Claro de Luna
Por Lira W.M
-Es un bonito pendiente.
Ginny se miro el pecho recordando el presente que había recibido. Se le había olvidado por completo que lo llevaba puesto, solamente se sentó en la mesa, a tomar lo que sobraba del almuerzo. Sus amigas ya habían acabado pero la estaban esperando, Ginny solo sonrió en forma de agradecimiento.
-¿Quién te lo obsequio?.- pregunto un tanto indiferente Isabel, mientras se limpiaba los dientes con un palillo e ingería una pastilla de menta.
-Un amigo.- mintió Ginny mientras se metía una pata de pollo a la boca.
-Un amigo eh…- sonrió maliciosamente Sarah mientras se deleitaba de la gran variedad de rojos que podían aparecer en el rostro de Ginny.
-¿Es de tú casa Ginny?.- le dirigió por fin la mirada Alejandra, que ahora estaba leyendo otro libro.
-¿Qué tu no haces otra cosa más que leer?.- le reprimió Isabel, mientras la miraba con desaprobación y un tanto fastidiada.
Ginny solo suspiro en resignación, mientras tomaba su copa llena de jugo de calabaza tibio. Era una buena pregunta, ¿Quién se había tomado la molestia de regalarle ese pendiente?. Era demasiado pronto, y sí era un regalo de Navidad… quizás pero lo había hecho un poco temprano.
-¿Puedo verlo?.- preguntó Sarah, terminando la discusión que estaba por surgir entre sus dos amigas de Ravenclaw.
-Claro.- digo tragando su último bocado de pollo con puré de papas, se llevo las manos atrás del cuello buscando el broche. Sus dedos torpes no lo encontraban. Las amigas solo sonrieron, así que Isabel que estaba sentada a su izquierda, se levanto para ayudarle. Ginny se sonrojo un poco por no poder elaborar algo tan sencillo. Isabel se puso en su espalda y buscando el broche. Pero ya había tardado varios segundos.
-No creo que sea tan difícil desabrochar un collar Isabel, es comprensible de Ginny.- inquirió Sarah mientras la miraba con la ceja izquierda levantada.
-¡¡¡Oye!!!.- dijo algo molesta Ginny, mientras aguantaba los tirones de algunos cabellos de parte de Isabel.
-¿Qué tanto haces mujer?.- hablo Alejandra mientras leía y por encima de este veía los vanos intentos de su compañera.
-¡No hay broche!
-¿¡Qué!?.- las 3 gritaron, mientras que varios compañeros la volteaban a ver nuevamente.
-Es en serio… no hay broche.
-¿Pero como te lo pusieron sino tiene broche?.- cerró el libro de golpe y mirando por fin a sus compañeras.
Las tres miraron acusadoramente a Ginny, esta solo atino a reír nerviosamente.
-Bueno es que él… lo ajusto a mi medida para que no me lo pueda quitar.- sonrió nerviosamente.
Sus amigas la miraron extrañada, Isabel tomo asiento nuevamente a su lado. Desde enfrente de Ginny estaba Sarah todavía con la ceja izquierda frunciéndola, mientras que Alejandra solamente la miraba. Después de incómodos segundos se relajaron y Ginny suspiro.
-No me lo tomes a mal, pero eso parece correa.- dijo Isabel tomando una zanahoria del plato de Ginny.
Ella solo rió y bromeo con esto para que ninguna de ellas sospechara de que no tenía ni la más remota idea de quien se lo había otorgado.
Mientras Ginny terminaba de almorzar, sus amigas seguían hablando, aunque Sarah no dejaba de ver sospechosamente a Ginny, la cual se sentía un tanto incomoda por la mirada fija de esta. Ale había vuelto a su libro, poniendo mitad de su atención en el libro y la otra en el alrededor. Isabel seguía tomando zanahorias del plato de Ginny, a esta no le incomodaba, no era muy fan de las verduras.
Al acabar, las 4 chicas se levantaron de la mesa y salieron del gran comedor. Habían sido las ultimas en salir del comedor, tanto por las platicas que habían surgido. Detrás de ellas se cerro la puerta, era lógico los elfos domésticos tenían que limpiar y acomodar los platos de la cena.
Las chicas salieron un momento a los jardines para ver como la nieve se derretía gradualmente ante el sol. Era curioso que en un día así hubiese sol, siendo que estaban a mitad de invierno. Isabel se fue a treparse a un árbol lo cual Ale le siguió para poder continuar su lectura, Sarah se disculpo con ellas porque tenía otros asuntos pendientes, así que Ginny entró al castillo también, ya había salido antes del almuerzo así que mejor se iría a deambular y perderse en el castillo.
Subio las escaleras en busca de algo no muy particular, nuevamente poniendo a prueba su vista observadora. Ya no había tantas arañas, ya habían limpiado la mancha de chocolate caliente de la alfombra de la sala de trofeos. Paso de largo por la sala de música y demás lugares. Llego a donde estaba el cuadro para la entrada a la cocina de los elfos. Así que mejor se dio la vuelta, mirando de un lado a otro. Perdiéndose más en el castillo, que al cabo del castillo no pasaba.
Comenzo a tararear una canción cualquiera, la primera que se le vino a la mente. Pasando por varios muros que ya conocía y mientras hacía esto visito varias partes de Hogwarts, cerca del despacho de Dumbledore, pasando por la biblioteca y saludando a Madame Pince, viendo lo que hacían los cuadros, a lo cual llego a la conclusión de que todos en época de invierno dormían.
Saludando a unos cuantos cuadros que si estaban despiertos, llego a un callejón sin salida. Sorprendida de haber llegado hasta ahí, se giro en sus talones para regresar, pero era algo curioso. Había dos antorchas con flamas verdes colgando desde la pared a lo cual sonaba ilogico, ya que para que alumbrar un pasillo que no tiene a donde llevar. Miro sobre su hombro por unos instantes la pared que se iluminaba con una luz esmeralda. Se encogió de hombros y se dispuso a caminar. Fue cuando escucho el sonido de piedras arrastrarse, sin atreverse a mirar saco su varita de su túnica.
-Impedimenta
Se escucho a la espalda de Ginny, ella solo quedo estática en su lugar. No sentía frío como el Petrificus totales, pero solo sentía que su cuerpo estaba desconectado de su mente.
Ginny sintió desesperación de no poder moverse y que posiblemente ahora sería atacada. Sus sentidos la estaban abandonando, su cuerpo no obedecía, y por más que lo suplicara esto no iba a doblegar el hechizo. Una venda cegó sus ojos, esto la estaba asustando, estar paralizada en un lugar donde nunca había pensado y para colmo no ver que sucedía la estaba traumando.
Sintió muy superficialmente que alguien se le acercaba a su oído.
-Relaxo…
Ginny sintió un calor invadir su cuerpo, poco a poco movió sus dedos de su mano pero no podía moverse totalmente. No sabía que pretendía con usar ambos hechizos opuestos, pero estaba recobrando su cuerpo y podía moverse, en unos cuantos segundos la voluntad le volvería y escaparía de ahí. Fue cuando sintió una mano taparle la boca muy suavemente pero con algo de firmeza. Trato de gritar pero el contra-hechizo todavía no hacía efecto total y el esfuerzo la canso demasiado, además de que la mano silenciaba todo.
-Ve más haya de tus ojos…
Ginny no sabía que sentir, sea lo que fuese era la misma persona que le había dejado la nota y supuso también quien le había otorgado el pendiente. Perdida en estos pensamientos no escucho que la otra voz musitaba en voz baja unas palabras, y sintiéndose cansada Ginny cerró lentamente sus parpados y su cuerpo fue invadido por una sensación de hormigueo, Ginny solo sintió que sus piernas no la sostenían más, así que esperando el golpe del suelo, pero no fue así solo cayo en un estado de inconciencia.
Lo primero que sintió Ginny fue la suavidad de una cama, era calida y ella estaba acostada sobre su suavidad boca abajo, porque podía sentir esa textura en su cara. El pánico de la realidad llego a su cabeza y se levanto pero no sabía que hacía, su cuerpo podía sentir todo, pudo escuchar el forcejeo que hizo al tratar de levantarse y el aroma del lugar donde estaban, todavía estaba conciente de que podía saborear pero porque no podía ver.
Se llevo las manos a los ojos, buscando la venda, fue inútil no había nada. Atemorizada y con desesperación buscaba algo que la estuviese cegando, pero fue inútil, en sus ojos no había nada y para su horror podía parpadear. Se había quedado ciega.
Tratando de tranquilizarse y pensar más seriamente las cosas y los acontecimientos que habían llegado con ella. Cerró los ojos nuevamente para asegurarse que cuando los abriera de que no estaba ciega. Así que los cerró, respirando profundamente y repitiéndose en su mente "no estas ciega Virginia", esa repetición salió de su mente para comunicarse por sus labios, se podía escuchar a si misma tratando de garantizar algo que lo más probable era obra de un mal sueño.
Respiro dos veces profundo ya abrio los ojos pero seguía sin ver nada, no veía blanco como pensaba que veían los ciegos, veía de un color oscuro.
Envuelta por la tristeza comenzó a llorar de desesperación, se concentro en que podía hacer y que explicaciones dar, que sería de su vida, se agitaba bastante.
Esto no le estaba pasando y para empeorar la situación no sabía donde estaba. Tratando de calmarse respiro nuevamente profundo, al menos no estaba muerta. Pero no era momento de pensar en eso, tenía que salir de donde quiera que estuviera, buscar a su hermano y que la llevara a la enfermería. "Esto tiene que tener cura" se decía a si misma mientras se levantaba de la cama o lo que creía que era.
Medito un poco la situación, si sería difícil pero tenía que salir de ahí.
Puso en alerta sus demas sentidos que no la habían olvidado buscando alguna señal de cómo proseguir. Sintió un calor a su izquierda, en la esquina de su "visión" pudo distinguir un naranja que crepitaba.
"¿Crepitar?" eso era a su izquierda había una fogata encendida, camino un paso hacia delante y con sus manos buscando en la oscuridad algo que le advirtiera de que había un estorbo frente o cerca.
En el primer paso no había nada, se arriesgo a dar el segundo e igual no había estorbo, pero a cada paso que daba sentía como la seguridad de estar en un aposento cómodo se iba y como se entregaba a lo desconocido. Así que con valor decidió seguir adelante, tenía que salir de ahí lo más pronto posible. Sus manos toparon con algo rigido y frío, con sus manos siguió el contorno, de arriba hacia abajo, revelandole lo que era una silla. La olfateo de cerca, era madera de Maple, la toco de todos lados denotando que era un mueble ricamente adornado. Pero no importando eso siguió caminando, apartando la silla de enfrente y apoyándose en esta por si llegaba a caer. Esto no le estaba gustando, pero ahora tenía una idea de donde estaba. Había una chimenea por lo que podía denotar, porque no había señal de humo en la habitación así que fogata no era, había una cama y una silla. El suelo seguía de piedra, así que supuso que seguía en Hogwarts.
Continúo su travesía y llego hasta la pared, sonriendo por haber topado con esta y buscando horizontalmente la señal de una puerta. Primero hacia la izquierda y sin éxito porque solo topo con otra pared, dando a entender lo que era una esquina. Así que mejor camino hacia la izquierda, sus pies hicieron contacto con algo suave, una alfombra a lo mejor. Continuo caminando, sosteniéndose de la pared con ambas manos, el naranja de su visión llenaba más sus ojos y la presencia de la silla daba en su espalda. Caminando como de cangrejo a su pensar, topo con algo de madera de igual material que las sillas, desprendía un olor a barniz penetrante. Con sus dedos toco cada textura de esta revelándole la puerta. Llena de gozo busco la perilla, la tomo con su mano derecha y haciéndola girar. Sus esperanzas fueron disueltas al notar que esta sonaba un ligero clic, estaba encerrada. Busco el seguro con desesperación pero se dio cuenta que la ranura poseía una llave.
Ya se estaba cansando de este patético juego, ahora tendría que buscar la llave. Aunque la duda de que no hubiese llave le llego a la cabeza, prefirió mantenerse positiva ante el asunto.
Siguió bordeando el cuarto, para notar sus dimensiones y que muebles había, hasta ahora sabía que había una cama, una silla, chimenea y una puerta.
Continuo su camino hasta topar con la otra esquina, a su espalda podía sentir el calor de la chimenea, así que con cuidado bordeo esa pared. Acercándose lentamente al calor de esta, teniendo cuidado de no quemarse. Con las yemas de los dedos varias veces topo con cosas rectangulares colgadas en la pared, las cuales supuso como cuadros de muy buen marco, al igual del mismo material que todo el mueble, de madera.
Sin prestar atención prosiguió y dio contra la chimenea, ya que podía sentir el calor directamente frente a ella, la toco con toda precaución. En una columna de esta había un atizador para los leños, no quiso meter la mano por riesgo a quemarse. Sobre la chimenea había objetos fríos a pesar de estar encima de la chimenea, a lo cual supuso que era porcelana. Busco dentro de estas con cuidado de no romperlas, la llave de su liberación, pero sin éxito. Triste pero con esperanza todavía continúo su travesía.
Su cuerpo choco contra un mueble que le llegaba a la mitad del muslo a lo cual supuso que era una cajonera. Y sin equivocarse la tanteo y dio contra las perillas que lo abrían, eran tres cajones y los tres abrió.
En el primero había objetos suaves, lisos y de tela. Los tanteo, los desdoblo y se dio cuenta que eran boxers, el sonrojo la invadió totalmente. Estaba en la habitación de un chico y ella ciega y aparte de todo encerrada. Apurándose los doblo y los metió, en ese cajón no estaba la llave. Arriesgándose al segundo busco en él. Su tacto le revelo una especie de libro de buena pasta y a lado de este unos tinteros finos y una pluma. Pero de la llave no había rastro, así que dio con el ultimo, en este había varias cosas de diferentes tamaños y texturas. Pero ninguno le fue útil, no se quedaría a averiguar que eran esos objetos. Se levanto del suelo y siguió su camino de a la izquierda, topo con la cama, la bordeo con más tranquilidad, ya la conocía solo que esta vez se dio cuenta que era de cuatro postes y era bastante más amplia que la suya.
Después de bordearla totalmente, dio contra la otra cajonera que hacía juego con la cama y las sillas, abrió nuevamente los cajones esperando lo peor. En el primer cajón había camisas de descanso, en el segundo había calcetas y en el tercero fotos mágicas, pero de la llave no había señal.
Desesperada siguió con su camino bordeando la pared hasta dar con dos puertas de madera de Maple también, busco las jaladoras de este mueble, con éxito las encontró y tiro de ellas. Un olor a encerrado y colonia entro por su nariz, la colonia era levemente así que se acerco, sintió unas túnicas en sus manos, era sin duda el ropero del chico, quien fuese. Metió las manos de las bolsas de estas, nada, la colonia estaba impregnada en el cuello de estas. Buscando algún cajón, nada, solo encontró más ropa casual, pero de la llave ni huella. Cerro el mueble que estaba metido en la pared y siguió bodeando hasta dar contra la otra esquina. Ahora ya tenía más visualizado el cuarto, estaba bastante amplio para que una sola persona viviera ahí, en cambio ella tenía que compartir cuarto con las otras chicas. Lo cual le demostró que en la torre de Gryffindor no estaba.
Bordeo la ultima pared y topo contra un escritorio bastante refinado, se dio cuenta de que eran de los que antiguamente se utilizaban, un secreter.
Trato de abrirlo pero estaba cerrado, no sabía si era un alivio no, porque ya no tenía que buscar en él, pero… ¿y si la llave estaba adentro?. Negandose a pensar en eso busco la silla que había palpado, se le hacía tonto que una silla estuviese a la mitad del cuarto sin la otra pareja de la silla. Y en efecto, encontró la silla y palpando cerca noto la mesa y por lógica la otra silla estaría enfrente. Se quiso acercar cuando noto algo de metal a la mitad de la mesa, era la llave.
Sonriendo la tomo entre sus manos y dispuesta a irse en busca de la puerta que ya sabía donde estaba. Ahora tenía que salir de ese infierno y buscar la torre de Gryffindor, sería muy complicado, pero al menos ya no estaría encerrada.
Ya estaba en la puerta, busco la perilla, palpo la llave para saber como introducirla, con éxito lo hizo pero antes de que diera el giro el sonido de una silla recorrerse la helo.
Como un reflejo busco su varita en su túnica, con la fe de que no se la hayan quitado, y ahí estaba, tomo la varita firmemente con la mano derecha y apuntando a un blanco que no podía visualizar.
Estaba recargada en la pared dispuesta a lanzar hechizos a diestra y siniestra si trataban de hacer algo con ella, no importara que no atinara a la primera, pero uno tenía que atinar.
Los pasos se hicieron más cercanos, Ginny sintió la presencia de alguien aproximándose, desprendía la misma colonia que las túnicas así que era el dueño del cuarto, que había presenciado todo movimiento que había dado. La pena la invadió, pero no eran momentos para avergonzarse por lo que había hecho, después de todo, el tenía que ver con que estuviera ciega.
La persona la aprisiono contra la pared, ella se sentía vulnerable ante cualquier acto que este cometiera, gracioso o no se sentía débil. Él le quito la varita con suavidad, ahora estaba completamente indefensa, lo golpearía a la manera muggle no importaría, opto por posición dispuesta a lanzar el primer golpe.
La figura no hizo ningún movimiento, a lo cual ella no se esperaba. Solo estaba frente a ella viéndola directamente a los ojos y aunque ella los tenía abiertos no podía ver, poco a poco su mente se fue llenando de la visualización que se había dado del cuarto, sobre la mesa, las dos sillas, los dos cajoneros, el ropero, la chimenea, todo el mueble sabía donde estaba y como era simplemente utilizando sus otros sentidos, podía verlos en su mente aunque sus ojos no lo podían.
Respiro profundo y sin saber que hacía se arriesgo a tocar al individuo que tenía enfrente, lo primero que sintió fue el tórax, estaba firme sorprendida de lo que hacía y con un leve sonrojo decidió subir y no bajar, no quería meterse en problemas. Sintió que también estaba vestido con su túnica de su casa, con todo y bufanda y aunque no sabía de que color, se reconforto de que siguiera en Hogwarts como había sospechado.
Toco su cuello que estaba calido, bajo por sus hombros a lo largo de sus brazos hasta llegar a sus manos. Las cuales tomo tiempo en aprenderlas, sus manos estaban un poco frías así que con las suyas las calentó un poco. La persona no emitió sonido alguno mientras ella le exploraba.
No sabía que hacía pero poco a poco le daba forma al sujeto, volvió en busca del cuello, subiendo despacio para recordar cada detalle. Llego a su barbilla, sin rastro alguno de barba y fresca, señal de que se rasuraba con frecuencia y a la perfección. Dudando tomo con la punta de sus dedos sus labios, estos no se movieron ni un milímetro, Ginny estaba sonrojada al máximo, sus manos se aventuraban a explorar y ella no se podía contener. Mientras recorría sus labios con sus dedos, se mordía el labio inferior mientras que el otro no pronunciaba movimiento.
Abandonando el placer de sentir esos labios adictivos, subió hasta palpar su nariz, la respiración calida emanar de esta hizo que se sonrojara más, con cuidado la codifico en su mente, era respingada pero no mucho. Sintió como cerca de sus dedos parpadeaban los ojos del chico, se acerco tímidamente a ellos, los cuales ya estaban cubiertos por sus respectivos parpados. Sintió las cejas y las recorrió denotando que eran suaves y estaban un poco pobladas.
Por instinto encontró las orejas y las toco con sus manos también para memorizarlas. Mientras hacía esto el cabello de este daba contra sus dedos, al parecer suplicándole que fuese tocado. Y sin esperar lo hizo. El cabello no era muy largo pero era muy fácil de peinar, jugo con unos cuantos mechones de su cabello, acomodándoselo detrás de la oreja, como una madre.
Lentamente la sombra que tenía su mente visualizada se fue disipando para formar la imagen que sus demás sentidos habían captado.
Podía escuchar su respiración entrecortada mezclándose con la de ella, mientras seguía acariciando su cabello.
-¿Quién eres?.- se atrevió a preguntar mientras seguía jugando con los mechones de su cabello.
-No se necesita nombre para saber como es alguien.
No sabiendo como reaccionar, decidió darle una sonrisa, su mente se lo había grabado tal cual era, no sabía con exactitud como era o quien era, ya que era su primera vez que identificaba a alguien sin usar su visión.
Sí un día regresara a ese cuarto y estuviese en la misma circunstancia lo reconocería, además le gustaría verlo para ver que tan agudos estuvieron sus sentidos.
-Entonces… ¿Cómo te llamare?.- dijo con un tanto de angustia.
-El nombre es lo de menos…- se acerco a su oído, pudiendo sentir su respiración calida y la cercanía hizo que Ginny se sonrojara más
-Conocedme por lo que tu mente vio y no lo que tus ojos te muestran.
Sorprendida ante el comentario sintió una mano entrar por su túnica, no sabía que reaccionar estaba abusando, pero porque no se oponía.
La sensación de éxtasis la recorrió por todo el cuerpo, pero cual fue su sorpresa al sentir que la mano entraba por la bolsa interior de la túnica y sacando lo que esta contenía, el sobre.
-Esto ya no lo necesitaras…
-Entonces eras tú… pero como, cuando, por qué.
-Muchas preguntas…
Fue sacada de sus dudas cuando sintió los labios sobre los de ella, tocándola ligeramente, él no tenía intención de profundizar el beso y aunque ella lo anhelaba con locura, no lo hacía. Sintió una sensación de calor sobre todo el cuerpo y cuando estaba a punto de profundizarlo se acabo el encanto.
-Para una respuesta.
Ginny respiraba agitadamente, cerrar o no los ojos era lo mismo, se sentiría igual. Temblando se recargo en la pared. Respirando agitadamente y sin prestar atención a los alrededores, todo era muy confuso, todo daba vueltas.
-Simplemente me gustas Virginia.
Notas de autora: Pues bien aquí ya actualizando más pronto, porque bueno ya puedo escribir, misteriosamente. Este capítulo se lo dedico a Carcolitas, puesto que estuvo dándome todo su apoyo. MUCHA GRACIAS, por cierto te debo tu favor, no supe como meterlo en este capítulo simplemente no quedaba :P
Gracias por los Arwen-Chan que bueno se que me tarde un friego pero esta vez no tanto jejeje, y no Belen no te diré quien es el alumno ¬¬ no insistan, todavía no es tiempo.
Muchas gracias por leer mi historia y espero que les este gustando hasta el momento y bueno les mando un besote a todos y DEJEN REVIEWS ;_; andele!!!
Ciao
Un besote de Lira W.M
P.D : MANDEN REVIEWS !!!
P.D : Gracias por todo Carcolitas
