Ilusiones de un Reflejo

Tu a mi no me calmas...

Disclaimer: R.Kenshin es de Watsuki sama, y otros "stuff" que entrara aquí no son míos y se los dejo saber enseguida.

Advertencia: Ooocness y errores ortográficos.

Notas de Autora: ¡RATA BLANCA ROX!!!

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La mañana estaba ardiente y los rayos del sol se ocupadan se calentar a Tokyo. Se acaba de levantar y esa música tenebrosamente medieval acechaba sus oídos miedosos. De un brinco se sale de la cama y apaga la radio. ¿Quien rayos utiliza esa clase de música para programas matutinos? A si, a si, un loco se le había olvidado.

Iban a cumplir dos semanas desde que habían ido a la comisaría a denunciar el caso de : Sagara Sanosuke. No se encontraban pistas todavía, pero el tiempo prometía una buena recompensa...O por lo menos eso esperaba nuestra protagonista. Debería ser así, si siempre dicen que el bien triunfa ese desgraciado ya se hallaría tras de barrotes y viendo solo un rayito de luz por el resto de su vida. Claro esta que si la corrupta justicia no cumplía su, supuesto, papel de "justiciera" no le quedaba más que pasar dinero por debajo, y eso le sobraba a ella.

El lunes iría a comenzar, de nuevo, sus terapias, Misao se lo pidió de corazón...¿y cómo no complacerla? Admitió que esto le costaría mucho, ver la cara de Kenshin y decirle porque se fue y todos los peros y porques que existen en el mundo pero en verdad ella lo necesitaba, una gran parte de ella se lo pedía a gritos.

Misao estaba dormida en el cuarto de huéspedes, como lógico, hasta que fuera seguro regresar al hogar. Al querido hogar.

Con una rapidez Kaoru prende el computador y comienza a terminar todo el trabajo que dejo a medias de la universidad. Tenia demasiado y no estaba segura si terminaría hoy de hacerlo todo.

"Manos a la obra..." pensó...Con un ágil movimiento de muñeca a se dedico a teclear cuatro horas de seguidos, sintiendo cada gota de sudor recorrer el borde de su cara lentamente como si no quisiera resbalarse. Llego a un punto que no sentía su cuello y sus dedos los tenia exageradamente hinchados, fuera de si.

Realmente hacer un ensayo sobre la filosofa de un loco artista no era algo que podía animar el día, iría a buscar a buscar unos mantecados. Si eso haría.

Se apartó del computador y se hizo una coleta bastante alta, solo para alejar el calor que sentía en ese preciso momento. Caminó al baño donde se limpio su rostro del sudor. Mas tarde tomaría otro baño, no le caería nada mal.

Cambio de idea y prefirió tomar el baño primero, era mucho mejor. Saco la ropa que se iba a colocar, una camiseta amarillo pálido y sus vaqueros mas desteñidos que pudo encontrar. Echo la ropa sucia en el canasto y mientras se introducía lánguidamente observaba como su piel se erizaba al contraste de temperaturas.

Cuando salió de su habitación se dio cuenta que el aire central estaba encendido. Podía sentir una ligera corriente de aire, pero era totalmente ajeno al infierno que estaba viviendo y de repente una ola de mareos la ataco por la espalda. La derrumbo... "OH...Ahora quien vendrá a salvarme" ( Cita del Chapulín Colorado")

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Misao estaba en su habitación, hoy se sentía terrible. Una gran melancolía abordaba su pequeño corazón. Miro el reloj de gatito que se hallaba en la mesa de noche. - tres y treinta PM- Balbuceo Misao trayendo su mano derecha para cubrir su rostro de "acaba de levantarme de una mala rancha". Aun tenía el pesado sueño recargado en sus hombros. El sudor estaba tan abundante en su cara y tan pegado que hacia el papel, perfecto, de una segunda capa de piel.

Con la pereza más grande de esta eternidad se levanto abrir las cortinas, la cual, enseguida, disparo un rayo de luz. Sin exagerar casi la deja ciega. -Bonita hora de yo abrir la ventana- y sin pensarlo dos veces cerro otra vez las cortinas. Aun así pequeños de rayos traspasaban la cortina. ¿Por qué el cuatro de huéspedes tenía las cortinas mas delgaditas? cierto, nadie duerme allí.

Se volvió a tirarse en la cama. Estirando sus pies y manos y bostezando fuertemente. Tenía la cabeza revoloteada. Estaba pensando en mil cosas a la vez, y al tiempo estaba pensando en nada. ¡Era harto estar todo el día encerada! Pero el miedo omnipresente que sentía hacia Sano no la dejaba salir. Lo bueno es que el Dr. Shinomori....bueno revelo: ¡ estaba sintiendo una extraña conexión con él!

Es como si su relación, si alguna vez tuvieron una, estaba avanzando. Las barreras se estaban acabando y ya era como hora. No pudo evitar sonrojarse....Un aspecto positivo de mirar las cosas. El lado negativo era estar encerrada en el súper apartamento de Katsu con los guardaespaldas siempre al lado de ella, siempre en el ojo de ellos como si se pudiera extraviar de allí....Era el agridulce sabor de su vida.



Sin estar pensando más termino dormida, y el mundo de los sueños siempre la esperaba con un sonrisa y algodón de azúcar.

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Al ver la señorita Kamiya tirada en el piso no les quedo de otra que ir corriendo a llamar al medico del sexto piso . Si, todos eran muy precavidos. ¿Y quien no lo estaría? La mayoría estaban enterados sobre el estado medico y mental de la niña, conocimiento que provocaba un cambio de actitud con ella.



El Sr. Matsu no tardó en llegar. Tan rápido como un relámpago ( mala metáfora, lo admito) . Kaoru ya se encontraba en su cuarto recostada en su incomparable comodísima cama. La señorita Ana ya había traído algunos trapitos húmedos, el paquete medicinal, y unas cuantas medicinas caseras preparadas con romero y laurel. Tres de los guardaespaldas de Misao estaban ahora con Kaoru, y Misao dormida, profunda, como si estuviera llegando a la nirvana en su alcoba.

Como vino se fue. Kaoru había recuperado la conciencia y se encontraba leyendo, ahora, un libro de Robert Nathan. Todos se demoraron en salir de su habitación ya que se encontraban aun alarmados por la situación, pero se fueron. Aunque la señora Ana estaba muy disgustada con la decisión tomada por Kaoru, para ella no era muy sano dejarla totalmente sola.

El libro que comenzaba a leer se veía bastante interesante, aunque no negaba que le paresia que algunos personajes caen en estereotipos ya usuales. Bueno se quejaba realmente ya que tenía un motivo de entretenimiento hoy. Claro que salir a caminar y llegar a la casa de........¡Pero no! Era imposible sobrepasar las fortaleza de su hermano y la sobre protectora señora Ana.

Después dos horas clavada en libro paro la lectura a ir por un baso de aguda. Su garganta estaba hecha un desierto total. Al bajar las escaleras se encontró con Misao y Megumi "hablando" ampliamente. No pudo evitar unas risitas discretas que se le escaparon y corrió hacia la cocina cuando Misao le iba a dar una de esas miraditas....esas miradas....

¡Hay! En la cocina se encontraba, obviamente, lógicamente, y todos los mentes, la señora Ana cocinando lo que mas parecía caldo de pollo. ¡Como ella lo detestaba! Y a lo mejor ese caldo terminaría en su estomago. Pero lo mejor era no enojar a esta mujer, ya la conocía en sus malos ratos y era insoportable al extremo.



-Señorita Kaoru, ¿qué haces levantada? Le dije claramente que no podía levantarse de su cama...Se lo dije.- le dice colocando sus penetrantes y gastados ojos sobre los inocente e infantiles de Kaoru. Su cara arrugada se arrugo mas y comenzó a balbucear otras cosas incoherentes.

Echándose un poquito para atrás con todo y gotita le responde embozando una tímida sonrisa:- Fresca* señorita Ana, enseguida me de vuelvo a mi habitación como me lo pidió- y así hizo.

El piso estaba helado. Si solo supiera como apagar el condenado aire central las cosas fueran a su favor. Pero nada...Cuando llegó a su habitación allí estaba él...-¿Cómo llegaste aquí?- pregunto sintiendo que su respiración se le iba.

-¿No me querías ver?-



-¿Cómo llegaste aquí?- repitió enfureciéndose rápidamente.

-Magia-

-¿Como llegaste aquí?-

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-Misao, ¿Cómo va el progreso de Kao chan?- preguntó Megumi acercando el baso de limonada hacia sus labios.

-¡Hay! No sé ni como decirte. Con la situación que estamos viviendo a hora nos hemos descuidado de esa parte de ella, aunque ya la mayoría están informados de por si algo pasa.

-Ahh- la sala entro en un placentero silencio donde solo resonaba el ruido de Misao al sorber un poco de la limonada. Megumi rompe el silencio- ¿Cuando crees que la acompañaras a donde Aoshi?-



-La próxima semana. Katsu, Shura, y yo nos pusimos de acuerdo en esa fecha...Pero aquí entre nos, cambiando un poco el tema, se me hace mas que coincidencia que siempre que el Dr. Aoshi me viene a visitar Kao esta dormida o comprando cosas. - Dijo Misao concentrándose en ese hecho.

-Cierto....¿Puedo subir a verla? Tengo mis siglos sin hablarle. Ya esta me hace falta- Bromeó un poco Megumi para blandir la situación, aunque sea un poco.

-Claro niña, ni más faltaba-

Al subir las escaleras pudieron escuchar a Kaoru hablar. .-¿A caso ya Katsu llegó?- dijo Megumi deteniéndose justo afrente de la puerta de Kao.



-Nada. La mayoría del tiempo llega con Shura,y ella no se encuentra...- contesto Misao, mirando nerviosamente a sus alrededores...La verdad....dolorosa verdad...

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-Kenshin....no puedes estar aquí. Si...si quiero verte pero no puedes estar aquí-

-Entonces amor, solo cierra los ojos e imagina que nunca estuve....- y así lo hizo...

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Notas de Autora: Se que este capitulo es corto pero no quería escribir más, por que después no se que escribiría para el que sigue. También esto alerta que no explique lo que paso en el capitulo anterior, acto que revelare después. TODO A SU TIEMPO. Intente no cometer tantos errores de dedo, pero creo que por ahí se escaparon algunos. Espero que les halla gustado este cap, porque a mi ( misteriosamente). Dejen Rr....plz¿?

gaby (hyatt: creo que la espera se te va hacer mas larga( lo presiento.)

Kao Chan: Si mis errores ortograficos son con MAYUSCULA todos:PJEJE ( espero que hallas entendido eso)Intente hacer lo mejor con este, me avisas que tal quedo

Sufrido: ¡Jovencito! Se, que exagero pero tenia que meter cosas para que se viera que escribi algo por lo menos....Te veo pa la proxima

Naoko Sakuma: .Soy de barranquilla..por? tu tambien eres de Colombia¿?

Gracias por decir que mi fic esta de lujo...

Chaitos