Primero de todo HOLA, muchas gracia por seguir leyendo esta historia y espero que os guste este capitulo.

No se muy bien que pasa, pero me dice que tengo 30 reviews y yo no los consigo ver, del capitulo anterior solo puedo ver 3 que será a las que conteste, pero aun así gracias a las personas que los dejaron y no se quienes son y aquellas que lo leen aunque no dejen ningún mensaje.

Hermi De Harry: Si Andy se enterara de quien es su verdadero padre, tu lee el capitulo este y lo sabrás todo, no te digo mas que si no lo descubro ya todo.

Herala: Gracias por tu entusiasmo, tranquila que lo seguiré, que mejor o peor siempre los termino todos, no me gusta dejar las cosas a medias y además cuando hacen los otros me joroba mucho, así que aunque sea un poco lenta subiendo los capítulos, lo terminare.

S. Lily Potter: Madre de Dios no se que decirte a todo lo que dices a mi, estoy roja como un tomate, me has sacado todos los colores, vamos como me sigas diciendo esas cosas, mi ego se va a poner por las nubes. En cuanto al epilogo para Cambios, me lo pensare, tal vez lo haga, lo que pasa es que tengo en mente otro de Remus así que no se lo que haré al final, pero si tengo un momento de inspiración, intentare hacer un epilogo.

Si alguien alguna vez le hubiese contado lo que veía ahora con sus propios ojos no se lo hubiera creído ni en broma. Cuando decidió salir de la enfermería para tomar algo de aire, nunca creyó que lo que había sido el peor día de su vida, terminaría con la imagen que recordaría toda la vida y con la que se reiría por siempre. Ver a Draco Malfoy su gran enemigo a cuatro patas mientras una niña iba encima de él a modo de jinete seria algo imposible de olvidar.

- Arre, arre – gritaba la niña – más rápido.

- Andy, no te pases – gruño el chico – no se como me has convencido para que te lleve así.

- Papa lo hace mejor, el va mucho mas rápido.

- Lo que ocurre es que estas acostumbrada a un podenco y no a todo un caballo de esta categoría.

- Mama y la tía Ginny – rió la niña – me han dicho que te tengo que reñir cuando te metes con papa.

- No me tendrías que reñir si no les contaras lo que digo – el chico paro y la niña desmonto de su caballo improvisado – tu debes hacerme caso a mi.

- Eso fue justo lo que dijo tía Ginny que dirías – la niña aun rió más.

- Eres un bicho ¿Lo sabias?

- No es verdad, papa dice que soy un encanto y que cuando soy mala siempre repite que es por tu mala influencia.

- ¿Así? – rió el también, mientras le hacia cosquillas a la niña – puede ser – termino contestando.

- No cosquillas no – grito ella mientras se soltaba de sus manos y corría – a que no me coges – chillaba, Draco la dejo una distancia antes de salir detrás de ella corriendo y era justo lo que iba a hacer cuando oyó el grito de la niña justo después de haber doblado la esquina del pasillo, corrió hasta allí para encontrarse con una escena increíble. Andy mirando horrorizada a Harry que estaba parado delante de ella.

- Andy ¿Por qué gritaste? – le pregunto, pero la niña no le contestaba miraba con miedo a la persona con la que había chocado – Andy él no te va a hacer nada, tranquila. Ni ella a ti tampoco Potter quita esa cara – añadió viendo la cara de Harry con los ojos desorbitados mirando a la niña.

- Andy, Andy ¿Estas bien? – Hermione corría hacia ellos seguida de Ron, cuando estuvo a su altura cogio a la niña en brazos - ¿Qué te ocurre? ¿Por qué gritaste?

- No pasa nada Hermione – contesto Draco – choco contra Potter y se asusto o más bien se asustaron mutuamente.

- Andy – llamo Ron a la pequeña que estaba acurrucada en los brazos de Hermione – es amigo nuestro, no te va a hacer daño.

- Claro que no cielo, te lo teníamos que haber explicado, pero creenos el nunca te haría nada ¿Confías en nosotros? – la niña saco la cabeza de su cuello y la miro.

- Si mama – Harry se quedo blanco al oír esa palabra, había visto a la niña cuando despertó en la enfermería, pero ni siquiera había pensado en ella, pero ahora había llamado mama a Hermione, un cúmulo de sensaciones recorrían todo su cuerpo, se apoyo en la pared y sintió como su cuerpo resbalaba hasta el suelo.

- Harry – llamo Ron acercándose rápidamente a el - ¿Qué te ocurre? No deberías haber salido de la enfermería, todavía estas débil – el chico no contestaba, solo repetía en su cabeza una única palabra, mama – Harry – llamo de nuevo su amigo – venga te acompaño a la enfermería.

- Ron – grito Fred apareciendo azorado en el pasillo – Luna esta en la chimenea del despacho de Dumbledore, esta histérica, mas vale que vayas a hablar con ella, le hemos dicho que estas bien, pero no se porque no me cree ni a mi ni a George.

- Porque será – ironizo Draco – pero nadie lo escucho, Ron miraba a su amigo tendido todavía en el suelo y a Fred, no sabiendo lo que debía hacer.

- Ve a hablar con ella – le dijo Hermione, pero el pelirrojo no se movía – ve Ron en su estado no debe de estar nerviosa. Draco lleva a Andy a la habitación – le tendió la niña a sus brazos – yo llevare a Harry a la enfermería.

- Luego iré a verte amigo – se levanto y corrió junto con Fred.

- Malfoy que no tarde mucho en dormirse, es muy tarde para ella – la chica vio como los dos se alejaban y cogio el brazo de Harry para ayudarlo a levantarse.

- Puedo solo – gruño él – no necesito tu ayuda.

- Harry ahora no tengo tiempo para esto – le ayudo a ponerse en pie y puso su brazo alrededor de sus hombros y empezó a caminar con el.

Draco esperaba sentado en la cama mientras Andy se ponía el pijama en el baño, cuando salio corrió hacia la cama metiéndose entre las sabanas.

- ¿Te quedas conmigo hasta que me duerma? – pregunto la niña.

- Claro si quieres – el se recostó a su lado.

- Tío Draco ¿Tú nunca me mentirías?

- Claro que no, nunca lo he hecho – a Draco le extraño la pregunta, pero la verdad es que la niña para ser tan pequeña era muy inteligente, algo heredado por su madre.

- ¿Entonces… si te preguntara algo sobre Harry Potter me lo dirías?

- Si te da miedo Potter no tienes porque, el no es peligroso, se puede decir que esta influenciado por algo maligno, pero Potter es como te diría yo, para que me entiendas, en el colegio yo lo llamaba San Potter.

- No me da miedo – Draco se sintió un poco tonto después del pequeño discurso que le había dado a la niña.

- Ah. ¿Entonces que quieres saber?

- ¿Es mi papa? – el rubio trago saliva ante la pregunta.

- No creo que sea conmigo con quien debes hablar con eso. Habla con tus padres, ellos te contaran todo lo que quieras.

- Se que es mi papa – Draco miro a la niña.

- ¿Lo sabes?

- Si. Un día oí a mis abuelos que el era mi papa.

- ¿Qué quieres saber Andy?

- Mama llora por la noche, y lo llama en sueños, es por el por quien esta siempre triste. ¿Va a hacer llorar a mama?

- Andy las cosas que les ocurren a los mayores no son fáciles de explicar. Tu madre quiso y supongo que quiere a Potter, pero algo paso que hizo que se separaran, por eso tu madre lloro, pero se que ella no lloraba porque el le hiciera nada malo, si no porque le extrañaba.

- ¿Tú también le extrañabas?

- No – contesto rápidamente – yo no.

- No quiero que mama llore – murmuro la pequeña.

- Te prometo una cosa Andy. Tu mama no va a llorar mas, eso te lo aseguro.

- ¿Me lo prometes? – pregunto la niña en un susurro.

- Te lo prometo y ahora duérmete que si tu madre aparece menuda bronca me va a caer – le dio un beso en la frente mientras la niña cerraba sus ojos.

En estos años había aprendido a soportar a Hermione y a decir verdad le daba exactamente igual si acababa con Potter o con cualquier otro imbecil, pero con respecto a Andy era otra cosa, el sabia lo que la niña sentía al ver sufrir a su madre, lo sabia muy bien ya que el había sentido lo mismo cuando era pequeño y veía a su madre llorar por el sufrimiento que su padre le daba y no quería ver a Andy sufrir de esa manera, así que se prometió a si mismo que haría lo que fuera por ayudar a Hermione para que dejara de llorar por las noches o le podía regalar también unos tampones para los oídos a Andy.

Hermione lo ayudaba a recostarse en la cama y lo arropaba, mientras el chico no apartaba los ojos de ella que no lo miraba.

Se sentía enfadado y furioso al mismo tiempo que triste y desanimado, no podía enfadarse con ella por haber seguido adelante con su vida, pero esa sensación de que se ahogaba lo sentía por todo su cuerpo.

- No deberías haberte levantado tan pronto – le regaño ella – tienes que descansar y no andar por ahí de paseo.

- Sigues tan regañona como siempre – contesto el – no has cambiado en ese sentido.

- Si no te comportaras como un niño chico no te tendría que haber llamado la atención – ella se sentó en la cama y le iba a quitar los anteojos cuando el le cogio la mano.

- ¿Cómo se llama?

- ¿Cómo se llama quien?

- La niña, la niña que estaba con Malfoy.

- Andrea, se llama Andrea, pero siempre la llamamos Andy, es un diminutivo que Ron le puso, ya sabes que a mi no me gustan.

- ¿Es tu hija? – a la chica le callo por sorpresa la pregunta.

- Si, es mi hija. Es un encanto, un poco traviesa, pero un encanto.

- ¿Quién es el padre? – pregunto el.

- ¿El padre?

- El padre de la niña.

- Harry debes dormir mañana hablaremos de lo que quieras – contesto ella intentando soltar su mano, pero el le seguía mirando sin permitirle alejarse.

- No, quiero saberlo Hermione ¿Quién es el padre?

- Escúchame debes descansar, a sido un día demasiado largo para todos y yo también necesito dormir. Hablaremos de todo cuando nos encontremos mas despejados – no quería hablar en ese momento de Andy con el, debía hacerlo primero con Ron para decidir que le iban a decir, para explicarle a Ron si quería contarle la verdad a Harry.

- Necesito saberlo Hermione, necesito saber quien es padre de ella. Por favor – suplico – dímelo.

- Ron, es Ron, el es el padre de Andy – el chico le soltó la mano y la dejo de mirar, no podía creer que fuera Ron, entro todos los que se le había pasado por la cabeza en ningún momento pensó en su amigo como el padre de la niña y aunque le dolía mas de lo que nunca pudo imaginar también dentro de él y muy en el fondo no podía imaginar a mejor persona para que estuviera con Hermione.

Entro en la habitación y cerro la puerta, la chica miraba por la ventana y no se volvió cuando oyó el ruido de la puerta al cerrarse. Draco la observo mientras ella seguía mirando por la ventana, su pelo pelirrojo se movía al compás del aire que entraba.

- Que sepas – le dijo - que estoy muy molesto contigo.

- Bueno pues ya somos dos – el la miro interrogante mientras ella se giraba para enfrentarlo – me dejaste sola en la cena.

- Que se suponía que debía hacer, ibais a hablar sobre Potter y ese nunca ha sido uno de mis temas más preferidos y eso que en los últimos años e hablado bastante de él.

- Pero yo quería hablar contigo sobre otra cosa. Quiero saber como estas.

- Esto bien – contesto el sin entender - ¿Por qué no habría de estarlo? A decir verdad a mi me importa poco si Potter viene se va o que haga lo que le de la gana.

- No hablo sobre Harry, Draco. Me refiero a que hoy hace solo unas horas has visto morir a tu padre – el chico suspiro mirándola, suponía que tarde o temprano le debía contar las cosas referentes a su familia y ese era tan buen momento como otro cualquiera, se sentó en la cama y extendió una mano a la chica que la agarro tiro de ella y la sentó en sus piernas.

- ¿Qué quieres saber? – interrogo el.

- ¿Cómo te sientes? ¿Este bien? Si yo hubiera visto morir a mi padre como tu, no lo hubiera podido soportar.

- Ginny no todas las familias son como la tuya. A mi padre le importaba poco la familia, puertas afuera de la casa, éramos una gran familia feliz y dentro era un infierno. No puedo decir que mi padre no me quisiera – se quedo pensando unos segundos antes de seguir – yo creo que si me quería, pero con mi madre era distinto. Los obligaron a casarse eran miembros de familias de sangre pura y sus padres los comprometieron, nunca sabré porque pero ella le quería, se caso con él enamorada, pero el nunca sintió lo mismo por ella, sufría mucho viendo como mi padre la trataba, era como si la odiara, era horrible verla humillarse ante el para que le demostrara una sola pizca de cariño. Cada día que pasaba en casa y la veía, sentía cada día mas odio hacia el y ese sentimiento llego al limite el día que vi como el le lanzaba la maldición Avada Kedabra, la mato Ginny y nunca sintió ni un ápice de remordimiento. ¿Quieres saber si me siento mal por la muerte de mi padre? – La chica afirmo con la cabeza – no, no quiero y aunque quisiera, no creo que lo pudiera hacer no me siento feliz porque haya muerto, pero no lamento tampoco su muerte.

- Draco – ella se aferro a su cuello – lo siento, siento haberte obligado a recordar todo eso.

- No importa – contesto el acariciándole el pelo – no tiene importancia, te lo quería contar, pero nunca encontraba el momento para decírtelo. Quería que lo supieras, porque a ti no te quiero esconder nada al igual que no quiero que tu me ocultes nada a mi – le dio un suave beso en los labios que ella correspondió.

- ¿Por qué estabas molesto?

- ¿Que? – interrogo el mientras estaba entretenido besando su cuello.

- Cuando entraste, dijiste que estabas molesto.

- Ah si – afirmo el – se me había olvidado eres una mala influencia señorita Weasley.

- Lo siento mucho señor Malfoy.

- Si estoy molesto y mucho. ¿Porque no me contaste lo de Andy?

- No podía Draco, no tenia derecho a hacerlo.

- Creía que confiabas en mi – añadió molesto.

- Y lo hago. Confió en ti. Pero no era mi problema ni mi vida. Cuando Hermione y Ron decidieron crear la mentira sobre Andy yo no estaba aun contigo y después no era una mentira del todo, nos acostumbramos a verla como la hija de Ron y a que nos llamara tíos, así que la verdad es que era como si de verdad fuera su hija. Se que tal vez lo deberías haber sabido pero eran ellos quien te lo tenían que haber contado, no yo.

- Sigue sin hacerme gracia que me lo escondieras.

- Sabes lo que de verdad te molesta – dijo la chica – que si llevabas mal que la hija de Ron Weasley fuera una de tus debilidades para que contarte que la hija de tu gran y mayor enemigo Harry Potter.

- Eso no es verdad – contesto el molesto – además Andy no tiene la culpa de tener a la sabelotodo Granger y a San Potter como padres, bastante tiene ya la pobre – Ginny rió ante la contestación.

- Nunca  cambiaras – el dejo salir una de sus sonrisas cínicas.

- Para que hacerlo, si siendo así te conseguí a ti – la beso y la recostó sobre la cama tapándola el con su cuerpo.