CAPITULO DOS: Encuentros

Una joven caminaba trabajosamente  ya no le quedaban provisiones y estaba exhausta. Se dejo caer pesadamente al suelo, no podía dar ni un paso mas además estaba en medio de la nada, comenzaba a pensar que haber salido así de Rohan no había sido tan buena idea pero ¿que mas podía hacer? Si se hubiese quedado la habrían encarcelado o algo peor. Una ráfaga de aire frío la saco de sus pensamientos, estaba comenzado a oscurecer y su manto estaba ya bastante desgastado por el largo viaje. Suspiró resignada, al parecer moriría de frío.

Un jinete montaba de regreso de Minas Tirith, no deseaba compañía por lo que no había traído escolta, ya estaba muy cerca de su hogar...de ese hogar que ahora le parecía el lugar mas cruel para estar...el hombre tuvo que salir de sus reflexiones porque había un bulto delante en el camino. Se detuvo y bajo del caballo acercándose espada en mano a inspeccionar, no quería que fuera una trampa y lo tomarán desprevenido. Ante su sorpresa el bulto se movió ligeramente para volver a quedar completamente inmóvil unos minutos después.

El jinete se atrevió a acercarse mas solo para descubrir que el bulto era en realidad una mujer muy joven, tendría unos 22 años máximo. Sus cabellos rubios sucios por el polvo del camino y su piel blanca como la nieve manchada. El hombre retiró unos cabellos que le cubrían el rostro a la joven pero esto basto para despertarla y se incorporo de repente provocando que el jinete perdiera el equilibrio y cayera sentado al suelo.

"quien eres?"- dijo la joven intentando alejarse

"mi nombre es Faramir y no tenías porque hacer eso, solo quería saber si estabas bien"- dijo él poniéndose de pie y sacudiendo sus ropas –"cual es tu nombre?"- agregó él

"eso no es asunto tuyo"- dijo ella arrogante intentando ponerse de pie. Faramir frunció el entrecejo molesto pero al ver que ella se tambaleaba intento ayudarla – "no necesito tu ayuda"- dijo ella secamente apartando el brazo de Faramir – "y mi nombre es Tihanä"- agregó volteándose y empezando a caminar.

"aún falta algo para llegar a Ithilien y no creo que debas aventurarte en el bosque tu sola"- dijo él deteniéndola

"estaré bien, sé cuidarme sola"- respondió ella viéndolo de reojo.

"te llevaré hasta Ithilien"- dijo Faramir tranquilamente. Tihanä se detuvo un momento, no deseaba seguir caminando, estaba exhausta y él se veía bastante confiable...y bastante atractivo. Tihanä sacudió su cabeza intento borrar el último pensamiento –"esta bien"- dijo finalmente.

Faramir sonrío para sus adentros y le acercó el corcel a Tihanä para que montara, una vez que ella lo hizo él también montó e inmediatamente se pusieron en marcha. El frío se volvía mas penetrante conforme avanzaba la noche y la ropa de Tihanä era demasiado delgada, Faramir lo notó y detuvo el caballo. Se quitó la hermosa capa que lo cubría y se la dio a Tihanä que venía atrás. Ella solo la aceptó sin una palabra.

Continuaron montando por cerca de una hora, Faramir notó como la presión de los brazos de Tihanä alrededor de su cintura comenzaba a disminuir, miro hacia atrás de reojo y notó que ella estaba quedándose dormida, si seguían así llegaría un momento en que ella caería del caballo. Faramir detuvo de nuevo al caballo.

"por que no te pasas acá adelante, así podrás dormir y yo te sostendré"- dijo él . Ella dudo por un momento pero estaba demasiado cansada para continuar asi.

"esta bien"- aceptó.

Una vez que Tihanä cambiará de lugar continuaron la marcha, así siguieron por otra media hora, Tihanä se había quedado dormida desde hacia un rato pero aún en sueños tiritaba por el frío a pesar de la gruesa capa que la cubría. Faramir estrechó mas a Tihanä entre sus brazos y esta con el calor de el cuerpo de Faramir se sumió en sueños aún mas profundos.

Con los primeros rayos del sol Faramir y Tihanä llegaron a Ithilien. Él la sacudió suavemente para que despertara, ella abrió los ojos lentamente y lo que vio la sorprendió mucho. Se encontraban atravesando las calles de una bellísima ciudad llena de jardines y árboles, las casas estaban bellamente talladas. Pudo distinguir entre la multitud a seres de diferentes razas, desde hermosos elfos hasta enanos trabajadores. Como era sabido en toda la Tierra media, Ithilien era el mas claro ejemplo de concordia entre las razas existentes.  Faramir notó el asombro de Tihanä y se sintió complacido por la impresión que su reino causaba en una extranjera.

"tienes donde quedarte?"- preguntó Faramir aunque sospechaba la respuesta

"no...pero estaré bien"- respondió Tihanä tratando de convencerse a si misma mas que a él, aunque ella no iba a permitir que él lo supiera comenzaba a sentirse agradecida hacia el hermoso hombre que la había ayudado.

"puedes venir conmigo"- dijo Faramir de pronto, sorprendiéndose a si mismo por sus palabras, pero sin hecharse para atrás en su ofrecimiento, al notar el rostro de sorpresa de Tihanä agregó –"necesito una institutriz para mi hijo, yo no puedo cuidarlo ni lo deseo y siento que tú podrías desempeñar bien ese cargo además tendrías techo, comida y todo lo que puedas necesitar, también te pagaré una suma mensual por tus servicios"- finaliz

"esta bien"- fue todo lo que acertó a decir Tihanä pero expresando el agradecimiento en su mirada. Faramir no podía verla pero pudo notarlo en su voz y sonrió satisfecho.

"hemos llegado a mi casa"- dijo él deteniendo el caballo. Tihanä no cabía en su asombro al ver el enorme palacio ante el que Faramir se había detenido.

"bienvenido, mi señor Faramir"- dijo un guardia quien se había acercado seguido de otros mas haciendo una profunda reverencia.

"oh...olvide decirte...soy el príncipe de Ithilien"- dijo Faramir sonriendo abiertamente