Hola... digo lo mismo que en el anterior capitulo; Os vais a pensar que soy tonta.... si. Lo soy. Que le vamos a hacer! Así que por error me había saltado subir un capitulo!!! Ahora ya los he puesto en el orden correcto, el que faltaba era la parte seis de ahora, la siete y la ocho ya las conoceis.... Eso explica porque no entendía vuestros reviews!!! Espero que os haya gustado, aunque en el orden al revés... lo siento!!! Por lo menos, eso explicara vuestas dudas. Pensad que era un flashback, -- pucheros— ya decía yo que me lo estaba montando muy bien con esto de subir y bajar cosas...
Gracias a Narua Black, Antíope Black, Yuna Aoki, Amsp14, Sara Fénix Black y Susy Snape Malfoy... ha sido genial ver vuestros reviews... me ha encantado. Además gracias por seguir la historia... yporque bueno, sin vuestras preguntas nunca me habría dado cuenta de mi torpeza crónica jajaja. Un besote enorme.
19. EN EL CASTILLO DE VOLDEMORT
La Marca Tenebrosa no empezó a arder en su brazo hasta las ocho de la tarde, aproximadamente, cuando ya casi oscurecía. Se reunió con Jessica y caminaron en silencio, fuera de Hogwarts. Allí, Snape la agarró bruscamente y murmuraron a la vez:
- Apparate
Dando un traspiés, aparecieron al pie del castillo que ya era conocido para ambos. Antes de traspasar los seguros muros de Hogwarts, Jesse había contado a Snape una parte su plan.
- Escúchame. Una de las píldoras es inofensiva. Así que no quiero que reacciones en absoluto cuando me veas tomármela. ¿De acuerdo? Tú actúa como si no supieses nada del plan. Hazte el sorprendido.
- ¿Vas a darle el cambiazo?- la miró como si estuviera loca, aunque no dijo nada.
Y no estaba loca, porque la píldora no era inofensiva. Pero conociendo como creía conocer el funcionamiento de la mente de Voldemort, querría probarla en alguien. Y según él, ¿quién mejor que Jesse, a la que Snape ya había acudido a rescatar en dos ocasiones anteriormente? Así los probaría a ambos. Era mejor que Snape pensase que era inofensiva. No quería que reaccionase de ningún modo. Tenía consigo el antídoto, y si todo iba bien, lo tomaría con el tiempo suficiente. Por si acaso algo salía mal, tenía que proteger a Snape de la evidencia; tenía que parecer fuera de todo esto.
Entraron en el castillo. Jesse tenía sus pensamientos blindados. Pettigrew les franqueó la entrada, y se encontraron en el amplio salón, en el mismo lugar donde no hacía aún dos días habían estado.
- Bien... he oído que algo está mal con Dumbledore... espero que me hayáis traído alguna prueba de su muerte.- dijo Voldemort a modo de recibimiento
Entonces, de acuerdo con lo pactado, Jesse sacó las tres pastillas blancas, las colocó en su mano, y fingiendo discreción, se dispuso a meterse una a la boca. Cuando iba a ingerirla, Voldemort pronunció:
- "Accio"- y la pequeña piedrecilla blanca voló a sus manos.
Fingiendo desesperación, Jesse rebuscó en su capa y sacó las otras dos, titubeando durante unos segundos.
- "Accio pastillas"- dijo Voldemort, y las otras dos volaron a sus manos.- ¿Qué demonios es esto?- miró con suspicacia las tres pastillas
Jesse temblaba y casi sollozaba: "Ya no tenemos ninguna posibilidad... ya no tenemos ninguna posibilidad"... Snape no sabía qué tenía que hacer, pero le pareció obvio que Jesse intentaba dejarle al margen de todo. Se preparó para representar su papel.
- ¿Con esto pensabais vencerme? ¿Qué contiene? ¿Qué es lo que contiene?- Apuntó a Jesse con la varita, y esta puso los ojos en blanco.
- Es capaz de aumentar la fuerza del que la toma - dijo. Era demasiado bueno. No sabía qué maldición le había echado Voldemort, probablemente algún tipo de derivado de Imperio, porque no parecía estar dando resultado – hasta un límite desconocido.- Snape tenía puesta su mejor cara de sorpresa, no muy distinta de la habitual, y se había posicionado como para proteger a Voldemort.
- Veamos, eso habrá que probarlo. – Tal vez... tal vez esa fuera la pieza que le faltaba para terminar de resurgir. Pero no iba a caer en una trampa. Hizo una mueca.- Bien, Snape, tómatela. – Sí, sería bueno poner a prueba a su siervo.
Jesse se preocupó. El plan no era ese. De cualquier forma, tenía el antídoto a mano, pero no quería arriesgar la vida de Snape. Tenía alrededor de media hora antes de que el organismo asimilara los ingredientes de la pastilla y no sabía si funcionaría. Maldición. Fingió calma absoluta. Pero esa no era la única sorpresa que iba a llevarse.
- Y veamos, dejaré una para mí, y otra para...
En ese momento, una puerta se abri
- ¡Mamá! ¡Papá!- Jesse se lanzó hacia ellos. ¿Qué había hecho? ¿Dónde había metido a sus pobres padres muggles? No pudo alcanzarles. Algún hechizo protegía sus miradas desesperadas del alcance de su hija. Snape parecía perplejo, y preocupado. Habían debido esperar algo así....
- La otra será para la señora Twilinger.
Jesse reprimió un grito. No tenía antídoto para dos personas. Pero no podía poner su jugada al descubierto, y se quedó allí, sonriendo con desprecio, fingiendo lo mejor que sabía.
Voldemort tendió la pastilla a la madre de Jesse, que casi se desmayó al mirar al Señor Oscuro.
- Mamá... escúchame. Jesse utilizó toda su capacidad de persuasión. Tómatela. No te hará nada...
- Hija, ¿dónde estoy? ¿Estás bien? ¿Qué sucede?
- Mamá, tu tómate la pastilla.
Todos lo hicieron. Voldemort esperó unos diez minutos y entonces empezó a girar la última pastilla en su mano. Jesse, entonces, levantó la varita y comenzó a soltar complicados hechizos que había leído en los libros de Snape. Éste levanto la varita. No tenía ni idea de lo que Jesse estaba haciendo, pero parecía dispuesto a proteger a Voldemort hasta la muerte.
- ¡Expelliarmus!- pudo haberse resistido, pero dejó que Jesse le desarmara.
Yendo tras su varita, se retiró ligeramente hacia el lugar donde se encontraban los padres de Jesse, custodiados por Pettigrew y por una especie de muro invisible. Realmente parecía más fuerte, como si la pastilla le hubiese dado algún poder. Jesse, por su parte, estaba haciendo una gran actuación. Y su sonrisa eufórica.... Ante semejante explosión de fuerza, Voldemort tomó la pastilla que suponía que le elevaría al más alto nivel de entre los magos. Jesse paró para recuperar la respiración y entonces murmuró:
- Acelerate - acelerando el efecto de la pastilla en el organismo de Voldemort
Éste empezó a retorcerse en el suelo, mientras Pettigrew se abalanzaba sobre su señor. Snape se desplomó, también. Jesse se dirigió a sus padres. Quería salvar a Snape, pero cualquier gesto que indicase que era parte de un plan acabaría con su vida. Una fuerte brisa se batió sobre ellos y el cuerpo de Voldemort se pudrió como un cascarón; pero sentían su espíritu allí, y de pronto, tanto él como Pettigrew desaparecieron de la habitación.
Snape se levantó costosamente, con los ojos vidriosos, y Jesse se acercó a él, sacando el antídoto de su capa. En menos de un segundo, Snape lo entendió todo. Antes de que ella pudiera detenerlo, corrió hacia sus padres y traspasó la barrera, que comenzaba a debilitarse. Levantó la cabeza de la señora Twilinger y le hizo apurar el contenido de la probeta.
- ¡Severus!- gritó Jesse con desesperación- ¡no hay suficiente para los dos!
- Tranquila, mi organismo está acostumbrado a los venenos. Son muggles, por Merlín. No podemos arriesgarnos. Desmaius - dijo, y sus padres cayeron inconscientes
Ella silbó profundamente, y en unos minutos, Trix estaba allí.
- Mobilicorpus – los condujo hasta la chimenea, y sacando polvos flu, los mandó a Hogwarts. – Trix, por favor, llévales hasta Dumbledore.
- Jesse ¿qué haces? Son muggles. Acompáñales y nos vemos en Hogwarts.
- No, con Trix están seguros.
- ¿Su primer viaje con polvos flu, inconscientes?- frunció el ceño
- ¿No te cansas nunca de discutir?- Se dejó caer en el suelo, desesperada, intentando pensar con rapidez.- ¿Ni siquiera en este estado?
Él se apoyó en la pared y fue resbalando hasta caer al lado de ella. Sintió que los primeros mareos hacían presa en él. No resistiré mucho, se dijo. Bueno, era un fin mejor del que esperaba, haciendo algo por Dumbledore y por Jesse. Tal vez así pensasen en él como algo más que un mortífago renegado.
- Snape, ¿me oyes?- la oía lejana, difusa.
- Claro que sí...- los ojos se le cerraban lentamente. Notó que Jesse se acercaba a él, y tomaba su cabeza, apoyándola sobre su pierna. Era extraño estar tan cerca de otro ser humano, con su pelo lloviendo sobre él.
- Hay algo que puedo hacer, seguro. Siempre hay algo que se puede hacer... siempre hay algo... Menos para volver de la muerte, así que debo darme prisa, - añadió para sus adentros
Fueron los minutos más difíciles de su vida. Le agarró con fuerza y pensó todo lo rápido que pudo, pero ninguna solución parecía válida. En su angustia, quería doblarse en dos, para ir a buscar ayuda, traerla y salvarlo, y para quedarse allí con él. No pensaba dejarle solo ni un minuto. No en ese estado. Y de pronto se le ocurrió.
- ¿Snape?
Él abrió un ojo con esfuerzo.
- ¿Podrías sostener tu varita en alto?
Lo hizo. Ella la unió a la suya y murmuró Transmutare. Esperaba que al menos esto lo mantuviera con vida. Sintió que se iba perdiendo fuerzas, a medida que la sangre de Snape y ella se intercambiaban. Snape, por su parte, volvió a abrir los ojos, y al darse cuenta de lo que estaba sucediendo intentó separar las varitas. Pero no pudo hacerlo; no era él quién había realizado el hechizo, no podía pararlo.
- Jesse, ¿qué haces? Estás loca... moriremos los dos.
- Escuchame Snape, tenemos que salir de aquí. Tenemos que aparecer cerca de Hogwarts. Es nuestra única posibilidad. – Se iba debilitando con cada palabra, con el veneno corriendo más y más fuerte por sus venas, hasta que finalmente, murmuró- Finite Incantatum.
En ese preciso instante vieron acercarse algo blanco seguido de tres pequeños puntos de luz.
- Potter- bramó Snape al ver a Trix seguida por los tres Griffindorf
- ¡Severus!- musitó ella, reprobatoriamente
- Profesores... ¡Profesores! ¿Se encuentran bien?- Era la voz de Hermione.
- Sí, Hermione, pero debemos llegar a Hogwarts rápidamente.
- Escuchen, profesores, hemos traído algunos antídotos...
- No sirven. Vamos, apartaos- murmuró Snape, moviendo con cuidado a Jesse.- Bien, agárrense todos. Apparatte.
Se encontraron fuera de los recintos de Hogwarts, en las afueras de Hogsmeade. Jesse pensó que definitivamente no lo conseguirían. Hermione sugirió el hechizo Ensanguinus, para pérdidas de sangre, pero no sabían si aumentaría también la cantidad de veneno. Por fin, alcanzaron las puertas del colegio.
