Capítulo 3: Sueños Premonitorios.
Harry, Ron y Hermione bajaron las escaleras y
llegaron hasta el salón. Era un salón realmente bonito, decorado con muy
buen gusto: Cuadros antiguos, hermosas plantas verdes y frondosas, una gran
chimenea apagada, y montones de pequeñas figuritas decorativas esparcidas
por el salón.
En el centro de el salón, había una mesa de madera, sobre la cual se extendían los mas variados y sabrosos platos que Harry no veía desde que había terminado el curso en Hogwarts, en el centro de la mesa había un enorme pavo, y a los alrededores toda clase de cremas y salsas para acompañarlo, incluso habían hasta 6 tipos diferentes de refrescos, estaba claro que la señora Granger era una excelente cocinera.
Los tres amigos se sentaron en la mesa, Harry y Ron se sentaron juntos uno al lado del otro, mientras que Hermione se sentó justo frente a ellos, entre tanto, ella intentó sacar un tema de conversación mientras llegaban sus padres:
-Bueno, ¿Como son los exámenes de aparición?
-Emm, buenooo, -empezó Ron- nosotros... veras...
-Un momento interrumpió Hermione, ¿Como e podido ser tan estúpida? ¿Como no e podido darme cuenta? Tan solo tenéis 15 años, ninguno de vosotros está autorizado a hacer magia fuera del colegio, ¿Como se os ocurre? Se lo pienso contar todo a Dumbledore y a McGonagall.
-Veras Hermione, puedes hacer lo que quieras, puedes estar segura de que ellos ya lo saben, tenemos el permiso de Dumbledore no solo para aparecernos, sino para hacer magia también.
-¿Como puede ser eso?
-Veras Hermione, ya te hemos dicho que muchas cosas han cambiado en estas semanas, y Dumbledore, por alguna razón que nosotros desconocemos, piensa que vamos a necesitar la magia para estar a salvo, y nos ha hechizado, veras, pese a que Dumbledore quiere que podamos usar la magia, el ministerio siempre se negaría a que esto ocurriera, así que nos lanzó un hechizo que nos permitiera usar la magia sin que el ministerio lo notara.
-Bueno, si es así... aunque no estoy del todo convencida.
-Pronto lo estarás, Dumbledore pretende hechizarte a ti también para que puedas utilizar la magia.
-¿Que? ¡¡¡Eso es fantástico!!! ¡¡¡Que ganas tengo de volver a usar mi varita, ya se me estaban olvidando hasta los hechizos más básicos!!!
-Valla, ¿si que se ha conformado pronto eh? bromeo Harry
En ese momento, aparecieron los padres de Hermione disculpándose por su retraso, ambos venían de la cocina.
-¡¡¡Bueno!!! Dijo el señor Granger, -empecemos a cenar.
Una vez todos en la mesa, el padre de Hermione troceó el pavo, todos se sirvieron, y empezaron a comer.
-Aquel pavo era una de las mejores comidas que había probado Harry en toda su vida en Privet Drive, e incluso durante los cuatro años que llevaba comiendo en el Gran comedor de Hogwarts, tenía un sabor especial, diferente a cualquier otro pavo que Harry había comido hasta entonces, aunque quizá se debiera a que Harry levaba sin comer en condiciones desde que salió de Hogwarts al finalizar el curso. A Ron, por el aspecto de su cara, parecía que también le gustaba mucho, aunque posiblemente fuera por el mismo motivo que Harry, desde que había muerto su padre, la madre de Ron no cocinaba, en su lugar lo hacia una anciana mujer, muy amable, que se ocupaba de hacer la comida para todos los que se encontraban en aquel refugio, pero a pesar de esto, no cocinaba tan bien como solía hacer la señora Weaesley, así que de repente y al unísono, Harry y Ron dijeron:
-Señora Granger, todo está delicioso.
-Oh! Gracias, dijo dulcemente la madre de Hermione.
-Si, es cierto cariño, le dijo el señor Granger, esta todo delicioso.
-Bueno, basta ya, comamos que se nos va a enfriar la cena, dijo la señora Granger ruborizada.
Tras unos segundos de incomodo silencio, Harry esperaba que Hermione sacara el tema de su partida hacia el refugio, pero esto no ocurrió, Harry miró a Ron y luego a Hermione, que parecía estar buscando las palabras idóneas para explicarlo todo a sus padres, y justo cuando parecía que esta se disponía a abrir la boca para decir algo, su padre la interrumpió.
-No hace falta que nos expliques nada, lo sabemos.
-¿Que?
Verás, dijo el señor Granger mientras su esposa se levantaba sin decir nada y se dirigía a la cocina, hace un rato a llegado una lechuza, aunque no la hemos reconocido, porque no es una de las que normalmente venían con el periódico, hemos abierto la ventana igualmente y...
-Y nos a entregado esto, interrumpió la señora Granger que volvía de la cocina con un sobre de pergamino: "Señor y señora Granger, la cocina, número 9, avenida Diddikings. Leyó la señora Granger.
-¿Y que pone dentro, dijo Hermione que no parecía estar sorprendida lo más mínimo de que sus padres recibieran una carta mediante el método no muggle.
Estimados señor y señora Granger, soy Albus Dumbledore, director del colegio Hogwarts, de magia y hechicería, donde actualmente estudia y reside su hija durante el curso escolar. Me dirijo a ustedes para comunicarles que por motivos que no puedo desvelarles en este momento su hija deberá partir esta misma noche con todas las cosas que necesite para el próximo curso porque no creo que vuelva antes de que finalicen las vacaciones estivales. Dos compañeros y amigos de su hija pasarán a recogerla, les ruego, no se alarmen y no hagan preguntas, su hija estará segura, estén tranquilos. Un cordial saludo:
Albus Dumbledore
-¿Y bien? ¿Que os parece? preguntó Hermione a sus padres.
-No hay ningún problema, dijeron sus padres.
-Harry se quedó perplejo al oír la respuesta de los padres de Hermione, y a Juzgar por la cara que puso Ron, este debía de estar pensando exactamente lo mismo que el. Hermione sin embargo, no parecía nada sorprendida de la reacción de sus padres
-Bien, dijo por fin la chica, será mejor que nos subamos a dormir, saldremos mañana temprano.
-Pero... aqui pone que debéis iros ya.
-Si bueno, no creo que importen unas horas más, Harry y Ron deben de estar agotados, aparecerse cansa tanto como hacer el trayecto andando, solo que es más rápido, y merecen un descanso, antes de aparecerse de nuevo, y esta vez con un "polizón".
-Bueno, está bien, como vosotros queráis.
En ese caso, buenas noches dijo Hermione, seguida por Ron y Harry. Los tres amigos se dirigieron a la cocina con sus respectivos platos para dejarlos en el fregadero, y fue entonces cuando Ron ya no pudo contener más la pregunta:
-Hermione, ¿Como es que tus padres han aceptado a dejarte marchar, sin siquiera preguntar a donde vas?
-Veras Ron, dijo Hermione, mientras buscaba algo con la mirada, me parece que se por que han reaccionado así.
-¿Y bien, por que es? preguntó Harry.
-Hacer el favor de callaros un momento, dijo la joven, que no paraba de buscar algo con la vista.
En ese momento fijó su vista sobre la mesa que había junto a la ventana y dijo:
-Si, seguro que es lo que me imagino.
-¿Nos lo vas a decir o tenemos que esperar a que te duermas y leerlo en tu diario?
-Esta bien, dijo, seguidme.
-Los dos amigos siguieron a Hermione hasta la mesa de que se encontraba junto a la ventana. Sobre la mesa había una especie de polvos blancos que brillaban intensamente.
-¿Veis estos polvos?
-Si
-Son polvos hipnotizantes. Se usan para que la persona que esta bajo los efectos de estos polvos, nunca se pueda negar a nada que les pidas los próximos cinco minutos después de recibir la dosis de polvos. Imagino que Dumbledore los incluiría en el sobre, y mis padres al abrirlo quedaron bajo los efectos de los polvos, y de esta manera no se pudieron negar a la petición de Dumbledore de que yo fuera con vosotros. ¿Lo entendeis?
-Emm si, creo que si, dijo Harry.
-¿Entonces, cualquier persona que caiga bajo los efectos de estos polvos, no puede negarse a nada, absolutamente a nada, de lo que le pidas los próximos cinco minutos?
-Si dijo Hermione frunciendo el entrecejo, pero, a pesar de que los venden en Zonko, no son ningún juguete, no está bien interferir en la vida de los demás de esta manera.
-Pero si solo son polvos.
-Si Ron, solo son polvos, y dime ¿Tu no le encuentras cierto parecido a estos "Polvos" con cierta cosa prohibida?
-Pues no.
-La maldición imperius, intervino Harry, arto de oír discutir a Ron y Hermione.
-Exacto, dijo la joven, la maldición imperius, que además es totalmente ilegal, añadió.
-Si, pero si fueran tan peligrosos no los venderían en una tienda de artículos de broma, respondió Ron.
-Hombre, dijo Hermione, apunto de estallar, no son tan peligrosos como la maldición imperius, porque no se le puede obligar a alguien que esté bajo el efecto de los polvos a hacer algo que atente contra su vida, pero, se acaba por romper las pequeñas normas, y es solo cuestión de tiempo acabar rompiendo las grandes.
-Bueno, dijo Harry fingiendo un bostezo, creo que ya es hora de que nos vallamos a la cama.
-Si, dijo Hermione, dando por zanjada la conversación.
Los tres amigos subieron por las escaleras de la cocina hasta el rellano del primer piso donde estaban las puertas del baño y de las habitaciones, cuando Ron de pronto se detuvo bruscamente.
-¿Que pasa ahora?
-Hermione, ¿Donde esta el baño? Veras, creo que e cenado demasiado... la cena no me ha sentado del todo bien, y necesito ir con urgencia al baño.
-Si, veras, es la puerta frente al dormitorio de mis padres, esa de allí, dijo Hermione señalando una puerta blanca, que estaba justo enfrente de otra identica.
Ron se dirigió hacia la puerta que Hermione le había indicado, mientras que Harry y ella se fueron al cuarto de Hermione. Una vez entraron, Hermione, sacó de nuevo su diaro del baúl y comenzó a escribir en el con la tinta de olor a fresas, y mientras Harry se dispuso a leer el libro de Voldemort que antes había que tenido que dejar de leer por motivo de la cena, pero justo cuando todo la tapa del libro, lo solto y lo dejó caer al suelo, se llevó las manos a la frente, y se arrodilló en el suelo, intentando ahogar un grito para que los padres de Hermione no se alarmaran, pero ella ya se había dado cuenta, se abalanzó sobre su amigo que seguía con las manos en la frente, con un agudo dolor en su cicatriz en forma de rayo, el dolor mas intenso incluso que el que había recibido los cuatro anteriores años, era una mezcla de dolor y odio concentrado todo en una pequeña brecha que intentaba salir de su cicatriz, la cual empezó a sangrar. A Harry le daba la sensación de que no solo perida sangre, pensaba que de un momento a otro su cerebro iba a salir por la pequeña cicatriz.
-Harry, Harry, ¿Que te pasa? Dime algo por favor
-Lo estoy viendo... todo... un arbol.... aquel cementerio..... ¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAGGGGGGGGGGGGG!!!!!!!!!!!!
El joven se desplomó en el suelo, todo había pasado, ya no le dolía la cicatriz, ya no le sangraba, aunque aún le quedaban unas gotas en las manos después de haberlas puesto en la cicatriz, poco a poco recuperó el ritmo normal de la respiración, se incorporó, y encontró el pálido rostro de Hermione, estaba blanca, blanca como la nieve, sus ojos oscuros parecían estar perdidos a la deriva, y, solo cuando Harry la balanceó, está volvio en sí.
-Estoy bien, no te preocupes.
-¿Que no me preocupe? Tu sabes lo que acaba de pasar
-Si, me ha dolido la cicatriz, como tantas veces en estos últimos cuatro años.
-No, no como en estos años Harry, y lo sabes, o, ¿Cuantas veces te ha sangrado la cicatriz?
Lo cierto, es que no era la primera vez que a Harry le dolía la vieja marca que le dejó Voldemort después de matar a sus padres, pero como su amiga bien sabia, esta era la primera vez que había llegado hasta el punto de sangrarle.
-Bueno, ninguna, pero... el joven paró de hablar porque notaba que le ardían las manos, y cuando se las miró, pudo comprobar horrorizado que lo que unos segundos antes había sido su sangre, estaba hirviendo y le estaba quemando las manos. Lo mismo ocurrió con la sangre que había caído la alfombra del cuarto de Hermione, las gotas que antes eran sangre, se convirtieron en una especie de ácido que empezó a hervir hasta quemar el trozo de alfombra sobre el que se encontraban las gotas de sangre, y de este modo evaporarse.
Hermione se incorporo muy rápido, dio un paso atrás, y dijo: -Vale, ¿Que esta pasando aquí?
-No lo sé, dijo Harry
-¿Que no lo sabes? Harry tu frente es una botella de ácido, dijo Hermione, con tono sarcástico.
-Pues no, créeme Hermione, no lo sé, es la primera vez que mi frente sangra, a pesar de que me ha dolido muchas veces.
-¿A eso le llamas tu sangrar?
-Bueno, lo que sea, pero hay algo mas.
-¿Que?
Veras... un momento, ¿donde está Ron?
En ese momento se abrió la puerta de la habitación de Hermione. Era Ron, que volvía del servicio, para encontrarse en la habitación de Hermione a la chica de pie, a unos cuantos pasos de su amigo, que estaba tirado en el suelo, mirando sus manos intensamente.
-¿Que pasa aqui?
Emmm.... nada, ¿Por que has tardado tanto?
Buenooooo, resulta que me encontraba peor de lo que yo creia...
-¿Y que es eso?
Ron hizo un esfuerzo por esconder debajo de su túnica una bolsita negra que llevaba en la mano, pero fue inútil, sus dos amigos ya la habían visto.
-Emmm... no, no es nada, solo son unos knuts y unos galeones... y bueno, ¿Me vais a contar que ha pasado?
-De acuerdo, dijo Hermione, ayudando a Harry a levantarse, el cual se sentó en la cama de su amiga, mientras esta iba hacia su escritorio a cerrar su diario, y Ron se sentaba en el sillón que había junto al armario.
-Veras, yo estaba aquí escribiendo mi diario mientras Harry se disponía a leer un rato, cuando de repente le ha empezado a doler la cicatriz, y se ha tirado al suelo, con las manos en la frente y gimiendo de dolor...
-Pero... ¿y que quiere decir eso? Me refiero, a Harry ya le ha dolido la cicatriz antes y no ha significado que el que no debe ser nombrado estuviera cerca
-Si, pero esta vez ha sido diferente, porque la cicatriz ha sangrado ¿verdad Harry?
Harry parecía no estar escuchando nada de lo que sus amigos decían, estaba tumbado sobre la cama de Hermione, mirando al techo, con los ojos fijos en una de las esquinas. Su frente había parado de sangrar, pero de todas formas seguía apreciándose mas vivamente el corte de la cicatriz.
Harry...
-Eh? si, perdonad, dijo Harry, si, si, la cicatriz me ha sangrado.
-Pareces preocupado.
-Si, es que no ha sido solamente eso.
-¿Como?
-Si, mirad, mientras la cicatriz me dolía, veía cosas en mi cabeza... veía el cementerio donde murió Cedric...
-Es normal que aún sigas pensando en aquello, no hace ni dos meses que todo ocurrió.
-No, os equivocáis, no era un recuerdo, Cedric no estaba allí, los mortífagos tampoco estaban allí...
-¿Que quieres decir?
-Allí estábamos nosotros tres, frente a un árbol, y de repente he visto como hemos corrido con todas nuestras fuerzas hasta el árbol, y como si de la barrera del anden 9 y 3/4 se tratase, lo hemos atravesado, para volver a esta misma habitación, y entonces ha sido cuando me ha dejado de doler la cicatriz.
-¿Que?
-No lo se, Ron, solo se lo que he visto.
-Podría ser, dijo Hermione, ¿Podría ser, que de alguna manera, estuvieras conectado con Voldemort, y puedas ver a través de sus ojos?
-No, no es posible, yo sentía que era yo, de algún modo sabía que yo estaba dentro de mi mismo en la visión, sentí el frío de la noche sobre mi, y también sentí la misma sensación que en la barrera del andén 9 y 3/4, mientras atravesábamos el árbol.
-¿Y que crees que hacíamos allí?
No lo sé, no oía nada, solo pude ver. También vi como Hermione sacaba su varita frente al árbol, y creo que lanzaba un hechizo o algo antes de que atravesáramos el arbol.
-Estoooo... deberíamos acostarnos, mañana tendremos que madrugar para aparecernos si no queremos que Dumbledore note nuestra ausencia...-Dijo Hermione
-Ya te hemos dicho que a Dumbledore no se le escapa nada, de echo ya debe imaginarse el motivo de nuestra tardanza, pero tienes razón, deberíamos acostarnos-Dijo Ron, y acto seguido hizo un suave movimiento con su varita y pronuncio las siguientes palabras: Accoggida.
Todos los muebles de la habitación de Hermione se movieron, se pusieron unos encima de otros, se arrinconaron contra las paredes, e incluso levitaron, para dejar un enorme espacio central en la habitación para que en su lugar aparecieran de la nada dos bonitas camas, ambas iguales a la de Hermione.
-Ron, ¡Mira que desastre!
-No pasa nada Hermione, mañana lo arreglaremos con Fregoteo y todo quedará como antes, además, no te quejes, he conjurado unas camas idénticas a la tuya, así por lo menos hacen juego ¿No?
-Esta bien, déjalo estar, será mejor que nos acostemos de una vez.
Harry, que no podía creer que una discusión entre sus dos amigos hubiera durado tan poco, dio gracias a dios por no tener que escucharlos discutir, porque lo que más le apetecía en esos momentos era dormir toda la noche y olvidar lo que acababa de ocurrir, y sin pensarlo dos veces, se quitó la túnica y se acostó con la ropa que tenía puesta, pues no había traído pijama, ya que creía que no lo iba a necesitar, y no conocía ningún conjuro para cambiarse de ropa. Al parecer, Ron tampoco conocía ninguno, pues al igual que Harry, se despojó de su túnica, y se acostó con la ropa que llevaba debajo.
Harry tenía mucho sueño, pero no lograba conciliar el sueño, y esto no se debía a los profundos ronquidos provenientes de la cama de al lado, pues Harry ya estaba acostumbrado a los ronquidos de Ron, después de haber dormido con el mas de cuatro años en la misma habitación. Sin embargo Hermione parecía no tener ningún problema a la hora de dormir. Ella estaba en su cama, junto a Crookhanks, el gato color canela que Hermione había comprado dos años antes. Ron también dormía, y parecía que estaba teniendo un sueño agradable, o al menos eso pensaba Harry viendo la sonrisa que había dibujada en los labios de su amigo. Harry no paraba de dar vueltas en su cama intentando encontrar la postura idónea para dormir, pero visto que esto no era posible, se levantó, se acercó sigilosamente a la mesa de Hermione, cogió un trozo de pergamino que había allí encima, destapó uno de los tinteros que había sobre la mesa, cogió una pluma, y se dispuso a escribirle una carta a su padrino, Sirius, que le enviaría en cuanto llegaran al refugio.
Querido Hocicos: Estamos todos bien, nos encontramos ahora en casa de Hermione, nos a enviado Dumbledore para que la guiemos hasta "el refugio". Ron quiere aparentar que todo va bien, que lleva mejor lo de su padre, pero por dentro debe sentirse destrozado. A pesar de que estamos todos a salvo, hay algo que me preocupa. Veras, a vuelto a dolerme aquello, pero esta vez ha sido diferente, esta vez incluso he sangrado. Además a ocurrido una cosa muy extraña mientras me dolía. No puedo contarte más, tu ya sabes a que me refiero. Me ha dicho Dumbledore que pronto nos veremos, espero que así sea, entonces podremos hablar de todo esto. Hasta entonces, espero que te cuides.
Harry
Harry enrolló el trozo de pergamino y lo guardó en el bolsillo interior de su túnica, que estaba colgada detrás de la puerta. En ese momento se escuchó un estruendo, y automáticamente sacó su varita de la túnica. Casi al instante penso: -No seas estúpido, a sido un perro o algún coche, guardó su varita en el bolsillo trasero de los vaqueros, y se vovió a meter en la cama. Al parecer después de haberle contado a Sirius todo cuanto se podía contar en una carta (siempre intentaban no contar cosas demasiado importantes por si el correo era interceptado) Harry estaba más relajado y consiguió dormirse cuando eran cerca de de la una de la madrugada.
--------CADENA DE SUEÑOS--------
"SUEÑO 1" Harry se despertó en un lugar totalmente distinto en el que se había acostado. Ahora se encontraba junto a Ron y Hermione en un lugar oscuro, en el que solo recordaba haber estado una vez, con Cedric Drigory y Lord Voldemort. En efecto se trataba de los terrenos de la vieja mansión de los Ryddle. Harry parecía ver la escena desde fuera, como un espectador que espera impaciente a ver la obra de teatro por la que ha pagado, pero no podía ir nada de lo que decian su propio yo, Ron y Hermione. Unos cincuenta dementores se les acercaron por detrás, y sin que se dieran cuenta, besaron a los tres amigos. Los tres quedaron tendidos en el suelo como muertos, sin ningún remedio
"SUEÑO 2"
La escena había cambiado, ahora se encontraban todavía en la casa de los Ryddle, pero esta vez un poco mas alejados de donde les habían atacado los dementores. Igual que en la escena anterior, Harry no veía a los amigos a través de sus ojos, sino que como la vez anterior, los veía desde arriba, como si estuviera sentado en su sillón esperando que comenzara la película. En esta ocasión tampoco logro oir lo que el mismo y sus amigos estaban discutiendo, pero vió que por detrás de ellos se acercaban unos veinte o treinta mortífagos, entre ellos el señor Malfoy, los padres de Crabe y Goyle y el difunto Arthur Weaesley. Todos los mortífagos, incluido el padre de Ron, apuntaron con sus varitas mágicas a los tres amigos y movieron los labios para decir algo, aunque Harry no podia oir nada de lo que pasaba, dedujo que estaban lanzándoles una maldición. De las puntas de todas aquellas varitas salieron chorro de luces verdes y fueron a parar directamente a los corazones de los tres jóvenes que cayeron muertos al instante. Sus cuerpos yacían en el suelo, nada se podía hacer ya por ellos.
"SUEÑO 3"
De nuevo la escena volvió a cambiar. De la nada aparecieron otra vez las figuras de los tres amigos, esta vez mas alejados todavía que en las dos escenas anteriores. Ahora se encontraban en el cementerio que se encontraba en la parte trasera de la mansión. Como en las escenas anteriores ningún ruido se oía, y Harry lo veía todo desde fuera, como se de una película muda se tratase. En esta ocasión, los tres amigos andaban agazapados entre las lápidas del cementerio como si estuvieran huyendo de algo que los persiguiese. En ese mismo momento, todas las lápidas se hicieron a un lado dejando a los tres amigos al descubierto en una gran explanada, con tan solo tres lápidas, una junto a la otra que no se habían movido de sus posiciones iniciales. En un remolino de sombras a pareció una figura enmascarada, que con un movimiento de varita ató a los tres amigos a las tres lápidas, dejando a Hermione entre sus dos amigos. El hombre enmascarado se quitó la máscara y...............................
---FIN DE LA CADENA DE SUEÑOS----
Harry sintió una punzada muy fuerte en su cicatriz, aunque no llego a sangrarle y se despertó pegando un grito. Ron y Hermione se sobresaltaron, y Crookhanks que seguía entre los brazos de su dueña, bufó ha Harry-
-¿Que ha pasado? Preguntó Ron
-He tenido unos sueños extraños, y la cicatriz me ha dolido mucho.
-Bueno, algunas veces has soñado cosas extrañas, y la cicatriz de ha dolido muchas veces por las noches. -Dijo Hermione.
Harry ignoró el comentario de su amiga y se giró hacia Ron: -He visto también a tu....
Harry no pudo acabar la frase. Un humo negro los envolvió a los cuatro, gato incluido, y desvaneció toda la habitación. Harry no supo contar el tiempo que estuvo dando vueltas entre aquel negro humo, en la inopia, como se de un sueño muy real se tratase, cuando por fin el humo se desvaneció...
Harry sintió como sus pies daban contra el suelo. Ya no se encontraba en la habitación de su amiga. Ninguno de los tres sabían donde se encontraban, y empezaron a mirar a su alrededor. Se hallaban en un terreno oscuro y descuidado. A la izquierda de los tres amigos había una colina, sobre la cual se alzaba una magnífica y antigua mansión. A la derecha había un bosque con árboles viejos y sin hojas. Mas allá de la colina, detrás de la mansión se podía distinguir una pequeña iglesia y un cementerio con varias lápidas. Una cosa era segura, ya no se encontraban en el número 9 de la avenida Diddikings.
FIN DEL CAPíTULO 3
Os ha gustado????? Estoy buscando la forma de admitir reviews de todo el mundo, no solo de la gente que está registrada, pero aún no se como hacerlo, espero conseguirlo pronto. Por cierto, el siguiente capítulo es bastante mas largo y con bastante mas acción que este, será un capítulo importante que será el inicio de todo el lío final. Espero publicarlo la semana que viene.
En el centro de el salón, había una mesa de madera, sobre la cual se extendían los mas variados y sabrosos platos que Harry no veía desde que había terminado el curso en Hogwarts, en el centro de la mesa había un enorme pavo, y a los alrededores toda clase de cremas y salsas para acompañarlo, incluso habían hasta 6 tipos diferentes de refrescos, estaba claro que la señora Granger era una excelente cocinera.
Los tres amigos se sentaron en la mesa, Harry y Ron se sentaron juntos uno al lado del otro, mientras que Hermione se sentó justo frente a ellos, entre tanto, ella intentó sacar un tema de conversación mientras llegaban sus padres:
-Bueno, ¿Como son los exámenes de aparición?
-Emm, buenooo, -empezó Ron- nosotros... veras...
-Un momento interrumpió Hermione, ¿Como e podido ser tan estúpida? ¿Como no e podido darme cuenta? Tan solo tenéis 15 años, ninguno de vosotros está autorizado a hacer magia fuera del colegio, ¿Como se os ocurre? Se lo pienso contar todo a Dumbledore y a McGonagall.
-Veras Hermione, puedes hacer lo que quieras, puedes estar segura de que ellos ya lo saben, tenemos el permiso de Dumbledore no solo para aparecernos, sino para hacer magia también.
-¿Como puede ser eso?
-Veras Hermione, ya te hemos dicho que muchas cosas han cambiado en estas semanas, y Dumbledore, por alguna razón que nosotros desconocemos, piensa que vamos a necesitar la magia para estar a salvo, y nos ha hechizado, veras, pese a que Dumbledore quiere que podamos usar la magia, el ministerio siempre se negaría a que esto ocurriera, así que nos lanzó un hechizo que nos permitiera usar la magia sin que el ministerio lo notara.
-Bueno, si es así... aunque no estoy del todo convencida.
-Pronto lo estarás, Dumbledore pretende hechizarte a ti también para que puedas utilizar la magia.
-¿Que? ¡¡¡Eso es fantástico!!! ¡¡¡Que ganas tengo de volver a usar mi varita, ya se me estaban olvidando hasta los hechizos más básicos!!!
-Valla, ¿si que se ha conformado pronto eh? bromeo Harry
En ese momento, aparecieron los padres de Hermione disculpándose por su retraso, ambos venían de la cocina.
-¡¡¡Bueno!!! Dijo el señor Granger, -empecemos a cenar.
Una vez todos en la mesa, el padre de Hermione troceó el pavo, todos se sirvieron, y empezaron a comer.
-Aquel pavo era una de las mejores comidas que había probado Harry en toda su vida en Privet Drive, e incluso durante los cuatro años que llevaba comiendo en el Gran comedor de Hogwarts, tenía un sabor especial, diferente a cualquier otro pavo que Harry había comido hasta entonces, aunque quizá se debiera a que Harry levaba sin comer en condiciones desde que salió de Hogwarts al finalizar el curso. A Ron, por el aspecto de su cara, parecía que también le gustaba mucho, aunque posiblemente fuera por el mismo motivo que Harry, desde que había muerto su padre, la madre de Ron no cocinaba, en su lugar lo hacia una anciana mujer, muy amable, que se ocupaba de hacer la comida para todos los que se encontraban en aquel refugio, pero a pesar de esto, no cocinaba tan bien como solía hacer la señora Weaesley, así que de repente y al unísono, Harry y Ron dijeron:
-Señora Granger, todo está delicioso.
-Oh! Gracias, dijo dulcemente la madre de Hermione.
-Si, es cierto cariño, le dijo el señor Granger, esta todo delicioso.
-Bueno, basta ya, comamos que se nos va a enfriar la cena, dijo la señora Granger ruborizada.
Tras unos segundos de incomodo silencio, Harry esperaba que Hermione sacara el tema de su partida hacia el refugio, pero esto no ocurrió, Harry miró a Ron y luego a Hermione, que parecía estar buscando las palabras idóneas para explicarlo todo a sus padres, y justo cuando parecía que esta se disponía a abrir la boca para decir algo, su padre la interrumpió.
-No hace falta que nos expliques nada, lo sabemos.
-¿Que?
Verás, dijo el señor Granger mientras su esposa se levantaba sin decir nada y se dirigía a la cocina, hace un rato a llegado una lechuza, aunque no la hemos reconocido, porque no es una de las que normalmente venían con el periódico, hemos abierto la ventana igualmente y...
-Y nos a entregado esto, interrumpió la señora Granger que volvía de la cocina con un sobre de pergamino: "Señor y señora Granger, la cocina, número 9, avenida Diddikings. Leyó la señora Granger.
-¿Y que pone dentro, dijo Hermione que no parecía estar sorprendida lo más mínimo de que sus padres recibieran una carta mediante el método no muggle.
Estimados señor y señora Granger, soy Albus Dumbledore, director del colegio Hogwarts, de magia y hechicería, donde actualmente estudia y reside su hija durante el curso escolar. Me dirijo a ustedes para comunicarles que por motivos que no puedo desvelarles en este momento su hija deberá partir esta misma noche con todas las cosas que necesite para el próximo curso porque no creo que vuelva antes de que finalicen las vacaciones estivales. Dos compañeros y amigos de su hija pasarán a recogerla, les ruego, no se alarmen y no hagan preguntas, su hija estará segura, estén tranquilos. Un cordial saludo:
Albus Dumbledore
-¿Y bien? ¿Que os parece? preguntó Hermione a sus padres.
-No hay ningún problema, dijeron sus padres.
-Harry se quedó perplejo al oír la respuesta de los padres de Hermione, y a Juzgar por la cara que puso Ron, este debía de estar pensando exactamente lo mismo que el. Hermione sin embargo, no parecía nada sorprendida de la reacción de sus padres
-Bien, dijo por fin la chica, será mejor que nos subamos a dormir, saldremos mañana temprano.
-Pero... aqui pone que debéis iros ya.
-Si bueno, no creo que importen unas horas más, Harry y Ron deben de estar agotados, aparecerse cansa tanto como hacer el trayecto andando, solo que es más rápido, y merecen un descanso, antes de aparecerse de nuevo, y esta vez con un "polizón".
-Bueno, está bien, como vosotros queráis.
En ese caso, buenas noches dijo Hermione, seguida por Ron y Harry. Los tres amigos se dirigieron a la cocina con sus respectivos platos para dejarlos en el fregadero, y fue entonces cuando Ron ya no pudo contener más la pregunta:
-Hermione, ¿Como es que tus padres han aceptado a dejarte marchar, sin siquiera preguntar a donde vas?
-Veras Ron, dijo Hermione, mientras buscaba algo con la mirada, me parece que se por que han reaccionado así.
-¿Y bien, por que es? preguntó Harry.
-Hacer el favor de callaros un momento, dijo la joven, que no paraba de buscar algo con la vista.
En ese momento fijó su vista sobre la mesa que había junto a la ventana y dijo:
-Si, seguro que es lo que me imagino.
-¿Nos lo vas a decir o tenemos que esperar a que te duermas y leerlo en tu diario?
-Esta bien, dijo, seguidme.
-Los dos amigos siguieron a Hermione hasta la mesa de que se encontraba junto a la ventana. Sobre la mesa había una especie de polvos blancos que brillaban intensamente.
-¿Veis estos polvos?
-Si
-Son polvos hipnotizantes. Se usan para que la persona que esta bajo los efectos de estos polvos, nunca se pueda negar a nada que les pidas los próximos cinco minutos después de recibir la dosis de polvos. Imagino que Dumbledore los incluiría en el sobre, y mis padres al abrirlo quedaron bajo los efectos de los polvos, y de esta manera no se pudieron negar a la petición de Dumbledore de que yo fuera con vosotros. ¿Lo entendeis?
-Emm si, creo que si, dijo Harry.
-¿Entonces, cualquier persona que caiga bajo los efectos de estos polvos, no puede negarse a nada, absolutamente a nada, de lo que le pidas los próximos cinco minutos?
-Si dijo Hermione frunciendo el entrecejo, pero, a pesar de que los venden en Zonko, no son ningún juguete, no está bien interferir en la vida de los demás de esta manera.
-Pero si solo son polvos.
-Si Ron, solo son polvos, y dime ¿Tu no le encuentras cierto parecido a estos "Polvos" con cierta cosa prohibida?
-Pues no.
-La maldición imperius, intervino Harry, arto de oír discutir a Ron y Hermione.
-Exacto, dijo la joven, la maldición imperius, que además es totalmente ilegal, añadió.
-Si, pero si fueran tan peligrosos no los venderían en una tienda de artículos de broma, respondió Ron.
-Hombre, dijo Hermione, apunto de estallar, no son tan peligrosos como la maldición imperius, porque no se le puede obligar a alguien que esté bajo el efecto de los polvos a hacer algo que atente contra su vida, pero, se acaba por romper las pequeñas normas, y es solo cuestión de tiempo acabar rompiendo las grandes.
-Bueno, dijo Harry fingiendo un bostezo, creo que ya es hora de que nos vallamos a la cama.
-Si, dijo Hermione, dando por zanjada la conversación.
Los tres amigos subieron por las escaleras de la cocina hasta el rellano del primer piso donde estaban las puertas del baño y de las habitaciones, cuando Ron de pronto se detuvo bruscamente.
-¿Que pasa ahora?
-Hermione, ¿Donde esta el baño? Veras, creo que e cenado demasiado... la cena no me ha sentado del todo bien, y necesito ir con urgencia al baño.
-Si, veras, es la puerta frente al dormitorio de mis padres, esa de allí, dijo Hermione señalando una puerta blanca, que estaba justo enfrente de otra identica.
Ron se dirigió hacia la puerta que Hermione le había indicado, mientras que Harry y ella se fueron al cuarto de Hermione. Una vez entraron, Hermione, sacó de nuevo su diaro del baúl y comenzó a escribir en el con la tinta de olor a fresas, y mientras Harry se dispuso a leer el libro de Voldemort que antes había que tenido que dejar de leer por motivo de la cena, pero justo cuando todo la tapa del libro, lo solto y lo dejó caer al suelo, se llevó las manos a la frente, y se arrodilló en el suelo, intentando ahogar un grito para que los padres de Hermione no se alarmaran, pero ella ya se había dado cuenta, se abalanzó sobre su amigo que seguía con las manos en la frente, con un agudo dolor en su cicatriz en forma de rayo, el dolor mas intenso incluso que el que había recibido los cuatro anteriores años, era una mezcla de dolor y odio concentrado todo en una pequeña brecha que intentaba salir de su cicatriz, la cual empezó a sangrar. A Harry le daba la sensación de que no solo perida sangre, pensaba que de un momento a otro su cerebro iba a salir por la pequeña cicatriz.
-Harry, Harry, ¿Que te pasa? Dime algo por favor
-Lo estoy viendo... todo... un arbol.... aquel cementerio..... ¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAGGGGGGGGGGGGG!!!!!!!!!!!!
El joven se desplomó en el suelo, todo había pasado, ya no le dolía la cicatriz, ya no le sangraba, aunque aún le quedaban unas gotas en las manos después de haberlas puesto en la cicatriz, poco a poco recuperó el ritmo normal de la respiración, se incorporó, y encontró el pálido rostro de Hermione, estaba blanca, blanca como la nieve, sus ojos oscuros parecían estar perdidos a la deriva, y, solo cuando Harry la balanceó, está volvio en sí.
-Estoy bien, no te preocupes.
-¿Que no me preocupe? Tu sabes lo que acaba de pasar
-Si, me ha dolido la cicatriz, como tantas veces en estos últimos cuatro años.
-No, no como en estos años Harry, y lo sabes, o, ¿Cuantas veces te ha sangrado la cicatriz?
Lo cierto, es que no era la primera vez que a Harry le dolía la vieja marca que le dejó Voldemort después de matar a sus padres, pero como su amiga bien sabia, esta era la primera vez que había llegado hasta el punto de sangrarle.
-Bueno, ninguna, pero... el joven paró de hablar porque notaba que le ardían las manos, y cuando se las miró, pudo comprobar horrorizado que lo que unos segundos antes había sido su sangre, estaba hirviendo y le estaba quemando las manos. Lo mismo ocurrió con la sangre que había caído la alfombra del cuarto de Hermione, las gotas que antes eran sangre, se convirtieron en una especie de ácido que empezó a hervir hasta quemar el trozo de alfombra sobre el que se encontraban las gotas de sangre, y de este modo evaporarse.
Hermione se incorporo muy rápido, dio un paso atrás, y dijo: -Vale, ¿Que esta pasando aquí?
-No lo sé, dijo Harry
-¿Que no lo sabes? Harry tu frente es una botella de ácido, dijo Hermione, con tono sarcástico.
-Pues no, créeme Hermione, no lo sé, es la primera vez que mi frente sangra, a pesar de que me ha dolido muchas veces.
-¿A eso le llamas tu sangrar?
-Bueno, lo que sea, pero hay algo mas.
-¿Que?
Veras... un momento, ¿donde está Ron?
En ese momento se abrió la puerta de la habitación de Hermione. Era Ron, que volvía del servicio, para encontrarse en la habitación de Hermione a la chica de pie, a unos cuantos pasos de su amigo, que estaba tirado en el suelo, mirando sus manos intensamente.
-¿Que pasa aqui?
Emmm.... nada, ¿Por que has tardado tanto?
Buenooooo, resulta que me encontraba peor de lo que yo creia...
-¿Y que es eso?
Ron hizo un esfuerzo por esconder debajo de su túnica una bolsita negra que llevaba en la mano, pero fue inútil, sus dos amigos ya la habían visto.
-Emmm... no, no es nada, solo son unos knuts y unos galeones... y bueno, ¿Me vais a contar que ha pasado?
-De acuerdo, dijo Hermione, ayudando a Harry a levantarse, el cual se sentó en la cama de su amiga, mientras esta iba hacia su escritorio a cerrar su diario, y Ron se sentaba en el sillón que había junto al armario.
-Veras, yo estaba aquí escribiendo mi diario mientras Harry se disponía a leer un rato, cuando de repente le ha empezado a doler la cicatriz, y se ha tirado al suelo, con las manos en la frente y gimiendo de dolor...
-Pero... ¿y que quiere decir eso? Me refiero, a Harry ya le ha dolido la cicatriz antes y no ha significado que el que no debe ser nombrado estuviera cerca
-Si, pero esta vez ha sido diferente, porque la cicatriz ha sangrado ¿verdad Harry?
Harry parecía no estar escuchando nada de lo que sus amigos decían, estaba tumbado sobre la cama de Hermione, mirando al techo, con los ojos fijos en una de las esquinas. Su frente había parado de sangrar, pero de todas formas seguía apreciándose mas vivamente el corte de la cicatriz.
Harry...
-Eh? si, perdonad, dijo Harry, si, si, la cicatriz me ha sangrado.
-Pareces preocupado.
-Si, es que no ha sido solamente eso.
-¿Como?
-Si, mirad, mientras la cicatriz me dolía, veía cosas en mi cabeza... veía el cementerio donde murió Cedric...
-Es normal que aún sigas pensando en aquello, no hace ni dos meses que todo ocurrió.
-No, os equivocáis, no era un recuerdo, Cedric no estaba allí, los mortífagos tampoco estaban allí...
-¿Que quieres decir?
-Allí estábamos nosotros tres, frente a un árbol, y de repente he visto como hemos corrido con todas nuestras fuerzas hasta el árbol, y como si de la barrera del anden 9 y 3/4 se tratase, lo hemos atravesado, para volver a esta misma habitación, y entonces ha sido cuando me ha dejado de doler la cicatriz.
-¿Que?
-No lo se, Ron, solo se lo que he visto.
-Podría ser, dijo Hermione, ¿Podría ser, que de alguna manera, estuvieras conectado con Voldemort, y puedas ver a través de sus ojos?
-No, no es posible, yo sentía que era yo, de algún modo sabía que yo estaba dentro de mi mismo en la visión, sentí el frío de la noche sobre mi, y también sentí la misma sensación que en la barrera del andén 9 y 3/4, mientras atravesábamos el árbol.
-¿Y que crees que hacíamos allí?
No lo sé, no oía nada, solo pude ver. También vi como Hermione sacaba su varita frente al árbol, y creo que lanzaba un hechizo o algo antes de que atravesáramos el arbol.
-Estoooo... deberíamos acostarnos, mañana tendremos que madrugar para aparecernos si no queremos que Dumbledore note nuestra ausencia...-Dijo Hermione
-Ya te hemos dicho que a Dumbledore no se le escapa nada, de echo ya debe imaginarse el motivo de nuestra tardanza, pero tienes razón, deberíamos acostarnos-Dijo Ron, y acto seguido hizo un suave movimiento con su varita y pronuncio las siguientes palabras: Accoggida.
Todos los muebles de la habitación de Hermione se movieron, se pusieron unos encima de otros, se arrinconaron contra las paredes, e incluso levitaron, para dejar un enorme espacio central en la habitación para que en su lugar aparecieran de la nada dos bonitas camas, ambas iguales a la de Hermione.
-Ron, ¡Mira que desastre!
-No pasa nada Hermione, mañana lo arreglaremos con Fregoteo y todo quedará como antes, además, no te quejes, he conjurado unas camas idénticas a la tuya, así por lo menos hacen juego ¿No?
-Esta bien, déjalo estar, será mejor que nos acostemos de una vez.
Harry, que no podía creer que una discusión entre sus dos amigos hubiera durado tan poco, dio gracias a dios por no tener que escucharlos discutir, porque lo que más le apetecía en esos momentos era dormir toda la noche y olvidar lo que acababa de ocurrir, y sin pensarlo dos veces, se quitó la túnica y se acostó con la ropa que tenía puesta, pues no había traído pijama, ya que creía que no lo iba a necesitar, y no conocía ningún conjuro para cambiarse de ropa. Al parecer, Ron tampoco conocía ninguno, pues al igual que Harry, se despojó de su túnica, y se acostó con la ropa que llevaba debajo.
Harry tenía mucho sueño, pero no lograba conciliar el sueño, y esto no se debía a los profundos ronquidos provenientes de la cama de al lado, pues Harry ya estaba acostumbrado a los ronquidos de Ron, después de haber dormido con el mas de cuatro años en la misma habitación. Sin embargo Hermione parecía no tener ningún problema a la hora de dormir. Ella estaba en su cama, junto a Crookhanks, el gato color canela que Hermione había comprado dos años antes. Ron también dormía, y parecía que estaba teniendo un sueño agradable, o al menos eso pensaba Harry viendo la sonrisa que había dibujada en los labios de su amigo. Harry no paraba de dar vueltas en su cama intentando encontrar la postura idónea para dormir, pero visto que esto no era posible, se levantó, se acercó sigilosamente a la mesa de Hermione, cogió un trozo de pergamino que había allí encima, destapó uno de los tinteros que había sobre la mesa, cogió una pluma, y se dispuso a escribirle una carta a su padrino, Sirius, que le enviaría en cuanto llegaran al refugio.
Querido Hocicos: Estamos todos bien, nos encontramos ahora en casa de Hermione, nos a enviado Dumbledore para que la guiemos hasta "el refugio". Ron quiere aparentar que todo va bien, que lleva mejor lo de su padre, pero por dentro debe sentirse destrozado. A pesar de que estamos todos a salvo, hay algo que me preocupa. Veras, a vuelto a dolerme aquello, pero esta vez ha sido diferente, esta vez incluso he sangrado. Además a ocurrido una cosa muy extraña mientras me dolía. No puedo contarte más, tu ya sabes a que me refiero. Me ha dicho Dumbledore que pronto nos veremos, espero que así sea, entonces podremos hablar de todo esto. Hasta entonces, espero que te cuides.
Harry
Harry enrolló el trozo de pergamino y lo guardó en el bolsillo interior de su túnica, que estaba colgada detrás de la puerta. En ese momento se escuchó un estruendo, y automáticamente sacó su varita de la túnica. Casi al instante penso: -No seas estúpido, a sido un perro o algún coche, guardó su varita en el bolsillo trasero de los vaqueros, y se vovió a meter en la cama. Al parecer después de haberle contado a Sirius todo cuanto se podía contar en una carta (siempre intentaban no contar cosas demasiado importantes por si el correo era interceptado) Harry estaba más relajado y consiguió dormirse cuando eran cerca de de la una de la madrugada.
--------CADENA DE SUEÑOS--------
"SUEÑO 1" Harry se despertó en un lugar totalmente distinto en el que se había acostado. Ahora se encontraba junto a Ron y Hermione en un lugar oscuro, en el que solo recordaba haber estado una vez, con Cedric Drigory y Lord Voldemort. En efecto se trataba de los terrenos de la vieja mansión de los Ryddle. Harry parecía ver la escena desde fuera, como un espectador que espera impaciente a ver la obra de teatro por la que ha pagado, pero no podía ir nada de lo que decian su propio yo, Ron y Hermione. Unos cincuenta dementores se les acercaron por detrás, y sin que se dieran cuenta, besaron a los tres amigos. Los tres quedaron tendidos en el suelo como muertos, sin ningún remedio
"SUEÑO 2"
La escena había cambiado, ahora se encontraban todavía en la casa de los Ryddle, pero esta vez un poco mas alejados de donde les habían atacado los dementores. Igual que en la escena anterior, Harry no veía a los amigos a través de sus ojos, sino que como la vez anterior, los veía desde arriba, como si estuviera sentado en su sillón esperando que comenzara la película. En esta ocasión tampoco logro oir lo que el mismo y sus amigos estaban discutiendo, pero vió que por detrás de ellos se acercaban unos veinte o treinta mortífagos, entre ellos el señor Malfoy, los padres de Crabe y Goyle y el difunto Arthur Weaesley. Todos los mortífagos, incluido el padre de Ron, apuntaron con sus varitas mágicas a los tres amigos y movieron los labios para decir algo, aunque Harry no podia oir nada de lo que pasaba, dedujo que estaban lanzándoles una maldición. De las puntas de todas aquellas varitas salieron chorro de luces verdes y fueron a parar directamente a los corazones de los tres jóvenes que cayeron muertos al instante. Sus cuerpos yacían en el suelo, nada se podía hacer ya por ellos.
"SUEÑO 3"
De nuevo la escena volvió a cambiar. De la nada aparecieron otra vez las figuras de los tres amigos, esta vez mas alejados todavía que en las dos escenas anteriores. Ahora se encontraban en el cementerio que se encontraba en la parte trasera de la mansión. Como en las escenas anteriores ningún ruido se oía, y Harry lo veía todo desde fuera, como se de una película muda se tratase. En esta ocasión, los tres amigos andaban agazapados entre las lápidas del cementerio como si estuvieran huyendo de algo que los persiguiese. En ese mismo momento, todas las lápidas se hicieron a un lado dejando a los tres amigos al descubierto en una gran explanada, con tan solo tres lápidas, una junto a la otra que no se habían movido de sus posiciones iniciales. En un remolino de sombras a pareció una figura enmascarada, que con un movimiento de varita ató a los tres amigos a las tres lápidas, dejando a Hermione entre sus dos amigos. El hombre enmascarado se quitó la máscara y...............................
---FIN DE LA CADENA DE SUEÑOS----
Harry sintió una punzada muy fuerte en su cicatriz, aunque no llego a sangrarle y se despertó pegando un grito. Ron y Hermione se sobresaltaron, y Crookhanks que seguía entre los brazos de su dueña, bufó ha Harry-
-¿Que ha pasado? Preguntó Ron
-He tenido unos sueños extraños, y la cicatriz me ha dolido mucho.
-Bueno, algunas veces has soñado cosas extrañas, y la cicatriz de ha dolido muchas veces por las noches. -Dijo Hermione.
Harry ignoró el comentario de su amiga y se giró hacia Ron: -He visto también a tu....
Harry no pudo acabar la frase. Un humo negro los envolvió a los cuatro, gato incluido, y desvaneció toda la habitación. Harry no supo contar el tiempo que estuvo dando vueltas entre aquel negro humo, en la inopia, como se de un sueño muy real se tratase, cuando por fin el humo se desvaneció...
Harry sintió como sus pies daban contra el suelo. Ya no se encontraba en la habitación de su amiga. Ninguno de los tres sabían donde se encontraban, y empezaron a mirar a su alrededor. Se hallaban en un terreno oscuro y descuidado. A la izquierda de los tres amigos había una colina, sobre la cual se alzaba una magnífica y antigua mansión. A la derecha había un bosque con árboles viejos y sin hojas. Mas allá de la colina, detrás de la mansión se podía distinguir una pequeña iglesia y un cementerio con varias lápidas. Una cosa era segura, ya no se encontraban en el número 9 de la avenida Diddikings.
FIN DEL CAPíTULO 3
Os ha gustado????? Estoy buscando la forma de admitir reviews de todo el mundo, no solo de la gente que está registrada, pero aún no se como hacerlo, espero conseguirlo pronto. Por cierto, el siguiente capítulo es bastante mas largo y con bastante mas acción que este, será un capítulo importante que será el inicio de todo el lío final. Espero publicarlo la semana que viene.
