdo todo cuanto me identifica. Todo cuanto soy y cuanto dice quién y que soy se evapora. Dejo de ser yo mismo; el lobo que hay dentro de mi, en mi interior, despierta; despierta y crece dentro de mi, me inunda y me ahoga en su furia, en su maldad, en su fuerza, en su oscuro poder... Lo empiezo a sentir, los primeros rayos de esa luna mortífera para mía, la confidente de mi dolor de cada mes, me acaricia con sus rayos, con unos rayos que empiezan a deslizarse entre las grietas, arrastrándose hasta mi, agarrándome y asfixiándome. Envolviendo y atándome. Encarcelándome y dando fin a mi transformación. Matándome. En menos de un segundo, todo mi ser, mi esencia desaparece por completo, sin dejar huella; como una concha vacía, preparada para albergar a un nuevo dueño... el lobo, hace su gran aparición a escena, la criatura que habita en mis entrañas, el monstruo que me despierta por las noches, la pesadilla que alimenta mis sueños... el lobo. El lobo que me controla y me destroza entre sus garras. Que me despedaza entre sus fauces. Quiero controlarle, contenerle... pero no puedo. Es más fuerte que yo. Lo siento y lo se. Lo siento, el deseo de sangre... morder... desgarrar... beber... matar. El miedo me invade, el terror al no ser consciente de mis actos, de mis locuras, de mis acciones, de mis maldades. El pavor de despertar a la mañana en otro lugar que no sea este. Levantarme con mis manos y mis ropas manchadas de sangre. De la sangre de otro. La sangre de alguien que ya no podrá cumplir sus sueños. Gritos. Aullidos. Gritos y aullidos espeluznantes salen mezclados de mi garganta; luchan por destruir el silencio que reposa en la noche. Y lo consiguen; atraviesan mi garganta y despedazan el silencio. Los gritos resuenan por todo el pueblo. El fantasma ha vuelto. Mi propio fantasma interior ha crecido hasta descontrolarse y salirse de mi cabeza. Me ha acabado ganando y ya no hay marcha atrás. Mis manos arañan, mis garras. Arañan y destruyen todo cuanto logran alcanzar, derribo puertas y mesas; sillas se desploman bajo mi cuerpo, crujen y se rompen bajo la presión de mis patas. El lobo intenta escapar de la casa. Pero no podrá; no lo conseguirá. Intentaré detenerle; aunque se que es inútil intentarlo. Si quiere salir y encuentra la salida, saldrá. Solo espero, no cruzarme con nadie, si este monstruo consigue escapar de su prisión de madera. Cuando recupere la conciencia, pediré que aseguren esta casa, para que nada ni nadie pude entrar o salir de ella durante las noches de luna llena. Hay demasiado en juego. En mi mundo, yo sólo soy un maldito. Un solitario rechazado. Pero al menos se, que no todos me rechazan por mi condición... Soy un licántropo.
**********************************************************
k? Les gustó? Espero de veras k si. ahora, podrían perder 10 segundos y dejar un ridículo review en l que ponga: "me ha gustado"; solo con eso me contento. THANKS!!!!!!!!
Besos,
J.D.
Este fic se me ocurrió cuando estaba en el autocar d camino xa andorra, staba mirando la luna y staba muy bonita, toda llena y brillante... y como no? Pensé en que estaría aciendo Remus y salió esto... espero sinceramente sea de vuestro agrado
***************************++++++++++*********************
Soledad de Luna Llena
Estoy sentado, en el suelo; esperando. Esperando en que llegue mi hora de dolor. Mi tiempo, mi momento de dejar de ser yo mismo... Entreviendo entre los tablones que cubren cada hueco, cada ventana de la casa de los gritos, pues así la llaman... pocos saben que ese nombre se debe a mi, a mi ser, a mi esencia, al monstruo que llevo en mi. Tiemblo. Una ráfaga de aire se cuela entre los tablones y me alcanza; haciéndome perder el poco calor que conservo en estos momentos. Está frío. El aire está frío. Y el suelo helado, cada vez noto más como el frío de la noche penetra en mi piel. Tiemblo. Pero no tiemblo por el frío; no, esta vez no. Esta vez, tiemblo por lo que me va a suceder. Por lo que empezará en pocos minutos. En cuanto salga la luna llena e ilumine todo cuanto quede a la vista; yo, aquí, solo, cuando esto sucede. Triste y solo mientras mil personas disfrutan de un apacible baño a la luz de esta, mi verdugo, luna llena. El dolor empieza a impregnar mi cuerpo. Empiezan las sacudidas. Empiezan los calambres. Llegan las convulsiones... siento que yo desaparezco y me quedo atrapado sin poder controlar mi propio cuerpo. Estoy atrapado en una prisión dentro de mi propio cuerpo, y mi carcelero, un lobo, sale a merodear la noche. Me revuelvo. Me agito. Grito. Grito todo cuanto mis pulmones me permiten. Siento que mi mente me abandona. Mis razones me olvidan, mis recuerdos se borran, mi conciencia le cede el sitio a un espíritu monstruoso, a un animal sin alma que disfruta despedazando la mía. Empieza la transformación. En un momento pierdo todo cuanto me identifica. Todo cuanto soy y cuanto dice quién y que soy se evapora. Dejo de ser yo mismo; el lobo que hay dentro de mi, en mi interior, despierta; despierta y crece dentro de mi, me inunda y me ahoga en su furia, en su maldad, en su fuerza, en su oscuro poder... Lo empiezo a sentir, los primeros rayos de esa luna mortífera para mía, la confidente de mi dolor de cada mes, me acaricia con sus rayos, con unos rayos que empiezan a deslizarse entre las grietas, arrastrándose hasta mi, agarrándome y asfixiándome. Envolviendo y atándome. Encarcelándome y dando fin a mi transformación. Matándome. En menos de un segundo, todo mi ser, mi esencia desaparece por completo, sin dejar huella; como una concha vacía, preparada para albergar a un nuevo dueño... el lobo, hace su gran aparición a escena, la criatura que habita en mis entrañas, el monstruo que me despierta por las noches, la pesadilla que alimenta mis sueños... el lobo. El lobo que me controla y me destroza entre sus garras. Que me despedaza entre sus fauces. Quiero controlarle, contenerle... pero no puedo. Es más fuerte que yo. Lo siento y lo se. Lo siento, el deseo de sangre... morder... desgarrar... beber... matar. El miedo me invade, el terror al no ser consciente de mis actos, de mis locuras, de mis acciones, de mis maldades. El pavor de despertar a la mañana en otro lugar que no sea este. Levantarme con mis manos y mis ropas manchadas de sangre. De la sangre de otro. La sangre de alguien que ya no podrá cumplir sus sueños. Gritos. Aullidos. Gritos y aullidos espeluznantes salen mezclados de mi garganta; luchan por destruir el silencio que reposa en la noche. Y lo consiguen; atraviesan mi garganta y despedazan el silencio. Los gritos resuenan por todo el pueblo. El fantasma ha vuelto. Mi propio fantasma interior ha crecido hasta descontrolarse y salirse de mi cabeza. Me ha acabado ganando y ya no hay marcha atrás. Mis manos arañan, mis garras. Arañan y destruyen todo cuanto logran alcanzar, derribo puertas y mesas; sillas se desploman bajo mi cuerpo, crujen y se rompen bajo la presión de mis patas. El lobo intenta escapar de la casa. Pero no podrá; no lo conseguirá. Intentaré detenerle; aunque se que es inútil intentarlo. Si quiere salir y encuentra la salida, saldrá. Solo espero, no cruzarme con nadie, si este monstruo consigue escapar de su prisión de madera. Cuando recupere la conciencia, pediré que aseguren esta casa, para que nada ni nadie pude entrar o salir de ella durante las noches de luna llena. Hay demasiado en juego. En mi mundo, yo sólo soy un maldito. Un solitario rechazado. Pero al menos se, que no todos me rechazan por mi condición... Soy un licántropo.
**********************************************************
k? Les gustó? Espero de veras k si. ahora, podrían perder 10 segundos y dejar un ridículo review en l que ponga: "me ha gustado"; solo con eso me contento. THANKS!!!!!!!!
Besos,
J.D.
