VII: Acontecimientos inolvidables
Draco Malfoy entró apresuradamente en la enfermería, donde se encontraban Hermione, Dick Morans, Adrienne (dormida) y la señora Pomfrey que acaba de ser levantada de nuevo.
-¡Kevin Brials se ha suicidado! –exclamó Malfoy nada más entrar.
-¿Qué? –dijeron todos a la vez. (N/A: Adrienne se entiende que no, que sigue dormida)
-Si, se puso la varita en el pecho y se echó el Avada Kedavra.
-¡Esto es una tragedia! –exclamó Hermione.- Dementores, cuadros que estallan y vuelven a estar normal, alumnos paseando a las cinco de la mañana, ¡¡suicidios!! ¡Es horrible!
-Iré a recoger el cadáver –dijo Malfoy- No queremos que los niños se levanten y vean a Brials muerto.
-Yo avisaré a sus padres –dijo Hermione algo más calmada.
Dick permanecía quieto, pálido y en estado de shock.
-Muchacho –le dijo la señora Pomfrey- Tomate lo que queda en el vaso de la poción de la chica. Es para dormir sin sueños. Te vendrá bien.
-¿Pero como ha podido suicidarse?
-No debes pensar en eso ahora. Tomate la poción y acuéstate.
Dick hizo tal como la señora Pomfrey le había ordenado y se metió en la cama.
* * *
Eran más de las doce cuando Dick despertó. Estaba confuso y apenas podía recordar todo lo acontecido la noche anterior. Entonces se acordó de que su amigo Kevin se había suicidado. En el fondo no sabía si sería lo mejor para él. Se estaba volviendo loco. A lo mejor ahora era feliz. Los ojos se le humedecieron al pensar en ello. Kevin y él habían sido amigos desde el primer día en la casa Slytherin. Siempre habían estado muy unidos y se ayudaban mutuamente. Le parecía increíble que ya no podría hablar con él nunca más. Decidió ir al baño a mojarse la cara y despejarse un poco. Se levantó por el lado derecho de su cama y, debido al efecto de la poción o de la impresión de los acontecimientos ocurridos recientemente, se mareó y se cayó sobre la persona que dormía en la cama de al lado.
-¡¡¡¡¡AAAAAAAAAH!!!!! –gritó Adrienne al ser despertada de un modo tan brusco.
Cogió lo primero que encontró, el jarrón con flores de la mesilla, y se lo estampó a Dick en la cabeza. Este acabó empapado, cubierto de tulipanes y con un buen chichón en la cabeza. Se cayó al suelo de culo, mientras Adrienne se incorporaba. El jarrón de cristal rodó por el suelo de piedra.
-¡Joder! –exclamó Dick- ¡Y yo pensaba que eras una pobre niña indefensa!
-Lo siento. Me has asustado.
Adrienne le tendió la mano aún desde su cama. Dick levantó la vista y ambos se sostuvieron una intensa mirada. Dick tomó la mano que Adrienne le estaba ofreciendo y se incorporó. Adrienne miró de arriba abajo a su supuesto atacante. Tenía el pelo castaño claro, liso, que le llegaba casi hasta los ojos. Tenía pinta de ser muy suave. Sus ojos eran azules, muy bonitos. Sus facciones eran suaves y tenía unas pequitas sobre la nariz, lo cual no le hacía aparentar los diecisiete. (N/A: xq no hay chicos así por aki???)
-Hola –dijo Dick con su suave voz.
-Hola. Me llamo Adrienne Moore. ¿Y tú eres...
-¡Oh discúlpame! Soy Dick Morans. ¿Tú eres la chica que fue atacada por el dementor?
-Si. ¿Qué pasó? ¿Cómo has llegado aquí? ¿A ti te atacó también un dementor?
-¿Ya estáis despiertos? –dijo la señora Pomfrey cortando a Dick que justo iba a responder- Pues será mejor que vayáis a vuestras casas. Se han suspendido las clases de hoy y nadie puede ir más allá que su sala común. ¿Entendido?
-¿Nos puede dar algo de comer? –dijo Adrienne.
-Aquí solo tengo cacao y galletas. Es lo que más reconforta a los enfermos.
-Me sirve. ¿Tú quieres?
-Si –dijo Dick- me muero de hambre.
-Está bien, ahora os lo traigo. Poneos en la mesa. ¡Y que conste que es la última vez! ¡Soy enfermera, no sirvienta!
Adrienne y Dick sonrieron. Se sentaron en la mesa y la señora Pomfrey enseguida les trajo el desayuno. Era una situación bastante cómica. Ninguno sabía que decir ni cómo actuar.
-Bueno –le dijo Adrienne de pronto- ¿Me vas a contar que ha pasado? ¡Yo me tuve que dormir en lo más interesante!
Dick se rió. Aquella chica era muy extraña, pero encantadora. Le contó todo lo que sabía, incluido lo del suicidio de su amigo. Adrienne se apenó mucho por él. Terminaron de desayunar y aún siguieron contándose cosas sobre sus vidas. Luego, tal como la señora Pomfrey les había ordenado, salieron para dirigirse a sus casas. Al pasar por el pasillo que iba a clase de Transformaciones se encontraron con Malfoy y Hermione.
-¿Se puede saber que hacéis? –dijo Hermione- Dejamos terminantemente prohibido salir de las salas comunes. ¿Y qué hacéis en pijama?
-Venimos de la enfermería –dijo Dick- ¿Ocurre algo?
-Si –dijo Malfoy- Tu amigo, Brials, nos dijo que mirásemos aquí y hemos encontrado un mensaje en la pared, escrito con sangre.
-¿Sangre? –dijo Adrienne tragando saliva.
-Si. Ponía: "Vuestras peores pesadillas se harán realidad".
-¿Creen que habla de... quien-ya-saben o de algo relacionado con él? –dijo Dick.
-No lo sabemos aún. Pero es muy sospechoso –dijo Hermione- Además justo hoy ha vuelto Harry Potter. Lo ha anunciado el profeta. Dice que simplemente se ha tomado unas vacaciones más largas... conozco a Harry. Él no es así. Esto es muy extraño.
-Por suerte hemos podido limpiar el mensaje. No queremos que cunda el pánico –dijo Malfoy- Está claro que lo dejó Brials, pero ¿por qué?
-¿Podría estar bajo la maldición imperius? –dijo Adrienne.
-¿Pero quién lo controlaría? –dijo Hermione- No puede haber nadie más en Hogwarts. ¡Es imposible materializarse aquí!
-Lo de los mensajes en las paredes y los ataques me recuerda mucho a nuestro segundo curso –dijo Malfoy.
-La cámara secreta ya no es secreta Malfoy –le dijo Hermione.
-¿Y si hay otra con un monstruo distinto y otro recuerdo que lo controle? –dijo Malfoy.
-¿Un monstruo que crea dementores? –dijo Hermione- ¡No seas ridículo Malfoy!
-¡Pero algo está pasando! ¡Algo malo!
-¿No me digas?
-Kevin habló sobre limpiar y matar. Lo que dice el profesor Malfoy tiene sentido –dijo Dick- ¿Eres de familia muggle, Adrienne?
-Si... –dijo esta con un hilillo de voz.
-El heredero de Slytherin es Voldemort –dijo Hermione- ¡Es imposible que vuelva! No es como cuando Harry era un niño, esta vez murió de verdad. Fue incinerado. Es imposible que esté controlando a una persona para que controle a un monstruo encerrado en otra cámara. ¡Seamos cabales, por Merlín!
-Él no, pero ¿y uno de sus mortifagos? –dijo Dick.
Los tres pusieron la mirada en Malfoy.
-¡Qué mi padre fuera un mortifago no significa que yo lo sea! –exclamó este.
-Lo sabemos –dijo Hermione- Pero tu eres el que más contacto con el lado oscuro has tenido. Podrías saber algo.
-Si supiera algo no me sentiría así de frustrado. Por lo menos encontraría explicaciones.
-Moore, Morans. Será mejor que vayáis a vuestras casas. Aquí no hay más que hablar. Además nada de lo que comentamos es seguro, solo simples suposiciones.
-Está bien, vamos Adrienne.
Dick y Adrienne se pusieron en camino de nuevo cada uno en sus pensamientos ¿Qué estaría ocurriendo en Hogwarts?
-¿Quieres que te acompañe hasta tu torre? –le dijo Dick de pronto algo sonrojado.
-No hace falta, aunque me podrías dejar tus zapatillas. ¡Me estoy moliendo los pies! Y solo de pensar en todas las escaleras que tengo que subir...
Adrienne miró sus pies. Estaban negros, porque había tenido que salir corriendo de su habitación descalza. Además ahora había andado desde la enfermería hasta el punto donde se juntaban todas las escaleras que iban a las diferentes casas.
-Con los pies tan sucios no te las dejo.
-¡Estaba bromeando!
-Ya lo sabía.
Ambos se quedaron callados unos instantes sin saber que decir.
-Bueno, creo que me voy a ir ya –dijo Adrienne- se supone que no debemos estar aquí.
-Se me ha ocurrido una idea para lo de tus pies –dijo Dick volviendo al tema anterior.
-¿Ah si? ¡Qué bien!
-Te llevaré a borriquito.
-¿Qué? ¿Estás loco? ¿Sabes lo que hay hasta la torre Gryffindor?
Dick no le hizo caso y comenzó a cargarse a Adrienne a la espalda.
-¡Suéltame!
De nuevo, Dick hizo caso omiso de lo que Adrienne le ordenaba y comenzó a subir. No le fue fácil pero finalmente llegó hasta la última escalera donde dejó a Adrienne suavemente. A esta se le humedecieron los ojos.
-¿Qué te pasa? –le preguntó Dick preocupado- ¿Te he hecho daño?
-No es eso... Es que nunca nadie había sido tan considerado conmigo. Te estampo un jarrón en la cabeza y tu me subes siete pisos para que no me haga daño en los pies.
-Dicho así suena ridículo.
Dick le sonrió a Adrienne y esta le devolvió la sonrisa, aún con lágrimas en los ojos.
-Bueno, yo... –dijo Adrienne- será mejor que me vaya. Muchas gracias por todo Dick.
Adrienne se puso en camino hacia su sala común.
-¡Vaya! ¡Que pronto te han arreglado! –le dijo Adriene a la señora gorda.
-¿Arreglado? ¡No me he movido de aquí en toda la noche! Aunque hay cosas que no puedo recordar... ¡será la edad!
Adrienne se quedó pensando en las palabras de la señora gorda. No recordaba haber sido destrozada... ¡qué extraño!
-¿Contraseña?
-Bosque nevado.
-Correcto. Entra.
Adrienne entró y notó una gran cantidad de miradas fijas en ella. Karen fue corriendo a abrazarla, sin dejar de decirle que estaba muy preocupada por ella.
-Estoy bien –le respondió Adrienne- Pero ahora me quiero ir a duchar, que no veas como tengo los pies.
-No se si se será imaginaciones mías pero no hueles a ti. Hueles a chico.
-Luego te cuento –le susurró Adrienne a Karen.
Siete pisos más abajo un chico de diecisiete años se agachó al ver una cosa brillante en el suelo. Era una rosa tallada en plata. Dick la cogió y la olió. Olía a Adrienne. Se la guardó en el bolsillo del pijama y siguió su camino hacia la sala común de Slytherin.
* * *
Adrienne, Daniel y Karen se encontraban en la esquina más alejada de la mesa Gryffindor. Allí tenían más intimidad para que Adrienne les contase todo lo que había ocurrido aquélla noche, ya que los profesores no soltaban mucha prenda. Adrienne apenas comió, porque acababa de desayunar, al igual que un muchacho en la mesa de Slytherin. Muchos de esa mesa no podían creer que su compañeros se hubiera suicidado. Nunca había pasado una cosa así en Hogwarts. Cosas extrañas si que habían pasado, pero suicidios nunca. El luto invadía el colegio. Cuando Adrienne terminó de contarles todo lo que sabía, aun quedaban muchas cabos sin atar. ¿Por qué se suicidaría Kevin Brials? ¿Qué pasó con el cuadro? ¿Qué significaba el mensaje?
-Moore –dijo Malfoy.
-¿Qué quiere?
-Tú y Morans a mi despacho.
-Vale, ya vamos. Vaya a llamarlo.
Malfoy se dirigió a la mesa de Slytherin tan apresurado como había llegado a la de Gryffindor.
-Luego os seguiré contando en la sala común.
-Vale, Adri –le dijo Karen- pero no hagas locuras.
Adrienne se reunió con Dick y con Malfoy que esperaban en la puerta del Gran Comedor.
-Hola Adrienne –le saludó Dick.
-Hola.
-Ya basta de cháchara esto es serio.
-¡Qué solo nos estábamos saludando! –le rebatió Adrienne.
-Calla Moore. Vamos.
En pocos minutos llegaron al despacho de Malfoy, con todos los botes para las pociones en las paredes. Tras la mesa estaba Hermione y sentados en sendas sillas estaban Neville y Victor Krum.
-¿Y bien? –dijo Dick.
-Os hemos llamado porque sois los únicos alumnos metidos en todo este lío sin sentido –dijo Hermione- Adrienne, tu viste que el cuadro se rompía ¿no?
-Si. Incluso me golpeó un trozo en la cabeza. Pero la señora gorda me dijo que nadie la había destrozado, aunque había algunas cosas de aquella noche que no recordaba.
-¿Se puede modificar la memoria a los cuadros? –preguntó Neville.
Nadie conocía la respuesta.
-Lo más normal sería que si –dijo Malfoy- Siendo así las cosas podrían empezar a cuadrar. ¿Vosotros dos conocéis algo que nos pueda servir?
Adrienne y Dick negaron con la cabeza. Después de varios minutos hablando los seis apenas llegaron a ninguna conclusión. Hermione determinó que las clases volverían a la normalidad al día siguiente. Habían registrado todo el castillo y no habían encontrado nada raro ni ningún dementor (aparte del mensaje de la pared). Dick y Adrienne salieron del despacho incluso más confusos de lo que ya estaban.
-¿Cómo podéis dormir en las mazmorras? –le dijo Adrienne de pronto a Dick.
-Te refieres a que da miedo ¿no?
Adrienne asintió.
-No lo sé –continuó Dick- Te acostumbras. La verdad es que no es lo más acogedor del mundo, pero está bien. Además, parece más seguro que la torre Gryffindor ¿no? Por lo menos a mi no me ha atacado ningún dementor. -¡No te burles! ¡Ha sido una experiencia traumática para mi! -Adrienne, deja de hacer teatro.
Adrienne se enfurruñó, tal como hacía siempre que se metían con ella.
-¡Eres como una niña pequeña!
-¿Sabes? No estás siendo nada original. Eso me lo dice todo el mundo.
-Entonces será porque lo eres.
-También cambio de humor constantemente.
-Ya me he dado cuenta.
-Loca, cabezota, inocente, impulsiva, desordenada...
-Te olvidas de uno.
-¿Ah si? No sé...
-Irresistible.
Y diciendo estas palabras Dick besó a Adrienne dulcemente en los labios. Esta al principio se quedó muy sorprendida, porque no esperaba esta reacción, pero luego se relajó y se dejó besar. Cuando los dos se separaron se quedaron mirándose a los ojos unos instantes. Adrienne no sabía qué decir, ni que hacer.
-Ya entiendo –dijo Dick- No quieres nada conmigo, por eso te quedas callada ¿verdad?. Lo siento Adrienne, me he dejado llevar...
-No es eso. Nos conocemos solo desde esta mañana...
-Oh, comprendo –dijo el muchacho tristemente.
-No me has dejado terminar. Nos conocemos solo desde esta mañana ¡y eres el chico más alucinante que he conocido jamás!
-Entonces, ¿vas a ser mi novia?
-Solo si tu quieres –dijo Adrienne sonrojada.
-Nunca había tenido un flechazo. Es genial. Es como tener todos los sentimientos juntos.
-¿Podrías repetirlo?
-Si, claro. El flechazo es como tener...
-¡No me refiero a eso!
-¿Entonces a qué?
-Ya sabes, tu boca, la mía. Ha sido lo mejor de mi vida.
-¿Era tu primer beso?
Adrienne asintió algo sonrojada.
-Pues espera, porque aún no has visto llegar el segundo.
Adrienne se rió mientras Dick la estrechaba entre sus brazos y juntaban sus labios de nuevo, en un pasillo alumbrado solo con antorchas, con las paredes rezumando humedad, a medio camino entre el despacho del profesor Malfoy y la sala común de Slytherin.
Adrienne subió como en una nube hasta la torre Gryffindor, un buen rato después de que saliera del despacho de Malfoy acompañada por Dick. Aunque no les estuviera permitido, se habían quedado un rato hablando (N/A: y también haciendo un ejercicio distinto con sus lenguas n_n).
-Bosque nevado –le dijo Adrienne a la señora gorda para que le dejara entrar.
-¡Adrienne! ¡Ya era hora! ¿Qué hacías?
-Sube a la habitación y te cuento Karen.
-OK.
Ambas amigas fueron a la habitación correspondiente a su curso y allí Adrienne explotó. Le contó todo con gestos, dando saltos, gritando, etc.
-¡Jo que suerte! –le dijo Karen- Conozco a Dick Morans. Como es el Premio Anual viene a las reuniones de los prefectos y demás encargados. ¡Es guapísimo y un encanto! ¡Qué envidia! ¡Yo también quiero novio!
-¡Tú cállate! ¿Qué hay de Dennis? ¡Hay mucho tema entre vosotros!
-Oh, si –le dijo Karen irónica- porque los dos estamos tan dispuestos...
-Vale, tu no me hagas caso, pero Dennis se muere por tus huesos desde que entraste en el equipo de Quidditch. ¿No ves que el es el típico chulo de gimnasio? ¡Esos siempre ligan en su terreno!
-¿Tienes algún otro chico para hacerme otra pareja?
-El prefecto de Ravenclaw.
-¡Adrienne por favor! ¡Basta ya de decir tonterías!
Ambas amigas se rieron y bajaron a la sala común, donde Daniel estaba leyendo El Profeta. Adrienne vio la portada y exclamó.
-¡Déjamelo! ¡Si! Hermione nos dijo que Harry Potter había vuelto tan tranquilo. ¡Lee!
-Adrienne o leo o te lo doy.
-Dame, leo yo.
"Harry Potter, el famoso niño que vivó, también conocido por todos como el joven que acabó con Quien-Ya-Sabeis, ha estado desaparecido durante casi tres meses, según llevábamos informando en este mismo diario. De pronto y sin menor aviso, Harry Potter apareció de nuevo. Volvía de pasar una temporada de relax. Lo más curioso es que ninguno de sus amigos fue avisado, no de que se iba ni de que volvía. Potter afirma decir que estaba harto de tener que dar explicaciones a todo el mundo, porque, a pesar de haber pasado casi siete años desde que la profecía se cumpliera, la gente no había menguado su admiración hacia él. 'Decidí dar un susto general para ver si la gente se olvida un poco de mi' nos dice Potter 'No me gusta ser el centro de atención. No fue más que una pequeña broma. Ron, Hermione, lamento mucho si estabais preocupados.' Simples palabras las de Potter, que más se asemejan a las de un adolescente, que no al joven que acabó con el hombre al que todos hemos temido."
Jacqueline Devoier
-¡Mirad chicos! –exclamó Adrienne- Harry Potter está en la foto tal como le vi en mi sueño. ¡Rubio y sin gafas! ¿Sería un sueño premonitorio? La profesora Trelawney dice que tengo potencial...
-Pero Adrienne –le dijo Karen- Tu soñaste que Harry Potter dormía y alguien lo cogía por los pelos. ¿Qué significado puede tener eso?
-Mañana retomamos las clases y después del recreo tengo adivinación. Le puedo preguntar a la profesora Trelaweney.
-Ese vejestorio es un fraude –dijo Daniel- Nunca dirá nada de valor.
-Puede que tengas razón, pero por preguntarle no pasa nada.
* * *
Adrienne se encontraba subiendo a la Torre de Adivinación. Iba un poco tarde, y la escalera se le estaba haciendo eterna.
-¡Alto ahí damisela!
Adrienne miró tras de si. No había nadie. Sintió un escalofrío y abrazó "Disipar las nieblas del futuro. Nivel: medio" con más fuerza.
-¡Bella dama! ¡Aquí en la pared!
Adrienne posó sus ojos en un cuadro que casi ocupaba toda la pared. Allí había un hombre, con una armadura y dos mujeres que tomaban el té. El hombre medieval no parecía pegar mucho en la otra escena, ambientada en los finales del siglo XIX.
-Vos, si no me equivoco, sois la dama que huyó en plena noche.
-Si, soy yo.
-¡Lo sabía! ¡Bien dama, dado su falta de valor, por poco acabo hecho pedazos! Tuve el tiempo justo para saltar en el cuadro de Lady Bouvert, si no ahora sería historia.
-¿Eras tú el que estaba vigilando la torre Gryffindor?
-Exactamente. Yo mismo. Sir Cadogan.
-¿Y como llegaste allí?
-No lo sé. Sólo recuerdo que de pronto me abrió y, aunque quise hacer honor de la gallardía correspondiente, no tuve más remedio que saltar a otro cuadro.
-Muchas gracias por contarme esto Sir Cadogan.
-Oh, no hay de qué. Aunque no me vendría mal un cuadro nuevo. El que quedó hecho pedazos lo recogió luego un chico y lo tiró.
-¿Qué chico?
-No sé su nombre. Tenía el cabello negro cual azabache y peinado con suaves bucles.
-Kevin Brials...
-Exactamente. Buen chico, sí. Lo recuerdo de cuando venía a Adivinación. ¡Cuantas veces pasó por aquí!
-He de decirte que se suicidó.
Sir Cadogan quedó en silencio.
-Bien, le diré a Hermione que te haga un cuadro nuevo. Aunque no parece que a estas señoritas les importe tu compañía ¿verdad?
-Les asombra la virilidad de un héroe medieval como yo. ¿Verdad que si queridas damiselas?
Las mujeres rieron, al igual que Adrienne mientras seguía su camino hacia la clase de Adivinación. Llegó tarde y no tuvo oportunidad de contarle a Trelawney acerca de su sueño hasta después de la clase. La profesora de Adivinación no puedo sacar nada en claro. Luego Adrienne bajó corriendo a Transformaciones donde volvió a llegar tarde y otra vez tuvo que esperar a que terminara la clase para hablar con Hermione acerca de lo que Sir Cadogan le había contado.
-Está claro que han modificado la memoria a los dos cuadros –dijo Hermione- Pero Kevin Brials no pudo ser, porque apenas nadie puede hacer un hechizo desmemorizante con tal precisión. Solo alguien que conozca muy bien las Artes Oscuras... Tuvo que tener un compinche.
Por cosas del destino, o simplemente por casualidad, Draco Malfoy se presentó allí y, una vez hubiera mandado a Adrienne a comer, habló con Hermione.
-Los padres de Kevin Brials vendrán esta tarde y supongo que querrán hablar con nosotros.
-Si, comprendo.
-Además de eso mañana tendrás una visita de un hombre del ministerio y otro muy famoso.
-¿Y quienes son?
-No te puedo decir más que eso. ^Pensamiento^ *Potter y Weasley siguen siendo unos niños*
-Muchas gracias Malfoy.
*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*
¡Bueno! Como podéis ver he hecho algunos cambios en el fic. Lo borré todo y lo volví a subir, con los espacios donde corresponde y con algunos cambios mínimos para que se entienda mejor (no hace falta q lo releáis en realidad son tonterías) Por desgracia perdí los comentarios q tenía de cada chapy... :( Bueno, da igual, porque la gente que quería contestar supongo que ya habrá leido su contestación.
El nombre de la protagonista, Adrienne, está sacado de una canción de The Calling de mismo título, y tomé el nombre prestado. La canción está muy bien, aunque la letra no es precisamente de amor bonito, sino más bien de venganza hacia esa chica. Pero da = el nombre es muy bonito. Se pronuncia EIDRIEN.
El chapy 8 estará para justo después de carnavales (o = un pokito antes) ¡¡lo prometo!! Y ya queda poco para que ES OTRA HISTORIA llegue a su fin. No me kiero exceder mucho con él. No creo que pase de los 10 chapys. Acepto sugerencias y títulos para nuevos capítulos. Así que ya sabeis. Seguid la flecha y dad a go para dejarme una review ¡¡¡OS LO AGRADECERÉ ETERNAMENTE!!! Si teneís un fic ya sabeís la ilusión que da recibir una review!!. (no se si me saldrá bien la flecha, pero bue, así lo dejo)
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Draco Malfoy entró apresuradamente en la enfermería, donde se encontraban Hermione, Dick Morans, Adrienne (dormida) y la señora Pomfrey que acaba de ser levantada de nuevo.
-¡Kevin Brials se ha suicidado! –exclamó Malfoy nada más entrar.
-¿Qué? –dijeron todos a la vez. (N/A: Adrienne se entiende que no, que sigue dormida)
-Si, se puso la varita en el pecho y se echó el Avada Kedavra.
-¡Esto es una tragedia! –exclamó Hermione.- Dementores, cuadros que estallan y vuelven a estar normal, alumnos paseando a las cinco de la mañana, ¡¡suicidios!! ¡Es horrible!
-Iré a recoger el cadáver –dijo Malfoy- No queremos que los niños se levanten y vean a Brials muerto.
-Yo avisaré a sus padres –dijo Hermione algo más calmada.
Dick permanecía quieto, pálido y en estado de shock.
-Muchacho –le dijo la señora Pomfrey- Tomate lo que queda en el vaso de la poción de la chica. Es para dormir sin sueños. Te vendrá bien.
-¿Pero como ha podido suicidarse?
-No debes pensar en eso ahora. Tomate la poción y acuéstate.
Dick hizo tal como la señora Pomfrey le había ordenado y se metió en la cama.
* * *
Eran más de las doce cuando Dick despertó. Estaba confuso y apenas podía recordar todo lo acontecido la noche anterior. Entonces se acordó de que su amigo Kevin se había suicidado. En el fondo no sabía si sería lo mejor para él. Se estaba volviendo loco. A lo mejor ahora era feliz. Los ojos se le humedecieron al pensar en ello. Kevin y él habían sido amigos desde el primer día en la casa Slytherin. Siempre habían estado muy unidos y se ayudaban mutuamente. Le parecía increíble que ya no podría hablar con él nunca más. Decidió ir al baño a mojarse la cara y despejarse un poco. Se levantó por el lado derecho de su cama y, debido al efecto de la poción o de la impresión de los acontecimientos ocurridos recientemente, se mareó y se cayó sobre la persona que dormía en la cama de al lado.
-¡¡¡¡¡AAAAAAAAAH!!!!! –gritó Adrienne al ser despertada de un modo tan brusco.
Cogió lo primero que encontró, el jarrón con flores de la mesilla, y se lo estampó a Dick en la cabeza. Este acabó empapado, cubierto de tulipanes y con un buen chichón en la cabeza. Se cayó al suelo de culo, mientras Adrienne se incorporaba. El jarrón de cristal rodó por el suelo de piedra.
-¡Joder! –exclamó Dick- ¡Y yo pensaba que eras una pobre niña indefensa!
-Lo siento. Me has asustado.
Adrienne le tendió la mano aún desde su cama. Dick levantó la vista y ambos se sostuvieron una intensa mirada. Dick tomó la mano que Adrienne le estaba ofreciendo y se incorporó. Adrienne miró de arriba abajo a su supuesto atacante. Tenía el pelo castaño claro, liso, que le llegaba casi hasta los ojos. Tenía pinta de ser muy suave. Sus ojos eran azules, muy bonitos. Sus facciones eran suaves y tenía unas pequitas sobre la nariz, lo cual no le hacía aparentar los diecisiete. (N/A: xq no hay chicos así por aki???)
-Hola –dijo Dick con su suave voz.
-Hola. Me llamo Adrienne Moore. ¿Y tú eres...
-¡Oh discúlpame! Soy Dick Morans. ¿Tú eres la chica que fue atacada por el dementor?
-Si. ¿Qué pasó? ¿Cómo has llegado aquí? ¿A ti te atacó también un dementor?
-¿Ya estáis despiertos? –dijo la señora Pomfrey cortando a Dick que justo iba a responder- Pues será mejor que vayáis a vuestras casas. Se han suspendido las clases de hoy y nadie puede ir más allá que su sala común. ¿Entendido?
-¿Nos puede dar algo de comer? –dijo Adrienne.
-Aquí solo tengo cacao y galletas. Es lo que más reconforta a los enfermos.
-Me sirve. ¿Tú quieres?
-Si –dijo Dick- me muero de hambre.
-Está bien, ahora os lo traigo. Poneos en la mesa. ¡Y que conste que es la última vez! ¡Soy enfermera, no sirvienta!
Adrienne y Dick sonrieron. Se sentaron en la mesa y la señora Pomfrey enseguida les trajo el desayuno. Era una situación bastante cómica. Ninguno sabía que decir ni cómo actuar.
-Bueno –le dijo Adrienne de pronto- ¿Me vas a contar que ha pasado? ¡Yo me tuve que dormir en lo más interesante!
Dick se rió. Aquella chica era muy extraña, pero encantadora. Le contó todo lo que sabía, incluido lo del suicidio de su amigo. Adrienne se apenó mucho por él. Terminaron de desayunar y aún siguieron contándose cosas sobre sus vidas. Luego, tal como la señora Pomfrey les había ordenado, salieron para dirigirse a sus casas. Al pasar por el pasillo que iba a clase de Transformaciones se encontraron con Malfoy y Hermione.
-¿Se puede saber que hacéis? –dijo Hermione- Dejamos terminantemente prohibido salir de las salas comunes. ¿Y qué hacéis en pijama?
-Venimos de la enfermería –dijo Dick- ¿Ocurre algo?
-Si –dijo Malfoy- Tu amigo, Brials, nos dijo que mirásemos aquí y hemos encontrado un mensaje en la pared, escrito con sangre.
-¿Sangre? –dijo Adrienne tragando saliva.
-Si. Ponía: "Vuestras peores pesadillas se harán realidad".
-¿Creen que habla de... quien-ya-saben o de algo relacionado con él? –dijo Dick.
-No lo sabemos aún. Pero es muy sospechoso –dijo Hermione- Además justo hoy ha vuelto Harry Potter. Lo ha anunciado el profeta. Dice que simplemente se ha tomado unas vacaciones más largas... conozco a Harry. Él no es así. Esto es muy extraño.
-Por suerte hemos podido limpiar el mensaje. No queremos que cunda el pánico –dijo Malfoy- Está claro que lo dejó Brials, pero ¿por qué?
-¿Podría estar bajo la maldición imperius? –dijo Adrienne.
-¿Pero quién lo controlaría? –dijo Hermione- No puede haber nadie más en Hogwarts. ¡Es imposible materializarse aquí!
-Lo de los mensajes en las paredes y los ataques me recuerda mucho a nuestro segundo curso –dijo Malfoy.
-La cámara secreta ya no es secreta Malfoy –le dijo Hermione.
-¿Y si hay otra con un monstruo distinto y otro recuerdo que lo controle? –dijo Malfoy.
-¿Un monstruo que crea dementores? –dijo Hermione- ¡No seas ridículo Malfoy!
-¡Pero algo está pasando! ¡Algo malo!
-¿No me digas?
-Kevin habló sobre limpiar y matar. Lo que dice el profesor Malfoy tiene sentido –dijo Dick- ¿Eres de familia muggle, Adrienne?
-Si... –dijo esta con un hilillo de voz.
-El heredero de Slytherin es Voldemort –dijo Hermione- ¡Es imposible que vuelva! No es como cuando Harry era un niño, esta vez murió de verdad. Fue incinerado. Es imposible que esté controlando a una persona para que controle a un monstruo encerrado en otra cámara. ¡Seamos cabales, por Merlín!
-Él no, pero ¿y uno de sus mortifagos? –dijo Dick.
Los tres pusieron la mirada en Malfoy.
-¡Qué mi padre fuera un mortifago no significa que yo lo sea! –exclamó este.
-Lo sabemos –dijo Hermione- Pero tu eres el que más contacto con el lado oscuro has tenido. Podrías saber algo.
-Si supiera algo no me sentiría así de frustrado. Por lo menos encontraría explicaciones.
-Moore, Morans. Será mejor que vayáis a vuestras casas. Aquí no hay más que hablar. Además nada de lo que comentamos es seguro, solo simples suposiciones.
-Está bien, vamos Adrienne.
Dick y Adrienne se pusieron en camino de nuevo cada uno en sus pensamientos ¿Qué estaría ocurriendo en Hogwarts?
-¿Quieres que te acompañe hasta tu torre? –le dijo Dick de pronto algo sonrojado.
-No hace falta, aunque me podrías dejar tus zapatillas. ¡Me estoy moliendo los pies! Y solo de pensar en todas las escaleras que tengo que subir...
Adrienne miró sus pies. Estaban negros, porque había tenido que salir corriendo de su habitación descalza. Además ahora había andado desde la enfermería hasta el punto donde se juntaban todas las escaleras que iban a las diferentes casas.
-Con los pies tan sucios no te las dejo.
-¡Estaba bromeando!
-Ya lo sabía.
Ambos se quedaron callados unos instantes sin saber que decir.
-Bueno, creo que me voy a ir ya –dijo Adrienne- se supone que no debemos estar aquí.
-Se me ha ocurrido una idea para lo de tus pies –dijo Dick volviendo al tema anterior.
-¿Ah si? ¡Qué bien!
-Te llevaré a borriquito.
-¿Qué? ¿Estás loco? ¿Sabes lo que hay hasta la torre Gryffindor?
Dick no le hizo caso y comenzó a cargarse a Adrienne a la espalda.
-¡Suéltame!
De nuevo, Dick hizo caso omiso de lo que Adrienne le ordenaba y comenzó a subir. No le fue fácil pero finalmente llegó hasta la última escalera donde dejó a Adrienne suavemente. A esta se le humedecieron los ojos.
-¿Qué te pasa? –le preguntó Dick preocupado- ¿Te he hecho daño?
-No es eso... Es que nunca nadie había sido tan considerado conmigo. Te estampo un jarrón en la cabeza y tu me subes siete pisos para que no me haga daño en los pies.
-Dicho así suena ridículo.
Dick le sonrió a Adrienne y esta le devolvió la sonrisa, aún con lágrimas en los ojos.
-Bueno, yo... –dijo Adrienne- será mejor que me vaya. Muchas gracias por todo Dick.
Adrienne se puso en camino hacia su sala común.
-¡Vaya! ¡Que pronto te han arreglado! –le dijo Adriene a la señora gorda.
-¿Arreglado? ¡No me he movido de aquí en toda la noche! Aunque hay cosas que no puedo recordar... ¡será la edad!
Adrienne se quedó pensando en las palabras de la señora gorda. No recordaba haber sido destrozada... ¡qué extraño!
-¿Contraseña?
-Bosque nevado.
-Correcto. Entra.
Adrienne entró y notó una gran cantidad de miradas fijas en ella. Karen fue corriendo a abrazarla, sin dejar de decirle que estaba muy preocupada por ella.
-Estoy bien –le respondió Adrienne- Pero ahora me quiero ir a duchar, que no veas como tengo los pies.
-No se si se será imaginaciones mías pero no hueles a ti. Hueles a chico.
-Luego te cuento –le susurró Adrienne a Karen.
Siete pisos más abajo un chico de diecisiete años se agachó al ver una cosa brillante en el suelo. Era una rosa tallada en plata. Dick la cogió y la olió. Olía a Adrienne. Se la guardó en el bolsillo del pijama y siguió su camino hacia la sala común de Slytherin.
* * *
Adrienne, Daniel y Karen se encontraban en la esquina más alejada de la mesa Gryffindor. Allí tenían más intimidad para que Adrienne les contase todo lo que había ocurrido aquélla noche, ya que los profesores no soltaban mucha prenda. Adrienne apenas comió, porque acababa de desayunar, al igual que un muchacho en la mesa de Slytherin. Muchos de esa mesa no podían creer que su compañeros se hubiera suicidado. Nunca había pasado una cosa así en Hogwarts. Cosas extrañas si que habían pasado, pero suicidios nunca. El luto invadía el colegio. Cuando Adrienne terminó de contarles todo lo que sabía, aun quedaban muchas cabos sin atar. ¿Por qué se suicidaría Kevin Brials? ¿Qué pasó con el cuadro? ¿Qué significaba el mensaje?
-Moore –dijo Malfoy.
-¿Qué quiere?
-Tú y Morans a mi despacho.
-Vale, ya vamos. Vaya a llamarlo.
Malfoy se dirigió a la mesa de Slytherin tan apresurado como había llegado a la de Gryffindor.
-Luego os seguiré contando en la sala común.
-Vale, Adri –le dijo Karen- pero no hagas locuras.
Adrienne se reunió con Dick y con Malfoy que esperaban en la puerta del Gran Comedor.
-Hola Adrienne –le saludó Dick.
-Hola.
-Ya basta de cháchara esto es serio.
-¡Qué solo nos estábamos saludando! –le rebatió Adrienne.
-Calla Moore. Vamos.
En pocos minutos llegaron al despacho de Malfoy, con todos los botes para las pociones en las paredes. Tras la mesa estaba Hermione y sentados en sendas sillas estaban Neville y Victor Krum.
-¿Y bien? –dijo Dick.
-Os hemos llamado porque sois los únicos alumnos metidos en todo este lío sin sentido –dijo Hermione- Adrienne, tu viste que el cuadro se rompía ¿no?
-Si. Incluso me golpeó un trozo en la cabeza. Pero la señora gorda me dijo que nadie la había destrozado, aunque había algunas cosas de aquella noche que no recordaba.
-¿Se puede modificar la memoria a los cuadros? –preguntó Neville.
Nadie conocía la respuesta.
-Lo más normal sería que si –dijo Malfoy- Siendo así las cosas podrían empezar a cuadrar. ¿Vosotros dos conocéis algo que nos pueda servir?
Adrienne y Dick negaron con la cabeza. Después de varios minutos hablando los seis apenas llegaron a ninguna conclusión. Hermione determinó que las clases volverían a la normalidad al día siguiente. Habían registrado todo el castillo y no habían encontrado nada raro ni ningún dementor (aparte del mensaje de la pared). Dick y Adrienne salieron del despacho incluso más confusos de lo que ya estaban.
-¿Cómo podéis dormir en las mazmorras? –le dijo Adrienne de pronto a Dick.
-Te refieres a que da miedo ¿no?
Adrienne asintió.
-No lo sé –continuó Dick- Te acostumbras. La verdad es que no es lo más acogedor del mundo, pero está bien. Además, parece más seguro que la torre Gryffindor ¿no? Por lo menos a mi no me ha atacado ningún dementor. -¡No te burles! ¡Ha sido una experiencia traumática para mi! -Adrienne, deja de hacer teatro.
Adrienne se enfurruñó, tal como hacía siempre que se metían con ella.
-¡Eres como una niña pequeña!
-¿Sabes? No estás siendo nada original. Eso me lo dice todo el mundo.
-Entonces será porque lo eres.
-También cambio de humor constantemente.
-Ya me he dado cuenta.
-Loca, cabezota, inocente, impulsiva, desordenada...
-Te olvidas de uno.
-¿Ah si? No sé...
-Irresistible.
Y diciendo estas palabras Dick besó a Adrienne dulcemente en los labios. Esta al principio se quedó muy sorprendida, porque no esperaba esta reacción, pero luego se relajó y se dejó besar. Cuando los dos se separaron se quedaron mirándose a los ojos unos instantes. Adrienne no sabía qué decir, ni que hacer.
-Ya entiendo –dijo Dick- No quieres nada conmigo, por eso te quedas callada ¿verdad?. Lo siento Adrienne, me he dejado llevar...
-No es eso. Nos conocemos solo desde esta mañana...
-Oh, comprendo –dijo el muchacho tristemente.
-No me has dejado terminar. Nos conocemos solo desde esta mañana ¡y eres el chico más alucinante que he conocido jamás!
-Entonces, ¿vas a ser mi novia?
-Solo si tu quieres –dijo Adrienne sonrojada.
-Nunca había tenido un flechazo. Es genial. Es como tener todos los sentimientos juntos.
-¿Podrías repetirlo?
-Si, claro. El flechazo es como tener...
-¡No me refiero a eso!
-¿Entonces a qué?
-Ya sabes, tu boca, la mía. Ha sido lo mejor de mi vida.
-¿Era tu primer beso?
Adrienne asintió algo sonrojada.
-Pues espera, porque aún no has visto llegar el segundo.
Adrienne se rió mientras Dick la estrechaba entre sus brazos y juntaban sus labios de nuevo, en un pasillo alumbrado solo con antorchas, con las paredes rezumando humedad, a medio camino entre el despacho del profesor Malfoy y la sala común de Slytherin.
Adrienne subió como en una nube hasta la torre Gryffindor, un buen rato después de que saliera del despacho de Malfoy acompañada por Dick. Aunque no les estuviera permitido, se habían quedado un rato hablando (N/A: y también haciendo un ejercicio distinto con sus lenguas n_n).
-Bosque nevado –le dijo Adrienne a la señora gorda para que le dejara entrar.
-¡Adrienne! ¡Ya era hora! ¿Qué hacías?
-Sube a la habitación y te cuento Karen.
-OK.
Ambas amigas fueron a la habitación correspondiente a su curso y allí Adrienne explotó. Le contó todo con gestos, dando saltos, gritando, etc.
-¡Jo que suerte! –le dijo Karen- Conozco a Dick Morans. Como es el Premio Anual viene a las reuniones de los prefectos y demás encargados. ¡Es guapísimo y un encanto! ¡Qué envidia! ¡Yo también quiero novio!
-¡Tú cállate! ¿Qué hay de Dennis? ¡Hay mucho tema entre vosotros!
-Oh, si –le dijo Karen irónica- porque los dos estamos tan dispuestos...
-Vale, tu no me hagas caso, pero Dennis se muere por tus huesos desde que entraste en el equipo de Quidditch. ¿No ves que el es el típico chulo de gimnasio? ¡Esos siempre ligan en su terreno!
-¿Tienes algún otro chico para hacerme otra pareja?
-El prefecto de Ravenclaw.
-¡Adrienne por favor! ¡Basta ya de decir tonterías!
Ambas amigas se rieron y bajaron a la sala común, donde Daniel estaba leyendo El Profeta. Adrienne vio la portada y exclamó.
-¡Déjamelo! ¡Si! Hermione nos dijo que Harry Potter había vuelto tan tranquilo. ¡Lee!
-Adrienne o leo o te lo doy.
-Dame, leo yo.
"Harry Potter, el famoso niño que vivó, también conocido por todos como el joven que acabó con Quien-Ya-Sabeis, ha estado desaparecido durante casi tres meses, según llevábamos informando en este mismo diario. De pronto y sin menor aviso, Harry Potter apareció de nuevo. Volvía de pasar una temporada de relax. Lo más curioso es que ninguno de sus amigos fue avisado, no de que se iba ni de que volvía. Potter afirma decir que estaba harto de tener que dar explicaciones a todo el mundo, porque, a pesar de haber pasado casi siete años desde que la profecía se cumpliera, la gente no había menguado su admiración hacia él. 'Decidí dar un susto general para ver si la gente se olvida un poco de mi' nos dice Potter 'No me gusta ser el centro de atención. No fue más que una pequeña broma. Ron, Hermione, lamento mucho si estabais preocupados.' Simples palabras las de Potter, que más se asemejan a las de un adolescente, que no al joven que acabó con el hombre al que todos hemos temido."
Jacqueline Devoier
-¡Mirad chicos! –exclamó Adrienne- Harry Potter está en la foto tal como le vi en mi sueño. ¡Rubio y sin gafas! ¿Sería un sueño premonitorio? La profesora Trelawney dice que tengo potencial...
-Pero Adrienne –le dijo Karen- Tu soñaste que Harry Potter dormía y alguien lo cogía por los pelos. ¿Qué significado puede tener eso?
-Mañana retomamos las clases y después del recreo tengo adivinación. Le puedo preguntar a la profesora Trelaweney.
-Ese vejestorio es un fraude –dijo Daniel- Nunca dirá nada de valor.
-Puede que tengas razón, pero por preguntarle no pasa nada.
* * *
Adrienne se encontraba subiendo a la Torre de Adivinación. Iba un poco tarde, y la escalera se le estaba haciendo eterna.
-¡Alto ahí damisela!
Adrienne miró tras de si. No había nadie. Sintió un escalofrío y abrazó "Disipar las nieblas del futuro. Nivel: medio" con más fuerza.
-¡Bella dama! ¡Aquí en la pared!
Adrienne posó sus ojos en un cuadro que casi ocupaba toda la pared. Allí había un hombre, con una armadura y dos mujeres que tomaban el té. El hombre medieval no parecía pegar mucho en la otra escena, ambientada en los finales del siglo XIX.
-Vos, si no me equivoco, sois la dama que huyó en plena noche.
-Si, soy yo.
-¡Lo sabía! ¡Bien dama, dado su falta de valor, por poco acabo hecho pedazos! Tuve el tiempo justo para saltar en el cuadro de Lady Bouvert, si no ahora sería historia.
-¿Eras tú el que estaba vigilando la torre Gryffindor?
-Exactamente. Yo mismo. Sir Cadogan.
-¿Y como llegaste allí?
-No lo sé. Sólo recuerdo que de pronto me abrió y, aunque quise hacer honor de la gallardía correspondiente, no tuve más remedio que saltar a otro cuadro.
-Muchas gracias por contarme esto Sir Cadogan.
-Oh, no hay de qué. Aunque no me vendría mal un cuadro nuevo. El que quedó hecho pedazos lo recogió luego un chico y lo tiró.
-¿Qué chico?
-No sé su nombre. Tenía el cabello negro cual azabache y peinado con suaves bucles.
-Kevin Brials...
-Exactamente. Buen chico, sí. Lo recuerdo de cuando venía a Adivinación. ¡Cuantas veces pasó por aquí!
-He de decirte que se suicidó.
Sir Cadogan quedó en silencio.
-Bien, le diré a Hermione que te haga un cuadro nuevo. Aunque no parece que a estas señoritas les importe tu compañía ¿verdad?
-Les asombra la virilidad de un héroe medieval como yo. ¿Verdad que si queridas damiselas?
Las mujeres rieron, al igual que Adrienne mientras seguía su camino hacia la clase de Adivinación. Llegó tarde y no tuvo oportunidad de contarle a Trelawney acerca de su sueño hasta después de la clase. La profesora de Adivinación no puedo sacar nada en claro. Luego Adrienne bajó corriendo a Transformaciones donde volvió a llegar tarde y otra vez tuvo que esperar a que terminara la clase para hablar con Hermione acerca de lo que Sir Cadogan le había contado.
-Está claro que han modificado la memoria a los dos cuadros –dijo Hermione- Pero Kevin Brials no pudo ser, porque apenas nadie puede hacer un hechizo desmemorizante con tal precisión. Solo alguien que conozca muy bien las Artes Oscuras... Tuvo que tener un compinche.
Por cosas del destino, o simplemente por casualidad, Draco Malfoy se presentó allí y, una vez hubiera mandado a Adrienne a comer, habló con Hermione.
-Los padres de Kevin Brials vendrán esta tarde y supongo que querrán hablar con nosotros.
-Si, comprendo.
-Además de eso mañana tendrás una visita de un hombre del ministerio y otro muy famoso.
-¿Y quienes son?
-No te puedo decir más que eso. ^Pensamiento^ *Potter y Weasley siguen siendo unos niños*
-Muchas gracias Malfoy.
*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*
¡Bueno! Como podéis ver he hecho algunos cambios en el fic. Lo borré todo y lo volví a subir, con los espacios donde corresponde y con algunos cambios mínimos para que se entienda mejor (no hace falta q lo releáis en realidad son tonterías) Por desgracia perdí los comentarios q tenía de cada chapy... :( Bueno, da igual, porque la gente que quería contestar supongo que ya habrá leido su contestación.
El nombre de la protagonista, Adrienne, está sacado de una canción de The Calling de mismo título, y tomé el nombre prestado. La canción está muy bien, aunque la letra no es precisamente de amor bonito, sino más bien de venganza hacia esa chica. Pero da = el nombre es muy bonito. Se pronuncia EIDRIEN.
El chapy 8 estará para justo después de carnavales (o = un pokito antes) ¡¡lo prometo!! Y ya queda poco para que ES OTRA HISTORIA llegue a su fin. No me kiero exceder mucho con él. No creo que pase de los 10 chapys. Acepto sugerencias y títulos para nuevos capítulos. Así que ya sabeis. Seguid la flecha y dad a go para dejarme una review ¡¡¡OS LO AGRADECERÉ ETERNAMENTE!!! Si teneís un fic ya sabeís la ilusión que da recibir una review!!. (no se si me saldrá bien la flecha, pero bue, así lo dejo)
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