HOLA!!!! Ya he vuelto con un nuevo capítulo de "el regreso de una Black". Creo que hace tiempo que no me acuerdo de lo del disclaimer. Por si acaso:

Los personajes de Harry Potter no son míos (son de J.K Rowling, aunque no esté de acuerdo con como trata a alguno de ellos ¬¬) ni tampoco los de embrujadas. Sólo Portia es mía (el tiempo que tardé para encontrar un nombre que empezara por P y no fuese ridículo me da derecho a enfadarme si alguien dice lo contrario). No escribo esto con ningún afán de lucro en especial, solo entretenerme un rato (y si de paso alguien más lo hace, genial).

Agradezco a todos los que leen este fic, especialmente a Zeisse, que me ha enviado review en todos los capítulos. ^^ Me hace mucha ilu. También a todos los que me han enviado un review y a los que aunque no lo hayan hecho leen mi historia (la primera!!!).

Bueno, nada más que decir. Os dejo con el capítulo 4.

Capítulo 4 – Aparece la fuente.

Harry, Prue y Sirius esperaban fuera del despacho de la señora Tooms impacientes. Estaban tardando demasiado y eso empezaba a preocuparles. Finalmente la puerta se abrió y por ella salieron Paige y Portia. Los otros tres permanecieron expectantes esperando ver salir a Draco Malfoy con su sonrisa arrogante del despacho, pero eso no sucedió.

-¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Draco?- preguntó Prue

-Ese estúpido de Fudge se ha dejado convencer por el señor Malfoy.

-¿Y las pruebas?

-Cómo son muggles es como si fueran un cero a la izquierda.

-¿Y Draco?- indagó Harry

-Su padre se lo ha llevado.

Sirius escuchó todo aquello atónito. Sabía que Fudge era corto de miras, pero nunca pensó que llegaría a tales extremos. Entonces observó preocupado a Portia, intentando que sus ojos azules transmitieran algo de calor a su hermana, pero ésta ni siquiera le miró a la cara, parecía observar un punto en el vacío del que no quería apartarse.

-Cariño ¿estás bien?- preguntó Prue dirigiéndose a la menor de las embrujadas.

Pero Portia no contestó, simplemente salió por la puerta en dirección al ascensor. El resto se dirigió miradas significativas y la siguieron, Paige y Harry a la cabeza y más retrasados Prue y Sirius.

-Ha vuelto a encerrarse en sí misma- murmuró Sirius.

-¿Cómo?- se sorprendió la mujer.

-Cuando mi padre traicionó a los Potter, Portia se sintió culpable por ello y al ver sufrir tanto a James una increíble furia la dominó. Pero no estaba agresiva, simplemente tenía una expresión extraña en la cara. Dejó de hablar durante días.

-Parecido a lo de Alan...

Durante el tiempo que tardaron en llegar hasta la planta de salida en el ascensor nadie dijo nada. Harry permanecía completamente en silencio intentando asimilar todo lo ocurrido. Cuando le habían dejado quedarse con Sirius se había sentido genial, como si nada pudiese estropear aquel momento, pero ahora, después de lo ocurrido con Draco, la cosa había cambiado. Realmente la vida daba muchas vueltas; un año antes habría montado una fiesta por todo lo alto si Draco se hubiera marchado para siempre; pero ahora no podía alegrarse, no viendo el ambiente tenso y triste que reinaba alrededor.

Se dirigieron al exterior del Ministerio y una vez allí, pese a que el sol brillaba como no solía hacerlo en Londres, el humor del grupo no pareció mejorar.

-No podemos aparecernos porque está Harry- dijo Sirius- será mejor que vayamos a un centro público para la red flu. Iremos hasta Hogsmeade y desde ahí andando hasta el colegio.

-¿Y si orbito?- sugirió Paige.

-^^ Claro, se me había olvidado. Qué tontería.

-De todos modos- añadió Prue- no podemos ponernos a orbitar en mitad de la calle.

-Allí hay un callejón- dijo Harry- si lo hacemos desde ahí no creo que nos vea nadie.

Los cinco echaron a andar hacia el callejón. Se trataba de un espacio realmente oculto de las miradas indiscretas, pero al mismo tiempo era bastante amplio. Había en él una serie de puertas que parecían llevar a las tiendas situadas en la calle de delante, por lo que seguramente se necesitaba aquella amplitud para los camiones de descarga. Por si acaso echaron un último vistazo a la calle principal por si había moros en la costa, y justo cuando se habían agarrado de las manos para regresar a Hogwarts...

-Vaya, vaya... me parece que he visto a unas lindas brujitas.

************

-...He visto a la Fuente... matando a Portia.

Las palabras de Phoebe se clavaron como puñales en los corazones de Piper y Snape. La fuente, una de las dos fuerzas del mal más poderosas iba a ir en busca de una de ellas, y tenían poco tiempo para evitarlo.

-¿Dónde? ¿Cómo?- preguntó Severus.

-No sé, era un callejón... pero bastante grande.

-¿No había nadie con ella?- dijo Piper.

-Ví a Prue... gritaba intentando llegar hasta ella y Sirius estaba en el suelo, inconsciente. Había un montón de demonios y mortífagos alrededor.

-¿Y Paige, Draco y Harry?

-No los vi por ningún lado... y Portia, miraba desafiante a la Fuente, como incitándole a hacerlo... ha sido horrible.

-Será, más bien hermanita, y si queremos que no lo sea de verdad, será mejor que movamos el culo.

-¿Pero cómo los encontraremos?- preguntó Severus.

-Es lo bueno de tener un luz blanca, es como un radar humano. ¿Alguien sabe dónde está?

-Esta mañana me dijo que estaría hablando con Dumbledore en su despacho- dijo Piper.

 Y los tres salieron corriendo en busca de Leo Wyatt, la única oportunidad que tenían de encontrar al grupo que había ido al Ministerio y evitar que la profecía de Phoebe se hiciera realidad.

**************

De pronto se vieron rodeados. 5 demonios y 6 mortífagos llegaron al callejón y antes de que pudieran reaccionar uno de ellos lanzó una onda de energía a Paige, que al no verla venir le dio de lleno tirándola hacia atrás y dejándola inconsciente en el acto.

-¡Paige!- gritó Harry, agachándose junto a la joven, a la que había llegado a apreciar mucho gracias a su carácter alegre.

Rápidamente los otros tres adultos se colocaron rodeando a Harry y Paige en acción de defensa, para evitar que pudieran atacarlos. Ahora que Paige estaba fuera de combate, la única manera de salir de allí era peleando.

Los atacantes parecieron divertirse con su reacción.

-Déjame ver...- dijo uno de ellos- dos brujas y un mago contra todos nosotros. Será interesante.

-Veremos si dices lo mismo cuando te haga estallar en mil pedazos- masculló Prue.

Las dos hermanas se pusieron en posición de ataque y Sirius sacó la varita. Harry iba a hacer lo mismo, pero un gesto de Sirius le dio a entender que no se le permitiría tomar partido en aquella pelea.

Todo permaneció en suspense durante unos instantes, hasta que uno de los mortífagos levantó la varita.

-CRUCIO

-PROTEGIO- Sirius desvió el ataque con un ágil movimiento de su varita.

Con rapidez Portia armó una de sus bolas de energía y la lanzó contra uno de los demonios, que se evaporó en el aire, al mismo tiempo que Prue dejaba inconsciente a un mortífago al lanzarlo contra una pared. Pronto se vieron separados por la necesidad. Prue batallaba sin descanso contra 2 de los demonios que intentaban reducirla, mientras Sirius se las veía contra 3 mortífagos y Portia luchaba contra los otros demonios. Pese a los deseos de su padrino, Harry se vio obligado a intervenir cuando dos mortífagos se dirigieron hacia donde estaban él y Paige.

-EXPELIARMUS. PETRÍFICUS TOTALUS- viendo la escena de reojo, Sirius se sintió orgulloso de su ahijado al ver lo bien que se defendía. Pero no permitiría que saliera herido de aquella batalla.

De repente, uno de los demonios que hasta el momento había estado luchando contra Portia se acercó amenazante hacia Harry y Paige. El joven Gryffindor miró alrededor en busca de auxilio, pero los demás estaban demasiado ocupados para ayudarle. El moreno vio como el demonio formaba en sus manos el mismo ataque que había utilizado contra la embrujada y cuando lo lanzó intentó esquivarlo con un protegio, pero el ataque era demasiado fuerte para él y le hirió en un hombro.

-Así que este es el poder del famoso niño que vivió. No entiendo como a ese mago le ha costado tanto vencerte. En fin, despídete.

Con fiereza lanzó otro de sus ataques pero este no llegó a impactar contra Harry o Paige, ya que Portia se puso delante mientras las cenizas del demonio que acababa de eliminar todavía no habían tocado el suelo, e interponiendo su escudo color azul eléctrico entre ellos y el demonio evitó que su ataque tuviese efecto. Portia iba a lanzarse contra el demonio, pero al ver los rápidos movimientos de su oponente se dio cuenta de que si luchaba contra él directamente en cualquier descuido atacaría a su hermana y a Harry, así que lo único que podía hacer era rechazar sus ataques con el escudo. Pero tarde o temprano este cedería, aparte de que era una cosa estúpida estar ahí con el escudo levantado como si de un fuerte se tratase.

Pero poco a poco parecía que Paige iba recuperando el conocimiento. Al otro lado del callejón Prue luchaba contra el último de los demonios a los que se enfrentaba al principio, el más poderoso y contra dos de los mortífagos que se habían recuperado y ahora volvían a la batalla, mientras Sirius peleaba contra dos mortífagos que aún persistían. Parecía que las cosas iban a terminar bien después de todo, pero de pronto 8 demonios más y 10 mortífagos aparecieron en el callejón. La situación se volvía desesperada.

Finalmente Paige recuperó el conocimiento del todo y se levantó confusa, al ver a su lado a Harry, herido y delante a su hermana Portia, cuyo escudo todavía soportaba los ataques del demonio, pero que no aguantaría mucho más, ya que el escudo consumía 3 veces más energía que las bolas explosivas.

-Paige- grito Prue al ver que su hermana estaba recuperada- Coge a Harry y Orbita.

-¿Y vosotros?

-Nos las arreglaremos!!

-Yo no quiero dejar a Sirius!!- replicó Harry.

-OBEDECE- bramó su padrino entre hechizo y hechizo.

Portia simplemente giró la cabeza, todavía sosteniendo el escudo y miró a su hermana con decisión. Paige entendió lo que le quería decir y aun en contra de su voluntad, agarró a Harry y orbitó lejos de allí, no sin antes añadir.

-Volveré con ayuda.

Al ver marcharse a aquellos dos, la menor de las Embrujadas miró hacia delante y observó al demonio que aún intentaba alcanzarla con sus ataques. Con una mueca de arrogancia (N/A: made in Draco) bajó el escudo con asombrosa rapidez y antes de que su oponente pudiera reaccionar lo hizo estallar en mil pedazos con una bola de energía. Se quedó unos instantes observando con rencor el montón de cenizas que el demonio había dejado, pero pronto 5 más le rodearon. Uno de ellos la atacó con una espada de hierro, pero las embrujadas, instadas por Phoebe, habían aprendido hacía tiempo ciertas disciplinas de artes marciales, y la menor de estas esquivó con facilidad la hoja afilada que buscaba matarla. La lucha iba a ser dura.

Ante las dificultades, Prue, Portia y Sirius optaron por replegarse, pero sus atacantes los guiaron a hacerlo en el fondo del callejón, allí donde no tenían escapatoria.

-¿Y ahora que hacemos? Son demasiados- masculló el animago.

-Ni idea. Portia, ¿se te ocurre alguna idea?- preguntó Prue. Su hermana, como venía siendo costumbre desde que habían salido del Ministerio, no dijo nada. Pero sí le dio una respuesta cuando miró a la mayor de las embrujadas y esta pudo ver en sus ojos verdes normalmente amables, fuego, al mismo tiempo que una bola de energía se formaba en su mano derecha.

-Ya veo...- dijo ella- Luchar. (N/A: algo trágico ¿no?)

Pero antes de que ninguno de los tres pudiera llevar a cabo la "estrategia" "propuesta" por la más joven (N/A: uy cuanta ironía), sus atacantes parecieron detenerse. No les cedieron el paso, pero al menos bajaron sus varitas y armas. Un hueco pareció abrirse en el medio de ellos y dio paso a una figura imponente, cubierta con una capa color vino, con una capucha que impedía verle el rostro.

-Nos vemos de nuevo... brujas- La fuente había llegado.

**********

Y hasta aquí llegó este capítulo ^^. Así os quedáis con el suspense hasta el próximo capítulo. Alguno estará poniendo cara de... "serás... piiiiiii (ejem, ejem)" Entre ellos mi amiga Rbk, ¬¬ que me prometió dejar un review hace dos semanas. El problema es que precisamente mi amiga Rbk SI que sabe donde vivo, y puede venir a reclamarme (O_O En serio, cuando se cabrea es peligrosa) Así que seré buena y seguiré un poquito.

***********

Sirius, Portia y Prue estaban rodeados. Se enfrentaban a casi una veintena de demonios y mortífagos y por si fuera poco la Fuente era uno de ellos. Prue apretó los labios de una forma muy similar a como solía hacerlo McGonagall intentando encontrar una salida a la situación, pero no parecía haberla.

-Vaya, vaya- dijo la fuente con voz profunda- Así que las brujas se han quedado sin recursos. No me lo puedo creer.

A Prue le hubiera gustado patearle su culo de demonio, pero estaría muerta antes siquiera de poder intentarlo.

-Y este- mascullo hablando hacia Sirius- debe ser el famoso hermano mayor de una de las brujas. Un mago común y corriente. Contigo no tendré ni para empezar.

El animago observó desafiante al demonio.

-Pero no seré yo quien se moleste en acabar con vosotros- continuó- simplemente he venido a ver como os destruyen. MATADLES- ordenó a sus secuaces. Rápidamente varios demonios y mortífagos lanzaron sus ataques más mortíferos al mismo tiempo contra ellos. Pero una vez más ninguno llegó a alcanzarles cuando el escudo color azul eléctrico liberado por Portia se interpuso entre ellos. Aprovechando la protección que la menor les proporcionaba, Sirius y Prue lanzaron ataques contra demonios y mortífagos dejando fuera de combate a varios. Sin embargo, la fuente ni se inmutó. Todavía ocultando su rostro bajo la capucha parecía observarlo todo con calma. Finalmente dio un paso adelante y se puso ante ellos, justo antes de tocar el escudo de Portia.

-Olvidaba que siempre tienes que estar tú en medio con tu "escudito". Así solo prolongarás lo inevitable- masculló. Portia observó al demonio con odio y más que nunca sus ojos verde esmeralda estallaron en llamas (N/A: metafóricamente, no vayais a pensar que es una especie de dragón)

-No dirás lo mismo cuando te ganemos y escapes a esconderte debajo de una piedra como siempre has hecho- dijo Prue- Nunca derribarás el escudo, ni siquiera el poder de la fuente puede conseguirlo.

-Eso pude comprobar anoche, cuando escapaste del castillo con el traidor.

Los tres se quedaron perplejos ante la respuesta de la fuente. No entendían nada, pero al parecer el demonio sabía lo que decía. Lentamente se llevó las manos a la capucha que le tapaba el rostro y la retiró lentamente.

-Tú lo has dicho, ni el poder de la fuente- dijo al tiempo que dejaba su rostro al descubierto- Pero qué me dices del poder del mayor demonio del mundo unido al del poder del mago tenebroso más poderoso de toda la historia.

La capucha al ser retirada había dejado al descubierto el rostro de lord Voldemort, cuyos ojos se tornaban negros y estallaban en llamas (N/A: aquí sí literalmente).

-¿Qué... cómo...?- balbuceó Sirius

-¿Voldemort ha tomado el poder de la fuente?

-No exactamente, bruja. Después de tantos años deberías saber que el poder de la fuente solo puede ser dominado por demonios. Digamos que ahora estamos más unidos que nunca. Lo que me recuerda lo que has dicho hace unos instantes- dijo girándose hacia Portia. Una bola de fuego comenzó a formarse en sus manos. Pero era extraña. Al principio era como cualquier otra de la fuente, pero poco a poco su núcleo se fue tornando negro y las llamas ardientes eran de color verde. En sus ojos brillaron llamas una vez más antes de lanzar aquel ataque contra el escudo de Portia. Cuando la bola hizo impacto al principio pareció evaporarse como todos los demás ataques que chocaban contra la barrera, pero de pronto el escudo azul eléctrico pareció temblar y retorcerse  y finalmente estalló en mil pedazos, lanzando a la embrujada contra el muro de piedra que había tras de ellos, con tan mala suerte que chocó con un saliente de la pared, que le hizo una grave herida en el abdomen.

-¡Portia!- gritó Sirius echando a correr hacia su hermana, pero antes de que pudiera alcanzarla un mortífago alzó su varita contra él.

-RICTUS MORTIS- sin el escudo el hechizo dio de lleno a Sirius, que se vio lanzado por los aires para caer inconsciente unos metros por detrás del grupo de atacantes, y separado de las dos brujas.

Portia estaba al pie del muro, sujetándose el abdomen con una mano y mirando con odio renovado a la Fuente-Voldemort mientras intentaba en vano levantarse. Ahora solo Prue quedaba en pie y se preparó para demostrar que todavía no estaba vencida.  3 mortífagos y un demonio fueron lanzados por los aires con un solo movimiento de sus manos. No era conveniente enfadar a la mayor de las Embrujadas.

La Fuente-Voldemort rió al ver aquello- Encargaros de ella- ordenó a 3 demonios, -la hermana es mía. Tenemos que aclarar cuentas pendientes. Se acercó con paso decidido a Portia, que había conseguido ponerse en pie apoyándose contra el muro y ahora armaba una de sus bolas de energía. Antes de que pudiera lanzarla, (N/A: ahora para hablar de la fuente-Voldemort diré solo Voldemort, es que si no se hace muy rollo) Voldemort llegó junto a ella. De un puñetazo volvió a derribarla y dado su estado de debilidad la bola de energía se evaporó en el aire. Voldemort se agachó y cogiéndola por el cuello la levantó en el aire.

-Suplica piedad, únete a mí y te perdonaré la vida- dijo

-Prefiero morir... que vivir sirviendo a una alimaña como tú- masculló por fin la joven, rompiendo su silencio, no sin cierta dificultad.

-Las Embrujadas siempre habéis sido unas arrogantes sin sentido común. Lleváis años luchando sin descanso para terminar con el inframundo cuando todos sabemos que su existencia es algo que nadie podrá evitar, así como el ascenso de Lord Voldemort al poder.

Portia no añadió nada, siguió callada pero sin apartar la vista del demonio, que cada vez apretaba más fuerte y estaba ahogándola poco a poco. Cerró los ojos disponiéndose a morir.

-No te despidas, brujita- murmuró Voldemort lanzándola contra el suelo- No creas que esto va a ser tan fácil. Veamos como sientan en las Embrujadas las maldiciones asesinas. CRUCIO.

Portia empezó a retorcerse en el suelo, sintiendo como miles de puñales afilados se clavaban en su cuerpo, revolviéndole las entrañas. El dolor era tan fuerte que se metía en su subconsciente y le impedía pensar en otra cosa que no fuera aquella terrible tortura que le estaba desgarrando no solo el cuerpo, sino también el alma. Intentó no gritar. Apretó los dientes hasta que casi se los rompió mientras lágrimas de dolor y rabia resbalaban por sus ojos, pero el dolor fue más fuerte que ella y finalmente liberó un grito que llenó el aire. Voldemort, que no había necesitado su varita para realizar el hechizo, bajó la mano, y el dolor cesó.

-Así me gusta. ¿Seguro que no quieres reconsiderar mi oferta?

La menor de las Embrujadas no articuló ninguna palabra. Permaneció en el suelo, jadeando por el esfuerzo y sangrando por sus heridas, que se habían hecho más numerosas después del crucio.

-Bueno, si te empeñas en morir- dijo al mismo tiempo que en su mano se formaba la misma bola de energía de llamas verdes de antes. Portia supo que sin el escudo ese ataque la mataría en el acto.

Sirius seguía inconsciente en el suelo y pese a que Prue había resistido bastante bien contra los demonios y algunos mortífagos, cada vez que derribaba uno otro salía de la nada para enfrentarse a ella. A lo lejos vio como Voldemort preparaba su ataque e intentó acercarse para ayudar a su hermana, pero sus contrincantes se lo impidieron.

-Ya me contarás si todas las brujas van al cielo (N/A: qué machote XP)

Pero antes de que Voldemort pudiese consumar su ataque, 8 voces se pudieron oír claras y al unísono- EXPELIARMUS.

Pese a todo su poder Voldemort fue lanzado por los aires y calló a tres metros de donde estaba. Las figuras de Dumbledore, McGonagall, Tonks, Moody, Remus, Molly y Arthur Weasley, y Kingsley se vislumbraron a la entrada del callejón, al mismo tiempo que Piper, Phoebe y Paige orbitaban al lado de Prue y la ayudaban contra sus contrincantes.

Una lucha mayor de la que se había desarrollado antes tuvo lugar. No siempre se veía a una selección de magos tan poderosos luchar al mismo tiempo, en equipo. Hechizos y ataques demoníacos volaron en ambas direcciones. Pero ya fuera por el poder, ya fuera por la rabia, el bando de la Orden y las embrujadas pronto se impuso a sus oponentes.

-Dumbledore, viejo chocho- masculló la fuente.

-Tom, te aconsejo que te vayas.

-No tengo que temerte ahora, Dumbledore. Soy más poderoso que tú, mucho más- gritó con risa demente mientras sus ojos estallaban de nuevo en llamas- No podrás evitar que me alce. Ahora el señor tenebroso y el del inframundo están unidos y reinarán sobre todo ser viviente.

Pero antes de que el director o las embrujadas pudieran enfrentarse a él, fluctuó lejos de allí, todavía riendo de forma incontrolada.

-¿La Fuente y Voldemort se han unido?- musitó Phoebe.

-Leo- ordenó Piper a su marido, antes de que hubiesen podido evaluar los daños- Vete a hablar con los de arriba, rápido.

-Sí.

El ángel desapareció en una brillante luz.

-¡Espera!

-¿Qué pasa Prue?- preguntó Phoebe.

-Lo necesitamos para curar a Portia y a Sirius- fue en ese momento cuando los recién llegados repararon en el mal aspecto que tenían los dos hermanos, uno inconsciente, la otra respirando con dificultad.

-LEO- gritó Piper con horror al ver a su hermana en tal estado. Pero Leo no regresó, ya estaba demasiado lejos.

En aquellos instantes Severus estaba llegando junto a Portia, que estaba sentada en el suelo, apoyándose en sus manos para no derrumbarse definitivamente, con la mirada fija en el suelo. El ex-mortífago se agachó a su lado, y suavemente puso su mano en la barbilla de ella, obligándola a levantar la cabeza.

-Severus.

-¿Cómo estás?- dijo preocupado.

-Bien, atended a Sirius, está inconsciente.

-Tu hermano estará bien.

-Si no fueras Severus Snape aseguraría que eso ha sonado amable- dijo ella con una sonrisa amarga.

-Puede- replicó él sin poder reprimir una sonrisa. Ella lucía realmente agotada, al borde del desmayo y de sus heridas seguía brotando sangre sin cesar. Preocupado, el profesor de pociones pasó un brazo por la cintura de Portia y tirando de ella la aproximó a su cuerpo, para servirle de apoyo. Pasó su mano por el rostro de ella, apartándole las trenzas, que caían desordenadamente sobre su cara.

-No he podido con él- masculló en un susurro Portia.

-No te preocupes.

-Tengo que poder, tengo una promesa que cumplir.

-Lo harás, y yo te ayudaré.

Portia cada vez sentía sus ojos más pesados, la voz de Severus ya solo era un eco en su cabeza.

-Severus...

-Qué.

Pero la joven ya no dijo nada más, al mirarla el profesor de pociones vio angustiado que había cerrado los ojos definitivamente, y que su respiración era apenas un susurro perceptible.

**************

Ahora sí que lo dejo. En realidad pretendía llegar un poco más lejos en este capítulo, pero las escenas de la lucha se me han alargado un poco. Este capítulo me ha quedado un poco trágico de más ¿no? Pero prometo que en el próximo capítulo habrá más humor y Portia y Severus se acercarán un poco más (estoy deseando juntar a esa pareja, me encantan los fics que derriban el muro de Sevy ^^) y Sirius y Prue... bueno. Para los que estéis preocupados por Draco, creo que en el próximo capítulo sabremos algo de él. Ya sabéis, dudas, críticas, tomatazos, felicitaciones son bien recibidas; a las nuevas escritoras nos gusta recibir consejos así que ya sabéis REVIEWS!!. Chaíto ^^.