Antes de empezar sólo quiero decirles que este será un fic cómico algo… incoherente y loco (en donde la historia de Saint Seiya está un poquito alterada, porque están vivos todos los santos dorados y viven felices y peleándose en el Santuario… las personalidades también están adecuadas al fic de humor).

Espero les guste la historia, mi nombre es CieloCriss…este fic lo estoy realizando con mi socia Dadaiiro, también hay que decir que este es nuestro primer fic de Saint Seiya, pero la serie siempre ha sido de nuestras consentidas.

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Infames Lecciones de Manejo

1.- Las lecciones de manejo han empezado.

F u t u r o

¿Cómo fue que se metieron en esa situación tan alarmante?

Aldebarán de Tauro dio un grito cuando la palanca de los cambios de la vieja carcacha tronó, Ikki intentó arrebatarle el volante pero los nervios eran tan fuertes que le impedían moverse con propiedad del asiento del copiloto… atrás, Shaka de Virgo estaban "meditando" con muchas ZZZZZ, mientras que Saga de Géminis yacía inconsciente en la cajuela… los segundos iban pasando a velocidades dantescas, ridículas, inverosímiles.

-¡Vamos a matarnos, odio conducir! – grita Aldebarán, al ver tres autos a punto de estrellarse con ellos.

Ikki trata de secarse el sudor de la frente para pensar. ¡Pero van a estrellarse contra tres carros viejos!... a lo lejos puede ver a Docko de Libra tratando de controlar un viejo auto gris, al lado de este Shun grita, Aioria de Leo golpea las ventanillas. A la derecha, hay una camioneta completamente congelada que se resbala sin remedio por otro camino de hielo, dentro de él apenas se pueden percibir las figuras de Camus de Acuario y Hyoga, en la parte de atrás Kanon y Afrodita de Piscis están a punto de saltar para salvar sus vidas… en el fondo de ese cuadro fatal, Ikki, el ave fénix, ve que MM de Cáncer conduce trastornado de felicidad un coche directo al choque, mientras que Shiryu, Aioros de Sagitario y Shura de Capricornio tratan de detenerlo…

Ikki no sabe que hacer, sólo falta un carro, el que conducen Seiya y su equipo, pero afortunadamente contra ese no están a punto de estrellarse.

El tiempo corre rápida y lentamente al mismo tiempo, es como esas cámaras lentas que torturan mentes enfermas de pánico.

- ¿Cómo fue que llegamos a esto? – se indaga el fénix, preocupado, angustiado, ¡aterrorizado!... él sabe que la culpable de todo esto es Saori Kido: Athena

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¿Quieres saber cómo fue que los Santos Dorados y los de Bronce están a punto de estrellarse en varios coches?...

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P a s a d o

Horas antes…

Saori Kido, la honorable reencarnación de la diosa Athena, la tirana ¡es decir! La representante del Santuario y protectora de todos los seres vivos, levantó la vista con aire triunfante.

Caminó con lentitud para observar a sus máximos protectores, los Caballeros Dorados. Su báculo de bruja sonaba a cada paso, los doce santos del zodiaco (más el lindo Kanon =D) estaban inclinados para indicarle "respeto" a la soberana, quien traía pegada a su cara una sonrisa tan precisa, que a los caballeros les daba escalofríos.

"Va a mandarnos a algo, seguramente"

"Es tan cínica que nos va a reprender"

"Esa sonrisa le daría miedo hasta al mismo Hades"

Los susurros emitidos por los caballeros, a Dios gracias, no los oía Saori, pues ésta parecía estar en un mundo de color rosa entre flores y galanes, o algo así.

Siguió caminando entre sus caballeros, hasta que el santo dorado de Géminis, Saga, hizo un respingo ininteligible para protestar de manera "educada" la tardanza del habla de la diosa.

-Ehh, y bueno… nos gustaría saber… porqué nos mandaste llamar. – dijo Saga, con la mayor paciencia posible, mientras Athena seguía haciendo sonar su báculo por el templo mayor del Santuario, como si fuera un anciano trotando por las calles.

-Ah, sí, por supuesto. – Saori puso los ojos en forma de estrellas,  y pensó varios segundos "por fin, por fin mi plan y mi sueño se harán realidad, wjuajajajajajaja", luego volvió a la realidad sin prisa, como si la visión no quisiera irse de su cerebro.

-Ptsss, Camus, ¿sabes ahora qué quiere?

-Milo, yo cómo diablos voy a saber los deseos de esta mujer – rezongó el santo de Acuario, contrariado. – y Hyoga no me ha dicho nada.

-¡Silencio ustedes dos! – cortó Saori.

-Ay, pero ¿quieres decirnos ya qué pasa? – reprochó Afrodita, mirándose las uñas –Tengo muchas cosas que hacer hoy en mi jardín.

-Pues me temo que las vas a suspender, ¡todos ustedes van a suspender sus actividades de destrucción del Santuario de una buena vez por todas con la nueva misión!

-¿Cómo que destrucción? – dijo MM, indignado.

-Es verdad, si nos portamos muy bien – apoyó Shura.

-Y si el Santuario está en ruinas es porque ya le faltan unas manitas de gato – creyó Aioros.

-Jajaja, entonces hay que mandar a Aioria a arreglarlo, ¿verdad? – rió Milo.

-¡Ya, dejen de molestarme!

-¡He dicho que guarden silencio! – regañó Saori, y de mala gana los caballeros de oro dejaron de discutir. Entonces Athena soltó el báculo (que le cayó a Docko en la cabeza con un suave "Plack!"), juntó sus manos y miró hacia el cielo, ehhhh, más bien miró el techo del gran templo -. Bien, queridos caballeros, los he mandado llamar porque he decido implantar en el Santuario, un programa de actualización…

-¡O sea que nos pondrán computadoras con Internet!, ¿oyeron eso? – se ilusionó Milo -, ya imagino a qué interesantes páginas podremos entrar, ¿no Camus?

-Ya imagino lo que estás pensando, depravado – dijo Shura, Camus asintió.

-Por supuesto que no les daré nada de eso, ¿acaso creen que las merecen? – bufó Saori -. Nada de computadoras con Internet, seguro que eso los distraería todavía más… no señores, la actualización  será de otras cosas.

-¡Ahh!, ¿entonces vas a poner escaleras eléctricas en el Santuario? – preguntó Aldebarán.

-¡No y no vuelvan a interrumpirme! – exclamó Athena -. Por supuesto que habrá varias facetas del trabajo de actualización, pero en la que trabajaremos esta vez es en las lecciones de manejo.

-¿¡LECCIONES DE MANEJO?! – dijeron al unísono varios caballeros.

-Así es, necesito que tengan licencia de conducir – dijo Saori, otra vez con la carita feliz.

-Esto me huele raro – susurró MM

-Sí… ¿ella haciendo algo por nosotros? – agregó Kanon

-Seguro nos quiere para traernos de chóferes o algo peor – juzgó Afrodita, aterrorizado.

Después de los murmullos hubo un corto silencio, en el que cada caballero miró a Saori con escrutinio, para escarbar la verdadera razón de las mentadas lecciones de manejo.

-¿Pero para qué? – preguntó finalmente Mu -. Nosotros no tenemos necesidad de manejar… no tenemos coche, y además yo puedo teletransportarme.

-Eso es asunto mío – rugió Saori -. Tienen que obedecer el decreto… tomarán esas lecciones de manejo sin replicar, luego les haré un examen, y quien lo pase mejor recibirá un premio… mientras que los que pierdan van a ponerse a reparar los escalones destruidos del  Santuario.

-¡Eso no es justo! – reclamó Aioria -, si los escalones son un asco es por culpa de Seiya que se la pasa lanzándose de manera suicida.

-Todos han contribuido a ello. Camus congeló las escaleras el otro día, lo recuerdo…

-Me obligó Milo – dijo Camus.

-Sí como no…

-Y tú Shura – recordó Athena -, destruiste varias partes con tu escállibur, ¡y ya no quiero que se pongan a discutir!, el punto es que tienen que tomar lecciones de manejo desde HOY.

-Ay sí… - bufó Afrodita.

-¿Qué dijiste? – cuestionó Athena, con aura maligna.

-Nada, nada.

-¿Alguna otra objeción?

-Sí, algunas – dijo Saga -. Me niego a que alguien inferior como un simple-humano-común-y-corriente me enseñe a manejar.

-No se preocupen por eso, he seleccionado a los mejores maestros para ustedes – Saori sonrió con cinismo, nuevamente.

-¿Qué otra cosa dice el Decreto de Actualización del Santuario? – preguntó Docko.

-Por ahora no les importa lo que el Olimpo quiera de mí, concéntrense en lo suyo. – Saori volvió a tomar su báculo (que sostenía Docko-joven), luego le gritó varias veces a Tatsumi, quien traía una especie de bandeja en donde había varios papelitos doblados.

-Esto no me da buena espina – insistió Mu, algo irritado.

La verdad, ninguno de los Santos parecía conforme con el inesperado decreto que posiblemente Saori había inventado para hacerlos sufrir. No tenían mucha ilusión de aprender a manejar, ¿para qué si no tenían carro y de todas maneras tenían que subir y subir y subir y volver a subir las mugres escaleras con sus dos pies?

-Me pregunto quienes serán nuestros maestros de manejo – mencionó Aldebarán -, ¿ustedes creen que nos den comida?

Nadie le respondió.

-Tatsumi, deja aquí la tómbola y háblale a quienes tú ya sabes.

El fiel servidor asintió frunciendo el ceño para luego alejarse. Pasaron varios minutos hasta que se escucharon voces, pero eran voces muy familiares, ¡demasiado familiares!

-Ah, Seiya, muchachos, pasen por favor -. Saori se sentó como toda una comodina en su enorme sillota de matriarca. Los caballeros de bronce caminaron hasta ella con caras de "no sé que diablos quiere esta vez".

-A lo mejor ellos también van a tomar las lecciones de manejo… - susurró inocentemente Shaka por primera vez, seguía con los ojos cerrados, "meditando".

-No sé porqué presiento que no será así – lamentó Camus, observando cuidadosamente la situación.

Seiya curioseó el lugar, la forzada solemnidad y todo eso.

-Hola a todos, ¿qué hacen? – luego volteó hacia su diosa -, oye Saori, ¿para qué nos mandaste llamar?

-Sí – rezongó Hyoga -, ¿para qué la prisa?

Ikki gruñó mientras cruzaba los brazos, Shun y Shiryu se miraron por unos instantes, como comprendiendo que Athena no tenía buenas intenciones.

-Seiya, ¿me puedes recordar lo que hicieron la semana pasada? – preguntó Saori, todavía con el tono de voz entre feliz y temible.

Seiya se puso pálido, volteó hacia sus amigos, quienes chiflaron y desviaron la mirada.

-¡Saori, te juro que no queríamos! – gimió Seiya -, era nada más un juego, le íbamos a quemar nada más la espalda y el trasero, pero Ikki… MHMMMHHHHHMMMMHMMMM -  Hyoga le había cubierto la boca al caballito alado imprudente.

-Cállate cabeza de chorlito – gruñó el cisne, mirando inocentemente a Saori.

-¿De qué está hablando Seiya, Shiryu? – preguntó Saori, alzando una ceja.

El caballero de Dragón se tocó la barbilla.

-Saori, ya conoces a Seiya y su… confusión de ideas.

-Cierto, muy cierto. – Saori suspiró -. Entonces, ¿qué hicieron la semana pasada Shun?

-Emmm, fuimos a ver la nueva película de Elmo, ¿verdad hermano?

-Shun, cállate.

Pero era tarde, las risas flotaba de las bocas de los santos dorados.

-¿Qué tiene de malo?

-¡Por Dios guarden silencio!, ¡Hyoga, ¿qué cosa te pagué la semana pasada?!

-Ahh, eso es otra cosa – mencionó el cisne -. De hecho aún sigo preguntándome porqué lo hiciste.

-Es un gran misterio – dijo Shiryu

-Una trampa al menos – agregó Ikki.

-¿Qué cosa? – preguntó Seiya.

-¿No recuerdas Seiya? – dijo Shun con amabilidad -, acuérdate… Saori nos pagó la escuela de manejo la semana pasada para que nos dieran licencias de aprendices.

-Ah, es cierto =D

Pero los caballeros dorados se habían puesto de pie ante tal noticia, las sangre se les había bajado a los tobillos… lucían lívidos, peor que si hubieran peleado contra todos los enemigos a la vez.

-Espero que no sea lo que temo – rogó Mu.

-Mi buen Mu, yo creo que sí es lo que temes que no sea – dijo Milo.

-A ver a ver, - interrumpió Aioros -, nosotros queremos las cosas claras, Saori… si hiciste venir a los de bronce después de haberles pagado a ELLOS (peor que simples mortales comunes y corrientes) el curso de manejo, ¿QUIERE DECIR QUE ESTOS BOBOS VAN A SER QUIENES NOS ENSEÑEN LAS LECCIONES DE MANEJO?

Athena sacó un abanico plegable de la nada y se ventiló con él de manera coqueta.

-Diste en el punto, querido Aioros.

Hubo un corto, muy corto silencio, que nació por el shock pero que fue fugaz por el horror que los hizo reaccionar.

-¡¡ME NIEGO!!- gritó MM –No permitiré que ni Shiryu ni sus secuaces imbéciles me enseñen a manejar.

-¡No es posible que un Santo de Oro sea el alumno de uno de bronce! – opinó Docko alarmado – se perderá el respeto.

-¡Y luego sólo míralos! – Objetó Milo - ¿Creen que Seiya tenga la capacidad para conducir un coche?

-Pues bien lo podría mandar a un barranco – opinó seriamente Camus.

-¡SACRILEGIO! ¡NUNCA! – dijo Shaka, con los ojos tan abiertos que daba miedo.

-¡JAMÁS DE LOS JAMÁSES! – dijeron a modo de coro los gemelos.

Athena lanzó su abaniquito hasta la cabeza de Kanon, luego se puso de pie arriba de la silla y gritó:

¡YO SOY LA DIOSA ATHENA Y USTEDES MIS CABALLEROS!, COMO TALES TIENEN QUE OBEDECERME, Y SI YO DIGO QUE SEIYA Y LOS DEMÁS LES ENSEÑARÁN A MANEJAR ES PORQUE ASÍ SERÁ ¿¿¿ENTIENDEN???

-Pero ¿por qué no nos pagas maestros normales y vamos a una escuela de manejo? – preguntó Aioria.

-¿Qué no es obvio, hermanito?, lo hace por tacaña, porque le salió más barato enseñar a los 5 de bronce… y ya no quiere pagar 13 cursos más.

-Maldita sea, ¿por qué no aprendí a conducir por mi cuenta? – renegó Camus.

-Pues… el Santuario está alejado de la civilización… luego ni sueldo nos dan, y pasamos toda la adolescencia entrenando para cuidar de nuestras Casas del Zodiaco – mencionó Aldebarán, Camus suspiró pidiendo paciencia, porque claro que sabía porqué no sabía manejar, sólo había optado por preguntar algo fatalista.

-Además de que el presupuesto no alcanzaba, Seiya y los demás están más inundados de la nueva tecnología que ustedes. – dijo Athena.

-¡JA!, pues tal parece que la tecnología les ha absorbido el cerebro – juzgó Shura -, y más a Seiya.

-¡Oye! ¿qué quisiste decir con eso? – rezongó Seiya.

-Nada – cortó el santo de capricornio.

-Qué raro, se me figuró que tu frase tenía doble sentido.

-De hecho Seiya, fue una ofensa muy directa – le explicó Mu.

-Ahhh… qué malos son… ;;

-Yo también me niego a enseñarles a estos a conducir – dijo Ikki.

-¡Igual yo! – rezongó Hyoga.

-Sólo lo haremos si recibimos el salario apropiado por la labor. – agregó Shiryu.

-¡Shiryu, ¿tú también?! – se exaltó Athena, mirando al más serio de los de bronce con asombro.

Shiryu encogió los hombros.

-Eso del salario lo veremos de acuerdo a los resultados. Y si no quieren hacerlo, Hyoga e Ikki, me veré obligados a mandarlos a restaurar las armaduras de todos los soldados SIN la ayuda de Mu.

-En fin, como sea – dijo Hyoga, Ikki gruñó como perro toreado.

-Tatsumi, trae la bandeja en donde haremos la rifa – mandó Saori.

-Sí señorita – dijo Tatsumi, quien parecía hasta divertido pero aún así mostraba su cara regañona y de desaprobación.

-¿Cómo? ¿Rifa? – preguntó Docko.

-Así es. No quiero que comiencen a molestar con "yo no quiero que Seiya me enseñe", así que voy a rifarlos a los trece.

-¿Quieres decir que no puedo escoger a quien yo quiera que me enseñe?, ¡¡es una aberración!! – juzgó Afrodita, por un momento se mordió la uña del desencanto, pero luego, al darse cuenta de que afectaba a su manicure, sacó su mano de la boca.

-Uff, qué pérdida de tiempo con sus reniegos – dijo Saori -. Bien, estas son las instrucciones: van a pasar los de bronce hasta aquí y cada uno de ellos tomará tres o dos papelitos que tienen el nombre de los chicos dorados…

-OHHHHH – dijo Seiya

-Pasa primero Seiya

-¡Espera, espera, Saori! – pidió Saga -, ¿No podría pasar Seiya al último por favor?

-Ushh, está bien, espérate Seiya, pasa tú Hyoga.

Con signos de interrogación en la cabeza Seiya regresó a su sitio. El caballero del Cisne dio pasos al frente, tragó saliva y miró a los caballeros de oro. "Qué cosa tan ridícula vamos a hacer por culpa de Saori… Mamá, ¿quiénes crees que serán los indicados?... no creo que me convenga mi maestro Camus, digo yo, ¡es mi maestro!, ¿cómo que seré maestro de mi maestro?... con que no me toque Aldebarán  o Shaka, ¡ya ni sé!".

-Hyoga, no tenemos todo el día. Tú sacarás tres papeles.

El rubio asintió, metió la mano a la bandeja y sin pensarlo más sacó tres papelitos.

Los leyó y se puso más amarillo que su cabello.

-¿Quién te tocó, pato humanizado? – preguntó MM

-Ehhh…

-Ordeno que leas los papeles Hyoga, no hay cambio.

Hyoga volvió a tragar saliva.

-Me tocaron… Kanon… Afrodita… ¡y mi maestro Camus!

-Ah, pues muy bien Hyoga, maestro y alumno, qué ironía, juajuajua – rió Saori -. Ahora saca tus papeles Shun, tú sacarás dos.

-¡Esperen!, es humillante que mi pupilo sea mi tutor de manejo – protestó Camus.

-Y di que tuviste suerte, mejor no te quejes – dijo Milo -, ¿Qué tal si te hubiera tocado Seiya?

-Tienes razón.

Shun avanzó hasta la charola y metió la mano para sacar sus papelitos. ¿Quién le tocaría?, ¡estaba expectante!, era una lástima que Saori sólo le hubiera dado dos alumnos, pero lo haría lo mejor posible.

-Veamos… - dijo, moviendo la mano en la bandeja ante los ojos asustados de los caballeros dorados. -  Listo, aquí están.

Shun leyó los papeles.

-Aquí dice que me tocaron Aioria y Docko.

Aioria rezongó, ¿qué clase de profesor de manejo sería Shun de Andrómeda si era un Santo al que no le gustaba pelear?, a lo mejor ni sabía encender el carro.

-No sé ni que pensar- dijo el felino, contrariado.

Docko no dijo nada, de hecho evitó mirar a Shun para no poner expresión en su moreno rostro de Libra.

-Es tu turno Shiryu – dijo Saori. – Tú sacarás tres papelitos como Hyoga… ya ves, como son trece, Hyoga, Ikki y tú tendrán tres alumnos, mientras que Seiya y Shun dos.

-¿Y por qué?, no es justo – reprochó Seiya -¿Qué tienen ellos que no tenga yo?

-Bueno, Shun es el más chico y tú eres el menos responsable – admitió Saori -. Y no protestes Seiya.

Seiya agachó la cabeza, a Mu le pareció que el caballero de Pegaso semi-lagrimaba.

Shiryu se sacudió la cabeza; sin tardarse tanto como los otros caballeros, sacó los trozos y los leyó:

-Me tocaron Aioros… Shura y… ¡Máscara Mortal! , ¿de verdad no se puede hacer un cambio?

-¡Lo mismo digo!- rezongó MM

"Bueno, hay que admitir que Shiryu era la mejor opción" pensó Shura "es el menos estúpido… pero de todas maneras le propondré a Aioros vengarnos de Saori Kido a la brevedad posible".

-No se puede hacer cambio, Shiryu –dijo Saori al tiempo que Shiryu dejaba salir el aire de sus pulmones y regresaba a su sitio, junto Hyoga y Shun.

-Ikki…

-Sí, sí, ya sé – dijo Ikki, refunfuñando. Metió bruscamente la mano a la especie de tómbola y sacó el primer papel: - Aquí dice Saga -. Ikki miró por breves segundos al Santo de Géminis, luego sacó el segundo papel -…

-¿Qué dice, hermano?

-Ikki, date prisa, necesito irme a mis asuntos, y no puedes hacer esperar a los asuntos de una diosa.

-Ahh, ya veo, le tocó Shaka – rió Hyoga al asomarse al papel - … jajaja, con que no se te duerma a media lección y choque.

-¡Cállate, pato de los hielos! – gritó Ikki

-Además yo sólo medito… - se excusó Shaka - pagarás por esto cisne, no me importa que Camus sea tu maestro… El ¡Tesoro del Cieeeeee…!

-Basta Shaka, y tú Ikki, apúrate. – ordenó la Tirana.

Shaka interrumpió su poderoso poder y cruzó los brazos. Sobra decir que los restantes caballeros: Milo, Mu y Aldebarán, rogaban para que salieran alumnos de Ikki, porque si no les iba a tocar con Seiya.

Ikki sacó el otro papel y lo leyó con prisa:

-genial ¬¬' – dijo con ironía -, me tocó Aldebarán…

-¡Yupiiiii!

-Ay no, eso quiere decir que me tocó Seiya! – chilló Milo -, no es justo, a Camus le tocó con Hyoga, ¿por qué al buen Mu y a mí nos toca este menso?

Seiya se acercó a sus "pupilos".

-Hola Milo, parece ser que desde hoy seré el que les dará lecciones de manejo nn, ¿qué te parece Mu?

-uuU…

-¿Milo?

-Interpreta mi silencio

-OK nn

Saori se levantó majestuosamente y sacudió su vestido.

-Muy bien, ahora ya todos tienen a sus maestros. – Los caballeros dorados estaban angustiados, humillados, devastados -. Es hora de iniciar el Decreto de Actualización que mandó el Olimpo con las lecciones de manejo. Vean todo esto como un concurso, después de todo sólo premiaré al mejor y los demás harán labores desagradables.

"JAJAJAJA, eso del decreto ha sido una de mis mejores mentirillas, pero todo sea por mi soberanía, si los Santos de Oro aprenden a manejar con propiedad, podré ganar mi gran y única…"

-Emm, señorita Saori.

-¿Qué quieres Tatsumi?, ¿por qué me interrumpes cuando pienso?

-Es que ellos le han preguntado algo – el ayudante apuntó a los  gemelos de géminis.

-¿Qué quieren? ¿No les di las suficientes instrucciones?

-Pues sí, pero no nos diste transporte. ¿Cómo diablos vamos a tomar lecciones de manejo sin auto?

-Ahh, cierto, pues los autos están en la entrada del Santuario, ¿verdad Tatsumi? – el calvo asintió. – y más les vale que cuiden esos carros, que eran de mi abuelo, si algo les pasa los meteré a prisión o los degollaré yo misma con mi báculo y mis grandiosos poderes .

Los caballeros –dorados y de bronce – hicieron una mueca desagradable.

-Bueno, bueno, largooooo, tienen todo este día para aprender a conducir los carros estándar, dense prisa, luego les haré el examen.

Sin más remedio que obedecer, los caballeros comenzaron el descenso de las doce casas… nadie sabía lo que les depararía el destino con las infames lecciones de manejo, pero sobre todo, nadie sabía cuál era el verdadero plan de Saori.

Fin del primer capítulo

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Hola de nuevo, espero el fic les haya gustado, en los siguientes capítulos veremos qué tan buenos maestros son los de bronce, les aseguro que pasarán muchas infamias. ¡Por cierto!, la forma de los equipos fue hecha por medio de rifas de verdad /síp, sacamos papelitos de un vaso/, pero creo que quedaron bien los equipos.

Si quieren saber cómo fue que en el futuro los caballeros están a punto de chocar, sigan leyendo la historia.

Hasta pronto.

Atte. Dadaiiro y CieloCris  

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