Capitulo dos.- Tamara y el Gimnasio Malva

Dos horas más tarde, Cassandra Surge yacía frente a la entrada del Gimnasio de Ciudad Malva. Es una construcción humilde, en parte porque apenas está iniciando y en parte porque aún no ha sido reconocida por la Liga Pokémon como un gimnasio miembro de la Conferencia Plateada. Cassandra sonríe, como si hubiera recordado viejos tiempos al ver el edificio, y entra tranquilamente y sin prisa.

Ya dentro, se encuentra con varios entrenadores haciendo honor al título de "gimnasio", entrenando a sus Pokémon y esperando las enriquecedoras lecciones de la líder del sitio. Uno de ellos, un muchacho de cabello marrón y camisa amarilla, vio a Cassandra y sonrió.

??? (emocionado) .- ¡Cassandra! ¡Hace mucho que no te veía por estos lugares!

Cassandra (con una ligera sonrisa).- Me da gusto verte, Matt

Matt.- ¿Vienes a retar a Tamara, como en los viejos tiempos? ¡Si es así, no me perdería el duelo por nada del mundo!

Cassandra.- No, sólo ando de pasada por aquí. Tengo cosas más importantes que hacer, pero me sobra un poco de tiempo para visitarlos y saber cómo anda el negocio.

Matt.- Ya veo...Lástima. Tamara ha andado ocupada tratando de conseguir una cita con los inspectores de la liga. Ellos dicen que no tardarán mucho en venir, pero ya sabes como es esto...

Cassandra.- Sí. Lo mismo pasó conmigo.

Matt.- Dime, ¿Aún tienes tú gimnasio Pokémon?

Cassandra.- Así es. Va muy bien; más de 450 victorias y cero derrotas. Recibí una carta de la Liga Pokémon, y me dicen que si sigo así, pensarán en subirme de rango.

Matt (impresionado).- ¿Te ascenderán a líder mayor?

Cassandra.- Eso espero, aunque te diré que estoy algo nerviosa.

Matt.- ¡No te preocupes, tus Pokémon son poderosisimos! ¡Jamás he visto ninguno igual a los tuyos; sobre todo hablando de tu Raichu!

Cassandra.- Sí, mi Raichu es algo especial.

???.- ¿Especial? "Especial" se oye corto tratando de describir a tu Raichu.

Una niña de cabellos rubios y voz chillante se metió en la conversación. Cassandra al verla sonrió más amplamente.

Cassandra.- Tamara, cuánto has crecido.

Tamara (vacilanete).- jeje, una niña de nueve años no siempre estará como tapón de alberca... y cuéntame, ¿Cómo está tu Raichu?

Cassandra.- Velo por tí misma. (sacó una Pokéball y liberó a su Pokémon. Raichu, al ver a Tamara, la abrazó cariñosamente)

Raichu.- ¡Raichu! nn

Tamara.- ¡Vaya, se ve muy bien! ¡Y no sólo eso; se nota que lo has entrenado excelentemente!

Matt.- Lo mismo digo. (sacó de su mochila una libreta y comenzó a hacer un esbozo del Pokémon) ¡Ese Raichu es digno de dibujarse; se ve perfectamente saludable! (Mientras decía eso, Raichu por tanto cariño tira a Tamara por accidente)

Raichu.- ¡Rai, Rai Raichu! oo

Cassandra (ruborizada por la pena).- Sí, muy saludable, jeje

(Tamara y Cassandra se encontraban en el cuarto personal de la líder de gimnasio, cumpliendo ella la petición de la hija de Surge)

Tamara.- ¿Y qué te trae por aquí, amiga? No creo que haya sido nada más por nostalgia.

Cassandra.- Piensas correctamente. (Alza la mano en donde tiene la Pokébola con su Raichu adentro y se la entrega a Tamara. Ésta última se azora por tal acto de su amiga)

Tamara.- Pero... ¿Porqué me entregas a tu Raichu?

Cassandra.- Quiero que lo cuides por un tiempo en tu gimnasio, y si quieres podrás usarlo en combate; como está acostumbrado a tí, te obedecerá sin problemas.

Tamara.- Aún no me contestas: ¿Porqué tal decisión?(Cassandra calló, titubeante)¿Acaso tiene que ver con la Hermandad?

Cassandra.- Así es... Será imposible rehuirles por más tiempo. Mi Raichu me ha ayudado en varias ocasiones a escapar, pero... sus Pokémon son cada vez más poderosos.

Tamara.- ¿Y los demás Pokémons que robaste, los encontraste?

Cassandra.- El Eevee he oído que lo tiene una entrenadora de Pueblo Strawberry, en Balto. Actualmente anda luchando por participar en la Liga Johto; por eso mi interés en participar.

Tamara.- ¿Cuántas medallas tienes?

Cassandra.- Ya tengo 10. Con mi Raichu no hubo problema en ganarlas.

Tamara.- Me alegra oír eso...

Cassandra.- Sobre el Pikachu...

Tamara.- ¿qué sucede?

Cassandra.- ...Aún no me decido qué hacer con ese Pikachu. Podría robarlo, y así evitar que la Hermandad actúe primero. Por otro lado, debo esperar a que el entrenador que lo posee me de la revancha. Ahí se decidirá todo.

Tamara.- Entonces conque sí era aquél niño que venció a tu padre.

Cassandra.- Así es. Mis suposiciones eran correctas.

Tamara.- ¿Y no crees que ese entrenador sea atacado por la Hermandad y le roben al Pikachu antes de llegar a tí?

Cassandra.- No creas que eso no lo he pensado. (Cassandra se detuvo por unos momentos, dejando a Tamara intrigada. Luego continuó) Si llegara ese caso, me veré obligada a luchar una vez más contra ellos.

Tamara.- Pero ellos no sólo buscan a los Pokémons, sino a tí también...

Cassandra.- Lo sé... Pero debo arriesgarme por última vez. Si la Hermandad adquiere a ese Pokémon y completan su desarrollo, quién sabe qué pueda ocurrir en la Liga Johto.

Mientras tanto, Ash Ketchum se encontraba en el Pokémon Center, sentado en una de las tantas sillas de la sala de espera y rehuyendo a Misty y a Brock. Pikachu se encontraba siendo curado de sus heridas en la sala de cirugía, ya que había recibido un daño grave que requería tratamiendo inmediato.

Ash lloraba en silencio, para sus adentros, sin derramar lágrima alguna. Su corazón estaba dolido, sangraba por una tremenda humillación. ¿Acaso debería participar en la Liga Johto con este nivel? Nadie le respondía; su lado positivo por lo pronto ya no existía en su interior.

Misty (secamente, parada frente a Ash y tocándole su hombro izquerdo con su mano derecha).- Ash...

Ash (alzando su vista y mostrando un semblante pálido. Logro ver a Misty disgustada).- Qué quieres.

Misty.- No entiendo qué te sucede. No es la primera vez que pierdes, ni será la última vez que ocurra. Aunque no lo admitas, Pikachu estará bien; como tú dijiste, él es muy fuerte.

Ash.- Fue una derrota humillante, Misty...

Misty.- ¿Y eso qué? ¡Ash, has perdido tu toque de al principio!

Ash.- A qué te refieres.

Misty.- ¡Ash, al principio de tu viaje en Kanto, eras arrogante y orgulloso de tí mismo! ¡Una batalla humillante no significaba nada para tí!

Ash.- Ahora es diferente. Tengo mayores responsabilidades.

Misty.- ¡Ash, acéptalo; has tenido una regresión patética de tu personalidad!

Ash (se levanta ofendido y habla en forma retadora).- ¿Insinúas que soy gallina? ¡Claro que no lo soy, así que retira lo dicho! (Misty se azora, y luego ríe) ¿Cúal es la risa?

Misty (sonriendo aliviada).- Sabía que había aunque sea un poco del Ash que conocía.

Ash.- ¿eh? ¡Yo siempre he sido así!

Misty.- ...Olvídalo.

En ese momento, Brock llegó con tres refrescos que sacó de una máquina que se encontraba por ahí, y le entregó uno a cada uno de sus amigos.

Brock.- Ash, me alegra ver que dejaste de mostrarte cabizbajo.

Ash (aún preocupado).- G-gracias, Brock.

Misty.- Creo que, pensando en que Pikachu se recuperará, debes de pensar en una estrategia para la revancha contra esa presumida.

Brock.- Es verdad. Con una buena táctica, seguro podrás vencer a ese Raichu.

Ash (bajando de nuevo la cabeza).- ...No habrá ninguna revancha.

Misty y Brock.- ¿¿Qué dices??

Misty (sumamente enfadada).- ¡Ash, qué demonios estás diciendo! ¡Es lo que precisamente te estaba comentando; has cambiado!

Ash.- ¡Y qué si cambié! ¡Tú no eres mi mamá para decirme lo que debo de hacer y lo que es mejor para mi Pikachu!

Misty.- ¡Nosotros no estamos hablando de eso! ¡Lo dijimos porque teníamos entendido que viajabamos con alguien que no era un cobarde; veo que nos equivocamos al juzgarte!

Brock.- Temo decir que Misty tiene razón, Ash. Claramente notamos que no luchaste al 100% contra Cassandra.

Ash (ocultando con su gorra su rostro sonrojado).- Eso lo sé... (Misty le da un fuerte coscorrón) ¡Ay! ¡¿Qué haces?!

Misty.- Haber si se te acomodan las ideas, Ash. Estamos hablando de tu honor. Nos preocupamos por tí, y tú no lo entiendes.

(Ash estaba azorado)

Brock.- Si quieres, nosotros te ayudaremos como en los viejos tiempos. Te daremos algunas ideas nuestras que puedes utilizar para vencer a ese Raichu.

Ash.- ... Pero ese Raichu derrotó a Pikachu de un golpe...Es invencible...

Misty.- ... Eso no es verdad. Hay una forma de derrotarlo, y tú debiste verlo durante ese duelo.

Al mismo tiempo, y sin que les interesara demasiado a Ash y a los demás, alguien pasaba por la puerta automática del Centro. Era una niña de doce años con una gorra, cabello verde y corto y piel blanca. Llevaba cargando un Chikorita, que estaba cansado y hambriento; no obstante, se encontraba bien y soportaba todo con una ligera sonrisa.

??? (sonriendo apenada).- No te preocupes, Chikorita. Ya estamos en el Centro Pokémon; ¡Te prometo un gran banquete y una cómoda cama!