Hola a todos! Un nuevo capítulo de este fic. Apenas estoy comenzando a apreciar a Malfoy, así que sean pacientes conmigo, ya que siempre sale de malvado en mis fics, por lo que todavía no lo visualizo bien haciéndola de bueno. Decidí darle esta oportunidad. Espero que no me falle :D

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Capítulo III

Los días se sucedieron con una rapidez inusitada, y poco a poco llegaba el año escolar a su fin. Los chicos de séptimos estaban muy emocionados por ello, sin embargo, había uno que se sentía cada vez mas intranquilo. El chico de la casa de las serpientes estaba cada vez mas nervioso. Ya había pasado por eso, y realmente era por ello que estaba con los nervios de punta. Le horrorizaba volver a tener que vivir toda su vida, pero aún mas le horrorizaba volver al futuro y que las cosas no hubiesen cambiado.

Había dejado de ver a Ginny, así que Lucius había desaparecido de la escuela sin dejar rastro, pero Malfoy no se sintió seguro, sabía de antemano que su padre había dejado a algún guardián para que lo estuviera vigilando las veinticuatro horas del día. Y quien mejor que Pansy Parkinson, su aparente prometida.

-Déjame en paz Parkinson- gruñó Malfoy después de unos momentos sufriendo el ataque de las preguntas recelosas de Pansy.

-Pero Draco, se supone que en toda relación tiene que haber comunicación, ¿no lo crees así?- preguntó Pansy, tratando de espiar que era lo que Draco leía con tanto interés.

-Tienes razón, lo tomaré en cuenta para cuando tenga una relación seria- la voz fría de Malfoy amedrentó a la niña, que salió corriendo de la Sala Común con lágrimas en los ojos. Sacó la hoja que había estado leyendo durante tanto tiempo, que no era otra cosa que la última nota que había recibido de Ginny, en la cual le daba los ánimos de siempre y le decía que se sintiera tranquilo, que las cosas iba bien. Draco deseó que así fuera también con él, pero no podía quejarse. Seguía vivo. Era mas de lo que alguien con una misión como la suya podría decir. 

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-Ginny has estado muy callada desde hace un tiempo, ¿Qué ocurre?- preguntó Arice, una muchacha que era compañera de habitación de la niña pelirroja. Ésta dio un respingo. Al parecer había estado de nuevo divagando en sus pensamientos.

-Nada, nada...-dijo distraídamente. Habían estado estudiando pociones toda la tarde, sin embargo, parecía que de pronto Ginny se había quedado con la cabeza vacía, ya que no daba una. Arice se preocupó por ello, pero dejó de discutir, sabía perfectamente que no ganaría nada. 

En ese momento un rubio entró en la biblioteca, captando la atención de mas de la mitad de las chicas que se encontraban ahí. Varias de ellas eran de Ravenclaw, pero también había unas cuantas Gryffindor. Malfoy tragó saliva. Había logrado distinguir una pequeña cabecita pelirroja que no había levantado la vista cuando él entró. Se sentó en la mesa de una de las chicas de Ravenclaw que había suspirado al verlo y se dispuso a coquetearle descaradamente, ante la mirada atónita de Arice.

-Ginny, ¿Cortaste con Malfoy?- gritó al punto. Media biblioteca volteó a mirar a la chica que continuaba leyendo tranquilamente, como si nada hubiera pasado.

-Desde hace varios meses Malfoy se libre- contestó ella. Se puso de pie y, dejando el libro en la mesa, salió de la biblioteca. Las niñas que habían escuchado esto, al instante se fueron a sentar al lado del muchacho que tenía mas pegue en la casa de Slytherin, mientras que los chicos por su parte habían querido hacerla de buenos niños e ir a "consolar a la desolada Ginny".

-¡Ginny!- exclamó Arice corriendo hacia la muchacha.

-¿Qué pasa Arice?-

-¿Es cierto eso? ¿Cortaste con él?- Arice estaba sorprendidísima. Era buena persona, eso lo admitía Ginny, pero a veces era bastante superficial, y le molestaba soberanamente tener que discutir su vida íntima con alguien mas. Y mas si ese alguien se lo iba a contar a media escuela. Aunque, pensándolo bien, eso podría ayudar....

Las lágrimas comenzaron a rodar pos sus mejillas con gran ímpetu, seguidas de una serie de sollozos que lanzaba cada pocos segundos. Ginny estaba llorando.

-Yo lo quería, el me defraudó...- decía Ginny con la voz entrecortada. "Que buena actuación" pensaba la chica, "deberían darme un premio por ella".

Justo en ese momento acertó a pasar su hermano junto con el niño que vivió y Hermione.

-¿Qué te pasa Gin?- preguntó Ron preocupado.

-Cortó con Malfoy- dijo rápidamente Arice. "¡Vaya!, pero si no batalla para esto!" volvió a pensar la pelirroja. A Ron se le iluminó el rostro.

-Eso es excelente Ginny, felicidades- con esto, la muchacha soltó a llorar con mas fuerza. Harry estaba estático, no sabía que hacer ante una persona que estaba llorando. Hermione se acercó y le acarició la cabeza.

-¡Que insensible eres Ron!- gritó Hermione, en defensa de Ginny. "Tienes razón" Ginny se estaba dando una buena divertida con esto.

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La cena estuvo mas entretenida que de costumbre. Ron y Harry se habían sentado al lado de Ginny, para tratar de animarla, cosa que Ginny lo vio como un gesto de bondad por parte de su hermano. Pero aún así no podía evitar sentirse un poco mal por estarles mintiendo, sin embargo, era necesario.

Cuando Malfoy entró al gran comedor esa noche, las voces comenzaron a alzarse por todo el salón, señalándolo primero a él y luego a la niña Gryffindor. Éste no sabía de que se trataba el juego, pero fingió indiferencia. Al parecer las cosas y el rumbo de la historia si estaba cambiando. Se sentó en su lugar de siempre, y al instante Pansy vino a sentarse con él.

-¡Oh Draco! ¿Por qué no me dijiste que tenías una amante?- las lágrimas bañaban sus ojos. Draco no entendía nada.

-¿A que te refieres?- preguntó de malos modos.

-A la Weasley. Todos saben que anduvieron y que cortaron hace tiempo. ¿Por qué no me lo dijiste? – Draco comenzó a entender parte de la situación, aunque no toda. Sujetó a Pansy por los hombros.

-Eso es algo que no debe saberse, ¿entendido? Todo tiene que quedar en el olvido.- y se volvió a su cena, mirando de vez en cuando la mesa de los chicos Gryffindor, en donde una pelirroja lloraba a mares por su amor perdido. Potter estaba al lado de ella. Al ver como le pasaba el brazo por el cuello sintió una patada en el estómago y no pudo, así que decidió salir a tomar aire. No entendía nada.

Cierto profesor de pociones lo vio todo, y decidió que era tiempo de hacer algo. No gustaba de lo cursi, pero tampoco iba a privar a Malfoy de la única razón por la cual seguía en pie.

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-Ginny, ya no llores por favor- decía Ron, mientras Harry la tenía abrazada. Hermione le acariciaba una mano. Iban caminando por los pasillos, para llegar a la torre a dormir.

-¿Por qué tuve que comportarme como una estúpida? Debí saberlo desde el principio... Era demasiado bueno... ¡Oh Ron, perdóname por no haberte querido escuchar!- Ron estaba perplejo. Ginny casi nunca se equivocaba, pero ahora si lo había hecho, y se estaba disculpando. ¿Era acaso una trampa? No, no podía ser. No de su Ginny.

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Ponte la capa invisible sin que nadie se percate de ello y ven a mi oficina. Urgente. Hoy a las doce.

Así decía la nota. Se había quedado confuso, pero al mismo tiempo sabía de la urgencia del mensaje, dado que Snape jamás lo molestaría por cosas tontas.

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Ginny se había calmado un poco, pero todavía seguía con los ojos enrojecidos. Hasta ella sentía que la cabeza comenzaba a dolerle por estar fingiendo el llanto tanto tiempo. Arice había cumplido su misión no propuesta: Toda la escuela estaba enterada ya de que ella y Malfoy no tenían nada que ver. Solo le quedaba esperar. Y ver la reacción de Malfoy, ya que no sabía nada del asunto. Tendría que ponerle sobre aviso, pero ¿Cómo le haría? Ahora era mas difícil que los vieran juntos.

-Señorita Weasley- una voz terriblemente suave se escuchó sus espaldas. Todos se volvieron a un mismo tiempo, sabían de sobra que cuando Snape hablaba así era por que tenía planes de castigar a alguien. A Ginny se le erizaron los cabellos.

-Profesor- contestó Ginny.

-La señorita Midgeon acaba de informarme la trampa que hizo en el examen pasado, así que tenga la bondad de seguirme por favor, recibirá su merecido castigo-

-¡Eso no es cierto! ¡Midgeon esta mintiendo!- exclamó Ginny. Snape la fulminó con la mirada.

-Si no quiere que le reste doscientos puntos a su casa me seguirá-

-La acompañamos- declaró Harry.

-Señor Potter, es mi deber recordarle que ya debería estar en la cama, por lo tanto, cincuenta puntos serán restados a la casa Gryffindor, por estar despiertos a estas horas de la noche-

Ginny les hizo un gesto a sus compañeros. No convenía discutir en esos momentos con Snape. Parecía inusualmente enojado, así que se limitó a seguirlo a través del castillo, hasta llegar a las mazmorras. Ahí Snape le abrió su despacho, indicándole que entrara. La joven Weasley titubeó un poco, después de todo, no tenía plena confianza en Snape y los rumores que escuchaba eran aterradores.

-Si tiene miedo de entrar será su problema, pero pensé que la casa Gryffindor era la casa de los valientes- dijo esto de manera venenosa, y Ginny, a regañadientes, tuvo que acceder a entrar.

Era un lugar oscuro y pequeño, en donde solamente habían un escritorio y una cómoda dividida en dos partes, una contenía libros y la otra contenía pociones.

-Generalmente me despreocupan los asuntos cursis de los alumnos, encontrándolos estúpidos, pero esto es algo serio señorita Weasley, y aunque me duela en el alma, tendré que ayudarlos.-

-¿Profesor?- Ginny no entendía nada. En ese momento una sombra salió de la oscuridad.

-¿Malfoy?- preguntó Ginny de malos modos.

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Bueno, espero que les haya gustado. Tengo que irme, debo dormir o mañana en el trabajo estaré dormida sobre la mesa Jejejeje ok, no ¬¬. Como sea, traté de actualizar rápido.

Les agradecería muchísimo si gustaran dejarme RR. Al menos así podría conocer la opinión que se van formando acerca del fic.

Muchas gracias por tomarse la molestia de leerlo =D

Atte

Kiche