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EN EL CHAPTER ANTERIOR...

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- Siempre somos cumplidores, las órdenes son las órdenes. Si nos dicen que hagamos algo lo hacemos y si nos dicen que matemos, matamos, ¿entiendes? -dijo apuntando con el arma que acababa de sacar a Ran- ¿Y bien? ¿Vendrás con nosotros?

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- ¡¡¿Pero qué dices?!! -interrumpió Vodka- ¡¡¡Necesitamos a Kudo!!! -exclamó apartándole la mano con el arma a su compañero pero ésta regresó a su posición anterior como si fuera un resorte.

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- ¿Es que no te das cuenta? -quiso saber Gin mirando hacia su compañero- ¡¡Él es Kudo!! -dijo señalando a Conan con el arma. En ese momento Ran levantó la vista hacia Conan, intentando encontrar respuestas a todo lo que allí se estaba rebelando.

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U.N.I.E.N.D.O. - P.I.E.Z.A.S: L.A. - M.U.E.R.T.E - D.E. - C.O.N.A.N.

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- ¿Es que no te das cuenta? -quiso saber Gin mirando hacia su compañero- ¡¡Él es Kudo!! -dijo señalando a Conan con el arma. En ese momento Ran levantó la vista hacia Conan, intentando encontrar respuestas a todo lo que allí se estaba rebelando, no podía hablar a causa de la mordaza pero sus ojos lo decían todo, por eso el pequeño detective desvió la mirada, por no poder enfrentarse a ella en esos momentos, no podía permitir que ellos supieran su debilidad. Ran ahora empezaba a encajar las piezas de ese puzzle del que llevaba más de un año buscando las partes. No quería creer lo que estaban diciendo pero algo en su interior lo había sabido siempre. A pesar de haber tratado de enterrarlo esa gran verdad salía ahora a la luz y la dejaba a ella indefensa.

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- ¿¡¡¡KUDO!!!? -preguntó Vodka asombrado sin poder creérselo- Eso es imposible, que esté vivo sí pero llegar a este punto... -dijo pensando que era una broma de su jefe- Además... ¿como va a ser un niño? -susurró incrédulo.

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- Eso es precisamente lo que nos va a decir ahora -le ordenó Gin a Conan apuntando a Ran, que intentaba controlar los sentimientos que la azotaban aunque sin resultado. Gin cargó el arma- ¿Y bien? Cuéntanos todo.

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Shinichi estaba acorralado, no podía hacer nada para librarse de aquello, además, ahora Ran lo sabía todo, todo lo que tanto le había costado ocultar para que precisamente no ocurriera aquello por lo que ahora estaban pasando. La miró, su rostro reflejaba infinidad de emociones, notaba su miedo y su sentimiento de traición por haberle mentido durante tanto tiempo pero bajo todo eso, creía ver cierto alivio porque, por fin, sabía lo que él había estado haciendo durante todo ese tiempo; estar junto a ella. Aún así sus ojos estaban anegados de lágrimas que ya no podía contener y que caían por sus mejillas precipitadamente. Después Conan volvió a dirigir su mirada a Gin, que se mantenía a la espera de la explicación, él movió el dedo que sujetaba el gatillo de la pistola para demostrarle que si no comenzaba a hablar dispararía.

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- Sí, yo soy Shinichi Kudo -dijo para esclarecer las últimas dudas que les podían quedar a sus oyentes. Cogió sonoramente aire en sus pulmones.- ¿Recuerdas la pastilla que me hiciste tomar el día del parque de atracciones? -Ran enseguida supo a qué momento se refería, justo al día de su desaparición, justo al día en que apareció Conan- Pues esa pastilla lo único que hizo fue encogerme -explicó brevemente tratando de no dar demasiados detalles.

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- Maldita Sherry -gruñó Vodka negando con la cabeza- Hicimos bien en deshacernos de ella -comentó riendo por lo bajo fríamente.

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- No. Ella tampoco está muerta -dijo Gin apoyando todo su cuerpo contra la pared y encendiendo un cigarrillo tranquilamente, sabiendo que tenía la situación bajo control- Se tomó también el APTX 4869, por lo tanto no murió, ¿cierto? -le preguntó a Conan, que ni se inmutó, como si la cosa no fuera con él- Seguro que están los dos en contacto -comentó sacando conclusiones por él mismo y mostrándole a Conan un pequeño estuche que después de abierto resolvió todos los problemas a los que Shinichi se había enfrentado durante tanto tiempo- Sí, es el APTX 4869, la droga que podría devolverte a tu estado de adulto... ¿la quieres? Puedo ver cuánto la deseas en tus ojos... ¿la cambiarías por ella? -preguntó señalando a Ran- A ella también la quieres, y mucho, sino no hubieras llegado a este extremo -dijo Gin apuntando nuevamente hacia Ran- Dile adiós -sin perder un segundo le disparó con un breve movimiento de su dedo índice. El tiempo se paró, el corazón de Conan se detuvo mientras que de su garganta salía un grito desesperado, interrumpido instantes después por la voz de Gin- Tranquilo, no la mataré, recuerda que tengo un trato... -dijo moviendo la cabeza con una estúpida sonrisa bailándole en los labios, para señalar que había errado el tiro a propósito, estampando la bala contra la monótona pared de ladrillos y dejando a Ran petrificada de miedo.

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Vodka le quitó bruscamente la mordaza a Ran, casi arrancándosela de cuajo. Ella, aún temblando de miedo por el tiro fallido intentó hablar- Por qué... ¿por qué no me lo dijiste? -quiso saber Ran dirigiéndose a Conan- ¿Por qué...?

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La pregunta quedó en el aire porque Conan la interrumpió. Su mirada parecía perdida en la lejanía, no miraba a nada ni a nadie, su corazón aún palpitaba apresuradamente a causa del susto que se había llevado, pero, a pesar de eso, habló- Precisamente para que no te pasara esto -dijo serio, su mirada pasó entonces a Gin, que observaba la situación expectante.

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- Debes de estar muy contrariado -comentó Gin medio riendo- Has intentado ocultar tu verdadera identidad por todos los medios precisamente para protegerla a ella y ahora va a ser ella misma quien pague todo, irónico, ¿no? -Conan no decía nada, lo único que parecía moverse en su cuerpo eran los párpados al pestañear, su mirada continuaba clavada en Gin- Pero no te preocupes -continuó éste- Los negocios son los negocios y a ella no le pasará nada... es más, ni siquiera te recordará, ni a ti ni a nadie... -con esto Ran comenzó a tener miedo de nuevo. Un escalofrío recorrió su espalda.

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Vodka se acercó a la mesa a señal de su compañero y cogió un vaso de agua que allí había. A continuación sacó otro estuche del bolsillo interior de su americana negra, lo abrió y agarró entre sus manos una pastilla muy similar a la que Shinichi había ingerido antes de convertirse en un niño.

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- Bueno, se acerca el final... pero antes, y para asegurarme de que no podrás escapar... -Gin volvió a apuntar con la pistola pero esta vez hacia Conan. Sin segundos de reacción y sin dudar, disparó fríamente. El disparo resonó en toda la sala pero el grito que profirió Ran rasgó aún más el silencio total de los alrededores. Con el contacto de la bala Conan cayó con el cuerpo muerto mientras Vodka reía a carcajadas. Ran sintió un profundo dolor en el pecho, gritaba el nombre de su ser más querido pero éste no respondía, lo único que comprendía era que había sangre, mucha sangre... Su vista se nubló a causa de las lágrimas, con cada intento que hacía Conan de coger aire para poder respirar, Vodka, viendo esto, aún reía más, burlándose de ella. Antes de que se diera cuenta Gin estaba frente a ella, su rostro varonil sonreía- No te preocupes, el dolor de su pérdida desaparecerá cuando te tomes esta pastilla... comenzarás una nueva vida y te olvidarás de él para siempre -dijo antes de echarle la cabeza hacia atrás y hacerle tragar una cápsula. Los ojos de Ran se cerraron pesadamente y no volverían a abrirse hasta mucho tiempo después...

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- Venga, démonos prisa. ¿Tienes todo preparado? -quiso saber Gin, Vodka asintió- Bien -los dos salieron por la puerta llevándose a Ran consigo.

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Sentía un terrible dolor en el pecho, todo su cuerpo ardía, tenía calor, sudaba... Atontado levantó la cabeza, apenas podía distinguir dónde se encontraba. El sitio no le era familiar. Tosió a causa del humo que comenzaba a filtrarse en la habitación por debajo de la puerta. Su mente no estaba lo suficientemente despierta como para poder pensar en algo, le dolía todo, incluso las manos. Intentó moverlas para recuperar la circulación pero le fue imposible, las cuerdas que las mantenían unidas estaban atadas demasiado fuerte. Comenzaba a marearse, iba a desmayarse... A pesar de lo mal que lo estaba pasando su mente volvía una y otra vez con una imagen, la de Ran, aquella persona que era para él, a la que tanto quería y a la que tanto daño había hecho... por lo menos ella viviría, pensó sonriendo. La última sonrisa.

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Hubiera querido decirle tantas cosas y ahora sin embargo no la volvería a ver. En sus sueños se despidió de ella: La vio de nuevo. Ahora Ran estaba vestida con un bonito y azulado vestido largo que resaltaba su esbelta figura, permanecía en silencio, sentada en un columpio del parque al que iban siempre de pequeños. Su pelo ondeaba con el dulce viento y sus labios se abrían sonriendo, mostrando la sonrisa más bonita que Shinichi le hubiera visto nunca. Los profundos ojos azules no dejaban de observarlo a él que, ya con su cuerpo normal, estaba de pie, con una de las manos sujetando la cadena del columpio, balanceándolo levemente para ella. El silencio reinaba, todo estaba tranquilo, como su corazón. Ella por fin lo sabía y ahora le había perdonado. Asustado, Shinichi detuvo el movimiento de su mano y Ran posó sus pies descalzos sobre la arena para detener el balanceo. Continuaba sonriéndole tiernamente. Shinichi tragó saliva. 'Adiós' le dijo en un susurro escapado de sus labios. Ella no se movió, siguió quieta, mirándolo y sonriendo. ¿Nada más? Pensó No Estaba quieta como un autómata pero sus ojos brillaban, las lágrimas florecieron en su rostro y cayeron por sus rosadas mejillas. El sol estaba poniéndose y los rayos luchaban por continuar con su esplendor unos minutos más. 'Adiós' repitió más bajo el joven detective. Shinichi se agachó y acarició con su mano el rostro de Ran, frío como el hielo. Ella seguía sonriendo como antes a pesar de las lágrimas. Le besó los labios suavemente, casi sin tocarlos, durante un instante. Ella no se movió, como si no lo hubiera sentido. Cuando él se separó, sus ojos azules seguían mirándolo. La mano de Shinichi se soltó del columpio y él comenzó a alejarse despacio. 'Adiós' volvió a repetir, se giró y la vio por última vez. Sentada en el columpio, con una suave brisa acariciándola. Ahora ya no miraba hacia él sino al horizonte, como si lo hubiera olvidado...

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Un rudo golpe lo exaltó, regresando con excesiva dificultad al mundo real. A sus oídos llegaba el crepitar de las cosas quemadas pero más allá de eso creyó escuchar voces. Abrió los ojos, irritados a causa del humo del fuego. No vio nada, no había nada que ver. Cansado agachó la cabeza, no aguantaba más. El dolor de la herida lo fulminaba. Se dejó vencer otra vez por su pesar y regresó a la inconsciencia. Segundos después su cuerpo reaccionó al contacto con el agua fría. Extrañado intentó hablar pero no lo consiguió. Al elevar nuevamente la vista distinguió al profesor Agase, con la cara negra a causa del fuego. Su mirada era seria. Lo desató con una navaja rápidamente y lo cogió en brazos. ¿Iba a salvarlo? Apoyó su cabeza de niño sobre el hombro de su viejo amigo, agotado. Habían sido demasiadas emociones en tan poco tiempo. Antes de salir por la puerta y notar el calor de las llamas que allí ardían reunió las fuerzas necesarias para señalar la mesa de la habitación, donde estaba el estuche con el APTX 4869, pero el profesor no detuvo su avance y salió lo más veloz que pudo de allí sin saber el valor de lo que dejaba atrás.

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NOTAS:

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Os ha gustado la 'despedida' de Shinichi y Ran¿? Aix, jeje, la he escrito mientras me comía un arroz con leche preparado por mi mamá... qué dulce n.n En realidad no es una despedida real sino que es como la ve Shinichi en su mente, por eso 'Ran' no es Ran, sino que es como si fuera un autómata, un muñeco de ojalata (tipo al Hombre de lata del libro 'El Mago de Oz', alguien que no tiene sentimientos... .U) pero como 'ella' ama tanto a Shinichi se antepone a su carencia de sentimientos y acaba llorando por la despedida... no se si me explico .UUUU El caso es que quería que representara eso pero creo que no lo he logrado, o por lo menos no demasiado bien --U Aix pero es que la imagen que tenía en la cabeza de ese momento es tan bonita... ojalá supiera dibujar T.T

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Por cierto... si habéis leído mi fic anterior, 'Dudas, verdades y sufrimientos', supongo que pensaréis que soy masoca, que si no mando a Conan/Shinichi al hospital herido de muerte no me quedo tranquila... pues tenéis razón xDD Pero es que me encanta hacerlo sufrir... sino no le veo emoción al fic Jojojo... no me peguéis... xDD

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[Ahora empieza a oírse una musiquilla pegadiza de fondo y aparece en pantalla un gatito gris monísimo...]

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- ¡¡Miau!! -saluda contento- Soy Daishin, el gatito de mi amita Táigrïn =.= Encantado de conoceros a tods... me ha dicho que os diga que muchas gracias por leer este fic... que le gusta mucho recibir mails y reviews con vuestras opiniones sobre lo que ha pasado (escribidle que sino se pone triste UU) y que aproveche para hacer publicidad de su fic 'El misterio de la Isla Shikku' y 'Perfect Crime' (uno recién salidito del horno) ... Bueno, pues nada más... ¡¡¡¡¡un saludo muy grande, Miau!!!!!

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