^*^ Fe de errores: :D NO TENGO!!
^*^ Disclaimer: blablabla no soy JKR, algunos de los personajes son suyos. Repito: ALGUNOS. Xq mi fic es compartido. Tiene muchos personajes míos.
^*^Supongo que estareis ansiosos por leer ya el nuevo chapy asi que no os entretengo. Siento haberme retrasado con él pero he estado 6 días en Madrid sin PC y claro! Así es imposible! Ah si, este chapy tiene spoilers del 5º. Aunq no cuenta las cosas que ocurren. Simplemente aparece San Mungo tal como viene en el libro. Así que si no lo habeis leido no pasa nada porque en realidad sería igual. Bueno, os dejo con el chapy 12 q había prometido no entreteneros ¬_¬
XII: Estoy contigo
Dominic Stan, Lucius Malfoy y Victor Krum se escondían cerca de los límites del Bosque Prohibido, mientras Luna Lovegood y Neville Logbottom seguían caminando por los terrenos en busca de algún que otro dementor. Hermione Granger yacía en el suelo inconsciente, pero su cara reflejaba el dolor. Draco Malfoy estaba apresado en un árbol a punto de desmayarse porque no podía respirar. La verdad es que no era un bonito cuadro. La nublada mente de Draco deseaba a toda costa salir de sus ataduras o que alguien fuera a ayudarle. Pero su única compañía era el silencio, o como mucho, los gemidos angustia de Hermione. Ya no podía más. Aquello era el fin.
* * *
-¡Señora Pomfrey! –gritó Daniel nada más entrar en la enfermería.
Tumbó a Adrienne en una de las camas suavemente y le pasó la mano por la cara. Seguía helada. El corazón le dio un vuelco al pensar que volvía a estar muerta. Con mano temblorosa le tomó el pulso. No se lo encontró. Las lágrimas volvían a sus ojos cuando la señora Pomfrey le sacó de su ensimismamiento.
-¿Qué ocurre chico? ¡Por Merlín!
-Adrienne. Muerta. Dementores.
-¡Aparta!
La señora Pomfrey le dio un suave golpe a Adrienne con la varita , por la cual salió un pergamino. La amable señora lo leyó con cara de preocupación.
-Necesita ser llevada a San Mungo. ¿Querrías acompañarla?
Daniel no sabía exactamente si le hablaban a él o no, pero asintió con la cabeza y apretó la fría mano de Adrienne aún con más fuerza. La señora Pomfrey golpeó con la varita un reloj, que brilló en azul. Luego, con otro golpe de varita, colocó a Adrienne en una camilla flotante. Le tendió el reloj a Daniel y le dijo.
-Sujétalo con fuerza y sujeta la camilla también. Llévale este papel a la señora de la recepción.
Daniel asintió con los ojos llenos de lágrimas. La señora Pomfrey sintió lástima por él y también se le humedecieron los ojos.
-Todo saldrá bien –le dijo.
Le dio un abrazo y Daniel se hundió en el torbellino de colores. Se golpeó duramente contra el suelo de la recepción, donde había una señora rubia y regordeta tras el mostrador. Todo estaba rodeado de un silencio pegajoso. Incluso el único hombre que esperaba su turno, que tenía cascos en vez de manos y pies, parecía absorbido por el silencio.
-¡Hogwarts! –exclamó la señora de detrás del mostrador.
Daniel se sacó a toda prisa el papel que le había entregado la señora Pomfrey del bolsillo. La recepcionista lo leyó preocupada. Tomó un aparatito y las siguientes palabras resonaron por los silenciosos pasillos.
-Sanadores Sumpter, Gerndy y Cornwell acudan a recepción por favor. Tenemos una urgencia de tipo 3872.
En pocos segundos dos hombre y una mujer, ataviados de túnicas verde lima, llegaron a la recepción y se llevaron a Adrienne, mientras Daniel contemplaba la escena confuso.
-¿Qué le ocurre? –le preguntó Daniel angustiado a la recepcionista.
-Un caso grave de fragmentación del alma. Ocurre cuando los dementores intentan absorber el alma a una persona que está débil.
-¿Y tiene cura?
-Depende de la persona y de su fuerza mental y física. Por eso su corazón late a veces, porque quiere regresar. Deberías irte. Esto no se pasa de un día para otro.
-¡NO! ¡Pienso quedarme hasta que se ponga bien!
* * *
El inerte cuerpo de Draco Malfoy cayó al suelo. Se oyó una especie de chapoteo, debido al agua que la tierra tenía. Lucius, Krum y Dominic miraron instintivamente hacia allí. Luna y Neville aparecieron, sosteniendo sus varitas en alto.
-¡Expeliarmus! –exclamó Luna y las cinco varitas (las suyas más las de Hermione y Draco) que los hombres tenían fueron a su mano- Vaya, vaya, ahora parece que la balanza se inclina hacia el lado de los buenos...
-No lo creo –dijo Dominic- ¡Dercilus!
Todas las varitas brillaron en luz plateada.
-¡Apresadles! –dijo Lucius.
-¡Impedimenta! –exclamó Neville.
Pero nada surgió de la varita. No era más que un inanimado trozo de madera. Krum y Stan se abalanzaron sobre Neville.
-¡Dos contra uno! ¡No es justo! –gritó Luna tirando de los pelos a Dominic para que luchara contra ella.
De pronto Dominic recibió un fuerte puñetazo en el estómago, proveniente de cierto rubio platinado. Stan cayó al suelo sin respiración.
-¿Te crees muy fuerte? –dijo una voz fría que arrastraba las palabras tras de sí.
Draco giró la mirada para cruzarse con la de su padre.
-Si... Aparentas cosas que no son. Haciéndote el bueno, el héroe. Cuando sabes que no lo eres. Que solo lo haces por la sangre sucia. ¡Eres estúpido!
Draco se puso de rodillas en el suelo. Cada cortante palabra de su padre le dolía más que un puñetazo.
-No eres mas que un cobarde. Nunca tuviste valor y nunca lo tendrás. Así que ahora no vengas queriendo salvarlos a todos. Porque todos morirán. Mira a tus queridos amigos... el gordo y la loca. No pueden hacer nada contra mis mortífagos.
Draco posó su gris mirada en Neville y Luna, que a duras penas conseguían hacer algo contra Victor y Dominic.
-¿Y tus queridas sangre sucias? Si, porque no solo te importa Granger... la niña también. ¿Y dónde están ahora? A punto de morir. No puedes hacer nada contra esto Draco.
-Sabes que si. Sabes que yo tengo un poder que ninguno de los mortífagos ni el Señor Oscuro tiene... que por eso di la espalda al lado oscuro.
-¡El amor no sirve para nada!
Draco gateó un poco hasta colocarse al lado de Hermione.
-No serás capaz –le dijo Lucius- Eres demasiado cobarde para hacerlo.
-Tu no me conoces.
Draco tomó el rostro de Hermione entre sus mano y la besó con toda su pasión, como queriéndole transmitir el poco de vida que le quedaba. Al instante cayó inerte sobre el cuerpo de Hermione.
-¿¡Cómo puedo tener un hijo tan imbecil!? –exclamó Lucius mezcla de sorpresa y diversión. - ¡Dom, Victor! ¿Pero qué...
Luna estaba graciosamente sentada sobre Krum y Stan, que yacían uno sobre el otro. Neville estaba de brazos cruzados mirando triunfante con algún que otro feo golpe en su redonda cara. Luna jugueteaba con una varita blanca en su mano.
-Al parecer a tu amigo se le olvidó desactivar una varita.
-¿De dónde la has sacado?
-Se le cayó a una alumna mientras la golpeaba el Sauce Boxeador. ¿Te suena?
-¡Estúpida! ¡Dámela!
-¡Desmaius!
Lucius miró horrorizado como un fuerte rayo rojo se dirigía hacia él sin poder hacer nada por evitarlo.
-Tampoco ha sido tan difícil acabar con ellos –dijo Luna- Son bastante tontos. ¡Vaya! Parece que tenemos un problema mas gordo...
Neville y Luna miraron tristemente hacia donde Draco y Hermione estaban tumbados.
-Les han dado algo –dijo Luna- Pero no sé el que...
-A lo mejor aún les queda un poco. Voy a ver.
Neville comenzó a revisar las túnicas de los tres mortífagos. No tardó mucho en encontrar el pequeño frasco donde aún quedaba un poco de la poción negra. La cara de Luna se preocupó de verdad cuando lo vio.
-¿Qué es? –preguntó Neville.
-Parsomania. Hace que la sangre se vaya pudriendo poco a poco.
-¿Hay antídoto?
-Si, pero no sabría reconocerlo. Y además dudo mucho que lo tengan en Hogwarts. Solo lo venden en el Callejón Knocturn... y no tenemos tanto tiempo de ir y comprarlo.
-¿Entonces van a morir?
Luna asintió tristemente.
-¡No me mandes a la tumba tan joven, Luna! –exclamó Hermione levantándose.
-¡Hermione! –exclamó Neville- ¡Estás viva!
-Si, Draco se sacrificó por mi.
-¿Cómo?
-No hay tiempo para explicaciones. Necesitamos el antídoto. Y yo sé donde hay. ¡Llevad a Draco a la enfermería!
Como ocurría cada vez que Hermione daba órdenes, todos se apresuraron en cumplirlas. Hermione salió corriendo hacia el castillo. En pocos minutos llegó al despacho de Draco, que encontró cerrado.
-¡NO! ¡NO! –exclamó furiosa.
Su varita se encontraba en manos de Neville, que las había recuperado de los mortifagos, pero estaba inactiva y no había tiempo de volver a por ella.
-¡Ábrete! ¡ÁBRETE!
Hermione golpeaba furiosa la pesada puerta de madera. Lágrimas se escapaban de sus ojos. Apenas quedaba tiempo para que Draco tomara el antídoto.
-¡Vamos! ¡Abrete!
La puerta brilló y se abrió de golpe. Hermione comenzó a revisar tarro por tarro. No lo encontraba. Leía los extraños nombres con la máxima rapidez que podía. Sus ojos se movían de un lado a otro sin resultado. Y entonces lo vio. Un frasco pequeño, del tamaño de un dedal, con un líquido nacarado en su interior. Lo apretó con fuerza en su mano y se dirigió a toda prisa a la enfermería. Neville, Luna y la señora Pomfey estaban alrededor de la cama donde yacía Draco. Su piel tenía un toque grisáceo. Hermione miró su reloj.
-Dominic me dio la poción alrededor de las doce. Faltan cinco minutos para que den la una. Me parece que hemos conseguido salvarle.
-¿Vas a dejar de hablar y darle la poción? –dijo Luna.
Hermione abrió el pequeño recipiente y lo vertió en su boca.
-¿Pero qué haces? –dijo Neville asustado- ¡Es para Draco!
Hermione no le hizo caso y lo apartó de un empujón. Junto sus labios con los fríos de Draco y mientras lo besaba le fue pasando la poción. Lo estrechaba entre sus brazos mientras deseaba con todas sus fuerzas que viviera. Draco abrió los ojos y descubrió las húmedas pestañas de Hermione contra su cara. Le devolvió el beso poniendo todo su ser en él.
* * *
Daniel paseaba de un lado a otro de la desierta recepción de San Mungo nervioso. El gran retrato de la bruja con tirabuzones plateados lo miraba con desaprobación. El muchacho se paró a leer lo que ponía debajo: Dilys Derwent, Sanadora de San Mungo 1722-1741, Directora del Colegio Hogwarts de magia y Hechicería 1741-1768.
-¿Podrías ir a Hogwarts?
-¿Me hablas a mi?
-¿Hay alguien más?
Si Daniel ya le caía mal a Dilys Derwent, acababa de rematar la tarea.
-¿Y para qué quieres que vaya?
-Porque las cosas iban mal allí. Y no sé si saben que Adrienne está aquí. No ha venido nadie.
-Si no ha venido nadie es porque no les importas.
Daniel puso los ojos en blanco. Cuando los volvió a su lugar el cuadro estaba en negro. La mujer se había ido. Volvió a pasearse inquietamente por la estancia. La señora de la recepción entró en la sala. Daniel se abalanzó sobre ella.
-¿Hay algo acerca de Adrienne?
-Te dije que volvieras a Hogwarts. Puede que tu amiga tarde mucho en volver a ser de nuevo ella.
-Quiero verla.
-No se puede. Está en pleno tratamiento. Dentro de unas dos horas la trasladaran a la sala Moonligth en la primera planta. Y ni siquiera entonces podrás verla. Sólo a través de un cristal. De mientras puedes tomarte algo. Hay una máquina al final de este pasillo.
-Gracias.
Daniel no tenía hambre pero se dirigió a la máquina solo por hacer algo. Buscó en su bolsillo unas monedas y las echó al interior del aparato. Como de costumbre, cayeron al agujerito de devolución (N/A: odio cuando ocurre esto porque pasa siempre!!). Lo intentó unas cuantas veces más sin resultado.
-Tienes que "haceg" así –dijo una voz dulce con acento francés.
Una muchacha de cabellos rubios platinos y unos grandes ojos azules golpeó la máquina suavemente. Tomó las monedas de la mano de Daniel que esta vez permanecieron dentro.
-¿Qué "quiegues"?
-Nada en realidad –respondió Daniel sin ganas- Tómatelo tú.
-"Pego" yo no "quiego" nada.
-Entonces coge un Twix (N/A: vaaaaale, se que no hay Twix en el mundo mágico, pero como es mi chocolatina favorita la pongo, ala!).
La chica pulsó con sus bonitas manos las teclas C8 y enseguida cayó un Twix. Daniel lo abrió y le tendió la otra barrita a la chica. Ambos se sentaron en unos sofás cercanos.
-"Egues" de "Hogwagts" ¿"vegdad"?
-Si. Y tú de Beuxbatons. ¿Qué haces aquí?
-Me tomé unos días de descanso "paga" "visitag" a mi "hegmana". Ella está "tgabajando" aquí, "pego" no lleva mucho. Antes "tgabajaba" en "Ggingotts". ¿Y tú que haces aquí?
-Una amiga está muy enferma. Acabo de llegar con ella desde Hogwarts.
-Oh. Vaya. Lo siento mucho. "Pegdona" no me he "pgesentado". Me llamo Gabrielle Delacour.
-Yo soy Daniel McClain.
Gabrielle se acercó a Daniel y le dio un beso en cada mejilla, lo cual le hizo enrojecer. Nadie ponía en duda que Gabrielle Delacour era extraordinariamente atractiva.
-Mi "hegmana" me ha dicho que me tengo que "quedag" hasta la mañana... y es demasiado tiempo.... "paga" "pasaglo" yo sola...
Gabrielle se acercó un poco más a Daniel, que tragó el último trozo de Twix.
-Si a ti no te "impogta", "podgíamos" "pasagla" juntos.
El corazón de Daniel iba más deprisa. No era muy hábil con las chicas y no sabía que decir. Ella esperaba su contestación lo cual lo ponía más nervioso aún.
-¿A qué te refieres con pasar la noche juntos?
Gabrielle miró hacia abajo y enrojeció.
-No me "guefiego" a eso. Yo digo "paga" "hablag" y esas cosas. Tengo que "pgagticar" mi inglés.
-Ah, bueno, por mi.
La tensión que se acumulaba en la espalda de Daniel se relajó de golpe al saber que la apuesta muchacha no quería con él mas que palabras.
-¿Cuántos años tienes? –le preguntó Gabrielle.
-Quince, pero cumplo los dieciséis en enero.
-Yo también tengo dieciséis, "pego" los cumplí el mes pasado.
[Silencio incómodo] Ninguno de los dos sabía qué decir. En el fondo Daniel no sabía porqué hablaba con la francesa, porque lo que en realidad deseaba era estar solo.
-Daniel –dijo Gabrielle rompiendo el silencio- Me "pagueces" un chico muy guapo...
* * *
Hermione y Draco se besaban como si toda su vida fuera en ello (N/A: seré mas explícita, con lengua n_n), bajo la atónita mirada de Luna, Neville y la señora Pomfrey. Cuando separaron sus labios Hermione sonrió.
-Eres idiota –le susurró a Draco.
-¿Nos vais a explicar de una vez que ha pasado? –dijo Neville.
-Antes debemos ocuparnos de tres mortífagos que están solos en los límites del bosque.
-Tranquila –dijo una voz entrecortada en la puerta- Yo ya me he encargado de ellos.
-¡Harry! –exclamó Hermione escapando de los brazos de Malfoy- ¿Estás bien? ¡Señora Pomfrey!
La enfermera de la escuela ayudó a Harry a tumbarse en una cama. Estaba muy malherido, pero había conseguido realizar el hechizo levitador para llevar a los tres mortífagos hasta la entrada de la enfermería.
-Enviaré una lechuza a Ron para que venga a buscarlos –dijo Hermione (N/A: os recuerdo que Ron es auror)
-¡De ninguna manera! –exclamó Luna- Eso ya lo haré yo. Ahora te vas a sentar en esta silla y nos vas a contar como demonios salvaste a Draco, y como Draco te salvo.
-Me sorprende que tu me lo preguntes Luna. Hay que creer.
Todos, incluso Harry, que de mientras se tomaba una poción y la señora Pomfrey le curaba, prestaron atención a las palabras de Hermione.
-Mira, hay ciertos hechizos y pociones que no actúan porque sí. Para que funcionen hay que creer en ellos, poner pasión. Por eso Dominic me besó tanto antes de darme la poción, para que su ira creciera y así deseara matarme. Y Draco me salvó con un beso porque puso pasión en él, porque quería que yo me salvara. Así hice yo con la poción, porque si se la hubiera hecho tomar sin mas, lo más seguro es que estaría... muerto.
-¡Y por eso se soltó de las ataduras! –exclamó Luna.
-Pensaba que lo habíais hecho vosotros –dijo Draco.
-No, lo hiciste tú. Al igual que yo conseguí abrir la puerta de tu despacho sin llave ni hechizo. Lo hice porque deseaba con todas mis fuerzas salvarte. De todas formas, la magia sigue siendo un misterio.
Todos se quedaron un momento a solas con sus pensamientos. Entonces Draco explotó.
-¿Y Adrienne Moore?
Adrienne Moore se encontraba tumbada inconsciente en una cama, con varios sanadores a su alrededor, ajena a que, en un pasillo al lado del vestíbulo, su mejor amigo y una francesa se besaban apasionadamente.
*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*
Waaaaaa!!! SIGO SIENDO MALA!!!!! Jejejejeje bueno, para todos akellos q esperaban con ansias mi nuevo chapy! Aki está. Lamento no poder conestar review.... en el siguiente capitulo espero! No sé si las cosas habrán quedado claras del todo, pero creo que si. Bueno, si hay cosas que no os quedaron muy claras (acerca de xq draco se salvó y todo eso NADA DE PAREJAS!! ;)) me dejais un review y ya os lo contestaré.
El titulo del chapy me lo saqué escuchando la canción "I'm with you" de Avril Lavigne. No es que sea de mis favoritas, pero me gustó para ponerlo de título! No sé cosas q vienen a la mente... ¬_¬
Bueno, muchos besos a todas y cada una de las personas que leen "ES OTRA HISTORIA". Me gustaría que me dejarais todos un review para poder dedicaros el fic al final a todos los q verdaderamente han leido mi fic, xq se que hay gente q lo lee y no deja review. ¿OK? Me dejais un review aunq sea diciendo "hola" es para poder poneros luego a la hora de dedicar. MUCHOS BESOS!! OS KIERO!!
**MIKITA_WOOD** **AINHOA**
PD: Ya sabeis, dad a GO Y escribidme las palabritas!
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^*^ Disclaimer: blablabla no soy JKR, algunos de los personajes son suyos. Repito: ALGUNOS. Xq mi fic es compartido. Tiene muchos personajes míos.
^*^Supongo que estareis ansiosos por leer ya el nuevo chapy asi que no os entretengo. Siento haberme retrasado con él pero he estado 6 días en Madrid sin PC y claro! Así es imposible! Ah si, este chapy tiene spoilers del 5º. Aunq no cuenta las cosas que ocurren. Simplemente aparece San Mungo tal como viene en el libro. Así que si no lo habeis leido no pasa nada porque en realidad sería igual. Bueno, os dejo con el chapy 12 q había prometido no entreteneros ¬_¬
XII: Estoy contigo
Dominic Stan, Lucius Malfoy y Victor Krum se escondían cerca de los límites del Bosque Prohibido, mientras Luna Lovegood y Neville Logbottom seguían caminando por los terrenos en busca de algún que otro dementor. Hermione Granger yacía en el suelo inconsciente, pero su cara reflejaba el dolor. Draco Malfoy estaba apresado en un árbol a punto de desmayarse porque no podía respirar. La verdad es que no era un bonito cuadro. La nublada mente de Draco deseaba a toda costa salir de sus ataduras o que alguien fuera a ayudarle. Pero su única compañía era el silencio, o como mucho, los gemidos angustia de Hermione. Ya no podía más. Aquello era el fin.
* * *
-¡Señora Pomfrey! –gritó Daniel nada más entrar en la enfermería.
Tumbó a Adrienne en una de las camas suavemente y le pasó la mano por la cara. Seguía helada. El corazón le dio un vuelco al pensar que volvía a estar muerta. Con mano temblorosa le tomó el pulso. No se lo encontró. Las lágrimas volvían a sus ojos cuando la señora Pomfrey le sacó de su ensimismamiento.
-¿Qué ocurre chico? ¡Por Merlín!
-Adrienne. Muerta. Dementores.
-¡Aparta!
La señora Pomfrey le dio un suave golpe a Adrienne con la varita , por la cual salió un pergamino. La amable señora lo leyó con cara de preocupación.
-Necesita ser llevada a San Mungo. ¿Querrías acompañarla?
Daniel no sabía exactamente si le hablaban a él o no, pero asintió con la cabeza y apretó la fría mano de Adrienne aún con más fuerza. La señora Pomfrey golpeó con la varita un reloj, que brilló en azul. Luego, con otro golpe de varita, colocó a Adrienne en una camilla flotante. Le tendió el reloj a Daniel y le dijo.
-Sujétalo con fuerza y sujeta la camilla también. Llévale este papel a la señora de la recepción.
Daniel asintió con los ojos llenos de lágrimas. La señora Pomfrey sintió lástima por él y también se le humedecieron los ojos.
-Todo saldrá bien –le dijo.
Le dio un abrazo y Daniel se hundió en el torbellino de colores. Se golpeó duramente contra el suelo de la recepción, donde había una señora rubia y regordeta tras el mostrador. Todo estaba rodeado de un silencio pegajoso. Incluso el único hombre que esperaba su turno, que tenía cascos en vez de manos y pies, parecía absorbido por el silencio.
-¡Hogwarts! –exclamó la señora de detrás del mostrador.
Daniel se sacó a toda prisa el papel que le había entregado la señora Pomfrey del bolsillo. La recepcionista lo leyó preocupada. Tomó un aparatito y las siguientes palabras resonaron por los silenciosos pasillos.
-Sanadores Sumpter, Gerndy y Cornwell acudan a recepción por favor. Tenemos una urgencia de tipo 3872.
En pocos segundos dos hombre y una mujer, ataviados de túnicas verde lima, llegaron a la recepción y se llevaron a Adrienne, mientras Daniel contemplaba la escena confuso.
-¿Qué le ocurre? –le preguntó Daniel angustiado a la recepcionista.
-Un caso grave de fragmentación del alma. Ocurre cuando los dementores intentan absorber el alma a una persona que está débil.
-¿Y tiene cura?
-Depende de la persona y de su fuerza mental y física. Por eso su corazón late a veces, porque quiere regresar. Deberías irte. Esto no se pasa de un día para otro.
-¡NO! ¡Pienso quedarme hasta que se ponga bien!
* * *
El inerte cuerpo de Draco Malfoy cayó al suelo. Se oyó una especie de chapoteo, debido al agua que la tierra tenía. Lucius, Krum y Dominic miraron instintivamente hacia allí. Luna y Neville aparecieron, sosteniendo sus varitas en alto.
-¡Expeliarmus! –exclamó Luna y las cinco varitas (las suyas más las de Hermione y Draco) que los hombres tenían fueron a su mano- Vaya, vaya, ahora parece que la balanza se inclina hacia el lado de los buenos...
-No lo creo –dijo Dominic- ¡Dercilus!
Todas las varitas brillaron en luz plateada.
-¡Apresadles! –dijo Lucius.
-¡Impedimenta! –exclamó Neville.
Pero nada surgió de la varita. No era más que un inanimado trozo de madera. Krum y Stan se abalanzaron sobre Neville.
-¡Dos contra uno! ¡No es justo! –gritó Luna tirando de los pelos a Dominic para que luchara contra ella.
De pronto Dominic recibió un fuerte puñetazo en el estómago, proveniente de cierto rubio platinado. Stan cayó al suelo sin respiración.
-¿Te crees muy fuerte? –dijo una voz fría que arrastraba las palabras tras de sí.
Draco giró la mirada para cruzarse con la de su padre.
-Si... Aparentas cosas que no son. Haciéndote el bueno, el héroe. Cuando sabes que no lo eres. Que solo lo haces por la sangre sucia. ¡Eres estúpido!
Draco se puso de rodillas en el suelo. Cada cortante palabra de su padre le dolía más que un puñetazo.
-No eres mas que un cobarde. Nunca tuviste valor y nunca lo tendrás. Así que ahora no vengas queriendo salvarlos a todos. Porque todos morirán. Mira a tus queridos amigos... el gordo y la loca. No pueden hacer nada contra mis mortífagos.
Draco posó su gris mirada en Neville y Luna, que a duras penas conseguían hacer algo contra Victor y Dominic.
-¿Y tus queridas sangre sucias? Si, porque no solo te importa Granger... la niña también. ¿Y dónde están ahora? A punto de morir. No puedes hacer nada contra esto Draco.
-Sabes que si. Sabes que yo tengo un poder que ninguno de los mortífagos ni el Señor Oscuro tiene... que por eso di la espalda al lado oscuro.
-¡El amor no sirve para nada!
Draco gateó un poco hasta colocarse al lado de Hermione.
-No serás capaz –le dijo Lucius- Eres demasiado cobarde para hacerlo.
-Tu no me conoces.
Draco tomó el rostro de Hermione entre sus mano y la besó con toda su pasión, como queriéndole transmitir el poco de vida que le quedaba. Al instante cayó inerte sobre el cuerpo de Hermione.
-¿¡Cómo puedo tener un hijo tan imbecil!? –exclamó Lucius mezcla de sorpresa y diversión. - ¡Dom, Victor! ¿Pero qué...
Luna estaba graciosamente sentada sobre Krum y Stan, que yacían uno sobre el otro. Neville estaba de brazos cruzados mirando triunfante con algún que otro feo golpe en su redonda cara. Luna jugueteaba con una varita blanca en su mano.
-Al parecer a tu amigo se le olvidó desactivar una varita.
-¿De dónde la has sacado?
-Se le cayó a una alumna mientras la golpeaba el Sauce Boxeador. ¿Te suena?
-¡Estúpida! ¡Dámela!
-¡Desmaius!
Lucius miró horrorizado como un fuerte rayo rojo se dirigía hacia él sin poder hacer nada por evitarlo.
-Tampoco ha sido tan difícil acabar con ellos –dijo Luna- Son bastante tontos. ¡Vaya! Parece que tenemos un problema mas gordo...
Neville y Luna miraron tristemente hacia donde Draco y Hermione estaban tumbados.
-Les han dado algo –dijo Luna- Pero no sé el que...
-A lo mejor aún les queda un poco. Voy a ver.
Neville comenzó a revisar las túnicas de los tres mortífagos. No tardó mucho en encontrar el pequeño frasco donde aún quedaba un poco de la poción negra. La cara de Luna se preocupó de verdad cuando lo vio.
-¿Qué es? –preguntó Neville.
-Parsomania. Hace que la sangre se vaya pudriendo poco a poco.
-¿Hay antídoto?
-Si, pero no sabría reconocerlo. Y además dudo mucho que lo tengan en Hogwarts. Solo lo venden en el Callejón Knocturn... y no tenemos tanto tiempo de ir y comprarlo.
-¿Entonces van a morir?
Luna asintió tristemente.
-¡No me mandes a la tumba tan joven, Luna! –exclamó Hermione levantándose.
-¡Hermione! –exclamó Neville- ¡Estás viva!
-Si, Draco se sacrificó por mi.
-¿Cómo?
-No hay tiempo para explicaciones. Necesitamos el antídoto. Y yo sé donde hay. ¡Llevad a Draco a la enfermería!
Como ocurría cada vez que Hermione daba órdenes, todos se apresuraron en cumplirlas. Hermione salió corriendo hacia el castillo. En pocos minutos llegó al despacho de Draco, que encontró cerrado.
-¡NO! ¡NO! –exclamó furiosa.
Su varita se encontraba en manos de Neville, que las había recuperado de los mortifagos, pero estaba inactiva y no había tiempo de volver a por ella.
-¡Ábrete! ¡ÁBRETE!
Hermione golpeaba furiosa la pesada puerta de madera. Lágrimas se escapaban de sus ojos. Apenas quedaba tiempo para que Draco tomara el antídoto.
-¡Vamos! ¡Abrete!
La puerta brilló y se abrió de golpe. Hermione comenzó a revisar tarro por tarro. No lo encontraba. Leía los extraños nombres con la máxima rapidez que podía. Sus ojos se movían de un lado a otro sin resultado. Y entonces lo vio. Un frasco pequeño, del tamaño de un dedal, con un líquido nacarado en su interior. Lo apretó con fuerza en su mano y se dirigió a toda prisa a la enfermería. Neville, Luna y la señora Pomfey estaban alrededor de la cama donde yacía Draco. Su piel tenía un toque grisáceo. Hermione miró su reloj.
-Dominic me dio la poción alrededor de las doce. Faltan cinco minutos para que den la una. Me parece que hemos conseguido salvarle.
-¿Vas a dejar de hablar y darle la poción? –dijo Luna.
Hermione abrió el pequeño recipiente y lo vertió en su boca.
-¿Pero qué haces? –dijo Neville asustado- ¡Es para Draco!
Hermione no le hizo caso y lo apartó de un empujón. Junto sus labios con los fríos de Draco y mientras lo besaba le fue pasando la poción. Lo estrechaba entre sus brazos mientras deseaba con todas sus fuerzas que viviera. Draco abrió los ojos y descubrió las húmedas pestañas de Hermione contra su cara. Le devolvió el beso poniendo todo su ser en él.
* * *
Daniel paseaba de un lado a otro de la desierta recepción de San Mungo nervioso. El gran retrato de la bruja con tirabuzones plateados lo miraba con desaprobación. El muchacho se paró a leer lo que ponía debajo: Dilys Derwent, Sanadora de San Mungo 1722-1741, Directora del Colegio Hogwarts de magia y Hechicería 1741-1768.
-¿Podrías ir a Hogwarts?
-¿Me hablas a mi?
-¿Hay alguien más?
Si Daniel ya le caía mal a Dilys Derwent, acababa de rematar la tarea.
-¿Y para qué quieres que vaya?
-Porque las cosas iban mal allí. Y no sé si saben que Adrienne está aquí. No ha venido nadie.
-Si no ha venido nadie es porque no les importas.
Daniel puso los ojos en blanco. Cuando los volvió a su lugar el cuadro estaba en negro. La mujer se había ido. Volvió a pasearse inquietamente por la estancia. La señora de la recepción entró en la sala. Daniel se abalanzó sobre ella.
-¿Hay algo acerca de Adrienne?
-Te dije que volvieras a Hogwarts. Puede que tu amiga tarde mucho en volver a ser de nuevo ella.
-Quiero verla.
-No se puede. Está en pleno tratamiento. Dentro de unas dos horas la trasladaran a la sala Moonligth en la primera planta. Y ni siquiera entonces podrás verla. Sólo a través de un cristal. De mientras puedes tomarte algo. Hay una máquina al final de este pasillo.
-Gracias.
Daniel no tenía hambre pero se dirigió a la máquina solo por hacer algo. Buscó en su bolsillo unas monedas y las echó al interior del aparato. Como de costumbre, cayeron al agujerito de devolución (N/A: odio cuando ocurre esto porque pasa siempre!!). Lo intentó unas cuantas veces más sin resultado.
-Tienes que "haceg" así –dijo una voz dulce con acento francés.
Una muchacha de cabellos rubios platinos y unos grandes ojos azules golpeó la máquina suavemente. Tomó las monedas de la mano de Daniel que esta vez permanecieron dentro.
-¿Qué "quiegues"?
-Nada en realidad –respondió Daniel sin ganas- Tómatelo tú.
-"Pego" yo no "quiego" nada.
-Entonces coge un Twix (N/A: vaaaaale, se que no hay Twix en el mundo mágico, pero como es mi chocolatina favorita la pongo, ala!).
La chica pulsó con sus bonitas manos las teclas C8 y enseguida cayó un Twix. Daniel lo abrió y le tendió la otra barrita a la chica. Ambos se sentaron en unos sofás cercanos.
-"Egues" de "Hogwagts" ¿"vegdad"?
-Si. Y tú de Beuxbatons. ¿Qué haces aquí?
-Me tomé unos días de descanso "paga" "visitag" a mi "hegmana". Ella está "tgabajando" aquí, "pego" no lleva mucho. Antes "tgabajaba" en "Ggingotts". ¿Y tú que haces aquí?
-Una amiga está muy enferma. Acabo de llegar con ella desde Hogwarts.
-Oh. Vaya. Lo siento mucho. "Pegdona" no me he "pgesentado". Me llamo Gabrielle Delacour.
-Yo soy Daniel McClain.
Gabrielle se acercó a Daniel y le dio un beso en cada mejilla, lo cual le hizo enrojecer. Nadie ponía en duda que Gabrielle Delacour era extraordinariamente atractiva.
-Mi "hegmana" me ha dicho que me tengo que "quedag" hasta la mañana... y es demasiado tiempo.... "paga" "pasaglo" yo sola...
Gabrielle se acercó un poco más a Daniel, que tragó el último trozo de Twix.
-Si a ti no te "impogta", "podgíamos" "pasagla" juntos.
El corazón de Daniel iba más deprisa. No era muy hábil con las chicas y no sabía que decir. Ella esperaba su contestación lo cual lo ponía más nervioso aún.
-¿A qué te refieres con pasar la noche juntos?
Gabrielle miró hacia abajo y enrojeció.
-No me "guefiego" a eso. Yo digo "paga" "hablag" y esas cosas. Tengo que "pgagticar" mi inglés.
-Ah, bueno, por mi.
La tensión que se acumulaba en la espalda de Daniel se relajó de golpe al saber que la apuesta muchacha no quería con él mas que palabras.
-¿Cuántos años tienes? –le preguntó Gabrielle.
-Quince, pero cumplo los dieciséis en enero.
-Yo también tengo dieciséis, "pego" los cumplí el mes pasado.
[Silencio incómodo] Ninguno de los dos sabía qué decir. En el fondo Daniel no sabía porqué hablaba con la francesa, porque lo que en realidad deseaba era estar solo.
-Daniel –dijo Gabrielle rompiendo el silencio- Me "pagueces" un chico muy guapo...
* * *
Hermione y Draco se besaban como si toda su vida fuera en ello (N/A: seré mas explícita, con lengua n_n), bajo la atónita mirada de Luna, Neville y la señora Pomfrey. Cuando separaron sus labios Hermione sonrió.
-Eres idiota –le susurró a Draco.
-¿Nos vais a explicar de una vez que ha pasado? –dijo Neville.
-Antes debemos ocuparnos de tres mortífagos que están solos en los límites del bosque.
-Tranquila –dijo una voz entrecortada en la puerta- Yo ya me he encargado de ellos.
-¡Harry! –exclamó Hermione escapando de los brazos de Malfoy- ¿Estás bien? ¡Señora Pomfrey!
La enfermera de la escuela ayudó a Harry a tumbarse en una cama. Estaba muy malherido, pero había conseguido realizar el hechizo levitador para llevar a los tres mortífagos hasta la entrada de la enfermería.
-Enviaré una lechuza a Ron para que venga a buscarlos –dijo Hermione (N/A: os recuerdo que Ron es auror)
-¡De ninguna manera! –exclamó Luna- Eso ya lo haré yo. Ahora te vas a sentar en esta silla y nos vas a contar como demonios salvaste a Draco, y como Draco te salvo.
-Me sorprende que tu me lo preguntes Luna. Hay que creer.
Todos, incluso Harry, que de mientras se tomaba una poción y la señora Pomfrey le curaba, prestaron atención a las palabras de Hermione.
-Mira, hay ciertos hechizos y pociones que no actúan porque sí. Para que funcionen hay que creer en ellos, poner pasión. Por eso Dominic me besó tanto antes de darme la poción, para que su ira creciera y así deseara matarme. Y Draco me salvó con un beso porque puso pasión en él, porque quería que yo me salvara. Así hice yo con la poción, porque si se la hubiera hecho tomar sin mas, lo más seguro es que estaría... muerto.
-¡Y por eso se soltó de las ataduras! –exclamó Luna.
-Pensaba que lo habíais hecho vosotros –dijo Draco.
-No, lo hiciste tú. Al igual que yo conseguí abrir la puerta de tu despacho sin llave ni hechizo. Lo hice porque deseaba con todas mis fuerzas salvarte. De todas formas, la magia sigue siendo un misterio.
Todos se quedaron un momento a solas con sus pensamientos. Entonces Draco explotó.
-¿Y Adrienne Moore?
Adrienne Moore se encontraba tumbada inconsciente en una cama, con varios sanadores a su alrededor, ajena a que, en un pasillo al lado del vestíbulo, su mejor amigo y una francesa se besaban apasionadamente.
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Waaaaaa!!! SIGO SIENDO MALA!!!!! Jejejejeje bueno, para todos akellos q esperaban con ansias mi nuevo chapy! Aki está. Lamento no poder conestar review.... en el siguiente capitulo espero! No sé si las cosas habrán quedado claras del todo, pero creo que si. Bueno, si hay cosas que no os quedaron muy claras (acerca de xq draco se salvó y todo eso NADA DE PAREJAS!! ;)) me dejais un review y ya os lo contestaré.
El titulo del chapy me lo saqué escuchando la canción "I'm with you" de Avril Lavigne. No es que sea de mis favoritas, pero me gustó para ponerlo de título! No sé cosas q vienen a la mente... ¬_¬
Bueno, muchos besos a todas y cada una de las personas que leen "ES OTRA HISTORIA". Me gustaría que me dejarais todos un review para poder dedicaros el fic al final a todos los q verdaderamente han leido mi fic, xq se que hay gente q lo lee y no deja review. ¿OK? Me dejais un review aunq sea diciendo "hola" es para poder poneros luego a la hora de dedicar. MUCHOS BESOS!! OS KIERO!!
**MIKITA_WOOD** **AINHOA**
PD: Ya sabeis, dad a GO Y escribidme las palabritas!
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