V: Una broma pesada
Cuando todos estuvieron abajo de nuevo, les dieron un tiempo libre para que hicieran lo que quisieran, ya que a la una y media tendrían que comer. Adrienne, Eric y Jack compraron la tela negra en una tienda cercana, mientras Daniel distraía a Karen en la tienda de animales mágicos. La calle más próxima al hotel era la que constaba de más tiendas y puestos. Evidentemente a los alumnos no les dio tiempo ni a ver la mitad, ya que era muy larga y tenía muchísimas tiendas. Era como el callejón Diagon multiplicado por 10. A la una y cuarto apareció Malfoy diciéndoles que tenían que volver al hotel para comer. En el restaurante del hotel había un gran buffet con muchas cosas deliciosas. Las mesas eran de unas ocho personas cada una. Adrienne, Karen y Daniel se sentaron junto a dos chicas de Hufflepuff (que comentaban lo guapo que era Alex, mientras Adrienne se tiraba de los pelos) y dos chicos y una chica de Slytherin. Después de comer Malfoy y Neville los guiaron por el pueblo hasta llegar a un zoo. Si, un zoo, pero de criaturas mágicas.
-Este es el ZOO HEPERVILLE –dijo Malfoy haciendo de guía turístico- Dentro hay más de cincuenta especies distintas de criaturas mágicas. Podréis ir a vuestro aire pero todos en la entrada a las cinco. ¿De acuerdo? Son las dos y media.
Una multitud fue entrando en el zoo. Adrienne, Karen y Daniel, lo primero que visitaron fueron unas vallas donde había hipogrifos. (N/A: imaginaos las vallas donde suele haber avestruces, sería algo así). Uno se acercó galopando hasta donde estaban ellos. Habían estudiado a los hipogrifos en tercero, en clase de la señorita Dastes. Adrienne le miró a los ojos ámbar e hizo una reverencia. A los pocos segundos el hipogrifo la imitó.
-Buen chico –dijo Adrienne acariciándole la plumosa cabeza, mientras el hipogrifo hacía un leve ruidito.
-Venga, vamos a ver otra cosa –dijo Daniel, ya que los hipogrifos no le inspiraban mucha confianza.
Pasaron un muy buen rato en el zoo, pero nadie disfrutó tanto como Alex Montero. A las cinco todos empezaron a abandonar el recinto para ir a ver las tiendas. Se compraron un paquete de "Esdolenzone", unas chucherías que cambiaban de sabor. Aquello no lo vendían en Honeydukes. Había tiendas de cosas inimaginables: "Voiceals: cambie su voz por menos de 1 galeón" "MYM: Muggles y Magia" "P.E.D.D.O. sucursal central" Neville sonrió al ver esta última tienda.
-¡Mirad esta! ¡Tenemos que entrar! –exclamó Adrienne mirando entusiasmada "ADBI: Artículos de belleza inauditos".
Al entrar Adrienne por poco arrasa con media tienda: espejos que muestran el maquillaje y el conjunto más favorecedor según el día, pociones que cambian el color del pelo, altavoces con consejos de belleza, colonias que dices de lo que quieres y huele así, rimel que no pega tus pestañas... Después de que Adrienne se gastara mucho dinero allí continuaron viendo las tiendas. Había incluso un centro comercial en el que no les dejaron entrar porque pasarían allí la mañana siguiente. Adrienne, Karen y Daniel estaban bastante cansados de recorrer tiendas, así que fueron a una terraza donde descansaban la mayoría de los alumnos. Pidieron unas cervezas de mantequilla con toffe, una nueva versión aún si cabe más sabrosa. Cuando pagaron y se fueron eran las seis y media. Muchos de sus compañeros estaban volviendo ya al hotel, así que los amigos decidieron ir también. Cada uno se metió en su habitación aunque Adrienne sabía lo que le esperaba en la suya, aunque para su suerte aún no había nadie. Guardó todos sus recién adquiridos artículos en su neceser y se fue a duchar. Sacó dos toallas de la maleta y se comenzó a desvestir. Entonces aparecieron las tres muchachas de Slytherin. Sin apenas hacerles caso se metió en la ducha y se lavó a conciencia. Estaba tremendamente cansada y le vino bien relajarse. Cuando salió Muste le miró con su acostumbrada cara de cerdo, esta vez con el morro torcido. Estaba molesta porque Adrienne había pasado mucho tiempo en el baño. Adrienne se vistió con un pantalón de talle bajo vaquero muy oscuro y una camiseta rosa claro con un 27 en rosa más fuerte y adornado con brillantina. Cogió también una chaqueta blanca y la cazadora vaquera. Miró como Muste y las gemelas envidiaban su conjunto, porque ellas eran de familia enteramente mágica y no tenían la menor idea en moda. Muste llevaba un vestido amarillo que dejaba ver sus peludas piernas O_O y las gemelas iban las dos iguales, con unos pantalones pitillo y un holgado suéter. La verdad es que para hacer el ridículo de esa manera vistiéndose con ropas muggles mejor que se hubieran quedado con las túnicas de Hogwarts. Pero la gran mayoría de los alumnos eran de padres no mágicos o tenían algo de sangre muggle, por lo que probablemente el único que vistiera túnicas sería Malfoy. Adrienne se recogió el pelo en dos coletas bajas y dejó unos mechones caer sobre su cara. Se echó Ralph de Ralph Lauren (N/A: ¡adoro esta colonia!) y salió al pasillo donde un alterado Draco Malfoy corría en toalla tras un alumno.
-DIEZ, VEINTE, TREINTA... ¡¡CINCUENTA PUNTOS MENOS PARA RAVENCLAW!! –bramó haciendo que el muchacho se parara.
Adrienne miró hacia el pecho desnudo de Malfoy. ¡Estaba buenísimo! Río sorprendida ante su propio comentario.
-¿Qué un alumno me quite la ropa interior te parece gracioso, Moore? –le dijo Malfoy mientras unos platinos mechones húmedos le caían sobre la pálida frente.
-No, verá profesor, yo no sabía qué le habían quitado los calzoncillos.
-¿Y entonces de que te reías?
-De, bueno, no se si está permitido decírselo...
-Entonces yo calculo que serán otros 20 puntos menos Moore, por mentir ante un profesor...
-Está bien me reía porque he pensado que usted estaba muy bueno.
Malfoy le iba a regañar pero se quedó con la palabra en la boca.
-¿De veras piensas eso?
-Si –contestó Adrienne con el rubor en las mejillas.
-Bueno, has contestado lo evidente. 10 puntos para Gryffindor por responderme atendiendo a tus consecuencias.
Adrienne bajó al vestíbulo del hotel riendo. Allí Daniel y Karen le esperaban sentados en uno de los sofás.
-¿Dónde estabas?
-Diciéndole a Malfoy lo bueno que estaba –respondió Adrienne con toda naturalidad.
Sus amigos abrieron los ojos desmesuradamente.
-Tranquilos, he ganado 10 puntos. Y de verdad que está muy bueno.
-Adrienne –le dijo Daniel- Necesitas novio, y urgente.
-¡Qué es verdad! Además, tiene 23 años. Brad Pitt tiene casi 40 y sigue estando buenísimo. ¿O no?
-Si –dijo Karen- pero...¡es Malfoy!
-Bueno Adrienne –dijo Daniel- Dejemos de hablar de tu inestable estado mental (N/A: jejeje la cogí de HP y el Hechizo Indestructible, pero me encanta esta frase y además da igual, porque es invención mía :P).
-Eso, que tengo hambre –dijo Karen.
Después de cenar fueron al parque de atracciones. Tenía de todo: montaña rusa, noria, puestos, casa del terror, escobas de choque, el canguro (N/A: también conocido como rana o saltamontes), un carrusel, la olla... En cuanto el grupo de alumnos entró por la puerta se dispersaron en pequeños grupos, montándose en todas las atracciones posibles. A las once Malfoy y Neville fueron recogiendo a todo el mundo y a finalmente todos volvieron al hotel, muy tristes, porque, aun estando agotados no tendrían la oportunidad de volver allí con todos los compañeros nunca más. Adrienne se metió en su habitación donde por poco acompaña a Erika con sus vomitos (que ya eran 5). Muste estaba tumbada sobre SU cama besando a un tipo asqueroso. Granudo, feo, grande, con el pelo grasiento e incluso bigote (N/A: ya sabéis el bigote ese q suelen tener los chicos, como sombra, pero imaginaos muy oscuro). Adrienne dejó la cazadora y la chaqueta porque se estaba asando, aunque salió huyendo de aquella escenita cuanto antes. Al salir se cruzó con las gemelas.
-¿A dónde vas? –le dijeron.
-No puedo soportar... eso. ¡Ya veréis!
Nada más entrar escuchó a través de la puerta que las gemelas saludaban al chico y a Muste. Puso los ojos en blanco y decidió tocar la puerta de la habitación de Karen, para ver si tenía un hueco para ella.
-Lo siento Adri, pero no puedo –le respondió su amiga ya con el pijama- las normas son las normas.
-¡Pero si sobra una cama!
-No se puede.
Adrienne torció el morro pero desistió. Probó con Daniel. Sabía que aquella habitación estaba llena de chicos pero no perdía nada por intentarlo. Incluso podría dormir en la bañera. Todo con tal de no soportar a las Slytherin y al novio de Muste. Tocó la puerta de la habitación 205. El chico más guapo de todo Hogwarts abrió la puerta vistiendo tan solo un boxer. Adrienne se quedó cortada y empezó a enrojecer aún no habiendo dicho ni una palabra.
-Hola –dijo Alex Montero.
-Ho...ho...hola –acabó por decir Adrienne- ¿Daniel?
Adrienne estaba tan cohibida de tener semejante maravilla delante que no podía hacer frases completas.
-Si, ahora le digo que venga. ¡Daniel! Aquí está tu amiga pregunta por ti.
-¿Cuál de ellas?
-La morena.
-OK.
Daniel se puso a la puerta para hablar con Adrienne.
-¿Qué quieres?
-Me preguntaba si podría dormir aquí.
-¿Aquí? ¡Ah claro! ¡Ni hablar! No podría dormir sabiendo que mi amiga está tirándose a mi compañero de cuarto.
-¡No quiero pasar la noche aquí por eso! Muste está con su novio en mi habitación, las gemelas no dejan de cuchichear y la conversación más alegre que he tenido con Erika ha sido "¡Voy a vomitar!". ¡NO AGUANTO A ESA PANDA DE LOCAS!
-Adrienne, pensaba que la única loca aquí eras tu.
- ¬_¬
-Vale, vale. ¡Eric!
-¿Qué quieres? ¡Hombre Adrienne! Ya he quedado todo con Jack. A las cuatro de la mañana Malfoy deja la guardia y la hace Neville. Pon el despertador a las cuatro y mira por la puerta. Cuando Neville se duerma (cosa que no tardará mucho en hacer) sales y nos reuniremos los tres en el pasillo. Jack tiene la tela. ¿de acuerdo?
-A las cuatro cuando Neville se duerma. Hecho.
-¿Qué querías Daniel?
-Nada –dijo Adrienne- Déjalo. Era una tontería.
Daniel miró a Adrienne con el cejo fruncido.
-¿Qué te pasa?
-Da igual. Dormiré en mi habitación. Además el asqueroso novio de Muste no tardará en irse, porque no le está permitido.
Justo cuando terminó de decir esas palabras la puerta de su habitación se abrió.
-¿Ese era? –le dijo Daniel
-En efecto.
-No me extraña nada que te quisieras cambiar de habitación.
Adrienne se rió. Besó a Daniel en la mejilla y se metió en su habitación. Erika ya se había metido en la cama y las gemelas discutían por algo en pijama. Muste estaría en el baño. Adrienne se cambió y se puso su pijama: un pantalón pirata rosa claro y una camiseta de manga corta rosa con un gran osito de peluche en el centro. Sus zapatillas eran rosa claro también. Todo a juego. Adoraba aquel pijama. Se lo había mandado Karen desde el campamento como regalo de su décimo quinto cumpleaños. Y es que Karen sabía que a Adrienne eso le encantaría, porque adoraba los conjuntos, los ositos y el color rosa. Adrienne puso el despertador a las cuatro y lo metió bajo su almohada para que así solo ella pudiera oírlo.
* * *
Adrienne estaba mirando por la rendija de su puerta. Hacía apenas cinco minutos que Malfoy había dejado de vigilar el pasillo y Neville había salido. Pero Neville no hacía más que bajar los párpados, por mucho que intentaba mantenerlos abiertos. En pocos minutos más acabó por dormirse. Tres puertas distintas se abrieron a la vez. Fueron a al rellano, para poder hablar sin que Neville se despertase.
-¿Al final quien me va a llevar? –preguntó Adrienne.
-Yo –dijo Eric.
-Está bien, pero ten cuidado.
-Esperaremos un poco a que Neville se duerma más profundamente–dijo Jack- Yo os pondré bien la tela negra.
-Vamos a ser el dementor más patético del mundo –comentó Adrienne.
-Bueno, nunca he visto ninguno en la realidad –contestó Eric- Básicamente son una tela negra. ¿Qué puede pasar? Le pegamos un buen susto a Malfoy y salimos corriendo. No os metáis en las habitaciones, porque entonces nos pilla de fijo.
Oyeron unos ronquidos que venían desde el fondo del pasillo. Era Neville.
-Bien, vamos a ponernos.
Adrienne se subió encima de un sofá y, después de varios intentos fallidos acabó sentada en los hombros de Eric. Jack les colocó la tela por encima. La verdad es que daban bastante miedo. Parecían un verdadero dementor. Con alguna dificultad los tres acabaron delante de la puerta 200. Jack susurró "alohomora" y la puerta de abrió suavemente. En aquella habitación había dos camas. Una estaba vacía y desecha y en la otra descansaba un joven de rubios cabellos. Jack iba guiando al "dementor" hasta que estuvo justo delante de la cama de Malfoy. Le movió un poco y salió corriendo a esconderse. Malfoy abrió los ojos poco a poco.
-¿Qué coño pasa? ¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHH!!!!!!!!!!! ¡¡¡UN DEMENTOR!!! ¡Expecto Patronus!
De la varita de Malfoy salió una serpiente plateada, que comenzó a avanzar hacia el "dementor", aunque pronto se desvaneció.
-Un momento... –dijo Malfoy - ¡Tu no eres un dementor!
Entonces Eric comenzó correr para irse de ahí cuanto antes haciendo que Adrienne resbalase y se cayera sobre Malfoy, que estaba en la cama. Eric se marchó envuelto en la tela y Malfoy no le pudo ver.
-¡¡¿¿MOORE??!! 50 puntos menos para Gryffindor más tres semanas de detención.
-¿Qué pasa? –dijo Neville entrando por la puerta.
-¡Esta es la alumna más horrible de todo Hogwarts! Entre ella y su compinche querían hacerme creer que había un dementor.
-Venga Malfoy, cálmate.
-¿Qué me calme? ¡Si tu no te hubieras dormido, maldito incompetente, esto no habría pasado!
Aquellas palabras hirieron a Neville ya que amaba su profesión tanto como su vida.
-Y ahora dime mocosa impertinente –dijo Malfoy volviendo a Adrienne que miraba al suelo arrepentida- ¿Quién era la parte de abajo?
-No lo pienso decir.
-Mas vale que lo hagas si no quieres ser la deshonra de la casa Gryffindor haciéndole quedar en cero puntos, aunque gracias a tus "bromitas" ya has perdido 70 puntos.
-¡Porque tu eres un maldito gusano favoritista! –explotó Adrienne- ¡Y ya basta de insultarme!
-¡Oh niña eso serán otros 20 menos!
-Yo le doy 20 puntos por haber dicho la verdad más grande de toda la historia –dijo Neville mientras Malfoy le miraba extrañado.
-¿Qué? ¿Me llamas gusano favoritista cuando tu mismo lo estás siendo ahora poniéndote de parte de una Gryffindor? ¡Qué casualidad que tu seas el jefe de la casa!
Malfoy y Neville se sostuvieron miradas de odio durante varios segundos.
-Bien Moore, ¿qué haremos contigo? –dijo Malfoy mas calmado- Yo creo que un poco de poción de la verdad no estaría mal para que confieses quien fue tu compinche y de paso... tus secretos más íntimos. Estudiamos el veritaserum el curso pasado y ya sabes los efectos que tiene ¿verdad?
-No pienso decir nada.
-¡Maldita insolente! En cuanto volvamos a Hogwarts vas a cantar más que un pájaro. ¡Y ahora lárgate a tu habitación! Juro que las próximas tres semanas serán como un infierno para ti.
-¡No seas tan duro con ella Malfoy! –dijo Neville defendiéndola- ¿O no recuerdas aquello que le hiciste a Hagrid? No fue hace tanto tiempo...Y él ni siquiera te castigó y no te quitó ni un punto.
Los grises de Draco palidecieron incluso un poco más.
-Vete ya Moore.
Adrienne se fue y se metió en su habitación.
* * *
Eran la una y media. Adrienne, Daniel y Karen estaban comiendo en la parte de arriba del centro comercial. Habían visitado la planta de moda, la de Quidditch, la de animales mágicos y ahora estaban descansando comiendo una pizza y tomando unos refrescos, mientras Adrienne les relataba todo lo acontecido la noche anterior. Estaba muy triste, algo raro en ella, ya que siempre solía estar alegre.
Después de comer fueron a ver el museo de cera, que estaba lleno de los magos más famosos de todos los tiempos. Estaban Merlín, Dumbledore, Edgar Strougler, Gunhilda of Gorsemoor, Bowman Wright, Godric Gryffindor, Salazar Slytherin e incluso...Voldemort. Las estatuas estaban hechizadas para que se movieran y saludaran a los q pasaban por allí. Todos lo pasaron muy bien, pero a las cuatro volvieron al hotel a recoger sus cosas porque a las seis cogerían el tren que les llevaba de vuelta a Hogwarts.
Cuando todos estuvieron abajo de nuevo, les dieron un tiempo libre para que hicieran lo que quisieran, ya que a la una y media tendrían que comer. Adrienne, Eric y Jack compraron la tela negra en una tienda cercana, mientras Daniel distraía a Karen en la tienda de animales mágicos. La calle más próxima al hotel era la que constaba de más tiendas y puestos. Evidentemente a los alumnos no les dio tiempo ni a ver la mitad, ya que era muy larga y tenía muchísimas tiendas. Era como el callejón Diagon multiplicado por 10. A la una y cuarto apareció Malfoy diciéndoles que tenían que volver al hotel para comer. En el restaurante del hotel había un gran buffet con muchas cosas deliciosas. Las mesas eran de unas ocho personas cada una. Adrienne, Karen y Daniel se sentaron junto a dos chicas de Hufflepuff (que comentaban lo guapo que era Alex, mientras Adrienne se tiraba de los pelos) y dos chicos y una chica de Slytherin. Después de comer Malfoy y Neville los guiaron por el pueblo hasta llegar a un zoo. Si, un zoo, pero de criaturas mágicas.
-Este es el ZOO HEPERVILLE –dijo Malfoy haciendo de guía turístico- Dentro hay más de cincuenta especies distintas de criaturas mágicas. Podréis ir a vuestro aire pero todos en la entrada a las cinco. ¿De acuerdo? Son las dos y media.
Una multitud fue entrando en el zoo. Adrienne, Karen y Daniel, lo primero que visitaron fueron unas vallas donde había hipogrifos. (N/A: imaginaos las vallas donde suele haber avestruces, sería algo así). Uno se acercó galopando hasta donde estaban ellos. Habían estudiado a los hipogrifos en tercero, en clase de la señorita Dastes. Adrienne le miró a los ojos ámbar e hizo una reverencia. A los pocos segundos el hipogrifo la imitó.
-Buen chico –dijo Adrienne acariciándole la plumosa cabeza, mientras el hipogrifo hacía un leve ruidito.
-Venga, vamos a ver otra cosa –dijo Daniel, ya que los hipogrifos no le inspiraban mucha confianza.
Pasaron un muy buen rato en el zoo, pero nadie disfrutó tanto como Alex Montero. A las cinco todos empezaron a abandonar el recinto para ir a ver las tiendas. Se compraron un paquete de "Esdolenzone", unas chucherías que cambiaban de sabor. Aquello no lo vendían en Honeydukes. Había tiendas de cosas inimaginables: "Voiceals: cambie su voz por menos de 1 galeón" "MYM: Muggles y Magia" "P.E.D.D.O. sucursal central" Neville sonrió al ver esta última tienda.
-¡Mirad esta! ¡Tenemos que entrar! –exclamó Adrienne mirando entusiasmada "ADBI: Artículos de belleza inauditos".
Al entrar Adrienne por poco arrasa con media tienda: espejos que muestran el maquillaje y el conjunto más favorecedor según el día, pociones que cambian el color del pelo, altavoces con consejos de belleza, colonias que dices de lo que quieres y huele así, rimel que no pega tus pestañas... Después de que Adrienne se gastara mucho dinero allí continuaron viendo las tiendas. Había incluso un centro comercial en el que no les dejaron entrar porque pasarían allí la mañana siguiente. Adrienne, Karen y Daniel estaban bastante cansados de recorrer tiendas, así que fueron a una terraza donde descansaban la mayoría de los alumnos. Pidieron unas cervezas de mantequilla con toffe, una nueva versión aún si cabe más sabrosa. Cuando pagaron y se fueron eran las seis y media. Muchos de sus compañeros estaban volviendo ya al hotel, así que los amigos decidieron ir también. Cada uno se metió en su habitación aunque Adrienne sabía lo que le esperaba en la suya, aunque para su suerte aún no había nadie. Guardó todos sus recién adquiridos artículos en su neceser y se fue a duchar. Sacó dos toallas de la maleta y se comenzó a desvestir. Entonces aparecieron las tres muchachas de Slytherin. Sin apenas hacerles caso se metió en la ducha y se lavó a conciencia. Estaba tremendamente cansada y le vino bien relajarse. Cuando salió Muste le miró con su acostumbrada cara de cerdo, esta vez con el morro torcido. Estaba molesta porque Adrienne había pasado mucho tiempo en el baño. Adrienne se vistió con un pantalón de talle bajo vaquero muy oscuro y una camiseta rosa claro con un 27 en rosa más fuerte y adornado con brillantina. Cogió también una chaqueta blanca y la cazadora vaquera. Miró como Muste y las gemelas envidiaban su conjunto, porque ellas eran de familia enteramente mágica y no tenían la menor idea en moda. Muste llevaba un vestido amarillo que dejaba ver sus peludas piernas O_O y las gemelas iban las dos iguales, con unos pantalones pitillo y un holgado suéter. La verdad es que para hacer el ridículo de esa manera vistiéndose con ropas muggles mejor que se hubieran quedado con las túnicas de Hogwarts. Pero la gran mayoría de los alumnos eran de padres no mágicos o tenían algo de sangre muggle, por lo que probablemente el único que vistiera túnicas sería Malfoy. Adrienne se recogió el pelo en dos coletas bajas y dejó unos mechones caer sobre su cara. Se echó Ralph de Ralph Lauren (N/A: ¡adoro esta colonia!) y salió al pasillo donde un alterado Draco Malfoy corría en toalla tras un alumno.
-DIEZ, VEINTE, TREINTA... ¡¡CINCUENTA PUNTOS MENOS PARA RAVENCLAW!! –bramó haciendo que el muchacho se parara.
Adrienne miró hacia el pecho desnudo de Malfoy. ¡Estaba buenísimo! Río sorprendida ante su propio comentario.
-¿Qué un alumno me quite la ropa interior te parece gracioso, Moore? –le dijo Malfoy mientras unos platinos mechones húmedos le caían sobre la pálida frente.
-No, verá profesor, yo no sabía qué le habían quitado los calzoncillos.
-¿Y entonces de que te reías?
-De, bueno, no se si está permitido decírselo...
-Entonces yo calculo que serán otros 20 puntos menos Moore, por mentir ante un profesor...
-Está bien me reía porque he pensado que usted estaba muy bueno.
Malfoy le iba a regañar pero se quedó con la palabra en la boca.
-¿De veras piensas eso?
-Si –contestó Adrienne con el rubor en las mejillas.
-Bueno, has contestado lo evidente. 10 puntos para Gryffindor por responderme atendiendo a tus consecuencias.
Adrienne bajó al vestíbulo del hotel riendo. Allí Daniel y Karen le esperaban sentados en uno de los sofás.
-¿Dónde estabas?
-Diciéndole a Malfoy lo bueno que estaba –respondió Adrienne con toda naturalidad.
Sus amigos abrieron los ojos desmesuradamente.
-Tranquilos, he ganado 10 puntos. Y de verdad que está muy bueno.
-Adrienne –le dijo Daniel- Necesitas novio, y urgente.
-¡Qué es verdad! Además, tiene 23 años. Brad Pitt tiene casi 40 y sigue estando buenísimo. ¿O no?
-Si –dijo Karen- pero...¡es Malfoy!
-Bueno Adrienne –dijo Daniel- Dejemos de hablar de tu inestable estado mental (N/A: jejeje la cogí de HP y el Hechizo Indestructible, pero me encanta esta frase y además da igual, porque es invención mía :P).
-Eso, que tengo hambre –dijo Karen.
Después de cenar fueron al parque de atracciones. Tenía de todo: montaña rusa, noria, puestos, casa del terror, escobas de choque, el canguro (N/A: también conocido como rana o saltamontes), un carrusel, la olla... En cuanto el grupo de alumnos entró por la puerta se dispersaron en pequeños grupos, montándose en todas las atracciones posibles. A las once Malfoy y Neville fueron recogiendo a todo el mundo y a finalmente todos volvieron al hotel, muy tristes, porque, aun estando agotados no tendrían la oportunidad de volver allí con todos los compañeros nunca más. Adrienne se metió en su habitación donde por poco acompaña a Erika con sus vomitos (que ya eran 5). Muste estaba tumbada sobre SU cama besando a un tipo asqueroso. Granudo, feo, grande, con el pelo grasiento e incluso bigote (N/A: ya sabéis el bigote ese q suelen tener los chicos, como sombra, pero imaginaos muy oscuro). Adrienne dejó la cazadora y la chaqueta porque se estaba asando, aunque salió huyendo de aquella escenita cuanto antes. Al salir se cruzó con las gemelas.
-¿A dónde vas? –le dijeron.
-No puedo soportar... eso. ¡Ya veréis!
Nada más entrar escuchó a través de la puerta que las gemelas saludaban al chico y a Muste. Puso los ojos en blanco y decidió tocar la puerta de la habitación de Karen, para ver si tenía un hueco para ella.
-Lo siento Adri, pero no puedo –le respondió su amiga ya con el pijama- las normas son las normas.
-¡Pero si sobra una cama!
-No se puede.
Adrienne torció el morro pero desistió. Probó con Daniel. Sabía que aquella habitación estaba llena de chicos pero no perdía nada por intentarlo. Incluso podría dormir en la bañera. Todo con tal de no soportar a las Slytherin y al novio de Muste. Tocó la puerta de la habitación 205. El chico más guapo de todo Hogwarts abrió la puerta vistiendo tan solo un boxer. Adrienne se quedó cortada y empezó a enrojecer aún no habiendo dicho ni una palabra.
-Hola –dijo Alex Montero.
-Ho...ho...hola –acabó por decir Adrienne- ¿Daniel?
Adrienne estaba tan cohibida de tener semejante maravilla delante que no podía hacer frases completas.
-Si, ahora le digo que venga. ¡Daniel! Aquí está tu amiga pregunta por ti.
-¿Cuál de ellas?
-La morena.
-OK.
Daniel se puso a la puerta para hablar con Adrienne.
-¿Qué quieres?
-Me preguntaba si podría dormir aquí.
-¿Aquí? ¡Ah claro! ¡Ni hablar! No podría dormir sabiendo que mi amiga está tirándose a mi compañero de cuarto.
-¡No quiero pasar la noche aquí por eso! Muste está con su novio en mi habitación, las gemelas no dejan de cuchichear y la conversación más alegre que he tenido con Erika ha sido "¡Voy a vomitar!". ¡NO AGUANTO A ESA PANDA DE LOCAS!
-Adrienne, pensaba que la única loca aquí eras tu.
- ¬_¬
-Vale, vale. ¡Eric!
-¿Qué quieres? ¡Hombre Adrienne! Ya he quedado todo con Jack. A las cuatro de la mañana Malfoy deja la guardia y la hace Neville. Pon el despertador a las cuatro y mira por la puerta. Cuando Neville se duerma (cosa que no tardará mucho en hacer) sales y nos reuniremos los tres en el pasillo. Jack tiene la tela. ¿de acuerdo?
-A las cuatro cuando Neville se duerma. Hecho.
-¿Qué querías Daniel?
-Nada –dijo Adrienne- Déjalo. Era una tontería.
Daniel miró a Adrienne con el cejo fruncido.
-¿Qué te pasa?
-Da igual. Dormiré en mi habitación. Además el asqueroso novio de Muste no tardará en irse, porque no le está permitido.
Justo cuando terminó de decir esas palabras la puerta de su habitación se abrió.
-¿Ese era? –le dijo Daniel
-En efecto.
-No me extraña nada que te quisieras cambiar de habitación.
Adrienne se rió. Besó a Daniel en la mejilla y se metió en su habitación. Erika ya se había metido en la cama y las gemelas discutían por algo en pijama. Muste estaría en el baño. Adrienne se cambió y se puso su pijama: un pantalón pirata rosa claro y una camiseta de manga corta rosa con un gran osito de peluche en el centro. Sus zapatillas eran rosa claro también. Todo a juego. Adoraba aquel pijama. Se lo había mandado Karen desde el campamento como regalo de su décimo quinto cumpleaños. Y es que Karen sabía que a Adrienne eso le encantaría, porque adoraba los conjuntos, los ositos y el color rosa. Adrienne puso el despertador a las cuatro y lo metió bajo su almohada para que así solo ella pudiera oírlo.
* * *
Adrienne estaba mirando por la rendija de su puerta. Hacía apenas cinco minutos que Malfoy había dejado de vigilar el pasillo y Neville había salido. Pero Neville no hacía más que bajar los párpados, por mucho que intentaba mantenerlos abiertos. En pocos minutos más acabó por dormirse. Tres puertas distintas se abrieron a la vez. Fueron a al rellano, para poder hablar sin que Neville se despertase.
-¿Al final quien me va a llevar? –preguntó Adrienne.
-Yo –dijo Eric.
-Está bien, pero ten cuidado.
-Esperaremos un poco a que Neville se duerma más profundamente–dijo Jack- Yo os pondré bien la tela negra.
-Vamos a ser el dementor más patético del mundo –comentó Adrienne.
-Bueno, nunca he visto ninguno en la realidad –contestó Eric- Básicamente son una tela negra. ¿Qué puede pasar? Le pegamos un buen susto a Malfoy y salimos corriendo. No os metáis en las habitaciones, porque entonces nos pilla de fijo.
Oyeron unos ronquidos que venían desde el fondo del pasillo. Era Neville.
-Bien, vamos a ponernos.
Adrienne se subió encima de un sofá y, después de varios intentos fallidos acabó sentada en los hombros de Eric. Jack les colocó la tela por encima. La verdad es que daban bastante miedo. Parecían un verdadero dementor. Con alguna dificultad los tres acabaron delante de la puerta 200. Jack susurró "alohomora" y la puerta de abrió suavemente. En aquella habitación había dos camas. Una estaba vacía y desecha y en la otra descansaba un joven de rubios cabellos. Jack iba guiando al "dementor" hasta que estuvo justo delante de la cama de Malfoy. Le movió un poco y salió corriendo a esconderse. Malfoy abrió los ojos poco a poco.
-¿Qué coño pasa? ¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHH!!!!!!!!!!! ¡¡¡UN DEMENTOR!!! ¡Expecto Patronus!
De la varita de Malfoy salió una serpiente plateada, que comenzó a avanzar hacia el "dementor", aunque pronto se desvaneció.
-Un momento... –dijo Malfoy - ¡Tu no eres un dementor!
Entonces Eric comenzó correr para irse de ahí cuanto antes haciendo que Adrienne resbalase y se cayera sobre Malfoy, que estaba en la cama. Eric se marchó envuelto en la tela y Malfoy no le pudo ver.
-¡¡¿¿MOORE??!! 50 puntos menos para Gryffindor más tres semanas de detención.
-¿Qué pasa? –dijo Neville entrando por la puerta.
-¡Esta es la alumna más horrible de todo Hogwarts! Entre ella y su compinche querían hacerme creer que había un dementor.
-Venga Malfoy, cálmate.
-¿Qué me calme? ¡Si tu no te hubieras dormido, maldito incompetente, esto no habría pasado!
Aquellas palabras hirieron a Neville ya que amaba su profesión tanto como su vida.
-Y ahora dime mocosa impertinente –dijo Malfoy volviendo a Adrienne que miraba al suelo arrepentida- ¿Quién era la parte de abajo?
-No lo pienso decir.
-Mas vale que lo hagas si no quieres ser la deshonra de la casa Gryffindor haciéndole quedar en cero puntos, aunque gracias a tus "bromitas" ya has perdido 70 puntos.
-¡Porque tu eres un maldito gusano favoritista! –explotó Adrienne- ¡Y ya basta de insultarme!
-¡Oh niña eso serán otros 20 menos!
-Yo le doy 20 puntos por haber dicho la verdad más grande de toda la historia –dijo Neville mientras Malfoy le miraba extrañado.
-¿Qué? ¿Me llamas gusano favoritista cuando tu mismo lo estás siendo ahora poniéndote de parte de una Gryffindor? ¡Qué casualidad que tu seas el jefe de la casa!
Malfoy y Neville se sostuvieron miradas de odio durante varios segundos.
-Bien Moore, ¿qué haremos contigo? –dijo Malfoy mas calmado- Yo creo que un poco de poción de la verdad no estaría mal para que confieses quien fue tu compinche y de paso... tus secretos más íntimos. Estudiamos el veritaserum el curso pasado y ya sabes los efectos que tiene ¿verdad?
-No pienso decir nada.
-¡Maldita insolente! En cuanto volvamos a Hogwarts vas a cantar más que un pájaro. ¡Y ahora lárgate a tu habitación! Juro que las próximas tres semanas serán como un infierno para ti.
-¡No seas tan duro con ella Malfoy! –dijo Neville defendiéndola- ¿O no recuerdas aquello que le hiciste a Hagrid? No fue hace tanto tiempo...Y él ni siquiera te castigó y no te quitó ni un punto.
Los grises de Draco palidecieron incluso un poco más.
-Vete ya Moore.
Adrienne se fue y se metió en su habitación.
* * *
Eran la una y media. Adrienne, Daniel y Karen estaban comiendo en la parte de arriba del centro comercial. Habían visitado la planta de moda, la de Quidditch, la de animales mágicos y ahora estaban descansando comiendo una pizza y tomando unos refrescos, mientras Adrienne les relataba todo lo acontecido la noche anterior. Estaba muy triste, algo raro en ella, ya que siempre solía estar alegre.
Después de comer fueron a ver el museo de cera, que estaba lleno de los magos más famosos de todos los tiempos. Estaban Merlín, Dumbledore, Edgar Strougler, Gunhilda of Gorsemoor, Bowman Wright, Godric Gryffindor, Salazar Slytherin e incluso...Voldemort. Las estatuas estaban hechizadas para que se movieran y saludaran a los q pasaban por allí. Todos lo pasaron muy bien, pero a las cuatro volvieron al hotel a recoger sus cosas porque a las seis cogerían el tren que les llevaba de vuelta a Hogwarts.
