HOLA!!! Ya he vuelto. Sé que este capítulo es mucho más corto que el primero, pero es que ese lo hice más largo porque quería presentar la historia bien. A partir de ahora los capítulos serán más cortos porque pretendo actualizar cada semana y tengo que ir a la facultad y todo eso (que rollo L) Quería agradecer a Zeisse y a Mione Black Potter Lupin por los reviews me hizo mucha ilusión. Porfis, seguid enviando vuestras opiniones. Este capi a lo mejor resulta un poco aburrido pero es que es un poco "de transición" con lo que vendrá después. Trataré de hacerlo más ameno. Aunque si no os parece tan aburrido hacedmelo saber, me encantará. Y sin más os dejo con el capítulo.
Capítulo 2: la historia se repiteEl Gran Comedor de Hogwarts estaba completamente vacío, excepto por un grupo de personas que se apiñaban en torno a la mesa de los profesores. Portia ya había explicado todo lo ocurrido y se había disculpado por como había ocurrido todo. Sirius, sentado a su lado, le agarraba la mano fuertemente, y de vez en cuando se lanzaban miradas cómplices que ocultaban una sonrisa. Page todavía estaba molesta por haberse perdido la acción y las hermanas mayores aún comenzaban a recuperar el aliento después del día que habían pasado.
-Severus ¿sabes como hizo Voldemort para descubrirte?- preguntó Dumbledore con mirada seria tras sus gafas de medialuna- ¿es posible que utilizase la legeremancia?
-No lo creo, de haber sido así lo habría notado. Mi conocimiento de la Oclumancia es bastante amplio como para defenderme de esos ataques- replicó Snape con un deje de orgullo.
-Qué más quisieras grasoso- farfulló Sirius por lo bajo, al otro lado de la mesa. Sin embargo, el comentario no pasó desapercibido al profesor de pociones (N/A: Sevy tiene un radar para los comentarios de Padfoot XP), que observó con odio al animago, al mismo tiempo que Harry reía por lo bajo, Remus giraba los ojos y Portia le daba un codazo en las costillas- ¿Qué?
-¬¬ Nada, tenías una mosca en el estómago.
-Entonces- dijo McGonagall más alto de lo normal para tratar de alejar la atención del comentario de Sirius- qué ha ocurrido.
Todos se miraron interrogantes mientras buscaban alguna razón alternativa a aquella que se estaba formando en la mente de cada uno.
-Me temo- suspiró por fin Dumbledore- que tenemos un traidor entre nosotros... otra vez.
-¿Pero quién puede ser esta vez?- preguntó Tonks.
-Es difícil de saber- comentó Remus- la última vez también sabíamos que había un traidor pero cada uno tenía sus ideas sobre su identidad.
-Y todos fallamos- murmuró Sirius mientras miraba de reojo a su amigo.
-Eso ocurrió- argumentó el director- porque Voldemort consiguió lo que mejor se le da, sembrar la desconfianza entre nosotros, hacernos más débiles. Pero esta vez no será igual, somos más y estamos más preparados. Os pido a todos que actuéis con cautela, pero no empecéis a dudar de todos.
-¿Pero cómo sabremos quién es el traidor?- preguntó Flitwick.
-Podríamos utilizar el hechizo de la verdad- sugirió Page.
-No- dijeron al instante Prue y Piper.
-¿Qué es eso?- insistió el profesor de encantamientos.
-Un hechizo que utilizamos en el pasado- aclaró Phoebe- hace que durante un periodo de 24 horas aquel que lo hizo pueda hacer una pregunta y le contesten siempre la verdad.
-Pero eso está muy bien- aplaudió Sirius.
-El problema- siguió Leo- es que a cambio si al que hizo el hechizo le hacen una pregunta también tendrá que decir la verdad.
-Eso no es un problema, si lo que os preocupa es que nos encontremos con alguien del otro bando y le contemos ciertas cosas, bastará con que durante ese tiempo no salgamos del castillo.
-No es tan fácil, creanme- añadió Prue con una mueca- la verdad a veces puede ser algo problemático, me refiero a la más absoluta y cruda verdad. Cuando lo usé por primera vez Piper estuvo a punto de matarme.
-¬¬ se metió con mi grano.
-Y cuando yo lo hice- añadió Page- descubrí que a mi querido novio no le importaba que fuese bruja... y que a su esposa y sus pequeños hijos les haría muchísima ilusión.
-O_O Vaya- murmuró asombrado Remus.
-^^ Por no hablar de Portia
-¬¬ Page, cierra la boca...
-^^ Yo quiero saberlo- dijo Sirius alegremente.
-Yo también- dijo Harry
-Y yo- añadió en un susurró Draco, sentado al otro lado de la menor de las embrujadas, e intentando no mirar a los otros dos para disimular que por una vez estaba de acuerdo con san Potter y su padrino Black.
-NO
-Venga...- insistió Sirius
-NO
-Por mí ^^
-NO
-Por mí ^^- añadió Harry
-Pero Portia, si no es para tanto- dijo Piper
-¬¬+++
-Anda, díselo de una vez para que se callen- pidió McGonagall
-...
-... y olvidaremos lo de pegarte por lo de hoy- añadió Prue
-¬¬ Sí claro, como si pudierais... Está bien... Lo que pasa es que cuando Page hizo su hechizo de la verdad se olvidó de que yo estaba en casa, así que yo me fui tan contenta al hospital. Aquel día fue a mi consulta por casualidad el director del hospital a mirarse un grano que le tenía preocupado.
-¿Y?- preguntó Harry intrigado.
-Que el grano estaba en una posición un poco... comprometida- murmuró Portia tapándose los ojos, mientras su hermano y los dos niños comenzaban a contener la risa- Y entonces al señor director no se le ocurrió otra cosa que preguntarme qué le parecía lo que veía, así que yo...
-No me digas que se pensó que te insinuabas.
-Ojalá- dijo entornando los ojos- en primer lugar lo comparé con un oso pardo, después le aconsejé una dieta a base de fruta y terminé por decirle que procurase comprarle una lupa a su mujer o buscase "protección" con relleno.
Mientras decía todo esto su cara se iba tornando del color del pelo de los Weasley y terminó tapándosela con las manos. Todos los presentes se quedaron atónitos, sin saber que decir, hasta que las hermanas estallaron en carcajadas contagiando al resto con su risa (excepto a Snape, claro está). Estuvieron riendo unos minutos hasta que el ambiente se fue calmando.
-¿Y no te despidieron?- preguntó Remus secándose una lágrima de los ojos.
-No, por suerte los muggles no recuerdan nada después de que termine el hechizo y durante ese día me aseguré de no encontrármelo demasiado.
El silencio reinó durante unos instantes hasta que todos empezaron a reír de nuevo, haciendo que Portia se pusiese más roja todavía si era posible.
-Ya está ¿por qué no seguimos con cosas más importantes?- sugirió enfurruñada.
Tras unos momentos de risas y comentarios "sin mala intención" todos retomaron la seriedad. Severus Snape, en el otro extremo de la mesa a donde estaba había observado toda la escena en un silencioso segundo plano, pero mientras todos volvían a murmurar entre ellos sobre la posibilidad de que existiese un traidor en sus filas, observó de reojo a Portia. Su rostro empezaba a recuperar el tono ligeramente pálido que la caracterizaba y miraba a sus compañeros con sonrisa nerviosa, pasando de uno a otro, hasta que finalmente sus miradas conectaron. Por un instante ambos mantuvieron el contacto, hasta que la joven sonrió ampliamente pero todavía nerviosa y observó hacia otro lado, al mismo tiempo que Severus Snape hacía una mueca que podría compararse a una sonrisa.
-Entonces- dijo Dumbledore retomando la seriedad- será mejor que todos actuemos con cautela, pero sin pasarse. Si alguien tiene sospechas fundadas de quien puede ser el traidor, que venga a hablar conmigo y trataremos de hacer algo- Por la mesa se escucharon murmullos de aprobación- Cambiando de tema. Ahora que Severus ha sido descubierto la situación ha cambiado. Nos hemos quedado sin información interna del bando de los mortífagos.
-Y eso es muy grave- afirmó Leo- sin el señor Snape no habrá posibilidad de conocer los movimientos de lord Voldemort de antemano. Eso significa que ataques que antes podíamos prever serán ataques sorpresa y no tendremos tiempo para prepararnos.
-Lo que es terrible, porque muchas familias mágicas están en peligro, por no hablar de los muggles y no podemos permitirnos poner una guardia a todos ellos- aseveró Remus.
-Bien, solo nos queda organizar la estrategia a seguir.
-Tienes razón Minerva... pero ahora que me doy cuenta, creo que ya va siendo hora de que estos dos jovencitos se retiren a sus camas- sugirió Dumbledore con mirada bonachona refiriéndose a Harry y Draco. Esto no sentó nada bien a los chicos, que nada más acabar el director la frase ya habían puesto morros y miradas de reproche.
-No es justo- se quejó Harry- Yo quiero seguir escuchando.
-Con lo que has escuchado Harry- dijo Remus- deberías darte por satisfecho. Conociéndote creo que con esa información no tardarás en meterte en problemas.
-¬¬ Son los problemas los que se meten conmigo.
-Es lo mismo.
El joven Gryffindor trató de seguir insistiendo pero no consiguió nada y finalmente entre quejas y miradas de enfado avanzó en dirección a la salida del Gran Comedor, seguido de cerca por Malfoy, que si bien en un principio se había quejado, había desistido mucho más rápido que el moreno y ahora iba camino de sus aposentos.
Los dos chicos caminaban en silencio por los pasillos del castillo, uno al lado del otro, pero sin mirarse.
-Si no querían que escuchásemos para qué nos dejaron quedarnos en un principio- murmuró Harry más para si mismo que para su acompañante.
-Piensa un poco Potter- replicó mordaz Draco- Querían que supiésemos lo del traidor para que anduviésemos con cuidado, en cuanto han empezado a cambiar de tema nos han echado. Además, no creo que tú te hubieses retirado mansamente del comedor después de que casi le dan a tu padrino el beso del dementor- añadió sin comentar que él tampoco se habría marchado sin hablar con Portia. Harry sabía que Draco tenía razón, pero no iba a admitirlo así que continuó caminando en silencio. Parecía que al final la gomina no le había atrofiado del todo el cerebro a Malfoy.
-Potter- dijo Draco después de caminar unos cuantos pasillos en silencio- todavía no te he dado las gracias por lo de hoy en herbología- añadió después de renquear un poco.
-No lo hice por ti Malfoy- se apresuró a replicar el moreno- pero le prometí a alguien que trataría de darte una oportunidad. Eso no significa que seamos amigos.
-Cómo si yo lo creyese.
-Mejor.
-De acuerdo.
-Estupendo.
Continuaron en silencio hasta que llegaron frente al cuadro que daba paso a las habitaciones de las embrujadas y se despidieron con un hola que por el tono que lo dijeron sonó más bien a un "vete por ahí y ojalá te caiga un colacuerno encima". Sin embargo, mientras Harry caminaba hacia la torre de Gryffindor, no pudo evitar acordarse de la actitud de Malfoy de los últimos días y de las palabras de Portia. Sus padres lo habían maltratado durante años, al igual que a él sus tíos. Antes de atravesar el retrato de la Dama Gorda y unirse a sus compañeros, que debían estar montando una fiesta por el ruido que armaban, contra su voluntad tuvo que admitir que quizás él y Malfoy no fueran tan distintos después de todo.
Mientras tanto en el Gran Comedor los adultos seguían tratando las consecuencias de lo ocurrido aquella noche. El tema más importante era que ahora ya no había información interna del bando mortífago.
-Tendremos que pensar en algo- sugirió McGonagall.
-¿Otro espía?
-No, Tonks- negó el director- me temo que eso ya no va a ser posible. Después de lo ocurrido Voldemort va a estar más alerta que nunca. Severus tenía ventaja porque en sus inicios realmente fue mortífago, pero introducir ahora un espía... lo veo difícil.
-Tengo una idea- dijo de pronto Page- hace tiempo creé una poción de invisibilidad. Lo malo es que solo dura unos minutos. Quizás si consigo avanzar un poco en su estudio podríamos utilizarla para intentar enterarnos de lo que traman los mortífagos.
-Es posible- afirmó Leo
-Entonces que Portia, Severus y las señoritas Piper y Page intenten avanzar en esa poción- dijo Dumbledore- Pero eso no significa que debamos dejar de lado otras tareas. Después de lo ocurrido hoy lo más seguro es que a estas horas Voldemort haya trasladado su cuartel general a otra parte; lo comprobaremos de todos modos, pero me temo que habrá que empezar de nuevo.
-Mañana mismo empezaremos- aseguró Remus
-Además esta vez será más fácil, porque el gran Sirius Black estará al 100% aplicado a la tarea. Así no podréis fallar ^^.
-Baja modesto que sube Sirius- murmuró Portia.
-¿Quién es Modesto y a dónde tengo que subir ^^?
-¬¬.
-Ejem, ejem. Cambiemos de tema. Severus, ahora que te han descubierto creo que no es recomendable que sigas siendo el jefe de la casa Slytherin, sobretodo ahora que la gran mayoría son aspirantes a mortífagos.
-¿Y quién ocupará ese cargo?- preguntó el profesor de pociones.
-¿Por qué no se lo encasquetamos a Moody? Ahora que el verdadero Moody es el profesor de DCAO sabrá como mantener a raya a los Slytherin- sugirió Flitwick.
-Estupendo, pero seguimos teniendo el problema del señor Malfoy. Hasta ahora con la tapadera de Severus habíamos podido convencer a los Slytherin de que no era apropiado ir contra él pero ahora será peligroso que siga comiendo en su mesa, o incluso será todavía más difícil contener a los alumnos en las clases en las que solo está Slytherin.
-Por eso Minerva, creo que estaría bien introducir algunos cambios...
Ya eran las dos de la mañana cuando por fin las embrujadas, Leo, Tonks, Remus y Sirius pudieron retirarse a sus habitaciones. Había sido una noche agotadora y lo que más deseaban era descansar.
-Creí que nunca acabaría este día- suspiró Portia.
-¬¬ Apuesto a que para ti no ha sido tan largo como para nosotros- farfulló Piper.
-¿Vais a estar echándome en cara el resto de mis días que me marchase sin avisar?
-No es eso Portia- dijo Phoebe- Nos has tenido en ascuas todo el día, pensamos que te había pasado algo. No sabemos si las defensas que hay aquí son suficientemente fuertes para evitar que entren demonios y no sabíamos nada de ti.
-Lo entiendo, pero comprendedme a mí, tenía que hacer algo, no podía quedarme quieta.
-Fuiste demasiado impulsiva e imprudente- replicó Prue.
-Vaya, después de todo va a resultar que no somos tan distintos- dijo Sirius entre risas, a lo que las demás embrujadas lo miraron con reproche- Venga chicas, olvidadlo ya, lo importante es que ya todo acabó...
-Ese es mi hermano ^^!!
-Pero te advierto, como vuelvas a hacer algo parecido, comprobarás lo bien que se me dan ciertas acciones caninas, como morder culos inquietos ¬¬.
-O_O De acuerdo.
-Bueno, me voy a dormir- anunció Piper- ¿vienes Leo?
Poco a poco todos se fueron retirando, pero antes de que Remus y Sirius entraran a su cuarto Portia les pidió que esperasen, tenía que hablar con Draco.
Cuando entró en la habitación vio que en la cama pegada a la pared Draco dormía tranquilamente. Cuando estaba dormido su rostro era totalmente distinto al que mostraba a todo el mundo. En sueños su rostro no se contraía en una mueca de asco permanente sino en una expresión relajada y su respiración se volvía rítmica indicando que en aquellos momentos nada lo perturbaba. Portia se acercó con cuidado a la cama y se sentó en el borde. Le apartó un mechón rubio de la cara provocando que el joven se despertase.
-Hola- dijo somnoliento
-Buenas noches. Perdona que te despertase pero tenemos que hablar.
-¿He hecho algo malo?
-¿Lo has hecho?
-¬¬ No me vaciles.
-^^ Está bien. No te preocupes. Solo quería decirte que mañana iremos al Ministerio de Magia.
-¿Para qué?
-Bueno... Sirius, ahora que es libre, podrá reclamar la custodia de Harry como su padrino y mañana va a empezar los trámites.
-¿Y qué tengo que ver yo en eso?
-En realidad yo pensaba que tú podrías acompañarme también y reclamar tu custodia- Portia había tenido miedo de cómo reaccionaría Draco ante la noticia. El chico en un principio la miró totalmente atónito, inexpresivo.
-¿De... de verdad querrías...?- balbuce
-Bueno, antes de nada tendremos que ir a hablar con una trabajadora social del ministerio y tendrás que contarle ciertas cosas. Tus padres no han muerto Draco, y lo que intentamos es demostrar que no son los adecuados para cuidarte.
-Pero ahora que ya se sabe que Voldemort ha vuelto...
-Por desgracia entre las pruebas que traje en la cámara no hay ninguna de que tus padres sean mortífagos. No pude encontrarlos.
-Y si lo demuestras... ¿tú serías...?
-Estarías bajo mi custodia. Pero claro, solo lo intentaré si tú estas de acuerdo, sino no haré nada.
Draco seguía observando a Portia como si no entendiese lo que le estaban diciendo. Tenía delante de él a alguien a quién conocía desde hacía poco tiempo y que sin pedir nada a cambio le estaba ofreciendo algo con lo que había soñado durante toda su vida: la libertad, la libertad de poder decidir qué hacer, como vivir, el no tener que volver nunca a cumplir con las estúpidas órdenes de su padre para destruir a Potter. Y lo mejor de todo, le estaba ofreciendo su cariño. Cuando esta verdad cayó sobre él lo poco del muro de impasibilidad que todavía era capaz de aparentar delante de su tía se derrumbó y lágrimas silenciosas comenzaron a inundar sus ojos grises. Ante esta visión Portia interpretó mal su reacción.
-Si no quieres no pasa nada.
-¿Que si no quiero? Me encantaría quedarme contigo.
-¿Estas seguro?
-Aha- y entonces sucedió algo que nadie hubiese pensado que llegaría a ver. Draco Malfoy, uno de los niños más fríos y crueles del colegio, se abrazó llorando a Portia, que respondió al abrazo riendo.
-¿Pero no seré una molestia?
-¬¬ Vuelve a decir eso y te castigaré con clases particulares de Historia de la Magia.
-O_O
-Entonces mañana estate preparado temprano ¿vale?
-Sí- y entonces el rubio observó a Portia con mirada azorada- por cierto, tía Portia... creo que sí que hice algo malo.
-¿¬¬ El qué?
-Fue por vengarme de lo que le hicieron al profesor Snape.
-¿Qué hiciste?- insistió Portia.
-Digamos que habrá que comprar antipulgas en cantidades industriales.
En la sala común Remus y Sirius esperaban sentados mientras Portia y Draco charlaban en su habitación. Ninguno de los dos podía creerse que el animago fuese a ser libre al fin. Después de tantos años Harry por fin tendría una familia y Remus no volvería a estar solo en luna llena.
-Están tardando ¿no crees?
-Bueno Padfoot no creo que sea algo tan fácil de explicar.
-Ya claro...
- Oye, no te irás a poner en plan refunfuñón con lo de que Portia se haga cargo de Draco.
-Todavía sigo sin entender cómo ha podido cogerle cariño a ese niñato.
-Hablas así porque no te has molestado en dejar a un lado todo lo ocurrido en el pasado con Harry. Desde que nos lo encontramos en San Francisco realmente ha cambiado.
-Y esa es otra, Harry. Malfoy se va a convertir en algo así como su primo. Le va a crear un trauma.
-No si tu empiezas a comportarte como un adulto y tratas a Draco con normalidad. Yo creo que podrían llegar a ser amigos. Y lo estoy diciendo yo, que digamos que cuando le di clase no era santo de mi devoción.
-No has cambiado nada Moony, sigues siendo igual de amable. Siempre apoyando a todo el mundo.
-¬¬ No te burles.
-Pero es que es un Malfoy.
-Y tu un Black y no veo que vayas por la vida en plan "la familia Black, Pure toujours" Además, he visto como mirabas a Draco cuando tu hermana la abrazó al llegar. Estabas sonriendo.
-Se me olvidó enfurruñarme.
-¬¬
-Está bien, reconozco que últimamente he visto algo nuevo en el chico Malfoy.
-Quizás es que por primera vez el deja que le vean como es en realidad.
-Empiezas a hablar como Portia.
-^^ Pues eso debería encantarte, a ella la adoras.
-¬¬ No te pases. Y vamos a ver como le va a ese par.
Hacía un rato que Severus Snape había regresado a las mazmorras, pero por muy cansado que estuviese, no era capaz de irse a dormir. Caminaba de un lado a otro de su despacho dando vueltas y más vueltas al mismo tema.
El Señor Tenebroso lo había descubierto. Después de tantos años de incógnito todo había terminado. Durante todo ese tiempo se había sentido enormemente orgulloso de su labor. Era una misión peligrosa, y era el único que podía hacerla. Eso lo convertía en alguien especial, y ahora se veía imposibilitado de toda vía de acción. Ahora que el Ministerio admitiría el regreso de Voldemort se haría cargo de todo y la Orden del Fénix quedaría relegada a un segundo plano, o eso pretendía Fudge, porque después de lo ocurrido aquel día el Consejo exigiría la colaboración de Dumbledore. Además necesitarían el apoyo de las Embrujadas para vencer a Voldemort ahora que se había aliado a la fuente de todo mal.
Las Embrujadas. Aquel día una de ellas le había salvado la vida. Portia había llegado de improviso y le había ayudado cuando más lo necesitaba. En realidad aquella joven lo intrigaba. A simple vista parecía la típica "niña buena", siempre amable y atenta, que en dos minutos podías llegar a conocer. Pero debajo de aquella apariencia, Severus había visto algo más. Era increíble como siendo hermana de Black podía ser alguien tan sereno. Sus ojos tenían un brillo de inteligencia que parecía analizarlo todo a su alrededor. Y aunque siempre trataba de aparentar calma y alegría, él había podido ver en ella un cierto aire de tristeza que siempre la acompañaba. Pero sin duda, lo que más le había gustado de ella era que sentía que cuando trataba a las personas se dejaba llevar por su instinto sin permitir que nadie la influenciara en sus opiniones. Quizás ella había visto algo en él que nadie antes había podido ver; y aunque eso en el fondo le gustaba, no podía evitar asustarse ante todo aquello.
Cuando Sirius y Remus entraron en la habitación y vieron la escena que se estaba dando no pudieron evitar una sonrisa. Draco estaba sentado en su cama y frente a él estaba Portia, los dos riendo a carcajada limpia.
-¿Qué está pasando?- preguntó Remus divertido.
-Aquí Draco, que me estaba contando lo que ha hecho.
-¿El qué?
-¿Sabes lo que son los polvos pulguiles?
-Es algo que vendían en Zonko cuando íbamos a la escuela. ¿no? Hacen que todo te pique- dijo Remus
-Aún me acuerdo cuando se los pusimos a Snivelus en la ropa interior...- comentó Sirius con nostalgia.
-Aha- afirmó Portia- pues súmalo a un pequeño hechizo de permanencia y Sirius tendrá que recomendarle a Albus un antipulgas para los Slytherin.
-¿Tú has hecho eso?- preguntó Sirius, ante la sonrisa maliciosa de Draco.
-Sí- aseguró la joven- pero mañana antes de salir para el Ministerio les quitará el hechizo de permanencia y se disculpará ante el director.
Sin decir nada más Portia se levantó y se dirigió a la puerta para irse a dormir. Antes de salir giró la cabeza y vio como Draco se acomodaba en su cama con sonrisa satisfecha, mientras Remus y Sirius trataban de arreglarse para dormir conteniendo la risa.
-...o también- añadió Portia- podríamos dejarlo para cuando volvamos del Ministerio- Y salió del cuarto con la sensación de que aquella noche Draco dormiría muy a gusto en compañía de su hermano y de Moony.
Bueno, hasta aquí llegó por hoy. Espero que os haya gustado, o por lo menos que no os hayais dormido. Os veo en una semana (o eso espero). Prometo que en el próximo capítulo habrá más acción y saldrán más las Embrujadas. Me gustaría que me enviarais vuestras opiniones y sobretodo ideas sobre lo que querríais que pasara, a lo mejor os hago caso. Ta luego luego J
