Esto es para ti

Por TomasAlpha98

Era un dia soleado. el bosque resoplaba con un fresco viento reconfortante, los rayos de sol eran lo suficientemente cálidos, el aroma de la tranquilidad se podía respirar.

Una joven que estaba recargada en un árbol, de nombre May, suspiraba en melancolía. Ella pensaba en un amigo suyo mientras observaba las nubes, en una de ellas se apreciaba la forma de un entrenador con una gorra.

«Ash fue bueno conmigo y me ayudo a perder el miedo a los pokemon. me gustaría recompensarlo por todo lo que el hizo por mi» pensó May y de manera involuntaria llevó sus dedos a los labios «¿y si lo beso?» May pensó en que tipo de beso le daría a Ash, desde un beso en la mejilla hasta un beso de los labios, eso ultimo altero a May haciendo que interrumpiera su imaginación sacudiendo su cabeza en ambas direcciones.

—¿En que estoy pensando? eso seria muy exagerado, ademas, por que se me ocurrió darle un beso como regalo? —May pensó nuevamente— ¿y si le doy un abrazo? mejor no, no quiero que lo malinterprete y se haga una idea equivocada. Sea como sea, el gran festival esta a una semana de comenzar y antes de que empiece, me gustaría agradecerle a Ash ya que de no ser por el, no hubiera llegado tan lejos.

May miro nuevamente al cielo buscando que las propias nubes le dieran una idea de regalo. Sin embargo, no obtuvo respuesta y no tuvo mas remedio que regresar caminando hacia la ciudad en donde estaba de visita.

Fueron como 10 minutos de camino hasta llegar a una plaza comercial. Letreros y pancartas que promocionaban el gran festival así como algunas tiendas que mostraban obsequios tanto lujosos como modestos. May siguió revisando la plaza y no pudo decidirse, sus mejores opciones eran pokebolas, una gorra verde que personalmente no era del agrado de May y un peluche de pikachu.

—No creo que sea lo suficientemente bueno —dijo May para si misma. Luego vio una cabina de fotos y pensó«: ¿y si le regalo una foto mía?».

La idea no sonaba mal, después de todo, seria un recuerdo para que Ash se acordara de ella y que su viva imagen juvenil perdurara con el pasar del tiempo. Claro que existía el inconveniente que Ash pudiera perder la foto, pero May confiaba lo suficiente en Ash como para que eso no pasaría.

—Muy bien, aquí voy —dijo mientras caminaba hacia la cabina.

—¡Espera, no puedes entrar! —dijo un señor quien se acercaba hacia May —la cabina está descompuesta y la estoy reparando.

—¿En serio? —dijo May decepcionada —yo quería tomarme una foto para mi amigo.

—Lo lamento, he revisado esta maquina y no estará lista si no hasta dos semanas o menos—dijo el señor dando su explicación a May. ella se decepcionó, ya no le quedaban ideas. Al ver el estado de animo de la jovencita, el señor no pudo evitar entrometerse y preguntarle— ¿la foto es un regalo?

—Lo era—dijo May, su tristeza era presenciable en su cara —tengo un amigo muy especial y me gustaría obsequiarle algo como agradecimiento por todo lo que el hizo por mi.

El señor se conmovió. ya no había gestos amistosos hoy en día: un amigo regalando un obsequio a otro amigo para conmemorar su amistad. el viejo, cuya sabiduría fue generada por los años, le dijo a May:

—¿Y que te parece si le regalas chocolates?

—¡¿Que?! —dijo sorprendida May y refutó la idea con sonrojo— Pero no puedo, no estoy enamorada de él.

El señor rió por la respuesta infantil de la coordinadora, él vio lo ingenua e inexperimentada que era May sobre la vida y le dijo:

—Los chocolates no solo se regalan para enamorar o demostrar amor, jovencita —dijo el viejo con una sonrisa— regalar chocolates era una tradición para demostrar que tan importante es la persona para ti. La televisión de hoy en día ha de haberte educado para pensar eso.

May reflexiono las palabras del señor y aunque eso ultimo no le pareció mucho por que ella no veía tanta televisión a comparación de su hermano, se dio cuenta que el viejo tal vez tendría razón, de ser el caso, los chocolates serian perfectos.

—Muchas gracias —dijo May alegremente y se despidió del amable señor mientras este se quedaba viendo como se alejaba la joven.

«Es cierto que regalar chocolates no implica estar enamorado, pero lo que es seguro es que dependiendo de la intención puede desembocar consecuencias que pueden dar fruto a la evolución de una relación llegando mas alla de una grandiosa amistad» pensó el hombre mayor de edad y luego se dirigió a la maquina— Será mejor que me de prisa con este vejestorio.

May corrió lo mas que pudo regresando nuevamente a la plaza comercial, había jurado que había visto unos puestos de dulceria y quería buscar unos buenos chocolates ya sean blancos o oscuros, amargos o de leche.

—Creo que estos estarán bien —dijo May eligiendo un tipo de chocolate y pagandole al vendedor. el chocolate que compró era de tableta y el empaque era rojizo y tenia la imagen contorneada de un eevee, el nombre del chocolate estaba escrito en cursiva y decia "choqueevee"

—Ahora solo falta dárselos a Ash, pero... no se como —pensó May y ahora ese seria su problema.

—Vaya que tenemos aquí? —dijo una voz conocida que solo May podría reconocer.

—¿Drew? —dijo con cierto asqueo. A may no le agradaba Drew, le parecía muy presuntuoso y soberbio.

—El mismo —dijo con superioridad y luego miro el chocolate que tenia May en sus manos —¿Eso es para mi? no me hagas reír, mis fans me dan mejores chocolates.

—No seas tonto, no son para ti —dijo May ocultando los chocolates de la vista de Drew. el chico solo pudo reír por el comportamiento de May.

—Entonces es para tu novio —respondió drew ansioso por ver la reacción de May, le encantaba molestaba y para su suerte, logro desquiciar a May.

—¡Ash no es mi novio! —grito May enfadada por lo molesto que Drew era con ella. La ira fue tanta que incluso apretó y deformo el empaque.

—Entonces es para ese perdedor. Creo que era obvio, un perdedor para una perdedora —dijo Drew pensando y luego añadió —¿por que quieres darselo?

—¿Por que quiero? —repitió May en su mente, no lo había pensado detenidamente. debia haber un motivo en concreto, pero cual seria, ¿por que gracias a el May pudo superar su miedo? o por que el actuo como una especie de maestro para ella? May debia pensar muy bien en la razon por que no lo tenia bien claro. queria agradecerle, pero bajo que concepto? drew al ver que May no reaccionaba habló:

—Sea cual sea tu intención —dijo mientras sonreía malevolamente y apuntando la mano derecha de May— creo que tu chocolate se arruinó.

—¡¿Que?! —exclamó sorprendida May al notarlo y Drew rió sin parar.

—Nos vemos perdedora, en el gran festival —dijo el chico de cabello verde alejándose de May victorioso por amargarle el día a la castaña.

—Maldito miserable —dijo May en un susurro venenoso y luego se desanimo por que ya no tenia dinero para comprar otro chocolate y con alta desidia dijo: ya es tarde, debería verme con Ash y los demás en el centro pokemon.

Así fue como May se dirigió al centro pokemon para reencontrarse con sus amigos. durante el camino May miro el cielo naranja una ultima vez por el día de hoy. pudo ver que el gran resplandor del sol impactaban con las luces causando un gran reflejo, fue un hermoso atardecer, tal vez era el único consuelo de May.

—¿Ahora que voy a hacer? No le puedo entregar esto a Ash —se dijo para si misma y unas lágrimas se formaron en su rostro. Buscó un lugar donde pudiera tomar asiento dentro de la cafeteria del centro pokemon.

—¿por que quieres dárselo?

La pregunta resonó en la mente de May. Ella nuevamente reafirmó que no le gustaba a Ash, sin embargo, eso no quita el hecho que lo aprecie de una manera especial. Tal vez fueron por los momentos que vivieron, tal vez sea por lo que Ash hizo por ella, o tal vez por que en un inicio solo se aprovechaba de la culpabilidad de Ash cuando éste rostizo su bicicleta.

Este ultimo pensamiento es algo que May ha reflexionado últimamente cuando mejoro su relación con Ash. En un inicio ella no quería viajar sola y aprovechó la oportunidad de manipular a Ash para que la acompañara. Ella misma reconoce que fue una jugada baja y que tal vez no se arrepintiese de haberlo hecho, pero al conocer mejor a Ash no puede evitar sentirse mal o avergonzada por lo que hizo. Tal vez y solo tal vez si ella amablemente le hubiera pedido a Ash que la acompañara, él hubiera aceptado.

Quizás eso sea lo que May quiere saldar, esa deuda en gratitud por haber permitido que ella viajara con él. Aunque a decir verdad, ellos no se llevaban bien desde un inicio, pero eso fue cambiando al pasar los dias. Ella se fue acostumbrando a estar con él y a verlo para seguir sus mismos pasos.

—Con que ahí estabas —dijo la persona que menos se esperaba la coordinadora—. Me empezabas a preocupar cuando fuiste al bosque y simplemente no regresabas.

—Bueno yo... —dijo May con un leve sonrojo apenada por la atención que recibía del entrenador— Estaba mirando las nubes y perdí la noción del tiempo.

—Max está con Brock. Espero que no tarden —dijo el entrenador mientras su compañero electrico posaba en su hombro.

—Si... eso espero —dijo May con ligeros nervios, la persona que quería entregarle su regalo en agradecimiento estaba enfrente de ella. El momento había llegado, una decisión que tomar ¿darle el regalo a Ash o no dárselo?

—El gran festival es la siguiente semana. No puedo esperar a verte en acción —dijo Ash con alegría y esa frase motivadora hacia que May se llenara de espíritu.

—¡Así es, voy a esforzarme al máximo! —dijo May apretando sus puños y dando una mirada brillante llena de vida y pasión. Ash le sonrió al ver lo animada que estaba, le gustaba ver a las personas apasionadas cuando se trata de los pokemon ya sea en batalla o concurso.

—Pikachu —dijo el entrenador refiriendose a su fiel acompañante— ¿puedes ir a revisar si vienen Brock y Max?

El pokemon asintio y de un salto se bajó del hombro de Ash y se fue corriendo hacia la entrada del centro pokemon. May miró esto y una inquietud empezó a sentir que esta era la oportunidad para regalarle a Ash el chocolate.

—Espero que ya no tarden —dijo Ash refiriendose al moreno y al niño. May por su parte, intentaba pensar en las palabras adecuadas para regalarle el presente a Ash.

«¿que estoy haciendo?» pensó para si misma y no pudo creer que se estaba acobardando, en ella misma sentía un obstáculo que le impedía dar ese paso. Ella recordaba las ocasiones en que Ash fue malo con ella, pero que al final arreglaron sus diferencias, aquellos consejos que Ash le daba acerca de ser un entrenador pokemon. Las veces en que Ash la ha rescatado del Equipo Rocket. Cansada de su indecisión, May habló fuertemente y dijo—: Ash— pronunciando su nombre con devoción, lo suficiente para que este la volteara a ver a los ojos con una cara crédula. MaY buscaba en su bolso amarillo donde residía el empaje de la golosina a la vez que pronunciaba estas palabras—: Yo quiero...

—Hola, perdón por la tardanza —dijo un moreno de ojos rasgados acompañado de otro joven de ojos cristalizados. May notó como su oportunidad se había esfumado y no le quedó más remedio que resignarse. El grupo se estaba organizando para pasar la noche en el centro pokemon, sin embargo, antes de que cayera la noche, May salió de su habitación para ver nuevamente el cielo nocturno una última vez antes de dormir.

Las nubes, con ayuda de la luna, May podía ver alguna que otra forma en la nubes sombrías. May miraba aquellas nubes misteriosas que se mezclaban con la luz blanca de la luna con el color oscuro de la noche. Después miró en sus manos el empaque maltratado, e incluso podría decirse que rancio, del chocolate que era para Ash.

—Veo que estas despierta —dijo una voz alertando a May, la cual hizo que se volteará a la dirección de origen y escondiendo el empaque entre sus manos. Ella identificó de quien se trataba.

—Ash —dijo con sorpresa en su voz— ¿Que haces aquí?

—Solo quiero hablar contigo —dijo serenamente a lo cual esto sorprendió a la castaña, pero otra voz los interrumpiría.

—Muchachos —se trataba de la enfermera Joy. Con una mirada seria y una voz clara y concisa dijo—: Regresen a sus habitaciones. Es demasiado tarde para que esten fuera.

—Solo nos tomará unos minutos —dijo Ash dirigiéndose a la enfermera. Ella, aunque no le gustará, accedió.

Una vez que la enfermera se haya ido, May miró a Ash y dijo:

—¿De que querías hablar? —dijo una vez que sus nervios estaban calmados.

—En la tarde noté que algo te inquietaba y me gustaría saber el porqué —dijo Ash dejando en claro que a ella le preocupaba.

May entendió que este era el momento. Si no lo hacia ahora, ya no habría otro momento idóneo, así que como respuesta estiró su brazo mostrandole el empaque a Ash y en lugar de decir la causa directamente, le ofreció el chocolate.

—Toma esto. Es algo que quise darte en la tarde.

—¿Un chocolate? ¿Pero porqué? —dijo Ash credulamente mientras tomaba lentamente el chocolate.

—Es un regalo que quería darte —dijo May sonando con la mayor sinceridad que pudiera dar, ella miró los ojos del entrenador quien miraba con algo de nerviosismo, pero que las palabras salieron de su corazón—. Es una manera de agradecerte por todo lo que hiciste por mi. Me siento feliz y afortunada de haberte conocido.

Mientras May hablaba, Ash solo podía examinar el empaque. No sabía mucho de marcas, ni mucho menos comía a menudo chocolates, pero pudo suponer que May se esforzó por conseguir un buen chocolate.

—Ten —dijo Ash partiendo el chocolate a la mitad—. Quiero compartirlo contigo. Cambien quiero agradecerte ya que tu también eres parte en mi camino para ser un maestro pokemon.

May no se esperaba aquella reacción, pero no lo negó y tomó la mitad con gusto. A decir verdad, ella también tenia antojo de probar la barra de chocolate. Y casi como si ambos estuvieran sincronizados por una unión, ambos comieron del chocolate.

—¡Está delicioso! —dijo May feliz y conmocionada por el sabor, a pesar del mal estado en el que se encontraba, aun conservaba un buen sabor. Ash no recordaba haber comido algo sin igual.

—Estuvo bueno —dijo Ash pensando que ya todo estaba arreglado se disponía a retirarse hacia su habitación. Sin embargo, algo húmedo interceptó su mejilla, algo húmedo y cálido.

Ash se volteó para ver mas detenidamente lo que había pasado y lo único que encontró fue a una May ruborizada con una mirada apartada.

—Esto también es para ti.

Sin nada más que decir, en consecuencia por la vergüenza que ambos estaban pasando por el momento, ambos se retiraron hacia sus respectivas habitaciones. Una conmovida enfermera que miraba la escena con ferviente celo, llevó sus manos a sus mejillas enrojecidas y con un gesto de persona enamoradiza pensó:

«Que bueno que los dejé continuar»

Fin de la historia.

Notas del autor:

Espero que les haya gustado la historia, muy posiblemente (por no decir que será un hecho) deje abandonado los fanfics cuando salga pokemon escarlata y purpura XD.

Por cierto, hablando de escarlata y purpura, estoy pensando seriamente en hacer un directo en mi canal de youtube de un shiny hunting del inicial, Aun no está decidido si lo haré o no, pero doy el aviso para quienes esten interesados en tener una interacción en tiempo real con su servilleta o ya de perdida ver como hago un super fail reiniciando cuando ya había salido el shiny springatito XD.