Acción e intriga.

Los personajes no me pertenecen.

AVISO : No se cuantos de vosotros habréis visto ya la serie al completo, pero antes de leer debéis saber que en este fic se hacen alusiones a muchos capítulos incluyendo los del final.

La acción se narra desde el punto de vista de Hiei (H) y luego pasa al punto de vista imparcial del narrador (N) así sucesivamente.

Capítulo 5 : Sueños perdidos.

(N)

Botan se acercó a Hiei y a su madre y dirigiéndose a esta última dijo con tono dolido.

Lo siento, el cambio ya ha sucedido.

La expresión de felicidad de ella se esfumó en el aire.

Ven, - le pidió a Hiei – debemos hablar a solas.

El koorime algo sorprendido la siguió hasta una estancia contigua. Ambos entraron y sin mas preámbulos ella le dijo.

Hiei, debes hacer que todo vuelva a la normalidad.

Hiei abrió mucho los ojos pero no dijo nada. Ella sonrió.

Oh vamos, - le dijo – se que vivo esta vida de prestado, que no debería estar aquí

¿Cómo? – preguntó él.

¿Creiste que no me daría cuenta? ¿Qué Lui no se daría cuenta que conforme crecías te ibas transformando en aquel que nos salvó aquel día en la isla?

Hiei no contestó y ella continuó.

Se lo explicamos a Genkai y ella nos puso en contacto con Botan, Koenma nos dijo lo que sucedía, lo que sucedería cuando tu otro tú, es decir el tú de ahora vinieras, también me dijo que quizás no querrías hacer lo que deberías.

(H)

Maldita sea, ¿es que aquí ya lo sabían todos? Y ¿qué era lo que ella intentaba decir exactamente?

Lo que intento decirte – continuó como si leyese mis pensamientos – es que debes ir a buscar a Cronos y hacer que todo sea como debería ser.

¿Y como debería ser? – dije casi gritando - ¿por qué lo otro tiene que ser mas correcto que esto?

¿No lo ves? – dijo con tono dulce – todo lo que pasa en el mundo humano, la guerra que hay aquí, demasiadas víctimas inocentes y yo no puedo cargar con ese peso en mi conciencia.

Era la vida de ella a cambio de ¿qué? , ¿los humanos?, en el Makai siempre se estaba en guerra, nadie en el Makai era una víctima inocente, entonces ¿qué? ¿Yusuke? ¿Kuwabara? Ja, ¿Kurama? Pero Kurama aun vivía, él era como yo, sabía sobrevivir solo.

Tú eres mas importante que el mundo humano. – Dije.

Entonces, lo harás, porque yo te lo pido. – Me contestó.

Pero no era solo ella, era Yukina, era Mukuro, incluso quizás Genkai. Aun así no pude evitar pensar, ¿no sería mas feliz Yukina en el nigenkai? ¿no sería mejor para Mukuro que no hubiese guerra? Por no hablar de lo que habría tenido que pasar Genkai luchando contra los demonios.

¿Y Kurama? El había perdido a su madre, yo sabía lo que eso significaba, lo que había significado para él.

Por favor. – Me dijo. – Hazlo por mi.

Asentí y me aleje de ella, sin despedirme, ¿qué sentido tendría? Yo no podía retenerla en este mundo si ella no quería, y su sentido del honor, su estúpido sentido del honor la hacían pensar de esa manera.

Ahora que era evidente que todo el mundo sabía que yo era yo y no quien tenía que ser tampoco podría vivir esa nueva vida como la hubiese vivido de no saber ellos nada.

Fui en busca de Botan, mas bien en busca de la brújula, a ella no la quería para nada. Me alegré de encontrarla sola, no me apetecía tener que soportar a nadie mas en esos momentos. Parecía concentrada en el aparato haciendo unas mediciones.

(N)

Hiei se acercó a ella por detrás. Botan muy concentrada frente a una de las ventanas utilizaba la brújula para marcar la posición exacta de Cronos.

Al notar de pronto a Hiei tan sumamente cerca se sobresaltó.

No te había sentido. – Dijo a modo de excusa por haber pegado literalmente un brinco al verle.

Así te va. – Contestó él con brusquedad.

A Botan ya la ponía muy nerviosa todo aquel asunto, y el hecho de estar en el Makai aun mas. Y nunca había sido muy buena en disimular su estado de ánimo.

Tengo a Cronos localizado. – Dijo y le extendió a Hiei la brújula para que viese las mediciones.

Este se la arrebató de la mano y observó la pequeña pantalla, cuando comprendió los datos que se reflejaban sonrió irónicamente.

No podía ser de otro modo, estaba justo en el centro del territorio de los Youkos.

Botan sacó su pala y se subió.

Debemos darnos prisa – dijo – el tiempo juega en nuestra contra.

Tú no vienes. – Sentenció Hiei.

Tengo que ir – insistió ella – es mi trabajo, volando en la pala soy tan rápida como tú, no te retrasaré.

Hiei sacó rápidamente la katana describiendo un semicírculo, al momento Botan estaba en el suelo, la pala rota por la mitad ya no le servía de nada.

Era la primera vez que alguien se atrevía a hacer algo así, la rabia fue en ese momento superior a su natural instinto de supervivencia y levantándose se encaró directamente con él.

¿Estas loco? – le gritó - ¿cómo te atreves? Veras cuando Koenma lo sepa, esto no va a quedar así, te crees que puedes hacer lo que te de la gana siempre y existen unas normas...

Se detuvo confusa, la fría mirada de Hiei clavada en ella, la katana aun en su mano, cuatro segundos de tenso silencio, Botan retrocedió lentamente hasta topar con el alfeizar de la ventana.

Agradece – dijo él – que no fuese tú cuello. Y se acercó a ella.

No, no puedes ir solo – dijo Botan – eso está en el territorio de los Youkos.

La rabia se había esfumado y el miedo se había apoderado de nuevo de ella.

Ah – contestó Hiei sarcástico – y tú vienes a defenderme ¿verdad?

Botan, consciente de la tontería que había dicho intentó rectificar.

Debo informar a Koenma de todo lo que pase, si tu... si tu no, no consigues... ¿comprendes? ...alguien debe informar.

La distancia entre Hiei y Botan era ya muy corta, él la agarró por el brazo, por un momento ella creyó que él la iba a matar, en lugar de eso la apartó bruscamente de la ventana lanzándola al suelo a unos cuantos metros de distancia.

Botan gimió al estrellarse contra el duro suelo de piedra.

No te busques problemas onna – aconsejó Hiei – y ten por seguro que si yo no lo consigo, no lo consigue nadie.

Hiei saltó por la ventana dirigiéndose rápidamente hacia donde indicaba la brújula.

(H)

Me acercaba al territorio de los Youkos, vigilando continuamente el ki de los posibles adversarios que hubiese, esquivando hábilmente a los guardas. Ahora que no tenía el jagan debía hacerlo al modo tradicional.

Algo se movió frente a mi, escondía su energía pero aun así pude reconocerla y me detuve.

Dio un rodeo, vigilándome, acechandome.

Sal de una vez – le dije – sal y deja de jugar Kurama.

Y salió, en su forma de zorro espiritual, con una energía inmensa y esa sonrisa sarcástica de quien cree tenerlo todo controlado.

¿Aun tienes valor para volver por aquí? – Me dijo.

Debía pensar y pronto, para él yo era un enemigo ahora, si no atacaba era por que le gustaba disfrutar del momento, ¿volver? ¿cuándo habría estado yo allí antes?

Kurama no era estúpido, al menos nunca lo había sido, si le explicaba todo, sobre todo si le decía que su madre tenía una oportunidad de volver a vivir, entonces quizás...

Yo no soy el mismo que vino, cuando fuese. – Le dije.

Ah, vaya, - contestó - ¿y quien eres ahora?

Vengo de otra línea de tiempo. – Le dije.

Vi como primero se sorprendía y después se echaba a reír.

De todas las estupideces que me han contado para evitar morir esta es la mas original.

Dejame acabar, - le pedí – te lo explico todo y luego decides si creerme o intentar matarme.

Kurama sonrió de nuevo, se apoyo en un árbol y cruzó los brazos.

A ver, - dijo – pero que sea divertido al menos.

Me sentí como un alumno estúpido dando una explicación sobre una materia que apenas entendía. Decidí ir al grano.

En la otra línea de tiempo perdí a mi madre, me crié con una banda de ladrones y estuve mucho tiempo solo, luego fui al nigenkai a buscar a mi hermana y entonces te conocí, en tu forma humana.

Aquí Kurama pareció interesarse algo en lo que yo decía.

- Acabamos ambos formando parte del reikai-tantei, pero el caso no es ese, es que alguien me dio la oportunidad de volver al pasado y salvar de algún modo a mi madre y cambiar mi destino.

¿Y? – preguntó irónicamente Kurama.

Y lo hice y ahora el nigenkai está invadido de demonios, el Makai está en guerra y tú y yo no nos hemos conocido.

Claro que nos hemos conocido idiota. – Me espetó.

Quiero decir – aclaré, intentando no gritarle – que no somos amigos.

Aquí Kurama soltó la carcajada, parecía divertirle de veras todo lo que yo le decía, de hecho yo en su lugar me hubiese comportado igual, o quizás peor, hubiese atacado y ya está.

Debía darle pruebas de algún modo.

Te gustaba vivir en el nigenkai – le dije – querías mucho a tú madre, a Shiori, intentaste robar el espejo para salvarla pero no pudiste.

Kurama dejó de reír y su expresión se transformo en algo mezcla de ira y dolor.

En la otra línea de tiempo si pudiste, por que yo te ayudé, y Shiori se salvó.

Ahora Kurama estaba fuera de si.

¿Cómo te atreves estúpido koorime? ¿cómo puedes venir aquí y hablarme así? – hizo una pausa, - ¿Como puedes saber el nombre de mi madre?

Parecía que iba a atacar de un momento a otro.

Por que lo que te digo es verdad, yo no soy el que tú has conocido aquí, no al menos tal y como me has conocido, y si me ayudas a volver a la línea de tiempo original recuperaras a tú madre.

Kurama se abalanzó furioso contra mi, a duras penas pude esquivar su ataque y el de decenas de plantas que intentaron atraparme en vano.

Podía huir, pero no contraatacar, no tenía tiempo, los ataques de Kurama eran sucesivos, no me daban ocasión de recuperarme.

¿Es que no te interesa recuperarla? – grité.

Noté que algo me agarraba por el cuello y me elevaba, un segundo de indecisión y todo mi cuerpo estaba sujeto firmemente por las enredaderas de Kurama.

A lo mejor - le dije en un último y desesperado intento – a Suuichi si le interesa.

Las enredaderas dejaron de ahogarme y se limitaron a sujetarme, elevándome, hasta la altura de Kurama. Se acercó a mi.

¿Quién te ha contado todo eso? – Preguntó.

Maldita sea – grité – ¿es que en esta línea de tiempo te has vuelto idiota kitsune? ¿no comprendes lo que te digo?

¿Cómo me has llamado?

Kitsune. – Contesté. – Antes te llamaba así.

Kurama dudó, su mente sopesaba la posibilidad de que todo fuese verdad, yo estaba seguro de que él prefería creer que era verdad, creer que podía recuperar a su madre, pero también sabía que yo en su lugar no hubiese dado crédito a mis palabras.

Me mataría. Y ¿por qué no? Aquí éramos enemigos. Aproveché su momento de duda para iniciar la técnica del dragón.

Las enredaderas quedaron carbonizadas en el acto, y yo caí al suelo lanzando el dragón hacia Kurama, si él me mataba se acababa todo, pero si yo le mataba le recuperaría en la otra línea.

El zorro lo esquivó con facilidad, después de quemar todo cuanto pude a mi alrededor, no quería luchar en un terreno fácil para Kurama, hice que volviese a mi para absorberlo.

Desenvainé mi katana y me abalancé sobre él.

Espera – gritó – te creo.

Me quede a medio camino, observándole, él parecía aun mas confuso que yo.

¿Y por qué ahora? – Le pregunté.

La técnica del dragón – dijo – hace apenas una semana no la sabías hacer, y para dominar algo así hace falta mucho mas tiempo, por tanto, debe ser verdad lo que me has dicho.

¿En serio me creía o era una treta? ¿por qué iba a serlo?

No crees que te crea ahora ¿verdad? – dijo él. Poco a poco se transformó en Suuichi y yo envainé mi espada.

¿En serio éramos amigos? – preguntó.

(La autora)

En fin, ya salió Kurama que supongo lo esperabais. Este fic ha tardado demasiado, primero por problemas míos personales y luego por culpa de la página, ademas de fastidió el cyber donde siempre voy y en fin...

Siento haber tardado tanto Eli-chan.

Yukii y Sanasa no se por que veis tan raro lo de Hiei y Mukuro, al fin y al cabo es normal, que manía que le teneis a la pobre.

Irumi me alegro que te gustara, Hiei es también uno demis favoritos.