CAPITULO DOS: Soledad
Isilme se levanta imponente en el cielo, su luz se refleja en el agua arrancándole destellos de distintos colores mientras la brisa cargada de rocío recorre su senda por entre las copas de los árboles. Mi corazón se sobrecoge al reconocer su fragilidad tan parecida a la que ahora me invade, recuerdo la leyenda de Isilme que se cuenta entre nuestro pueblo, mi padre me lo contó cuando apenas era un pequeño elfo; nunca me había sentido tan cercano a su dolor, la historia dice que cuando los Valar crearon a Isilme y Anar los dejaron recorrer los cielos juntos naciendo entre ellos el mas puro amor que hasta entonces solo habia sido reservado para los poderosos pero al quedar la noche en penumbras, se ordeno que Anar iluminara el día e Isilme la noche. Isilme lloró su desventura cada noche rodeada de las estrellas de Varda, con el paso de los siglos Eru se apiado de su dolor y les dio la oportunidad de estar juntos una vez cada mil años, ahora a su unión se le conoce entre los habitantes de Arda como el día en que los cielos se oscurecen.
Rezo a los Valar cada noche porque esa gracia se me conceda, aun cuando se que yo no seré tan afortunado. He recorrido la tierra durante meses después de ese día en que él se marchó para nunca mas volver, ahora él camina por entre las columnas de roca de la morada de Mandos esperando el final de los tiempos mientras yo me hundo cada noche mas en la soledad. Hay días en que aún puedo escucharle reír, mis compañeros se han sorprendido de encontrarme en ocasiones volteando hacia la nada sin ninguna razón buscando nada en particular pero solo yo sé porque lo hago, lo hago porque escucho su voz llamarme por mi nombre. Las noches me resultan eternas en la penumbra de mi propia tristeza, ni siquiera puedo perderme en los sueños dulces de antaño porque cada vez que mis ojos se cierran y se pierden en fantasías, le escucho de nuevo...escucho su voz en agonía suplicando por mi ayuda, por que no le deje partir y lo ancle a esta tierra...sin importar cuanto lo intento, nunca llego a tiempo.
La batalla por Minas Tirith finalizó, pronto esta guerra terminará para bien o para mal; el temor y la ansiedad se huele en el aire, no hay a donde correr porque la oscuridad alcanzará cada rincón de esta tierra. Ahora solo unos cuantos hombres y elfos nos interponemos entre el hoy y el fin del mundo, seres queridos se han perdido en este continuo ir y venir de los meses....él incluido, ahora solo me resta continuar...no por mi...ni por él...sino por todos aquellos que aún tienen la oportunidad de ser felices, por mi gran amigo Aragorn quien aún tiene la esperanza de unirse a la estrella de la tarde...por Gimli quien cuenta los días que faltan por transcurrir para reunirse una vez mas con su familia....y...por ellos sobretodos...por esos pequeños hobbits que no conocen la maldad. Mi vida en esta tierra esta marcada y condenada pero continuare luchando hasta que cada gota de mi sangre se derrame y pueda ir a morar junto a él.
"Legolas.."- escuche una voz decir desde la oscuridad del bosque
"Que ocurre, Aragorn?"- pregunté sin despegar mi vista de Isilme
"Es hora de que vuelvas, partiremos al amanecer"- continuo sin decidirse si acercarse o marcharse
"Bien"- dije dirigiéndole una ultima mirada a Isilme, pase a su lado sin detenerme a decir una palabra...no deseaba que me viese así, mi amigo quien siempre me ha visto como un guerrero fuerte, sin temor y ahora...ahora solo quedan despojos de lo que alguna vez fui.
"aún le lloras"- le escuche decir mas en un susurro para si mismo pero lo suficientemente fuerte para que mis sentidos de elfo le percibieran
"si....nunca dejare de hacerlo, lo sabes bien"- respondí aun sin detenerme
"Legolas, mellon nin, sabes que él se ha ido...si sigues así morirás"- continuo mientras apresuraba el paso para ponerse a mi lado.
"la muerte es mi mayor consuelo en estos momentos, su recuerdo es lo que me mantiene con vida"- respondí parándome en seco para encararle
"la muerte nunca ha sido y nunca será un consuelo, aún en estas tierras hay quien te lloraría... yo te lloraría, mellon nin, cuando tu tiempo en Arda termine podrás encontrarle mas allá de los mares....acaso permitirás que su alma tenga que cargar con el peso de tu muerte?"- agregó con la frustración agolpándose en sus ojos.
"debemos darnos prisa"- dije de pronto finalizando la conversación sin atender a sus reclamos.
...............
La luz de anar ilumina nuestro sendero dándonos esperanza y fortaleza, la vida naciente da paso a la desolación de la tierra oscura y a cada paso la batalla se acerca. El temor se hace presente en el semblante de los hombres, no puedo evitar sentir compasión...después de todo cada uno de ellos tiene tanto que perder, mientras que yo.... yo ya he perdido todo.
A nuestros ojos se descubre la inmensa muralla de metal negro, los caballos comienzan a relinchar intranquilos contagiando a los hombres. Aragorn nunca había lucido tan determinado en su vida, sabe tan bien como todos que nos estamos jugando el todo por el todo. La lucha por la tierra media...ha iniciado, frente a las murallas de mordor se decidirá la suerte de nuestra era.
La batalla comienza, Merry y Pippin fueron los primeros en lanzarse a la batalla siguiendo a Aragorn, que la muerte nos lleve a todos.
Sangre, gritos, honor....palabras cuyo significado había sido hueco para muchos de nosotros, hasta ahora.....mueren amigos, mueren guerreros....batallas por la gente que nos espera, por quienes rezan una oración con nuestros nombres en sus labios....lo siento ahora aquí...a mi lado....mi espada y la suya es una sola, matamos sin conocer la piedad a aquellos que buscan la ruina de la humanidad, la ruina de mi propia raza...esa que ahora se despedirá de su hogar para marcharse y nunca mas volver.
Él y yo somos uno, ha regresado desde la muerte para blandir su espada y un grito de guerra por última vez....el grito de guerra lleva mi propia voz. Siento su mano asirme con fuerza ordenándome que voltee, no dudo en hacerlo solo para descubrir a Aragorn bajo el pie de un Troll. Intento abrirme paso hacia mi amigo, se que Haldir cubre mi espalda, lo siento....su presencia tan cerca....pero son tantos, por mas que lo intento no puedo acercarme a Aragorn quien esta a punto de sucumbir bajo el golpe de esa criatura. El tiempo se detiene por un minuto que parece un siglo, un bramido de odio y rabia se eleva hasta el cielo congelando nuestros corazones; la torre cae, orcos y Trolls huyen intentando salvarse, la lluvia comienza a caer lavando nuestros rostros....un grito de victoria se eleva desde nuestras gargantas.
...............
Victoria, hemos ganado....Anar se eleva en el firmamento de una nueva era, el tiempo de los elfos ha culminado dando paso a la era de los hombres. Mi corazón ha encontrado consuelo tras la batalla, ahora se me conoce como uno de los nueve y he jurado permanecer en esta tierra hasta que el último de mis amigos parta a su destino final.
Aragorn...no...Elessar Telecontar ha sido coronado, el grito de alegría se eleva de todos los que nos hallamos presentes....si tan solo....él estuviese aquí....estoy seguro que se sentiría muy complacido de ver a nuestros amigos en la felicidad completa. Esta noche partiré a donde su cuerpo mortal reposa, he de despedirme de él para volver al hogar de mi padre pero no es un adiós, es un hasta pronto. El tiempo paso, nada tenia valor, lo que sucedía pasaba rápido ante mis ojos. Y antes de notarlo, Aragorn y Arwen ya eran uno.
Mi caballo camina con lentitud internándose en la espesura de Lothlorién, la magia inunda mis sentidos dándome la paz que he anhelado los últimos meses. Hasta ahora en mi mente aún podía escuchar los gritos de dolor, ver elfos y humanos muriendo...ahora...es tiempo de continuar.
Su tumba se levanta ante mi ojos, flores púrpuras la cubren dándole un aspecto de tranquilidad y armonía. El dolor se agolpa una vez mas en mi pecho y me dejo caer de rodillas, las lágrimas se escapan de mi rostro permitiéndole a mi alma buscar consuelo....los árboles donde alguna vez el caminó me contemplan como testigos silenciosos del amante desdichado....en momentos como este envidio la capacidad humana de sobreponerse a la desesperación, los elfos no sabemos olvidar.
Lloro mi pesar sin sentir el transcurrir de las horas, tengo toda la eternidad para extrañarle... siento un aliento tibio en mi nuca expandiéndose hasta mi oído, puedo escucharle susurrar...es su voz, de eso no tengo duda. Me llama por mi nombre, me pide que no le llore mas...que le honre con mi risa...y que él me estará esperando del otro lado del mar.
Él comienza a alejarse, me doy la vuelta de prisa para detenerle, ahí frente a mi, no hay nadie. Una lagrima solitaria se escapa de mis ojos, me quedare por él, seguiré adelante hasta que mis días en esta tierra se agoten y entonces cruzare los mares. Ni los mismos Valares podrán impedirme que atraviese las estancias de Mandos para recuperar lo que se me arrebato, él será mío de nuevo. Que así sea.
NOTAS DE LA AUTORA:
Esta es una continuación del fic que hice para mi amiga, espero les agrade. Gracias pos sus reviews.
Mellon nin = amigo
