Disclaimer: Shaman King y sus personajes no me pertenecen (la triste realidad) sólo hago un patético fic n n


Lluvia ácida

Capítulo tres. La sonrisa.


Anna apagó la televisión. En realidad no la estaba viendo. Miro el reloj. Cinco de la tarde. Se sorprendió de cómo el tiempo transcurría lentamente. Sus ojos siguieron la aguja del reloj. Cuanto los segundos, los minutos... Cinco y cinco. No lo soportaba. Ahora el tiempo también se reía de ella. Había tantas razones por las cuales vivir... Pero ella no encontraba alguna razón. De las que antes tenía miles. Había tantas razones por las cuales morir...

El sonido de la puerta la sacó de sus pensamientos. Hao había vuelto. Miró el reloj. Cinco y siete.

"¡Diablos!"

El tiempo no podía transcurrir más lento era imposible. Miró por la ventana. Las personas corrían por las inmensas calles, mirando sus relojes, apresurados. El tiempo parecía írseles rápidamente.

"¿Por qué a mí no me sucede lo mismo?"

Cerró lo ojos. Sintió como las voces, los recuerdos, las imágenes volvían a su mente. Su infancia. La pensión. Yoh. Casi lo podía tocar. Casi. Abrió lo ojos.

Hao la miraba atentamente desde el otro lado de la habitación.

- ¿Podrías dejar de mirarme, Hao? –Anna frunció el ceño.

Hao le sonrió. Extrañamente, fijó su vista en otro punto.

"¿Qué diablos?..."

- Ves como si te gusta que te miren... –musitó Hao, sonriendo y volviendo su atención a ella.

- Idiota. – Anna se levantó, necesitaba estar sola.

Dio vueltas a sus pensamientos. Aunque sólo pensaba en una sola cosa: Yoh.

"Maldita sea. ¿No puedo dejar de pensar en nada más? ¿Acaso no puedo dejar de pensar en él?"

Suspiró.

No, no podía. No podía, simplemente. Se odiaba a si misma por no poder. Ella, se suponía, lo podía todo. Había fallado. Otra vez. Desde el momento que lo conoció no hacía nada más que eso. No recordó el momento en el que ser querida se convirtió en una necesidad. Ser querida, pero lo más importante, ser correspondida.

¿Qué eran las emociones, después de todo? ¿Qué era el amor? ¿Sólo una emoción pasajera?

Miró nuevamente por la ventana. Esta vez era diferente el paisaje. Había un parque. Niños jugaban. Despreocupados. Contentos. Felices.

¿Qué era la felicidad? ¿Acaso alguien la podía alcanzar? ¿O era otro sueño imposible de los hombres? La felicidad... La felicidad que no es pasajera... Ese sentimiento que convive contigo. Que te hace sonreír. ¿Yoh habría alcanzado la felicidad?

Una pareja paseaba y reía. Abrazados. Sintió un pequeño odio, nacido de la envidia hacia ellos.

¿El destino había decido hacerle esto? El destino era cruel...O tal vez ella misma lo había provocado. Si hubiera sido más abierta... Pero ahora, ya no podía arrepentirse. Su oportunidad ya había pasado. Temía que fuera la única. Se sentía ausente. Se sentía incompleta. Ya sabia lo que le faltaba. Pero era imposible recuperarlo. Imposible.

¿Por qué lo hombres necesitaban relacionarse? Al fin y al cabo, un terminaría sólo. Amigos. Morirían algún día, si es que el tiempo no los hacía separarse. Amor. No existía el amor eterno. ¿Cuál era esa necesidad de relacionarse? No lo sabría. No por ahora. Había nacido en el silencio, y el silencio sería su mejor amigo.

Suspiró otra vez.

Seguir adelante. Que difícil era. Pensó en situación. No podía quedarse con Hao por toda su vida. Tenía que hablar con él.

Lo buscó. Estaba en la sala-comedor. Miraba por la ventana, mientras jugaba con un encendedor.

- Hao, necesitamos hablar.

Hao la miró por un instante. La observó. Odiaba cuando lo hacía. Se sentía al descubierto. Odiaba sentirse al descubierto.

- Entiendo, no puedes vivir conmigo por la eternidad. Lástima, a mi me hubiera gustado.

Anna frunció el ceño.

- Puedes buscar un trabajo, y alquilar tu propio apartamento. Yo te ayudaré.

- No necesito tu ayuda.

- Entonces, ¿Por qué viniste a hablar conmigo? Un silencio se hizo.

"Si lo necesito..." pensó Anna.

Hao sonrió. Saco su encendedor y siguió jugando con la pequeña llama. Lo guardó y se levantó rápidamente y tomó a Anna de la muñeca. Su mirada brillaba. Anna se asustó. Trató de zafarse, pero fue en vano. Hao salió de su pequeño departamento. Bajo las escaleras rápidamente, tomando fuertemente a Anna de la muñeca, más sin hacerle daño alguno.

Anna trató de imaginar que clase de cosa pensaría en ese momento, más le era imposible.

Corrieron entre la multitud. Empujando a los demás. Anna no soportaba todo el ruido de las calles. ¿Nadie podría entender lo dulce del silencio?

Hao paró abruptamente. Anna subió la mirada. Se encontraban en un supermercado. ¿Un supermercado?

- ¿Qué diablos pretendes? – Anna estaba molestándose. "¿Tanto correr para llegar a un estúpido supermercado, el cual odio?"

Hao cerró sus labios con su dedo índice. Agarró un carrito y se dirigió a la entrada, como si lo que acabara de hacer hubiera sido lo mas normal del mundo. Anna decidió no hacer mas preguntas. Después de todo, el era Hao. Anna lo siguió.

No soportaba todo ese ruido, las personas hablando sin parar. Lo que más le molestaba era que hablaban de cosas tan...! Escuchaba los fragmentos de conversaciones.

- Si, querida, como te lo dije,¡la hermana de la amiga de mi peluquero esta en las drogas!

- ¡Pero si es una familia tan respetable!...

- ¡Viste!, ¡El tipo vino y lo fauleó! ¡Y ni si quiera una tarjeta amarilla!

- ¡Pero si eso merecía una roja, hombre!

- ¡Aj! ¡Qué out que estas!

- ¿Eh? ¡Pero si este conjunto salió en la revista de la semana pasada!

- ¡Por eso! ¡Ay, Dios! Eso, en el mundo de la moda, ¡es como hace mil años!

"Nadie le tiene respeto al silencio..." pensó Anna.

Hao agarraba las cosas sin casi darse cuenta de que ponía en el carrito. Anna se preguntaba para qué diablos Hao quería un pañal y comida para perros. Agarró las cosas innecesarias a su criterio y las saco del carrito.

- ¿Qué haces? –le preguntó Hao al ver que sacaba cosas del carrito.

- Creo que podrás sobrevivir sin tus pañales ¿no?

Hao frunció el ceño, hasta darse cuenta de las estupideces que había metido en el carrito, y que luego fue devolviendo junto con Anna.

- ¿Para qué me trajiste al maldito supermercado, Hao?

- Lo verás dentro de un momento...

- ¿Qué? ¿A qué te refieres?

Hao miró su reloj, esbozó una sonrisa. Agarró una caja de fósforos y prendió fuego de uno. Luego lo tiró al suelo, y la llamarada se hizo más grande.

Anna veía como el fuego bailaba ante sus ojos, un rítmico baile que la cautivaba, pero a la vez le inspiraba miedo. Miró a Hao, que sonreía de satisfacción al ver como el fuego crecía y las personas entraban en pánico.

- Hao hay que salir de aquí –le dijo Anna- antes de que se haga la gente se alborote más y no encontremos una salida.

- Tranquila, sólo quédate y disfruta.

Anna lo miró. Hao iba a quemar ese supermercado. Lo más probable era que la cámara de seguridad lo hubiera grabado y lo llevaran a la cárcel. Estaba loco.

Anna vio como el fuego crecía más y más. Hao la tomó de la muñeca otra vez y la acercó al fuego.

- ¡Suéltame, Hao, me voy a quemar! –Anna trató de soltarse en vano, Hao la acercaba más al fuego.

Pero no quemaba. Estaba a escasos centímetros del fuego y no se quemaba.

"¿Qué diablos?..."

Sintió un poco de miedo. Ni si quiera estaba caliente. Hao, con suavidad, acercó su mano al fuego esta tocarlo. No quemaba. Ni si quiera estaba caliente. Hao la soltó y ella movió varias veces su mano en el fuego para comprobar que no ardía. Miró a Hao, extrañada.

Hao le sonrió. Y con un chasquido de los dedos apagó el fuego de mentira.

El espectáculo era divertido. Todas las personas miraba confundidas, extrañadas. Se había hecho un gran tumulto y hasta los bomberos habían llegado. Estos se habían enojado, porque pensaron que era un broma.

Hao condujo a Anna fuera del supermercado, ya con más tranquilidad. Nadie se dio cuenta de que no había pagado por lo que llevaba.

- ¿Qué pretendías con eso? – Anna miró a Hao con el ceño fruncido, quien estaba con una sonrisa triunfante en el rostro.

- ¿Me vas a decir que no estuvo divertido? –Hao amplió su sonrisa. El paisaje eran personas completamente confundidas. Y era cierto. Observarlos, sus rostros, sus acciones, era muy divertido. Y más aún ser la causa de ello y saber la verdad de lo ocurrido.

Anna no pudo contener una pequeña sonrisa.
Ah no me gustó el capítulo anterior o.oU por eso hice otro tan rápido Gracias por los reviews!

El próximo si tardará mas u.ú y se sabrá algo de Yoh

Dejen más reviews T.T A mi me parece que este me salió mejor que el anterior v.v Ya saben todo el rollo de que si no dejan reviews lo perseguiré y mataré pero, además ¬¬, si no mandan un reviews Alesita torturará a su hermanits menores y/o mascotas. Así que dejen reviews

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A responder!

Jacqueline: Anna puede que se quede con Hao xD o con Yoh o con algún tercero (Ren) x3 Todavía no lo sé...Ya lo veré en cuanto siga el fic.. quien más se lo merezca se quedara con Anna Y con respecto al beso de Yoh y Tamao, se sabrá toda la verdad en el próximo capítulo Gracias por el review y por seguir leyendo!

Paz-ita: Gracias! n.ñ Si siempre se necesita a Hao, porque Hao rulea x3 (se nota que lo amo?) Tienes razón le hecha esa adrenalina a la historia y me encanta cuando molesta a Anna xD Como digo se sabrá todo lo del beso en el próximo capítulo Y Anna le sonreirá la suerte en grande! Gracias otra vez! no

Marielita-san: Jeje si que lo continué pronto xD (no se acostumbren u.ú) Anna se lo pasará en grande! n.ñ Gracias por tu review!

Emmyk: Haooo! x3 Amo a Hao Io también la odio es tan.. perra -.-u Argh ¬¬ Muerte a la pelirosada! De hecho hay una página de hatelist de Tamao & Jeanne (también la odio ¬¬u) Gracias por tu review!

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Dejen Reviews y que tengan otro patéticamente lindo día! [Conciencia: A qué se debe tanta felicidad? oó] Ps a qué estoy de vacaciones! non Y pq no se dieron cuenta de que tenían que ponerme una sanción disciplinaria! D Ehem n.ñ Adieu

Alesita se despide.