Hola a todos! Después de tres capitulos creo que es hora de presentarme
(buen lo admito, no sabía como se hacía esto y me ha costado tres capítulos
enterarme) .
Primero gracias a todos los que leáis este fic. ¿Por qué se me ocurrió? No
sé estaba releyendo el quinto libro y me pareció genial juntar a estos dos
personajes. Asesinado por su primer amor, ¿qué trágico no? Bueno yo me
resisto a creer que haya muerto. En fin, se lo dedico especialmente a
Carlota porque ella me descubrió esta web y me dijo como usarla. ¡VA POR TI
KARLOTA! Bsos para todos y si os gusta, no os gusta, tenéis alguna
pregunta, sugerencia, paranoia o lo que os de la gana. Mandadme un review
que me hace ilusión. Muaks. Espero que os guste
LA CURIOSIDAD MATÓ AL PERRO
Pasé el resto del día buscando a mi bella prima por todas las estancias de la casa. Sin embargo no había ni rastro de ella. De hecho no había nadie en la casa. Tan solo estaba yo. Me sentí libre para inspeccionar, deseaba encontrar la habitación de Bellatrix, quería conocer mas cosas de aquella gélida joven. Miré en la habitación de invitados. No. Conociendo a mis padres no hubiesen permitido que una adorable slytherin durmiese en una habitación cualquiera. Pero entonces ¿dónde?. El resto de las habitaciones estaban ocupadas ¿Dormiría con Regulus? Eché un vistazo a su habitación, no había ningún rastro de presencia femenina.
A no ser que... El desván: Un sitio grande, oscuro, que fácilmente podía convertirse en una habitación. El lugar perfecto para una Sly. Subí corriendo la escalera y abrí la puerta: ¡Premio! Una habitación en tonos verdes, ordenada, con un suave olor a rosa se mostraba ante mí. Comencé a curiosear: Junto a su cama había dos fotos enmarcadas. En una de ellas se veía a Bellatrix con su seductora sonrisa y pestañeando coquetamente. Tuve que contenerme para no robar esa foto. La otra, mostraba a un grupo de Slys sonriendo altivamente. Reconocí a mi prima, a mi hermano, al atolondrado de Snape y a otro de mis primos: Lucius Malfoy. Todos altivos y orgullosos, creyéndose los mejores del mundo. Dejé la foto con cierta repulsión. Un libro plateado llamó mi atención. Estaba sobre su cama. ¿Sería una novela, o tal vez su diario? No me dio tiempo a averiguarlo. Oí pasos subiendo por la escalera. Tenía que hacer algo.
Bellatrix entró en la habitación. Lejos de asustarse por la presencia de un enorme perro negro en su alcoba le dedicó un gesto de repugnancia y levantó su varita. Mi única opción fue echarme a correr. Lamentablemente a ella también se le ocurrió lo mismo e intentó darme caza por toda la casa. Me escondí tras una esquina y volví a mi estado humano. Segundos después, Bellatrix irrumpía a toda velocidad chocándose conmigo y haciendo que ambos cayésemos al suelo.
- ¿Dónde está? – preguntó mi prima levantándose del suelo. - Estoy bien, gracias – dije haciéndome el ofendido – ¿Dónde está quien? - El perro. Donde está – Su mirada no dejaba de buscar con furia al perro que había visto. - Bellatrix. No tenemos perro. Estás equivocada – dije inocentemente. - Te digo que he visto un perro. En mi habitación – replicó furiosa - Y yo te intento explicar que estás equivocada, aquí no hay perros – me encantaba la situación. - ¿Insinúas que lo he imaginado? – sus ojos grises se abrieron como platos - No deberías beber tanta cerveza de mantequilla a tus años – le respondí con descaro.
De haber sido cualquier otra chica me hubiese ganado un buen bofetón, sin embargo, a mi prima parecía gustarle mi descaro y olvidó el tema del perro por el momento. Sonriendo replicó:
¿Todos los gryffindor son tan idiotas como tú? No, que va, yo soy el único, el ser idiotas y prepotentes es cosa de los slytherin. De modo que soy una idiota prepotente – dijo mientras clavaba sus ojos grises en mí y se acercaba peligrosa e insinuantemente Lo has pillado- contesté aparentando calma Vaya – dijo coqueta – yo pensé que también era bonita... No creas – conseguí contestar rendido a sus encantos.
Notaba la respiración de Bellatrix a tan solo unos centímetros de mi cara. Me moría de ganas por besarla y no parecía que ella fuese a poner resistencia. Entonces, a tan solo unos escasos milímetros de sus labios, Bellatrix se separó de mí y dijo: - Ingenuo.
Dicho esto abandonó la habitación riéndose a mi costa
LA CURIOSIDAD MATÓ AL PERRO
Pasé el resto del día buscando a mi bella prima por todas las estancias de la casa. Sin embargo no había ni rastro de ella. De hecho no había nadie en la casa. Tan solo estaba yo. Me sentí libre para inspeccionar, deseaba encontrar la habitación de Bellatrix, quería conocer mas cosas de aquella gélida joven. Miré en la habitación de invitados. No. Conociendo a mis padres no hubiesen permitido que una adorable slytherin durmiese en una habitación cualquiera. Pero entonces ¿dónde?. El resto de las habitaciones estaban ocupadas ¿Dormiría con Regulus? Eché un vistazo a su habitación, no había ningún rastro de presencia femenina.
A no ser que... El desván: Un sitio grande, oscuro, que fácilmente podía convertirse en una habitación. El lugar perfecto para una Sly. Subí corriendo la escalera y abrí la puerta: ¡Premio! Una habitación en tonos verdes, ordenada, con un suave olor a rosa se mostraba ante mí. Comencé a curiosear: Junto a su cama había dos fotos enmarcadas. En una de ellas se veía a Bellatrix con su seductora sonrisa y pestañeando coquetamente. Tuve que contenerme para no robar esa foto. La otra, mostraba a un grupo de Slys sonriendo altivamente. Reconocí a mi prima, a mi hermano, al atolondrado de Snape y a otro de mis primos: Lucius Malfoy. Todos altivos y orgullosos, creyéndose los mejores del mundo. Dejé la foto con cierta repulsión. Un libro plateado llamó mi atención. Estaba sobre su cama. ¿Sería una novela, o tal vez su diario? No me dio tiempo a averiguarlo. Oí pasos subiendo por la escalera. Tenía que hacer algo.
Bellatrix entró en la habitación. Lejos de asustarse por la presencia de un enorme perro negro en su alcoba le dedicó un gesto de repugnancia y levantó su varita. Mi única opción fue echarme a correr. Lamentablemente a ella también se le ocurrió lo mismo e intentó darme caza por toda la casa. Me escondí tras una esquina y volví a mi estado humano. Segundos después, Bellatrix irrumpía a toda velocidad chocándose conmigo y haciendo que ambos cayésemos al suelo.
- ¿Dónde está? – preguntó mi prima levantándose del suelo. - Estoy bien, gracias – dije haciéndome el ofendido – ¿Dónde está quien? - El perro. Donde está – Su mirada no dejaba de buscar con furia al perro que había visto. - Bellatrix. No tenemos perro. Estás equivocada – dije inocentemente. - Te digo que he visto un perro. En mi habitación – replicó furiosa - Y yo te intento explicar que estás equivocada, aquí no hay perros – me encantaba la situación. - ¿Insinúas que lo he imaginado? – sus ojos grises se abrieron como platos - No deberías beber tanta cerveza de mantequilla a tus años – le respondí con descaro.
De haber sido cualquier otra chica me hubiese ganado un buen bofetón, sin embargo, a mi prima parecía gustarle mi descaro y olvidó el tema del perro por el momento. Sonriendo replicó:
¿Todos los gryffindor son tan idiotas como tú? No, que va, yo soy el único, el ser idiotas y prepotentes es cosa de los slytherin. De modo que soy una idiota prepotente – dijo mientras clavaba sus ojos grises en mí y se acercaba peligrosa e insinuantemente Lo has pillado- contesté aparentando calma Vaya – dijo coqueta – yo pensé que también era bonita... No creas – conseguí contestar rendido a sus encantos.
Notaba la respiración de Bellatrix a tan solo unos centímetros de mi cara. Me moría de ganas por besarla y no parecía que ella fuese a poner resistencia. Entonces, a tan solo unos escasos milímetros de sus labios, Bellatrix se separó de mí y dijo: - Ingenuo.
Dicho esto abandonó la habitación riéndose a mi costa
