Cap. X. CLASES Y SORPRESAS
"Hogwarts. El viejo castillo. Sus muros eran de roca oscura caliza, construidos siglos atrás para convertirlo en la escuela de Magia y Hechicería más famoso del mundo. Pero con el paso del tiempo, con las guerras para hacerse con el dominio total y con los cambios de la sociedad y cultura, había dado paso a un colegio de cursos secundarios para jóvenes. Si, uno de los más importantes y mejores, pero sólo un colegio. En un principio, un glorioso principio de más de trescientos años, en esos muros había albergado a los más poderosos magos y brujas del momento. Hechiceros que utilizaban su poder para enseñar a los más afortunados. En sus clases y habitaciones había toda clase de personas, desde niños de unos cinco años a personas de más de noventa, pasando por hombres y mujeres, elfos, hombres lobo o banshees, etc.
La historia cuenta que en cada grupo de magos que paseaban por los terrenos había un clima diferente gracias a los hechizos de la gran Hufflepuff. Por ejemplo, un día soleado para cuidar a las criaturas mágicas o una tarde lluviosa para poder entrenar al Quidditch, que para entonces era un juego nuevo que habían inventado entre Gryffindor y Slytherin. Estos dos poderosos magos, en una de las muchas tardes que estaban juntos volando, se habían inventado un juego ridículo que hoy en día es famoso. También se podían observar un gran grupo de magos por las orillas del lago junto a varios centauros acompañados siempre de la sensata adivina Ravenclaw, que muchas veces tenía que mediar entre el grupo. Y, como no, se podían realizar los más poderosos, difíciles y extraordinarios hechizos y, si tenías suerte, maldiciones junto al oscuro Slytherin, que siempre estaba dispuesto a enseñar las poderosas artes oscuras. Contaban que los demás grandes magos, Gryffindor el que más, tenía una ligera envidia al mago, pues ninguno de ellos era capaz de hacer lo que él hacía con o sin varita. Todo esto se hacía con total libertad de elecciones y seguridad, sobre todo de seguridad. En ese tiempo aún no habían conjurado la zona prueba de extraños, por lo que cualquiera podía aparecerse. Pero la mayor seguridad se la ofrecían las varitas y los grandes magos, ante todos ellos Gryffindor, pues siempre estaba alerta y preparado..."
-Si, siempre me he fijado en que los Gryffindor son unos perfectos miedicas. Siempre obsesos con la seguridad, en cualquier momento nos dirán que nos guardemos de las rocas, que están muy duras y nos pueden dar en la cabeza el día menos pensado.
Todos los Slytherin rieron la broma, obviamente. Elizabeth miró enfadada al chico que la había interrumpido la historio con su estúpida bromita. Este la miraba con una cara superior que le daban ganas de vomitar. Sus ojos grises miraban con desprecio a todo ser viviente que se le pusiera en el camino. Aquel rubio insoportable le recordaba demasiado a su padre. Draco Malfoy, desgraciadamente, era como una gota de agua, mucho más joven, claro, de su padre, Lucius.
-10 puntos menos para Slytherin.-Gritó. Acto seguido se callaron de golpe. A Elizabeth le hacía gracia que les afectara tanto los puntos. A su entender, le daría lo mismo. Ella tenía algo parecido en el orfanato y la verdad el que le daban totalmente igual. Justo en ese momento empezaron a reírse los Gryffindor de ellos.- ¡5 puntos menos para Gryffindor! Y serán más si alguna Casa se mete con la otra.-todos callaron y la miraron con reproche.- ¿Es que no habéis escuchado la historia?
Para su decepción, todos callaron y miraron al compañero mientras miraban cosas incoherentes. 'Estupendo' Pensó Elizabeth.'Ahora ya puedo deprimirme aún más.'
Y es que Elizabeth se encontraba mal, estaba cansada, muy cansada. Le había jurado al director una y otra vez que se encontraba bien para dar clase, o al menos eso creía. Estaba equivocada. Pensaba que si trabajaba o hacía algo de provecho se olvidaría, o al menos apenaría menos, la muerte de Hoz. Después de tres días en tratamiento sin que ella se diese cuenta, más que nada porque estaba inconsciente, se quedó, o mejor dicho, la hicieron quedarse 10 días en San Mungo. Diez días postrados en una cama de hospital carcomiéndose el cerebro con el único pensamiento de Hoz y su venganza. Su frustración fue a mayor cuando le informaron que Malfoy había salido sin cargos del juicio.
-¿Qué cargos puede tener si ha sido un veneno el asesino? No hay pruebas contra él, podría haber sido cualquiera.-La dijo Spike después de haberle soltado la mala noticia.
-Pero no ha sido cualquiera, ha sido él.-Le había reprochado Elizabeth.- Snape ha dicho que fue él.
-Ya lo sé,-Dijo con voz apenada.-Pero él no puede decir nada contra Malfoy, ¿recuerdas? Se supone que es su amigo. No te preocupes,-Dijo mientras la abrazaba.-recibirá su merecido, te lo prometo.
Después de esos diez días de suplicio, pensaba que podría volver al colegio, hacer cualquier cosa, lo que fuera. Pero Spike y Clare no la dejaron ni soñarlo durante diez minutos. La dejaron en su apartamento para que se recuperara. Es cierto que aún le dolía todo, pero ella no quería recuperarse, quería hacer algo para que le quitaran los malos recuerdos de la cabeza. No consiguió que la dejaran levantarse de su cama hasta el 5º día, y porque estaba su amiga Clare, que es más blanda, que sino tenían pensado otros diez días acostada. Para cuando la preguntaron qué quería hacer y les dijo que volver al colegio, ya estaban a primeros de diciembre. ¡Diciembre! Había estado durante poco menos de un mes vigilada y encerrada en su apartamento. ¡Eso si que era descanso, lo demás era tontería!
Según la habían dicho, todo ese mes no habían tenido clases de Estudio de la Magia, pues los demás profesores estaban muy ocupados en sus respectivas clases como para dar otra.
Elizabeth agradeció esto, porque significaba que sabía por donde se habían quedado y no tenía que hacer nuevos planes. Había planificado todas las clases de aquí a la Semana de Pascua. ¡Lo que se hace cuando una esta un mes sin hacer nada! Los chicos habían perdido todo un mes de ICAO (ya que la Umbridge no daba esa clase bien, bueno, no la daba, directamente) y no iba a permitir que pasaran por los TIMOS sin saber por lo menos la base se ese curso.
Cuando volvió a mirar a la clase se sorprendió sentada en la butaca del escritorio. Debió haber caminado sin darse cuenta hasta el asiento. Mayor fue su asombro cuando vió que varios alumnos tenían las manos levantadas.
En la segunda fila levantaba la mano Hermione, y parecía tan decidida que Elizabeth estuvo tentada de preguntarle a ella le respuesta, pero se obligó a mirar a los demás alumnos. Ron también tenía la mono levantada. Elizabeth pensó que el pobre estaba atendiendo en todas las clases, ya que se sentaba solo y debería aburrirse. Tal vez debería cambiarlo. Tenían asimismo levantadas las manos Millicent y Blaise, eran los únicos Slytherin que se habían dignado a levantar la mano. Sean y Parvarti eran los otros que formaban el grupo de Gryffindor, pero ambos tenían la cara llena de inseguridad. Elizabeth se decidió finalmente por Ron.
-Adelante Ron, expón tu teoría.-El chico se puso rígido en la silla y tragó saliva antes de hablar.
-Yo creo que el pasado nos muestra todo lo que perdimos por una persona que decidió pelear contra nosotros.
-Perdona, bonito, pero Salazar Slytherin no tuvo nada que ver con el enfado.-Gritó Millicent.-La culpa fue de tu gran Gryffindor.
-¿Alguien a nombrado a Slytherin en algún momento?-Replicó Ron con cara triunfal. Millicent se quedó muda.
-Parece que se ha formado un pequeño debate, bien.-Dijo Elizabeth contenta por fin de que se encendieran las hogueras.-Decirnos vuestras opiniones... ¿Hermione?
-No es lo que hemos perdido material o personalmente,-Dijo con la voz que utilizaba cuando estaba delante de un profesor.-sino el poder que hemos derrochado al pelearnos entre nosotros por culpa de la avaricia.
De nuevo se formó el caos. Los Slytherin protestaron ante esta afirmación de Hermione, y los Gryffindor defendieron a la chica como compañeros de Casa, sin tener en cuenta el razonamiento. Elizabeth iba a poner silencio cuando una voz sobresalió por encima del griterío.
-El caso no es el poder o el gran castillo que tenían, sino la amistad perdida por unas migajas de poder y cabezonería de parte de los dos bandos.
Todo el mundo se volvió hacia Gregory, que después de lanzar el grito estaba encogido entre sus libros. Todos lo miraban estupefactos, todos menos Elizabeth, que lo miraba con orgullo, y Malfoy, que desde el asiento de atrás le dio un golpe en la espalda al que Gregory ignoró completamente.
-Estupendo.-Dijo Elizabeth con la voz más agradable que pudo encontrar.-Ha sido simplemente perfecto.-Gregory se encogió ruborizado aún más en su asiento.-Esto se merece 10 puntos para Slytherin.-Casi todos los miembros de esa Casa se quedaron tranquilos, pero Goyle recibió otro golpe en la espalda. Gregory volvió a pasar olímpicamente de Malfoy.
En ese momento sonó la campana y todos se pusieron en pie. 'Hay que ver lo parecidos que son todos cuando hablamos de salir al recreo lo antes posible.'Pensó divertida.
-Esperad un momento.-Todos, sin excepción, la miraron con angustia.-Para el próximo día hacéis los ejercicios.
-¿Qué ejercicios?-exclamó con desagrado Draco.
-Los que tenéis encima de las mesas.-Antes de que miraran a sus respectivas mesas, Elizabeth hizo un leve movimiento de varita y los ejercicios que había escrito durante su recuperación aparecieron ante los ojos de los asombrados alumnos.
-¡Qué guay Elizabeth!-Exclamó Dean mientras cogía su hoja, que estaba igual de caliente que una que hubiese salido de una fotocopiadora.-uno de estos días nos tendrá que enseñar ese hechizo.
-Deacuerdo.-Dijo mientras soltaba una carcajada. Eso era lo que quería hacer, reírse de algo sin que el bromista sólo tuviera esa intención, como Spike, y así olvidarse durante un minuto de Hoz.
-Adiós.-Dijo el muchacho mientras cruzaba el umbral de la puerta y se perdía entre el gentío.
Elizabeth comenzó a recoger los papeles, pero paró al ver que un chico quedaba en la clase. Ron venía hacia ella mientras se ponía sobre los hombros la pesada mochila. Le resultaba imposible que cargaran con ella todo el día. Cuando ella iba al colegio, con no llevar libros bastaba.
-Hola Elizabeth.-Su voz sonaba más bonita cuando hablabas con él, no cuando os gritabais porque estaba en la otra punta de la clase.
-¿Qué tal Ron?-Le preguntó mientras reanudaba la tarea de amontonar papeles y más papeles.
-Bien. Yo quería preguntarte una cosa...-Dijo poniéndose rojo como un tomate.
-Tú dirás. Haré todo lo que pueda para responderte.-Se puso rojo hasta las orejas. Sus preciosas pecas quedaron prácticamente ocultas tras el enrojecimiento del chico.
-Yo había pensado que...-Siguió moviendo la boca, pero no pronunció nada.
-¿Si?-Cada vez estaba más interesada. ¿Qué le podía contar Ron que fuese tan importante?
-Va, déjalo. Es una tontería.-Y giró sobre sus talones, pero Elizabeth le paró a medio camino y le hizo volver a su posición inicial.
-Tú cuéntamelo, que yo juzgaré si es una tontería o no.-Lo miró directamente a los ojos y le dedicó una agradable sonrisa para inspirarle confianza. Estaba usando el mismo método que con Snape.
-Vale.-Dijo después de suspirar.-El caso es que desde hace tiempo he pensado en la idea de...en la idea de...-Tomó aire y por fin lo dijo.-...de convertirme en animago.
Elizabeth sonrió relajada. La divertía el hecho de que estuviese tan nervioso por tan poca cosa. Ron bajó la mirada avergonzado.
-Ya sabía que te reirías.-Elizabeth paró en el acto de reír, no sabía que Ron pensaría tal cosa.-Piensas que no puedo hacerlo. Pero no te lo reprocho, todos creen que no puedo hacer nada.
-Pero Ron,-Dijo riendo tranquilamente mientras le levantaba la cabeza.-yo no me río de ti, lo que pasa es que no me esperaba eso estabas tan preocupado que creí que era algo más serio.-Le pasó un brazo por los hombros.
-¿En serio crees que puedo hacerlo?-Ron levantó la cara y dejó ver unos ojos brillantes y llenos de esperanza.
-¿Tú quieres hacerlo?-Le preguntó con voz grave.
--Si, claro que si. Hace mucho tiempo que quiero serlo.-Bajó de nuevo la vista.-Pero nunca creí poder conseguirlo, es algo muy complicado de lograr.
-¿Cómo que no?-Exclamó Elizabeth levantando los brazos.-Mi lema es:-fue haciendo un medio arco con la mano extendida.-'Todo es posible si lo intentas verdaderamente."
Ron la miró sonriendo y a Elizabeth se le vino algo a la cabeza.
-Por cierto, ¿cómo es que me lo has preguntado a mí si la profesora McGonagall también es animago?
-Porque es más seguro preguntarte algo a ti.-Los dos rieron unos segundos hasta que Ron la preguntó.- ¿Qué es eso de también es animago?
-Bueno, yo soy una mujer llena de recursos y sorpresas, creí que lo sabías. Soy animago desde los 16 años.
-¿En serio?-Los ojos de Ron se abrieron como platos por el asombro y Elizabeth asintió en silencio mientras sonreía.- ¿En qué animal te puedes transformar?
Elizabeth se quedó unos momentos pensativa. Nunca se lo había contado a nadie. Los del Registro de Animagos del ministerio sólo sabían uno de los animales en el que se podía convertir. En ese momento no le apetecía contarlo, ya que parecía que Voldemort la perseguía por algún asunto que no lograba comprender, así que optó por el animal del registro. Si Ron se lo comentaba a alguien, no tendría problemas para confirmarlo.
-Me puedo transformar en pantera. Es mi animal preferido, sigiloso, rápido, peligroso, audaz,...y puede defenderse muy bien, te lo aseguro.
-¡Guau!-Exclamó ron.-es fantástico, la mejor transformación que he visto nunca, te lo aseguro.
-Gracias.-Tras pensarlo un momento, le propuso lo siguiente.-Mira Ron, ¿qué tal si quedamos para dar clase de transformación en mi despacho una vez por semana y vas estudiando y ensayando para convertirte?
-¿Qué?-Los ojos le brillaron de emoción.-Por supuesto que si. Si.
-Estupendo,-Sería maravilloso enseñar a alguien a convertirse en animago.- ¿Qué me dices del viernes por la tarde?
-¿Los viernes?-Su expresión se ensombreció.-Los viernes tengo Quidditch, pero si quieres lo dejo.-Dijo angustiado.
-No te preocupes Ron, lo cambiaremos para otro día.-Pensó un momento.- ¿Y los jueves?
-¡Claro!-Dio un salto que asustó a Elizabeth, quien no se lo esperaba.- Bueno, me voy a clase, que ya debe haber pasado el recreo.
-¿Qué clase tienes?
-Transformaciones.-Los dos volvieron a reírse.-Una última cosa, ¿no está prohibido esto sin un miembro del ministerio?
-No, que va.-Dijo restándole importancia con gesto de la mano.-Está permitido siempre y cuando sea una persona mayor de edad y que sea un animago.
-Esto se va poniendo mejor por momentos.-Dijo mientras andaba hacia la puerta.- ¡Nos vemos luego!-Gritó mientras se internaba en el pasillo.
Elizabeth pensó que no era un mal comienzo. Gregory cada vez era mejor persona y Ron le había pedido ayuda a ella. A ella, y no a otra persona más cualificada. Durante un maravilloso momento había olvidado el amargo recuerdo y decidió que las cosas estaban bien así. Jamás olvidaría a Hoz, pero tenía que salir adelante.
¿Qué mejor manera que ayudando a los demás?
Salió sonriendo del aula y fue hacia el Salón, pues ahora no tenía clases y tenía un poco de hambre. Cuando entró se sorprendió al ver a Severus, pues desde que volvió al colegio había estado esquivándola. No se confundió, pues en cuanto oyó sus pasos, alzó la vista y la vió, salió por una de las entradas secundarias. Bien, su próximo objetivo sería averiguar por qué Severus hacía tal cosa, no la miraba, no hablaba con ella, nada. El próximo día le arrinconaría si hacía falta. Echaba de menos sus discusiones.
¿CONSEGUIRÁ CONVERTIRSE RON EN ANIMAGO?
¿QUÉ PENSARAN SUS AMIGOS DE QUE SE ENCUENTRE CON ELIZABETH TODOS LOS JUEVES?
¿QUÉ PENSARÁ SEVERUS DE ESTO?
P. D. EL PRÓXIMO CAPÍTULO ES EXCLUSIVAMENTE PARA RON. HABLA ELIZABETH, POR SUPUESTO, PERO NADIE MÁS.
SE SABRÁ POR QUIÉN SUSPIRA RON.
¿QUIÉN SERÁ LA AFORTUNADA?
"Hogwarts. El viejo castillo. Sus muros eran de roca oscura caliza, construidos siglos atrás para convertirlo en la escuela de Magia y Hechicería más famoso del mundo. Pero con el paso del tiempo, con las guerras para hacerse con el dominio total y con los cambios de la sociedad y cultura, había dado paso a un colegio de cursos secundarios para jóvenes. Si, uno de los más importantes y mejores, pero sólo un colegio. En un principio, un glorioso principio de más de trescientos años, en esos muros había albergado a los más poderosos magos y brujas del momento. Hechiceros que utilizaban su poder para enseñar a los más afortunados. En sus clases y habitaciones había toda clase de personas, desde niños de unos cinco años a personas de más de noventa, pasando por hombres y mujeres, elfos, hombres lobo o banshees, etc.
La historia cuenta que en cada grupo de magos que paseaban por los terrenos había un clima diferente gracias a los hechizos de la gran Hufflepuff. Por ejemplo, un día soleado para cuidar a las criaturas mágicas o una tarde lluviosa para poder entrenar al Quidditch, que para entonces era un juego nuevo que habían inventado entre Gryffindor y Slytherin. Estos dos poderosos magos, en una de las muchas tardes que estaban juntos volando, se habían inventado un juego ridículo que hoy en día es famoso. También se podían observar un gran grupo de magos por las orillas del lago junto a varios centauros acompañados siempre de la sensata adivina Ravenclaw, que muchas veces tenía que mediar entre el grupo. Y, como no, se podían realizar los más poderosos, difíciles y extraordinarios hechizos y, si tenías suerte, maldiciones junto al oscuro Slytherin, que siempre estaba dispuesto a enseñar las poderosas artes oscuras. Contaban que los demás grandes magos, Gryffindor el que más, tenía una ligera envidia al mago, pues ninguno de ellos era capaz de hacer lo que él hacía con o sin varita. Todo esto se hacía con total libertad de elecciones y seguridad, sobre todo de seguridad. En ese tiempo aún no habían conjurado la zona prueba de extraños, por lo que cualquiera podía aparecerse. Pero la mayor seguridad se la ofrecían las varitas y los grandes magos, ante todos ellos Gryffindor, pues siempre estaba alerta y preparado..."
-Si, siempre me he fijado en que los Gryffindor son unos perfectos miedicas. Siempre obsesos con la seguridad, en cualquier momento nos dirán que nos guardemos de las rocas, que están muy duras y nos pueden dar en la cabeza el día menos pensado.
Todos los Slytherin rieron la broma, obviamente. Elizabeth miró enfadada al chico que la había interrumpido la historio con su estúpida bromita. Este la miraba con una cara superior que le daban ganas de vomitar. Sus ojos grises miraban con desprecio a todo ser viviente que se le pusiera en el camino. Aquel rubio insoportable le recordaba demasiado a su padre. Draco Malfoy, desgraciadamente, era como una gota de agua, mucho más joven, claro, de su padre, Lucius.
-10 puntos menos para Slytherin.-Gritó. Acto seguido se callaron de golpe. A Elizabeth le hacía gracia que les afectara tanto los puntos. A su entender, le daría lo mismo. Ella tenía algo parecido en el orfanato y la verdad el que le daban totalmente igual. Justo en ese momento empezaron a reírse los Gryffindor de ellos.- ¡5 puntos menos para Gryffindor! Y serán más si alguna Casa se mete con la otra.-todos callaron y la miraron con reproche.- ¿Es que no habéis escuchado la historia?
Para su decepción, todos callaron y miraron al compañero mientras miraban cosas incoherentes. 'Estupendo' Pensó Elizabeth.'Ahora ya puedo deprimirme aún más.'
Y es que Elizabeth se encontraba mal, estaba cansada, muy cansada. Le había jurado al director una y otra vez que se encontraba bien para dar clase, o al menos eso creía. Estaba equivocada. Pensaba que si trabajaba o hacía algo de provecho se olvidaría, o al menos apenaría menos, la muerte de Hoz. Después de tres días en tratamiento sin que ella se diese cuenta, más que nada porque estaba inconsciente, se quedó, o mejor dicho, la hicieron quedarse 10 días en San Mungo. Diez días postrados en una cama de hospital carcomiéndose el cerebro con el único pensamiento de Hoz y su venganza. Su frustración fue a mayor cuando le informaron que Malfoy había salido sin cargos del juicio.
-¿Qué cargos puede tener si ha sido un veneno el asesino? No hay pruebas contra él, podría haber sido cualquiera.-La dijo Spike después de haberle soltado la mala noticia.
-Pero no ha sido cualquiera, ha sido él.-Le había reprochado Elizabeth.- Snape ha dicho que fue él.
-Ya lo sé,-Dijo con voz apenada.-Pero él no puede decir nada contra Malfoy, ¿recuerdas? Se supone que es su amigo. No te preocupes,-Dijo mientras la abrazaba.-recibirá su merecido, te lo prometo.
Después de esos diez días de suplicio, pensaba que podría volver al colegio, hacer cualquier cosa, lo que fuera. Pero Spike y Clare no la dejaron ni soñarlo durante diez minutos. La dejaron en su apartamento para que se recuperara. Es cierto que aún le dolía todo, pero ella no quería recuperarse, quería hacer algo para que le quitaran los malos recuerdos de la cabeza. No consiguió que la dejaran levantarse de su cama hasta el 5º día, y porque estaba su amiga Clare, que es más blanda, que sino tenían pensado otros diez días acostada. Para cuando la preguntaron qué quería hacer y les dijo que volver al colegio, ya estaban a primeros de diciembre. ¡Diciembre! Había estado durante poco menos de un mes vigilada y encerrada en su apartamento. ¡Eso si que era descanso, lo demás era tontería!
Según la habían dicho, todo ese mes no habían tenido clases de Estudio de la Magia, pues los demás profesores estaban muy ocupados en sus respectivas clases como para dar otra.
Elizabeth agradeció esto, porque significaba que sabía por donde se habían quedado y no tenía que hacer nuevos planes. Había planificado todas las clases de aquí a la Semana de Pascua. ¡Lo que se hace cuando una esta un mes sin hacer nada! Los chicos habían perdido todo un mes de ICAO (ya que la Umbridge no daba esa clase bien, bueno, no la daba, directamente) y no iba a permitir que pasaran por los TIMOS sin saber por lo menos la base se ese curso.
Cuando volvió a mirar a la clase se sorprendió sentada en la butaca del escritorio. Debió haber caminado sin darse cuenta hasta el asiento. Mayor fue su asombro cuando vió que varios alumnos tenían las manos levantadas.
En la segunda fila levantaba la mano Hermione, y parecía tan decidida que Elizabeth estuvo tentada de preguntarle a ella le respuesta, pero se obligó a mirar a los demás alumnos. Ron también tenía la mono levantada. Elizabeth pensó que el pobre estaba atendiendo en todas las clases, ya que se sentaba solo y debería aburrirse. Tal vez debería cambiarlo. Tenían asimismo levantadas las manos Millicent y Blaise, eran los únicos Slytherin que se habían dignado a levantar la mano. Sean y Parvarti eran los otros que formaban el grupo de Gryffindor, pero ambos tenían la cara llena de inseguridad. Elizabeth se decidió finalmente por Ron.
-Adelante Ron, expón tu teoría.-El chico se puso rígido en la silla y tragó saliva antes de hablar.
-Yo creo que el pasado nos muestra todo lo que perdimos por una persona que decidió pelear contra nosotros.
-Perdona, bonito, pero Salazar Slytherin no tuvo nada que ver con el enfado.-Gritó Millicent.-La culpa fue de tu gran Gryffindor.
-¿Alguien a nombrado a Slytherin en algún momento?-Replicó Ron con cara triunfal. Millicent se quedó muda.
-Parece que se ha formado un pequeño debate, bien.-Dijo Elizabeth contenta por fin de que se encendieran las hogueras.-Decirnos vuestras opiniones... ¿Hermione?
-No es lo que hemos perdido material o personalmente,-Dijo con la voz que utilizaba cuando estaba delante de un profesor.-sino el poder que hemos derrochado al pelearnos entre nosotros por culpa de la avaricia.
De nuevo se formó el caos. Los Slytherin protestaron ante esta afirmación de Hermione, y los Gryffindor defendieron a la chica como compañeros de Casa, sin tener en cuenta el razonamiento. Elizabeth iba a poner silencio cuando una voz sobresalió por encima del griterío.
-El caso no es el poder o el gran castillo que tenían, sino la amistad perdida por unas migajas de poder y cabezonería de parte de los dos bandos.
Todo el mundo se volvió hacia Gregory, que después de lanzar el grito estaba encogido entre sus libros. Todos lo miraban estupefactos, todos menos Elizabeth, que lo miraba con orgullo, y Malfoy, que desde el asiento de atrás le dio un golpe en la espalda al que Gregory ignoró completamente.
-Estupendo.-Dijo Elizabeth con la voz más agradable que pudo encontrar.-Ha sido simplemente perfecto.-Gregory se encogió ruborizado aún más en su asiento.-Esto se merece 10 puntos para Slytherin.-Casi todos los miembros de esa Casa se quedaron tranquilos, pero Goyle recibió otro golpe en la espalda. Gregory volvió a pasar olímpicamente de Malfoy.
En ese momento sonó la campana y todos se pusieron en pie. 'Hay que ver lo parecidos que son todos cuando hablamos de salir al recreo lo antes posible.'Pensó divertida.
-Esperad un momento.-Todos, sin excepción, la miraron con angustia.-Para el próximo día hacéis los ejercicios.
-¿Qué ejercicios?-exclamó con desagrado Draco.
-Los que tenéis encima de las mesas.-Antes de que miraran a sus respectivas mesas, Elizabeth hizo un leve movimiento de varita y los ejercicios que había escrito durante su recuperación aparecieron ante los ojos de los asombrados alumnos.
-¡Qué guay Elizabeth!-Exclamó Dean mientras cogía su hoja, que estaba igual de caliente que una que hubiese salido de una fotocopiadora.-uno de estos días nos tendrá que enseñar ese hechizo.
-Deacuerdo.-Dijo mientras soltaba una carcajada. Eso era lo que quería hacer, reírse de algo sin que el bromista sólo tuviera esa intención, como Spike, y así olvidarse durante un minuto de Hoz.
-Adiós.-Dijo el muchacho mientras cruzaba el umbral de la puerta y se perdía entre el gentío.
Elizabeth comenzó a recoger los papeles, pero paró al ver que un chico quedaba en la clase. Ron venía hacia ella mientras se ponía sobre los hombros la pesada mochila. Le resultaba imposible que cargaran con ella todo el día. Cuando ella iba al colegio, con no llevar libros bastaba.
-Hola Elizabeth.-Su voz sonaba más bonita cuando hablabas con él, no cuando os gritabais porque estaba en la otra punta de la clase.
-¿Qué tal Ron?-Le preguntó mientras reanudaba la tarea de amontonar papeles y más papeles.
-Bien. Yo quería preguntarte una cosa...-Dijo poniéndose rojo como un tomate.
-Tú dirás. Haré todo lo que pueda para responderte.-Se puso rojo hasta las orejas. Sus preciosas pecas quedaron prácticamente ocultas tras el enrojecimiento del chico.
-Yo había pensado que...-Siguió moviendo la boca, pero no pronunció nada.
-¿Si?-Cada vez estaba más interesada. ¿Qué le podía contar Ron que fuese tan importante?
-Va, déjalo. Es una tontería.-Y giró sobre sus talones, pero Elizabeth le paró a medio camino y le hizo volver a su posición inicial.
-Tú cuéntamelo, que yo juzgaré si es una tontería o no.-Lo miró directamente a los ojos y le dedicó una agradable sonrisa para inspirarle confianza. Estaba usando el mismo método que con Snape.
-Vale.-Dijo después de suspirar.-El caso es que desde hace tiempo he pensado en la idea de...en la idea de...-Tomó aire y por fin lo dijo.-...de convertirme en animago.
Elizabeth sonrió relajada. La divertía el hecho de que estuviese tan nervioso por tan poca cosa. Ron bajó la mirada avergonzado.
-Ya sabía que te reirías.-Elizabeth paró en el acto de reír, no sabía que Ron pensaría tal cosa.-Piensas que no puedo hacerlo. Pero no te lo reprocho, todos creen que no puedo hacer nada.
-Pero Ron,-Dijo riendo tranquilamente mientras le levantaba la cabeza.-yo no me río de ti, lo que pasa es que no me esperaba eso estabas tan preocupado que creí que era algo más serio.-Le pasó un brazo por los hombros.
-¿En serio crees que puedo hacerlo?-Ron levantó la cara y dejó ver unos ojos brillantes y llenos de esperanza.
-¿Tú quieres hacerlo?-Le preguntó con voz grave.
--Si, claro que si. Hace mucho tiempo que quiero serlo.-Bajó de nuevo la vista.-Pero nunca creí poder conseguirlo, es algo muy complicado de lograr.
-¿Cómo que no?-Exclamó Elizabeth levantando los brazos.-Mi lema es:-fue haciendo un medio arco con la mano extendida.-'Todo es posible si lo intentas verdaderamente."
Ron la miró sonriendo y a Elizabeth se le vino algo a la cabeza.
-Por cierto, ¿cómo es que me lo has preguntado a mí si la profesora McGonagall también es animago?
-Porque es más seguro preguntarte algo a ti.-Los dos rieron unos segundos hasta que Ron la preguntó.- ¿Qué es eso de también es animago?
-Bueno, yo soy una mujer llena de recursos y sorpresas, creí que lo sabías. Soy animago desde los 16 años.
-¿En serio?-Los ojos de Ron se abrieron como platos por el asombro y Elizabeth asintió en silencio mientras sonreía.- ¿En qué animal te puedes transformar?
Elizabeth se quedó unos momentos pensativa. Nunca se lo había contado a nadie. Los del Registro de Animagos del ministerio sólo sabían uno de los animales en el que se podía convertir. En ese momento no le apetecía contarlo, ya que parecía que Voldemort la perseguía por algún asunto que no lograba comprender, así que optó por el animal del registro. Si Ron se lo comentaba a alguien, no tendría problemas para confirmarlo.
-Me puedo transformar en pantera. Es mi animal preferido, sigiloso, rápido, peligroso, audaz,...y puede defenderse muy bien, te lo aseguro.
-¡Guau!-Exclamó ron.-es fantástico, la mejor transformación que he visto nunca, te lo aseguro.
-Gracias.-Tras pensarlo un momento, le propuso lo siguiente.-Mira Ron, ¿qué tal si quedamos para dar clase de transformación en mi despacho una vez por semana y vas estudiando y ensayando para convertirte?
-¿Qué?-Los ojos le brillaron de emoción.-Por supuesto que si. Si.
-Estupendo,-Sería maravilloso enseñar a alguien a convertirse en animago.- ¿Qué me dices del viernes por la tarde?
-¿Los viernes?-Su expresión se ensombreció.-Los viernes tengo Quidditch, pero si quieres lo dejo.-Dijo angustiado.
-No te preocupes Ron, lo cambiaremos para otro día.-Pensó un momento.- ¿Y los jueves?
-¡Claro!-Dio un salto que asustó a Elizabeth, quien no se lo esperaba.- Bueno, me voy a clase, que ya debe haber pasado el recreo.
-¿Qué clase tienes?
-Transformaciones.-Los dos volvieron a reírse.-Una última cosa, ¿no está prohibido esto sin un miembro del ministerio?
-No, que va.-Dijo restándole importancia con gesto de la mano.-Está permitido siempre y cuando sea una persona mayor de edad y que sea un animago.
-Esto se va poniendo mejor por momentos.-Dijo mientras andaba hacia la puerta.- ¡Nos vemos luego!-Gritó mientras se internaba en el pasillo.
Elizabeth pensó que no era un mal comienzo. Gregory cada vez era mejor persona y Ron le había pedido ayuda a ella. A ella, y no a otra persona más cualificada. Durante un maravilloso momento había olvidado el amargo recuerdo y decidió que las cosas estaban bien así. Jamás olvidaría a Hoz, pero tenía que salir adelante.
¿Qué mejor manera que ayudando a los demás?
Salió sonriendo del aula y fue hacia el Salón, pues ahora no tenía clases y tenía un poco de hambre. Cuando entró se sorprendió al ver a Severus, pues desde que volvió al colegio había estado esquivándola. No se confundió, pues en cuanto oyó sus pasos, alzó la vista y la vió, salió por una de las entradas secundarias. Bien, su próximo objetivo sería averiguar por qué Severus hacía tal cosa, no la miraba, no hablaba con ella, nada. El próximo día le arrinconaría si hacía falta. Echaba de menos sus discusiones.
¿CONSEGUIRÁ CONVERTIRSE RON EN ANIMAGO?
¿QUÉ PENSARAN SUS AMIGOS DE QUE SE ENCUENTRE CON ELIZABETH TODOS LOS JUEVES?
¿QUÉ PENSARÁ SEVERUS DE ESTO?
P. D. EL PRÓXIMO CAPÍTULO ES EXCLUSIVAMENTE PARA RON. HABLA ELIZABETH, POR SUPUESTO, PERO NADIE MÁS.
SE SABRÁ POR QUIÉN SUSPIRA RON.
¿QUIÉN SERÁ LA AFORTUNADA?
