Aquí les dejo mi cuarto capitulo, antes que todo quiero aclarar que la
conversación de Gandalf y Frodo esta extraída del propio libro, pero la
corte para no alargar tanto la historia.
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Un largo trayecto sin duda, algo no muy alentador pero solo la emoción de ver los hermosos campos que rodeaban a Rivendell y el conocer a Arwen y lord Elrond, hacía que todos los inconvenientes se volvieran humo ante el pensar de Hannah.
Aragorn le había enseñado que cuando llegasen saludara inclinándose un poco, mostrando humildad y respeto. Namarie, dijo ella, así es Namarie -repitió él -
Una hermosa vista se abría ante los asombrados ojos de Hannah, como si un telón hecho de fino Tul e hilos de oro se abriera para mostrar una majestuosidad inexplicable, habían llegado a Rivendell y las compañías de Elfos se precipitaron por la presencia de la joven, por que en algún momento mientras ella admiraba tanta belleza, Aragorn se había esfumado y la había dejado sola.
Los pobres elfos sufrieron muchos golpes de parte de hannah que solo quería soltarse para acabar con Aragorn que la había dejado sola.
No me atéis, les dijo ella, soy amiga de Aragorn hijo de Arathorn, Eleazar piedraaa de elfooooo y he venido con él, pero se me ha escapado y en cuanto le encuentre me las pagaraaaaa.
Dos altos elfos sin decirle nada la llevaron directo a unas celdas que parecían habitaciones de tan cómodas, pero antes de que la dejaran ahí, apareció Aragorn y disculpándose con ella evito que la encerraran
Menuda imprudencia, amigo, como pensasteis que me iban a dejar andar por Rivendell sino saben quien es. -Grita ella.-
Perdonadme, prometo no volver a dejarte sola, pero es que algo había llamado mi atención y me separe sin pensar.
Pero antes de que ella siguiera reclamando una voz de indudable belleza y modulación la detuvo diciendo.
Pido disculpas, por que fue por mi causa que Aragorn te dejo sola y estuvieses a punto de ser encerrada.
Arwen Estrella de la Tarde! , Estoy muy feliz de conocerle - dijo ella olvidando por completo el desastre que casi ocurrió.
Mi padre estará muy gustoso de recibir en su casa a tan valiente dama - exclamo la princesa elfo - Aragorn me dijo que fuiste muy valiente y que le ayudasteis en reiteradas ocasiones.
En realidad no fue así, pero si él dice eso, pues esta bien, después de todas las que ha hecho, tenía que hablar bien de mí, ¿no?
Aragorn sonrió, al ver la frescura de la chica
Más gustosa estaré yo de conocerle - dijo hannah con una sonrisa.
Es de gran importancia que hannah conozca a lord Elrond pues tiene que decirle algunas cosas de suma importancia para toda la tierra media.- le dijo Aragorn a Arwen
Y así era, pues hannah le había contado sus planes a Aragorn y sin embargo estaba dudosa de decírselos inmediatamente a lord Elrond.
Arwen y Aragorn condujeron a Hannah hasta la presencia de Lord Elrond
Bienvenida seas a mi casa Enelya, hija de las estrellas y los hombres, amiga de los elfos y resplandor de pureza - se escucho una voz detrás de hannah - mi casa es tu casa ahora, sea bienvenida ya que traes alegría a mi hogar y sin duda era mucho más valiente de lo que pensaba.
Lord Elrond, dijo ella y como no sabia que hacer se le olvido la reverencia -. , Dé mi visita imagino que sabe ya el motivo...
Por supuesto y te pido que no me digas nada, pues no es necesario y solo causaría problemas, así que por favor serás huésped de mi casa y no tienes por que decirle nada a nadie.
Pues si esa es la voluntad de lord Elrond, así sea y asió sé cumplirá.- respondio ella.
Cuantos nombres me ha puesto Lord Elrond, ¿verdad Aragorn? , ¡Crees que siempre que me encuentre me llamara así?
No, pero, ¿ sabe él por que de que te llamo así?
Pues no.
Tu nombre significa pureza y llena de Gracia, pero como eres hija de Hombres y ahora el espera que seas amiga de los Elfos.
Ha , pero solo espero que me llame Hannah a simples, pues no me acostumbrare a tantos nombres.
Ja ja, - se rió Aragorn-
A Hannah se le asignó su propia habitación que tenía un pequeño balcón que daba al ala este de Rivendell.
Hannah tuvo bastante tiempo para conocer mas la cultura elfica , y se dio cuenta que a pesar de haber cumplido ya 31 años aun parecía tener 16 y según ella se debía en parte en que 3 años estuvo influenciada por el anillo y el resto los paso en Rivendell y que la naturaleza elfica se le había contagiado , ya habían pasado 12 años desde que llego a Rivendell con Aragorn y 8 desde que lo vio por ultima vez y aun le recordaba guapo y valiente , aunque esperaba el DIA en que se uniría a la compañía , pues Lord Elrond se lo permitió después de muchas suplicas y además ella tuvo que aprender a manejar la espada , el arco y flechas , dardos , medicinas con hierbas , un poco de lenguaje elfico , entre otras cosas mas .
Al fin llego el día en que Glorfindel( quien se había hecho el mejor amigo de hannah en todo Rivendell, y con el que Hannah anduvo de novia por varios años, pero que por la simple razón de que los Elfos viven eternamente y los Hombre no, ambos decidieron que debían terminar para no sufrir mas, claro que ambos sufrieron pero como habían sido tan amigos, pronto se les pasó y continuaron tan unidos como antes e inclusive aun más) trajo a Frodo a la casa de Elrond, y así ella comprendió que todo había empezado, volvió a ver a su amigo Aragorn con unos años mas y se sorprendió de ver una chispa casi extinta en los ojos de el, pues la soledad y tristeza había habitado en su ser.
Él era ya un hombre maduro pues la su cabellera había empezado a adquirir mechones blancos, la cara la tenia tostada por la intemperie y el sol, Hannah hubiera querido acompañar a su amigo en todos esos viajes que seguramente hizo solo, pero el saber lo que iba a pasar la había obligado a permanecer en Rivendell aprendiendo muchas cosas que le serian útiles al entrar en batalla.
Hola Aragorn, ¿me recuerdas? - preguntó tontamente ella.
Hannah, si no has cambiado absolutamente nada, ¿cómo piensas que te iba a olvidar?
Pues todo puede pasar y no me sorprendería que me hallas olvidado, pues ya lo has hecho muchas veces, como cuando me dejasteis sola en...
Esta bien ya entendí- dijo sonriendo él.
¿Ese debe ser Gloin, verdad?
Si es él, estas muy bien informada amiga
Pues es que Glorfindell me ha enseñado muchas cosas.-dijo ella
Pues se puede saber que te ha enseñado ese elfo de pacotilla.
No es ningún elfo de pacotilla, es mi amigo y me brindo el apoyo y la compañía que necesité, no como cierto humano que se fue.
Tenia que irme y tu no querías ir, como piensas que quería dejarte, después de que me hicisteis buena compañía en el camino hacia aquí, por que para tu conocimiento los Hobbits fueron muy desconfiados sobre todo SAM.
Entiendo, pero ya me voy tengo que ir a cierto lugar y no te puedo decir.
¿Ahora me tienes secretos? , Muy bien Dama de las estrellas, no me venga a llorar después.
Esta bien, nos vemos luego, adiós Aragorn - dijo ella, al instante que desaparecía al doblar y entrar a la casa.
Frodo despertó y se encontró tendido en una cama. ¿-¿Dónde estoy, y qué hora es? -le preguntó en voz alta al techo. -En la casa de Elrond, y son las diez de la mañana -dijo una voz-. Es la mañana del veinticuatro de octubre, si quieres saberlo. -¡Gandalf! -exclamó Frodo, incorporándose. Allí estaba el viejo mago, sentado en una silla junto a la ventana abierta.
-Sí-dijo Gandalf-, aquí estoy. Y tú tienes suerte de estar también aquí, luego de todos los disparates, que hiciste últimamente.
Elrond es un maestro del arte de curar, pero las armas del Enemigo son mortíferas. Para decirte la verdad, yo tuve muy pocas esperanzas, pues se me ocurrió que en la herida cerrada había quedado algún fragmento de la hoja. Pero no pudimos encontrarlo hasta anoche. Elrond extrajo una esquirla. Estaba muy incrustada en la carne, y abriéndose paso hacia dentro.
Frodo se estremeció recordando el cruel puñal de hoja mellada que se había desvanecido en manos de Trancos.
-¡No te alarmes! -dijo Gandalf-. Ya no existe. Ha sido fundida. Y parece que los hobbits se desvanecen de muy mala gana. He conocido guerreros robustos de la Gente Grande que hubiesen sucumbido enseguida a esa esquirla, que tú llevaste diecisiete días.
-¿Qué me hubiesen hecho? -preguntó Frodo-. ¿Qué trataban de hacer esos Jinetes?
-Trataban de atravesarte el corazón con un puñal de Morgul, que queda en la herida. Si lo hubieran logrado, serías ahora como ellos, sólo que más débil, y te tendrían sometido. Serías un espectro, bajo el dominio del Señor Oscuro, y te habría atormentado por haber querido retener el Anillo, si hay un tormento mayor que el de perder el Anillo y verlo en el dedo del Señor Oscuro.
-¡Gracias sean dadas por no haberme enterado de ese horrible peligro! -dijo Frodo con voz débil-. Yo estaba mortalmente asustado, por supuesto, pero si hubiera sabido más no me hubiese atrevido ni a moverme. ¡Es una maravilla que haya escapado con vida!
Aunque pareciera que hannah andaba escuchando las conversaciones de los otros eso era mentira pues la joven había desarrollado él poder escuchar hasta una distancia sorprendente, inclusive el propio Lord Elrond le había dicho que se había convertido en una elfo muy interesante pues a pesar de no ser de su raza, ella había adoptado muchas cualidades y aptitudes elficas.sin embargo la conversación de Gandalf y frodo no-tenia o no traia nada nuevo pues ella, que ya sabia todo eso
A la hora de la comida muchos se sentaron a la mesa incluyendo a frodo quien estaba muy sorprendido de ver a Arwen.
El salón de la casa de Elrond estaba colmado de gente: Elfos en su mayoría, todos conocidos de Hannah, había unos pocos huéspedes de otra especie, como sé diria una comida igualitaria. Elrond, como de costumbre, estaba sentado en un sillón a la cabecera de una mesa larga; a un lado tenía a Glorfindel que le hacia muecas a Hannah provocando la risa de esta, y al otro a Gandalf, que sabia perfectamente la historia entre Glorfindel y Hannah.
Frodo los observó maravillado, pues nunca había visto a Elrond, de quien se hablaba en tantos relatos; y sentados a la izquierda y a la derecha, Glorfindel, y aun Galdalf, a quienes creía conocer tan bien, se le revelaban como grandes y poderosos señores.
Gandalf era de un poco más pequeño de estatura que los otros dos, -pues los elfos son de gran estatura -, pero la larga melena blanca, la abundante barba gris, y los anchos hombros, le daban un aspecto de rey sabio, salido de antiguas leyendas. En la cara trabajada por los años, bajo las espesas cejas nevadas, los ojos oscuros eran como carbones encastrados que de súbito podían encenderse y arder.
Glorfindel era alto y erguido, el cabello de oro resplandeciente, la cara joven y hermosa, libre de temores y luminosa de alegría; los ojos brillantes y vivos, y la voz como una música; había sabiduría en aquella frente, y fuerza en aquella mano. Hannah había encontrado en aquel elfo un amigo incomparable y el pensar en que se iban a separar le dolía en el alma y lloraba al verlo, aunque él siempre le regala una rosa con la cual ella dejaba de llorar, él era un elfo con corazón de oro, tenia tantas atenciones con aquella joven que había logrado lo que ningún hombre, Hannah había llorado por él y desafío al mismo Elrond cuando no le permitió ir a patrullar junto al por las afueras de Rivendell.
El rostro de Elrond no tenía edad; no era ni joven ni viejo, La sabiduría que poseía permitia a los otros leer en su rostro el recuerdo de muchas cosas, felices y tristes. Tenía el cabello oscuro como las sombras del atardecer, y ceñido por una corona de plata, perfectamente hecha; los ojos eran grises como la claridad de la noche, y en ellos había una luz semejante a la luz de las estrellas. Parecía venerable como un rey coronado por muchos inviernos, y vigoroso sin embargo como un guerrero probado en la plenitud de sus fuerzas. Era el Señor de Rivendel, poderoso tanto entre los Elfos como entre los Hombres.
En el centro de la mesa, apoyada en los tapices que pendían del muro, había una silla bajo un dosel, y allí estaba sentada una hermosa dama, tan parecida a Elrond, bajo forma femenina. . Era joven, y al mismo tiempo no lo era, pues aunque la escarcha no había tocado las trenzas de pelo sombrío, y los brazos blancos y el rostro claro fuesen tersos y sin defecto, y la luz de las estrellas le brillara en los ojos, grises como una noche sin nubes, había en ella verdadera majestad, y la mirada revelaba conocimiento y sabiduría, como si hubiera visto todas las cosas que traen los años. Le cubría la cabeza una red de hilos de plata entretejida con pequeñas gemas de un blanco resplandeciente, pero las delicadas vestiduras grises no tenían otro adorno que una guirnalda de hojas cinceladas en plata.
Así vio Frodo a Arwen, hija de Elrond, a quien pocos mortales habían visto hasta entonces, y de quien se decía que había traído de nuevo a la tierra la imagen viva de Lúthien; y la llamaban Undómiel, pues era la Estrella de la Tarde para su pueblo. Había permanecido mucho tiempo en la tierra de la familia de la madre en Lórien, más allá de las montañas regresado hacía poco a Rivendel, a la casa del padre. Pero los dos hermanos de Arwen, Elladan y Elrohir llevavan una vida errante, y a menudo iban a caballo hasta muy lejos junto con los Montaraces del Norte; y jamás olvidaban los tormentos que la madre de ellos habia sufrido en los antros de los orcos , ambos eran jóvenes vivaces y sacaban de su lugar a Elrond siempre que podían e inclusive se atrevieron a llevar a Hannah dormida hasta varios kilómetros de Rivendell y no pudieron mas por que los caballos la despertaron y ella los obligo a regresar.
Frodo no había visto ni había imaginado nunca belleza semejante en una criatura viviente, y el hecho de encontrarse sentado a la mesa de Elrond entre tanta gente alta y hermosa lo sorprendía y abrumaba a la vez. Aunque tenía una silla apropiada, y contaba con el auxilio de varios almohadones, se sentía muy pequeño, y bastante fuera de lugar; pero esta impresión pasó rápidamente. La fiesta era alegre, y la comida todo lo que un estómago hambriento pudiese desear. Pasó un tiempo antes que mirara de nuevo alrededor o se volviera hacia la gente vecina.
A la derecha de Frodo estaba sentado un enano que parecía importante, ricamente vestido. La barba, muy larga y bifurcada, era blanca, casi tan blanca como el blanco de nieve de las ropas. Llevaba un cinturón de plata, y una cadena de plata y diamantes le colgaba del cuello. Frodo dejó de comer para mirarlo.
-¡Bienvenido y feliz encuentro! -dijo el enano volviéndose hacia él, y levantándose del asiento hizo una reverencia-. Glóin, para servir a usted -dijo inclinándose todavía más.
-Frodo Bolsón, para servir a usted y a la familia de usted -dijo Frodo correctamente, levantándose sorprendido y desparramando los almohadones-. ¿Me equivoco al pensar que es usted el Glóin, uno de los doce compañeros del gran Thorin Escudo-de-Roble?
-No se equivoca -dijo el enano, juntando los almohadones y ayudando cortésmente a Frodo a volver a la silla-. Y yo no pregunto, pues ya me han dicho que es usted pariente y heredero por adopción de nuestro célebre amigo Bilbo. Permítame felicitarlo por su restablecimiento.
-Muchas gracias -dijo Frodo.
Conversaron durante todo el resto de la comida, pero Frodo escuchaba más de lo que hablaba, pues las noticias de la Comarca, aparte de las que se referían al Anillo, parecían menudas, lejanas e insignificantes, mientras que Glóin en cambio tenía mucho que decir de las regiones septentrionales de las Tierras Ásperas. Frodo supo que Grimbeorn el Viejo, hijo de Beorn, era ahora el señor de muchos hombres vigorosos, y que ni orcos ni lobos se atrevían a entrar en su país, entre las Montañas y el Bosque Negro
Hannah sintió curiosidad por aquella conversación, pues queria formar parte de ella, pero se encontraba a una notable distancia de ambos y era de mala educación moverse de lugar.
Y luego de esto Glóin se embarcó en un largo relato sobre el Reino de los Enanos. Le encantaba haber encontrado un oyente tan cortés, pues Frodo no daba señales de fatiga y no trataba de cambiar el tema, aunque en verdad pronto se encontró perdido entre los extraños nombres de personas y lugares de los que nunca había oído hablar. Le interesó saber sin embargo que Dáin reinaba todavía bajo la Montaña, que era viejo (habiendo cumplido ya doscientos cincuenta años), venerable, y fabulosamente rico. De los diez compañeros que habían sobrevivido a la Batalla de los Cinco Ejércitos, siete estaban todavía con él: Dwalin, Glóin, Dori, Nori, Bifur, Bofur, y Bombur
Bombur era ahora tan gordo que no podía trasladarse por sus propios medios de la cama al asiento en la mesa, y se necesitaban seis jóvenes enanos para levantarlo.
El banquete concluyó por fin. Elrond y Arwen se incorporaron y atravesaron la sala, y los invitados los siguieron en orden. Las puertas se abrieron de par en par, y todos salieron a un pasillo ancho y cruzaron otras puertas, y llegaron a otra sala. No había mesas allí, pero un fuego claro ardía en una amplia chimenea entre pilares tallados a un lado y a otro.
Hubo una fiesta muy linda, hubo cantos y hannah pudo notar que Arwen y Aragorn se miraban muy bien juntos, ella tan linda y radiante, Aragorn estaba de pie junto a ella. Llevaba recogido el manto oscuro, y parecía estar vestido con la cota de malla de los Elfos, y una estrella le brillaba en el pecho. Hablaban juntos.
Que feliz se sentía ella, ante tanta alegría y regocijo como no se había visto en Rivendell en mucho tiempo.
Hannah empezó a sentir el fluir de la felicidad por sus venas y a pesar de seguir siendo tan traviesa, sintió que la seriedad de los elfos la había contagiado y deseaba volver a ser la misma Hannah que un día causo tanto alboroto en Rivendell con su llegada
Esa noche Glorfindel y Hannah bailarón juntos hasta que ya no podían mas .
Has bailado de maravilla , querida Hannah - dijo Glorfindel con el aliento entrecortado .
Pues tu no te has quedado atrás , amigo- Dijo sonriendo , hannah
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Un largo trayecto sin duda, algo no muy alentador pero solo la emoción de ver los hermosos campos que rodeaban a Rivendell y el conocer a Arwen y lord Elrond, hacía que todos los inconvenientes se volvieran humo ante el pensar de Hannah.
Aragorn le había enseñado que cuando llegasen saludara inclinándose un poco, mostrando humildad y respeto. Namarie, dijo ella, así es Namarie -repitió él -
Una hermosa vista se abría ante los asombrados ojos de Hannah, como si un telón hecho de fino Tul e hilos de oro se abriera para mostrar una majestuosidad inexplicable, habían llegado a Rivendell y las compañías de Elfos se precipitaron por la presencia de la joven, por que en algún momento mientras ella admiraba tanta belleza, Aragorn se había esfumado y la había dejado sola.
Los pobres elfos sufrieron muchos golpes de parte de hannah que solo quería soltarse para acabar con Aragorn que la había dejado sola.
No me atéis, les dijo ella, soy amiga de Aragorn hijo de Arathorn, Eleazar piedraaa de elfooooo y he venido con él, pero se me ha escapado y en cuanto le encuentre me las pagaraaaaa.
Dos altos elfos sin decirle nada la llevaron directo a unas celdas que parecían habitaciones de tan cómodas, pero antes de que la dejaran ahí, apareció Aragorn y disculpándose con ella evito que la encerraran
Menuda imprudencia, amigo, como pensasteis que me iban a dejar andar por Rivendell sino saben quien es. -Grita ella.-
Perdonadme, prometo no volver a dejarte sola, pero es que algo había llamado mi atención y me separe sin pensar.
Pero antes de que ella siguiera reclamando una voz de indudable belleza y modulación la detuvo diciendo.
Pido disculpas, por que fue por mi causa que Aragorn te dejo sola y estuvieses a punto de ser encerrada.
Arwen Estrella de la Tarde! , Estoy muy feliz de conocerle - dijo ella olvidando por completo el desastre que casi ocurrió.
Mi padre estará muy gustoso de recibir en su casa a tan valiente dama - exclamo la princesa elfo - Aragorn me dijo que fuiste muy valiente y que le ayudasteis en reiteradas ocasiones.
En realidad no fue así, pero si él dice eso, pues esta bien, después de todas las que ha hecho, tenía que hablar bien de mí, ¿no?
Aragorn sonrió, al ver la frescura de la chica
Más gustosa estaré yo de conocerle - dijo hannah con una sonrisa.
Es de gran importancia que hannah conozca a lord Elrond pues tiene que decirle algunas cosas de suma importancia para toda la tierra media.- le dijo Aragorn a Arwen
Y así era, pues hannah le había contado sus planes a Aragorn y sin embargo estaba dudosa de decírselos inmediatamente a lord Elrond.
Arwen y Aragorn condujeron a Hannah hasta la presencia de Lord Elrond
Bienvenida seas a mi casa Enelya, hija de las estrellas y los hombres, amiga de los elfos y resplandor de pureza - se escucho una voz detrás de hannah - mi casa es tu casa ahora, sea bienvenida ya que traes alegría a mi hogar y sin duda era mucho más valiente de lo que pensaba.
Lord Elrond, dijo ella y como no sabia que hacer se le olvido la reverencia -. , Dé mi visita imagino que sabe ya el motivo...
Por supuesto y te pido que no me digas nada, pues no es necesario y solo causaría problemas, así que por favor serás huésped de mi casa y no tienes por que decirle nada a nadie.
Pues si esa es la voluntad de lord Elrond, así sea y asió sé cumplirá.- respondio ella.
Cuantos nombres me ha puesto Lord Elrond, ¿verdad Aragorn? , ¡Crees que siempre que me encuentre me llamara así?
No, pero, ¿ sabe él por que de que te llamo así?
Pues no.
Tu nombre significa pureza y llena de Gracia, pero como eres hija de Hombres y ahora el espera que seas amiga de los Elfos.
Ha , pero solo espero que me llame Hannah a simples, pues no me acostumbrare a tantos nombres.
Ja ja, - se rió Aragorn-
A Hannah se le asignó su propia habitación que tenía un pequeño balcón que daba al ala este de Rivendell.
Hannah tuvo bastante tiempo para conocer mas la cultura elfica , y se dio cuenta que a pesar de haber cumplido ya 31 años aun parecía tener 16 y según ella se debía en parte en que 3 años estuvo influenciada por el anillo y el resto los paso en Rivendell y que la naturaleza elfica se le había contagiado , ya habían pasado 12 años desde que llego a Rivendell con Aragorn y 8 desde que lo vio por ultima vez y aun le recordaba guapo y valiente , aunque esperaba el DIA en que se uniría a la compañía , pues Lord Elrond se lo permitió después de muchas suplicas y además ella tuvo que aprender a manejar la espada , el arco y flechas , dardos , medicinas con hierbas , un poco de lenguaje elfico , entre otras cosas mas .
Al fin llego el día en que Glorfindel( quien se había hecho el mejor amigo de hannah en todo Rivendell, y con el que Hannah anduvo de novia por varios años, pero que por la simple razón de que los Elfos viven eternamente y los Hombre no, ambos decidieron que debían terminar para no sufrir mas, claro que ambos sufrieron pero como habían sido tan amigos, pronto se les pasó y continuaron tan unidos como antes e inclusive aun más) trajo a Frodo a la casa de Elrond, y así ella comprendió que todo había empezado, volvió a ver a su amigo Aragorn con unos años mas y se sorprendió de ver una chispa casi extinta en los ojos de el, pues la soledad y tristeza había habitado en su ser.
Él era ya un hombre maduro pues la su cabellera había empezado a adquirir mechones blancos, la cara la tenia tostada por la intemperie y el sol, Hannah hubiera querido acompañar a su amigo en todos esos viajes que seguramente hizo solo, pero el saber lo que iba a pasar la había obligado a permanecer en Rivendell aprendiendo muchas cosas que le serian útiles al entrar en batalla.
Hola Aragorn, ¿me recuerdas? - preguntó tontamente ella.
Hannah, si no has cambiado absolutamente nada, ¿cómo piensas que te iba a olvidar?
Pues todo puede pasar y no me sorprendería que me hallas olvidado, pues ya lo has hecho muchas veces, como cuando me dejasteis sola en...
Esta bien ya entendí- dijo sonriendo él.
¿Ese debe ser Gloin, verdad?
Si es él, estas muy bien informada amiga
Pues es que Glorfindell me ha enseñado muchas cosas.-dijo ella
Pues se puede saber que te ha enseñado ese elfo de pacotilla.
No es ningún elfo de pacotilla, es mi amigo y me brindo el apoyo y la compañía que necesité, no como cierto humano que se fue.
Tenia que irme y tu no querías ir, como piensas que quería dejarte, después de que me hicisteis buena compañía en el camino hacia aquí, por que para tu conocimiento los Hobbits fueron muy desconfiados sobre todo SAM.
Entiendo, pero ya me voy tengo que ir a cierto lugar y no te puedo decir.
¿Ahora me tienes secretos? , Muy bien Dama de las estrellas, no me venga a llorar después.
Esta bien, nos vemos luego, adiós Aragorn - dijo ella, al instante que desaparecía al doblar y entrar a la casa.
Frodo despertó y se encontró tendido en una cama. ¿-¿Dónde estoy, y qué hora es? -le preguntó en voz alta al techo. -En la casa de Elrond, y son las diez de la mañana -dijo una voz-. Es la mañana del veinticuatro de octubre, si quieres saberlo. -¡Gandalf! -exclamó Frodo, incorporándose. Allí estaba el viejo mago, sentado en una silla junto a la ventana abierta.
-Sí-dijo Gandalf-, aquí estoy. Y tú tienes suerte de estar también aquí, luego de todos los disparates, que hiciste últimamente.
Elrond es un maestro del arte de curar, pero las armas del Enemigo son mortíferas. Para decirte la verdad, yo tuve muy pocas esperanzas, pues se me ocurrió que en la herida cerrada había quedado algún fragmento de la hoja. Pero no pudimos encontrarlo hasta anoche. Elrond extrajo una esquirla. Estaba muy incrustada en la carne, y abriéndose paso hacia dentro.
Frodo se estremeció recordando el cruel puñal de hoja mellada que se había desvanecido en manos de Trancos.
-¡No te alarmes! -dijo Gandalf-. Ya no existe. Ha sido fundida. Y parece que los hobbits se desvanecen de muy mala gana. He conocido guerreros robustos de la Gente Grande que hubiesen sucumbido enseguida a esa esquirla, que tú llevaste diecisiete días.
-¿Qué me hubiesen hecho? -preguntó Frodo-. ¿Qué trataban de hacer esos Jinetes?
-Trataban de atravesarte el corazón con un puñal de Morgul, que queda en la herida. Si lo hubieran logrado, serías ahora como ellos, sólo que más débil, y te tendrían sometido. Serías un espectro, bajo el dominio del Señor Oscuro, y te habría atormentado por haber querido retener el Anillo, si hay un tormento mayor que el de perder el Anillo y verlo en el dedo del Señor Oscuro.
-¡Gracias sean dadas por no haberme enterado de ese horrible peligro! -dijo Frodo con voz débil-. Yo estaba mortalmente asustado, por supuesto, pero si hubiera sabido más no me hubiese atrevido ni a moverme. ¡Es una maravilla que haya escapado con vida!
Aunque pareciera que hannah andaba escuchando las conversaciones de los otros eso era mentira pues la joven había desarrollado él poder escuchar hasta una distancia sorprendente, inclusive el propio Lord Elrond le había dicho que se había convertido en una elfo muy interesante pues a pesar de no ser de su raza, ella había adoptado muchas cualidades y aptitudes elficas.sin embargo la conversación de Gandalf y frodo no-tenia o no traia nada nuevo pues ella, que ya sabia todo eso
A la hora de la comida muchos se sentaron a la mesa incluyendo a frodo quien estaba muy sorprendido de ver a Arwen.
El salón de la casa de Elrond estaba colmado de gente: Elfos en su mayoría, todos conocidos de Hannah, había unos pocos huéspedes de otra especie, como sé diria una comida igualitaria. Elrond, como de costumbre, estaba sentado en un sillón a la cabecera de una mesa larga; a un lado tenía a Glorfindel que le hacia muecas a Hannah provocando la risa de esta, y al otro a Gandalf, que sabia perfectamente la historia entre Glorfindel y Hannah.
Frodo los observó maravillado, pues nunca había visto a Elrond, de quien se hablaba en tantos relatos; y sentados a la izquierda y a la derecha, Glorfindel, y aun Galdalf, a quienes creía conocer tan bien, se le revelaban como grandes y poderosos señores.
Gandalf era de un poco más pequeño de estatura que los otros dos, -pues los elfos son de gran estatura -, pero la larga melena blanca, la abundante barba gris, y los anchos hombros, le daban un aspecto de rey sabio, salido de antiguas leyendas. En la cara trabajada por los años, bajo las espesas cejas nevadas, los ojos oscuros eran como carbones encastrados que de súbito podían encenderse y arder.
Glorfindel era alto y erguido, el cabello de oro resplandeciente, la cara joven y hermosa, libre de temores y luminosa de alegría; los ojos brillantes y vivos, y la voz como una música; había sabiduría en aquella frente, y fuerza en aquella mano. Hannah había encontrado en aquel elfo un amigo incomparable y el pensar en que se iban a separar le dolía en el alma y lloraba al verlo, aunque él siempre le regala una rosa con la cual ella dejaba de llorar, él era un elfo con corazón de oro, tenia tantas atenciones con aquella joven que había logrado lo que ningún hombre, Hannah había llorado por él y desafío al mismo Elrond cuando no le permitió ir a patrullar junto al por las afueras de Rivendell.
El rostro de Elrond no tenía edad; no era ni joven ni viejo, La sabiduría que poseía permitia a los otros leer en su rostro el recuerdo de muchas cosas, felices y tristes. Tenía el cabello oscuro como las sombras del atardecer, y ceñido por una corona de plata, perfectamente hecha; los ojos eran grises como la claridad de la noche, y en ellos había una luz semejante a la luz de las estrellas. Parecía venerable como un rey coronado por muchos inviernos, y vigoroso sin embargo como un guerrero probado en la plenitud de sus fuerzas. Era el Señor de Rivendel, poderoso tanto entre los Elfos como entre los Hombres.
En el centro de la mesa, apoyada en los tapices que pendían del muro, había una silla bajo un dosel, y allí estaba sentada una hermosa dama, tan parecida a Elrond, bajo forma femenina. . Era joven, y al mismo tiempo no lo era, pues aunque la escarcha no había tocado las trenzas de pelo sombrío, y los brazos blancos y el rostro claro fuesen tersos y sin defecto, y la luz de las estrellas le brillara en los ojos, grises como una noche sin nubes, había en ella verdadera majestad, y la mirada revelaba conocimiento y sabiduría, como si hubiera visto todas las cosas que traen los años. Le cubría la cabeza una red de hilos de plata entretejida con pequeñas gemas de un blanco resplandeciente, pero las delicadas vestiduras grises no tenían otro adorno que una guirnalda de hojas cinceladas en plata.
Así vio Frodo a Arwen, hija de Elrond, a quien pocos mortales habían visto hasta entonces, y de quien se decía que había traído de nuevo a la tierra la imagen viva de Lúthien; y la llamaban Undómiel, pues era la Estrella de la Tarde para su pueblo. Había permanecido mucho tiempo en la tierra de la familia de la madre en Lórien, más allá de las montañas regresado hacía poco a Rivendel, a la casa del padre. Pero los dos hermanos de Arwen, Elladan y Elrohir llevavan una vida errante, y a menudo iban a caballo hasta muy lejos junto con los Montaraces del Norte; y jamás olvidaban los tormentos que la madre de ellos habia sufrido en los antros de los orcos , ambos eran jóvenes vivaces y sacaban de su lugar a Elrond siempre que podían e inclusive se atrevieron a llevar a Hannah dormida hasta varios kilómetros de Rivendell y no pudieron mas por que los caballos la despertaron y ella los obligo a regresar.
Frodo no había visto ni había imaginado nunca belleza semejante en una criatura viviente, y el hecho de encontrarse sentado a la mesa de Elrond entre tanta gente alta y hermosa lo sorprendía y abrumaba a la vez. Aunque tenía una silla apropiada, y contaba con el auxilio de varios almohadones, se sentía muy pequeño, y bastante fuera de lugar; pero esta impresión pasó rápidamente. La fiesta era alegre, y la comida todo lo que un estómago hambriento pudiese desear. Pasó un tiempo antes que mirara de nuevo alrededor o se volviera hacia la gente vecina.
A la derecha de Frodo estaba sentado un enano que parecía importante, ricamente vestido. La barba, muy larga y bifurcada, era blanca, casi tan blanca como el blanco de nieve de las ropas. Llevaba un cinturón de plata, y una cadena de plata y diamantes le colgaba del cuello. Frodo dejó de comer para mirarlo.
-¡Bienvenido y feliz encuentro! -dijo el enano volviéndose hacia él, y levantándose del asiento hizo una reverencia-. Glóin, para servir a usted -dijo inclinándose todavía más.
-Frodo Bolsón, para servir a usted y a la familia de usted -dijo Frodo correctamente, levantándose sorprendido y desparramando los almohadones-. ¿Me equivoco al pensar que es usted el Glóin, uno de los doce compañeros del gran Thorin Escudo-de-Roble?
-No se equivoca -dijo el enano, juntando los almohadones y ayudando cortésmente a Frodo a volver a la silla-. Y yo no pregunto, pues ya me han dicho que es usted pariente y heredero por adopción de nuestro célebre amigo Bilbo. Permítame felicitarlo por su restablecimiento.
-Muchas gracias -dijo Frodo.
Conversaron durante todo el resto de la comida, pero Frodo escuchaba más de lo que hablaba, pues las noticias de la Comarca, aparte de las que se referían al Anillo, parecían menudas, lejanas e insignificantes, mientras que Glóin en cambio tenía mucho que decir de las regiones septentrionales de las Tierras Ásperas. Frodo supo que Grimbeorn el Viejo, hijo de Beorn, era ahora el señor de muchos hombres vigorosos, y que ni orcos ni lobos se atrevían a entrar en su país, entre las Montañas y el Bosque Negro
Hannah sintió curiosidad por aquella conversación, pues queria formar parte de ella, pero se encontraba a una notable distancia de ambos y era de mala educación moverse de lugar.
Y luego de esto Glóin se embarcó en un largo relato sobre el Reino de los Enanos. Le encantaba haber encontrado un oyente tan cortés, pues Frodo no daba señales de fatiga y no trataba de cambiar el tema, aunque en verdad pronto se encontró perdido entre los extraños nombres de personas y lugares de los que nunca había oído hablar. Le interesó saber sin embargo que Dáin reinaba todavía bajo la Montaña, que era viejo (habiendo cumplido ya doscientos cincuenta años), venerable, y fabulosamente rico. De los diez compañeros que habían sobrevivido a la Batalla de los Cinco Ejércitos, siete estaban todavía con él: Dwalin, Glóin, Dori, Nori, Bifur, Bofur, y Bombur
Bombur era ahora tan gordo que no podía trasladarse por sus propios medios de la cama al asiento en la mesa, y se necesitaban seis jóvenes enanos para levantarlo.
El banquete concluyó por fin. Elrond y Arwen se incorporaron y atravesaron la sala, y los invitados los siguieron en orden. Las puertas se abrieron de par en par, y todos salieron a un pasillo ancho y cruzaron otras puertas, y llegaron a otra sala. No había mesas allí, pero un fuego claro ardía en una amplia chimenea entre pilares tallados a un lado y a otro.
Hubo una fiesta muy linda, hubo cantos y hannah pudo notar que Arwen y Aragorn se miraban muy bien juntos, ella tan linda y radiante, Aragorn estaba de pie junto a ella. Llevaba recogido el manto oscuro, y parecía estar vestido con la cota de malla de los Elfos, y una estrella le brillaba en el pecho. Hablaban juntos.
Que feliz se sentía ella, ante tanta alegría y regocijo como no se había visto en Rivendell en mucho tiempo.
Hannah empezó a sentir el fluir de la felicidad por sus venas y a pesar de seguir siendo tan traviesa, sintió que la seriedad de los elfos la había contagiado y deseaba volver a ser la misma Hannah que un día causo tanto alboroto en Rivendell con su llegada
Esa noche Glorfindel y Hannah bailarón juntos hasta que ya no podían mas .
Has bailado de maravilla , querida Hannah - dijo Glorfindel con el aliento entrecortado .
Pues tu no te has quedado atrás , amigo- Dijo sonriendo , hannah
