Ilusiones de un Reflejo

Felicidad Momentánea

Disclaimer: R.Kenshin es de Watsuki sama

Advertencia: Ooocness

VIVA EL ROCK N ROLL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

La luna se estaba colocando una vez más en el cielo. Hoy era una noche nupcial. Sabrá Dios que sorpresa traerá esta noche, esta otra noche. Sus pensamientos rápidamente corrieron hacia una Misao tirada en el suelo repleta de golpes, y, obviamente, inconsciente. Pero de repente sus propios pensamientos fueron corrompidos por una palmada de su conciencia limpia y ordenada, que jamás pensaría eso. Siempre positivismo de parte del Dr. Shinomori, no dudar de eso.



Mientras Megumi estaba peinándose como por quietísima para calmar sus nervios. Tenía que encontrar las agallas muy adentro de ella para decirle lo que seguramente estaba ocurriendo. La MAQUIAVELICA NOTICIA. Después de todo estaba viviendo una época de mucha monotonía agresiva. No nos acostumbremos a los malos ratos, a las malas jugadas de la vida, no nos acostumbremos a nada.

¿Se desmayaría?

A lo mejor.



Se deja de rodeos y esperar que la situación simplemente fluya, fluya como un río de agua vital.

-Aoshi... - tembló un poco Megumi prestando toda su atención a sus próximas palabras- Mira, escucha, esta es mi deducción: Hace una semana Sanosuke, ex marido de Makimashi, me fue a visitar a mi apartamento. Lo note extremadamente extraño, o sea, digo, más de lo usual. Había algo en su mirada, algo... Me asusto, no te miento. Era como desquilibrada, sin control, como si estuviera dominada por un solo instinto animal. Al principio no entendí nada de ese miedo, repentino, mío. Pero hace dos días hice una extraña hipótesis. Sabes como soy yo, siempre buscando explicaciones a sucesos que no, necesariamente, son de mi interés o que me involucren en tal grado. - Megumi estaba nerviosa, tanto que se salió del tema fácilmente. Acto no muy común en ella.

- Megumi déjate de rodeos y ve al grano. Sabes que no contamos con mucho tiempo... No contamos... -

-Ok. Entendí, perdón. Sanosuke se ha vuelto loco. Si, obsesionado con Misao. Él siempre salía con una actitud o comentarios fuera de un patrón regular de su conducta ordinaria, mostrándome su lado "oscuro", por nombrarlo así. A lo mejor eso allá contribuido a, digo yo, secuestrar a Misao y llevarla lejos de las manos de otros seres.- concluyó Megumi, analizando sus palabras a ver si en verdad tenían sentido, a ver si por lo menos una tenía sentido. Inteligente Megumi, inteligente.

Este plasmado solo pudo tragar un poco de saliva lo que empeoro su situación porque se le creo un gran nudo en la garganta. No podía ni pronunciar ni mu. Justo como Megumi pensaba que iba a reaccionar.

-¿Qué opinas? ¿ O qué tienes que decir respecto a lo dicho? - Una pregunta demasiado difícil de responder directamente.

Aoshi estaba atónito, como poder responde... Como... Aunque, ahora, tenia razón Megumi, quedaba sorprendido al ver la deducción tan excelente y, para él, clara de Megumi. Como si siempre fuera la primera vez... Siempre...

Tartamudeando le dijo: - Si te apoyo... Bien- ¿bien? ¿Tan solo bien? ¿Y que hay con el resto de preguntas? ¿ Cómo por donde empezaremos? ¿Cómo se lo diremos a sus padres de Kyoto? ¿Cómo se lo diremos a Kaoru? ¿Le afectara más? ¿CÓMO?

Megumi desvió su mirada y la dejo caer al suelo. Esta escena era la primera vez actuada. Al principio solo murmuro unas palabras, palabras que para el agudo odio de Aoshi aun eran imposibles de escuchar. ¿Y como escuchar a lo que no tiene sonido?

-¿Que Megumi?-

-Aoshi. -

****

Katsu se encontraba lidiando con, los estúpidos ( perdonen mi rudeza), policías. Vaya esto es una muestra más de la corrupción de la ley. Estaba desesperado y agonizado, desde los pies hasta la cabeza. Sin una sola parte en excepción.

Shura a su vez se encontraba buscando a las afueras de Tokyo a Kaoru. Para ella era mas obvio que un joven adulto cansado de las presiones de la vida y la maldita realidad busque un lugar que la haga revivir las buenas épocas y las maravillosas sensaciones de la inocencia. La playa. Ese era el lugar exacto. Mucho mar, mucha arena, mucho sol, y demasiada diversión. Síntomas de fiebre vacacional que le da a la juventud.

La noche ya le había tomado. Su mirada, ahora, dormitada sobre el techo de la intensa noche. Una sabana eterna extendida sobre nosotros con pequeñas lentejuelas brillantinas, que capturan las ilusiones alejándolas de lo posible, alejándolas de lo imposible.

-¿Qué pasara mañana? - Se pregunta ella misma, dejando muchas respuestas al aire, al mismísimo aire. Continuó: - No sé porque pero siempre que me siento a admirar la noche siento ese extraño sentimiento que nunca habrá un mañana, que hay un hoy infinito, y ¡qué nostalgia me entra!-

No demoro mucho en recordar el divorcio de sus padres, y la muerte de su padre después. Toda su vida dependía de la felicidad de su marido y hermana. Los cuales le abrieron gentilmente la puerta a sus corazones. -Kaoru... pobre niña

****

-Misao, ¿esto te lo hizo ese bastardo cierto?- le cuestionaba Kaoru, solo para afirmar lo obvio. Estaba preocupada, e igual a su amiga estaba desmedidamente asustada. Sentía que el sudor recorría el borde de su cara a montones y no podía hacer nada para detener eso.

Misao abrió cuidadosamente los ojos ratificando de que esa voz originalmente pertenecía a Kaoru. ¡Que alegría! Aunque ella había escuchando la pregunto no hacia falta responderla así que simplemente se le tira en los brazos a Kaoru buscando calor y verdadero amor. Eso era lo único que quería ahora. No falto mucho y, otra vez, comenzó a llorar. Llorar hace bien al alma.

-Sé que lo que más quieres ahora es llorar, te comprendo Misao. Pero no es el momento tenemos que irnos corriendo de este lugar, regresemos a Tokyo lo denunciamos y te compro un pasaje a cualquier parte del mundo. Más bien a otro mundo. - le decía apresuradamente Kaoru quitándole las pesadas lagrimas de la cara a la otra.

Con todo su esfuerzo para detener el llanto le contesta: - Sí. No importa mi ropa Kao, vamos ya.- Y de un abrir y cerrar de ojos habían salido del hotel y se encontraban ida Tokyo. Espero que las cosas mejoren.

En el bus devuelta a Tokyo Kaoru estaba sumamente nerviosa, no sabía cuando se encontraría con ese tipo. Misao ya tenia una vez más esa grande y hermosa sonrisa plasmada en su rostro. Verla a ella con esa sonrisa alegraba al día, o por lo menos una parte del día.

-Kao chan, ¿ antes de pasar por la comisaría podemos ir a la casa y por donde Aoshi san? Es que mira mis fachas.- le comentaba Misao viendo el vestidito que una vez fue rosa brillante y limpio.

Ella simplemente ríe un poco para sí, al ver esa expresión de Misao que nunca cambia, que nunca dejara. Pero se desvaneció al segundo. Regresar a Tokyo seria ver a su hermano, y ver a Kenshin y... Y muchas cosas más. Todo por el bienestar de su querida amiga. - Claro Misao. ¡VE YA LLEGAMOS! :) - dijo de un salto Kaoru

Salieron, tomaron un taxi rumbo al apartamento de Katsu.- Misao, cierto, tu nunca has venido aquí, o ¿sí?- le preguntaba Kaoru recibiendo el cambio del conductor.

-Para nada. Tremendo lujo que se da tu hermano. Apuesto lo que sea que cada apartamento cuesta los dos ojos de la cara, y si es eso o más.- comentó Misao asombrada al ver tanto lujo, realmente ni Katsu, ni Shura, y menos Kaoru aparentaban ser personas de mucho prestigio. Sin Ofensas.

Ese comentario hizo que a Kaoru se le enrojecieran sus mejillas. Misao, Misao, Misao... ¿qué haremos con esta niña?

-Buenas Yokoshima - saludo Kaoru al portero. Viejo trabajador pero con una sonrisa simple honesta posada en su rostro. Otra cosa que alegra el día.

-Buenas Kamiya chan. Le tengo decir que los señores Kamiya no se encuentran, ¿tiene usted llave?-

-Por supuesto. Gracias por informarme que tenga un buen día-

-Lo mismo señorita-

Al llegar al apartamento, al PEN house, a la pobre Misao se le cayeron rodando los ojos por el piso de mármol. Kaoru se rió, nunca pensó ver esa expresión exactamente. -Bienvenida al hogar Kamiya. Pero no contamos mucho tiempo así que no te puedo mostrar todo el lugar, será otro día- eso sonó tan lejos de lo posible como lo imposible, tan distante de lo real como lo sur real, mas allá que platónico- Vamos ya -

Le toco a Misao subir otro dos más pisos para llegar a la alcoba y cuando entro quedo aun más plasmada. Kaoru dormía como una pequeña princesa esperando a que su príncipe azul la despertarse de su sueño eterno. -¡Wow! Kaoru, lindo cuarto. No se compara con el de la casa-

Kaoru que se encontraba metida en closet, con su firme propósito de hallar ropa que fuera del tamaño de Misao. Aunque Misao era muy flaquita y bajita la diferencia era mínima. - Hay claro que no. Yo amo mi cuarto de mi casa. Pero, no es por nada, no has visto el cuarto de mi casa en Kyoto. Ese si es gigante. Es demasiado para mí, imagínate todo este piso un cuarto. -



Hay gente que lo tiene todo, hay gente que no tiene nada. ¿ Cuándo todos tendremos igual?

-¿Me lo puedes describir por favor? Dudo que un día regrese a Kyoto- respondió Misao evadiendo la repentina nostalgia que surgió en su corazón.



-Pues. Es un piso entero, y el último de la casa. Entonces tu entras y directamente vez una mariposa mutante pintada, bastante grande por cierto. Tiene todos los colores de un rojo hasta un ocre. El resto de las paredes están pintadas de blanco o en su efecto llenas de afiches de Battousai u otras cosas. Al lado de la pared de afrente, hay un mueble antiguo de la era medieval que ocupa todo el espacio de esa pared y claro sus dos mesitas de noche, es un juego. Encima hay una pava y dos fotografías que me tomo Sanosuke a mí, en la época de "mejores amigos" en la primaria. El resto de las paredes están llenas de calendarios, no sé porque los puse pero así se quedó y sé quedar. También se halla una repisa donde tengo mis cuadernos de primaria y secundaria: p- Kaoru lo decía con sus ojos cerrados para que no se le escapara ni un minúsculo detalle.

-¡Sígueme contando! Sabes que me encanta que me describan las cosas a lo bien- alentando la otra.

-entonces hay una pared a la izquierda que conduce a un pasillo que tiene dos puertas. La de la derecha es la sala donde solo entro yo y quien se me pegue la gana a mí... hay un televisor, como el de la casa-

-¿uno así de gigante?- grito Misao



-Sip, justamente así. Se encuentra varios muebles y todo una paradilla es una gran pecera. Te encantara.

En el otro lado, de ves de puerta hay una tela de seda representándola, entras y encuentras varias repisas repletas de revistas viejas y discos de los sesenta, setenta y ochenta. Sabes como soy yo. En una esquina se encuentra mi computador con otros aparatos que aun no les encuentro su función. Las paredes están pintadas de todos los colores pasteles. ¡Y ahh!! No tengo luces artificiales allí, solo velas e inciensos. -

-Como que tu lado hippie relució allí friend. - Bromeó un poco Misao.

-Claro. ¿Qué esperabas? Entonces por allí hay unas pequeñas escaleras que por fin conducen a mi cama. Es pequeña la habitación donde las paredes están todas re sucias, la cabecera de mi cama contra la pared y al lado una mesita de noche con varios libros sobre historia o en su efecto de Stephen King y por allí esta la camita de Shinji y Asuka, mis gatitos. - Por fin termino.

-Kaoru no sé que decir. Eso parece toda mi casa de Kyoto. ¿En verdad así de grande es todo para ti? ¿Así de extravagante es todo para ti? Me impresionas que no te afecte tanto mimadera de parte de tu familia. Niña es grandísimo eso -

-Pues supongo que no. Aunque yo aprecio todo lo que hace mi padre por mí por alguna razón no me siento a gusto con él. Sabes típico complejo de: pobre niña rica-

-No se permite autoestimas bajo amiga-

-Cierto. Se me olvido. Ya conseguí ropa para ti. Vístete rápido y nos largamos de one-

-Ok-

****

Muy adentro de si mismo sabía que eso iba a pasar. Conociendo a Kaoru no se rendiría hasta conseguir lo propuesto, en ese caso seria liberar a su amiga . Le deba un rabia desmedida al saber que se la habían arrebatado, otra vez. Pero pudo contener su rabieta, una de las tantas que sentía en ese instante.

Misao ya se había cambiado y comido algo, no podía seguir ignorando los fuertes rugidos de su estomago. Kaoru cogió las llaves de su auto y se dirigió a la comisaría. Donde todo debería estar "arreglado"....Como si fuera eso verdad.

-¡Kaoru!- se escuchó una voz ronca y forzada. Katsu. Sin mentir pareciera que se hubiera envejecido veinte años más. Su sonrisa resucitó de la ultratumba. Ella ni sabia cuanto él estaba sufriendo aquí..Aquí en la tierra, aquí el infernal.

Dio media vuelta y el tiempo se paralizó. Para volverla a ver daría cualquier cosa, hasta besaría sus pies bajo el mendigo altar. Estaba vivía y completa, sin un centímetro más, sin un centímetro menos. No dudo de salir corriendo y a abrazarla, no dudar de eso.

-Kaoru...¡Dios solo sabe cuanto te he llorado! Solo Dios...Solo Él...- decía Katsu entre largos y espesos suspiros. Misao se quedo en una esquina viendo la escena. Tan bello, tan deslumbrante , era el amor....Tan frágil..

Primero lo primero, pensó Kaoru. Como lo conocía tan bien sabía que pronto le acabaría esa ternura y le daría el sermón de su vida, pero todo tiene su razón, ¡créelo o no! –Mira antes que comiences a regañarme, y no me hagas esa carita niñito. Me tuve que ir por lo de él, porque tenía que pensar muchas cosas, tengo, aun, que pensar mi posición de mi yo afrente el mundo. –

Cada palabra la estaba entendiendo. No es fácil manejar un caso como el de ella, uno tan particular. Solo estaba preocupado. Abrió su boca y de inmediato la cerro. No mas problemas por ahora.

-Vamos ya, estos malditos desgraciados no hacen nada. Con razón estamos como estamos, yo no hay que quejar. – Dijo Katsu colocando sus dos manos en un hombro de Kao y otra en el del Misao.

-¿Dónde se encuentra Shura?- pregunto Kaoru echando vista atrás a ver si la veía

-Buscándote- respondió Katsu con cierto timbre de voz bromista, típico.



-¿ah? -

-¿El carro?-

-Por allá- rió simpáticamente Misao. Sentirse bien, muy bien.

*****

En la casa se podía escuchar el movimiento consistente. Estaba desesperado, busca que busca...pistas, ropas, papeles...No se encontraba ni carajo, pero. ..Megumi, ella debía saber...Se suponga, ¿no?

Se embarco en la caminote directamente hacia su casa. Un sábado por la mañana, imposible que este trabajando. Era una maniática total para el trabajo pero no una adicta...No una adicta....no...

Las escaleras se le hicieron eternas. Claro si uno se pone analizar no es que te ponga de buen humor estar con un sol cancerigeno y que de paso decidan cortar la luz para subir 13 adorables pisos completos, sudara como una vaca cagando, y que la persona que busques no este.... Hoy no era su día.

Pensó en la u pero dudo.....Caminado por allí, para buscar un frió helado de vanilla, la encontró a ella... a ella y a ese él.

****

Cruzando la esquina del departamento de los primos segundos de Misao se lo encontraron. Al demonio hecho hombre, a la demencia hecha hombre. A Sagara....No pudo contener esta ira que se estaba emergando desde su fondo corrio hacia el y lo acorelo contra la pared...Las personas que se encontraban prsentes se sobresaltaron al sentir de repende semajnte empujon desde atras. La mayoria no dudaron en decirle sus sietes verdades otros optaron por el voto de silencio. Y un grito rezono entre el escandalo..

-A ver maldito que le hiciste a Misao- amenazo Aoshi

Notas de Autor: solo se que nada se. solo digo que la tardanza no es solo un defecto, si no una necesidad inecesaria. ¡QUE VIVA EL CHAVO DEL 8!!!!!!!!!!! Respondo a Rr después.............