Cualquier que los viera pensaría que era un tanto ridículo un joven adulto y una niña, sentados en un banco en silencio sin saber que decirse.
- Eh… bueno así que vamos a pasar las vacaciones juntos – comenzó Harry.
- Si – afirmo la niña mientras movía sus pequeñas piernas en un vaivén.
- ¿Tú ya has estado en la casa de Malfoy? – pregunto.
- En esa no.
- ¿En cual entonces? – interrogo el chico.
- En la que vive con la tía Ginny.
- OH… - se hizo un incomodo silencio mientras Harry pensaba que mas le podía decir a la niña, era su hija, no debía de ser tan difícil.
Mientras tanto dentro del castillo por una ventana Hermione observaba la escena desde lejos.
- ¿Cómo les ira? – se sobresalto al oír la voz detrás de ella.
- Remus, me has asustado.
- Lo siento – se disculpo el hombre poniéndose a su altura - ¿Cómo los ves?
- No lo sé. Resulta extraño verlos juntos, nunca pensé que eso llegara a ocurrir.
- Eso es una prueba de que no debemos olvidar que los milagros existen.
- ¿Aunque tarden cinco años en realizarse?
- Aun así – respondió el – los milagros existen.
Harry pensaba en cosas que le podían gustar a la pequeña e intentándolo todo lo que se le ocurría, pero ella no parecía estar muy interesada en nada que el le preguntara, pensó la siguiente pregunta que le haría mientras la miraba, era delgada y con el pelo del color del fuego un copo encrespado como su madre, claro su madre, como no lo había pensado antes.
- ¿Te gusta leer? – siendo hija de Hermione seguro que le encantaba, a no ser que esos genes los hubiese heredado de él, pensaba a la vez que rezaba para que no fueses así.
- Si, tengo muchos libros, mama compra todas las semanas uno para mi y otro para ella. Hasta me he leído el libro de Historia de Hogwarts – dijo con orgullo, era hija de su madre pensó Harry con una sonrisa – si no se lo cuentas a mama te cuento un secreto… - la niña miro a ambos lados y luego se acerco al chico que bajo para acercarse mas a ella – pero mis libros favoritos son los que me regalan los tíos Fred y George, todos sobre quitdicht.
- ¿Te gusta el quitdicht? – pregunto Harry feliz.
- Si – la niña se levanto exaltada – y juego muy bien, mi papa … bueno mi … otro papa –señalo el castillo como si quisiera explicar que el estuviera ahí – el que era mi papa … - Harry pudo notar que la chiquilla se estaba poniendo nerviosa.
- Andy – llamo – no hay problema porque le siguas llamando papa ni porque lo consideres así, no me importa.
- ¿Y te tengo que llamar a ti también papa?
- A mi me puedes llamar como quieras, me haría ilusión que me llamaras papa, pero supongo que tu no quieres – la niña negó con la cabeza – pues no pasa nada, me puedes llamar Harry y si algún día quieres me podrás llamar papa ¿de acuerdo?
- Bueno… vale.
- ¿En que puesto juegas en el quitdich? – pregunto el para cambiar de tema.
- Soy buscadora y soy muy buena – contesto ella – hasta he ganado al tío Draco.
- ¿Has ganado a Malfoy? – Harry no pudo evitar que se le escapara una sonrisa.
- Si, ya lo he hecho tres veces y papa lo pasa muy bien cada vez que le gano, porque el tío Draco se enfada mucho y sus mejillas se ponen rojas – Harry reía mientras la niña le seguía contando como atrapaba la snitch.
- Tengo una idea – dijo el chico - ¿Qué te parece si vamos a por unos dulces a las cocinas y después jugamos un partido? Vamos a por tu papa y a por Malfoy.
- ¿Y la tía Ginny?
- Y la tía Ginny – agarro a la niña de la mano y volvieron al castillo.
El partido fue muy interesante, Harry no se quería enfrentar a su hija, así que participo de cazador, mientras veía como la niña vapuleaba a un furioso Draco Malfoy que solo repetía a quien le quisiera escuchar:
- La deje ganar, es una niña no quería dejarla mal, la deje ganar.
Harry se encontraba en la biblioteca leyendo algunos libros donde explicaban algunas cosas que habían pasado aquellos años, releía todos los libros y los números del profeta que encontraba sin saber a ciencia a cierta que era lo que buscaba, pero cuando se llevo la mayor sorpresa fue cuando hasta encontró un libro donde hablaban sobre su desaparición y pensaban que estaba muerto y había una especie de esquela que había confeccionado Colin alskfja.
- ¿Es escalofriante verdad? – miro al frente y vio a Hermione sentada enfrente suyo.
- Si, algo la verdad.
- ¿Qué haces aquí? – pregunto la chica observando los libros que el había estado mirando.
- Busco alguna respuesta, quiero saber lo que a pasado durante este tiempo.
- ¿No recuerdas nada?
- No, nada no tengo ni un solo recuerdo desde el momento en que vi caer a Voldemort, de ahí en adelante todo esta en blanco o mas bien negro, de vez en cuando tengo alguna imagen, pero no m dicen nada.
- Tal vez con el tiempo vayas recordando – animo ella.
- Tal vez, pero a lo mejor no quiero, vete tu a saber que he hecho durante esos años con los mortigafos, según me contó Remus os ataque a todos miedo me da pensar que haya podido llegar a hacer daño a alguien.
- No lo creo Harry, los mortigafos estuvieron muy tranquilos hasta lo de la otra noche.
- Ojala tengas razón – el volvió su vista de nuevo a su lectura mientras ella lo observaba, le hacia gracia verle poner los mismos gestos de fastidio que cuando hacia sus tareas con ella y Ron en la sala común o en la biblioteca. Su rostro era el mismo de siempre como si nada hubiera cambiado y sus ojos volvían a tener el color verde que ella adoraba, ya no quedaba rastro en ellos de la oscuridad que había visto la noche anterior.
- ¿Encuentras algo de lo que buscas? – le pregunto.
- Ni siquiera se lo que busco – soltó el mientras tiraba contra la mesa un numero atrasado del probeta.
- Si puedo ayudarte en algo.
- ¿Estuviste en el juicio de Sirius? – ella sonrió.
- No, no hubo juicio Harry, por lo que se ve Sirius nunca va a estar en un juicio.
- ¿Cómo que no hubo juicio? – el frunció el ceño - No lo entiendo. ¿Cómo atraparon a la rata? – ella dejo de sonreír.
- Nunca atraparon a Pettigrew Harry, sigue libre.
- ¿Ahora si que me perdí? – paso su mano por el cabello nervioso – es como si todo el mundo lo supiera todo y yo no tuviera ni idea de nada.
- Bueno ya te enteraras de todo – le animo ella – veras Remus y Sirius atraparon a Beatrix Lestrange, se la llevo a juicio y con el veritaserum ella lo confeso todo incluida la inocencia de Sirius, así que lo dejaron libre inmediatamente.
- ¿Qué paso con Beatrix?
- El beso – fue lo único que dijo mientras se estremecía un poco al recordarlo.
- Así que el culpable de que mis padres estén muertos y de la gran y bonita cicatriz que adorna mi frente – dijo con sarcasmo – sigue por ahí tranquilamente.
- Remus y Sirius lo siguen buscando, es lo que han hecho estos años, buscar cualquier pista que los condujera a Pettigrew o a ti, ellos no perdieron la esperanza.
- ¿Tu si la perdiste? – interrogo el.
- No lo sé Harry a decir verdad no lo se, creo que dentro de mi siempre me quedo algo de anhelo de que de verdad estuvieras bien, pero yo seguí con mi vida, tenia que hacerlo
- Eso es mentira – interrumpió una voz.
- Ron – le regaño la chica.
- ¿Que? – dijo mientras se encogía de hombros – es verdad, siguió con sus estudios, después con su trabajo – contó a Harry – cuidando de Andy, pero su vida no siguió, lo único que hace es ir de casa al trabajo y del trabajo a casa y los fines de semana se va a la madriguera.
- Ron – volvió a llamar la chica un poco más alto.
- Se pasa todo el día igual – continuo ignorándola - no ha querido salir con nadie en todos estos años y eso que no será porque le faltaron pretendientes… ay eso dolió – gruño al recibir una colleja de la chica.
- Solo era para que supieras que sigo aquí.
- Ya lo había notado – gruño el – solo vine para deciros que después de comer me voy a la madriguera ¿queréis venir? Mi madre esta deseando verte Harry.
- Bueno… supongo que si – contesto el chico.
- Estupendo, la iré a avisar de que cenaremos todos en casa. Ser buenos – dijo mientras salía por la puerta.
- Un día Luna se va a quedar viuda - se quedaron unos minutos en silencio, el intentaba asimilar toda la información que acaba de recibir antes de la interrupción de su amigo.
- ¿Puedo hacerte una pregunta? – pregunto dudoso.
- Mientras no me vuelvas a pedir que me case contigo – bromeo ella, pero en la mirada de el no hubo ningún gesto de que le agradase la broma.
- No tiene gracia. Te lo pedí porque lo sentía y lo quería.
- Lo siento Harry, no debería haberlo dicho, solo quería romper un poco el hielo.
- No importa. ¿Por qué ocultaste a todo el mundo que Andy era mi hija?
- Harry cuando descubrí que estaba embarazada me asuste mucho, tu habías matado a Voldemort pero muchos mortigafos aun seguían intentando seguir su mandato y solo tenia diecisiete años, lo único que podía pensar era que si alguien descubría que era hija tuya le harían daño. Se lo conté a Ron y el se ofreció a ser su padre, al principio me negué, pero al final acepte cuando Andy nació y era pelirroja parecía un milagro, todos aceptaron que era una Weasley, pero nosotros queríamos que tuviera algo de ti, aparte de tus ojos – sonrió – así que la llamamos Andrea Lilyan, por tu madre.
- Gracias seguro que si mi madre viviera estaría orgullosa de que llevara su nombre – contesto el – es una niña… - se quedo unos segundos callados buscando las palabras – es preciosa, como tu – dijo provocando que ella se sonrojara – y muy inteligente es increíble que algo tan especial haya salido de nosotros dos – indico mientras le acariciaba dulcemente a ella la mano - Aunque no entiendo esa devoción por Malfoy.
- Eso no lo entiende nadie – contesto ella negando la cabeza – no le busques razón.
- Tuviste muchos motivos para ocultárselo a todo el mundo, demasiadas razones – añadió el – debió ser duro pensar que si alguien descubría la verdad os hubieran echo daño a las dos y todo por tener relación conmigo que ni siquiera estaba ahí para protegeros.
- Pero ahora si estas – apunto ella.
- Si, pero tu me rechazaste.
- No Harry no digas eso, solo rechace tu proposición, todo va demasiado rápido y ahora no puedo aceptarla.
- ¿Ahora? – dijo el esperanzado – eso significa que mas adelante …
- Eso significa que nos debemos dar tiempo, pero que nunca he dicho que no quiero que estés ni conmigo ni con Andy.
- así que si te doy tiempo te casaras conmigo – murmuro el mas para si que para la chica.
- Harry ¿Has escuchado algo de lo que he dicho?
- Claro que si, te daré el tiempo que necesites y luego nos casaremos.
- Me parece que no me has entendido.
- Si que lo he hecho – afirmo el.
- No, no lo has hecho.
- OH si lo he hecho, porque ten por seguro Hermione Granger – dijo mientras se levantaba y se acercaba a ella – que no pienso parar hasta que me termines diciendo que si – termino mientras le daba un rápido beso en los labios y salía de la biblioteca – ella se quedo helada sin saber que hacer, paso sus dedos por sus labios y luego sacudió su cabeza.
- Harry Potter vuelve aquí inmediatamente – grito saliendo detrás de el.
