CAPÍTULO 2: EL NUEVO CABALLERO DE PISCIS
Al día siguiente, Aída y sus hermanos se levantaron muy temprano y se dirigieron al Santuario. La chica se había vestido como una amazona, con una máscara de plata. A ninguno de los tres les agradaba ello, pero solo así Aída podría entrar al Santuario.
-Odio estas máscaras...- murmuró ella de mal humor- esta me fastidia...-
-Lo sé, pero si no la usas, no te dejarán pasar- dijo Aioros.
Cuando llegaron al templo de Atena, Aioros pidió a Saori hablar con ella a solas.
-¿Y para qué querían hablar conmigo?- preguntó Saori, aún de mal humor por lo sucedido el día anterior con Afrodita.
-Queríamos proponer a un candidato para la armadura de Piscis- dijo Aioria.
-Ya sé que Marín la solicitó, Aioria- dijo Saori- y parece que tendré que dársela a ella, pues no hay más candidatos...-
-Sí hay más- dijo Aioros- ella...-
-¿Y ella quien es?- preguntó Saori.
-Se llama Aída- dijo Aioria- ella es...-
-...nuestra hermana- dijo Aioros.
-¿Su hermana?- preguntó Saori- no sabía que tuvieran una hermana...-
Aída se quitó la máscara, y Saori quedó sorprendida. Claro que había un parecido asombroso de la chica con sus dos hermanos. Pero la diosa aún no estaba convencida. ¿Tendría esa chica el mismo cosmo que sus hermanos?
-Y bien, ¿estás dispuesta a competir por la armadura de Piscis?- preguntó Saori. Aída asintió- bien- continuó Saori- ella competirá con Marín, y veremos cuál de las dos la merece más...-
-¿Cuándo?- preguntó Aioria.
-Mañana- dijo Saori- mañana a medio día...-
-De acuerdo...-
***************
-En todo esto- dijo Aída- solo hay un pequeño problema-
-¿Cuál?- preguntó Aioros.
-Aparte del ataque que me enseñaron- dijo ella- no se hacer nada más...-
-Tengo una idea- dijo Aioros.
-¿Cuál?- dijeron Aioria y Aída al mismo tiempo.
-Ya lo verán- dijo él- síganme...-
****************
-¿Has visto a Aioros?- dijo Milo.
-No- dijo Shura- ¿porqué?-
-Necesitaba su ayuda- dijo Milo- hay una golondrina atrapada dentro de mi casa, y por más que le disparo la aguja escarlata no le doy... y pensaba que tal vez con su flecha...-
-Sádico- murmuró Shura.
****************
Afrodita estaba en estado de shock. Y no era el único. También Aioria y Aída, al escuchar el plan de Aioros.
-¿¿¿Que quieres que yo que???-
-Vamos, Afrodita, no es tan difícil...- dijo Aioros- mi hermana ya sabe elevar su cosmo... solo necesita aprender tu ataque...-
-Pero... se requieren meses para eso...- protestó Afrodita- y tu quieres que ya lo domine para mañana...-
-Para esta noche- dijo Aioros- sé que es difícil, pero sé que ambos son capaces, tú de enseñarle y ella de aprender...-
-Bueno, supongo que podría...- dijo Afrodita indeciso- lo intentaré, pero no prometo nada...-
Aioros asintió. Aioria, sin embargo, le lanzó una mirada de advertencia a Afrodita antes de salir y dejar a su hermana. Sabía que el entrenamiento sería duro, pero si Aída salía lastimada, Afrodita necesitaría una cirugía plástica.
****************
Esa noche, Aioros y Aioria volvieron a la casa de Afrodita. Aída estaba ilesa, pero Afrodita no. Tenía varias quemaduras en sus brazos.
-¡Afrodita!- dijo Aioros- ¿qué sucedió?-
-¡Ustedes ya la enseñaron a pelear!- gritó Afrodita enfadado-¿para qué demonios querían que la enseñara si ya sabe!-
-Bueno- dijo Aioria, sonriendo- ¿pero puede llevar a cabo tus mismos ataques?-
-Claro- dijo Afrodita- no fue fácil pero lo hice...-
-Bien, te lo agradezco mucho- dijo Aioros.
-Sí, Afrodita, gracias- dijo Aída.
-No fue nada- dijo Afrodita- suerte mañana...-
****************
Al día siguiente, en el Templo de Atena, Aída llegó ante Saori junto con sus hermanos.
-Bueno, comencemos ahora mismo- respondió Saori- Aioria, trae a Marín, por favor...-
-De inmediato- dijo Aioria, saliendo.
Mientras esperaban, Aioros miró a su hermana. Aunque la chica llevaba puesta la máscara, el caballero adivinó que su rostro reflejaría su miedo y preocupación, porque las manos le temblaban ligeramente.
-Tranquila, Aída- susurró Aioros- Marín es buena, pero su cosmo no es tan poderoso como el tuyo. Recuerda: puedes elevarlo tanto como Aioria y yo, porque somos hermanos y está en nuestra sangre. Haz tu mejor esfuerzo, y si no lo logras, no hay ningún problema, ¿de acuerdo?-
-Claro- dijo ella, suspirando para liberar un poco su nerviosismo. Unos minutos después, Aioria llegó junto con Marín. La amazona miró a la otra chica que tenía frente a ella, de su misma edad y estatura.
-¿Otra chica?- preguntó Marín, sorprendida.
-Marín- dijo Saori- ella también ha venido a competir por la armadura de Piscis. Ambas combatirán aquí y ahora, y la que gane la obtendrá...- señaló la caja dorada junto a ella. Las dos chicas asintieron- bien, que gane la mejor...-
Marín encendió su cosmo. Utilizó sus meteoros, muy parecidos a los de Seiya. Aída saltó y los esquivó con facilidad. La amazona de plata no desistió, y convirtió sus meteoros en un cometa. Este fue muy difícil de esquivar para la otra chica, quien recibió el impacto y fue lanzada contra la pared por el ataque.
-No te rindas, Aída- dijo Aioros, hablando directo al cosmo de su hermana.
-Vamos, hermana, tú puedes- dijo Aioria.
Algo adolorida, Aída se levantó y encendió su cosmo. Marín aprovechó su concentración para volver a lanzarle un cometa. Aída interrumpió su concentración y esquivó el cometa, lanzándose hacia adelante para tirar a Marín de una patada. La amazona no desistió, y volvió a lanzar meteoros. Aída los iba esquivando, pero éstos aumentaban la velocidad. Uno de los meteoros le dio a Aída en el rostro y le tiró la máscara al suelo.
-¿Te rindes?- preguntó Marín.
-Ni hablar- dijo Aída, encendiendo su cosmo de nuevo.
Marín volvió a atacar, pero Aída siguió concentrada elevando cada vez más su cosmo. Al elevarlo, la chica aumentó su velocidad y esquivó con mucha facilidad los ataques de Marín. Elevó su cosmo aún más y atacó con un relámpago atómico, muy parecido al de Aioros. El ataque le dio de lleno a Marín, quien gritó al ser despedida contra la pared. La máscara de la amazona también salió despedida. Aída detuvo el ataque para no lastimarla.
-¿Porqué hiciste eso?- preguntó Marín, mirando a Aída sorprendida- ¿porqué detuviste el ataque?-
-No quiero hacerte daño- dijo Aída- es solo una competencia y tú no eres un enemigo...-
Marín sonrió.
-Me rindo-
-¿Qué dices?- dijo Aída, sorprendida.
-Lo que oíste- dijo Marín- me rindo. Tú mereces la armadura mucho más que yo...-
-¿Hablas en serio?- preguntó Aída. Marín asintió.
Aída sonrió, y vio como la caja dorada se abría y la armadura dorada de Piscis cubrió su cuerpo. La chica se miró. Le quedaba a la perfección. No podía creer que lo hubiera logrado, que se hubiera convertido en caballero dorado, como sus hermanos.
-¡Lo lograste, hermanita, lo lograste!- gritó Aioros, abrazando a su hermana- pero... ¿porqué no usaste los ataques que te enseñó Afrodita?-
-No me parecía justo eso de paralizar a tu oponente- dijo Aída, haciendo aparecer una rosa en su mano- aunque hacer rosas es divertido...-
-Vaya- dijo Marín, mirando a Aioria- veo que tú y Aioros han entrenado muy bien a esta chica...-
-Hasta el cansancio- dijo Aioria, sonriendo- oye, Marín, de verdad lamento lo de...-
-Olvídalo, Aioria- dijo Marín, sonriendo también- fue un placer perder contra tu hermana...-
-Bueno- dijo Saori, aclarándose la garganta para que le pusieran atención- Aída, ahora eres el nuevo caballero de Piscis... Solo unos cuantos puntos...-
-De acuerdo- dijo Aída.
-Primero, ve con Mu para que arregle la armadura porque está ligeramente dañada... Afrodita nunca fue a arreglarla...- dijo Saori. Aída asintió y Saori continuó- segundo, tienes que reportarte en tu casa todos los días, excepto uno que te toque descanso...-
-De acuerdo- repitió Aída.
-Y por último- dijo Saori, con una mirada de disgusto en su rostro- por tu propio bien, mantente alejada de la casa de Escorpión...-
Aída no entendió esto último, pero sus hermanos y Marín se rieron con ganas. Aída los miró, intrigada y algo molesta por no entender.
-Ya te explicaremos nosotros- dijo Aioros- ahora, vamos con Mu para que te arregle eso...-
*************
Ese día, Mu estaba más preocupado. A Kiki no se le bajaba la fiebre desde el día anterior y ahora tenía toda la piel cubierta de manchas rojas. De pronto...
-¡Mu! ¿estás ahí?- Mu escuchó la voz de Aioros.
-Sí, pasa- dijo Mu- Aioros, necesito ayuda...-
-¿Porqué?- dijo Aioros- ¿qué sucedió?-
-Es Kiki- dijo Mu- mira como está... tiene fiebre desde la madrugada de ayer y ahora está todo lleno de manchas...-
-Déjame ver- una voz femenina se escuchó. Mu vio a una chica usando la armadura de Piscis, excepto por el casco que lo tenía en sus brazos. La chica dejó el casco sobre la cama y tomó entre sus manos uno de los brazos de Kiki y examinó las manchas.
-¿Qué tiene, Aída?- preguntó Aioros.
-Parece que es varicela- dijo ella- por las marcas... ¿desde cuándo...?- se volteó a preguntar a Mu desde cuando había comenzado la fiebre, pero se quedó congelada al ver los ojos de Mu. Nunca había visto ojos así. Mu, por su parte, se ruborizó ligeramente al sentir sobre él la mirada de la chica.
-¿Desde cuándo... que?- preguntó Mu, bajando la mirada para evitar la de la joven.
-Perdón- dijo ella, dándose cuenta de lo que estaba haciendo y ruborizándose. Rápidamente, dirigió la mirada al suelo- ¿desde cuándo tiene fiebre?-
-Desde anoche- dijo Mu.
-No hay nada que se pueda hacer- dijo Aída- más que esperar a que solo se le quite solo, porque la enfermedad dura una o dos semanas... no dejes que se rasque y puedes darle algo para bajar la fiebre...-
-Gracias...- dijo Mu, aún ruborizado.
-¿No los he presentado?- murmuró Aioros, algo apenado- Mu, ella es mi hermana Aída, y ahora es caballero de Piscis...-
-Mucho gusto- dijo Mu.
-Y Aída, él es Mu, el caballero de Aries, y es quien repara las armaduras...- agregó Aioros.
-M...mucho gusto- dijo Aída, volviendo los ojos sobre el rostro de Mu y ruborizándose de nuevo. Por primera vez, a la joven le hubiera gustado llevar su máscara, así podría contemplar el rostro del chico sin preocuparse de que éste se diera cuenta. Pero esta vez no era el caso, así que rápidamente volvió la vista al suelo.
-Bueno- dijo Aioros- venimos para pedirte que repares la armadura, porque Afrodita no la dejó en muy buenas condiciones...-
-Encantado- dijo Mu- pero ya sabes el precio que debes pagar por eso...- miró a la chica preocupado. No sabía si era buena idea obtener de ella toda la sangre que necesitaba para reparar la armadura.
-No te preocupes por ello, Mu- dijo Aioros- Aioria y yo te daremos la sangre que necesites...-
-Eso está mejor- dijo Mu, y se volvió a Aída- dame la armadura y te la arreglaré... en una hora la tendré lista...-
-Claro- dijo Aída, y se quitó la armadura. Mu se ruborizó de nuevo. La chica iba vestida como una amazona, y el traje resaltaba sus formas femeninas- ¿en una hora? Bueno, supongo que nos veremos más tarde...-
-Sí- dijo Mu, aún sintiendo sus mejillas calientes. La chica salió junto con Marín, y Aioros y Aioria entraron y le ofrecieron a Mu su sangre para restaurar la armadura de su hermana.
***************
-Wow, ¿así que éste es el Santuario?- murmuró Aída, sorprendida- es enorme...-
-Sí- dijo Marín- pero ven, tienes que conocer primero el recinto de las amazonas... sé que no vivirás ahí, pero puedes venir a visitarnos cuando quieras...-
-Claro- dijo Aída, feliz de que vería más chicas, porque estaba realmente muy nerviosa de ser la única entre los caballeros dorados.
-No te espantes- dijo Marín, adivinando la preocupación de su compañera- todos los chicos son geniales y te tratarán con mucho respeto...excepto...-
-¿Excepto...?-
-Bueno- suspiró Marín- ¿recuerdas que Saori te dijo que no te acerques a la casa de Escorpión, por tu propio bien?-
-Sí...-
-Milo es el caballero de Escorpión... es...- dijo Marín, y suspiró- bueno, velo por ti misma- y señaló a un caballero que iba pasando. Aída lo miró, pero Marín la urgió a que se pusiera la máscara, así que lo hizo. El caballero de cabellos y ojos azules iba hablando con cuanta chica se ponía en su camino, y solo recibía bofetadas a cambio.
-Vaya- dijo Aída algo sorprendida- de veras que me debo cuidar de él...-
Pero la presencia de una chica nueva captó la atención de Milo, quien se dirigió hacia donde estaban Marín y Aída.
-Hola preciosa- dijo el caballero- ¿eres nueva, eh?-
Aída estaba muy sorprendida por la extraña actitud del caballero, y no sabía que decir o hacer. Pero afortunadamente, Marín se hizo cargo de la situación y respondió por ella.
-Sí, Milo- dijo la amazona- y si sabes lo que te conviene, te mantendrás alejado de ella, si no quieres que un par de caballeros dorados te den una paliza...-
-Ah...- murmuró el caballero- ¿y eso porqué?-
-No te importa- dijo Marín- así que más te vale que la dejes en paz...-
-Pero ella no ha dicho nada- dijo Milo, ignorando a Marín y dirigiéndose a Aída- ¿no me dirás al menos tu nombre, preciosa?-
-No- dijo Aída.
-Entonces, ¿me visitarás en mi casa esta noche?-
Aída sintió un enorme coraje y, sin pensarlo, le dio una enorme bofetada a Milo, mucho más fuerte que las de todas sus antecesoras juntas.
-Vaya, de todas las lindas chicas que me han golpeado, tu bofetada ha sido la más fuerte...- dijo Milo.
-Entonces, lárgate antes de que lo haga de nuevo- dijo Aída.
Milo sonrió y se fue.
-No me agrada...- murmuró Aída.
-No es mala persona- dijo Marín- solo que es algo...mujeriego-
-¿Y eso no es ser mala persona?- preguntó Aída.
-No- dijo Marín- ya verás que si alguna vez lo llegas a necesitar, él estará ahí para ayudarte...-
****************
Mu trabajaba en la reparación de la armadura de Piscis, mientras escuchaba a Kiki rascándose ruidosamente la cabeza.
-Kiki- murmuró Mu- te he dicho un millón de veces que dejes de rascarte...-
-Pero me da mucha comezón, señor Mu- protestó Kiki.
-Será peor- dijo Mu- por cierto, ¿ya tomaste tu medicina?-
-No- dijo Kiki- no quiero...-
-Kiki...- dijo Mu en tono de reproche, pero Kiki no respondió. Mu continuó reparando la armadura con dedicación, pensando en la dueña. Había algo en aquella chica que le intrigaba... sus ojos eran como una amalgama en la que se combinaban la fiereza de los ojos de Aioria y la bondad en los de Aioros. ¿Qué tan poderosa sería, que ganó la armadura dorada compitiendo con Marín?
-¡Mu!- la voz de un caballero dorado.
-¿Qué sucede, Milo?- preguntó Mu con serenidad.
-¿Qué haces?-
-Reparo la armadura de Piscis- contestó Mu. No tenía muchas ganas de conversar- ¿y tú que hacías? No me digas que fuiste a molestar a las chicas de nuevo...-
-Bueno, entonces no te lo diré...- dijo Milo.
-Milo, cuantas veces te he dicho que...-
-Ahórrate el sermón, Mu- dijo Milo- le acabo de echar el ojo a una chica nueva que estaba con Marín hace un rato... lo malo es que ni Marín ni ella quisieron decirme quien era... además, me dio una bofetada que...- y se frotó la mejilla- no la olvidaré...-
-Hizo bien- dijo Mu- sabes que no debes molestarlas...-
-Bah, tú eres muy aburrido- dijo Milo, dándole la espalda- mejor me voy...- y subió hacia su casa. Mu lo miró alejarse.
-Espero, por su bien, que no se acerque a esa chica, porque antes de que la toque, Aioros y Aioria lo harán picadillo...-
***************
CONTINUARÁ...
Bueno, chicos, otro capítulo... Espero que les esté gustando... Manden reviews para saber su opinión...
Abby L.
Al día siguiente, Aída y sus hermanos se levantaron muy temprano y se dirigieron al Santuario. La chica se había vestido como una amazona, con una máscara de plata. A ninguno de los tres les agradaba ello, pero solo así Aída podría entrar al Santuario.
-Odio estas máscaras...- murmuró ella de mal humor- esta me fastidia...-
-Lo sé, pero si no la usas, no te dejarán pasar- dijo Aioros.
Cuando llegaron al templo de Atena, Aioros pidió a Saori hablar con ella a solas.
-¿Y para qué querían hablar conmigo?- preguntó Saori, aún de mal humor por lo sucedido el día anterior con Afrodita.
-Queríamos proponer a un candidato para la armadura de Piscis- dijo Aioria.
-Ya sé que Marín la solicitó, Aioria- dijo Saori- y parece que tendré que dársela a ella, pues no hay más candidatos...-
-Sí hay más- dijo Aioros- ella...-
-¿Y ella quien es?- preguntó Saori.
-Se llama Aída- dijo Aioria- ella es...-
-...nuestra hermana- dijo Aioros.
-¿Su hermana?- preguntó Saori- no sabía que tuvieran una hermana...-
Aída se quitó la máscara, y Saori quedó sorprendida. Claro que había un parecido asombroso de la chica con sus dos hermanos. Pero la diosa aún no estaba convencida. ¿Tendría esa chica el mismo cosmo que sus hermanos?
-Y bien, ¿estás dispuesta a competir por la armadura de Piscis?- preguntó Saori. Aída asintió- bien- continuó Saori- ella competirá con Marín, y veremos cuál de las dos la merece más...-
-¿Cuándo?- preguntó Aioria.
-Mañana- dijo Saori- mañana a medio día...-
-De acuerdo...-
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-En todo esto- dijo Aída- solo hay un pequeño problema-
-¿Cuál?- preguntó Aioros.
-Aparte del ataque que me enseñaron- dijo ella- no se hacer nada más...-
-Tengo una idea- dijo Aioros.
-¿Cuál?- dijeron Aioria y Aída al mismo tiempo.
-Ya lo verán- dijo él- síganme...-
****************
-¿Has visto a Aioros?- dijo Milo.
-No- dijo Shura- ¿porqué?-
-Necesitaba su ayuda- dijo Milo- hay una golondrina atrapada dentro de mi casa, y por más que le disparo la aguja escarlata no le doy... y pensaba que tal vez con su flecha...-
-Sádico- murmuró Shura.
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Afrodita estaba en estado de shock. Y no era el único. También Aioria y Aída, al escuchar el plan de Aioros.
-¿¿¿Que quieres que yo que???-
-Vamos, Afrodita, no es tan difícil...- dijo Aioros- mi hermana ya sabe elevar su cosmo... solo necesita aprender tu ataque...-
-Pero... se requieren meses para eso...- protestó Afrodita- y tu quieres que ya lo domine para mañana...-
-Para esta noche- dijo Aioros- sé que es difícil, pero sé que ambos son capaces, tú de enseñarle y ella de aprender...-
-Bueno, supongo que podría...- dijo Afrodita indeciso- lo intentaré, pero no prometo nada...-
Aioros asintió. Aioria, sin embargo, le lanzó una mirada de advertencia a Afrodita antes de salir y dejar a su hermana. Sabía que el entrenamiento sería duro, pero si Aída salía lastimada, Afrodita necesitaría una cirugía plástica.
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Esa noche, Aioros y Aioria volvieron a la casa de Afrodita. Aída estaba ilesa, pero Afrodita no. Tenía varias quemaduras en sus brazos.
-¡Afrodita!- dijo Aioros- ¿qué sucedió?-
-¡Ustedes ya la enseñaron a pelear!- gritó Afrodita enfadado-¿para qué demonios querían que la enseñara si ya sabe!-
-Bueno- dijo Aioria, sonriendo- ¿pero puede llevar a cabo tus mismos ataques?-
-Claro- dijo Afrodita- no fue fácil pero lo hice...-
-Bien, te lo agradezco mucho- dijo Aioros.
-Sí, Afrodita, gracias- dijo Aída.
-No fue nada- dijo Afrodita- suerte mañana...-
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Al día siguiente, en el Templo de Atena, Aída llegó ante Saori junto con sus hermanos.
-Bueno, comencemos ahora mismo- respondió Saori- Aioria, trae a Marín, por favor...-
-De inmediato- dijo Aioria, saliendo.
Mientras esperaban, Aioros miró a su hermana. Aunque la chica llevaba puesta la máscara, el caballero adivinó que su rostro reflejaría su miedo y preocupación, porque las manos le temblaban ligeramente.
-Tranquila, Aída- susurró Aioros- Marín es buena, pero su cosmo no es tan poderoso como el tuyo. Recuerda: puedes elevarlo tanto como Aioria y yo, porque somos hermanos y está en nuestra sangre. Haz tu mejor esfuerzo, y si no lo logras, no hay ningún problema, ¿de acuerdo?-
-Claro- dijo ella, suspirando para liberar un poco su nerviosismo. Unos minutos después, Aioria llegó junto con Marín. La amazona miró a la otra chica que tenía frente a ella, de su misma edad y estatura.
-¿Otra chica?- preguntó Marín, sorprendida.
-Marín- dijo Saori- ella también ha venido a competir por la armadura de Piscis. Ambas combatirán aquí y ahora, y la que gane la obtendrá...- señaló la caja dorada junto a ella. Las dos chicas asintieron- bien, que gane la mejor...-
Marín encendió su cosmo. Utilizó sus meteoros, muy parecidos a los de Seiya. Aída saltó y los esquivó con facilidad. La amazona de plata no desistió, y convirtió sus meteoros en un cometa. Este fue muy difícil de esquivar para la otra chica, quien recibió el impacto y fue lanzada contra la pared por el ataque.
-No te rindas, Aída- dijo Aioros, hablando directo al cosmo de su hermana.
-Vamos, hermana, tú puedes- dijo Aioria.
Algo adolorida, Aída se levantó y encendió su cosmo. Marín aprovechó su concentración para volver a lanzarle un cometa. Aída interrumpió su concentración y esquivó el cometa, lanzándose hacia adelante para tirar a Marín de una patada. La amazona no desistió, y volvió a lanzar meteoros. Aída los iba esquivando, pero éstos aumentaban la velocidad. Uno de los meteoros le dio a Aída en el rostro y le tiró la máscara al suelo.
-¿Te rindes?- preguntó Marín.
-Ni hablar- dijo Aída, encendiendo su cosmo de nuevo.
Marín volvió a atacar, pero Aída siguió concentrada elevando cada vez más su cosmo. Al elevarlo, la chica aumentó su velocidad y esquivó con mucha facilidad los ataques de Marín. Elevó su cosmo aún más y atacó con un relámpago atómico, muy parecido al de Aioros. El ataque le dio de lleno a Marín, quien gritó al ser despedida contra la pared. La máscara de la amazona también salió despedida. Aída detuvo el ataque para no lastimarla.
-¿Porqué hiciste eso?- preguntó Marín, mirando a Aída sorprendida- ¿porqué detuviste el ataque?-
-No quiero hacerte daño- dijo Aída- es solo una competencia y tú no eres un enemigo...-
Marín sonrió.
-Me rindo-
-¿Qué dices?- dijo Aída, sorprendida.
-Lo que oíste- dijo Marín- me rindo. Tú mereces la armadura mucho más que yo...-
-¿Hablas en serio?- preguntó Aída. Marín asintió.
Aída sonrió, y vio como la caja dorada se abría y la armadura dorada de Piscis cubrió su cuerpo. La chica se miró. Le quedaba a la perfección. No podía creer que lo hubiera logrado, que se hubiera convertido en caballero dorado, como sus hermanos.
-¡Lo lograste, hermanita, lo lograste!- gritó Aioros, abrazando a su hermana- pero... ¿porqué no usaste los ataques que te enseñó Afrodita?-
-No me parecía justo eso de paralizar a tu oponente- dijo Aída, haciendo aparecer una rosa en su mano- aunque hacer rosas es divertido...-
-Vaya- dijo Marín, mirando a Aioria- veo que tú y Aioros han entrenado muy bien a esta chica...-
-Hasta el cansancio- dijo Aioria, sonriendo- oye, Marín, de verdad lamento lo de...-
-Olvídalo, Aioria- dijo Marín, sonriendo también- fue un placer perder contra tu hermana...-
-Bueno- dijo Saori, aclarándose la garganta para que le pusieran atención- Aída, ahora eres el nuevo caballero de Piscis... Solo unos cuantos puntos...-
-De acuerdo- dijo Aída.
-Primero, ve con Mu para que arregle la armadura porque está ligeramente dañada... Afrodita nunca fue a arreglarla...- dijo Saori. Aída asintió y Saori continuó- segundo, tienes que reportarte en tu casa todos los días, excepto uno que te toque descanso...-
-De acuerdo- repitió Aída.
-Y por último- dijo Saori, con una mirada de disgusto en su rostro- por tu propio bien, mantente alejada de la casa de Escorpión...-
Aída no entendió esto último, pero sus hermanos y Marín se rieron con ganas. Aída los miró, intrigada y algo molesta por no entender.
-Ya te explicaremos nosotros- dijo Aioros- ahora, vamos con Mu para que te arregle eso...-
*************
Ese día, Mu estaba más preocupado. A Kiki no se le bajaba la fiebre desde el día anterior y ahora tenía toda la piel cubierta de manchas rojas. De pronto...
-¡Mu! ¿estás ahí?- Mu escuchó la voz de Aioros.
-Sí, pasa- dijo Mu- Aioros, necesito ayuda...-
-¿Porqué?- dijo Aioros- ¿qué sucedió?-
-Es Kiki- dijo Mu- mira como está... tiene fiebre desde la madrugada de ayer y ahora está todo lleno de manchas...-
-Déjame ver- una voz femenina se escuchó. Mu vio a una chica usando la armadura de Piscis, excepto por el casco que lo tenía en sus brazos. La chica dejó el casco sobre la cama y tomó entre sus manos uno de los brazos de Kiki y examinó las manchas.
-¿Qué tiene, Aída?- preguntó Aioros.
-Parece que es varicela- dijo ella- por las marcas... ¿desde cuándo...?- se volteó a preguntar a Mu desde cuando había comenzado la fiebre, pero se quedó congelada al ver los ojos de Mu. Nunca había visto ojos así. Mu, por su parte, se ruborizó ligeramente al sentir sobre él la mirada de la chica.
-¿Desde cuándo... que?- preguntó Mu, bajando la mirada para evitar la de la joven.
-Perdón- dijo ella, dándose cuenta de lo que estaba haciendo y ruborizándose. Rápidamente, dirigió la mirada al suelo- ¿desde cuándo tiene fiebre?-
-Desde anoche- dijo Mu.
-No hay nada que se pueda hacer- dijo Aída- más que esperar a que solo se le quite solo, porque la enfermedad dura una o dos semanas... no dejes que se rasque y puedes darle algo para bajar la fiebre...-
-Gracias...- dijo Mu, aún ruborizado.
-¿No los he presentado?- murmuró Aioros, algo apenado- Mu, ella es mi hermana Aída, y ahora es caballero de Piscis...-
-Mucho gusto- dijo Mu.
-Y Aída, él es Mu, el caballero de Aries, y es quien repara las armaduras...- agregó Aioros.
-M...mucho gusto- dijo Aída, volviendo los ojos sobre el rostro de Mu y ruborizándose de nuevo. Por primera vez, a la joven le hubiera gustado llevar su máscara, así podría contemplar el rostro del chico sin preocuparse de que éste se diera cuenta. Pero esta vez no era el caso, así que rápidamente volvió la vista al suelo.
-Bueno- dijo Aioros- venimos para pedirte que repares la armadura, porque Afrodita no la dejó en muy buenas condiciones...-
-Encantado- dijo Mu- pero ya sabes el precio que debes pagar por eso...- miró a la chica preocupado. No sabía si era buena idea obtener de ella toda la sangre que necesitaba para reparar la armadura.
-No te preocupes por ello, Mu- dijo Aioros- Aioria y yo te daremos la sangre que necesites...-
-Eso está mejor- dijo Mu, y se volvió a Aída- dame la armadura y te la arreglaré... en una hora la tendré lista...-
-Claro- dijo Aída, y se quitó la armadura. Mu se ruborizó de nuevo. La chica iba vestida como una amazona, y el traje resaltaba sus formas femeninas- ¿en una hora? Bueno, supongo que nos veremos más tarde...-
-Sí- dijo Mu, aún sintiendo sus mejillas calientes. La chica salió junto con Marín, y Aioros y Aioria entraron y le ofrecieron a Mu su sangre para restaurar la armadura de su hermana.
***************
-Wow, ¿así que éste es el Santuario?- murmuró Aída, sorprendida- es enorme...-
-Sí- dijo Marín- pero ven, tienes que conocer primero el recinto de las amazonas... sé que no vivirás ahí, pero puedes venir a visitarnos cuando quieras...-
-Claro- dijo Aída, feliz de que vería más chicas, porque estaba realmente muy nerviosa de ser la única entre los caballeros dorados.
-No te espantes- dijo Marín, adivinando la preocupación de su compañera- todos los chicos son geniales y te tratarán con mucho respeto...excepto...-
-¿Excepto...?-
-Bueno- suspiró Marín- ¿recuerdas que Saori te dijo que no te acerques a la casa de Escorpión, por tu propio bien?-
-Sí...-
-Milo es el caballero de Escorpión... es...- dijo Marín, y suspiró- bueno, velo por ti misma- y señaló a un caballero que iba pasando. Aída lo miró, pero Marín la urgió a que se pusiera la máscara, así que lo hizo. El caballero de cabellos y ojos azules iba hablando con cuanta chica se ponía en su camino, y solo recibía bofetadas a cambio.
-Vaya- dijo Aída algo sorprendida- de veras que me debo cuidar de él...-
Pero la presencia de una chica nueva captó la atención de Milo, quien se dirigió hacia donde estaban Marín y Aída.
-Hola preciosa- dijo el caballero- ¿eres nueva, eh?-
Aída estaba muy sorprendida por la extraña actitud del caballero, y no sabía que decir o hacer. Pero afortunadamente, Marín se hizo cargo de la situación y respondió por ella.
-Sí, Milo- dijo la amazona- y si sabes lo que te conviene, te mantendrás alejado de ella, si no quieres que un par de caballeros dorados te den una paliza...-
-Ah...- murmuró el caballero- ¿y eso porqué?-
-No te importa- dijo Marín- así que más te vale que la dejes en paz...-
-Pero ella no ha dicho nada- dijo Milo, ignorando a Marín y dirigiéndose a Aída- ¿no me dirás al menos tu nombre, preciosa?-
-No- dijo Aída.
-Entonces, ¿me visitarás en mi casa esta noche?-
Aída sintió un enorme coraje y, sin pensarlo, le dio una enorme bofetada a Milo, mucho más fuerte que las de todas sus antecesoras juntas.
-Vaya, de todas las lindas chicas que me han golpeado, tu bofetada ha sido la más fuerte...- dijo Milo.
-Entonces, lárgate antes de que lo haga de nuevo- dijo Aída.
Milo sonrió y se fue.
-No me agrada...- murmuró Aída.
-No es mala persona- dijo Marín- solo que es algo...mujeriego-
-¿Y eso no es ser mala persona?- preguntó Aída.
-No- dijo Marín- ya verás que si alguna vez lo llegas a necesitar, él estará ahí para ayudarte...-
****************
Mu trabajaba en la reparación de la armadura de Piscis, mientras escuchaba a Kiki rascándose ruidosamente la cabeza.
-Kiki- murmuró Mu- te he dicho un millón de veces que dejes de rascarte...-
-Pero me da mucha comezón, señor Mu- protestó Kiki.
-Será peor- dijo Mu- por cierto, ¿ya tomaste tu medicina?-
-No- dijo Kiki- no quiero...-
-Kiki...- dijo Mu en tono de reproche, pero Kiki no respondió. Mu continuó reparando la armadura con dedicación, pensando en la dueña. Había algo en aquella chica que le intrigaba... sus ojos eran como una amalgama en la que se combinaban la fiereza de los ojos de Aioria y la bondad en los de Aioros. ¿Qué tan poderosa sería, que ganó la armadura dorada compitiendo con Marín?
-¡Mu!- la voz de un caballero dorado.
-¿Qué sucede, Milo?- preguntó Mu con serenidad.
-¿Qué haces?-
-Reparo la armadura de Piscis- contestó Mu. No tenía muchas ganas de conversar- ¿y tú que hacías? No me digas que fuiste a molestar a las chicas de nuevo...-
-Bueno, entonces no te lo diré...- dijo Milo.
-Milo, cuantas veces te he dicho que...-
-Ahórrate el sermón, Mu- dijo Milo- le acabo de echar el ojo a una chica nueva que estaba con Marín hace un rato... lo malo es que ni Marín ni ella quisieron decirme quien era... además, me dio una bofetada que...- y se frotó la mejilla- no la olvidaré...-
-Hizo bien- dijo Mu- sabes que no debes molestarlas...-
-Bah, tú eres muy aburrido- dijo Milo, dándole la espalda- mejor me voy...- y subió hacia su casa. Mu lo miró alejarse.
-Espero, por su bien, que no se acerque a esa chica, porque antes de que la toque, Aioros y Aioria lo harán picadillo...-
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CONTINUARÁ...
Bueno, chicos, otro capítulo... Espero que les esté gustando... Manden reviews para saber su opinión...
Abby L.
