CAPITULO UNO: Bienvenidos, hermanos

El nerviosismo se respiraba en el aire los últimos minutos antes de arribar a puerto en la gran ciudad de los Valar, habíamos dejado el mundo atrás en el que nacimos y vivimos en paz por tantos años.... ahora era hora de encontrarnos con aquellos que se habían marchado de nuestros hogares y con los que aún no conocíamos

Aún me encontraba aferrado a la mano de mi señora para infundirle confianza, ella ha sido una madre para mi....es mi todo Por eso vine aquí en primer lugar, Valinor no es una tentación para mí,  he sido feliz entres los mallrons durante siglos, podría seguir así por siempre pero ella tuvo que marcharse y con ella mi razón de permanecer en Lothlorién. He cruzado el mar por seguirla, no permitiré que sufra nunca y he de admitir.....que la seguridad de que veré a mis padres después de tantos años hace que mi corazón se llene de gozo...y aún algo de temor.

El barco entró en el puerto y varios tripulantes saltaron para sujetarle al muelle, la plataforma bajó y me apresure a ayudar a mi señora a desembarcar no sin antes asegurar el lugar pese a los sonrisas comprensivas de ella, Mithrandir y el caballero Elrond. Ellos me dijeron que no tenía nada que temer pero he estudiado mucho la historia, sé que en las playas habitan los elfos Teleri y lo que ocurrió la última vez que mi señora y su gente se hallaron en los puertos, no permitiré ninguna represalia contra ella, soy su guardián y nadie la lastimará mientras tenga vida en mi cuerpo.

Mi cuerpo se tensó cuando pude apreciar una gran cantidad de elfos acercarse a nosotros, un gran caballero caminaba majestuoso al frente del grupo. Pude apreciar su cabello rubio brillar con la luz de Anar, una gran sonrisa se asomo al rostro de mi señora al verle de cerca.

"Ada!"- le escuche decir y se lanzó a sus brazos, el caballero que mas tarde supe se llamaba Finarfin, la tomó entre sus brazos y oculto su rostro entre los ondulados rizos de mi señora dejando expresar toda su felicidad en lágrimas.

"pequeña mariposa, ha pasado mucho tiempo"- habló el caballero con voz clara y melodiosa cuando se hubo serenado.

"si, ada. Pero por fin estoy entre los míos una vez mas"- susurró mi señora con una gran sonrisa.

El caballero Finarfin sonrió y se hizo un lado dejando al descubierto a una doncella elfa de cabellos de plata, esa sin duda era la dama Celebrian, tenía siglos que no le veía pero la reconocí al instante. Mi señora siempre tan serena se arrojó a los brazos de su hija envuelta en llanto, esta le sostuvo por unos momentos hasta que mi señora se tranquilizó. El caballero Elrond se acercó una vez que la dama Galadriel se hizo a un lado y sin decir mas abrazó súbitamente a su esposa. Estuvieron así por un rato mientras todos se abrazaban saludando a sus familiares, procuré hacerme a un lado para poder observar todo lo que ocurriese sin estorbar. Me sentía feliz de la dicha de mi señora y todos los que nos acompañaban mas un halo de tristeza y decepción me envolvía....no había podido divisar a mis padres entre la multitud, supuse que ellos no habrían podido venir o no lo habían deseado.

Un pequeño elfo me sacó de mis pensamientos, se había acercado a mi cuando yo me encontraba absortó en la contemplación de la dicha de mi señora y mis amigos. Ahora me miraba con curiosidad en sus grandes ojos grises, el joven elfo tenía el cabello rubio...me sorprendió el parecido del pequeño con el de mis hermanos cuando estos eran mas jóvenes y sin duda quien me conoció a esa edad habría dicho que también se parecía notablemente a mí.

"aiya"- saludó el pequeño con una gran sonrisa

"aiya"- saludé al principio serio pero la sonrisa del pequeño era contagiosa por lo que al final no pude menos que sonreír de vuelta.

"te llamas Haldir, verdad?"- me preguntó sin esperar a que respondiera – "si, tú debes ser....me dijeron que eras el mas imponente guerrero elfico de los que llegarían hoy"- continuó el joven elfo con entusiasmo

"quien te lo ha dicho?"- pregunté asombrado de que alguien pudiera decirle a un elfo tan joven quien era yo, él difícilmente tendría mas de 250 años.

"mis papás"- respondió el niño despreocupadamente. Cuando notó mi turbación agregó –" yo me llamo Hirien y ellos son mis papás"

Levanté la vista hacia la dirección donde el niño señalaba y mi sorpresa no hubiese sido mayor si el que miraba hubiese sido el mismo Manwë, ahí de pie se encontraban mis padres. Me miraban con una gran sonrisa y mi madre abrió los brazos esperando por mi, de prisa sin detenerme a asimilar lo que ocurría me refugie en ellos y estreché a mi madre con fuerza, incluso la levante del suelo y le di varias vueltas. Ella reía feliz secundada por mi padre y varios de los presentes, hasta ahora me percate de que mi señora había seguido muy de cerca lo que ocurría, seguramente ella lo sabía desde antes y había deseado darme la sorpresa.

"Él es....?"- pregunté sin atreverme a terminar. Mi padre asintió con una sonrisa

"es tu hermano"- me dijo. Yo dirigí mi mirada incrédulo al pequeño elfo que me miraba sonriente.

"aiya, hermano mayor. Me han contado mucho de ti, sin duda eres todo lo que me han dicho, verdad que me contarás muchas historias de grandes batallas?"- me preguntó con entusiasmo mientras se abrazaba a mi y me veía con sus grandes ojos brillantes.

"por supuesto"- solo atiné decir mientras acariciaba con una de mis manos la cabeza de mi hermano pequeño y con la otra sujetaba el brazo de mi padre que me apretaba el hombro con fuerza.

"¿por qué Rùmil y Orophyn no vienen contigo, Haldir?- preguntó mi madre mientras atraía hacia si a Hirien quien pareció reconocer los nombres.

"ellos decidieron permanecer con mi señor Celeborn hasta que él decida cruzar los mares"- respondí con la mirada baja esperando la censura de mis padres, la cual nunca llego.

"ya veo..."- susurro mi padre para si pensativo.

"Haldred...es un verdadero gusto verte de nuevo"- saludó mi señora llegando y recibiendo un cálido abrazo de parte de mi padre – "y no menos el que me produce verte a ti, hermana Nienna"- agregó viendo hacia mi madre quien le respondió con una dulce sonrisa.

"es una alegría tenerlos a todos entre nosotros en este día de dicha, hermana Galadriel"- exclamó mi padre solemne, desde que era pequeño era bien sabido en Lothlorièn que mi padre y la dama Galadriel habían sido amigos desde antes de partir de Valinor, mi madre era muy amiga del señor Celeborn y con el tiempo los cuatro se hicieron amigos inseparables. Fue por esa razón que mis señores nos protegieron a mis hermanos y a mi cuando mi padre fue asesinado en batalla y mi madre decidió partir a Valinor.

"vamos, deben estar cansados. Hemos preparado una fiesta en su honor"- agregó la dama Celebrian acercándose seguida de los caballeros Elrond y Finarfin

"fiesta?! Siiiiii"- gritó mi pequeño hermano feliz pero fue interrumpido por mi madre – "oh no, tu no irás. Los elfos jóvenes como tú deben irse a la cama temprano"- todos reímos al ver el pequeño puchero que se empezaba a formar en los labios de mi hermano menor por lo que mi padre agregó – "si te portas bien, hoy habrá pastel de chocolate en el postre"- Hirien de inmediato cambio su expresión de tristeza por una sonrisa radiante por lo que todos volvimos a reír.