Capítulo IV: Visita a "cierta" persona
Me quedé con la familia de Shun e Ikki un rato, escuchando las cosas que hablaban y planeando mis próximos pasos... estaba pensando en inducirles sueños que les explicaran lo que en realidad son (¿interesante, no?), pero, para eso tendría que ir al Hades a dar una vuelta... sin contar que tengo que encontrar la forma de que se conozcan, lo que no es más fácil, a pesar de que viven en la misma ciudad
-¡Hola Destyn!
-¡¡AHHHH!!- la sorpresiva llegada de Hermes al comedor me asustó (¿y a quién no lo asustaría que alguien se apareciera en frente suyo de la nada?). Lamentablemente pasé a llevar un colgante que estaba a mi lado y se movió, llamando la atención de la familia, que miraron hacia donde estaba yo
-¡¡¡Hermes!!!- le grité, enojada; el dios sonrió
-¿Muy concentrada?- me preguntó burlándose, al ver mi cara recuperó la compostura (lo que de verdad era muy raro en Hermes)
-¿Qué quieres?- le pregunté, mejor ir al grano
-Vengo a ver si necesitas de mi ayuda
-¿Tú ofreciendo ayuda?, ¡milagro!
-No te ilusiones, mi padre Zeus me obligó a venir... me sentí como la vez que me hizo devolver las ovejas a Apolo- dijo, cruzándose de brazos
-Era demasiado bello para ser verdad...
-Ya, dime: ¿necesitas ayuda?- insistió, pensé unos momentos
-En realidad necesito ideas
-¿Ideas?, ¿qué tipo de ideas?
-No sé... ideas que me ayuden a solucionar el problema en que TÚ me metiste, ¿entiendes?
-Sí, entiendo
-¿Entonces?
-Mmmm...- pensó unos momentos -no
-¿Qué?, ¿qué tipo de ayuda eres?
-Ayuda moral, amiga
-¿Ayuda moral?... ¡¡¡ayuda moral te voy a hacer yo cuando te agarre, cerdo irresponsable!!!- me lancé en contra de él a golpearlo (a eso llamo "liberar tensión"), pero el idiota se corrió y seguí de largo, pasando a llevar una fotografía que había en una mesita en un rincón
-Cuidado- me dijo Hermes, en actitud de preventiva y apuntando a la mesa. Shun miraba desde allí con ojos grandes
-No puede vernos- dije, preparándome nuevamente para romperle cualquier cosa
-Eso lo sé, pero sí puede sentirnos
-¿Sentirnos?- me pidió que lo observara. Un aura dorada lo rodeó y se puso en frente del niño. Claro, se notaba que lo sentía, y Hermes, al cambiarse de lugar, lo "siguió" con la mirada
-¿Ves?- dijo el dios, apareciéndose a mi lado -esto ocurre con todos, ya lo probé
-Shun, ¿qué haces?- preguntó Ikki, entrando
-Eh... nada- respondió
-¿Qué miras?- insistió, acercándose
-Nada- repitió, ahora con algo de nerviosismo
-Niños, ¿qué hacen?, llegarán tarde a la escuela- se escuchó del patio a su madre. Ikki salió y Shun, "mirando" hacia nosotros por última vez, lo siguió
-Ese ha sido mi aporte- dijo alegremente Hermes
-Eso es lo que tú crees, amigo
-¿Qué?
-Quiero que averigües la escuela que asisten los cinco, en una de esas tenemos algo de suerte
-¿Y tu qué harás?
-¿Yo?, iré a ver a alguien...
-Mientras no sea Apolo...¡AUCH!- esta vez lo alcancé y le di un golpe que hará que nunca se olvide de mi
-Guarda tus comentarios...- le dije -y deja de hablar de Apolo
-Apuesto que te "encantaría" ir con él
-Perderías mucho, Hermes
-¿Acaso me equivoco?
-Así es, porque ahora me gustaría estar en mi casa, tranquila y viendo la película que por culpa de Atenea no pude terminar de ver. ¡ya!, ahora a trabajar
-¿Quién busca a quién?
-Tú a mi, por supuesto. ¡Nos vemos!
Me aparecí en frente de una gran mansión, en el jardín. No muy lejos de mi una niña de cabellos morados estaba jugando. Al verla, me di cuenta que sabía en donde estaba. No le tomé importancia al asunto y entré a buscar a la persona con quién quería hablar, la encontré acompañada de otro hombre
-Buenas tardes- dije, dando mi gran entrada: sentada en el aire (como que impone respeto). Los hombres me miraron y supongo que les dieron deseos de correr
-¿Quién eres?- me preguntó el viejo Kido
-¡Atrás, señor!- dijo el otro, poniéndose en frente de él, sonreí
-Calma, Tatsumi
-Si- lo apoyé -calma, hombre, que sólo quiero hablar con el señor Kido
En ese instante, la niña del jardín entró
-Señorita Saori, no debería estar aquí- Tatsumi estaba equivocado: ella no era Saori, ella era Atenea, ella sonrió
-Atenea...- dije, los hombres mi miraron
-Sólo por ahora, durante tu visita- me respondió. Mitsumasa Kido salió de su sorpresa inicial y me habló
-¿Quién eres?
-Soy El Destino- dije orgullosa
-Más conocida como Destyn- agregó Atenea, después de sus palabras continuó un incómodo silencio: su presencia me cohibía un poco
-¿A qué se debe tu visita?, ¿ya solucionaste tu problema?
-Claro que no- dije -estarías loca si pensaras que lo lograría en un día. Estaba viendo sus vidas, y te diré que se ven bastante felices con sus familias
-¿Si?- fue lo único que dijo, supongo que en parte no se sentía muy bien por tener que separarlos
-¿De qué hablan?- interrumpió Mitsumasa Kido, me decidí a contarle (sólo darle un poco de información, lo suficiente como para que me ayudara en caso de necesitarlo)
-Hay un problema con cinco de los caballeros que mandó a entrenar
-Qué?, ¿cuál problema?
-No son ellos- dije -digamos que por un error administrativo esos chicos deberían ser otros
-Y ahora- dijo Atenea -los chicos que deberían ser los caballeros, tienen una vida normal
-¿Y qué se puede hacer?, parece que ya es tarde- dijo Tatsumi
-No, es que NO PUEDE ser tarde
-Pobre de ti que sea tarde- dijo Atenea
-No es sólo eso, las consecuencias de este problema serán terribles si todo continúa a este paso
-¿A qué te refieres?- me preguntó Atenea
-No te lo diré- mi cabeza estaría en peligro antes de tiempo -confórmate con saber que mucho depende de esto
-¿Y qué se puede hacer?- insistió con la pregunta Kido -sólo quedan dos años
-Los estuve observando, y me di cuenta que inconscientemente están despertando su cosmos
-¿Lo están...?
-Así es, Atenea, igual estamos algo avanzados. Con Hermes probamos y nos pueden sentir
-¿Qué tiene que ver Hermes?
-Digamos que está pagando una culpa...
Y hablando del Rey de Roma...
Un agitado Hermes se apareció en frente de todos, me buscó con la mirada y al encontrarme, me tomó bruscamente del brazo
-¡Debes venir ahora!- me dijo, al parecer no tenía otra alternativa
-Bueno, debo irme; quizás venga luego con alguna propuesta
-Estaremos esperando
-¡Adiós!
Aparecimos en una placita... o eso creí. Luego me di cuenta que era el patio de una escuela
-Ahora viene la primera parte del plan...- me dijo Hermes, no lejos de ahí se escucharon unos pasos...
Continuará...
Nota: quiero disculparme por la demora, es que de verdad no tuve tiempo, ¡pero ya salí de vacaciones!; y si me demoro, piensen que ni yo sé cómo terminar esto, las ideas van saliendo conforme voy subiendo capítulos. ¡Ah!, gracias por los r/r que me dejaron, ¡hasta la próxima!
Me quedé con la familia de Shun e Ikki un rato, escuchando las cosas que hablaban y planeando mis próximos pasos... estaba pensando en inducirles sueños que les explicaran lo que en realidad son (¿interesante, no?), pero, para eso tendría que ir al Hades a dar una vuelta... sin contar que tengo que encontrar la forma de que se conozcan, lo que no es más fácil, a pesar de que viven en la misma ciudad
-¡Hola Destyn!
-¡¡AHHHH!!- la sorpresiva llegada de Hermes al comedor me asustó (¿y a quién no lo asustaría que alguien se apareciera en frente suyo de la nada?). Lamentablemente pasé a llevar un colgante que estaba a mi lado y se movió, llamando la atención de la familia, que miraron hacia donde estaba yo
-¡¡¡Hermes!!!- le grité, enojada; el dios sonrió
-¿Muy concentrada?- me preguntó burlándose, al ver mi cara recuperó la compostura (lo que de verdad era muy raro en Hermes)
-¿Qué quieres?- le pregunté, mejor ir al grano
-Vengo a ver si necesitas de mi ayuda
-¿Tú ofreciendo ayuda?, ¡milagro!
-No te ilusiones, mi padre Zeus me obligó a venir... me sentí como la vez que me hizo devolver las ovejas a Apolo- dijo, cruzándose de brazos
-Era demasiado bello para ser verdad...
-Ya, dime: ¿necesitas ayuda?- insistió, pensé unos momentos
-En realidad necesito ideas
-¿Ideas?, ¿qué tipo de ideas?
-No sé... ideas que me ayuden a solucionar el problema en que TÚ me metiste, ¿entiendes?
-Sí, entiendo
-¿Entonces?
-Mmmm...- pensó unos momentos -no
-¿Qué?, ¿qué tipo de ayuda eres?
-Ayuda moral, amiga
-¿Ayuda moral?... ¡¡¡ayuda moral te voy a hacer yo cuando te agarre, cerdo irresponsable!!!- me lancé en contra de él a golpearlo (a eso llamo "liberar tensión"), pero el idiota se corrió y seguí de largo, pasando a llevar una fotografía que había en una mesita en un rincón
-Cuidado- me dijo Hermes, en actitud de preventiva y apuntando a la mesa. Shun miraba desde allí con ojos grandes
-No puede vernos- dije, preparándome nuevamente para romperle cualquier cosa
-Eso lo sé, pero sí puede sentirnos
-¿Sentirnos?- me pidió que lo observara. Un aura dorada lo rodeó y se puso en frente del niño. Claro, se notaba que lo sentía, y Hermes, al cambiarse de lugar, lo "siguió" con la mirada
-¿Ves?- dijo el dios, apareciéndose a mi lado -esto ocurre con todos, ya lo probé
-Shun, ¿qué haces?- preguntó Ikki, entrando
-Eh... nada- respondió
-¿Qué miras?- insistió, acercándose
-Nada- repitió, ahora con algo de nerviosismo
-Niños, ¿qué hacen?, llegarán tarde a la escuela- se escuchó del patio a su madre. Ikki salió y Shun, "mirando" hacia nosotros por última vez, lo siguió
-Ese ha sido mi aporte- dijo alegremente Hermes
-Eso es lo que tú crees, amigo
-¿Qué?
-Quiero que averigües la escuela que asisten los cinco, en una de esas tenemos algo de suerte
-¿Y tu qué harás?
-¿Yo?, iré a ver a alguien...
-Mientras no sea Apolo...¡AUCH!- esta vez lo alcancé y le di un golpe que hará que nunca se olvide de mi
-Guarda tus comentarios...- le dije -y deja de hablar de Apolo
-Apuesto que te "encantaría" ir con él
-Perderías mucho, Hermes
-¿Acaso me equivoco?
-Así es, porque ahora me gustaría estar en mi casa, tranquila y viendo la película que por culpa de Atenea no pude terminar de ver. ¡ya!, ahora a trabajar
-¿Quién busca a quién?
-Tú a mi, por supuesto. ¡Nos vemos!
Me aparecí en frente de una gran mansión, en el jardín. No muy lejos de mi una niña de cabellos morados estaba jugando. Al verla, me di cuenta que sabía en donde estaba. No le tomé importancia al asunto y entré a buscar a la persona con quién quería hablar, la encontré acompañada de otro hombre
-Buenas tardes- dije, dando mi gran entrada: sentada en el aire (como que impone respeto). Los hombres me miraron y supongo que les dieron deseos de correr
-¿Quién eres?- me preguntó el viejo Kido
-¡Atrás, señor!- dijo el otro, poniéndose en frente de él, sonreí
-Calma, Tatsumi
-Si- lo apoyé -calma, hombre, que sólo quiero hablar con el señor Kido
En ese instante, la niña del jardín entró
-Señorita Saori, no debería estar aquí- Tatsumi estaba equivocado: ella no era Saori, ella era Atenea, ella sonrió
-Atenea...- dije, los hombres mi miraron
-Sólo por ahora, durante tu visita- me respondió. Mitsumasa Kido salió de su sorpresa inicial y me habló
-¿Quién eres?
-Soy El Destino- dije orgullosa
-Más conocida como Destyn- agregó Atenea, después de sus palabras continuó un incómodo silencio: su presencia me cohibía un poco
-¿A qué se debe tu visita?, ¿ya solucionaste tu problema?
-Claro que no- dije -estarías loca si pensaras que lo lograría en un día. Estaba viendo sus vidas, y te diré que se ven bastante felices con sus familias
-¿Si?- fue lo único que dijo, supongo que en parte no se sentía muy bien por tener que separarlos
-¿De qué hablan?- interrumpió Mitsumasa Kido, me decidí a contarle (sólo darle un poco de información, lo suficiente como para que me ayudara en caso de necesitarlo)
-Hay un problema con cinco de los caballeros que mandó a entrenar
-Qué?, ¿cuál problema?
-No son ellos- dije -digamos que por un error administrativo esos chicos deberían ser otros
-Y ahora- dijo Atenea -los chicos que deberían ser los caballeros, tienen una vida normal
-¿Y qué se puede hacer?, parece que ya es tarde- dijo Tatsumi
-No, es que NO PUEDE ser tarde
-Pobre de ti que sea tarde- dijo Atenea
-No es sólo eso, las consecuencias de este problema serán terribles si todo continúa a este paso
-¿A qué te refieres?- me preguntó Atenea
-No te lo diré- mi cabeza estaría en peligro antes de tiempo -confórmate con saber que mucho depende de esto
-¿Y qué se puede hacer?- insistió con la pregunta Kido -sólo quedan dos años
-Los estuve observando, y me di cuenta que inconscientemente están despertando su cosmos
-¿Lo están...?
-Así es, Atenea, igual estamos algo avanzados. Con Hermes probamos y nos pueden sentir
-¿Qué tiene que ver Hermes?
-Digamos que está pagando una culpa...
Y hablando del Rey de Roma...
Un agitado Hermes se apareció en frente de todos, me buscó con la mirada y al encontrarme, me tomó bruscamente del brazo
-¡Debes venir ahora!- me dijo, al parecer no tenía otra alternativa
-Bueno, debo irme; quizás venga luego con alguna propuesta
-Estaremos esperando
-¡Adiós!
Aparecimos en una placita... o eso creí. Luego me di cuenta que era el patio de una escuela
-Ahora viene la primera parte del plan...- me dijo Hermes, no lejos de ahí se escucharon unos pasos...
Continuará...
Nota: quiero disculparme por la demora, es que de verdad no tuve tiempo, ¡pero ya salí de vacaciones!; y si me demoro, piensen que ni yo sé cómo terminar esto, las ideas van saliendo conforme voy subiendo capítulos. ¡Ah!, gracias por los r/r que me dejaron, ¡hasta la próxima!
