Cap. 3- El nuevo refugio.

-¿Arriba? -Preguntó Harry, sabía como era Hermione pero no podía creerse que su amiga no tuviese ganas de ir a explorar un poco esa extraña casa- ¿Se supone que vamos a hacerle caso a Snape?

-Supones bien.-Mientras hablaba, Hermione miraba cada una de las paredes del recinto- No creo que nos haga ningún mal ir a nuestras habitaciones. Además, imagínate que vuelve Snape y nos encuentra merodeando por la casa, no tengo ganas de que tenga razones para quitarnos puntos cuando volvamos a Hogwarts.

-Él siempre tiene razones para eso –Refunfuñó Harry- pero está bien, vayamos a ver las habitaciones.

Los dos compañeros fueron avanzando en silencio por la gran habitación. Parecía un gran salón de baile. Las paredes estaban pintadas en tonos pastel en los que predominaban el rojo, el amarillo y el beige. Al principio Harry se había fijado en el gran parecido que tenía esta sala con el salón de los Weasley, pero poco a poco se fue fijando en varios elementos discordantes; las paredes estaban cubiertas de tapices que representaban, en su mayoría, animales fantásticos y en las numerosas estanterías estaban colocados diferentes objetos plateados cuyo uso Harry desconocía. Se acercaron a las escaleras, los pasamanos eran de roble macizo adornados en ambos extremos por delicadas filigranas talladas y los escalones estaban cubiertos por una alfombra que a cada paso parecía cambiar de color.

Ambos magos comenzaron a subir las empinadas escaleras lentamente, era una suerte que no llevasen los baúles consigo porque por muy bonitas que fuesen parecía que no iban a terminar hasta llegar al cielo. A mitad de camino Hermione se detuvo.

-Espero que el dueño de este lugar sepa aparecerse –dijo la chica mientras recuperaba el aliento- Al menos no llevo mi equipaje, subir esto –Hermione señaló las escaleras con la cabeza- con ellas es un ejercicio de titanes.

Harry asintió con la cabeza, él también necesitaba recuperar el aliento, cuando de repente cayó en algo.

-Hermione ¿dónde se supone que están nuestras maletas? Yo le di la mía a Tonks, pero ella no ha venido con nosotros. Me pregunto dónde estará...

-Las llevaría consigo –La joven bruja sonrió a Harry- No creo que las haya dejado en El Caldero Chorreante. Te apuesto lo que quieras a que están en nuestras habitaciones.

-Si, probablemente –Dijo el chico distraído. No había hecho mucho caso a lo que decía Hermione, se estaba preguntando porqué Tonks no había ido con ellos- Bueno, sigamos.

Al fin lograron subir las escaleras. Harry miraba el suelo asombrado, el que la alfombra cambiase de color a cada paso le desconcertaba. Hermione le miró y sonrió.

-Se llama luminalia –la joven se peinó la cabellera con los dedos- es un encantamiento que provoca un efecto óptico, una ilusión que hace que nuestros sentidos perciban un color diferente a cada instante. No tiene mucho sentido ponerlo en una alfombra, pero supongo que al dueño de este sitio le gustará...o tendrá mucho tiempo libre.

-Hermione –el joven miro a su amiga a los ojos- ¿Acaso lo sabes todo?

-¿Qu...¡Harry! –la chica fulminó al chico con la mirada- ¡¿Por qué demonios dices eso?!

-No, por nada –Harry miró el techo con expresión soñadora- solo que es exactamente lo que habría dicho Ron.-añadió.

Siguieron andando en completo silencio, la casa era realmente grande y aún no habían encontrado una habitación que pusiese el nombre de alguno de ellos en la puerta. Esa planta no se parecía en nada a la casa de los Weasley. Ambas paredes estaban decoradas con cuadros de magos de expresión adusta que cuchicheaban entre ellos al verles pasar. Hermione rompió el silencio.

-¿Le echas de menos? –Hermione miraba al suelo- Quiero decir, a Ron...

-Oh...sí, claro que le echo de menos –Por un momento había pensado que se iba a referir a Sirius y se alegraba de no fuese así- La verdad es que me preguntaba dónde se encontraría –mintió Harry.

-¡La encontré! –Harry vio que la muchacha se refería a su habitación, era una enorme puerta de color granate con un letrero en letras doradas con su nombre escrito- ¡Mira! ¡Justo enfrente está la tuya!

La puerta de su habitación era igual que la que segundos antes había visto, solo que en vez de ser granate era negra y tenía un aldabón colgando, justo al lado del letrero con su nombre.

"Menudo sitio mas tonto para poner un aldabón" –pensó el chico- "Se supone que deberían ponerse en la puerta de entrada"

Hermione ya había abierto la puerta de su habitación, miró a su amigo que estaba embobado mirando un feo aldabón y no pudo por menos que darle un suave golpe en el hombro. Harry se dio la vuelta y miró a su amiga.

-¿Qué se supone que haces, Hermione? –dijo algo molesto.

-Solo quería despertarte –la chica se dio la vuelta y entró en su habitación- No sabía que fueses tan susceptible –dijo entre risas- Por cierto, Ron sigue en su casa.

Harry se metió en la habitación de Hermione, era de un tamaño considerable para tratarse de una habitación individual. Había una cama con dosel y una mesa de estudio realmente grande. El baúl de la chica estaba a los pies de su cama y Crookshanks estaba hecho un ovillo en un gran cojín que había en el suelo.

-¿Cómo es que Crookshanks está aquí? ¿Y por qué Ron sigue en su casa? –No habían pasado ni tres horas desde que salió de Privet Drive y no se estaba enterando de nada.

-Tanto a Crookshanks como a mi baúl les habrá traído Lupin, que fue a recogerme –La chica se sentó en una silla que estaba cerca de la cama- Y fue el mismo Lupin el que me dijo que Ron aún se quedaría un tiempo en su casa. Parece ser que no es necesario que el venga aún, al fin y al cabo alrededor de su casa no puede haber más seguridad.

Harry apartó el dosel de la cama y se sentó apesadumbrado. Había supuesto que se encontraría ahí con Ron, Hermione era una gran amiga, pero no era exactamente la encarnación del divertimento.

-No te lo dije antes porque supuse que Lupin te lo habría contado –comentó la joven- De todas formas dudo que vaya a tardar en llegar, y si este es el refugio de La Orden no creo que nos falten visitas.

-Lupin no me dijo nada –el semblante del chico se volvió serio- Ni siquiera vino a recogerme y hace al menos semana y media que no recibo ningún mensaje suyo.

-Últimamente había problemas con el envío de lechuzas por el decreto de la Ley Aural, Harry. No creo que Lupin no quisiese escribirte- dijo Hermione adelantándose a los pensamientos de su amigo.-Sabes que está deseando verte.

Harry lo sabía perfectamente, pero no podía evitar sentirse engañado. Habían enviado a Tonks, una bruja a la que casi no conocía, y Snape, una de las personas a las que menos deseaba ver, había sido el encargado de llevarles hasta el refugio. Pero en el fondo sabía que los demás también tenían problemas. El chico sonrió.

-¿Sabes? Cuando estaba con Tonks en el Callejón Diagon ella me dijo que si que podía hacer magia, me iba a decir porqué pero Snape la interrumpió... ¿Sabes algo de eso?

-Harry, estás en las nubes –Hermione puso los ojos en blanco- Este año podemos usar la magia ¿No te acuerdas de los exámenes de aparición de los gemelos o qué?

-Es verdad. No tengo ni idea de cómo he podido olvidarlo, pero... -Harry apoyó su cabeza en sus manos- Tonks lo dijo como si ahora si que se pudiese practicar magia.

-Bueno –Hermione jugueteaba otra vez con su varita- puede que se refiriese a una de las partes de la Ley Aural. "Todos los magos y brujas tienen permitido utilizar la magia en situaciones de peligro, sin tener en cuenta su edad" –recitó de memoria- ¿No habrás estado envuelto en alguna situación peligrosa? –la joven parecía preocupada.

-Tonks atropelló a Snape con mi baúl –dijo Harry entre carcajadas- ¿Tu qué crees?

-Definitivamente esa es una situación de peligro –Hermione reía por lo bajo- No le habréis hecho daño ¿No?

Harry puso los ojos en blanco, no entendía como era posible que su amiga pudiese preocuparse de alguien como su profesor de pociones.

-Aunque habría sido peor si le hubiese caído encima una Umbridge- añadió la chica que ahora sí reía abiertamente.

Era raro que Hermione se metiese con una figura de autoridad como era Dolores Umbrdige, pero Harry la comprendía perfectamente, no existía una mujer más odiosa en el mundo. Siguieron riéndose un poco más hasta que reinó el silencio.

-Me preguntó qué habrá pasado para que Snape estuviese así al salir del portal ese.

-Oculus Argentum –apuntó Hermione- Es un portal que puede transportar a cualquier lugar a una persona, se encuentre donde se encuentre el sitio. Y sobre lo de Snape...el pobre no debe estar pasándolo muy bien.

-¿Pobre Severus Snape? –Harry ya si que no entendía nada- ¡¿De qué estás hablando?!

-Vamos Harry, no te enfades –la chica parecía fastidiada- Solo digo que teniendo en cuenta que él fue un mortífago, los aurores y el Ministerio de Magia no deben estar poniéndoselo muy fácil.

-Eso es culpa suya por haberse hecho mortífago –Aunque a Harry no le gustaba que su amiga defendiese a Snape ya se había acostumbrado. No sabía la razón pero Hermione de vez en cuando saltaba a la defensa de ese odioso hombre.

-No seas tan duro –la joven bruja reprendió a Harry- él ya se ha arrepentido de lo que hizo y Dumbledore confía en el. No se porqué quieres ponérselo más difícil. Además, estoy casi segura de que Snape se ha metido en líos con algún miembro del Ministerio al traernos aquí y por eso estaba tan enfadado.

-No pienso seguir discutiendo esto, me voy a mi habitación.

-Pe-pero Harry...-su amiga parecía estar apunto de echarse a llorar.

Harry se levantó de la cama de Hermione y se dirigió hacia la puerta, al abrirla se dio la vuelta para mirar a la joven bruja. Sabía que ella en parte tenía razón, pero no pensaba dársela. Cuando se disponía a salir de la habitación escuchó unos gritos. Hermione y Harry se miraron por un instante y salieron corriendo de la habitación para ver que ocurría. Los gritos provenían del piso de abajo, los dos amigos empezaron a bajar las escaleras, no sabían lo que pasaba pero suponían que no sería nada bueno.

-¡¡¡No pienso dejar que utilicéis el refugio como almacén!!! –Decía gritando una mujer rolliza que blandía peligrosamente un rodillo de cocina- ¡¡¡Este es un lugar serio no una trastienda!!!

Molly Weasley parecía realmente enfadada, su cara estaba completamente roja y tenía la mandíbula desencajada. Frente a ella Fred, George y Mundungus Fletcher miraban hacia el suelo, Mundungus parecía estar aterrorizado por la pequeña mujer.

-¡Pero mamá! –Replicó George- ¡Es solo hasta que encontremos un local más amplio!

-Más amplio y mejor situado –añadió Fred.

-Molly, compréndelos –dijo en voz muy baja Mundungus- Necesitan su ayuda para poder prosperar.

-¡¿Y tu qué esperas sacar de ello, eh?! Porque seguro que no les ayudas por altruismo.

-Se-señora Weasley –Harry un poco atemorizado se atrevió a interrumpir a la madre de Ron- hola.

La mujer se dio la vuelta miró a Hermione y poco después miró a Harry. En su cara se dibujó una amplia sonrisa y se acercó on rapidez a los muchachos que habían terminado al fin de bajar la larga escalinata.

-¡Harry! ¡Hermione! –La mujer les abrazó a ambos, aunque estuvo más tiempo abrazando al joven- ¿Cuándo habéis llegado?

-Hace un rato, señora Weasley –Respondió Hermione- Nos trajo el profesor Snape y nos dijo que fuésemos a nuestras habitaciones.

-¿No os dijo que os pasaseis a saludarme? –Harry y Hermione negaron con la cabeza- Oh...me pregunto dónde tendrá Severus la cabeza.

-Parecía preocupado, dijo algo sobre las reglas del Ministerio y salió corriendo- informó Hermione, que ahora miraba a su amigo suplicándole con los ojos que le perdonase.

-Si –Harry sonrió a su amiga, no podía estar enfadado con ella. Al fin y al cabo, era Hermione.- Puede que haya tenido problemas con algún auror o algo parecido al traernos aquí.

-No creo –George se acercó a Harry sonriendo- cualquiera que mire a la cara a Snape caerá petrificado del susto. Por cierto, hola Harry, Hermione- añadió sacudiendo la cabeza a modo de saludo.

-Es cierto-Fred se colocó al lado de Hermione- con esa mirada asesina y esa nariz tan grande es imposible no ir directo a San Mungo.- El gemelo no les saludó, parecía que con que solo se presentase uno ya no habría problema alguno.

-¡Fred, George! –Molly fulminó con la mirada a sus dos hijos- No deberíais hablar así de Severus, y menos aun cuando él fue uno de los que votó a vuestro favor para que ingresaseis en la orden. Espero que no haya tenido problemas- añadió preocupada.

-Solo votó a nuestro favor para que muriésemos lo más pronto posible –Dijo Fred lo suficientemente bajo para que su madre no le oyese.

-Bueno –La señora Weasley miró un reloj de pared- Creo que deberíamos ir haciendo la cena, ya es muy tarde y hoy hay reunión de la orden.- ¿Me ayudas, Hermione? Vosotros podríais empezar a poner la mesa.

Hermione y los demás asintieron con la cabeza, la chica siguió a Molly y ambas se metieron por una puerta dorada que Harry no había visto antes porque parecía mimetizada con el resto de la pared. Harry se fijó en el reloj, era el mismo que había en la casa de Ron, solo que este tenía más manecillas, una de ellas tenía un cartel que ponía "Remus" y estaba muy cerca del letrero de "casa"

-Eh, Harry, nos has salvado de una buena- Mundungus Fletcher sonrió al muchacho y miró su muñeca- Me quedaría mas tiempo chicos, pero tengo negocios que atender- añadió mirando a los gemelos.

-¿No te quedas para la reunión? –preguntó Harry sorprendido.

-Ah, eso, no...no creo que me necesiten por hoy. Y si quieren buscarme ya saben dónde estoy. Y no creo que Molly esté muy contenta con que me quede hoy aquí.

Dicho esto se dirigió hacia la pequeña puerta negra que se abrió justo antes de que éste llegase a tocarla. Alguien entró al gran salón y Harry sabía perfectamente quien era: Remus Lupin.

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Antes de nada, todos los personajes de este fanfic pertenecen a J.K.Rowling, excepto los que yo me invente, vaya.

Gracias a todos por los reviews.

Nelly Esp: No te puedo contestar a todo porque revelaría demasiadas cosas demasiado pronto. Pero por lo que yo se la casa de los padres de Harry quedó destruído por el ataque de Lord Voldemort (a lo mejor no, no me hagas mucho caso) De todas formas, no, no es la casa de sus padres, pero en el próximo capítulo que sera mas largo (eso espero, porque este es un rollo) se dirá de quien es.

Como ves no han tenido tiempo como para ir a investigar por la casa.

Lo del árbol genealógico lo sabréis, si, pero me temo que aun falta mucho/bastante para eso.

Mirug: ¡Cuanta razón tienes! Molly ha sido muy feliz decorando el salón principal, pero si te fijas no ha tenido mucho tiempo de tocar la parte de las habitaciones (es que es una casa gigante)

Bueno, a ver si mañana cuelgo algo mas largo e interesante (reunión de la orden, se supone que eso da juego)