Ya tengo los dos siguientes, los pondré esta semana prontito, son muy cortos, comparados con el principio, lo sé. Lo siento por lo de mezclar capítulos...

Amsp14: Nunca pensé que diría esta frase, pero disfruté matándole... lo de las pastillas, la verdad  no lo sé, me dio el puntazo, y así luego aproveché (conste que no fue al revés...) también ella un poco lerda, llevar tres pastillas y sólo antídoto para uno! (en fín, yo como Herodes me lavo las manos en eso) jajaja. Gracias por seguir con los reviews!

Antíope Black: jajaja. Me encanta tu personalidad múltiple... la verdad es que lo estoy alargando con capítulos cortos, si. McGonagall en el fondo estaría ideal de abuelita con siete gatos...

Yuna Aoki: jajaja, la paleta soy yo, no tú. A mí todo lo que tenga más tecnología que un teléfono hecho con envases de yogurth y un hilo me supera... creo que ha quedado claro. Ay, si yo tuviera mi varita eso sería diferente claro, pero andar teniendo que darle al upload...

21. SE ACERCA EL FIN

Un sonido extraño llenó la habitación; Dumbledore, en su despacho, sonrió afablemente. La risa de Snape, una risa ronca, profunda, y vibrante resonó en las paredes de la enfermería haciendo que cada célula del cuerpo de Jesse se estremeciese. Hacia mucho que no reía de verdad. Dumbledore miró a Fawkes. Había  pasado al menos una década desde que oyeron reír a Severus Snape la última vez.

Jesse estaba estupefacta. Era la única reacción que no esperaba.

- Oh, Circe- todavía reía, pero había una nota de algo distinto en la voz.

Ella sintió la urgencia de llenar el silencio, repentinamente incómoda.

- McRoy...- la mención del profesor terminó con la risa de Snape. Deseaba haberse callado. Quería volver a vibrar con esa voz grave en sus oídos, en su nuca, entre su pelo- McRoy ha muerto. Voldemort le mató.

- ¿A McRoy? Y ¿porqué querría Voldemort matar a McRoy?

- Creo que fue a avisarle de que queríamos atacarle.

- Eso explica porque Voldemort me hizo tomar a mí la pastilla. ¿No era inofensiva?- no había recriminación en sus ojos, solo un brillo extraño.

- No quería que tomases partido.

- ¿Y cómo voy a explicarle a Voldemort que sigo vivo y libre, si vuelve?

- No lo sé, ya se nos ocurrirá algo. Dí que utilizaste Obliviate conmigo, o... no lo sé, Snape.

Le miró a los ojos, pero no fue capaz de sostener la mirada. Esperaba que él hiciese un comentario sobre lo que le había dicho.

- Snape, ¿no te das cuenta? Es grave... ahora llevas mi sangre, y yo soy hija de muggles... Voldemort... eres el Cabeza de Slytherin... – Jessica no sabía que la atormentaba más, si el miedo a que Voldemort matase a Snape por ser un sangre sucia o el miedo al rechazo de este ante su nueva condición.

- Vamos, Jessica- se burló Severus- no puedes decirlo en serio. Eres demasiado lista para creer en algo así. El término sangresucia es una estupidez. – dijo cansadamente.- De pronto algunos magos se sintieron atacados porque los nacidos de muggles podían tan poderosos como ellos; y decidieron que ser hijo de magos era una ventaja importante. Además, no tiene que ver realmente con la sangre, no es tan literal... No puedo creer que te lo tomes tan en serio.

Jessica a duras penas pudo cerrar la boca. ¿Snape no odiaba a los nacidos de muggle? ¿No los despreciaba, no pensaba que eran inferiores? La estaba aleccionando como a una niña, como a una alumna de primer año asustada, con condescendencia.

Se levantó, sin saber qué hacer. Él la miraba fijamente, pero no hizo ningún gesto, y ella salió.

* * *

De nuevo en su cámara, Snape estaba sentado en la cama, con la cabeza entre las manos. Tenía una terrible jaqueca. Había estado dándole vueltas a todo el asunto. Ah, los misterios de la sangre; era un tema no muy estudiado, y no era mala idea para empezar. La sangre era caprichosa y voluble, bien lo sabía él, que había estudiado a los vampiros. La mezcla de sangre entre familiares daba lugar a  auténticos engendros.  A pesar de ello, familias de magos enteras se casaban entre ellas. En cambio, a veces, y Jessica hubiese debido preverlo, la sangre era un lazo de unión indisoluble entre dos personas, la forma más sagrada de unión utilizada por los antiguos paganos.

Le dieron ganas de reír otra vez. Sentía su cuerpo extrañamente ligero. Dejo la copa sobre la mesa y se asombró al ver que había terminado con la segunda botella. No estaba borracho, ni siquiera un poco achispado, pero tenía ganas de pasear. Se dirigió al jardín. La barba plateada de Dumbledore brilló, indicándole que no estaba solo. Ante su turbación, el director se acercó a él con Minerva tomada del brazo, aunque esta se deshizo de la atadura tan rápido como pudo al ver al profesor de pociones, y saludándolo con la cabeza, se marchó hacia el colegio.

- ¿Cómo te encuentras, Severus?

- Bien, estoy bien, gracias.

- Me alegro. Esta vez ha estado cerca.

- Sí. – Dijo secamente. A Dumbledore no le gustaba hablar por hablar, y Snape sólo esperaba que llegara pronto a donde quería llegar.

- Supongo que Jessica te habrá contado lo de McRoy, ¿verdad?

- Sí. – se estaba impacientando.

- Toda una Griffindorf, ¿no crees, Severus?

- Supongo, aunque yo la habría puesto en  Ravenclaw.

- Oh, bueno. Hay muchas cosas de Jessica que parece que te cuesta entender- rió el director – buenas noches.

Y se marchó, dejando a Snape perplejo. ¿Qué habría querido decir, el viejo chivo?