Ya he vuelto con un nuevo capítulo. Gracias a Xareni por lo de Paige, la verdad es que por como se dice creí que se escribía Page, aunque en realidad si quedaba un poco ridículo lo de "Página". Gracias a todos los que leen este fic, aunque no se cuantos son (L porque solo tres personas me ha enviado reviews). Estoy pensando en escribir otro fic, aunque este no lo voy a abandonar (lo acabo como que los cerdos vuelan :P) así que si lo empiezo a lo mejor tardo un poco más en actualizar, pero paciencia. Bueno, sin más, os dejo con el tercer capítulo.

Capítulo 3- En el Ministerio

Prue, Phoebe y Paige estaban en su habitación. Se trataba de un cuarto muy amplio, con tres camas adosadas, de aspecto similar al de los alumnos, con ropa de cama color azul y negro. Un gran ventanal que daba al lago permitía entrar mucha luz durante el día. Estaban preparándose para dormir, o eso en teoría. En realidad ninguna de las tres hermanas tenía demasiado sueño; había algo que las inquietaba.

-¿No os parece extraño que en su pequeña incursión en el "campo enemigo" Portia encontrase tan poca resistencia?- decía Phoebe- Quiero decir, ya sé que es una de las mejores incluso de entre nosotras, pero ninguno de los demonios que se encontró era demasiado peligroso. Lo más difícil fue un groin, y para eso no es...

-Te entiendo- dijo Prue- No parece que en aquel sitio hubiese demonios mayores. Eran de los normalillos.

-Bueno, la Fuente es así. Quizás está aparentando ante Voldemort que lo ayuda cuando en realidad prepara la puñalada por la espalda- sugirió Paige.

-No creo. Es posible que lo que digas sea verdad, pero mi instinto me dice otra cosa.

En aquel momento la puerta se abrió y por ella entró Piper, que al ver a sus hermanas sonrió y fue a sentarse al lado de Phoebe.

-¿Dónde has dejado a Leo?

-Roncando como un bebé ^^- pero su rostro se tornó serio- Yo no puedo, tengo un mal presentimiento.

-Únete al club- dijo una voz

-Portia ¿qué haces aquí?

-Lo mismo que todas me temo- y se unió a la improvisada reunión, sentándose al lado de Paige.

Todas se quedaron en silencio, sumidas en sus pensamientos. En los últimos tiempos habían ocurrido demasiadas cosas. No era que su vida hubiese sido precisamente tranquila antes, pero ahora era distinto. Antes luchaban contra los demonios, seres oscuros que lo único que pretendían eran crear el caos, eran como mosquitos, solo tenían que aplastarlos y listo (N/A: vamos, que como hacer churros J). Pero ahora algo había cambiado, estaban en medio de una guerra que pese a los 10 años de paz, duraba ya veinte años. Dos décadas de muertes y desgracias provocadas por un maníaco que lo único que quería era sentirse en un pedestal y dominar todo ser viviente. Porque de algo estaban seguros, y era que si Voldemort llegaba a controlar el mundo mágico, no pasaría demasiado tiempo antes de que atacase a los muggles.

-Hacía tiempo que no estábamos así, las cinco juntas- dijo finalmente Phoebe sonriendo.

-Sí L, desde que Portia encontró a Sirius no nos hace caso- añadió Piper.

-Ya, y desde que Prue encontró también a Sirius.

-Paige!!!!- reclamó la mayor de las Halliwell.

-¿Qué? Es verdad.

-No digas chorradas. Estábamos hablando de Portia.

-^^ A mí no me mires, yo solo te "llevé" hasta él.

-Portia!!!

Todas las hermanas echaron a reír (a excepción de Prue claro), que las miraba ceñuda mientras su cara iba pareciéndose demasiado al pelo de los Weasley.

-¬¬ Reconozco que es guapo, pero de ahí a otra cosa... Vamos, es algo así como un hermano.

-Perdona- interrumpió Portia- lo único que os une es que comparto medio genoma con cada uno de vosotros, pero nada más.

-Precisamente Portia, es tu hermano, no pienso "ir a por él"

-Vamos Prue- insistió Piper- Llevas toda la vida sacrificándote por nosotras y ya es hora de que empieces a vivir tu vida.

-Sí, y de acuerdo con mis estudios de psicología- añadió Phoebe con retintín- si te niegas a intentarlo estarás usándonos de excusa para evitar enfrentarte a la "intimidad" con un hombre.

-Cállate- gritó entre risas mientras le lanzaba una almohada- Además- replicó retomando la seriedad- estamos aquí para hablar de otra cosa.

-¬¬ odio reconocerlo- dijo Piper- pero tiene razón. Tenemos que hablar de la fuente.

-¿Qué creéis que tramará?

-No lo sé Paige, pero puedo aseguraros que esta noche el castillo de Voldemort estaba muy poco protegido para lo que se supone que debe ser el cuartel general de un asesino, o de la Fuente.

-Lo más seguro es que ese no fuese su cuartel general- sugirió Prue- Es posible que simplemente fuera una especie de sucursal. Una avanzadilla para despistar al otro bando.

-Sí- añadió Phoebe- por experiencia sabemos que no es tan fácil llegar al corazón de su organización y salir casi como si nada.

-Podría orbitar hasta allí para investigar un poco.

-No Paige- negó Piper- Sería demasiado peligroso. Seguramente el groin ya haya informado a la Fuente de que vio a Portia. Ya saben que las embrujadas hemos tomado partido. Es mejor pensarse seriamente lo que vamos a hacer.

-Por lo de pronto- dijo Portia levantándose- mañana iremos al Ministerio para tratar de arreglar los asuntos de Draco y Harry. Paige nos acompañará.

-Y tu también Prue ¿no?

-¬///¬ Cállate Paige.

-Entonces nos vamos- añadió Piper uniéndose a su hermana menor- Será mejor que descanséis, mañana será un día muy duro. Aunque más para algunas ^^.

-O///O PIPER!!!

-Has sido tu la que se ha dado por aludida. Buenas noches ^^.

****************

Eran las 10 de la mañana y el Ministerio de Magia estaba abarrotado de magos y brujas que corrían de un lado a otro para hacer sus encargos. Aquella mañana había salido en el Profeta la carta de exculpación de Sirius en primera plana, pero empequeñecida por el gran titular "El que no debe ser nombrado regresa". Los efectos de aquella aplastante noticia ya se habían hecho patentes en el ánimo de los visitantes del Ministerio. Todos miraban alrededor con nerviosismo, observando con desconfianza a todo aquel con el que se cruzaban.

-Volvemos a empezar- murmuró Sirius al entrar en el Ministerio y ver el panorama. Había llegado acompañado de su ahijado, Draco, Portia, Paige y Phoebe. Harry tenía cita para las 10.30 y Draco para las 11.00.

-Pero esta vez tenemos una ventaja. No nos pillarán de sorpresa.

-^^ Pero que bien hablas Prue.

-¬¬ Paige...

Draco caminaba al lado de Portia sin atreverse a decir nada. No era que de repente se hubiese vuelto un miedica (había que dirigirse por la vida con orgullo) sino que como buen Slytherin no era tonto y sabía que su padre no era alguien fácil de burlar. Tenía muchos amigos dentro del Ministerio y fuera de él y por mucho que le gustase la idea de vivir con Portia, tenía que reconocer que no iba a ser algo fácil de conseguir.

Harry observaba de vez en cuando al rubio. Se sentía culpable por todo lo que había ocurrido el día anterior. Al principio se había negado a creer en el cambio de actitud del Slytherin pero después de lo ocurrido el día anterior y de haber visto aquella mañana a su padrino tratándolo con amabilidad, incluso riendo con él, empezaba a cambiar de forma de pensar. Al principio se había sentido un tanto celoso al ver que su padrino, que siempre había despotricado lo que quería y más sobre los Slytherin, y más aún sobre los Malfoy, tratase a Draco como si fuera... lo tratase bien. Pero después pensó que si hasta Sirius había llegado a apreciar a Malfoy, realmente había algo que había cambiado en él. Por eso se había propuesto tratar de llevarse mejor con Draco, aunque le estuviese provocando ardor de estómago. Sin embargo el rubio no parecía ser de la misma opinión, porque pese a sus intentos de entablar una conversación con él, este se había pegado a Portia y había evitado a toda costa mirarle. Conociéndolo, su conversación de anoche debía haber herido su orgullo Slytherin.

La asistente social que les habían asignado era Susan Tooms, una mujer de mediana edad regordeta, de pelo rojo recogido en un moño alto y mirada bonachona. Subieron en el ascensor hasta la 7ª planta (N/A: no me sé lo que hay en cada planta : P) Cuando llegaron a su oficina, la señora Tooms ya los estaba esperando. Los primeros eran Harry y Sirius, así que pasaron a su despacho después de dirigir una mirada nerviosa a los otros y de que Prue le apretase la mano al animago en muestra de apoyo, lo que provocó un intercambio de miradas cómplices entre las otras dos hermanas.

Pasaron 10 minutos, 15, ya iban por los 20. Draco se frotaba las manos con nerviosismo, pensando que cada vez faltaba menos para que le tocase a él. ¿Y si no eran capaces de demostrar que sus padres no eran buenos para él? ¿Y si lo obligaban a volver con Lucius y Narcisa? Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando una mano se posó sobre su hombro y al mirar vio que las tres hermanas lo miraban intentando tranquilizarlo. Portia sonreía como si lo que fuese a pasar en los próximos minutos no tuviese importancia, como si estuviesen sentados en un banco del parque y no ante el despacho de una asistente social. Al ver que ella estaba tranquila, el volcán de su estómago pareció apagarse, y sonrió resignadamente.

De pronto la puerta se abrió y salieron Harry y Sirius. Los que esperaban fuera los observaron impacientes. Al principio ambos estaban serios, pero de pronto Harry sonrió y levantó la mano en signo de victoria.

-¡¡Me quedo con Sirius ^^!!

El animago sonreía como no lo había hecho en años. Y aquella vez la sonrisa iluminó sus ojos, oscurecidos por los años pasados en compañía de los dementores.

-Enhorabuena- dijo Portia abrazando a su hermano, al tiempo que él le correspondía.

Draco, todavía sentado, agachó la cabeza para esconder una sonrisa de satisfacción. Tal vez él también lo consiguiese después de todo.

-Joven Malfoy- dijo una voz desde el interior del despacho- Es su turno.

-Tranquila- le susurró Sirius a su hermana- todo saldrá bien.

Portia tomó del brazo a Draco y lo guió hasta la habitación, siendo seguidos por Paige, que como asistente social, iba a intentar ayudarlos. Los tres entraron y la puerta se cerró tras ellos.

-Siéntense- ordenó la señora Tooms- Por lo que veo aquí- dijo revisando los papeles de pergamino que tenía ante ella- usted, Portia Black quiere reclamar la custodia de Draco Malfoy por encima de sus padres. ¿En base a...?

-Sus padres lo han maltratado durante años- respondió Portia.

-El separar a un niño de sus padres biológicos es difícil de conseguir ¿Tienen pruebas de eso?

-Mi testimonio- aseveró Draco con arrogancia, olvidando el consejo de Paige de dejarlas hablar a ellas.

-Verá joven- replicó la señora Tooms sonriendo como si fuese un tonto- me temo que su testimonio deberá apoyarse en pruebas.... consistentes.

-Tome- interrumpió Paige, tendiéndole unas radiografías y otras pruebas que habían realizado ella y Portia a Draco. En ellas quedaba demostrado las múltiples cicatrices y marcas de maltratos que tenía el rubio. Al analizarlas la cara bonachona de la señora Tooms se convirtió en una mueca de disgusto al comprobar lo que allí se decía.

-Esto...

En ese momento una puerta lateral del despacho se abrió y por ella entró Cornelius Fudge, con aire de suficiencia. Observó a los presentes con astucia y repugnancia al ver a Portia allí.

-Buenos días.

-Se... Señor Ministro.

***********

En las mazmorras de Hogwarts Severus Snape trabajaba en unas pociones innovadoras. Como Paige y Portia habían tenido que ir al Ministerio, Piper y Severus se habían quedado trabajando. La mecánica había sido la misma que con Portia, apenas habían hablado en toda la mañana y a ninguno de los dos había parecido importarle aquello.

-Se le da a usted muy bien esto- comentó Piper viendo trabajar al profesor de pociones.

-Gracias- replicó lacónicamente.

Siguieron trabajando en silencio durante un rato, cada uno atendiendo a cortar los ingredientes, pesarlos y contrastar en varios libros si podría haber una conexión entre distintas pociones.

-¿Está usted mejor hoy? Ayer parecía agotado.

-Sí.

-Vaya- murmuró la mujer entornando los ojos- Portia me había dicho que era usted callado, pero no creí que lo fuera tanto.

Severus se sorprendió al saber que Portia había hablado de él con alguien. Sintió en el estómago algo parecido a ¿calor? Pero inmediatamente desechó aquella idea. Seguramente había estado hablando con su querido hermano y riéndose a su costa. Pero no... Portia nunca haría eso. Apenas la conocía pero algo en su interior le gritaba que no tenía razón para sospechar de la amistad que le había ofrecido el día anterior en el escondite de Voldemort.

-Me dijo que pareció usted muy interesado en el libro de las sombras.

-Eh... si- respondió el profesor regresando de su mundo- Es curioso lo de los 5 elementos.

-Agua, fuego, viento, tierra y metal. A nosotros también nos sorprendió cuando lo descubrimos.

-¿De qué les sirve que su símbolo sea ese elemento?

-Créame, lo mismo nos preguntamos nosotras. Hemos buscado información por todos lados. Ahora el profesor Dumbledore nos ha ofrecido buscar en la biblioteca por si encontramos algo que nos sirva de ayuda. Portia está convencida de que conforme crezcamos como brujas los poderes de nuestro elemento se irán manifestando.

-Su hermana nunca se desanima ¿verdad?

-Sí, es una luchadora, siempre lo ha sido. Supongo que sus circunstancias son las que han provocado que sea así. Sin embargo, se parece en algo a Draco Malfoy.

-No lo creo- era imposible que la sonriente y calmada Portia tuviese que tener algo que ver con el retraído y arrogante Draco (N/A: que conste que Snape aprecia a Draco, solo que es un hecho que son características de su personalidad)

-Así como Draco esconde sus sentimientos bajo un muro de arrogancia, Portia siempre sonríe. No importa lo que pase, que la pateen, que estén a punto de matarla, siempre sonríe. Y pase lo que pase, siempre muestra esa expresión de tranquilidad aunque por dentro se esté muriendo.

-En eso se parece al director entonces.

-Quizás. Desde que conocí a mi hermana, nos han pasado muchas cosas. Nos han atacado demonios sin cesar, hemos luchado, hemos caído y nos hemos vuelto a levantar. Y solo la he visto llorar dos veces. Cuando encontró a Sirius y recuperó la memoria, y cuando mataron a Alan.

-¿Alan?- de repente Severus, que había ido ablandando el rostro conforme Piper le iba hablando, se puso tenso de repente.

-Su novio. Él descubrió que era una bruja (era muggle) y lo aceptó. Es más, dijo que al saberlo llegaba a comprender mejor la persona que ella era. Una noche la Fuente nos atacó. Tenía a Phoebe y a Paige atrapadas. Prue y yo estábamos ocupadas con demonios de su más cercano círculo. Lo que más le importa a Portia en este mundo es la familia, así que al ver a Phoebe y Paige así, fue a ayudarlas. La Fuente era demasiado poderosa para ella sola y le pateó el culo. La dejó por los suelos, pero ella siguió luchando. Finalmente Prue y yo pudimos ayudar y la Fuente, al ver que había perdido la partida, se marchó, pero antes de fluctuar al inframundo lanzó un ataque directo hacia Portia. Alan se puso delante, y lo mató.

-Murió por ella...

-Portia estuvo dos semanas sin pronunciar palabra. Solo lloraba y para eso ni siquiera era llanto, solo dejaba las lágrimas caer. Cuando empezó a superarlo, todas la acompañamos al cementerio, y frente a la tumba de Alan, juró que lo último que vería la Fuente antes de desaparecer para siempre, sería a ella.

Cuando Piper por fin dejó de hablar, Snape permaneció en silencio. Aquel hombre había llegado a amar tanto a Portia como para morir por ella. Era un simple muggle y sin embargo se había enfrentado a algo mucho más poderoso que él, solo para salvarla. Sin darse cuenta se vio a si mismo preguntándose si realmente él moriría por Portia.

-¿Por qué me cuenta todo esto?- preguntó finalmente.

-Porque veo algún parecido entre usted y Alan.

¿Él pareciéndose a un muggle? ¿Severus Snape? Aunque interiormente se alegró, porque Portia había amado a ese muggle, lo había querido de verdad.

****************

-Se... Señor Ministro- balbuceó la señora Tooms al ver a Cornelius Fudge en su despacho.

-¿Qué hace usted aquí?- preguntó Paige disimulando mal su desagrado. La noche anterior había tenido que aguantarse las ganas de hacer a aquel energúmeno orbitar a Tombuctú.

-He oído que los hermanos Black habían venido al Ministerio y quería pasarme a saludarlos- replicó con una expresión cínica en su cara- ¿Cómo va todo señora Tooms?

-Muy bien señor Ministro, precisamente las señoritas Black y Halliwell me estaban enseñando pruebas de que el joven Draco Malfoy ha sufrido malos tratos.

-Déjeme ver- dijo cogiendo los papeles ante las miradas de repugnancia que le dirigían Portia y Paige- Esto son pruebas muggles.

-Sí- admitió Portia- y válidas.

-Eso lo dirá usted- Portia empezaba a calentarse.

-¿Qué insinúa?

-Señorita Black, no voy a permitir una insubordinación de su parte como la de anoche. Soy el Ministro de Magia y merezco un respeto (N/A: y las vacas vuelan J) En cuanto a lo de estos papeluchos... ¿pretende usted que basándome solo en tontas pruebas muggles me crea que Lucius Malfoy es un mal padre?

-En eso y en que es un mortífago- gritó Paige- No pueden dejar a este chico a merced de Voldemort.

El rostro del Ministro se contrajo al oír ese nombre- No tienen pruebas de eso! Lucius Malfoy es un miembro muy respetado de nuestra comunidad, lleva colaborando con el Ministerio desde hace muchos años y no puede usted llegar aquí y manchar su nombre así como así.

La señora Tooms al oír hablar así al Ministro se había encogido en su silla y ahora lo miraba esperando a que su jefe le diera alguna indicación sobre lo que hacer.

-Escúcheme pedazo de...- dijo Portia conteniendo la rabia, al recordarse que por ese camino no iba a conseguir lo que se proponía- Señor Ministro. No puede usted tomar una decisión como esta dejándose influenciar por su aversión hacia mí. Examine estos papeles. Le aseguro que son correctos. Demuestran lo que le digo.

-No tengo nada que mirar. No pienso basarme en estúpidas pruebas muggles para arrancar a este chico de los brazos de sus padres, que dicho sea de paso, son de las familias más acomodadas de la comunidad mágica. Además, Lucius está muy preocupado por su hijo, hace semanas que no lo ve, desde que desapareció sin ningún motivo.

-¿Sin ningún motivo...?- gritó Draco que hasta el momento había permanecido callado.

-¡¡¡¡HIJO MÍO...!!!

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Albus Dumbledore estaba en su despacho, detrás de su mesa, mirando por la ventana con aire pensativo. Su fénix Fawkes entonaba una melodiosa canción que intentaba relajar al director. Los informes que le habían llegado eran preocupantes. La noche anterior habían matado a varios magos. La guerra había vuelto a empezar. Nuevas vidas iban a perderse y una generación más del colegio Hogwarts crecería bajo la opresión de una guerra en la que están inmersos aunque no quieran.

-Albus- la profesora McGonagall había llegado al despacho del director- ¿Está bien?

-Si Minerva, solo estaba pensando. Ahora que el Ministerio ha tomado partido, las cosas van a cambiar.

-Irán a mejor ¿no?

-Eso espero, pero me temo que el Ministerio ahora mismo debe estar dividido entre los espías de Tom y los que están en contra suya. Se va a convertir en un campo de batalla más. Me temo que pronto la desconfianza reinará en el Ministerio, y eso dará una ventaja a Voldemort.

-Puede ser, pero siempre quedarán magos y brujas que estén al servicio de la verdad, dispuestos a luchar pese a toda la patraña política. Y todos le seguirán a usted, porque usted es el mejor mago de todos los tiempos.

-^^ Vas a hacer que me ponga colorado, Minerva.

-Además, tenemos el apoyo de las Embrujadas, que nos ayudarán contra la Fuente.

-En eso tienes razón Minerva. Las fichas están puestas sobre el tablero, ahora solo falta esperar a que empiecen a moverse.

-Sí, Albus, y recemos para que todos salgamos vivos de esta, aunque vaya a ser difícil.

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-HIJO MÍO.

Lucius Malfoy había entrado en el despacho por la misma puerta que había usado Fudge momentos antes, fingiendo una bien lograda expresión preocupada. Se dirigió corriendo hacia su hijo, que lo observaba paralizado de la impresión y lo abrazó con fuerza.

-Mi hijo. No sabes lo preocupados que hemos estado todo este tiempo. Tu madre está al borde del colapso.

-Padre...- Malfoy estaba confundido. ¿Por qué su padre actuaba de forma tan extraña? ¿No habría convencido al Ministro?

-Usted...- masculló Portia mirando con odio a Lucius Malfoy (N/A: si las miradas mataran...) Pero él la ignoró completamente y sujetando por el hombro a su hijo se dirigió a la señora Tooms.

-Llevo más de un mes buscando a mi hijo. Desapareció y no sabíamos donde buscarlo. Es increíble que estuviese en el colegio y que el director no nos avisase. Pienso sacarlo de allí y llevarlo a Durmstrang ¿Puedo llevármelo?

Draco miró con terror a Portia suplicando auxilio en silencio, pero antes de que ella o Paige pudieran decir nada, Fudge habló por la propia asistente social.

-Claro que no hay problemas Lucius, me alegro de que al fin Narcisa vaya a encontrar la tranquilidad. Podéis marcharos.

Portia dio un paso adelante con intención de hacer algo- Señorita Black, le aconsejo que no haga nada, a no ser que quiera que la detenga por difamación y la envíe a Azkaban por un par de meses.

Paige, aún en contra de su voluntad, se vio obligada a retener a su hermana para evitar que se metiera en problemas. Draco miraba sus pies cuando su padre lo guió hacia la salida pero justo al pasar al lado de Portia levanto la cabeza y la miró con decisión, como intentando decirle que aquello no era culpa suya y que él estaría bien.

Así que con rabia contenida, las dos hermanas tuvieron que ver como Lucius Malfoy se llevaba a su hijo por la misma puerta lateral por la que había entrado.

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Cuando Phoebe fue a buscar a Piper a las mazmorras se encontró con que ella y Severus Snape ya habían terminado con sus experimentos y que por la cara de Piper habían salido muy bien. Estuvieron recogiendo un rato y cuando terminaron las dos hermanas se despidieron del profesor.

Severus estaba terminando de arreglar su mesa cuando vio algo que le llamó la atención.

-Esperen- pidió a las hermanas tomando algo de su mesa- Tome- dijo tendiéndole una pulsera a Phoebe- su hermana Portia se la dejó aquí el otro día.

-^^ Gracias, se la devolveré- respondió tomándola, pero cuando la pulsera de plata entró en contacto con ella un escalofrío contrajo su rostro y un ligero temblor la dominó. Cuando volvió a abrir los ojos miró a Piper con terror.

-¿Una premonición? ¿Qué has visto?

-A la Fuente.... matando a Portia.

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Jis, jis, jis... Soy mala, muy mala. Bueno en realidad no tanto pero es que no todo va a ser color de rosa en esta historia. El momento Piper- Severus un poco pastel ¿no? ¿Quién iba a decir que Snivellus tenía su corazoncito? A partir de ahora, más acción, más momentos... ^-^ ni que estuviera anunciando una peli. Solo tengo una duda, y es que como Moony no ha salido mucho en esta historia quería darle algo que hacer. Había pensado en buscarle pareja, pero no sé a quién ¿qué os parece mejor: Tonks o Paige? Ya he arreglado lo de los reviews anónimos así que recibiré cualquier sugerencia. A ver si puedo subir el próximo capítulo pronto. Ya sabéis, comentarios, tomatazos, amenazas de muerte... y felicitaciones claro, son bien recibidas.