Antes de seguir, un condiscípulo me pregunto el por qué del 427. El 427 es el motor más aclamado de la década de los 60's, y tal vez uno de los mejores del mundo, ya que sus prestaciones eran mas de competencia que de un motor, digamos, real. Con las 427 pulgadas cúbicas (6996 c.c.) de desplazamiento, esta planta de poder de ocho cilindros en V erogaba en promedio 440 HP.
Después de que el automóvil salió de la escuela, Tristán se puso de pie y en eso llegaron los otros tres (ya-saben-a-quienes-me-refiero) Yugi dijo:
- Está muy lejos, y va muy rápido...
Mientras los otros discrepaban, Joey volteó a ver el convertible rojo que estaba atrás de ellos y dijo:
- Oigan muchachos, tengo una idea.
- ¿Cuál? – preguntaron
- Este auto... está abierto y tiene llave – dijo Joey, señalando al auto.
Los cuatro se subieron, y Joey hizo que el auto saliera chillando las llantas. Unas calles más adelante, iba el pequeño auto azul. Rick sacó de debajo de su asiento una cerveza, la destapó y le dio un trago. Lo escupió inmediatamente al ver que en un Ford rojo iban los cuatro muchachos, persiguiéndolo. "Qué caraj…" pensó.
Dio un giro desesperado y entró a un callejón amplio. Joey hizo lo mismo y la persecución continuó hasta llegar al tope del callejón. Ambos vehículos se detuvieron y todos se bajaron de sus respectivas latas. Joey le dijo:
- ¡Devuelve esa carta!
- ¡Ven por ella! – contestó Rick.
Joey corrió a darle un puñetazo pero Rick se hizo a un lado y le cruzó el pie, haciendo que el primero se fuera de bruces. Después le propino una patada en la cara, noqueándolo.
- ¡El siguiente! – dijo Rick
Yugi se convirtió en Yami y dijo:
- Intenta conmigo.
Rick le lanzó un puñetazo pero Yugi, con un rápido movimiento, se lo detuvo. Rick dijo:
- No, no, no.
Le clavó un rodillazo entre las piernas y lo derribó al piso, dejándolo inconsciente. Se subió a su auto y salió del callejón.
Cuando Rick llegó al edificio de apartamentos donde vivía, se apeó, cerró el auto, y saco la carta de su bolsillo. "Me diste varios problemas, pero no mas", dijo para sus adentros.
Quedo sorprendido de que la carta estaba en blanco, y aun mas cuando escucho una voz que provenía de la cajuela, que decía "¡Auxilio!" "¡Sáquenme de aquí!" Rick acudió en tropel a abrir la cajuela, y, al abrirla y ver quién estaba dentro, sólo atinó a decir:
- Que ca… ra… jo…
Acto seguido, se desmayó.
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