Harry Potter no me pertenece.
Esta historia empezó con flash ligero desde el capítulo anterior si no te gusta has el favor de no leerlo.
A todos los demás espero que les guste y perdón por haber tardado tanto en actualizar.
Capítulo 5: Decisiones
Las ventanas semiabiertas del pasillo dejaban pasar la espesa niebla del bosque, con las antorchas apagadas la única luz era la de la madrugada, una luz fría al igual que el clima, noviembre en Hogwarts siempre había sido terriblemente frío y húmedo, un clima nada invitador para pasear por los pasillos a las cuatro de la mañana, sin embargo Hermione Granger parecía estar en proceso de refutar esa teoría, con los pies entumidos caminaba sin rumbo, en sus brazos descansaba aún el cuaderno escarlata, a decir verdad desde aquel día no se había separado de ese cuaderno ¡¿cómo hacerlo?!, y era precisamente ese cuaderno lo que la mantenía despierta, abrió el cuaderno sacando un recorte del Profeta , la mayor noticia del siglo, la identidad del oráculo, el destino de su amigo, había intentado razonarlo, cuando eso no funcionó había llorado, y luego al pasar de los días su frustración se había vuelto desesperanza, ella y Ron se habían convertido en silenciosos fantasmas que cruzaban los corredores, que se recluían al fondo de las aulas estudiando, oh si las notas de Ron habían subido y las Hermione eran más perfectas que de costumbre, cosa que no se podía decir de su salud física, toda la escuela parecía eufórica, incluso la casa de Gryffindor parecía orgullosa del destino de uno de sus miembros, incluso hicieron una fiesta, y esa fue la gota que derramó el vaso, Ron y Hermione habían gritado a pulmón la verdad, y la furia y la indignación llenó a la casa, y por primera vez en la historia, el rumor no salió de la torre de Gryffindor, la casa guardó silencio y se unieron más que nunca.
Hermione suspiró, la verdad es que eso no los ayudaría en nada, cuatro meses, cuatro meses desde que el anuncio había sido dado, e incluso ella debía aceptar que el oráculo había venido como caído del cielo, las fuerzas del señor tenebroso habían sido reducidas a casi nada, estaban arrinconados a Inglaterra, sus última resistencia en Francia había sido vencida hacía sólo una semana, como lo anunciaban los periódicos sólo era cuestión de tiempo para que el mismo Voldemort fuera derrotado, y en la otra mano la economía parecía mejorar día con día, simplemente el mundo mágico parecía listo para entrar en una era dorada, todo gracias a la orden de Delfos. Apretó el cuaderno contra su pecho, ¿Qué podía hacer ella? ¿acaso debía…?¡No!, Harry jamás se lo perdonaría.
algo llamó su atención, a través de la ventana pudo ver a alguien sentado frente al lago, la muchacha se acercó para ver mejor, si ahí estaba apenas visible a través de la espesa niebla, ¿pero quien podía estar ahí a esas horas?, impulsada por la curiosidad y por un presentimiento corrió silenciosamente escaleras abajo hasta salir a los terrenos del colegio, conforme se iba acercando al lago disminuyó la velocidad de sus pasos, se ocultó detrás de un árbol a una distancia apenas lo suficiente para observar a la persona sentada en el lago, entonces sus suposiciones se cumplieron, ahí estaba el profesor Snape, vestido en su túnica negra patentada, abierta a su alrededor dejando ver una sencilla camisa negra y un pantalón del mismo color, la camisa permanecía semiabierta y desfajada, su pelo estaba algo despeinado y caía en mechones por su rostro, las rodillas flexionadas y los brazos extendidos hacia tras como un bañista en un anuncio muggle, si, sin duda los últimos cuatro meses debieron de haber sido muy cansados para él, la Orden había estado en plena actividad, el mismo Dumbledore rara vez se encontraba en la escuela lo mismo que el profesor Snape, por lo cual se sorprendió de verlo ahí, Hermione se arrebujó en su capa, "¡¿Acaso esta loco?! El clima no es ni siquiera templado ¡esta helando por Merlín!" si alguien le hubiese contado una semana antes que había encontrado al profesor Snape en esa posición con un aire de novela trágica mirando fijamente el cielo a las cuatro de la mañana simplemente se abría reído de él o ella durante horas, y sin embargo ahí estaba, su temido profesor bajó la vista al lago paseándola por su plana superficie con una mirada muy extraña y si Hermione no conociera al hombre hubiera definido esa mirada como suicida y hubiera corrido a su lado gritando algo así como: "¡No lo haga esa no es la solución!". La verdad nunca había visto al hombre en ese estado, tampoco es que mostrase muy a menudo sus sentimientos, bueno tal vez esa ocasión en su tercer año con la escapada de Sirius, y bueno la noche de sus regreso…
~Flashback~
Nuevamente se encontraban reunidos en la oficina de Dumbledore: Remus, Ron, Dumbledore mismo y Hermione, los dos estudiantes tenía un plan: harían hablar al anciano costase lo que costase, el fruto de varias semanas de investigación yacía sobre el escritorio en un simple pedazo de pergamino, después de casi media hora de infructuosas súplicas para que el hombre les hablase de la orden y oráculo de Delfos Hermione tomó con aire dramático el pergamino y empezó a leer:
"el oráculo de Delfos situado en la antigua ciudad de Grecia del mismo nombre situada en la ladera suroccidental del monte Parnaso, en la región de Fócida, a 9,5 km del golfo de Corinto. Considerada por los antiguos griegos el centro de la tierra, Delfos fue sede del oráculo de la diosa de la tierra Gaya…… Una predicción oracular era un acontecimiento solemne al que asistían los principales políticos y militares, además de los intérpretes oficiales del oráculo…. Cuando todo estaba dispuesto la sacerdotisa (conocida como Pitia o Pitonisa) se sentaba en un trípode ante el oráculo y se dejaba penetrar por su espíritu, su rostro se contorsionaba y sus ojos giraban, sus miembros se movían convulsamente y emitía sonidos balbuceantes. Por fin, cuando el espíritu tomaba plena posesión de la pitonisa, ésta se retorcía presa de divina locura. Sacaba la lengua, dejaba que el pelo le cayese sobre la cara y a veces se rasgaba el vestido.
Por fin el oráculo hablaba a través de sus labios, en un murmullo largo y profundo que de pronto se elevaba a frenéticos sonidos agudos. Los sacerdotes escuchaban con suma atención las palabras entrecortadas y las frases incompletas intercaladas entre los sollozos y alaridos de la Pitia, hasta que el oráculo la abandonaba y ella caía inconsciente. Luego los sacerdotes deliberaban largamente sobre el significado de las frases pronunciadas por el oráculo a través de sus labios y lo interpretaban solemnemente para las autoridades consultantes."
La muchacha levantó la mirada en espera de alguna reacción por parte del director, y al no obtener ninguna prosiguió- Esto es lo único que encontramos….en toda la biblioteca no hay nada que sea diferente a lo que ya leí, y en cuanto a la orden de Delfos, es mencionada mucho sin embargo…
-La orden de Delfos es un grupo de adivinos muy poderosos que sólo aparecen cuando lo creen necesario y es imposible encontrar uno si así lo desean. En ningún texto encontrarán detalle alguno Srita Granger ellos se encargaron de eso, como veo que no se van a dar por vencidos en el asunto les contestaré sus preguntas- al anciano se recargó en la silla sentándose- en primera me temo que lo escrito en los libros tiene varios errores, empezando porque ninguna pitia en la historia se atrevería a balbucear, gritar o menos aún a rasgarse el vestido, aunque sería interesante ver a la Señorita Helena en esa situación….la Pitia en realidad es algoa sí como la segunda al mando en la orden y se encarga de dar a conocer las predicciones del oráculo.
-¿Entonces el oráculo es alguien?
-Así es, según lo que dejó escrito un amigo de mi abuelo, el oráculo era un "regalo divino" que había sido entregado a la orden de Delfos para que le protegieran, y creo que función varios siglos así, hasta que de algún modo cuatro adivinos decidieron tomar control de la orden, ahora se les conoce como los cuatro de Delfos, al parecer se autonombraron guías de la humanidad, y tomaron el control de la Orden, al principio la Orden sólo intervenían cuando lo creía necesario, o cuando se le necesitaba, siguiendo las leyes de los adivinos de no interferir demasiado, pero estos hombres al parecer no estuvieron muy de acuerdo, empezaron a intervenir cada vez más, hasta que llegó un momento en que una decisión no podía se tomada sin haber consultado antes al oráculo..
-P-pero el oráculo no hizo nada?
-….eso es lo peor de todo, antes de tomar la orden, algo le hicieron al oráculo, algo para dejarlo bajo su control, ¿Qué cósa?¿cómo?¿porqué? creo que el único que lo sabe con certeza es Severus.
-¡¿El profesor Snape?!
-El mismo, resulta que hace doscientos dieciséis años, lo que podríamos clasificar como la predecesora de la Orden del Fénix liberó al Oráculo, liderados por un hombre llamado Lisandro Snape, el cual en realidad fue el único que supo la verdad de todo el asunto, creo que lo escribió en un diario, el cual está en posesión del mismísimo Severus.
-Lisandro Snape….eso quiere decir que..
-Si, creo que fue algo así como primo del hermano del abuelo del padre de Severus, y en su testamento dejó dicho que el diario debía de ser entregado a Severus Snape cuando éste entrara a Hogwarts, ¿cómo supo que habría siquiera un Severus Snape? No lo sé, una vez vi el diario pero no pude leerlo, al parecer tiene un encantamiento para que sólo el propio Severus pueda leerlo, y nunca he conseguido que me diga su contenido, sólo le he sacado que el oráculo era un muchacho, un niño casi, y que la orden de Delfos nunca fue lo que aparentaba..
-pero profesor, ¿Qué tiene que ver Harry en todo esto?..¿no creerá que..?
-No lo sé…
La chimenea de pronto se iluminó y una figura cubierta de hollín salió de ella golpeándose en el suelo con un golpe seco, la figura vestida en negro y que los presentes reconocieron como Severus Snape, se levantó y se quedó mirando la chimenea con los puños apretados para después golpear la piedra con sus manos desnudas, se oyó un suave crack.
-¿Severus?...-El hombre se limitó a recargar su frente en la chimenea, mientras un hilillo de sangre hermanaba de sus nudillos, aspirando rápidamente por la boca y murmurando frases irreconocibles. Todos se quedaron quietos mirando su extraño comportamiento. El director se levantó y puso con delicadeza una mano en su hombro obligándolo a mirarlo.-¿te encuentras bien?
El hombre sonrió sombriamente y hablo en un bajo susurro que fue aumentando de intensidad- ¿Qué si estoy bien?..........era él Albus, ¡Era él y no me di cuenta!!¡¡Estuve cuatro malditas semanas y no me di cuenta!!!
-Cálmate Severus cuéntanos que pasó…
-¿Qué pasó? ¡¡Yo te diré que pasó!!!¡¡¡Resulta que estuve en ese endemoniado lugar ayudándoles a esos estúpidos a envenenar al chico!!!¡¡ALBUS NI SIQUIERA ME RECONOCIO!!! ¡¡el ESTABA…Y YO…!!- De pronto se calló deslizándose por la pared hasta quedar sentado en el suelo, mientras todos lo veían con precaución, ¿Qué podía haber pasado para que se encontrara en ese estado?, el anciano se acercó hasta arrodillarse a su lado.
-Severus cuéntame….¿qué pasó?- El hombre le dirigió una mirada confusa después de la cual aspiró fuertemente enterrando su rostro en sus brazos, para después levantarse y sentándose en una silla empezó su relato, cuando terminó la máscara fría y sin emociones estaba de nuevo en su lugar, pero el temblor en las manos seguía ahí, Remus estaba con la mirada fija en el suelo, Ron abría y cerraba la boca sin atreverse a pronunciar palabra, Hermione se limitó a abrir mucho los ojos y dejar que sendas lágrimas escaparan por sus ojos, el director se dejó caer en su silla, luciendo extraño, el permanente brillo de sus ojos desaparecido, miró a su profesor favorito, en una súplica silenciosa
-Dime que no es lo que pienso…
-Es él Albus, la cobra, la poción, Helena…ha regresado el oráculo ha regresado
~Fin del flasback~
Hermione por fin tomó una decisión, salió detrás del árbol, al tiempo que el profesor se levantaba, escabulléndose de regreso al colegio.
~*~
-Severus, no es necesario que te arriesgues así…
-Tengo que ir Albus…
-Escucha Severus, estamos muy cerca del fin, está derrotado, y lo sabe, es mejor que te mantengas al margen lo que Voldemort haga de aquí en adelante serán sus últimos esfuerzos…
-Puede que sus fuerzas estén derrotadas pero él no, sabes que sólo hay uno capaz de eso.
-Lo sé.-El anciano se recargó en su silla, su escritorio inundado de reportes, mapas, planes, anuncios de victorias. Si, el Señor Oscuro estaba cayendo, pero algo peor estaba por surgir, la era dorada de la que todos hablaban no era más que un fantasma de humo. Miró al mejor espía de la orden, Snape, desde aquel día había estado yendo en espiral hacia el fondo, desde hacía varios años Albus había notado la obsesión por vigilar y proteger a Harry, al principio pensó que era únicamente el sentido del deber y la deuda con la madre del chico lo que impulsaban al hombre, ahora no estaba tan seguro
.
-Está llamando Albus tengo que irme.-Sin más el hombre desapareció por la puerta, para ir a enfrentar a Voldemort.
~*~
La mansión Riddle había dejado de ser desde hacía mucho un lugar acogedor, pero ahora era simplemente una casona a punto de caerse en millones de astillas, aún así se había convertido en el único lugar seguro para las reuniones de mortífagos, Voldemort miró lo que quedaba de su antes numeroso ejército, doscientos, y otra docena esparcida por toda Inglaterra, eso es lo que quedaba de su una vez inmenso ejército, miró a los miembros restantes del círculo interno: Nott, Malfoy (sorprendentemente) Lestrange (ambos) y Snape.
-Iré al punto, todos saben la razón de que nuestras fuerzas hayan sido reducidas a esto: el oráculo, esa desgraciada criatura, que desde que tenía un año se ha dedicado a fastidiar de todas las formas posibles mi vida. Es por eso que si queremos sobrevivir debemos quitar a esa alimaña del camino.
-¿pero cómo lo haremos Mi señor, es imposible..?
-Flint tan oportuno como siempre haz el favor de callarte Crucio!
-Como iba diciendo, hay una manera, adelante Michael...
Un hombre salió de las sombras sus ojos estaban completamente blancos, y una larga cicatriz dividía su cara en dos, pálido como la muerte, vestido en largas y raídas túnicas grises. Se detuvo a unos pasos de los mortífagos quedando semioculto en las sombras.
-Él, es Michael un antiguo adivino de la orden de Ra, la cual como saben fue destruida hace ya varios años, por ni más ni menos que la orden de Delfos, así que se han ofrecido a darnos una oportunidad de oro, la entrada y la victoria en el mismísimo santuario, será pronto, prepárense, nos reuniremos en este mismo lugar en cuanto sientan mi llamado, no hagan ninguna pregunta todo lo sabrán ese día, ahora váyanse.
Voldemort desapareció junto con el adivino, al unísono todos los mortífagos empezaron a hablar y a moverse inquietos, jamás en toda la historia alguien se había atrevido a atacar el santuario, por una sola y sencilla razón: "Las cobras", guerreros sanguinarios, e invencibles guardianes del santuario, y se rumoraba que había un grupo aún más peligroso y secreto en custodia del oráculo, simplemente una locura, tal vez si contaran con unos tres mil en lugar de unos doscientos la cosa sería diferente.
Severus mismo se estremeció, a pesar de haber estado tanto tiempo en el santuario mismo jamás había visto a una de las cobras, pero si que había sentido su presencia, lo vigilaban, podía sentir su omnipresente poder, incluso podía atisbar una sombra plateada de reojo al doblar una esquina, visión que siempre le causaba un escalofrío, no, no le hacía ninguna gracia tener que enfrentarse a uno de esos.
A muchos kilómetros de ahí, Harry observaba todo, o más específicamente a un hombre, fijándose más que nada en una de las tantas figuras enmascaradas, debajo de la cual se escondía una cara que buscaba en cada una de sus visiones, su mente rara vez era algo más que neblina o imágenes de visiones, sólo había una imagen que parecía provenir de Harry mismo, la de un hombre alto, de pelo y ojos negros como la más pura noche, ese recuerdo era lo único que le permitía mantener un contacto aunque ligero con la realidad, pero a pesar de eso cada vez era más difícil lograrlo, sus periodos de conciencia se iban reduciendo, al principio luchó y luchó, pero después optó por una lucha silenciosa, se fingió derrotado para mantener lo que quedaba de sus fuerzas, había aprendido a manejar su visión del presente, y mantenía su cara inexpresiva mientras dejaba a su mente viajar hasta encontrar al hombre: Severus, le llamaban. Hasta donde había podido ver cumplía la función de espía para el bando "bueno".
Miró al monstruo con cara de serpiente y una extraña furia lo invadió cuando Severus se inclinó ante el hombre y besó el bajo de su túnica, gracias a ese hombre, Voldemort, tenía todas esas heridas y esas horribles visiones, sólo por eso no ponía ninguna resistencia a la hora de adivinar sus planes o dar la información para que le tendiesen una emboscada. Escuchó los planes de atacar el santuario, él mismo había visto venir eso, aunque lograsen entrar no lograrían salir con vida, aún con la ayuda de ese adivino, ahora es que el oráculo debería tomar una decisión, darle la victoria al santuario o a los atacantes, permanecer como su marioneta o dejar que lo mataran o posiblemente lo convirtiesen en una marioneta de uso exclusivo para el Señor Tenebroso.
~*~
-¿Cómo está?
-Igual…..
-Hémera
-¿Si?
-¿Aún piensas que hicimos lo correcto?
-¿Importa?...su destino, nuestro destino, jamás será la libertad…..no como el oráculo, no como Harry Potter…así que, ¿qué importa?
Ambos hermanos permanecían mirando la figura sentada en el sillón, mirando a Harry, el cual estaba simplemente sentado mirando a ningún lugar probablemente teniendo otra visión, sus cuerpo cubierto en vendajes, ni siquiera el poder de Datis había sido suficiente para protegerlo de las constantes visiones, todas ellas relacionadas con la guerra, cada una más real y violenta que la anterior, cuando una herida se cerraba otra se abría.
La joven se acercó con un frasco en la mano y se inclinó a su lado, se encontró con unos ojos verdes, vacíos, recordó las primeras semanas después de su escapada, habían sido un verdadero infierno para el chico, primero había luchado y gritado, habían tenido que amarrarlo a la cama, incluso la poción parecía no tener efecto en él, se aferraba a lo que quedaba de sus memorias con todas sus fuerzas, entonces una noche Helena fue llamada ante los cuatro, había regresado pálida y temblorosa, y había tomado un botella llena de elixir sin diluir, normalmente le daban como mucho diez gotas disueltas en un vaso de agua, por eso cuando se acercó con el líquido en mano y había mezclado la mitad de un vaso lleno de la poción y les había ordenado sostenerlo estuvo tentada a por primera vez en su vida desobedecer una orden, pero no lo hizo, sujetó a Harry y dejó que la mujer le diese el elixir, vio con horror como su cuerpo se convulsionaba y como sus ojos perdían el escaso brillo que les quedaba, ya hacía de eso tres meses, después de eso, el chico no era más que una especie de zombi, que se limitaba a seguir órdenes y a dejarse guiar, cuando no estaba teniendo una visión, estaba en la sala del oráculo, si no durmiendo, o siendo curado de sus heridas, o si no permanecía así como estaba ahora mirando fijamente las paredes sin pronunciar palabra.
La puerta se abrió y Helena entró, dirigiendo su mirada al chico se acercó a él.
-¿Harry..?-El chico siguió mirando hacia la pared, la mujer suspiró suavemente, extrañaba esos ojos despiertos, ahora el chico no era sino un cuerpo vacío, oh si aún podía hablar y pensar, y sus dotes adivinatorias habían aumentado considerablemente, sin embargo su figura se iba haciendo cada vez más frágil, débil, había momentos en que Helena temía tomarle una mano por temor a que se rompiera, sólo había un momento en el que parecía casi el mismo: después de las adivinaciones en la sala del oráculo, es cierto que lucía cansado y rara vez se podía levantar por el mismo, pero era el único momento en que sus ojos parecían brillar un poco, le tomó una mano mirándolo fijamente, se acercó n poco a él.
-Escucha Harry, aguanta un poco, sólo un poco más.....
Salió de la habitación sin percibir la repentina expresión de preocupación que cruzó el rostro del chico ni cuando levantó la vista y miró a Hémera, si, era momento de tomar ciertas decisiones.
~*~
Snape regresó directamente a Hogwarts, no le apetecía ir a la central de mando de la orden, ni a la de la resistencia, sólo deseba encerrarse permanentemente en sus mazmorras, era más de las doce por lo que agradeció al cielo, no se creía con la fuerza de soportar los alegres gritillos y risas de los chiquillos, no con el ánimo que él mismo sentía.
-Profesor Snape!
El hombre se volvió, su túnica luciendo su mejor vuelo dramático, y levantó una ceja- Señorita Granger ¿puedo preguntar la razón por la que está arriesgando todos los puntos de su casa, además de una buena temporada con Filch?
Hermione se sonrojó para luego mirar al hombre con determinación, le extendió el libro escarlata ofreciéndoselo, el hombre miró el libro, si, había notado lo apegada que Granger estaba con ese libro, pero después de todo ver a Granger con un libro no era cosa de otro mundo. El hombre siguió mirando el libro, al tiempo que miraba interrogantemente a su alumna.
-¿Puedo preguntar..?
-Yo…..yo no sé que hacer…con Harry, no sé si quiera si pueda ayudarle
-No creo que..
-¡pero!-lo cortó la muchacha- si sé una cosa: usted puede, se que de una forma u otra usted.
-¿Y qué le hace pensar que yo tengo intención de ayudar a Potter?- Hermione le miró seriamente, e iniciaron un duelo de miradas- Porque vi su mirada esa noche, porque sé que usted desea proteger a Harry ¡no me mire así!, se cuando se dicen odiar mutuamente, pero he visto que no es así….además Harry…
-Suponiendo que desee ayudarlo, de que me va a servir esto- dijo señalando el libroq eu aún seguía extendido
-Cuando lo encuentre, cuando lo traiga de vuelta, si es cierto lo que dijo, y Harry ya no nos recuerda….y según lo que nos contó, de que Harry fue a verlo, estoy segura de que habrá una sola persona capaz de ayudarle a recuperar sus memorias, tenga..La contraseña es Clío.
Sin más le dio el libro y algo colgado en una cadena muy fina y se alejó corriendo del lugar dejando el cuaderno en manos del profesor, con el dolor de cabeza aumentado, entró a sus habitaciones sirviéndose un vaso lleno de agua fría, no deseaba tomar licor en esos momentos, abrió el mencionado cuaderno, "Guía para la cría de gusarajos" ¿Quién en su sana mente desearía criar gusarajos? Y pero aún peor ¿quién escribiría un libro tan grueso acerca de eso?, se preguntó así mismo empezó a hojearlo primero venía unas buenas cien páginas de descripciones detalladas de los animalitos, en cuestión, luego información detallada de cómo alimentarlos, etc., etc., etc. ¿De que le serviría esto para ayudar a Potter?
Cansado de ver las infinitas ilustraciones recordó de pronto las palabras "la contraseña es Clío" y miró la cadena y vio que tenía una pequeña placa de metal con forma de un león dormido como de unos tres centímetros, miró el lomo y vio una silueta de león en relieve que parecía coincidir, más por impulso que por otra cosa puso la figura de metal y encajaron perfectamente, el León se despertó y le miró curiosamente antes de rugir sin producir sonido, el cuaderno se abrió y debajo del título de "Guía para la cría de gusarapos" apareció una mujer vestida como echa de líneas de pluma, en túnicas griegas sosteniendo una pluma y un pergamino, le miró, Severus de pronto comprendió y susurró
-Clío…
La mujer asintió y el título así como toda información de los gusarajos desaparecieron, al tiempo que finas líneas iban llenando el cuaderno, en una escritura que se le hizo muy familiar, hasta que de pronto se detuvo en una página como a la mitad del libro, donde la escritura sólo llegaba a la mitad de la página.
10 de Julio
Creo que esta será mi última anotación en algún tiempo, creo que te mandaré con Hermione, no quisiera que cayeras en mano de los Dursley, aunque gracias a Hermione y al profesor Flitwick no tengo que preocuparme porque cualquiera te lea, no me gustaría que acabases en la basura, aún así no es eso lo que me obliga a mandarte lejos, tengo un presentimiento, es como si fuera algo que debo de hacer, últimamente los dolores de cabeza me dan más frecuentemente, ahora mismo creo que tengo algo de fiebre, también esos sueños sobre los que he escrito son más frecuentes cada día, estoy seguro de que no me los manda Voldemort, pero tampoco se lo que signifiquen, sólo espero que no sea nada malo, y ahora estoy aquí encerrado en este maldito lugar sin ninguna distracción más que arreglar el jardín de mi tía, ¿puedes creerlo? Otro verano y ni una noticia de la orden, en verdad que creen que soy algo así como un retrasado mental, incluso en los periódicos Muggles puedo ver lo que pasa, ataques por todos lados, en el de ayer había uno de España, en Barcelona creo, cuatro edificios se incendiaron sin motivo aparente y no encontraron ni rastros de explosivos o otra cosa, aparentemente eran del servicio de limpieza. En verdad es más que ¡obvio!, la verdad es que sólo quiero salir de este lugar, tan sólo acabar con todo de una buena vez si hay algo que odio es estar encerrado, en fin no tengo mucho tiempo ya puedo escuchar lo pasos de mi tía en su cuarto es mejor que te mande antes de que se enteren de que Hedwig me trajo correo, creo que a ella también la dejaré con Hermione (creo que Ron tiene suficiente ahora con el grupo de ardillas que rescatamos de Snape).
Harry
Snape pestañeó varias veces antes de darse cuenta de que acababa de leer una página del Diario de Potter, cerró el cuaderno y reflexionó un momento, antes murmurar muy bajo – Sabía que habían sido ellos los que se robaron las ardillas…..tengo que sacar a Harry de ese lugar.
~*~
Éter entró en las habitaciones del oráculo donde Harry y Hémera conversaban en voz baja y en pársel. Y sonrió involuntariamente, si, lo ayudaría sin duda, sobre todo después de lo que había oído Datis en la sala del oráculo.
~Flashback~
Después de haberle administrado la poción Helena salió del cuarto caminando rápidamente, sin pensarlo dos veces la serpiente la siguió, la mujer entró a una sala contigua a la del oráculo y la serpiente se escondió usando sus habilidades camaleónicas para ello.
-Está hecho
-¿Le has dado todo el frasco?
-No, sólo requirió de la mitad
-Muchacha insolente ¿acaso no escuchaste nuestras órdenes?
-Si y pido perdón por mi insolencia, pero darle esa cantidad lo habría dejado muy mal…
-Te equivocas lo habría dejado justo como es deseado
-¡pero…!
-¡Pero nada!
-¡El oráculo no requiere memorias!
-Ni pensamientos o sentimientos
-Como tampoco requiere su cuerpo
-¿Quieren decir..?
-Cumple con lo ordenado, nosotros veremos lo que es mejor para él.
-Desobedece de nuevo y conocerás el destino de los traidores
-¿Has entendido?
-Si
-Vete ya
~Fin del flasback~
Si, su deber era proteger al oráculo, aunque su partida significase algo peor que la muerte. Se acercó a su Hermana y a su amo.
-Éter, te has tardado ¿has tenido problemas?
-No ya casi está todo listo, mi señor ¿sabe cuándo será?
-En cuatro días, estoy seguro..
Hémera bajó la vista. Para después mirar a Harry con determinación.
-Yo iré con usted
-pero Hémera…
-No confío en ese hombre, ni siquiera sabemos si nos ayudará, si no es así yo misma le llevaré al monte Parnaso.
-Si Hémera va yo también iré- Siseó la serpiente. Harry les miró a ambas, y sonrió asintiendo. Éter les miró y sonrió tristemente.
-Entonces todo esta arreglado, yo me quedaré aquí, ocupando su lugar, ¿está seguro de esto?
-Si.
-Bien nuestro mayor problema serán las cobras blancas, pero creo que usando los pasadizos tres y cuatro será suficiente. Ahora debe descansar, tendrá que usar toda su fuerza si es que pretende escapar de una pieza.
-Lo lograremos..
-Bueno usted es el Oráculo…
~*~
Severus cerró el diario que le había sido dado de herencia, verde con la cubierta desgastada y más de una hoja suelta, y lo puso al lado del diario de Harry*, los contempló a ambos y se ajustó la túnica con nerviosismo, esta sería la noche de eso estaba seguro, y tenía que sacar a Harry de ese lugar y gracias al diario de Lisandro Snape ya podía tener una buena idea del cómo hacerlo. Sería muy arriesgado y probablemente más que imposible, pero era la única forma. Sintió al instante un dolor en su brazo y tomando la máscara y su varita soltó un largo suspiro, arrojó un puñado de polvos en la chimenea llamando a Dumbledore, la cara del director apareció en la chimenea.
-Es hora Albus
-Lo sé….ten cuidado Severus, los esperaremos de vuelta, a ambos.
-Lo traeré, aunque sea lo último que haga.
-Estoy seguro de ello Hijo. Cuídate, todos esperaremos por ustedes.
Jaja que dijeron ya nos enseñó el ataque pues ¡no!
*El contenido del diario será otro capítulo opcional que posiblemente escribiré y el contenido del diario de Harry bueno ya se imaginarán que hay dentro ^-^
Gracias por sus reviews a los siguientes no se imaginan lo que significan para mi, y perdón por no responderlos unos por uno pero ahora que ya estoy en clases ya casi no tengo tiempo libre, pero deben saber que son sus reiews los que me impulsan a escribir
GRACIAS A:
Katherine
Velia
Sakura Kano
Atl Quetzalli
Sabry
Sâru
Kat Basted.- ah siempre me encuentro con uno tuyo ^.^
Riegel
Ianthe
kendra duvoa
seoman
BlazeVein
Alym
Shara
LoBeZnO
Y REVIEW ¿SI?
Hagan su buena obra del día y aprieten el pequeño y lindo botón de abajo.
