CAPÍTULO 27 – Zemarkandge
La noche era tranquila, un silencio sepulcral llenaba por completo el campo circundante a la casa, únicamente interrumpido por el murmullo del río cercano. Sonic y Shadow salieron por la puerta pero Shadow se quedo parado muy cerca de ella para poder hablar con Sonic. Sonic se dio la vuelta... "¿Pasa algo Shadow?" Shadow tenía la expresión muy seria y poco a poco se fue acercando a Sonic. "Si, ¿Cuándo vas a decirme que es lo que vas a hacer?" Sonic se quedó callado... "No puedo decírtelo, debes confiar en mí y llegar antes a la clínica, ese es el favor que te iba a pedir, pero no me ha dado tiempo..." Shadow estaba muy confundido. "¿Me estás diciendo que quieres que vaya yo a la supuesta clínica antes que tu? ¿Y que vas a hacer tu mientras tanto?" Shadow se quedó con los brazos cruzados, evidentemente, quería una respuesta, no ninguna excusa. "Voy... a hacer lo que tengo que hacer." Shadow se quedó sorprendido. "¿Ah, si? Y dime, ¿Qué se supone que es lo que tienes que hacer?" Sonic miró fijamente a los ojos de Shadow, y se dio la vuelta y comenzó a caminar camino abajo...
"Zemarkandge"
La palabra que dijo Sonic revoloteo en los oídos de Shadow, y se quedó helado, no esperaba que la respuesta iba a ser esa... Tras decir la palabra Sonic se giró de nuevo en la penumbra y miró hacia Shadow... "Ayúdame, por favor" Shadow se apoyó contra la pared de la casa mientras pensaba... Tras un instante de silencio, Shadow se incorporó de la pared y miró hacia Sonic. "Date prisa" Sonic sintió alivio en el alma... Shadow le había comprendido... "Gracias" Sin decir nada más salió a la velocidad del rayo en busca de su esperanza... "Zemarkandge... amigo mío, estás loco..." Shadow se quedó un rato más pensando en entrar de nuevo a la casa y contárselo a Amy, pero pensó que no era buena idea, no quería preocupar a Amy más de lo que ya estaba.
La noche seguía adelante, y con ella, su oscuridad ensombrecía el que iba a ser el resultado definitivo del juzgador tiempo...
Tails entreabrió los ojos, notaba su cuerpo muy dolorido. Por culpa del golpe que le había propinado Galatea y de la enfermedad, estaba completamente destrozado, por su cabeza rondaban millones de cosas, verdaderamente era fuerte, pero su alma no podía más, quería acabar con todo...
Intento incorporarse, pero su agotamiento se lo impedía, le dolía absolutamente todo, sin incorporarse miró a su alrededor y vio que estaba en un lugar frío y austero, no había signos de vida, algo que le inquietaba muchísimo. La cabeza le dolía mucho y lo único que recordaba era la visión de aquella loba en su cuarto propinándole un golpe brutal que le dejo inconsciente.
Después de muchos intentos, logro quedarse sentado en el frío suelo de la estancia, cuando de la oscuridad, se escuchó una voz decidida y femenina....
"Oh cachorrito... ¡por fin te has levantado!" De la oscuridad surgió la figura de Galatea, la cual había cambiado su traje y ahora vestía un mono de cuero con los brazos desnudos y su larga melena suelta y desafiante. Llevaba unas botas de cuero negro resplandecientes y en sus brazos se podían ver todo tipo de tatuajes paganos y prohibidos, además de que en su brazo derecho, seguía luciendo el brazalete cristalino. "¿Has dormido bien?" Galatea se agachó al lado de Tails... Tails la miró impasible y sin evitarlo, su rostro aniñado se vio bañado por frías lágrimas... "P...por... ¿por... que...has hecho... esto?" Tails apenas podía pronunciar ya bien las palabras. Galatea se incorporó rápidamente y se acercó a un panel que había en la pared a sus espaldas. Al accionarlo, la estancia se lleno de una luz pálida, casi tenue, que dejo ver que el lugar estaba en bastante mal estado, todo estaba lleno de escombros y polvo, era un lugar abandonado... "¿Qué por que he hecho todo esto?" Galatea comenzó a sonreír suavemente... "Te refieres a... ¿Matar a Mina?" Hubo un silencio sepulcral en la estancia... "¿Infectarte de Frozen Dust? ¿Matar a tus padres?" Tails intentó decir algo pero comenzó a notar un alivio, notaba como su alma se iba deshaciendo y se estaba preparando para recibir el final. Notaba mucho frío en su cuerpo... demasiado frío... Galatea se quedó mirando al agonizante zorro. "Vaya... no creía que sucedería tan pronto, tranquilo chico... todavía no vas a dejar este mundo..." Tails estaba ya en un estado en el que no entendía casi nada, pero Galatea se acercó al panel de control, y pulsando unos botones, se abrió una pequeña compuerta del suelo, de la cual salió un brazalete idéntico al suyo... "Empieza la fiesta Tails..." Galatea comenzó a reír histéricamente, mientras Tails seguía, poco a poco, muriendo...
Sonic estaba decidido, era la única manera de enfrentarse a su pasado... Necesitaba a Zemarkandge, nunca la había necesitado pero ahora sí... La noche cubría por completo el valle rocoso, un lugar inhóspito por el que no iba nadie nunca, o casi nunca... Sonic se movía raudo a través de la oscuridad y pasando a través de muchas rocas, llegó a la entrada de la caverna, la caverna que su padre le había mostrado algunos años atrás... Sonic cerró los ojos y comenzó a recordar algo que tenía muy olvidado...
Años atrás, cuando Sonic tenía 6 años...
"... querido Sonic, esta que ves aquí es la caverna donde se encuentra el altar de Ghyuro, el gran guerrero que salvo el mundo... bueno ya sabes quién es, ¿verdad? "Si papá, fue un erizo muy valiente" "Muy bien, pues el poder que usó para poder salvarlo se encuentra en esta caverna..." "¿En serio? ¡Que caña!" "Si querido, pero, era un poder tan poderoso, que acabó con su vida. Dicen que el poder del arma le devoró los recuerdos, y le llevaron al borde de la desesperación, y que fue el mismo el que acabo con su vida..." "Vaya..." "Si, es un poder muy peligroso, y por eso tengo que decirte algo muy importante querido Sonic. Nuestra familia es la encargada de proteger este lugar del mundo exterior, y yo, como tu padre, te tengo que pedir que llegado un momento en tu vida tendrás que tener muy en cuenta este lugar, lo tendrás que proteger con tu vida porque el poder es tan fuerte, que, igual que se puede usar para el bien, se puede usar para el mal..." "Jo, que rollo, ¡yo quiero esa arma!" "Sonic... ¡cuando aprenderás!... ¡Nunca debes usar este arma! ¡Solo úsala cuando creas que no puede haber otra solución posible...! "Lo haré papá, pero venga, vamonos ya........."
Sonic volvió a la realidad... solo había recordado parte de la conversación, pero tuvo suficiente... "¿Contra una tía que usa el hielo a discreción y tiene tanta fuerza? Si papá, necesito esa arma... "
Sonic iba a arriesgar todo por Tails, necesitaba salvarlo, aunque fuera con su vida...
Y así, se acercó al altar y al hacerlo, el altar reaccionó ante los pensamientos de Sonic y como de la nada, apareció enfrente suya la Espada Zemarkandge... Su filo relucía y emitía un brillo extraño que le asustaba pero a la vez le atraía... Sabía que era peligroso, pero debía coger la espada...
Se acercó lentamente hacia ella, y sin pensarlo, la cogió, y, acto seguido, notó como desprendía una energía muy potente que notó en todo el cuerpo...
"He tenido que descubrir el secreto padre, perdóname..."
Se colocó la espada en la espalda, en su funda y se dirigió raudo hacia la salida... Se detuvo un momento, y se quedó pensando...
"Mi alma... tiene que ser más fuerte"
Y decidido, salió corriendo hacia la clínica
La noche era tranquila, un silencio sepulcral llenaba por completo el campo circundante a la casa, únicamente interrumpido por el murmullo del río cercano. Sonic y Shadow salieron por la puerta pero Shadow se quedo parado muy cerca de ella para poder hablar con Sonic. Sonic se dio la vuelta... "¿Pasa algo Shadow?" Shadow tenía la expresión muy seria y poco a poco se fue acercando a Sonic. "Si, ¿Cuándo vas a decirme que es lo que vas a hacer?" Sonic se quedó callado... "No puedo decírtelo, debes confiar en mí y llegar antes a la clínica, ese es el favor que te iba a pedir, pero no me ha dado tiempo..." Shadow estaba muy confundido. "¿Me estás diciendo que quieres que vaya yo a la supuesta clínica antes que tu? ¿Y que vas a hacer tu mientras tanto?" Shadow se quedó con los brazos cruzados, evidentemente, quería una respuesta, no ninguna excusa. "Voy... a hacer lo que tengo que hacer." Shadow se quedó sorprendido. "¿Ah, si? Y dime, ¿Qué se supone que es lo que tienes que hacer?" Sonic miró fijamente a los ojos de Shadow, y se dio la vuelta y comenzó a caminar camino abajo...
"Zemarkandge"
La palabra que dijo Sonic revoloteo en los oídos de Shadow, y se quedó helado, no esperaba que la respuesta iba a ser esa... Tras decir la palabra Sonic se giró de nuevo en la penumbra y miró hacia Shadow... "Ayúdame, por favor" Shadow se apoyó contra la pared de la casa mientras pensaba... Tras un instante de silencio, Shadow se incorporó de la pared y miró hacia Sonic. "Date prisa" Sonic sintió alivio en el alma... Shadow le había comprendido... "Gracias" Sin decir nada más salió a la velocidad del rayo en busca de su esperanza... "Zemarkandge... amigo mío, estás loco..." Shadow se quedó un rato más pensando en entrar de nuevo a la casa y contárselo a Amy, pero pensó que no era buena idea, no quería preocupar a Amy más de lo que ya estaba.
La noche seguía adelante, y con ella, su oscuridad ensombrecía el que iba a ser el resultado definitivo del juzgador tiempo...
Tails entreabrió los ojos, notaba su cuerpo muy dolorido. Por culpa del golpe que le había propinado Galatea y de la enfermedad, estaba completamente destrozado, por su cabeza rondaban millones de cosas, verdaderamente era fuerte, pero su alma no podía más, quería acabar con todo...
Intento incorporarse, pero su agotamiento se lo impedía, le dolía absolutamente todo, sin incorporarse miró a su alrededor y vio que estaba en un lugar frío y austero, no había signos de vida, algo que le inquietaba muchísimo. La cabeza le dolía mucho y lo único que recordaba era la visión de aquella loba en su cuarto propinándole un golpe brutal que le dejo inconsciente.
Después de muchos intentos, logro quedarse sentado en el frío suelo de la estancia, cuando de la oscuridad, se escuchó una voz decidida y femenina....
"Oh cachorrito... ¡por fin te has levantado!" De la oscuridad surgió la figura de Galatea, la cual había cambiado su traje y ahora vestía un mono de cuero con los brazos desnudos y su larga melena suelta y desafiante. Llevaba unas botas de cuero negro resplandecientes y en sus brazos se podían ver todo tipo de tatuajes paganos y prohibidos, además de que en su brazo derecho, seguía luciendo el brazalete cristalino. "¿Has dormido bien?" Galatea se agachó al lado de Tails... Tails la miró impasible y sin evitarlo, su rostro aniñado se vio bañado por frías lágrimas... "P...por... ¿por... que...has hecho... esto?" Tails apenas podía pronunciar ya bien las palabras. Galatea se incorporó rápidamente y se acercó a un panel que había en la pared a sus espaldas. Al accionarlo, la estancia se lleno de una luz pálida, casi tenue, que dejo ver que el lugar estaba en bastante mal estado, todo estaba lleno de escombros y polvo, era un lugar abandonado... "¿Qué por que he hecho todo esto?" Galatea comenzó a sonreír suavemente... "Te refieres a... ¿Matar a Mina?" Hubo un silencio sepulcral en la estancia... "¿Infectarte de Frozen Dust? ¿Matar a tus padres?" Tails intentó decir algo pero comenzó a notar un alivio, notaba como su alma se iba deshaciendo y se estaba preparando para recibir el final. Notaba mucho frío en su cuerpo... demasiado frío... Galatea se quedó mirando al agonizante zorro. "Vaya... no creía que sucedería tan pronto, tranquilo chico... todavía no vas a dejar este mundo..." Tails estaba ya en un estado en el que no entendía casi nada, pero Galatea se acercó al panel de control, y pulsando unos botones, se abrió una pequeña compuerta del suelo, de la cual salió un brazalete idéntico al suyo... "Empieza la fiesta Tails..." Galatea comenzó a reír histéricamente, mientras Tails seguía, poco a poco, muriendo...
Sonic estaba decidido, era la única manera de enfrentarse a su pasado... Necesitaba a Zemarkandge, nunca la había necesitado pero ahora sí... La noche cubría por completo el valle rocoso, un lugar inhóspito por el que no iba nadie nunca, o casi nunca... Sonic se movía raudo a través de la oscuridad y pasando a través de muchas rocas, llegó a la entrada de la caverna, la caverna que su padre le había mostrado algunos años atrás... Sonic cerró los ojos y comenzó a recordar algo que tenía muy olvidado...
Años atrás, cuando Sonic tenía 6 años...
"... querido Sonic, esta que ves aquí es la caverna donde se encuentra el altar de Ghyuro, el gran guerrero que salvo el mundo... bueno ya sabes quién es, ¿verdad? "Si papá, fue un erizo muy valiente" "Muy bien, pues el poder que usó para poder salvarlo se encuentra en esta caverna..." "¿En serio? ¡Que caña!" "Si querido, pero, era un poder tan poderoso, que acabó con su vida. Dicen que el poder del arma le devoró los recuerdos, y le llevaron al borde de la desesperación, y que fue el mismo el que acabo con su vida..." "Vaya..." "Si, es un poder muy peligroso, y por eso tengo que decirte algo muy importante querido Sonic. Nuestra familia es la encargada de proteger este lugar del mundo exterior, y yo, como tu padre, te tengo que pedir que llegado un momento en tu vida tendrás que tener muy en cuenta este lugar, lo tendrás que proteger con tu vida porque el poder es tan fuerte, que, igual que se puede usar para el bien, se puede usar para el mal..." "Jo, que rollo, ¡yo quiero esa arma!" "Sonic... ¡cuando aprenderás!... ¡Nunca debes usar este arma! ¡Solo úsala cuando creas que no puede haber otra solución posible...! "Lo haré papá, pero venga, vamonos ya........."
Sonic volvió a la realidad... solo había recordado parte de la conversación, pero tuvo suficiente... "¿Contra una tía que usa el hielo a discreción y tiene tanta fuerza? Si papá, necesito esa arma... "
Sonic iba a arriesgar todo por Tails, necesitaba salvarlo, aunque fuera con su vida...
Y así, se acercó al altar y al hacerlo, el altar reaccionó ante los pensamientos de Sonic y como de la nada, apareció enfrente suya la Espada Zemarkandge... Su filo relucía y emitía un brillo extraño que le asustaba pero a la vez le atraía... Sabía que era peligroso, pero debía coger la espada...
Se acercó lentamente hacia ella, y sin pensarlo, la cogió, y, acto seguido, notó como desprendía una energía muy potente que notó en todo el cuerpo...
"He tenido que descubrir el secreto padre, perdóname..."
Se colocó la espada en la espalda, en su funda y se dirigió raudo hacia la salida... Se detuvo un momento, y se quedó pensando...
"Mi alma... tiene que ser más fuerte"
Y decidido, salió corriendo hacia la clínica
