Apenas habían terminado de llegar el resto de los invitados, que Apple ya sabía que debería marcharse. Desconocía aún el motivo por el que seguía ahí conversando, en vez de haber vuelto al palacio después de entregar a los futuros papas el regalo, debía estar a su lado cuidándola. La rubia no sentía correcto estar aquí, sabiendo que por mucho que le dijera que estaría bien y que fuera a disfrutar de la fiesta mientras su amor estaba con fiebre y arropada en la cama sin su compañía. Desde un primer momento en que salió del vestidor y comprobó la temperatura de su frente, quiso quedarse en palacio a su lado, pero tuvo que insistir en su persistencia de que no faltará a este BabyShower tan importante. Le aseguró que no le importaba cambiarse de nuevo y desmaquillarse porque sabía que entenderían su ausencia debido al motivo de su reciente enfermedad, sin embargo, su pareja siguió prefiriendo que al menos ella no faltará. Así que fue a cumplir con sus deseos, dejándola al cuidado del personal del palacio mientras se marchaba intranquila.
"Pobre, con la ilusión que tenía para el día de hoy y se tiene que quedar en la cama enferma" Habló Rosabella, cuando después de unos minutos de conversación, preguntó por qué no había venido su mejor amiga con ella.
Aquel comentario le hacía tener más dudas aún a la princesa rubia sobre si estaba haciendo bien en permanecer en este lugar y no donde cada vez creía más que debía estar. No tenía que haberla hecho caso. Cuatro años juntas y seguía sin saber decirle no a las peticiones que le pedía, empezó sin poder rechazar su cita "amistosa" cuando estaba en el momento en que no quería nada de romance en su vida y desde entonces seguía sin poder. Aunque en verdad, parecía que ninguna podía negar algo a la otra desde sus comienzos de novias.
"Creo que me terminaré la copa y me marchó" Apple comentó bebiendo otra vez un sorbo de vino, se tomaba la copa que acababa de ofrecerla la anfitriona de la fiesta y se iba a su palacio.
"Ay, te perderás entonces la revelación del sexo del bebé, que habrá luego después de abrir los regalos de todos. ¿Qué piensas que será? ¿Niña o niño? Me surge a veces la curiosidad, aunque Daring no le intriga, solo quiere que nazca ya para enseñarle a jugar a librobool. Tiene mucha emoción por compartir eso con él o ella"
"¿Por qué sus dos tíos paternos quieren que aprenda librobool antes incluso de caminar?" Preguntó divertida al conocer que ambos hermanos desean enseñarle su pasión deportiva.
"No lo sé, les encanta jugarlo y ver los partidos. ¡Ay! Estoy feliz teniendo tantas noticias buenas, mi aniversario de bodas se acerca, después de un año entero de amor. Nacerá dentro de siete meses mi primer sobrino. Solo me falta vuestra boda Apple" Rosabella hizo mención del secreto que le contó sobre que quería pasar por el altar.
Llevaban ya juntas año y medio viviendo en su palacio, habían dado otro paso en su relación después de casi tres años mágicos y actualmente conviviendo día a día con besos, abrazos y amor, la princesa rubia pensaba en que pasaran desde su juventud hasta sus vejeces casadas. Lo quería. Por eso hace unos días tenía guardado un anillo de compromiso, después de pasar por casi todas las joyerías del reino, en una búsqueda muy perfeccionista. Habían pasado una semana desde que compró el que vio más bonito, no obstante, aún no le había preguntado si deseaba que vistieran de blanco juntas.
"Aún no se lo he pedido" Respondió tímida, aún no había encontrado un momento ideal para una propuesta tan importante.
"Bueno, cuando os comprometáis, será un final feliz para una relación tan preciosa como la vuestra y seréis unas grandes reinas" La futura reina consorte Charming deseaba que llegará el momento tan feliz en que le dijeran que sus dos amigas ya tenían fecha de boda.
Sonrió ante sus cumplidos, aquello era su ilusión, haber encontrado a su princesa consorte y ser en una gran reina teniéndola a su lado. Era el deseo de Apple. Al volver a creer en el amor otra vez cuando rompieron su corazón la primera vez. Habían pasado años de aquel desamor cuando no había cumplido ni la mayoría de edad, ahora era una joven adulta y madura, con una relación preciosa de seguridad y cumpliendo un papel de princesa real magistral. Estaba muy comprometida con su país y sus obligaciones reales y sucesorias algún día, enamorada y únicamente mirando al futuro. Atrás en el pasado quedó aquella chica rubia de diecisiete años que estudiaba, que presencio el Día del Legado, la líder nata del bando royal, que se enamoró por primera vez, que tenía inseguridades… Ya no era la misma princesa White que se graduó hace cinco años, había cambiado y, sin embargo, no estaba preparada para ver a quien apareció en el BabyShower de Dexter.
Fue girarse y verla en el umbral felicitando a una Cupido embarazada, y su latido comenzó a agitarse, volviendo a ver esos ojos lilas, tal como los tenía grabados en su mente la rubia.
"Raven ha vuelto" Rosabella pronunció sorprendida como ella.
Después de tantos años, su excompañera de habitación, su exvillana, su exnovia y su primer gran amor, volvían ambas a estar en la misma sala. En la imaginación de la rubia muchas veces había pensado en el día que se encontraran de nuevo, sus pensamientos habían variado en decirla las palabras más hirientes por todos los días que sufrió cuando la dejo o en pedirla solamente que se quedará de verdad a su lado. Pero ahora que verdaderamente estaba a unos pocos metros de distancia, se sentía inmóvil para incluso reclamar el destrozo emocional que tuvo en el pasado con sus sentimientos.
"¿Vamos a saludarla?" Le preguntó la castaña.
"Ve tú si quieres" Apple no podía, no quería encontrarse de frente con la exlíder de los rebels, aún no sentía capaz de romper el contacto cero que habían creado entre ambas.
Rosabella aceptó su sugerencia y se dirigió hacia la entrada para saludar a su antigua compañera, mientras que la rubia bebía un trago más de su copa y miraba hacia la ventana. Evitando así mirar en la dirección donde estaba Raven, la chica que en el instituto le dedicaba sus miradas y hasta su último pensamiento del día.
Su primer amor que le era imposible de olvidar, por más que quisiera o pasaran los años, Apple no podía omitir el recuerdo del primer contacto con esos labios suaves y el sonrojo en sus mejillas que apareció después. Tampoco podía borrar la calidez que sintió cuando le ofreció agarrarla la mano por primera vez o cuando decía que lo que le gustaba era ella. Fue la primera experiencia que tuvo de romance y que casi creyó que ciertamente había mariposas en su estómago cuando veía a su compañera de habitación, en las primeras citas, cuando se decían buenos días y buenas noches. Tenían muy buena conexión al principio, fue mágico sentirse como estar en casa, pensar que ese era su lugar y construir ilusiones ahí. Aun después de media década sin verse podía rememorar todo aquello como si hubiera retrocedido al pasado en ese instante. Una hermosa conexión que terminó por parte de la hechicera gótica marchándose, por eso juraba que se había mudado lejos de aquí, eso era lo que le dijo cuando la dejó.
Desde que Apple la vio, se quedó al lado de la ventana en la que estaba y permaneció así en la lejanía, pudiendo centrar su mirada en la ventana disimuladamente cuando notaba que la observaban. Porque se hubiera ido hace mucho tiempo, pero, a veces, notaba esos ojos sobre ella, causándola vergüenza marcharse mientras Raven la miraba.
"Apple, ¿quieres venir a cantar? Tu voz es muy musical" Rosabella volvió a su lado ofreciéndola un micrófono para cantar, en el karaoke que había organizado Cupido para la fiesta.
Antes de que terminará la frase, la rubia descubrió la canción que acababan de poner para cantar: Colgando en tus manos. Era una canción que tenía un significado especial, era su canción por excelencia, según la chica gótica la letra era como la hacía sentirse estando juntas.
"Esta canción… es mi señal de irme" Denegó, antes de ser interrumpida.
"Antes era tu señal para quedarte ¿Hacemos un dúo? Como solíamos ser en el instituto" Raven dijo apareciendo al lado de la prima de Briar.
No había aceptado ni denegado nada y ya Rosabella le había dado el micrófono que tenía ella en la mano. El resto de los invitados las miraban expectantes mientras su cuñada casi la obligaba a andar hacia los sofás donde estaba la mayoría reunido esperando a ver la nueva actuación del karaoke improvisado que hicieron. Así que se vio envuelta en tener que cantar al lado de quién estaba evitando, quien antes tenía su corazón colgando en sus manos y lo dejo caer.
"No debería cantar, no me sé la letra" Susurró a Cupido que estaba ahí, mintiendo debido a las pocas ganas de nostalgia feliz que le traía esta canción cantándola juntas en su habitación de EAH.
"¿No la conoces? Es un clásico nacional del 2008. Bueno, no te preocupes, vamos a ponerla en versión karaoke en la TV. Tú inténtalo, Raven lleva pidiendo cantar esta canción desde hace un buen rato" La anfitriona comentó pensando que Apple tenía vergüenza a cantar una canción que nunca había escuchado, sin embargo, era todo lo contrario.
No había vuelto a cantar esto desde que rompieron, desde la última vez que estaban en su habitación conjunta, disfrazadas con lo primero que vieron para ponerse y grabándose, imitando el videoclip oficial. Le invadía un gran recuerdo feliz a Apple, volvería a escuchar otra vez su voz cantando a su lado. Era cierto que hace años, cuando ponían por sorpresa esta canción en las fiestas, siempre motivaban a la rubia a permanecer un rato más ahí, oyéndola entera. Una última vez suponía que podría cantarla junto a Raven, se dijo a sí misma.
La princesa miró hacia la pantalla, la música comenzó a soñar y no necesitó ponerse de acuerdo con su pareja de dueto para saber quién sería quién.
Quizás no fue coincidencia encontrarme contigo
Raven comenzó, Apple ya sabía que su compañera cantaría la parte de Carlos Baute. Mientras que a ella le tocaría ser Marcha Sánchez, de aquello no tuvo dudas, en eso no había cambiado nada el tiempo desde que ya no estaban juntas. Su canción no había cambiado tampoco, no se había hecho mayor, no como ellas dos.
Aunque seguía divina físicamente, con algún cambio leve, pero siendo la Raven que tenía en sus memorias. Pelo negro y morado liso, vistiendo colores oscuros en su conjunto. Estaba linda y llevando esa esencia que la hacía única, no podía mentir y menos cuando estaban cantando juntas al lado. Sus ojos la traicionaron y estuvo analizándola detenidamente mientras cantaban, cuando decía que no quería saber nada de ella. Pero, era contradictorio sus sentimientos de no querer conocer actualmente de Raven y al tiempo querer preguntar tantas cosas que no sabía si habría hecho. La chica Queen notó su mirada en ella y no en la pantalla, así que sus ojos lilas cambiaron a mirar hacia los azules, ninguna de las dos necesitaba para nada ver la letra porque anteriormente habían compartido muchos duetos como este.
Sabes que estoy colgando en tus manos
Así que no me dejes caer
Sabes que estoy colgando en tus manos
Sus miradas estaban conectadas, la estaba mirando de nuevo con sus ojos, ¿era esa mirada especial que una vez llegó a dedicarla? Se preguntaba. Hubo varias veces que Apple soñó que estaba enfrente de ella con esa carita y volvía ahora a tenerla delante. No pudo evitar sonrojarse como antaño cuando notó aquello por primera vez.
Y así, así me recuerdes y tengas presente
Que mi corazón está colgando en tus manos
Cuidado, cuidado
Que mi corazón está colgando en tus manos
Que mi corazón está colgando en tus manos
Que mi corazón está colgando en tus manos
Terminaron, la canción. Despegando la mirada de la una a la otra para saludar a sus oyentes que las aplaudían y elogiaban, antes de que otros invitados se intercambiaran sus lugares porque querían cantar ellos también.
Apple salió del centro, consideraba que ya no sería falta de educación marcharse después de la hora y media que había permanecido en el BabyShower, no podría molestar con su partida, aunque no se quedara hasta el momento en que desvelarán el sexo del bebé. Se dirigió hacia el despacho donde habían dejado los abrigos y su bolso, y cuando encontró sus pertenencias se disponía a caminar hacia la puerta principal cuando alguien llamó su atención.
"¿Puedo tener un momento contigo antes de que te marches? Llevo toda la noche queriéndome acercar para hablarte" Raven se preguntaba si después de todos estos años le gustaría charlar un rato.
La intención de Apple no era seguir en la fiesta o conversar con alguien más, pero, al ver a la rebel pidiéndola un momento a solas una parte de ella no pudo negarse. Podría fingir que nunca había deseado que tuvieran esa conversación que nunca llegaron a tener entre ellas debido a la marcha de Raven sin avisar. Sin embargo, sí la quería tener, aunque no hubiera llegado jamás a escribirla pidiéndola una última explicación en persona.
"Sigues cantando muy bien esa canción" Comentó la hija de la Reina Malvada a su lado, al tiempo que caminaban por el jardín en la noche.
"La hemos cantado juntas infinidad de veces" No la había vuelto a escuchar, no desde hace cinco años, aunque daba igual porque seguía sabiendo la letra en su memoria.
"Cierto, era nuestra canción" Para Raven cantarla de nuevo a tu lado me ha traído de vuelta a los años en que la rubia estaba ahí, una parte de ella seguía aferrándose a esos años que quería que no se hubieran ido, aun le importaban.
"Nadie me había dicho que vendrías" Formuló Apple mirando el cielo, se sentía oscuro esta noche.
"Me invitó Dexter y no podía faltar al BabyShower del primer hijo o hija de él" Le contestó, seguía en contacto con el castaño y se lo debía porque no fue a la boda. Además, la hechicera suponía que iría Apple y deseaba encontrarse con ella después de media década fuera.
"Son muy felices, Cupido y él. Son la pareja que los miras y piensas, todavía siguen juntos" Aquello la princesa también llegó a pensar que pasaría con la de ambas.
Ambas se giraron un segundo a mirar hacia la mansión de su cuñado y a través de la ventana se observaba a Dexter tímidamente dedicándole una canción a su mujer embarazada de tres meses. Le estaba tocando la barriga dulcemente mientras la contemplaba con ojos de amor. Sus cuñados eran un matrimonio feliz y enamorado a punto de traer al mundo un bebé de ambos.
"¿Y tú eres feliz?" Raven le preguntó uno de sus mayores miedos.
Su vida ahora la dedicaba mayoritariamente a representar la corona y su papel como próxima heredera, no tenía mucho tiempo libre para hacer lo que quería. Sin embargo, el momento en que llegaba por la noche, después de todo un día, fuera con obligaciones reales y veía a su novia esperando su llegada todos los días era mágico. "Mucho la verdad, mi vida es como me gusta a mí, pudiendo ayudar a mi reino y bien acompañada. ¿Y la tuya? ¿Conseguiste esa vida nómada, divertida y sin normas que buscabas?"
"Sí, lo conseguí, estoy cumpliendo mi sueño de visitar todos los reinos y hace dos años logré quitar el maleficio de mi madre en el País de las Maravillas y la Reina de Corazones me regaló un castillo donde ahora vive Nevermore y es mi casa cuando vuelvo entre viaje y viaje. Me gusta mi vida, pero quisiera que tú volvieras a estar en ella" Raven le dijo agarrándola de la mano mientras se confesaba, porque necesitaba decírselo. Rompió su corazón, lo sabía y lo lamentaba. Ella, durante los cinco años anteriores desde que se había marchado, intentó seguir y dejar de tener a Apple en su mente, pero el tiempo no le había hecho cambiar sus sentimientos.
La rubia se sintió como la misma escena le recordaba a cuando eran unos años más jóvenes, cuando notó su toque electrizante en su mano. Dios, había deseado días, semanas, meses esperando unas palabras similares hacia ella. Después de su ruptura y llorar noches y decirse a sí misma que no iba a volver su expareja, contenía a la mañana siguiente su esperanza de un regreso de Raven con mil rosas o un mensaje pidiendo perdón por todo y diciendo que se habían equivocado las dos, pero que tenían una promesa pendiente por cumplir.
"Sé que me fui yo quien se marchó sin más después de graduarnos, pero nunca fue porque me dejarás de gustar o de parecerme atractiva. Solamente no estábamos bien, tú no me entendías y yo tampoco a ti, necesitaba tiempo" Siguió diciendo la chica Queen, mientras apretaba suavemente su mano, explicando que no se alejó porque dejará de quererla, sino porque no fue capaz de verla quebrarse y enfrentar un corazón roto.
Necesito tiempo, tiempo es lo que Apple también tuvo gracias a su decisión y ahora todo había cambiado. Había aprendido del dolor, aprendido a pasar página, de ver las partes buenas y malas que tenía su pasado en común. Anteriormente, podía pasarse recordando un día y otro también todos sus besos y momentos especiales cuando estaba en soledad, esa mirada lila que paraba su corazón. Ese pensamiento de que juntas no podrían envejecer era un bonito recuerdo que tenía guardado, después de que se acabara lo que tenían.
"He estado recordando tantas veces cuando estabas conmigo. Cariño, por qué no nos vamos ahora mismo a mi castillo del País de las Maravillas, ¿qué me dices?" Terminó proponiéndola mientras repartía dulces besos en su mano, quería a la rubia a su lado, en el Reino de las sirenas, en el de los Gigantes o en el País de Nunca Jamás… en todos sus viajes.
Se sintió halagada, hasta casi sonrojada con las palabas que estuvo queriendo escuchar durante un año entero. No obstante, ahora entendía que las ganas de que hubiera vuelto Raven eran únicamente la ilusión de su primer amor, su relación no salió porque ignoraban sus problemas o sus diferentes metas y por eso nunca se entendieron. Y no había espacio para que las cosas cambiaran, ambas estaban profundamente metidas en sus propios caminos. Raven era independiente, yendo y viniendo sin asentarse en ningún sitio y haciendo su propio nombre en el mundo de cuentos de hadas y en otros, mientras que Apple quería un amor duradero, un lugar para echar raíces, una novia para siempre. Y su caballera Charming era esa estabilidad que buscaba, la fortaleza de seguridad que requería, quién la apoyaba y estaba ahí esperándola cuando llegaba al palacio después de terminar sus actos reales oficiales. La chica que la esperaba para cenar juntas y se contaban su día a día hasta que se marchaban de la mano, cansadas hacia su cama después de haber hablado de todo y nada a la vez. Era ese alguien estable con quien se iba a dormir y no necesitaba preguntarse si a la mañana siguiente también estaría ahí.
Era su segundo amor y de quién estaba completamente enamorada desde hacía cuatro años, la persona que jamás se alejó de su lado y que quería permanecer siempre en él.
"Estoy con Darling y la amo con todo mi corazón" La rubia no iba a dar a esto otra oportunidad, no iba a volver a enamorarse, no necesitaba tanto a Raven como una planta necesita agua y sol, como su amor anteriormente era así. Fue rojo, pero ahora se había vuelto azul, no le dolía más el corazón.
"¿Y qué paso con nuestro amor?" De repente la hechicera sintió tan lejos a Apple, aunque estaban cerca.
Se quedó en el pasado, donde tenían diecisiete años y parecían no crecer nunca. Quiso a la rebel de la manera más bonita de la que nunca había querido antes, sintió tanto una necesidad de cuidarla y que estuviera bien, se alegraba verdaderamente de cada uno de sus logros. Y le encantaba escucharla y saber de ella. De verdad que el cariño que la profesaba era sano y sincero, por eso ahora únicamente la princesa llevaba con ella los recuerdos, dejando atrás lo peor de ellas. "Todo lo que hemos vivido, ahora es historia. Te pido disculpas si esto te pone triste"
En ese momento, escucharon como los futuros papas abrían una caja y salían globos rosas. Era una niña. Todos los invitados gritaron celebrando, mientras la princesa retiró su mano de la de su exnovia, ya no tenía nada más por lo que quedarse en la fiesta en vez de volver al palacio con su chica resfriada.
"Quédate Apple, para mí esto no ha terminado" Formuló sabiendo que hizo mal en marcharse en el pasado y dejarla, pero deseaba que ella sí se quedará.
"Por favor, no me pidas que me quede" La hechicera rebel le había dado un amor que no podría olvidar nunca, esperaba que no subestimara eso cuando tenía dudas, no se arrepentía de nada, todo lo hizo con el corazón y cuando había sido su mundo. Sin embargo, por mucho que se acercará más, que le intentará hacer cambiar de opinión, habían estado en una situación similar antes y tenía que acabar ya, no podía quedarse porque no la amaba más. Había dejado que se le fuera la vida un año entero, esperándola a que se diera cuenta de lo que valía y su corazón solo lo permitió 365 días.
Este fue el final, Raven lo supo. Había luchado porque los villanos pudieran conseguir su final feliz y resultó que ella permitió que uno terminará en nunca.
[…]
"Qué pronto has regresado del BabyShower, ¿era aburrido?" Preguntó cuando vio entrar a su novia por la puerta de su habitación.
"Claramente, me faltabas tú" Le respondió Apple acercándose a darla un tierno beso.
La princesa por fin estaba en el lugar correcto, aquí era donde no debió de moverse esta noche. Al lado de su preciosa novia viendo juntas Netflix y haciendo de enfermera a su enfermita favorita que no paraba de sonarse la nariz. Darling le hizo una señal dando palmaditas a la sábana, después de que se cambiará a su pijama, para que fuera con ella se tumbaron juntas mientras su novia la rodeaba con su brazo.
"La verdad que me ha alegrado de que la fiesta fuera aburrida y vinieras más pronto, me moría de celos de pensar que hoy estabas tan hermosa con ese vestido y yo aquí sin poder mirarte"
Era la dueña de su corazón desde hacía cuatro largos años, juraba que era inimaginable para la princesa rubia pensar que llegaría a ser tan importante en su vida cuando aún intentaba desenamorarse después de un año sin Raven. En aquel entonces tenía un gran dolor en la parte izquierda de su pecho, no obstante, Darling pudo arreglar ese desorden e instalarse ahí. Se había convertido en su todo, en lo único que no estaría dispuesta a perder de su lado. Ya no se hablaba de papeles o cuentos de hadas desde que aquello de seguir la tradición y tus pasos familiares se dejó de hacer en EAH, pero su novia, brillaba tanto, parecía sacada de un cuento y tenía muchísima suerte de ser la protagonista de él.
"Por cierto, vas a tener una sobrinita para jugar a librobol" Comentó la rubia mientras se acurrucaban en la cama.
"¡Lo sabía!" Respondió emocionada de la noticia.
Su sonrisa, pensó Apple, era la definición de perfección, junto con sus hermosos ojos, su lindo cabello y sus gestos tan bonitos. La observaba y venía a su mente el recuerdo del primer beso de esa tarde, lo feliz que llegó a casa con la sensación de que un sentimiento ya conocido revolviendo su interior. No era normal que después de saber que no quería un romance, llegó aquella caballera con su gran intelecto y humor, su mirada de muñeca con sus ojos azules claros que desprendía un brillo especial, y cambio sus planes de repente. Aunque definitivamente no se equivocó al decidir estar con ella, porque se sentía inmensamente agradecida por todos los momentos que habían pasado y como avanzaron en la relación. Habían construido lo que siempre soñó tener con alguien y su sueño hecho realidad estaba con Darling.
Este era el momento ideal que buscaba, que llevo buscando toda la semana, pensó la rubia mientras se giraba hacia su mesilla para sacar la pequeña cajita de terciopelo que tenía escondida ahí.
"Mi vida, ¿querías casarte conmigo?" Preguntó, leyendo al segundo en sus ojos un sí.
Espero que os haya gustado, gracias por leer este Appling con Rapple.
