BUENAS NOTICIAS: este es muy corto pero casi he acabado el siguiente y adivinad lo que pasa... jajaja. Lo pondré para el fin de semana, espero.

Gracias (breves que se me cierran los ojos... yo tenía que estar haciendo un trabajo) a Yuna Aoki (tendrás algo más romántico en el próximo, al fín! Sisisi!), Antíope Black (que le voy a hacer, no quiero dejar a Minerva sola con la botella de whisky, que es una escocesa de pura cepa... pero a esos los dejo a su rollo, que se las apañen ellos, que bastante trabajo dan los otros : - ))) amsp14 (gracias!!! Snape disfrutó riendose, pero por falta de costumbre le dio un tirón en el esternón y anda fastidiado el hombre) y le transmites mis saludos a Sara Fénix Black!), a Narua Black (ya verás como reacciona en el próximo, ya, jajaja) y a Mileryth. No, Voldemort está mas o menos como al principio de la saga, medio fantasmal. Vamos, que puede volver pero no en este fic, xD

Por cierto he escrito mal Gryffindor un montón de veces. Me han dicho que los Sly a veces les llaman Griffindork para insultarles y supongo que me hice un lío...

22. UNOS QUE SE VAN...

Jessica luchó por contener las lágrimas. Estaba feliz de que sus padres por fin hubiesen podido conocer Hogwarts, y comprendiesen un poco más el mundo en el que vivía su hija, pero le dolía no poder compartirlo con ellos. Les acompañó hasta el tren, y volvió dando un largo paseo, evitando los muros de Hogwarts hasta que no tuvo más remedio que entrar. El día estaba nublado y gris, y ella tenía que preparar las clases de la semana. Se limpió la cara, y se encerró en su despacho durante toda la mañana.

A la hora del almuerzo, había tomado una decisión. Cuando vio que Snape no estaba allí y sintió un dolor agudo supo que hacía bien. Tenía que irse de Hogwarts cuanto antes. No estaba cualificada para ser profesora, no si Severus Snape estaba cerca. Y tenía que hacerlo ya. Antes de que Dumbledore descubriera que desde que realizó el hechizo Transmutare, muchas cosas habían cambiado... sus poderes habían aumentado... pero había perdido el control sobre sus reacciones; su sangre parecía hervir al más mínimo comentario. Se preguntó si se debía a que ahora llevaba la sangre de Snape. La sangre de Snape... el pensamiento hizo que algo se removiese en su estómago. Tengo que marcharme hoy mismo.

Era gracioso pensar que tal vez el mal genio de Snape no era una cuestión de carácter, se dijo mientras se dirigía a su habitación. Rápidamente empaquetó sus cosas y escribió una carta de renuncia a Dumbledore, junto con otra más personal en la que les pedía disculpas a él y a Minerva. Pero se olvidaba de algo. Hizo llamar a Dobby y le susurró unas palabras al oído. El elfo se negó, asustado, pero tras dos pares de calcetines y una declaración de buenas intenciones, consiguió que Dobby cogiese un pequeño bote y desapareciese con él.

Salió de la habitación, envuelta en su capa, con la carta en la mano, rumbo al despacho del director... o a la lechucería, dependía de si su coraje de Gryffindor decidía estar a la altura o no. De pronto, una mano la agarró bruscamente, y se sumió en la oscuridad.

* * *

- Harry, déjalo. ¿No ves que es de la profesora Twilinger?

- Oh, vamos, Hermione. A lo mejor es importante, es para el director.

- Pues entonces llevémosela a Dumbledore.

- ¿Qué pasa conmigo, chicos?

- ¡Profesor Dumbledore, señor!- Harry se sintió pillado en falta

- ¿Si?- les miró por encima de sus anteojos.

- Hemos encontrado esto en el suelo... íbamos a llevárselo a su despacho

Dumbledore puso cara de escepticismo y cogió la carta. La miró como si pudiese ver a través del sobre, y sonrió ampliamente.

- Creo que esto ya no será necesario- dijo, y sonriendo despistadamente esta vez la tiró al aire y se marchó.

Antes de que cualquiera de los tres, Ron, Harry o  Hermione, pudiesen cogerla, la carta había ardido completamente.

* * *

Jesse no gritó. Ya sabía que gritar no era una buena idea. Sintió como que le estiraban de las piernas y de los brazos. Creía saber que alguien había utilizado un traslador para ¿para qué? Para secuestrarla, porque eso es lo que era, agarrar a alguien y llevarlo aun sitio sin su permiso, ¿no?

Se quedó de helada cuando al parar la sensación la mano la obligó a girarse y se encontró frente a frente con un Snape muy enfadado, sosteniendo una pequeña daga.