RONDAS NOCTURNAS
Las 22:30, ¿qué hacía ella, en medio de las escaleras del
castillo, a esas horas? Aquello era extremadamente aburrido. Sin
contar con los dos fantasmas que se cruzaron con ella en el 4º
piso que ni siquiera la saludaron, no había ni un alma a la vista.
Pero claro, era de esperar sabiendo que a los alumnos no les dejan
andar por pasillos desde las nueve de la noche. ¡Las 21:00! ¿Qué
esperaban conseguir en cerrándolos a esas horas? ¿Qué se metieran
en un convento de clausura? La verdad es que era lo que parecía,
haciéndoles llevar esos uniformes formales, sin pizca de color y
"sosos". Pero a esos chicos no había uniforme que les parara los
pies: no paraban de molestar y hacer travesuras. Esa misma mañana,
aprovechando que era nueva, un chico de 4º Ravenclaw metió en su
maletín una rata. Con lo que no contaba el granuja era que a ella
le gustaban las ratas casi tanto como cualquier gato. A decir
verdad, en la casa de campo había criado un par de ellas y las
había soltado en su último año: a los 17 años.
Sonrió al recordar la casa donde la recluían en verano hasta los 17 años, y oyó un chasquido en el jardín del colegio. Miró atentamente por la ventana, no creía que fuera ningún Mortífago, pera las circunstancias la habían convertido en una precavida al borde de la histeria. Falsa alarma, no era nada. O bueno, no nada peligroso. Era el director, que venía de la cabaña del profesor de Criaturas Mágicas, Hagrid. La habían comentado que estaba desaparecido pero que no había por qué ponerse nerviosos, de momento. Había ordenado vigilar si volvía. Al parecer no confiaba en ella, pues se había levantado a esas horas para comprobarlo él mismo.-"Peor para él"-Se dijo-"sino confía en la gente no es problema mio."La mosqueaba que no confiaran en ella cuando, según le parecía, era la persona con más secretos del mundo.
¿Qué le pasaba al reloj? Parecía que se había parado, le costaba moverse, pues en todo ese tiempo sólo marcaba las 22:45. ¿Habían parado el tiempo o qué? Parecía que sí. Durante la primera hora había estado buscando a los otros dos profesores, pero sin éxito. No es que estuviera obsesionada con el estar sola, pero ella no había conseguido hasta ahora no hablar durante más de 15 minutos. Los otros profesores debían de estar: o bien en lugares totalmente desconocidos para ella, la estaban esquivando o les habría entrado tal sopor que se habían ido a sus habitaciones para hacer algo más beneficioso: dormir. A ella le apetecía tanto ir a su nueva habitación, a su nueva cama,. y dormir.
-¿A ocurrido algún imprevisto?-Voz.humana. ¡si! La voz tan repentina la había hecho dar un salto. Se volvió para gastar una broma respecto a que la habían atacado 3 Mortífagos y habían secuestrado a dos alumnos cuando se encontró cara a cara con el profesor Snape. No es que le cayera mal o algo por el estilo, pero le veía serio y malhumorado, y no le podía soltar lo de los Mortífagos sabiendo lo que era él.
-No, a menos que cuente como imprevisto que usted este aquí.- ¿Por qué demonios le hablaba así? Le habían repetido una y otra vez que ese hombre era un Ex-Mortífago, pero costaba creer que había abandonado el lado Tenebroso viendo su aspecto. Siempre que le había visto llevaba puesto una capa negra y un conjunto negro con cuello alto. Vamos, el alma de la fiesta.
-Para saberlo tendrá que preguntárselo al director.-Dijo con la boca retorcida-Así sabrá de tu incompetencia.-Los ojos le brillaban maliciosamente.
-¿Qué incompetencia?-Estaba irritada, no iba a permitir que ese tipo la hablara así.
-Es improbable que una chiquilla de ¿cuántos, 20 años? pueda servirnos de ayuda, aunque estoy seguro de que, cuando llegue el momento, hagas muy bien de canguro.
¡Qué cabrón! No solo la llamaba tonta, sino que ahora la llamaba cría.
-¿Cuál es tu problema? ¿La última vez que intentaste ser feliz se te desencajó la mandíbula? ¿O es que tienes problemas con tus elecciones?-Dió en el blanco, sus ojos le dirigieron una mirada asesina y se puso más blanco de lo habitual.
-Debería tener cuidado con sus indirectas, señorita Sparrow, cualquier persona malvada la podría oír y enfadarse.- ¿eso era una amenaza? Se dio media vuelta y empezó a subir las escaleras.
-Profesor Snape, ¿en qué zona están los demás profesores?, no les he visto.-Prefería ocultar temporalmente su enfado, ahora quería respuestas.
-¡No me diga que has estado buscándoles toda la noche! ¡Ja!-Una amplia sonrisa se dibujó en su cara y se le sonrojó un poco la cara. Si no hubiese estado tan enfadada y avergonzada, estaría disfrutando de su aspecto, pues le daba grima su cara blanca.
-¡Qué va!-Hay que ver como mentía.-Solo es que tengo ganas de hablar con alguien amigo.
Posiblemente se había pasado, pues se dio media vuelta y desapareció rápidamente de la vista. Por tonta se quedaba sin hablar con nadie durante otra hora y sin saber donde estaban los demás. Tranquilidad. Ya se enteraría durante el desayuno o el almuerzo.
*-*-*-*
La mañana siguiente fue todo un éxito. McGonagall y Sprout le habían explicado al dedillo los espacios de la ronda. Estaban los terrenos del colegio, por los que era improbable que se colara alguien pero no imposible. La torre norte, en donde estaba la mayor pista de aterrizaje de escobas del colegio. Al parecer habían encontrado algunos alumnos ahí. Las mazmorras, donde sus rincones oscuros cobijaban tanto a alumnos enamorados como a locos con varitas (Mortífagos: tontos pero muy peligrosos). Y, por último, el castillo se divide en dos partes: la aburrida, que consiste en la escalera principal y sus alrededores, y por todo el perímetro, la más "divertida".
Al parecer, ese mes la tocaba hacer la ronda por las escaleras ¡Hurra!
El profesor Snape solía hacer, según sus compañeras, casi todas las rondas nocturnas y prácticamente todas ellas dentro del castillo."Seguro que es para poder pillar a un chico que pide un poco de libertad"-Pensó Elizabeth mientras lo miraba con furia. Justo en ese momento el profesor de pociones la miró y se dirigieron una mueca.
Pero no era tiempo de hacer el tonto, le tocaba clases con los de 2º Ravenclaw-Hufflepuff y quería causar una buena impresión. Además, quería quitarse todo eso de encima, por lo que la habían contado, iba a pasar muchas noches con él y no quería pasárselas discutiendo.
*-*-*-*-*
Snape la miró mientras se marchaba. Pasaba de mantener una buena relación con alguien que creía que era un Mortífago. No era muy bueno fingiendo esas cosas. Podía hacer que personas como Voldemort creyeran que era un lameculos, pero no que creyera que lo tenía en alta estima.
-¿Qué te preocupa?-Se sobresaltó al oír al director a su derecha.
-Nada importante.-No tenía porqué hablar de algo que no le apeteciera.
-¿No habrás discutido ya con ella?-¡Maldita sea! Era muy bueno intuyendo cosas.
-Si gritarnos entra dentro del término "discutir", si.- ¿Para qué andarse por las ramas?
-No creo que sea mala persona,-Dijo mientras miraba al sitio por donde había desaparecido.-He oído hablar bien de ella a los alumnos que han tenido clase con ella y nos está ayudando mucho con El Tema.
-No sabía que te importaba tanto lo que pensaran los alumnos sobre sus profesores.-Su tono quería parecer disgustado.-Porque si es así, ya me habrías despedido hace tiempo.
-Seguramente,-Dijo mientras sonreía.-Pero también cuentan algunos puntos. En fin, tengo trabajo y tú también.-Dijo mientras se levantaba.-Y si quieres mi consejo, intentaría llevarme bien con Wingrove.
Mientras bajaba las escaleras hacia las mazmorras, Snape pensó en el último consejo. ¿Cómo iba a intentar llevarse bien con esa chica? Al pensar se acordó de los colores que tenían sus ojos. Empezaba a controlarlos, eran azules cuando pensaba y se ponía seria, púrpuras si reía o estaba feliz, y verdes cuando se enfadaba, es decir, cuando le miraba a él. Entró en la clase con una sonrisa. Esa mañana estaría inspirado pera torturar a los demonios, que no eran otros que los alumnos.
YA EMPIEZA A GUSTARLE. VAYA PILLO QUE ESTÁ ECHO SEVERUS.
Sonrió al recordar la casa donde la recluían en verano hasta los 17 años, y oyó un chasquido en el jardín del colegio. Miró atentamente por la ventana, no creía que fuera ningún Mortífago, pera las circunstancias la habían convertido en una precavida al borde de la histeria. Falsa alarma, no era nada. O bueno, no nada peligroso. Era el director, que venía de la cabaña del profesor de Criaturas Mágicas, Hagrid. La habían comentado que estaba desaparecido pero que no había por qué ponerse nerviosos, de momento. Había ordenado vigilar si volvía. Al parecer no confiaba en ella, pues se había levantado a esas horas para comprobarlo él mismo.-"Peor para él"-Se dijo-"sino confía en la gente no es problema mio."La mosqueaba que no confiaran en ella cuando, según le parecía, era la persona con más secretos del mundo.
¿Qué le pasaba al reloj? Parecía que se había parado, le costaba moverse, pues en todo ese tiempo sólo marcaba las 22:45. ¿Habían parado el tiempo o qué? Parecía que sí. Durante la primera hora había estado buscando a los otros dos profesores, pero sin éxito. No es que estuviera obsesionada con el estar sola, pero ella no había conseguido hasta ahora no hablar durante más de 15 minutos. Los otros profesores debían de estar: o bien en lugares totalmente desconocidos para ella, la estaban esquivando o les habría entrado tal sopor que se habían ido a sus habitaciones para hacer algo más beneficioso: dormir. A ella le apetecía tanto ir a su nueva habitación, a su nueva cama,. y dormir.
-¿A ocurrido algún imprevisto?-Voz.humana. ¡si! La voz tan repentina la había hecho dar un salto. Se volvió para gastar una broma respecto a que la habían atacado 3 Mortífagos y habían secuestrado a dos alumnos cuando se encontró cara a cara con el profesor Snape. No es que le cayera mal o algo por el estilo, pero le veía serio y malhumorado, y no le podía soltar lo de los Mortífagos sabiendo lo que era él.
-No, a menos que cuente como imprevisto que usted este aquí.- ¿Por qué demonios le hablaba así? Le habían repetido una y otra vez que ese hombre era un Ex-Mortífago, pero costaba creer que había abandonado el lado Tenebroso viendo su aspecto. Siempre que le había visto llevaba puesto una capa negra y un conjunto negro con cuello alto. Vamos, el alma de la fiesta.
-Para saberlo tendrá que preguntárselo al director.-Dijo con la boca retorcida-Así sabrá de tu incompetencia.-Los ojos le brillaban maliciosamente.
-¿Qué incompetencia?-Estaba irritada, no iba a permitir que ese tipo la hablara así.
-Es improbable que una chiquilla de ¿cuántos, 20 años? pueda servirnos de ayuda, aunque estoy seguro de que, cuando llegue el momento, hagas muy bien de canguro.
¡Qué cabrón! No solo la llamaba tonta, sino que ahora la llamaba cría.
-¿Cuál es tu problema? ¿La última vez que intentaste ser feliz se te desencajó la mandíbula? ¿O es que tienes problemas con tus elecciones?-Dió en el blanco, sus ojos le dirigieron una mirada asesina y se puso más blanco de lo habitual.
-Debería tener cuidado con sus indirectas, señorita Sparrow, cualquier persona malvada la podría oír y enfadarse.- ¿eso era una amenaza? Se dio media vuelta y empezó a subir las escaleras.
-Profesor Snape, ¿en qué zona están los demás profesores?, no les he visto.-Prefería ocultar temporalmente su enfado, ahora quería respuestas.
-¡No me diga que has estado buscándoles toda la noche! ¡Ja!-Una amplia sonrisa se dibujó en su cara y se le sonrojó un poco la cara. Si no hubiese estado tan enfadada y avergonzada, estaría disfrutando de su aspecto, pues le daba grima su cara blanca.
-¡Qué va!-Hay que ver como mentía.-Solo es que tengo ganas de hablar con alguien amigo.
Posiblemente se había pasado, pues se dio media vuelta y desapareció rápidamente de la vista. Por tonta se quedaba sin hablar con nadie durante otra hora y sin saber donde estaban los demás. Tranquilidad. Ya se enteraría durante el desayuno o el almuerzo.
*-*-*-*
La mañana siguiente fue todo un éxito. McGonagall y Sprout le habían explicado al dedillo los espacios de la ronda. Estaban los terrenos del colegio, por los que era improbable que se colara alguien pero no imposible. La torre norte, en donde estaba la mayor pista de aterrizaje de escobas del colegio. Al parecer habían encontrado algunos alumnos ahí. Las mazmorras, donde sus rincones oscuros cobijaban tanto a alumnos enamorados como a locos con varitas (Mortífagos: tontos pero muy peligrosos). Y, por último, el castillo se divide en dos partes: la aburrida, que consiste en la escalera principal y sus alrededores, y por todo el perímetro, la más "divertida".
Al parecer, ese mes la tocaba hacer la ronda por las escaleras ¡Hurra!
El profesor Snape solía hacer, según sus compañeras, casi todas las rondas nocturnas y prácticamente todas ellas dentro del castillo."Seguro que es para poder pillar a un chico que pide un poco de libertad"-Pensó Elizabeth mientras lo miraba con furia. Justo en ese momento el profesor de pociones la miró y se dirigieron una mueca.
Pero no era tiempo de hacer el tonto, le tocaba clases con los de 2º Ravenclaw-Hufflepuff y quería causar una buena impresión. Además, quería quitarse todo eso de encima, por lo que la habían contado, iba a pasar muchas noches con él y no quería pasárselas discutiendo.
*-*-*-*-*
Snape la miró mientras se marchaba. Pasaba de mantener una buena relación con alguien que creía que era un Mortífago. No era muy bueno fingiendo esas cosas. Podía hacer que personas como Voldemort creyeran que era un lameculos, pero no que creyera que lo tenía en alta estima.
-¿Qué te preocupa?-Se sobresaltó al oír al director a su derecha.
-Nada importante.-No tenía porqué hablar de algo que no le apeteciera.
-¿No habrás discutido ya con ella?-¡Maldita sea! Era muy bueno intuyendo cosas.
-Si gritarnos entra dentro del término "discutir", si.- ¿Para qué andarse por las ramas?
-No creo que sea mala persona,-Dijo mientras miraba al sitio por donde había desaparecido.-He oído hablar bien de ella a los alumnos que han tenido clase con ella y nos está ayudando mucho con El Tema.
-No sabía que te importaba tanto lo que pensaran los alumnos sobre sus profesores.-Su tono quería parecer disgustado.-Porque si es así, ya me habrías despedido hace tiempo.
-Seguramente,-Dijo mientras sonreía.-Pero también cuentan algunos puntos. En fin, tengo trabajo y tú también.-Dijo mientras se levantaba.-Y si quieres mi consejo, intentaría llevarme bien con Wingrove.
Mientras bajaba las escaleras hacia las mazmorras, Snape pensó en el último consejo. ¿Cómo iba a intentar llevarse bien con esa chica? Al pensar se acordó de los colores que tenían sus ojos. Empezaba a controlarlos, eran azules cuando pensaba y se ponía seria, púrpuras si reía o estaba feliz, y verdes cuando se enfadaba, es decir, cuando le miraba a él. Entró en la clase con una sonrisa. Esa mañana estaría inspirado pera torturar a los demonios, que no eran otros que los alumnos.
YA EMPIEZA A GUSTARLE. VAYA PILLO QUE ESTÁ ECHO SEVERUS.
