Declaración: Rurouni Kenshin y todos sus personajes pertenecen A Nobuhiro Watsuki sensei y a los tipos que compraron los derechos y destrozaron la historia en el Seisohen (a quienes jamás perdonaré por el final. La historia estaba buena, pero...) pero sea como sea, hago esto sólo por diversión y sin fines de lucro...(Dios, que largo)

Nunca más te diré adios.

Acto 3

Hola, Rurouni. Te seguiré.

---------

Guácala!

Realmente ahora comprendo a Yahiko y Sanosuke. Cocino realmente mal. Pobre Kenshin que aguantaba mis comidas sin chistar. Pero se han acabado mis provisiones y he tenido que asarme unas ranas que cacé por ahí. Me quedaron muy saladas. Mamá, ¿por qué tuviste que morir antes de enseñarme a cocinar?- suspiro- bueno, según mis cálculos, debo estar por toparme con Kenshin. Tomo algo de agua, saber que voy a verlo me da ánimo para seguir. Me devoro las ranitas, apago el fuego, tomo más agua - estaban horribles- y me encamino.

Hace ya dos días que salí de Aoiya. Afortunadamente no me he perdido -bien, espero que Kenshin algún día tome en cuenta esto- y ya está anocheciendo. He soportado una noche al aire libre... ¡atchis!... perdón, y como en Aoiya todos me suponen un "rurouni", no me han molestado con preguntas sobre el por qué de mi partida. Lástima, tenía cinco excusas diferentes y muy buenas.

El problemita es que Okón me ha dado su pañuelo. -.-

Este vestuario es mucho más cómodo que el kimono, pero... ¡me gustaban mis kimonos! Espero que Yahiko está cuidando bien el dojo y no entren a robarme mis kimonos, sino, lo machacaré a palos. Sí señor, porque, ¿de qué otro modo me puedo ver atractiva sin mis ropas de mujer?... ahora que lo pienso, Kenshin me veía mucho en ropa de entrenamiento... ¡¿Es mi imaginación?! No. Restriego mis ojos... ¡sí!, es él, mi Kenshin... no, no Kaoru, no llores, no tiembles. Ahí está él, sacando unos rábanos da la tierra. Dije que no lloraría... veamos, respiro... uno dos... suelto, respiro... uno dos... suelto. Bien, mi voz se escuchará bien, él no me reconocerá, todo está bajo control, Aoshi no me reconoció, soy una chica fuerte y desde ahora y nuevamente, un estupendo muchacho, Kojiro Tendo.

-----------

-Buenas tardes, señor-

Kenshin se voltea al escuchar aquella voz. Sonríe cálidamente como siempre, y se topa con un muchacho apenas mayor que Yahiko. No puede evitar pensar que si su Kaoru tuviera un hijo, sería como aquél que tenía enfrente, mientras admira el cabello negro azabache y descubre los ojos azules bajo el flequillo.

-¿Me permite ayudarle en sus labores?

-Lo siento, este campo no es mío. Es de aquel hombre que está allá. No tiene mucho dinero y no podrá pagarle su trabajo.

-No importa. Con un plato de sopa estará bien.-respondió el chico más joven sin vacilación.

Cinco minutos más tarde, Kenshin Himura trabajaba codo a codo, sin saberlo, con Kaoru Kamiya, o su alter ego, Kojiro Tendo.

---------

Es muy noche. Siento su respiración rítmica y tranquila junto a mí. Está dormido, mi bello rurouni.

Durante el día de ayer y hoy trabajamos duramente. En la noche el matrimonio que nos ha acogido nos sirvió un plato de comida caliente y nos ha permitido utilizar una habitación para dormir. El trabajo de mañana se adivina pesado, pero no me importa. Hoy pude estar junto a él, demostrándole mi fuerza y no me quejé en ningún momento, aunque, supongo, el sudor que corría por mi frente pudo haberme traicionado.

Me preguntó mi nombre. Por un momento dudé en decirle "Kojiro". En verdad quise arrojarme a sus brazos y decirle que era yo, Kaoru, pero temí espantarlo. Cuando le dije mi nombre varonil, en su rostro apareció una mueca de quien está recordando algo. Entonces sonrió, con su sonrisa humilde y tranquila.

-¿Acaso le parece raro mi nombre?-pregunté, expectante.

-No, joven. Lo que pasa es que recordé a alguien con ese mismo nombre. Aunque en verdad, nunca le conocí, supe que fue un gran hombre. Un hombre bueno, capaz de enseñar grandes ideales y vivir con ellos.

¿fue?- pregunté, casualmente. -... y cómo sabe que lo fue?

-Porque todos le recordaban con mucho cariño e inculcó fuerza a sus cercanos.

Acto seguido, siguió segando el campo.

El muy maldito... ¡ni siquiera me mencionó!

Aunque es natural. Recién me viene "conociendo".

En este momento volteo para observarlo dormir. Le escucho susurrar "Kaoru" en sueños. Me ha mencionado, finalmente. Tengo esperanzas para seguir. Ahora yo también puedo dormir tranquila.

--------------------------------------------------------------

Tsubame observaba al joven de cabellos negros limpiar el piso del dojo mientras ella sacude en los rincones. Ese día Tae le dio el día libre porque había poca clientela y porque Yahiko necesitaba limpiar la casa.

Tsubame recordó a Kenshin y a Kaoru. Kaoru debería estar en Kioto, con su amiga... esa ninja tan simpática, Misao. Y Ken... bueno, sólo Dios sabía dónde podía estar, aunque todos los conocidos concordaban con que el dojo Kamiya era el lugar al que él pertenecía.

-Hey, Tsubame, ¿qué te pasa?-

La chica se sobresaltó y dejó caer el paño que usaba para sacudir.

-Lo siento, Yahiko...

-no lo sientas, pero no te asustes sólo porque te llamo- Yahiko rió- no puedes estar asustada siempre de todo y de todos.

-Lo... lo siento...

-Además, debes estar segura porque yo estoy aquí y te protegeré...

Yahiko siguió limpiando el piso. Tsubame poco después volvía a sus labores. En ese momento, ni siquiera se acordaba de nadie que no fuera el niño moreno.

-------------------------------------------------

Misao se dispuso a lavar alegremente (¿alegremente?) los platos del almuerzo (o lo que sea que usen allá para comer), mientras silbaba una canción y se preguntaba por su amiga Kaoru, a quien todos hacía en Tokio. En ese momento vio una sombra moverse en torno a ella, para materializarse a su lado. Pronto se quedó con la boca abierta cuando su señor Aoshi lavaba los platos junto a ella, sin decir palabra, sin mirarla más de dos veces, como si eso fuera cosa de todos los días. A Omasu incluso se le cayó un balde de agua que llevaba a la cocina cuando vio la escenita. Pero Misao... Misao estaba feliz.

Porque estaba junto a él.

--------------

Le demostraré a Misao que es normal que un hombre lave los platos, a ver si así se quita a ese chico de la cabeza que no tiene nada de especial. Que no hace nada que yo no pueda hacer. Espero que esto le ayude a Misao a estar más concentrada.

Bajo el agua, mis manos chocan con las pequeñas de Misao. A pesar del agua fría, su contacto es muy cálido... es bueno que yo cuide de esta chica, que es demasiado impredecible y arrebatada. No me gustaría que terminara con ese vago de Kojiro, si ella puede tener un mejor futuro con alguien cien veces mejor. Alguien como... como... claro, como yo, alguien que la cuide y esas cosas. Así debe ser.

Quizá deba ayudarle también con las habitaciones...

-----------------------------------------------

El joven Kojiro se secaba el sudor de la frente con el dorso de la mano y se enderezaba la espalda. Pronto volvió a sus labores. Era el último día de siega y Kenshin pronto partiría. Kenshin observaba al joven moreno trabajar y le estudiaba. Finalmente se decidió a preguntarle su edad.

-17... - respondió Kaoru sin pensar.

-Pues no los aparenta, Kojiro.

Kaoru acabó de acomodar el último fardo en la bodega y le miró de frente.

-Bueno, pues dígame usted su edad y yo decidiré si aparenta los años que dice tener. Pero yo no le veo más mayor que yo.

-29 años, joven.

Kojiro fingió sorpresa. Luego, con cara de "no te creo nada" le dijo: -ya. Usted es el que parece de 14. Además parece mujer.- Kaoru observó una venita hincharse en la frente de Kenshin, como si se hubiera molestado con el comentario, para agregar-... pero me da igual. Las pelirrojas no son mi tipo. -Kenshin sonrió y siguió acarreando fardos a la bodega. Kojiro preguntó -¿cuál es su tipo, señor Himura?

-¿oro?

-De mujeres, claro está. A mí me gustaría una que no fuera más alta que yo, que cupiera en el hueco de mis brazos, que tuviera el cabello negro como la noche y que oliera a jazmines- Kaoru sonrió y pensó en cómo describirse a sí misma apropiadamente, para luego agregar-... y que me amara mucho, que no le importara que soy pobre. ¿Sabe, señor Himura? Si yo encontrara una mujer así, jamás la dejaría ir.

Se produjo un silencio largo, interrumpido por el sonido de la paja al ser acomodada en la bodega. Ninguno de los hombres hablaba.

-A mí también me gusta una mujer de cabello negro, cuyo aroma es de jazmines.- fue todo lo que dijo el pelirrojo antes de salir de la bodega. Había terminado su labor.

Kaoru sonrió alegremente a pesar del cansancio. Kenshin no solo no la reconocía. Además, era capaz de reconocer que le gustaba ante un "desconocido"

Pero aún no la había nombrado.

-Padre, ayúdame en lo que venga, para seguir al lado de mi Kenshin, ¿sí?

--------------

Había terminado el tiempo de siega y Kenshin debía seguir en su camino de convertirse en un hombre útil para mantener él a Kaoru cuando se casaran. Porque se casarían, sin duda. En cuanto él regresara a Tokio, la pediría en matrimonio.

Pero... ¿a quién?

Gensai parecía ser el más indicado para darle la mano de Kaoru

Quizá debiera escribirle una nueva carta asegurándole su regreso... Kaoru comprendería que todo esto él lo hacía por ella y ya no estaría enfadada... y si había de enojarse, que recordara muy bien que fue ella la que empezó... y si aún así seguía enfadada, era porque era una chiquilla demasiado mimada y caprichosa y... y...

¿Y si en este tiempo sin él ella se daba cuenta de que él era sólo un capricho para ella? Ella tenía derecho a ser feliz, aunque sea sin él...

Kenshin sacudió su cabeza, inseguro... debía partir...

-Adios, Kojiro. Espero que algún día nos podamos encontrar nuevamente.- Kenshin toma su morral y se dispone a partir. La pequeña Kaoru le sonríe y le besa la mejilla, sobre su cicatriz. Kojiro también con sus escasas pertenencias sobre sus hombros, mira la escena. Entonces se despide a su vez del matrimonio que los acogió y se apresura a seguir al pelirrojo.

-¿Adónde vas, Himura?

-...

-Me caes bien. He decidido seguirte.- Kaoru recuerda que su padre era un hombre decidido. Ella debía actuar así. Decidida y segura. Kenshin no se rehusaría a llevarla con él.

Kenshin se da la vuelta, algo sorprendido. Ese chico no sólo lo tuteaba, estaba hablando de seguirlo. Kojiro le dio alcance y caminó a su lado.

-ya te lo he dicho. Te seguiré.

-pero, ¿y su familia, Kojiro?

-Me da igual, porque no tengo. No tengo a donde ir, pero te encontré y me trajiste suerte. Llevaba dos días buscando empleo en el campo para trabajar y comer y lo encontré contigo. Pienso que me traerás más suerte y me irá mejor que hasta ahora.

-Pero yo soy un hombre maldito, Kojiro. Mejor siga por otro camino.

-Mira, he dicho que te seguiré y nada de lo que digas me hará cambiar de idea. Así que quita esa cara y resígnate.

Kenshin suspiró. De pronto se acordó de Misao y su empeño en seguirlo en su intento por conseguir información sobre Aoshi... ¡Misao! Claro, ella era su amiga y a la vez, amiga de Kaoru... ella podría ayudarlo a convencer a Kaoru de que él la amaba y que estaba haciéndose un hombre de bien por ella. Misao lo ayudaría.

Pero... este chico Kojiro... una cosa era ir a quedarse al Aoiya gratuitamente él solo y otra, llevar a Kojiro con él. Pero el chico parecía obstinado y si era del tipo Misao, sabía que no se libraría tan fácilmente de él... lo mejor sería conseguir algo de dinero. Buscaría un empleo en el que le pagaran con dinero y no solo con comida, aunque había aprendido mucho de las nuevas técnicas agrícolas... sin duda, con algo de suerte...

Kenshin miró a su costado, topándose con Kojiro. El chico se veía delgado... parecía bastante debilucho, aunque había en él algo que lo desconcertaba. Era tan joven... y ya estaba solo. Pero Kojiro no era un debilucho... era muy resistente, pues, a pesar de su apariencia suave, había trabajado codo a codo con Kenshin, había cargado sacos con lo cosechado y se había levantado temprano todos los días, con mucha energía.

-¿Por cuánto tiempo tienes pensado seguirme, Kojiro?-

La pregunta tomó por sorpresa a Kaoru, quien absorta en sus pensamientos, no se acordaba que Kojiro era ella. Pero se repuso.

-Estoo... algún tiempo. Siempre es bueno conocer gente nueva, ¿no?

-Antes ha dicho que estaba solo en el mundo, Kojiro. ¿Me podría explicar cómo un jovencito como usted ya no tiene familia?-

Kaoru pensó rápido.

-Verás... yo... era hijo de... de un samurai que murió hace como 11 años, en la batalla de Toba-Fushimi... esa que le dio la victoria a los patriotas. Mi madre jamás se repuso de ello y murió pronto. Mi abuela se hizo cargo de mí y falleció hace unos meses. No nos quedaba dinero y tuve que irme del cuartito que alquilábamos. Eso es todo.- Kaoru pensó en que ella era bastante trágica para inventarse una historia.

-¿Tú eres un Tendo? ¿Tu padre era patriota?-

Kaoru meditó en la respuesta. Si decía que era patriota, de seguro que Kenshin conocía a alguien con ese apellido y su mascarada se vendría abajo. Pero si decía que era del bando contrario... no podría reconocerlo.

-Claro... soy Kojiro Tendo... mi padre era conservador.

Kenshin se detuvo por unos momentos.

Kaoru supo que había metido la pata no más ver la expresión de Kenshin. Debió haber dicho que su padre había muerto en Seinan, no en Toba Fushimi... tarde recordó que Kenshin había participado en esa batalla. Tonta Kaoru.

-Kojiro... debes saber que yo... yo maté a tu padre.-

Kojiro se quedó mirando sorprendido a Kenshin. Este prosiguió su relato.

-Jamás olvidaré que era un adversario letal, por ello a mí se me ordenó acabar con algunos objetivos específicos en esa batalla para lograr un buen final para los patriotas. Entre ellos figuraba Tendo, el único espadachín con ese apellido. Era muy poderoso y tenía el cabello tan negro como el tuyo. Antes de morir, me comentó que esperaba que la nueva era que se aproximaba, valiera la pena, porque yo peleaba con saña y él esperaba que esa saña estuviera justificada por algo mejor. Me habló de su hijo pequeño. Es curioso, en el campo de batalla todos éramos rivales, pero al momento de morir, éramos guerreros al fin y al cabo, éramos iguales. Éramos personas con ideales y queríamos un mejor futuro.-

Kojiro miraba boquiabierto al pelirrojo.

-Este encuentro debe ser algo del destino. Creo que te debo tu felicidad, porque te arrebaté a tu padre y causé tu desgracia... yo fui el Hitokiri Battousai y... y si aceptas mi tristeza por lo que te he causado, espero que aceptes el que me quiera hacer cargo de ti un tiempo, hasta que te establezcas bien y puedas ser feliz.-

Kaoru sonrió interiormente. Por fuera, miraba hacia el piso. Debía fingir que estaba digiriendo la información y que estaba "sorprendido" y sin palabras.

-Me basta con que me permitas seguirte- afirmó Kojiro, después de un rato de "reflexión".

Kenshin, levemente cabizbajo y avergonzado, no notó el brillo de amor en los ojos de su nuevo "protegido", debido a que ella sabía que le había causado un mal rato por su imprudencia. La próxima vez, Kaoru pensaría cien veces una idea antes de lanzarla.

------------

Misao colgaba un cartelito en el exterior del Aoiya, sonriendo alegremente. Aoshi, con un martillo y unos clavos lo fijaba bien a la pared. Necesitaban urgentemente un ayudante de cocinero. Misao alzó el rostro para sonreír a Aoshi en un gesto lleno de agradecimiento, y pronto volvió a mirar hacia la calle, ocultando de él su mirada soñadora. Después de todo, parecía que el plan tramado con Kaoru había dado resultado... Aoshi no se despegaba de ella. Y ya había pasado casi un mes desde que Kaoru se fuera.

Okina, desde el interior del local, los miraba satisfecho de que la relación entre ellos esté progresando, y por decisión propia de Aoshi. Era tan lindo ver juntos a su nieta y a su hombre de confianza. Que cometió errores, claro que los cometió, pero, Aoshi es tan solo un hombre. Un hombre que supo encontrar el camino de regreso a su gente importante. Y eso, no cualquiera lo hace. Okina notó que el cuerpo de Misao se tensaba por un momento, antes de saltar y salir corriendo.

Aoshi se protegió los ojos de la fuerte luz de la mañana con la mano al mirar en dirección hacia donde corría Misao. Lo que vio, no le hizo gracia.

Ahí venía ese chico tan vago... Kojiro. Claro, Misao debía estar bien loca por él si salía corriendo de esa manera. Eso le molestaba, porque significaba que ella no lo había olvidado del todo. Este pensamiento entristeció profundamente a Aoshi, tristeza que no duró demasiado al reconocer a Kenshin como el acompañante del muchacho.

Misao saludó alegre a Kenshin y a Kojiro, notando que ambos estaban más morenos. El cabello de Kaoru estaba en estado lamentable, si hemos de ser sinceros, pero eso parecía no importarle. Se veía más delgada, también. Pero algo... algo en sus ojos había cambiado. ¿Qué sería?.

Pronto invitó a sus amigos al interior de Aoiya y Kenshin pronto se tragó el cuento de "con Kojiro nos conocimos cuando yo buscaba a Aoshi". Todos se saludaron cordialmente. Aoshi pronto se excusó para seguir con sus labores habituales.

A pesar de que la curiosidad los invadía, los habitantes del Aoiya esta vez hicieron uso de la diplomacia y discreción y nada preguntaron a Kenshin sobre su separación de Kaoru. Evidentemente sería una pérdida de tiempo si él se decidía a cerrarse en banda y no hablar, porque nada sacarían interrogándolo. Lo mejor era invitarlo a quedarse y tratarlo cortésmente. El rurouni ya hablaría.

Kojiro, en tanto, se reunió durante la tarde con su amiga en el patio trasero, aprovechando un momento en que ella descansaba, para ponerla al tanto de sus aventuras pasadas. Misao ofreció un refresco a Kaoru y, advirtiendo que había demasiada gente cerca, tramaron un plan para verse a solas y tener más tiempo para conversar.

Aoshi, que salió un momento para relajarse, pronto vio a esos dos cuchicheando. Afinando su fino oído, pudo captar que Kojiro y Misao estaban quedando para salir a dar un paseo durante la noche siguiente e ir a beber algo al Shirobeko. La gota que derramó el vaso fue cuando Kojiro le entregó una nota a Misao. Era una carta. Y por la cara que había puesto la jovencita... una carta de amor.

-Sí, la escribí hace días, poniendo todos mis sentimientos en ella.- decía Kojiro a Misao.

Misao en ese momento descubrió a Aoshi y algo ruborizada, escondió la carta entre sus ropas, disimuladamente. La carta era de Kaoru para Kenshin, en la que decía que estaba muy arrepentida de su comportamiento y que decidiera lo que él decidiera, ella lo esperaría, porque él no era un capricho para ella.

Aoshi, en tanto, apretaba los puños y se marchaba del lugar.

Misao volvió a sus labores y Kojiro volvió junto a Kenshin, quien estaba siendo abrazado por Okina. Kuro y Shiro se reían por lo que estaban planeando. Una escapadita nocturna, esa noche, porque los varones celebrarían el que Kenshin haya aceptado ser ayudante de cocinero. Sabían que cocinaba muy bien. Y era una oportunidad de enseñarle a él y al joven Kojiro, a quien Kenshin había tomado como su protegido, las nuevas atracciones de Kyoto.

Como el barrio caliente de Kyoto.

Según Okina, era tiempo de que el muchacho Kojiro, demostrara su hombría en ese lugar.

----------------

Fin acto tres. Febrero 9, 2004.

Notas de Blankis.

Aquí me tienen, dejando en suspenso la historia. En el próximo acto, veremos confesiones insospechadas, incluso el comienzo de una batalla mortal entre dos hombres... guaus... promete, creo yo... esta vez tengo sueño, así que les agradezco vuestros reviews y me apresuro a contestarlos.

Pero antes, un pequeño comentario.

"Un encuentro que cambiaría nuestras vidas" de Bizcohia o-O: Verán, es un Aoshi-Misao, bastante bueno en temática y forma de relacionar personajes. Original, diría yo. El asunto es más o menos así: Aoshi sigue siendo tan guapo, sexi, misterioso y archisupermuchomuymillonario. Sep. Rico como él solo, en todos los sentidos. Y se enamora de nuestra pequeña comadreja. Lo interesante es que Misao, Kaoru, Sano y Sojiro son bailarines, mientras que Kenshin es coreógrafo y tiene una relació extramarital con Kaoru. ¡¿Extramarital?! Pues sip, Kenshin está casado con Tomoe, quien no le quiere dar el divorcio. Si creen que esto es fome, pues nop. Le agrega sabor a la historia, hay que reconocerlo, porque a mí tampoco me gusta esa idea hasta que la leí aquí. Megumi es mala mala mala y Tsubame es más malvada aún. Incluso Enishi sale metido en el enredo, pero más que rabia, a uno le termina dando penita. Aquí tienen intrigas al por mayor, celos, maldad, uf, cosas trágicas que pasan... huy, aquí no puedo decir más. Diez capítulos... al principio la historia puede parecer lenta, pero después no te das ni cuenta cuando llegas al final y te quedas con la intriga y aporreas el teclado en contra del monitor gritando más traumado que Kenshin ¡NOOOOOOOO! ¡NO PUEDE SER!. Ahora, lean con atención, pues a veces, y es quizá su punto en contra, se hace confusa la lectura por la puntuación, pero es este un detalle técnico. Si no vamos a la historia, promete mucho. Esta serie sigue en progreso.

"Misao, un Alma en Apuros": Blankaoru: es un fic que veremos a mediados de marzo, o antes, en reemplazo de "En el Nombre del Padre", así que se las comento para que no me roben la idea... Misao es una chica de 17 años, excelente macánica automotriz y amante, como no, de los autos, que vive sola con su hermano Kenshin, de 15 años, quien es todo un genio como ella y algo gordito -lo que lo acompleja-, después de la muerte de su padre. Están a punto de quitarles la casa y para colmo, los quieren separar, pues Misao es menor de edad y no puede, legalmente, hacerse tutora de Kenshin. Para colmo, frente a la puerta de su casa se encuentran con un moribundo a quien acogen.

Este moribundo se llama Tenshi, y es alto, guapo... y muy alegre. Él vive con ellos un tiempo hasta que dice que debe regresar a su casa a cumplir una promesa y se marcha dejando misteriosas cartas que Misao debe entregar en un mes exacto al remitente. Aoshi Shinomori. Pronto los hermanos parten a cumplir el encargo, cuando se encuentran a Tenshi muy vivo, aunque de apariencia seria y vestido muy formal. Confusiones que acaban cuado este "Tenshi", lee la carta que resulta ser un testamento. "Hermano, te heredo a Misao y a Kenshin por un año".

Maki-san: no pasó nada extraordinario, salvo que Kenshin no la reconoció y hasta la tomó como ¡su protegido!. Este Kenshin, tan culposo... al menos Kaoru no se debió inventar nada más para seguirlo. Gracias por escribirme y tu constancia desde que apareciste.

Misao hx: este episodio siento que me quedó algo extraño... pero me gusta este Aoshi sama tan casero y tan cumplidor de sus deberes de tutor... y cuando se me ponga celoso... uf... un día malo cualquiera lo tiene. Y un día terriblemente peor también, así que espero que Kaoru y Kenshin pronto se contenten.

Kaoruluz: Hola... disculpa, aún no he leído tu fic...recién estoy retomando mi vida y mi tiempo para hacerlo... las vacaciones realmente quitan mucho tiempo, ahora que me lo pienso, pero sin duda que lo haré. No dudo que tus fics sean buenos, y ya sabes, con práctica y en cuanto encuentres tu estilo propio, te irá bien.

Umi: Guaus... una guerrera mágica... aquí tienes la continuación. Besitos besitos.

Justary: Y aquí lo tienes y lo sigues teniendo. Este episodio no es romántico... es más de preparación, sin duda, para lo que vendrá. Quizá quedó algo flojo, pero no dudes que el que sigue estará mejor.

Kaoru86 Kamiya: me divertí y la pasé genial en mis vacaciones... sip sip... ahora, releyendo la escena de la pelea, debo reconocer que me reí mucho y hasta le encontré razón a Kaoru, pero en otras partes, he de reconocer que la chica se me sobrepasó feo, así que tendrá que hacer demasiados méritos para reconquistar o lo que sea a Kenshin. Por cierto...¿te ha gustado la estrategia de Aoshi?

Mer1: Kaoru se fue tranquilamente. El problema real es que ahora... ha vuelto.un abrazote para ti. Cuidate.

Kirara26: Aquí está el nuevo episodio. Esta vez te dejaré sin actuación sin Libreto, porque estoy apuntando la última idea antes de traspasar de golpe y porrazo el acto 21... quería saludarte alegremente y decirte que fue genial chatear contigo, a pesar del tiempo y los problemas con la red... ahhh, es genial esto de conocer a gente que vive tan lejos, ¿no? Hoy me encontré con una amiga que vivía en Buenos Aires... fue lindo... espero enviarte la foto luego y salúdame a Pola. En cuanto pueda, le escribiré algo. Un abrazo enorme.

Misao 19: hola, amiga... tenías razón, me inspiré mucho en el sur, así que ya tengo dos fics nuevos en mi cabecita... parece que este se extenderá tres episodios más, y el próximo, ya está decidido, estará completamente dedicado a Aoshi, Misao y compañía. El título será "Misao, un alma en apuros" y es la adaptación de una historia original mía que escribí hace años. Al principio quería que fuera un K/K, pero Roman, me quedó muy igualito a Aoshi... y Andy, es parecida a Misao. El otro fic es un Ken /Kao.

Kao-chan: Hola, amiguita... lamento no poder hablado mucho la última vez, es que estaba ayudando a una chica con un problema técnico y tenía la cabeza en otro lado. Desde luego, espero de todo corazón que estés más animada y que tu fic siga en tan buen camino. Chao.