Ilusiones de un Reflejo
Y Comienza el Fuego en Las Casas (Parte I)
Disclaimer: R.Kenshin y los Simpsons son respetados sus respectivos derechos de autor.
Advertencia: Ooocness
Respuesta a los Rr: Al final del chap.
Ya para ese punto su alma también estaba consumida. El penetrante olor a licor inundaba todos sus sentidos por completo, sin excepción. Intento pensar coherentemente, dos o tres veces, pero nada le dio resultado, su estado era totalmente deplorable. Algunos hombres se el acercaron intentando mantener un dialogo con la sobria mujer de ojos llorosos, pero ¿a quien le mentimos? Era imposible hablar con una borracha. El cantinero temió darle licor en cierto momento pero como el dinero malgastado de esa niña era su fuente de alimento y con cinco bocas para alimentar mucho mejor era dejarla embriagarse.
Misao, tirada en la barra fuera de sus cincos sentido murmuraba palabras sin sentido alguno, realmente para ella tenían. - ¿Por qué Dios? ¿Por qué le haces eso a Kaoru? Ella es una niña tan inocente que no se merece estar enferma. No se lo merece. ¿Dime qué te ha hecho ella para que la odies, para que la sentencies de esa forma? ¿¡Dime?! Te demando.- silencio, le costaba ya hablar, a lo mejor un mañana estaba cerca.
-Recuerdo que cuando éramos pequeñas...pequeñitas, pequeñitas... Me gustaba molestarla porque se enojaba fácilmente y su cara enojada es tan tierna. Sus cachetes se inflan y adquieren un color rosa peculiar, lindo en su caso. Kao chan le encantaba trenzarme el cabello, pero como a mi no me gustaba peinarme lo hacia cuando yo estaba dormida, rendida ante la noche, para levantarme con el pelo desenredado.
Lo que más admiro de ella es como aguanta a todo el mundo, sin perjuicios contra nadie sobre todo al maldito de Sanosuke y la infeliz de mi persona- rompe una vez más en llanto, ¿como contenerse a tan dura realidad?
Entre sollozos se distinguió la voz del cantinero. - Buenas Señorita, me temo decirle que esta es nuestra hora de cerrar. Si no es mucha molestia y con todo el respeto le pedimos que se retire, a las nueve de la mañana abrimos si quiere usted asistir- ofreció el hombre recogiendo las botellas de licor que rodeaban a Misao.
Ella alzó su mirada para que visualizar mejor. Aunque sea un poquito mejor. Ya le estaban llegando las desmedidas ganas de vomitar, seria difícil retenerse. - Señor gracias- deposito todo su dinero en la mesa y salió corriendo hacia la salida. Dejo soltar el vomito.
-Señorita...- pronuncio el hombre al ver que había dejado mas de lo debido de dinero. Mañana si volvía le daría el cambio, aunque la tentación era hacer lo contrario. Tan fácil hacer el mal.
Ha las afuera del bar solo se escuchaban los fuertes quesillos de Misao al vomitar. Tenia un mareo, escalofríos, rabia, hambre, desolación, ojos llorosos, malestar estomacal, todo en uno solo momento. Patético. Originalmente patético.
A lo lejos un hombre alto se le acerco, bastante sospechoso. Misao estaba tan concentrada haciendo lo suyo que no pensó, o no detectó, ninguna presencia. - Que linda noche Misao- dijo esa voz ronca, esa voz que temía.
----
La mañana no demoro en llegar y Aoshi estaba preocupado. Misao había faltado ya varias semanas de clase, algo que normalmente no se presentaba. Una o dos veces bien, tercera mal..Muy mal...Se puso en contacto con varios alumnos de la clase y fuera de la clase. Pero nada, todos decían lo mismo. "Desde que termino la fiesta de Tetsuma nadie sabe de ella "
Pero lo mas ilógico del asunto es que el mismo la dejo en su hogar y se aseguro de que entrara. No podía ser que.....¿Kamiya san le habrá hecho algo? ¿ o será el demente de su ex marido? Cual de las dos era la respuesta mas acertada, estaban cincuenta y cincuenta.
De pronto un nombre resonó en su aguda mente. Takani Megumi. Ella era bastante amiga de Misao, de igual manera de esa extraña mujer Kamiya. Se dejo de merodeo y corrió hacia el teléfono publico más cercano. Tanta prisa hacia que sus movimientos fuera tremendamente torpes. Dejo caer las monedas en piso y su mente no le daba para que funcionara correctamente.
Cuando al fin estaba todo listo para llamar aprecio ella, Megumi. Lo estaba mirando de muy de cerca con sus ojos abiertos. Jamás había visto el comportamiento de Shinomori tan alterado.
-¿Qué sucede Shinomori san? Dudo que sea por algo que perdiste- Bromeó un poquito Megumi recostándose en la pared. Sabiendo que eso lo fastidiaría en cierta forma al doctor.
-Te estaba buscando- le respondió Aoshi intentando respirar rítmicamente una vez mas. Saco las monedas introducidas y la llevó a la banca mas cercana. Era necesario.
- Cuéntame que pasa. No es normal verte alterado- dijo Megumi dejando que su mirada se la llevara un carrito de helados. Tan apetitivo.
-Misao no ha asistido a clases. Nadie sabe lo que le ha pesado.- comenta Aoshi, tomándose todo el todo el tiempo del mundo. Como si lo tuviera.
-¿Así que tu crees que yo se algo?- le respondió inmediatamente Megumi. Que genio era esa mujer....
-Dios....- fue lo único que pudo susurrar Aoshi, alejando su mirada de la de Megumi. Ella simplemente se queda allí, pensando en todo y en nada. El electroshock.
----
Kaoru aun no quería levantar. El sol ya se estaba ocultando una vez mas. Era un atardecer hermoso, espléndido, y ella se lo estaba perdiendo por el simple hecho de la pereza humana. Ayer no había sido su mejor día y todavía le dolía el hecho de pelear con su amiga. Tuvo miles de pesadillas sobre algo malo le sucediese a Misao en la calle y todo por su culpa. ¿Pero por qué no se levantaba? Tenía miedo de enfrentar el mundo, se convirtió en un ser egoísta sin remedio alguno.
Se rodó noventa grados, justo, para clavar su vista en el cielorraso. Se veía tan cerca de ella, como si la quisiera aplastar, y todo se volvía gris. Ese color de enfermedad y muerte. Cerro sus ojos con ira a ver si todo se iba pero cuando los abrió todo seguía allí, esperándola que lo aceptara.
Se levanto de una para alejarse de eso que estaba viendo, eso que la estaba matando. Saco del closet blanco ( y con decoración de corales importados de Australia) una camisa amarilla clara, la típica, y su vaquero de favorito. Entro al baño sin rodeo. El agua estaba fría, tipo hielo. Aunque normalmente odiaba el agua fría esta vez se le hizo un manjar, la rejuvenecía y libraba del mal que la rodeaba. Decidió que apenas terminara de vestirse iría por Misao y le ofrecería un disculpa del tamaño del imperio Persia.
Ya lista, por fin, abrió la puerta. Totalmente lista, con las heridas bien curadas para que no sangraran, su mente bien aguda ante cualquier altibajo, y su alma completamente preparada para aceptar la realidad. Y cuantas veces ha estado lista.... y todo resulta una farsa más.
Sacudió su cabeza bruscamente y salió.
Las calles se veían mucho mas largas y eternas desde ayer. Sin Misao la vida no era igual. Pregunto por ella en varias casas, las de las dos cuadras mas adelante, pero nadie supo de nada. Las casas eran muy linda y todas decoradas en forma coralina retratando un paisaje muy playero y juvenil. Muchas estaban pintadas de blanco, para resaltar la vegetación , y otras de un azul cielo o un verde muy claro. En su mente paso la idea de mudarse allá. ¡AJÁ! Pero primero arreglar los problemas.
Miro de reojo al bar y su sexto sentido se puso en funcionamiento. Le obligaba a ir allí, aunque no se viera un lugar que la alegre Misao fuera...¿Pero la triste y desolada?
-Tal vez fue donde el tal Shinomori san, tanto aprecio por ese hombre que me dan nauseas. No, imposible. Él esta en Tokyo acuerdo lo que me dijo Misao, así que opción descartada. Tal vez...No pierdo nada ir a ver en el bar- y con eso entro...
Si ver la caverna de Moe ( Donde toma Homero Simpsons) era desagradable y lamentable esto no tenia ni punto de comparación. Mejor ni confundo ni ofendo. Mucha masculinidad en un solo lugar. Mucho sentido machista en un solo lugar. Mucho de todo. El olor al alcohol era imposible de evadir y a hombres sobrios. ¡Y eso que apenas era las seis y media de la noche! Ya la gente no sabe que pretexto usar para emborracharse por ahí.
Despacio se acerco al cantinero, hombre delgado y bajo , y muy amable le pregunto por Misao. - Buenas señor. ¿Usted ha visto a esta mujer?- le muestra la foto de graduación de bachillerato al cantinero. No había cambiado en nada.
-¿Qué es menor de edad?- le dijo el hombre asustado. En estos días multa hasta por ofrecer licor a menores de edad.
-¿No? Entonces si la ha visto, ¿cierto?- Dijo esperanzada Kaoru acercando su rostro al del hombre. Sus manos se agarraron de una baranda y sus pies se colocaron en puntillas. Niña traviesa, mascullo un hombre que estaba poniendo atención a la escena.
-Si. Estaba muy mal la joven, y tanto es que salió vomitando de aquí. Pero no ha vuelto si es lo que quiere saber- le decía el hombre recordando lentamente el suceso de ayer. Aun tenia el vuelto- ¿usted es su hermana?- pregunta el señor saliéndose del tema.
Kaoru lo mira extrañamente. ¿Y eso a que venia al tema? - Alzo así señora, ¿por qué la pregunta?-
Al cantinero se le dobla las esquina de sus labios para formar una grata sonrisa y rápidamente mete su mano en su bolsillo para darle el vuelto de anoche, o de la madrugada. Que buen corazón. - Aquí. - coge sus manos y le entrega el dinero con cierta satisfacción de hacer el bien indefinida- Este es el vuelto de la señorita. Ayer se le olvido recogerlo.-
Aun mas asombrada que nunca le da las gracias, guarda el dinero, y sale corriendo en otro lugar. Pero primero se sentó en una banca pensando ¿Misao en una licorería? Que demonios estaba pasando..a lo mejor todo era su culpa, como siempre. Inmediatamente se paro y siguió su búsqueda, si algo le pasaba a Misao ella nunca se lo perdonaría. Nunca.
A lo lejos de donde se encontraba se encontraba ese viejo y re barato hotel de tercera mano. Solo le falta ese hotel, pero dudo. También existía la posibilidad de que Misao allá vuelto a la ciudad y dejado el pueblo, o moverse a otro pueblo, otra región...o que estuviera.......... Mejor era no ir tan lejos con una simple discusión no se llega tan lejos, ¿ o si?
Su mente estaba agotada, el estrés recaía sobre sus hombros como una fuerte roca. Caía como un martillo, martillando su poca razón que le quedaba, martillando sus delirios. Estaba mas allá de lo vació. Pero decidió por ir a ese hotelucho y tener la esperanza que Misao estaba allí. Que estuviera allí Dios mío.
Una vez allí se asombró al ver una sencillez sin comparación alguna del lugar, que convertía todo los pequeños detalles esenciales para crear ese entorno maravillado. Las apariencias engañan. Cuando iba a preguntar por Misao lo vio. ¡Vio a Sanosuke bajar por las escaleras!
----
En una habitación oscura un hombre sosegado por la ira y la pasión se encontraba una vez más en el acto de fórmicar . Ese hermoso acto que se vuelve una crueldad, una pesadilla, cuando hay la ausencia de amor y alegría. ¿Pero como revivir eso? ¿Cómo regresar al principio?
Misao ya se había cansado de llorar. Sus ojos, su cuerpo, no le daba para más. ¿Para que resistirse? No podía con esa bestia, no podía con el dolor. Y ella solo pensaba en su querida amiga en como estaría porque se aburrió de estar lamentándose por lo sucedido. Lo hecho hecho esta.
Una vez el acto terminado él se bajo de su cintura y se dirigió al baño al limpiarse. Claro él si tenía el derecho de limpiarse, quitarse la suciedad, maldad, asquerosidad de su cuerpo y ella no. ¡Vaya que ya todo tiene sentido! Se escuchó de muy atrás la regadera. Las gotas puras del agua de seguro deben estar cayendo por su cuerpo, quitándole toda culpa si es que tiene.
Tardó como una hora allí adentro. Una hora y nada más. Por ella una eternidad estaría perfecto, ni una sola queja de su parte. Estaba tan maltratada y cansada que sus piernas no le daban para mas, ni para el suspiro. Cuando salió ya se encontraba bien vestido y peinado. Eso significaría que iría a la ciudad, a lo mejor. Ojala.
-Mira Misao sabes que me voy a la ciudad y por eso te quiero advertir, para que no sufras las consecuencias; no intentes escaparte porque te ira peor. Chao- con eso cierra la puerta fuertemente provocando que Misao de un respingo de repente. Ya ni un beso le daba, aunque ¿ de que se quejaba de eso?
----
Iba bajo las largas escaleras de caracol con esa pinta de playboy. Unos pantalones bastante formales de color negro y una camisa hasta los primeros tres botones desabotonados, y con eso era suficiente para impactar a todas las damas del lugar.
Al bajar sintió la presencia de su amiga, si se puede nombrar. ¿Ella sabrá todo? ¿ lo sabrá? pensó cobardemente Sanosuke. Echó un largo vistazo por el lugar, examinado cuidadosamente cada rincón. escapar ni un detalle. Ni uno mínimo.
Nada. No vio nada.
El taxi que había pedido llegó justo a tiempo y lo abordó, sintiéndose incómodamente observado, pero no le dio mucha importancia a ese suceso.
Kaoru salió de su escondite y le pregunto por la mujer de la foto que estaba en su mano. -¿Ella esta acá?-
El señor se negó.- Eso es información confidencial. -
Ya se sabía este juego. Cuando era pequeña observaba como su padre conseguía los ocupo de los hoteles cuando estaban repletos. La limosita silenciosa. Cuidadosamente busca en dinero y se lo desliza por su mano. Con eso cedería, sin pensarlo dos veces.
Aceptando el ofrecimiento le dice: - habitación 503D-
-¿y las llaves?- le cuestiono deslizando cuatro billetes más. Es increíble como la gente hace tantas barbaridades solo por dinero. ¿En que nos estamos convirtiendo?
-Aquí están- le responde entregándoselas en las manos.
-Gracias- y con eso sale corriendo hacia el rescate de Misao, de su amiga...y después hablarían...
---
Fin de Y Comienza el Fuego en Las Casas
[NA: Espero que les allá gustado este capitulo^^ Lo siento si alguien no le gusto algo. Este capitulo me gusto. A decir verdad me encanto, me pareció algo poético y que no había escrito así durante meses. Valió el resultado de ausencia. Realmente me gusto, sobre todo la primera escena. Además creó que es capitulo más extenso que he escrito. Quiero disculparme por los monstruosos errores que cometí en el anterior capitulo, mil disculpas.
Rr:
kirara26: Sabes me facino tu Rr. Es que en los fics que escribo mi principal idea es dar participación ( mayor) a los personajes menores. Se que Katsu y Shura son un dúo extraño pero sus personalidades duras y decisivas me hicieron colocarlos como pareja, aunque nada en este fic es normal. Era un poquito obvio que Kao era eso, pero aun gente no lo capta! Y recuerda una luz siempre será un reflejo de la esperanza. THX
gaby (hyatt): ¿Qué Kao se de cuenta de su locura? Creó que por ahora no...creó..THX
Kao Chan: Kao es esquizofrénica, es un poquito obvio digo yo..THX
mer1:vas a ver que pronto entenderlas todito...THX
Sufrido: Intentare mejorar mis habilidades escondidas de editora ^^U. Gracias, verdad gracias.
Naoko Sakuma: Me alegro que te guste mi fic... Lo mismo suerte y gracias
justary : Es que tengo la manía de escribir cosas extrañas....me alegro que por lo menos te agrade. Gracias!!
Y Comienza el Fuego en Las Casas (Parte I)
Disclaimer: R.Kenshin y los Simpsons son respetados sus respectivos derechos de autor.
Advertencia: Ooocness
Respuesta a los Rr: Al final del chap.
Ya para ese punto su alma también estaba consumida. El penetrante olor a licor inundaba todos sus sentidos por completo, sin excepción. Intento pensar coherentemente, dos o tres veces, pero nada le dio resultado, su estado era totalmente deplorable. Algunos hombres se el acercaron intentando mantener un dialogo con la sobria mujer de ojos llorosos, pero ¿a quien le mentimos? Era imposible hablar con una borracha. El cantinero temió darle licor en cierto momento pero como el dinero malgastado de esa niña era su fuente de alimento y con cinco bocas para alimentar mucho mejor era dejarla embriagarse.
Misao, tirada en la barra fuera de sus cincos sentido murmuraba palabras sin sentido alguno, realmente para ella tenían. - ¿Por qué Dios? ¿Por qué le haces eso a Kaoru? Ella es una niña tan inocente que no se merece estar enferma. No se lo merece. ¿Dime qué te ha hecho ella para que la odies, para que la sentencies de esa forma? ¿¡Dime?! Te demando.- silencio, le costaba ya hablar, a lo mejor un mañana estaba cerca.
-Recuerdo que cuando éramos pequeñas...pequeñitas, pequeñitas... Me gustaba molestarla porque se enojaba fácilmente y su cara enojada es tan tierna. Sus cachetes se inflan y adquieren un color rosa peculiar, lindo en su caso. Kao chan le encantaba trenzarme el cabello, pero como a mi no me gustaba peinarme lo hacia cuando yo estaba dormida, rendida ante la noche, para levantarme con el pelo desenredado.
Lo que más admiro de ella es como aguanta a todo el mundo, sin perjuicios contra nadie sobre todo al maldito de Sanosuke y la infeliz de mi persona- rompe una vez más en llanto, ¿como contenerse a tan dura realidad?
Entre sollozos se distinguió la voz del cantinero. - Buenas Señorita, me temo decirle que esta es nuestra hora de cerrar. Si no es mucha molestia y con todo el respeto le pedimos que se retire, a las nueve de la mañana abrimos si quiere usted asistir- ofreció el hombre recogiendo las botellas de licor que rodeaban a Misao.
Ella alzó su mirada para que visualizar mejor. Aunque sea un poquito mejor. Ya le estaban llegando las desmedidas ganas de vomitar, seria difícil retenerse. - Señor gracias- deposito todo su dinero en la mesa y salió corriendo hacia la salida. Dejo soltar el vomito.
-Señorita...- pronuncio el hombre al ver que había dejado mas de lo debido de dinero. Mañana si volvía le daría el cambio, aunque la tentación era hacer lo contrario. Tan fácil hacer el mal.
Ha las afuera del bar solo se escuchaban los fuertes quesillos de Misao al vomitar. Tenia un mareo, escalofríos, rabia, hambre, desolación, ojos llorosos, malestar estomacal, todo en uno solo momento. Patético. Originalmente patético.
A lo lejos un hombre alto se le acerco, bastante sospechoso. Misao estaba tan concentrada haciendo lo suyo que no pensó, o no detectó, ninguna presencia. - Que linda noche Misao- dijo esa voz ronca, esa voz que temía.
----
La mañana no demoro en llegar y Aoshi estaba preocupado. Misao había faltado ya varias semanas de clase, algo que normalmente no se presentaba. Una o dos veces bien, tercera mal..Muy mal...Se puso en contacto con varios alumnos de la clase y fuera de la clase. Pero nada, todos decían lo mismo. "Desde que termino la fiesta de Tetsuma nadie sabe de ella "
Pero lo mas ilógico del asunto es que el mismo la dejo en su hogar y se aseguro de que entrara. No podía ser que.....¿Kamiya san le habrá hecho algo? ¿ o será el demente de su ex marido? Cual de las dos era la respuesta mas acertada, estaban cincuenta y cincuenta.
De pronto un nombre resonó en su aguda mente. Takani Megumi. Ella era bastante amiga de Misao, de igual manera de esa extraña mujer Kamiya. Se dejo de merodeo y corrió hacia el teléfono publico más cercano. Tanta prisa hacia que sus movimientos fuera tremendamente torpes. Dejo caer las monedas en piso y su mente no le daba para que funcionara correctamente.
Cuando al fin estaba todo listo para llamar aprecio ella, Megumi. Lo estaba mirando de muy de cerca con sus ojos abiertos. Jamás había visto el comportamiento de Shinomori tan alterado.
-¿Qué sucede Shinomori san? Dudo que sea por algo que perdiste- Bromeó un poquito Megumi recostándose en la pared. Sabiendo que eso lo fastidiaría en cierta forma al doctor.
-Te estaba buscando- le respondió Aoshi intentando respirar rítmicamente una vez mas. Saco las monedas introducidas y la llevó a la banca mas cercana. Era necesario.
- Cuéntame que pasa. No es normal verte alterado- dijo Megumi dejando que su mirada se la llevara un carrito de helados. Tan apetitivo.
-Misao no ha asistido a clases. Nadie sabe lo que le ha pesado.- comenta Aoshi, tomándose todo el todo el tiempo del mundo. Como si lo tuviera.
-¿Así que tu crees que yo se algo?- le respondió inmediatamente Megumi. Que genio era esa mujer....
-Dios....- fue lo único que pudo susurrar Aoshi, alejando su mirada de la de Megumi. Ella simplemente se queda allí, pensando en todo y en nada. El electroshock.
----
Kaoru aun no quería levantar. El sol ya se estaba ocultando una vez mas. Era un atardecer hermoso, espléndido, y ella se lo estaba perdiendo por el simple hecho de la pereza humana. Ayer no había sido su mejor día y todavía le dolía el hecho de pelear con su amiga. Tuvo miles de pesadillas sobre algo malo le sucediese a Misao en la calle y todo por su culpa. ¿Pero por qué no se levantaba? Tenía miedo de enfrentar el mundo, se convirtió en un ser egoísta sin remedio alguno.
Se rodó noventa grados, justo, para clavar su vista en el cielorraso. Se veía tan cerca de ella, como si la quisiera aplastar, y todo se volvía gris. Ese color de enfermedad y muerte. Cerro sus ojos con ira a ver si todo se iba pero cuando los abrió todo seguía allí, esperándola que lo aceptara.
Se levanto de una para alejarse de eso que estaba viendo, eso que la estaba matando. Saco del closet blanco ( y con decoración de corales importados de Australia) una camisa amarilla clara, la típica, y su vaquero de favorito. Entro al baño sin rodeo. El agua estaba fría, tipo hielo. Aunque normalmente odiaba el agua fría esta vez se le hizo un manjar, la rejuvenecía y libraba del mal que la rodeaba. Decidió que apenas terminara de vestirse iría por Misao y le ofrecería un disculpa del tamaño del imperio Persia.
Ya lista, por fin, abrió la puerta. Totalmente lista, con las heridas bien curadas para que no sangraran, su mente bien aguda ante cualquier altibajo, y su alma completamente preparada para aceptar la realidad. Y cuantas veces ha estado lista.... y todo resulta una farsa más.
Sacudió su cabeza bruscamente y salió.
Las calles se veían mucho mas largas y eternas desde ayer. Sin Misao la vida no era igual. Pregunto por ella en varias casas, las de las dos cuadras mas adelante, pero nadie supo de nada. Las casas eran muy linda y todas decoradas en forma coralina retratando un paisaje muy playero y juvenil. Muchas estaban pintadas de blanco, para resaltar la vegetación , y otras de un azul cielo o un verde muy claro. En su mente paso la idea de mudarse allá. ¡AJÁ! Pero primero arreglar los problemas.
Miro de reojo al bar y su sexto sentido se puso en funcionamiento. Le obligaba a ir allí, aunque no se viera un lugar que la alegre Misao fuera...¿Pero la triste y desolada?
-Tal vez fue donde el tal Shinomori san, tanto aprecio por ese hombre que me dan nauseas. No, imposible. Él esta en Tokyo acuerdo lo que me dijo Misao, así que opción descartada. Tal vez...No pierdo nada ir a ver en el bar- y con eso entro...
Si ver la caverna de Moe ( Donde toma Homero Simpsons) era desagradable y lamentable esto no tenia ni punto de comparación. Mejor ni confundo ni ofendo. Mucha masculinidad en un solo lugar. Mucho sentido machista en un solo lugar. Mucho de todo. El olor al alcohol era imposible de evadir y a hombres sobrios. ¡Y eso que apenas era las seis y media de la noche! Ya la gente no sabe que pretexto usar para emborracharse por ahí.
Despacio se acerco al cantinero, hombre delgado y bajo , y muy amable le pregunto por Misao. - Buenas señor. ¿Usted ha visto a esta mujer?- le muestra la foto de graduación de bachillerato al cantinero. No había cambiado en nada.
-¿Qué es menor de edad?- le dijo el hombre asustado. En estos días multa hasta por ofrecer licor a menores de edad.
-¿No? Entonces si la ha visto, ¿cierto?- Dijo esperanzada Kaoru acercando su rostro al del hombre. Sus manos se agarraron de una baranda y sus pies se colocaron en puntillas. Niña traviesa, mascullo un hombre que estaba poniendo atención a la escena.
-Si. Estaba muy mal la joven, y tanto es que salió vomitando de aquí. Pero no ha vuelto si es lo que quiere saber- le decía el hombre recordando lentamente el suceso de ayer. Aun tenia el vuelto- ¿usted es su hermana?- pregunta el señor saliéndose del tema.
Kaoru lo mira extrañamente. ¿Y eso a que venia al tema? - Alzo así señora, ¿por qué la pregunta?-
Al cantinero se le dobla las esquina de sus labios para formar una grata sonrisa y rápidamente mete su mano en su bolsillo para darle el vuelto de anoche, o de la madrugada. Que buen corazón. - Aquí. - coge sus manos y le entrega el dinero con cierta satisfacción de hacer el bien indefinida- Este es el vuelto de la señorita. Ayer se le olvido recogerlo.-
Aun mas asombrada que nunca le da las gracias, guarda el dinero, y sale corriendo en otro lugar. Pero primero se sentó en una banca pensando ¿Misao en una licorería? Que demonios estaba pasando..a lo mejor todo era su culpa, como siempre. Inmediatamente se paro y siguió su búsqueda, si algo le pasaba a Misao ella nunca se lo perdonaría. Nunca.
A lo lejos de donde se encontraba se encontraba ese viejo y re barato hotel de tercera mano. Solo le falta ese hotel, pero dudo. También existía la posibilidad de que Misao allá vuelto a la ciudad y dejado el pueblo, o moverse a otro pueblo, otra región...o que estuviera.......... Mejor era no ir tan lejos con una simple discusión no se llega tan lejos, ¿ o si?
Su mente estaba agotada, el estrés recaía sobre sus hombros como una fuerte roca. Caía como un martillo, martillando su poca razón que le quedaba, martillando sus delirios. Estaba mas allá de lo vació. Pero decidió por ir a ese hotelucho y tener la esperanza que Misao estaba allí. Que estuviera allí Dios mío.
Una vez allí se asombró al ver una sencillez sin comparación alguna del lugar, que convertía todo los pequeños detalles esenciales para crear ese entorno maravillado. Las apariencias engañan. Cuando iba a preguntar por Misao lo vio. ¡Vio a Sanosuke bajar por las escaleras!
----
En una habitación oscura un hombre sosegado por la ira y la pasión se encontraba una vez más en el acto de fórmicar . Ese hermoso acto que se vuelve una crueldad, una pesadilla, cuando hay la ausencia de amor y alegría. ¿Pero como revivir eso? ¿Cómo regresar al principio?
Misao ya se había cansado de llorar. Sus ojos, su cuerpo, no le daba para más. ¿Para que resistirse? No podía con esa bestia, no podía con el dolor. Y ella solo pensaba en su querida amiga en como estaría porque se aburrió de estar lamentándose por lo sucedido. Lo hecho hecho esta.
Una vez el acto terminado él se bajo de su cintura y se dirigió al baño al limpiarse. Claro él si tenía el derecho de limpiarse, quitarse la suciedad, maldad, asquerosidad de su cuerpo y ella no. ¡Vaya que ya todo tiene sentido! Se escuchó de muy atrás la regadera. Las gotas puras del agua de seguro deben estar cayendo por su cuerpo, quitándole toda culpa si es que tiene.
Tardó como una hora allí adentro. Una hora y nada más. Por ella una eternidad estaría perfecto, ni una sola queja de su parte. Estaba tan maltratada y cansada que sus piernas no le daban para mas, ni para el suspiro. Cuando salió ya se encontraba bien vestido y peinado. Eso significaría que iría a la ciudad, a lo mejor. Ojala.
-Mira Misao sabes que me voy a la ciudad y por eso te quiero advertir, para que no sufras las consecuencias; no intentes escaparte porque te ira peor. Chao- con eso cierra la puerta fuertemente provocando que Misao de un respingo de repente. Ya ni un beso le daba, aunque ¿ de que se quejaba de eso?
----
Iba bajo las largas escaleras de caracol con esa pinta de playboy. Unos pantalones bastante formales de color negro y una camisa hasta los primeros tres botones desabotonados, y con eso era suficiente para impactar a todas las damas del lugar.
Al bajar sintió la presencia de su amiga, si se puede nombrar. ¿Ella sabrá todo? ¿ lo sabrá? pensó cobardemente Sanosuke. Echó un largo vistazo por el lugar, examinado cuidadosamente cada rincón. escapar ni un detalle. Ni uno mínimo.
Nada. No vio nada.
El taxi que había pedido llegó justo a tiempo y lo abordó, sintiéndose incómodamente observado, pero no le dio mucha importancia a ese suceso.
Kaoru salió de su escondite y le pregunto por la mujer de la foto que estaba en su mano. -¿Ella esta acá?-
El señor se negó.- Eso es información confidencial. -
Ya se sabía este juego. Cuando era pequeña observaba como su padre conseguía los ocupo de los hoteles cuando estaban repletos. La limosita silenciosa. Cuidadosamente busca en dinero y se lo desliza por su mano. Con eso cedería, sin pensarlo dos veces.
Aceptando el ofrecimiento le dice: - habitación 503D-
-¿y las llaves?- le cuestiono deslizando cuatro billetes más. Es increíble como la gente hace tantas barbaridades solo por dinero. ¿En que nos estamos convirtiendo?
-Aquí están- le responde entregándoselas en las manos.
-Gracias- y con eso sale corriendo hacia el rescate de Misao, de su amiga...y después hablarían...
---
Fin de Y Comienza el Fuego en Las Casas
[NA: Espero que les allá gustado este capitulo^^ Lo siento si alguien no le gusto algo. Este capitulo me gusto. A decir verdad me encanto, me pareció algo poético y que no había escrito así durante meses. Valió el resultado de ausencia. Realmente me gusto, sobre todo la primera escena. Además creó que es capitulo más extenso que he escrito. Quiero disculparme por los monstruosos errores que cometí en el anterior capitulo, mil disculpas.
Rr:
kirara26: Sabes me facino tu Rr. Es que en los fics que escribo mi principal idea es dar participación ( mayor) a los personajes menores. Se que Katsu y Shura son un dúo extraño pero sus personalidades duras y decisivas me hicieron colocarlos como pareja, aunque nada en este fic es normal. Era un poquito obvio que Kao era eso, pero aun gente no lo capta! Y recuerda una luz siempre será un reflejo de la esperanza. THX
gaby (hyatt): ¿Qué Kao se de cuenta de su locura? Creó que por ahora no...creó..THX
Kao Chan: Kao es esquizofrénica, es un poquito obvio digo yo..THX
mer1:vas a ver que pronto entenderlas todito...THX
Sufrido: Intentare mejorar mis habilidades escondidas de editora ^^U. Gracias, verdad gracias.
Naoko Sakuma: Me alegro que te guste mi fic... Lo mismo suerte y gracias
justary : Es que tengo la manía de escribir cosas extrañas....me alegro que por lo menos te agrade. Gracias!!
