Era por la mañana y Miluinel caminaba hacia el recinto donde se daba la instrucción a los jóvenes guerreros. Hacía semanas que el tobillo había sanado y ese día precisamente los novatos jóvenes presentarían una prueba, la que indicaría el cargo futuro de todos aquellos. Llegó a un espacio abierto y al aire libre, donde habían algunas sillas alineadas. Ahí estaba Gadonen y los otros jóvenes que integraban la neófita guardia... y también el Señor Elrond, hablando con Rohedil, el dómine y jefe de los guardias. Estaban los grandes elfos de Imladris, pues sería una valoración estricta y decisiva.

-Aiya Milui -

-Aiya Gadonen... ¿nervioso?-

-No... bueno, un poco... hoy sabremos por fin nuestro lugar -

- Sí eh... -

-No pareces muy entusiasmada -

-No es eso... amanecí un poco desganada, pero ya se me pasará -

Rohedil levantó las manos y con un gesto ordenó a todos los jóvenes que tomaran asiento. El Señor Elrond los miraba a todos y cada uno cuidadosamente: esa sería su nueva generación de guerreros... y ya podía vislumbrar un gran futuro en la mayoría.

-No hay por qué ponerse nerviosos, caballeros... - dijo Rohedil, que recordó entonces que no sólo instruía caballeros.... - damas y caballeros - corrigió discretamente, mientras unas risitas salieron de algunos jóvenes elfos- Este día sabrán qué puestos ocuparán, les repetiré que habrá de todo entre arqueros, infantería, caballería y caballería de exploración, de acuerdo a las habilidades que tengan y para las cuales han sido preparados -

Miluinel y Gadonen, que se habían sentado juntos, no paraban de jugar y murmurar con vocecillas traviesas. Miluinel había desabrochado las cintas de las botas de su compañero... era una de sus habituales competencias; llegó el momento en que dejaron de ser discretos y Rohedil, molesto, les reprendió en público

-Como sabrá, joven Gadonen, el ser un guerrero implica más que sólo tirar golpes- y volvió su rigurosa mirada a Miluinel - Señorita, comentábamos la manera de atacar un campamento enemigo con una tropa mediana... y supongo que sabrá decirme cuál es esa manera -

-...Distracción... - dijo Miluinel, a media voz

-¿Disculpe? -

-Sí, distracción; bastaría con enviar a unos cuantos a un sitio obvio, donde se atacara... esto movilizaría a los enemigos hacia el lugar de ataque, mientras la bandada restante entraría por el lugar menos protegido... si bien no se libra de todos, se entorpecería bastante su organización -

-Un plan audaz y peligroso -

-Llevado a cabo de la manera correcta sería lo mejor -

Elrond miró a la joven argumentar con su maestro; y le recordó a alguien con la misma vitalidad y arrojo: un estratega que conoció en Eregion, gran guerrero, valiente y audaz... Finlomë era su nombre y era el padre de esa joven ¿cómo no notarlo?. Elrond mostró una media sonrisa al recordar y enlazar la imagen del pasado con lo que ahora veían sus ojos.

Al cabo de un rato y después de la prueba de estrategia y ataque, Rohedil dio las instrucciones de la prueba física

-Muy bien y recuérdenlo, sólo asistirán a las pruebas en las que tengan habilidad y yo se los indicaré; seremos breves y concisos.. y tendrán por sinodales a los señores nobles de Imladris. Bien, comenzaremos las pruebas de tiro con arco, seguidas de la equitación, el esgrima y las lanzas...

Para sorpresa de varios, Miluinel fue llamada a todas las pruebas. En tiro con arco nadie la pudo superar y aunque en otras hubo mejores, siempre obtuvo de los mejores resultados... y en la prueba de organización y estrategia también fue la mejor.

Para la tarde ya, después de todas las agotadoras pruebas, casi sin oportunidad de descansar, se había deliberado. Ahora no solo el Señor Elrond estuvo ahí, sino todos los nobles que habían estado calificando a los principiantes ... Lindir y Glorfindel eran los más notables y los que imponían más respeto a los jóvenes.

- Gadonen... estarás listo para ser parte de la infantería, un líder en la infantería - dijo Rohedil sonriendo y mencionó ya a la última: Miluinel - Usted, señorita... con los arqueros, arqueros a caballo y... caballería de exploración, si así es requerido-

Todos los jóvenes estaban emocionados, por fin sentían que eran parte de algo. Hablaban de las pruebas, de cómo les había ido y de todo lo que harían en un futuro; Miluinel estaba sonriente y emocionada también. Entonces, Rohedil la llamó para una conversación en privado.

-¿Me necesitaba?-

-Hay algo más en tu puesto... no quise mencionarlo frente a todos -

-¿Algo más? ¿De qué se trata? -

-Acompáñame -

Rohedil condujo a la muchacha a una habitación abierta al cielo; ahí estaba Elrond, Lindir y Glorfindel. Miluinel hizo una reverencia y se avergonzó un poco de su apariencia, pues después de un día entero de pruebas físicas no lucía precisamente impecable.

-Miluinel, demostraste que tienes algo más de talento que sólo el arco y la equitación- dijo Lindir. La joven no comprendía y parecía que dijese con los ojos "no entiendo"

-Estrategia - se apresuró a decir Glorfindel - cabeza, ingenio para llevar y organizar a los soldados -

-¿Señor, cree usted eso? -

- Por supuesto -

-Son tiempos de relativa paz, Miluinel, lo sabes - habló por fin Elrond - y si no lo sabías... no durarán para siempre - desvió su mirada, como si quisiera llegar con los ojos hasta donde aguardaba el mal, suspiro y continuó - de momento, sólo puedo confiarte el liderazgo de los arqueros -

Miluinel se quedó boquiabierta ante ese ofrecimiento. Nunca pensó que podría llegar a dirigir a una tropa.

-Pero calma, que la guerra parece todavía lejana... y puedes dejar la guardia si así lo deseas, en realidad no necesitamos tanta gente allí ahora -

-No sé como agradecerles, Señores, es un honor para mi...-

-No tienes que agradecer nada, nos honra tener a alguien tan capaz entre los nuestros -

La joven no cabía de tanta satisfacción y alegría: el que aquellos grandes señores la hubieran notado le parecía demasiado. Hizo una respetuosa reverencia y se retiró sin ocultar su entusiasmo, caminando con ligeros brincos, junto con Rohedil.

-Tiene mucha capacidad - dijo Lindir, mirándola alejarse junto con su maestro

-¿Recuerdas a su padre? Finlomë, gran guerrero... y gran hombre - y una tristeza invadió al medioelfo al recordar Eregion y su terrible fin.

-Claro, es su viva imagen- respondió Glorfindel, sonriendo

- Es muy joven - dijo Lindir

-Sí, sí, aún me parece que es la niña de hace años... y es muy alegre, le da un poco de ligereza a todo esto con lo que tenemos que lidiar -

-Igual que tú - repuso Elrond

Glorfindel río.

- Todos los jóvenes ... ahora no tendrán mucho que hacer, pero sospecho que no es lejano el día en que el mal de nuevo se levante... y temo que con mayor fuerza -

-¿Has tenido noticias? ¿ Qué ha pasado con Lindon y los problemas con Númenor? -

-Nada ha cambiado; en Númenor la soberbia crece y Sauron se aprovechará de ello... La Dama Galadriel ha dicho que atacar Mordor es la única salida, y parece tajante y hasta demente... pero a cada segundo que pasa veo que estamos más cerca de otra guerra... terrible-

La habitación permanecía sombría y con las palabras de Elrond fue aún más sobrecogedora.



-Estás con una tropa mediana en el bosque y ver acercarse un bando de orcos, ¿Qué haces? -

-Ordenaría a mi tropa un flanqueo, para acorralar a los orcos y el ataque se daría por los dos lados... para eliminarlos rápido y sin mayor peligro - respondió Miluinel, con una cara de cansancio como pocas veces. Rohedil continuaba examinándola en cuanto a estrategia, después de aquella conversación con Elrond; Miluinel no había sido la única entusiasmada

-Muy bien, ¡muy bien!; Guerra a campo abierto. Tienes no solo tropas de arqueros sino de infantería; el enemigo te ataca con asedio; catapultas ¿ Qué haces?-

-Formación a cuadro, para disminuir el daño del asedio... Señor Rohedil, tengo sueño, ¿Podemos continuar mañana? -

-Sólo otra más, estoy por terminar -

-Tengo sueño..., continuemos pues- dijo, con un bostezo

-Ahora; estás en una empalizada que protege una ciudad; pero el enemigo te supera en número, ¿Qué acomodo llevarías acabo? -

-Unidades de alcance... en las partes altas... infantería... -

-¿Miluinel?... ¿Miluinel? - Rohedil volteó a verla y vio sus ojos cerrados; estaba recargada en el liso tronco de un árbol que cobijaba la banca donde estaban sentados. Aquella imagen lo enterneció

-Vamos Miluinel, te llevaré a tu habitación -

-¿huh?.... los arqueros... y entonces... - rumoreaba sin levantarse de la banca

Rohedil no tuvo otra opción que levantarla y tratar de hacerla caminar; pero era inútil, a Miluinel la vencía el sueño y no podía siquiera poner los pies en el suelo, se balanceaba y casi caía si no es por que el elfo pudo detenerla.

-Acabemos con esto - dijo en un tono divertido y la cargó. La muchacha, como por instinto se abrazó del cuello de Rohedil, mientras decía palabras incoherentes y murmuradas entre sueños.

Caminó el trecho desde donde estaban hasta la mansión donde estaba el cuarto de Miluinel y subiendo la escalinata se topó con Luinil.

-Aiya Señor Rohedil- dijo Luinil con una expresión divertida, al mirar al riguroso Maestro de los nuevos guerreros con un gesto tan tierno.

-Aiya Luinil, ¿me puedes dar una mano? Si entro así como así a su habitación sería un poco comprometedor... -

-Entiendo -

Terminaron de subir la escalinata y caminaron hasta el final del largo pasillo, cobijado por la luz de la luna. Luinil abrió la puerta y Rohedil entró; puso a Miluinel suavemente sobre su lecho. Salió de inmediato, sentía una cierta incomodidad.

-Estará bien, yo me encargo de despertarla y hacer que se cambie -

- hantalë Luinil -

Rohedil regresó por el largo pasillo caminando lentamente. Sus brazos habían quedado impregnados de la esencia cítrica que poseía siempre Miluinel, a pesar de haber estado en pruebas todo el día. Y sonrió, como si recordara algo realmente hermoso...

-Pequeña...- dijo en voz baja y continuó caminando; sus cabellos dorados movidos por una ligera brisa y sus grandes ojos verdes reflejando la luna.

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Era un caluroso y despejado día; Luinil, Gadonen y Miluinel se encontraban en un jardín tomando el sol

-Tengo hambre... ¿ustedes no?-

- Sí, ¿pero de dónde sacamos comida a estas horas? Tendremos que esperar hasta la cena -

-No será necesario esperar...- dijo Gadonen, asomando una sonrisilla, como si algo se le hubiera ocurrido.

*

- ¡Callate! - dijo Gadonen murmurando.

Los tres jóvenes estaban agazapados tras un arbusto del pequeño jardín que había en la entrada trasera de la cocina y la reserva de alimentos.

-Será imposible Luinil, ¡mira cuanta gente hay ahí! -

-Vamos, es un solo y rápido movimiento Milui -

Tenían en la mira un hermoso platón lleno de frutos recién cortados

-Habría sido más fácil escabullirnos entre los árboles frutales -

- Eso era más difícil -

-¡Cállense de una vez las dos, yo iré!-

Gadonen avanzó lentamente y estiró su brazo, alcanzando el platón y acercándolo hasta los arbustos. El plan había sido un éxito.

-Ahora salgamos de aquí -

Luinil vació el platón y puso todas las frutas en su vestido, sosteniéndolas con un brazo. Se movían rápida y silenciosamente, aguantándose la loca risa de la travesura que habían hecho. Pero se percataron de que alguien los miraba, una joven elfa de cabello negro: Araneth.

-¿Qué hacen ahí? -

- Tú no viste nada - dijo Gadonen y le guiñó un ojo, después le arrojó una grande y roja manzana que la joven atrapó, sin oportunidad siquiera de decirles algo más.

Cuando estuvieron lejos de las miradas, los tres estallaron en carcajadas y se dispusieron a disfrutar de toda la fruta.

-Eres una torpe, no te atreviste a agarrarla tú- le dijo Gadonen a Miluinel

-¡El torpe eres tu! - dijo Miluinel sonriendo y le arrojó las semillas de la naranja que se comía.

-Hey ustedes dos, ¡ los he estado buscando todo el día! - dijo una voz conocida

los tres jóvenes se quedaron como petrificados y vieron como se acercaba Rohedil.

-¿Dónde se meten? Les he venido a informar un asunto -

-¿De qué se trata? -

-Torneos... en Bosque Verde -

Miluinel y Gadonen sonrieron abiertamente

-¿Podremos participar? -

-Claro, a menos de que prefieran quedarse aquí robando los víveres de las cocinas... -

-Ah esto... no es... ¿ y cuándo nos vamos? -

-En tres días... mañana por la mañana tendré que ver si en realidad merecen estar ahí -

-Claro, muy temprano estaremos ahí!!! -

Rohedil se despidió. Miluinel y Gadonen estaban realmente emocionados y comenzaron a hablar sobre cómo sería el gran Bosque Verde, sobre todo lo que harían... Luinil se quedó callada y sin que lo notaran, se alejó.

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Bueno bueno, en este capi no ha sucedido gran cosa, pero prometo que al próximo ya habrá más acción... espero que la cosa no vaya avanzando muy lenta, ya sabes, las sugerencias y críticas serán gratamente aceptadas!!!

Gracias a Anariel, a Elanta y a Nariko por sus reviews