A Marcos siempre le gustaba irse al tejado, sobre todo en días nublados donde estaba solo, le daba la suficiente concentración para poder escribir, terminando su comida sacó una libreta donde solía escribir en sucio sus historias cortas, en este caso terminaba una que le tenia especial cariño, un chico que haciendo todo lo que pudiese para salvar la vida de su madre enferma recibe un final agridulce cuando su madre muere pero su intercesión en el cielo le concede un deseo, el no estar solo, porque al final ese chico es adoptado por la mejor amiga de su madre, la escena final acabando con los dos abrazados. Era una historia que según la opinión de Marcos no era muy buena, lo que importaba era el sentimiento detrás de ello, Marcos era huérfano, de hace ya siete años, doble huérfano ya que perdió a sus padres originales y a sus padrastros, y desde entonces lleva cuidando a sus hermanos el solo, pero aunque tuviese que madurar rápido eso no cambiaba el hecho de que era en el fondo un chico que deseaba una compañía que no fuese la de sus hermanos menores, mirando al resto de estudiantes de la Academia Kuoh abajo, Marcos se preguntó como serían sus vidas con sus padres, sus novias y sus familias completas, hace mucho que el no tenia lo que ellos.
De repente un viento fuerte arrancó de sus manos la libreta que tenia y se le cayó hacia el patio, rápidamente Marcos entró en el edificio y bajo las escaleras, corrió los pasillos aun llenos de gente hasta llegar a la puerta principal del edificio, observando el patio al principio no vio la libreta.
-Lo que me faltaba ya, que alguien se la llevase- pensó apenado, le dolía que alguien tuviese esa libreta, era una de las pocas cosas que tenia de su familia original. Volviendo dentro del edificio hacia la zona de objetos perdidos se topó con alguien que no esperaba que siquiera le dirigiese la palabra, ella era una chica algo mas alta que Marcos, deduciendo el que estaba en su penúltimo año de Bachiller, o el equivalente de Bachiller en Japón, tenia un pelo negro como la noche y ojos rojos como los rubies y una belleza que era la envidia de las chicas de este colegio, Marcos no sabia su nombre pero sabia quién era, la había visto varias veces y era al parecer junto con otra, la chica mas popular del colegio, en sus manos tenia la libreta gris de Marcos, los ojos de Marcos se abrieron como platos al ver la libreta, se acercó entonces a la chica.
-Que grande eres, muchas gracias, señorita- le dijo en japones, la chica soltó una risita antes de hablar.
-Podemos hablar en tu idioma si lo prefieres- le respondió en un español perfecto, Marcos soltó una expresión de sorpresa antes de hablar.
"Vale, de todas maneras, gracias, señora…-
-Akeno, Akeno Himejima, me sorprende que no conozcas mi nombre, ahora que lo pienso, solo te veo en el recreo y solo en el tejado, ni siquiera en el comedor estas para la hora del almuerzo ¿Tiene algo que ver con este libro que cayo junto enfrente mia?- preguntó con una pequeña sonrisa, Marcos se mordió los labios, -bueno, si no lo es no te importará que lo lea un poco, ¿no? No es que sea tu diario ni nada ¿Verdad? – Akeno pensaba que solo gastaba una novatada, pero para Marcos era algo desgarrador, no le gustaba que nadie mirase sus historias, muchas eran bastante malas o eran oraciones que el había escrito, era algo muy personal.
-Akeno-san, por favor, es algo personal, esa libreta es un regalo que me hizo mi madre, no le hagas nada- suplico el chico, la vista de Akeno dejo de ser picara al ver cómo le afectaba a Marcos.
-Perdóname, Marco-kun, solo quería hacerle una pequeña broma- dijo mientras le daba el libro -y perdóname porque he leído un poco- al oír eso Marcos apretó sus manos al coger el libro mientras aparecía un sonrojo en su cara de la vergüenza que sentía, cerró los ojos para la inevitable burla -¿Eres escritor? Me gusta mucho lo que he leído por ahora- que nunca vino, al verle la cara a la chica, Marcos vio que tenía una sonrisa expectante, un sonrojo recorrió sus mejillas mientras se intentaba recomponer.
-Bueno, no me llamaría escritor, muchas de las historias ahí son solo escritos en sucio, borradores y nada mas, es solo algo que hago en mi tiempo libre- dijo entre tartamudeos
-Pero lo haces tan bien para alguien de tu edad, sobre todo la última, puedo notar que tiene mucha emoción, sobre todo el final- Akeno suspiró, claramente recordando algo- como si supieras lo que es perder a alguien- Marcos volvió a mirar a Akeno, justo en los ojos, puede, solo puede, que Akeno supiera lo que se siente.
-¿Tú también?- preguntó Marcos-¿Quién?- Akeno entonces se fue a las escaleras, haciendo un gesto para que Marcos le siguiese, se sentaron en uno de los peldaños.
-Mi madre, cuando yo tenía nada menos que diez años, han pasado ocho años desde entonces, con mi padre ya ni me hablo- contó Akeno- la mataron unos familiares, por razones que aún no consigo entender- Marcos se apenó al oírlo ¿Quién iba a decir que una chica como ella guardase tanto dolor?
-Perdí a mis padres nada más cumplir los dos años, mi padrastro era policía, murió al intentar parar un crimen en el templo de esta ciudad, mi madrastra de la pena acabó suicidándose, dejándome con mis dos hermanos, mis tíos adoptivos me dan dinero cada mes, aunque parece que solo lo hacen porque les obligan- al decir eso Akeno le miró con ojos sobresaltados y con las lágrimas saliendo, su mano temblando se puso en su boca.
-Marco-kun, tu padre, tu padre es un héroe- dijo la chica.
- ¿Qué?- preguntó.
-Hubo un policía que intentó parar el asesinato de mi madre, pero no llegó a tiempo para ello, murió intentando protegerme mientras me escondía en el templo donde vivía- Akeno abrazó al chico -tu padre es la razón por la cual sigo con vida, siento que no esté con nosotros- Marcos, abrumado por las emociones que sentía, le devolvió el abrazo a Akeno y los dos se quedaron ahí desahogándose y confortándose el uno al otro hasta que sonó la campana.
-Bueno, me alegro ver que mi padre murió como un heroe, y que consiguió salvar a alguien antes de morir-
-Y yo me alegro haber conocido al hijo de mi salvador, y saber que es alguien tan bueno, no como los chicos que están en esta escuela-
-Bueno, yo no me definiría como bueno- empezó Marcos, rascándose la cabeza.
-No, lo eres, y encima un buen escritor, estaría honrada poder tenerte para cenar- le propuso.
-Lo siento, pero tengo trabajo justo por la noche- se disculpó.
- ¿Cómo? ¿No decías que te mandaban dinero?- pregunto Akeno sorprendida.
-Si, por eso el trabajo solamente es a tiempo parcial, el dinero nos da para vivir, pero quiero que mis hermanos puedan tener sus pequeños placeres, además de poder donar a la iglesia en la que acolito, solo es a tiempo parcial, unos tres días a la semana y nunca hago la jornada entera, eso sí es por la noche- explicó Marcos.
-Vaya, eso debe ser un verdadero infierno-
-Es una lata, pero tiene sus momentos, mañana si estoy libre, podré venir entonces con Teresa y Lucas- Akeno sonrió.
-Entonces mañana será ¿Puedes dejarme tu libreta primero? - Marcos se la dejo y Akeno entonces sacó un boli y escribió algo en el -venga, vámonos a clase, pero recuerda que esto ahora significa que te casarás conmigo antes de ir a la universidad- dijo sonrojando a Marcos, haciendo que la chica soltase una risita -bromeo, bromeo, pero si voy a ir donde estes cuando vayas a comer, nos vemos, Marco-kun- dijo la chica antes de irse a su clase. Marcos soltó un respiro de alivio, en el fondo sintió esperanza al ver que por lo menos la muerte de su padrastro sirvió para salvar una vida, y alivio porque no tuvo que revelar de que trabajaba realmente, esbozó una sonrisa el chico y se fue a su clase. Akeno también sintió alegría, pero por una razón muy diferente.
- ¡Que inocencia, que pureza, que diferente de los hombres que he conocido!, no parece mi padre, parece Rias- pensó la chica -no puedo esperar a mañana, Marco-kun, igual podrías ser tu, pero tendré que esperar-
Las clases terminaron rápido para Marcos, al llegar a la puerta de su casa vio a una chica de pelo rubio y otro chico más pequeño con pelo marrón, esbozó Marcos una sonrisa al verlos, la chica y el chico al verle gritaron su nombre y corrieron a abrazarle.
-¡Niños!- grito de vuelta Marcos, que se agacho y abrazó a los dos, se pusieron a hablar de sus días mientras entraban en la puerta, los niños acabaron sorprendidos cuando Marcos dijo que había conocido a alguien que fue salvado por su padrastro.
-Por eso nos vamos a cenar con ella mañana en su casa- les dijo a los dos.
-¡Si, Marcos tiene novia!- vitoreó la chica llamada Teresa, Marcos se sonrojó.
-No es mi novia, solo es una amiga nueva y quiero conocerla mejor- replicó Marcos.
-Pero si tu mismo dijiste que solo vas a casa de una chica si te gusta- Marcos no tuvo respuesta a ello, lo cual hizo que Teresa hiciese una sonrisa y empezase a cantar -¡la quieres, la quieres, la quieres!-
-Teresa si sigues hablando no tienes postre- dijo Marcos, ya cansado y avergonzado. Teresa se calló de inmediato en ese momento, después de eso cada uno se fue a hacer sus propios quehaceres, los dos hermanos menores hicieron sus deberes mientras Marcos hacia lo mismo y hacia también las tareas de la casa. Pero al llegar las ocho de la noche se fue a una habitación de la casa, revisando que nadie le seguía, viendo que no era así, abrió la puerta, la habitación era una armería que antes era de su padre pero ahora le pertenece, cogiendo una gran mochila metió un rifle, su munición más munición especial, un chaleco antibalas y ropa mas gruesa, los dos hermanos ya sabían que Marcos se iba a trabajar, Marcos lo dijo mientras cenaban, recibió entonces una alarma en el teléfono, sacándolo vio que era un contacto conocido, acepto la llamada.
- ¿Si?-
-Ya estamos aquí- anuncio una voz masculina.
-Perfecto, estaré fuera en un cuarto de minuto o menos- respondió Marcos, poniendo la mochila en su hombro derecho y revisando que tenia todo, salió de la casa hacia una furgoneta negra, al pasar por detrás abrió el maletero para encontrar unos tres hombres mas ahí.
-¿Eres Marcos Baroja?- preguntó uno de los hombres que llevaba una bandana con una calavera y con acento ruso.
-Asi es- respondió Marcos
-Sube, nos vamos a hacer el trabajo, espero que tu padre te enseñase bien- dijo otro de los hombres, Marcos entonces subió a la furgoneta y se sentó al final del banco, miró la hora por ultima vez antes de que se cerrase la puerta y la furgoneta empezase a moverse.
-¿Cómo llegaste a este trabajo, chaval? Alguien como tu debería estar en el colegio- preguntó un hombre enfrente suyo con acento eslavo.
-Mi padrastro me enseño el mundo supernatural a una temprana edad, de ahí que no me creyera ni un solo segundo de que murió por un simple asesinato, el ser un Cazador es por el dinero, paga las facturas y todo lo demás, pero tambien en parte quiero saber exactamente quien mato a mi padre, y porqué, se que lo mataron unos sintoístas mientras protegia a una chica pero no se que tenia esa chica de especial- explicó
-¿Y descubriste algo mientras estabas aquí?- volvió a preguntar el hombre.
-Si descubrí algo, la chica que salvo sigue viva, lo se porque la acabo de conocer, voy a cenar con ella mañana- respondió el chico, varios de los hombres empezaron a reírse.
-Si, claro, una cena- respondió el eslavo.
-Si, una cena, y no es lo que creéis porque mis hermanos vienen conmigo- eso hizo callar a algunos.
-Bueno, los niños se pueden llegar a aburrir, igual os dejan solos-
-Cállate, Polanski, no es asunto tuyo, bien, todos conocemos el contrato, una cacería de bichos por 140k euros en yenes y es contrato del gobierno así que es libre de impuestos- explicó el hombre mas alto de los demas
- ¿Exactamente que bichos podemos esperar, Vargas? - preguntó el eslavo llamado Polanski.
-Ghouls y mutantes, lo de siempre, aunque si avisaron de un riesgo de que hubiese una quimera- al oír eso dos de los hombres se tensaron.
-Sigo siendo medio nuevo así que perdonadme ¿Pero que es una quimera? – preguntó Marcos, Vargas entonces se giro para verle.
-Lo que los autóctonos llamarían un "diablo renegado", lo llamamos quimera porque muchas veces aparecen transformados, son como mutantes, pero para los habitantes del inframundo, los que llamamos "metahumanos"- explicó Vargas -este en específico sospechan que fue el causante de la masacre de la casa en la que vamos-
- ¿Qué haremos si está? No podemos dejar que los metahumanos nos descubran- preguntó uno de los hombres.
-Si no nos los podemos cargar en cinco minutos después de verlo, nos vamos y que le den al contrato, esa fue una de las condiciones del contrato con el gobierno, como compensación en ese caso nos pagaran la mitad del precio estipulado- al decir eso, Polanski y el otro hombre murmuraron, claramente descontentos con tal condición.
-Menos mal que me lleve el calibre bueno en ese caso- comentó Marcos -esto lo usaba mi padre para sus propias cacerías-
-Si eres la mitad de bueno de lo que él era será un honor trabajar contigo- comentó Vargas- tu padre estaba entre los mejores, era de los pocos que se atrevía a matar espíritus el solo, se dice que hasta consiguió matar un convento de vampiros el solo, hasta donde yo sé solo hay otros tres cazadores que se atreverían a hacer tal cosa, sin contar a los fundadores de nuestra organización-
El grupo estuvo en silencio el resto del trayecto, cuando entonces el vehículo se paró y se abrió la puerta, salieron todos y Vargas se fue a hablar con el conductor.
-Tenéis una hora máximo, mas de eso y tendréis que escapar a pie, y si encuentro metahumanos os avisare antes de irme, si vienen estáis solos, espero que entendáis- dijo el conductor con un inglés con un acento japonés.
-Entonces recemos para que no vengan- entonces se giró hacia el grupo- muy bien señores, conocéis las reglas, vamos a peinar el lugar empezando por la planta primera, iremos en grupos de dos y por favor, no vayáis solos nunca, solo porque sea una cacería de bichos no significa que haya cosas inesperadas, si las hay no os hagáis el héroe, avisáis a los demás y volvéis a la entrada ¿Entendido? - todos asintieron- bien, que Dios esté con nosotros, caballeros- con ellos se pusieron en formación y se dirigieron a la casa, Marcos estaba al lado de Vargas y Polanski detrás de Marcos. La casa era una casa de dos pisos, al estar en los suburbios de la ciudad, era mas grande, casi una mansión. La casa encima tenia indicios de su masacre, algunas de las ventanas estaban rotas y podían ver el cadáver de una persona sobresalir por una de esas ventanas rotas. Al llegar a la casa el grupo se quedo se separó, cada par quedando en un lado de la puerta.
-Antes de que me olvide, tomad esto, el canal principal es el 1- dijo Vargas repartiendo unos audífonos, cuando todos se los pusieron y lo sintonizaron Vargas empezó a hablar -Ramzan, acércate a la puerta y dinos si escuchas algo- ordenó Vargas, el hombre detrás de Polanski se acerco a la puerta y puso su oído en la puerta, negó con la cabeza.
- Nada de nada Vargas-
-Bien, abre si puedes-
Ramzán giro el pomo de la puerta y para la leve sorpresa de todos, se abrió, todos entonces encendieron las linternas en sus armas o en el caso de Marcos, la que tenia atada en la cabeza y entraron. El hall principal parecia una escena de pesadilla, estaban los cuerpos de tres personas, una de ellas solo era su torso y su cabeza, los muebles estaban tirados y destrozados y el candelabro que estaría en el techo estaba encima de uno de los cadáveres, supuestamente aplastándole la roca.
-Marcos, ponte con Ramzan y registrad el ala este, la puerta principal será nuestro punto de encuentro y de retirada, una vez terminéis esperad a que vengamos Kolinski y yo-
-Entendido señor Vargas, chico, ven conmigo- dijo Ramzan, Marcos asintió y se puso a su derecha, entonces empezaron a avanzar hacia la parte este de la casa, que llevaba a un salón igual de destrozado que la sala de entrada, justo al entrar Marcos pudo sentir algo, era una sensación de escalofrío aparejada con un instinto que le avisaba de peligro, agarro a Ramzan antes de que pasaran por el umbral de la habitación -no te preocupes, yo también lo siento chico, hay peligro justo delante, serán esos monstruos preparándose para abalanzarse sobre nosotros- entonces el hombre apunto su rifle a uno de los rincones del techo de la habitación de enfrente, al mirar mas fijamente con sus ojos adaptados a la oscuridad, Marcos podia ver la silueta de algo.
-Uno en el rincón que estas mirando, luego hay otro en el rincón de la derecha de este umbral, ese es tuyo- al decir eso le paso un cuchillo a Marcos, -tómalo, es de mi patria, Chechenia, una buena hoja puede salvarte la vida- Marcos tomo el cuchillo y lo puso en un arnés suyo, el sabia como usar uno cuchillo y hasta una espada, su padre le entreno cuando era pequeño, pero se dejo el suyo en su casa por la prisa que tenía así que solo tenía el arnés para ello -a la cuenta de tres atacamos, ya sabes, tu a la derecha y yo al frente, uno- empezó a contar Ramzan, Marcos hecho una mirada al umbral -dos- los músculos del hombre y del chico se tensaron y pusieron los dedos en los gatillos de sus respectivas armas -tres- cargaron adentro de la habitación y empezaron a disparar, las supuestas criaturas rugieron en dolor y odio al ser disparadas, el ghoul al que disparaba Marcos murió cuando una bala atravesó su ojo completamente negro, el de Ramzan murió del desangre al recibir una ráfaga en el abdomen, Marcos ya había visto ghouls, pero su forma vagamente humanoides, sus garras largas y sus ojos negros y desalmados les daban un aspecto aterrador.
-Tres veces he matado a estas cosas y nunca dejaran de dar miedo- comentó Marcos.
-Si crees que eso es un monstruo, espera a ir a América, entonces sabrás lo que es el miedo, y no solo hablo de la cantidad posesiones en ese país impío y supersticioso, sino también de las criaturas y espíritus de ese sitio-
-Cuando gane experiencia quizás vaya ahí, siempre he querido probar mi suerte contra un wendigo- a esto Ramzan soltó una pequeña risa.
-Cuando mates a un kelpie solo, entonces podrás planteártelo, pero te digo que a menos que entrenes mucho, te quedaran años para llegar a ese momento- dijo el checheno mientras con su puñal sacaba un diente de uno de los ghouls -los dientes de estos monstruos son tan duros como el hierro y son mucho mas flexibles, no sabemos aun porque pero hacen buen material para armas blancas, recomiendo que cojas por lo menos uno, el que tenga menos manchas negras-
-Eh, me basta con tener el cuchillo que me diste, gracias- al decir eso Ramzan saco dos dientes y le dio uno a Marcos, cosa que sorprendió al chico.
-Hazme caso, muchas de estas criaturas tienen cosas en su cuerpo que podemos usar, como las vacas, sus huesos sirven para el pegamento, pues esto es lo mismo, y suelen pagar bien por ello si los vendes al gremio- con algo de grima Marcos guardo el diente y el checheno asintió, entonces Marcos volvió a la derecha del hombre y los dos fueron hacia un pasillo al final del salón, cuando se fueron a ese pasillo vieron tres puertas repartidas entre las paredes del pasillo, una a la derecha y dos a la izquierda, acorde con las reglas de Vargas revisaron las tres habitaciones juntos, pero no encontraron nada.
-¿Cuánto tiempo llevas en la Hermandad?- preguntó Marcos a Ramzan al terminar la ultima habitación.
-Ya una década, vine aquí porque quería ver a los yokai y porque también sería una oportunidad de unas pequeñas vacaciones, los críptidos aquí, bichos como los llamáis ahora los jóvenes, son menos peligrosos que fuera de Japón, pero el gobierno se ha dado cuenta hace unos meses de que estas cosas existen- dijo Ramzan acercándose a una puerta al recorrer el pasillo nuevo en el que estaban
-Y ahora van a nosotros a por nuestros servicios- termino Marcos.
-Si, por eso son tan generosos con los contratos, normalmente con contratos tan lucrativos tienes que irte a zonas como América, Europa del este, Escandinavia, zonas con mucho peligro, pero aquí se acaban de dar cuenta, es más, son el tercer gobierno en darse cuenta, los americanos siendo los primeros y la Unión Europea como conjunto la primera por tener conexiones con el Vaticano, heh, curioso, ellos intentan esconder lo sobrenatural pero la Iglesia dice abiertamente que existen y nos toman por necios, ahora vienen a por los necios para solventar sus problemas, no hay nada aquí- dijo al final al mirar por la puerta, siguieron el pasillo en silencio hasta que al final dieron con una puerta que llevaba al hall principal y otro pasillo que llevaba al ala oeste de la casa, Ramzan entonces toco el audífono en su oreja -señor Vargas, hemos terminado con el ala este, nos dirigimos al punto de reunión, os esperamos ahí-
-Recibido, Ramzan, yo y Kolinski estamos a punto de terminar también, os veremos ahí y entonces revisaremos la segunda planta- respondió Vargas, Ramzan cortó y estaba a punto de abrir la puerta del hall cuando de repente paro, justo cuando Marcos sentía ese 'sexto sentido', al ver que la puerta estaba entornada, Ramzan miró por la rejilla, al hacerlo su postura se tenso, se apartó de la puerta y miro a Marcos.
-Metahumanos- al decir eso Marcos se tensó también, los dos se pusieron detrás de la pared y miraron por la puerta entornada, pudo Marcos ver a dos personas, pero eran mas altas que un hombre normal y tenían plegadas alas negras, Marcos entonces llamó a Vargas.
-Señor, metahumanos en el vestíbulo de la casa-
-No me jodas ¿Tan pronto? – dijo Vargas con un tono sorprendido.
-Les debió atraer la masacre- respondió Marcos.
-No es tiempo de especular, el chofer no nos ha dicho nada, con lo cual no debe saber que han venido, hemos encontrado una puerta trasera en el pasillo que sale de la cocina, olvidemos el contrato, salid de ahí, iremos a la furgoneta- al decir eso cortó la llamada.
-Chico, ponte detrás mía, ese pasillo lleva a la cocina, debemos ser como gatos- dijo Ramzan a Marcos, el asintió y se fueron andando a paso ligero, mientras andaban Marcos podia oír las voces de los dos metahumanos hablar, por suerte para ellos parecía que no iban a ir hacia la cocina, al llegar a la cocina fueron al pasillo que dijo Vargas, al final del todo encontraron la puerta trasera y salieron.
-Ahora corremos, ya no nos pueden oír- y los dos entonces corrieron hacia la calle, vieron la furgoneta con Vargas y Kolinski embarcando, les vieron y Kolinski hizo señas para que viniesen.
-Maldita sea, esos miserables me han quitado de cuarenta mil pavos- se quejó Kolinski -una noche matando esas alimañas y encima para solo ganar la mitad-
-Por lo menos estas vivo, vi a uno de esos antes de entrar, eran los que se hacen llamar angeles caídos- comentó Vargas.
-Señores, me voy ya, con o sin vosotros- dijo el conductor, al decir eso todos embarcaron y la furgoneta salió de ahí, el resto del viaje fue en silencio, habiendo una atmosfera de decepción al no poder tener el botín completo. El conductor los llevo al centro de la ciudad, al salir de la furgoneta se encontraron con un bar construido en un edificio residencial de varias plantas, el interior del bar no tenia nada que indicase que fuese otra cosa mas que un bar normal, tenia las bebidas y toda la decoración parecia la de un bar europeo, subieron la escalera que llevaba a una puerta con rejilla, Vargas dio un toque a la puerta y se abrió la rejilla.
- ¿La contraseña? – preguntó un hombre.
-Zenón- respondió Vargas.
La puerta entonces se abrió para revelar primero al guardia y luego otro bar mas grande, al final de la habitación había unas consolas donde enseñaba los distintos contratos y trabajos para los integrantes del bar, había trofeos de criaturas que solo los cazadores mas supersticiosos sabrían reconocer, había también un ascensor que llevaba al resto de las habitaciones con un cartel indicando las plantas con sus habitaciones y también un billar y una mesa de juegos de cartas, la gente ahí bebía con sus armas al descubierto, algunos venían con las ropas rasgadas y vendas, bebiendo después de un contrato difícil. Este bar pertenecía a la Hermandad de los Cazadores, una organización dedicada a la caza de los críptidos mas hostiles y peligrosos.
-Voy a finalizar el contrato, recibiréis la paga por ello cuando termine, quedaos o iros, excepto tu, chico, tu mañana tienes cole y recomiendo que vayas ya a tu casa- dijo Vargas.
Marcos asintió -me voy entonces, ha sido un placer trabajar con vosotros, como siempre lo es- respondió, acto seguido se fue a la puerta y salió del bar, poco después de salir recibió una alerta de su móvil diciendo que unos diecisiete mil quinientos euros, en yenes claro está, han sido depositados en su cuenta bancaria, asintiendo se fue a casa andando, por supuesto fue hacia los suburbios en callejones, puede que el tuviese los documentos de cazador que lo salvaba de la policía pero la hermandad también requería el anonimato de su organización, solo podia ser reclutado una persona por otro cazador. El callejeo le llevo a tardar mas de la cuenta en llegar a los suburbios, donde estaba su casa, pero acabo llegando, dejo sus armas y su armadura en su pequeña armería y su trofeo en su cuarto, esa noche Marcos se fue a su cama satisfecho por el buen día que tuvo a pesar del decepcionante final de su contrato.
