Capítulo V: Conociéndose
Después de la abrupta salida que tuvimos con Hermes de la mansión Kido, nos aparecimos en el patio de un colegio (era bastante grande y con mucho vegetación, de ahí la razón del porqué lo confundí con una placita)
-¿De qué se trata?- le pregunté a Hermes
-De tres de los chicos- respondió, buscando con la mirada algo
-¿Si?, ¿se van a conocer?
-Eso espero; en realidad, te quiero pedir que ayudes, porque ellos están destinados a conocerse
-Odio cuando usas esa palabra...
De pronto se escucharon unos pasos, que poco a poco se sentían más cercanos, y de pronto vimos a Shun llegar corriendo, con cara de miedo y algo agitado. Momentos después aparecieron tres grandotes abusivos siguiéndolo
-No me digas que este es tu plan...- le dije a Hermes, con quien veía la lamentable escena de cómo Shun se doblaba el pie y caía al suelo (eso me recordó a las películas de los mortales de terror)
-En parte, esta es la primera parte- dijo, sonriendo -ahora alguien debe intervenir, y es en este momento en que tu "influencia" toma importancia
-¿A qué te refieres?- le pregunté
-A que justamente Hyoga está pasando por aquí...
-¡Mensaje recibido!
Era importante actuar rápido (el pobre Shun dependía de eso) y, después de buscarlo un poco, me di cuenta que estaba cerca... ahora, ¿cómo hacía que se acercara más hacia donde estaba Shun?
¡Ah!, favores al viejo Eolo
El joven Hyoga caminaba muy entretenido mirando unas hojas que tenía en la mano, al acercarme, me di cuenta que eran partituras. Con el levantar de mi mano derecha un viento algo fuerte corrió, pero no soltó las hojas. Curioso, me "miró" por unos momentos
Bueno, plan B. ¡Más viento, por favor!, aumenté un poco la potencia
-Demonios, tiene manita de bebé- murmuré cuando me di cuenta que mis intentas ya habían fallado. Tenía que pensar en algo rápido
-¡¡¡Ah!!!- escuchamos, ¡cielos!, al pobre de Shun le estaban dando la tanda de su vida. Hyoga escuchó el grito y se dirigió hacia donde provenía, por supuesto lo seguí
Vimos que Shun estaba en el suelo, cubriéndose la cabeza y los tres le estaban pegando, pobre, me rompió el corazón su carita...
-¡Déjenlo!- gritó Hyoga, los tres tipos lo miraron, comencé a temer por él también
-¡Pobre chico!- dijo Hermes, mirando a Shun. Ahí me di cuenta que sangraba en el labio y que tenía un ojo morado
-Antes de que organices tu próximo plan, avísame. No me gustan los daños a terceros
Hermes se encogió de hombros, Hyoga caminó hacia Shun
-¿Estás bien?- le preguntó, Shun asintió y el chico rubio lo ayudó a ponerse de pie
-¿Y tú quién eres?- preguntó a Hyoga el más grandote. Éste lo miró fríamente
-Mi nombre es Hyoga
-¿Acaso quieres pelear por defender al llorón?- preguntó otro haciendo sonar sus nudillos. Miré a Hermes
-Dime que esto lo tenías planeado
-Eh... digamos que esta es la segunda parte del plan
-¿Y?
-¡Yo no tenía segunda parte!
-¡¿Qué?!
-Miren chicos, ahora tenemos a dos: al tonto y al llorón- les tres rieron. Hyoga se puso delante de Shun
-Mejor vete- le dijo a Hyoga Shun, el primero lo miró sonriendo
-No voy a dejar que te golpeen- le dijo, Shun también sonrió
-Este chico está loco- dijo Hermes, comenzando a flotar -tendremos espectáculo
-Idiota, no es chistoso- le dije y, con un movimiento de mi cara, calló al suelo
-¿Sabías que te estoy odiando?- me dijo molesto poniéndose de pie
-¡¿Sabías que yo te odio de hace mucho tiempo?!- le grité
-¡Ya verán!- dijo el grandote a los chicos, lanzándose a golpearlos
-¿Preparado?- dijo Hyoga a Shun
-No me gusta pelear- Hyoga miró a Shun pero no alcanzó a replicar
Debo admitir que me sorprendió que Shun se defendiera (y hasta golpeara a los chicos), pienso que quizás se sintió comprometido por la actitud de Hyoga. Hasta que a ambos la situación se les fue de las manos y comenzaron a recibir más y más golpes de los que mandaban (y que fueran efectivos, claro)
-¿Qué hago?- dije, desesperada, Hermes me miró
-Sabes que no puedes interve...
Ambos nos quedamos boquiabiertos. De pronto, Hyoga y Shun se levantaron y una delgada luz los rodeó... ¡su cosmos!
Admito que no podía estar más feliz. Shun e Hyoga, con su cosmos encendido, se las arreglaron perfectamente. En ese momento llegaron unos profesores, supongo
-¡Sus cosmos!, ¡pueden llamar a su cosmos!- decía feliz yo
-Eso nos ahorra más trabajo aún, esto va fantástico, ¿no, Destyn?
-¡Claro!
Se los llevaron a todos a la enfermería y, a los pillos los castigarían
-Bien- dije -esta parte del plan salió muy bien; ahora, queridito Hermes, ve a ver a Seiya o a Shiriu
-¿Qué?
-Claro, amor, ¿o creíste que esto se acaba aquí?, nones, vete
-Bueno...
Me dirigí a la enfermería a ver cómo andaban las cosas. A pesar de que estaban algo lastimados, en sus rostros habían sonrisas. Una vez que los dejaron solos, hablaron con algo más de confianza
-Oye, gracias...- dijo Shun
-Soy Hyoga Dostoiewsky- Shun lo miró confundido
-¿Hyoga cuánto?- preguntó
-Dosto... ¡no importa!- dijo sonriendo el chico rubio
-Mi nombre es Shun Hyan
En ese momento entró Ikki corriendo
-¡Shun!, ¿cómo estás?- le preguntó completamente alterado, y buscándole heridas. Shun lo vio divertido
-Estoy bien, nii-san- respondió -mira, él es Hyoga, me ayudó
Ikki lo miró y le dio la mano
-No fue tanta la ayuda- dijo Hyoga -ya vez que nos terminaron golpeando a ambos
-Sus padres vienen en camino- dijo la enfermera, entrando -Ikki, deberías estar en clases
-La maestra me dejó venir- dijo Ikki, Hyoga, Shun y yo vimos cómo cruzaba los dedos detrás de su espalda. Hyoga sonrió y Shun hizo un gesto de desaprobación
-Muy bien, en ese caso te puedes quedar- y salió
-Mentiroso, nii-san
-Deberías agradecer- respondió Ikki -¿no es así, Hyoga?
-¡Shun!- una niña de pelo castaño hasta el hombro entró casi corriendo
-Tokio, hola- dijo Shun sonriendo
¿Con que ella era Tokio?... era bonita y no parecía mala persona, pero, lamentablemente Shun tenía destinada a otra persona
-¿Cómo te sientes?- le preguntó la niña, Shun la miró
-Bien, gracias
-Hyoga- dijo la enfermera -tu madre ya vino
-Gracias- dijo el niño, poniéndose de pie -un gusto conocerlos
-Adiós Hyoga, nos vemos mañana- le dijo Shun
-Sí, mañana
Quería seguirlo para ver qué contaba a su madre, si no hubiese sido por la interrupción de Hermes
-¡Destyn!
-Hermes... no podías ser más inoportuno...
-¡Buenas noticias!- me dijo, sin poner atención a mis palabras
-¿Qué cosa?
-¡Te ahorré más días de trabajo!
-Bien, habla
-¡Vas a estar feliz!
-¡Con un demonio, Hermes, dilo ya!
-Debes venir conmigo
Me tomó del brazo y nos aparecimos en la casa de Seiya
-¿Y esto?- le pregunté a Hermes
-¿Sabías que la madre de Seiya tiene novio?
-Sí, ya no es novedad...
-No te imaginas quién es...
Me tomó de la mano y entramos al living, y admito que casi me caigo
-¿Qué... qué hace el padre de Shiriu aquí?
La escena era extraña... el padre de Shiriu y la madre de Seiya tomados de la mano. Shiriu sonriendo, lo mismo que Seika y, finalmente Seiya con cara de odio en un rincón
-¡Sorpresa!, Shiriu y Seiya se conocen de hace... dos semanas
Esto parecía una broma de las Moiras. ¡Ya se conocían!... pero no parecían llevarse muy bien
-¿Por qué Seiya está enojado?
-Ya sabes, no quería nueva pareja para su mamá. Seika y Shiriu lo aceptan, pero Seiya aún no. Y no aguanta a Shiriu
-Bueno, esto se ve un poco más difícil
Vimos que Seiya se iba, y que Seika lo seguía. Cuando lo alcanzó, lo obligó a mirarla
-Seiya, ¿qué tienes?
-....
-¿No te cae bien Jan?- Seiya no respondió, su hermana lo abrazó
-Seiya... se que te cuesta aceptar la nueva relación de la mamá, pero piensa en ella- Seiya miró a su hermana -Ella está sola y ha sufrido mucho. ¿No crees que se merezca una nueva oportunidad?
-Yo...
-Además- dijo Seika, sin dejarlo terminar -Jan se ve que la quiere mucho y, en caso de cualquier cosa, nosotros estamos para defenderla...
Seiya intentó sonreír, y asintió. Seika lo tomó de la mano y volvió a entrar en el salón
Iris apareció hecha una atado de nervios
-¡¡¡Hermes!!!- gritó
-Iris, ¿qué haces aquí?- le pregunté
-Vine a buscar a Hermes. ¡Artemisa está furiosa y te está buscando como loca!, ¡¡¡ni Zeus ni Apolo quieren acercarse!!!
-¿Y qué tengo que ver yo?- le preguntó Hermes
-No será otra de las tuyas...- murmuré
-No, mi padre quiere hablar contigo por si puedes ayudarlos a solucionar el problema que tiene. ¡¡¡Debes venir!!!
Hermes me miró y me encogí de hombros
-Ve tranquilo, ya avanzamos algo. Lo que sí, cuando estés libre quiero que venga a verlos, por favor
-¿Tú qué harás?
-La próxima parte del plan, cuando te vea te explico, ahora estás ocupado
Ambos desaparecieron, y yo me alisté para visitar nuevamente el infierno
Continuará...
NOTA: bien, ya avancé algo y espero que les haya gustado.
Después de la abrupta salida que tuvimos con Hermes de la mansión Kido, nos aparecimos en el patio de un colegio (era bastante grande y con mucho vegetación, de ahí la razón del porqué lo confundí con una placita)
-¿De qué se trata?- le pregunté a Hermes
-De tres de los chicos- respondió, buscando con la mirada algo
-¿Si?, ¿se van a conocer?
-Eso espero; en realidad, te quiero pedir que ayudes, porque ellos están destinados a conocerse
-Odio cuando usas esa palabra...
De pronto se escucharon unos pasos, que poco a poco se sentían más cercanos, y de pronto vimos a Shun llegar corriendo, con cara de miedo y algo agitado. Momentos después aparecieron tres grandotes abusivos siguiéndolo
-No me digas que este es tu plan...- le dije a Hermes, con quien veía la lamentable escena de cómo Shun se doblaba el pie y caía al suelo (eso me recordó a las películas de los mortales de terror)
-En parte, esta es la primera parte- dijo, sonriendo -ahora alguien debe intervenir, y es en este momento en que tu "influencia" toma importancia
-¿A qué te refieres?- le pregunté
-A que justamente Hyoga está pasando por aquí...
-¡Mensaje recibido!
Era importante actuar rápido (el pobre Shun dependía de eso) y, después de buscarlo un poco, me di cuenta que estaba cerca... ahora, ¿cómo hacía que se acercara más hacia donde estaba Shun?
¡Ah!, favores al viejo Eolo
El joven Hyoga caminaba muy entretenido mirando unas hojas que tenía en la mano, al acercarme, me di cuenta que eran partituras. Con el levantar de mi mano derecha un viento algo fuerte corrió, pero no soltó las hojas. Curioso, me "miró" por unos momentos
Bueno, plan B. ¡Más viento, por favor!, aumenté un poco la potencia
-Demonios, tiene manita de bebé- murmuré cuando me di cuenta que mis intentas ya habían fallado. Tenía que pensar en algo rápido
-¡¡¡Ah!!!- escuchamos, ¡cielos!, al pobre de Shun le estaban dando la tanda de su vida. Hyoga escuchó el grito y se dirigió hacia donde provenía, por supuesto lo seguí
Vimos que Shun estaba en el suelo, cubriéndose la cabeza y los tres le estaban pegando, pobre, me rompió el corazón su carita...
-¡Déjenlo!- gritó Hyoga, los tres tipos lo miraron, comencé a temer por él también
-¡Pobre chico!- dijo Hermes, mirando a Shun. Ahí me di cuenta que sangraba en el labio y que tenía un ojo morado
-Antes de que organices tu próximo plan, avísame. No me gustan los daños a terceros
Hermes se encogió de hombros, Hyoga caminó hacia Shun
-¿Estás bien?- le preguntó, Shun asintió y el chico rubio lo ayudó a ponerse de pie
-¿Y tú quién eres?- preguntó a Hyoga el más grandote. Éste lo miró fríamente
-Mi nombre es Hyoga
-¿Acaso quieres pelear por defender al llorón?- preguntó otro haciendo sonar sus nudillos. Miré a Hermes
-Dime que esto lo tenías planeado
-Eh... digamos que esta es la segunda parte del plan
-¿Y?
-¡Yo no tenía segunda parte!
-¡¿Qué?!
-Miren chicos, ahora tenemos a dos: al tonto y al llorón- les tres rieron. Hyoga se puso delante de Shun
-Mejor vete- le dijo a Hyoga Shun, el primero lo miró sonriendo
-No voy a dejar que te golpeen- le dijo, Shun también sonrió
-Este chico está loco- dijo Hermes, comenzando a flotar -tendremos espectáculo
-Idiota, no es chistoso- le dije y, con un movimiento de mi cara, calló al suelo
-¿Sabías que te estoy odiando?- me dijo molesto poniéndose de pie
-¡¿Sabías que yo te odio de hace mucho tiempo?!- le grité
-¡Ya verán!- dijo el grandote a los chicos, lanzándose a golpearlos
-¿Preparado?- dijo Hyoga a Shun
-No me gusta pelear- Hyoga miró a Shun pero no alcanzó a replicar
Debo admitir que me sorprendió que Shun se defendiera (y hasta golpeara a los chicos), pienso que quizás se sintió comprometido por la actitud de Hyoga. Hasta que a ambos la situación se les fue de las manos y comenzaron a recibir más y más golpes de los que mandaban (y que fueran efectivos, claro)
-¿Qué hago?- dije, desesperada, Hermes me miró
-Sabes que no puedes interve...
Ambos nos quedamos boquiabiertos. De pronto, Hyoga y Shun se levantaron y una delgada luz los rodeó... ¡su cosmos!
Admito que no podía estar más feliz. Shun e Hyoga, con su cosmos encendido, se las arreglaron perfectamente. En ese momento llegaron unos profesores, supongo
-¡Sus cosmos!, ¡pueden llamar a su cosmos!- decía feliz yo
-Eso nos ahorra más trabajo aún, esto va fantástico, ¿no, Destyn?
-¡Claro!
Se los llevaron a todos a la enfermería y, a los pillos los castigarían
-Bien- dije -esta parte del plan salió muy bien; ahora, queridito Hermes, ve a ver a Seiya o a Shiriu
-¿Qué?
-Claro, amor, ¿o creíste que esto se acaba aquí?, nones, vete
-Bueno...
Me dirigí a la enfermería a ver cómo andaban las cosas. A pesar de que estaban algo lastimados, en sus rostros habían sonrisas. Una vez que los dejaron solos, hablaron con algo más de confianza
-Oye, gracias...- dijo Shun
-Soy Hyoga Dostoiewsky- Shun lo miró confundido
-¿Hyoga cuánto?- preguntó
-Dosto... ¡no importa!- dijo sonriendo el chico rubio
-Mi nombre es Shun Hyan
En ese momento entró Ikki corriendo
-¡Shun!, ¿cómo estás?- le preguntó completamente alterado, y buscándole heridas. Shun lo vio divertido
-Estoy bien, nii-san- respondió -mira, él es Hyoga, me ayudó
Ikki lo miró y le dio la mano
-No fue tanta la ayuda- dijo Hyoga -ya vez que nos terminaron golpeando a ambos
-Sus padres vienen en camino- dijo la enfermera, entrando -Ikki, deberías estar en clases
-La maestra me dejó venir- dijo Ikki, Hyoga, Shun y yo vimos cómo cruzaba los dedos detrás de su espalda. Hyoga sonrió y Shun hizo un gesto de desaprobación
-Muy bien, en ese caso te puedes quedar- y salió
-Mentiroso, nii-san
-Deberías agradecer- respondió Ikki -¿no es así, Hyoga?
-¡Shun!- una niña de pelo castaño hasta el hombro entró casi corriendo
-Tokio, hola- dijo Shun sonriendo
¿Con que ella era Tokio?... era bonita y no parecía mala persona, pero, lamentablemente Shun tenía destinada a otra persona
-¿Cómo te sientes?- le preguntó la niña, Shun la miró
-Bien, gracias
-Hyoga- dijo la enfermera -tu madre ya vino
-Gracias- dijo el niño, poniéndose de pie -un gusto conocerlos
-Adiós Hyoga, nos vemos mañana- le dijo Shun
-Sí, mañana
Quería seguirlo para ver qué contaba a su madre, si no hubiese sido por la interrupción de Hermes
-¡Destyn!
-Hermes... no podías ser más inoportuno...
-¡Buenas noticias!- me dijo, sin poner atención a mis palabras
-¿Qué cosa?
-¡Te ahorré más días de trabajo!
-Bien, habla
-¡Vas a estar feliz!
-¡Con un demonio, Hermes, dilo ya!
-Debes venir conmigo
Me tomó del brazo y nos aparecimos en la casa de Seiya
-¿Y esto?- le pregunté a Hermes
-¿Sabías que la madre de Seiya tiene novio?
-Sí, ya no es novedad...
-No te imaginas quién es...
Me tomó de la mano y entramos al living, y admito que casi me caigo
-¿Qué... qué hace el padre de Shiriu aquí?
La escena era extraña... el padre de Shiriu y la madre de Seiya tomados de la mano. Shiriu sonriendo, lo mismo que Seika y, finalmente Seiya con cara de odio en un rincón
-¡Sorpresa!, Shiriu y Seiya se conocen de hace... dos semanas
Esto parecía una broma de las Moiras. ¡Ya se conocían!... pero no parecían llevarse muy bien
-¿Por qué Seiya está enojado?
-Ya sabes, no quería nueva pareja para su mamá. Seika y Shiriu lo aceptan, pero Seiya aún no. Y no aguanta a Shiriu
-Bueno, esto se ve un poco más difícil
Vimos que Seiya se iba, y que Seika lo seguía. Cuando lo alcanzó, lo obligó a mirarla
-Seiya, ¿qué tienes?
-....
-¿No te cae bien Jan?- Seiya no respondió, su hermana lo abrazó
-Seiya... se que te cuesta aceptar la nueva relación de la mamá, pero piensa en ella- Seiya miró a su hermana -Ella está sola y ha sufrido mucho. ¿No crees que se merezca una nueva oportunidad?
-Yo...
-Además- dijo Seika, sin dejarlo terminar -Jan se ve que la quiere mucho y, en caso de cualquier cosa, nosotros estamos para defenderla...
Seiya intentó sonreír, y asintió. Seika lo tomó de la mano y volvió a entrar en el salón
Iris apareció hecha una atado de nervios
-¡¡¡Hermes!!!- gritó
-Iris, ¿qué haces aquí?- le pregunté
-Vine a buscar a Hermes. ¡Artemisa está furiosa y te está buscando como loca!, ¡¡¡ni Zeus ni Apolo quieren acercarse!!!
-¿Y qué tengo que ver yo?- le preguntó Hermes
-No será otra de las tuyas...- murmuré
-No, mi padre quiere hablar contigo por si puedes ayudarlos a solucionar el problema que tiene. ¡¡¡Debes venir!!!
Hermes me miró y me encogí de hombros
-Ve tranquilo, ya avanzamos algo. Lo que sí, cuando estés libre quiero que venga a verlos, por favor
-¿Tú qué harás?
-La próxima parte del plan, cuando te vea te explico, ahora estás ocupado
Ambos desaparecieron, y yo me alisté para visitar nuevamente el infierno
Continuará...
NOTA: bien, ya avancé algo y espero que les haya gustado.
