Aquí tienen la continuación del capitulo 1, muchísimas gracias a las siguientes personas que amablemente me dejaron review con sus comentarios: Kamesita, Nelly Esp, Lucumdus, Garry, Alexxx, Paco, Ithae, Leo Hagrid y Sacralo.

Paso a darle respuesta a sus comentarios, criticas, recomendaciones y demás: primero que nada pido mil disculpas por la presentación sin formato de la primera parte del capitulo 1, me parece que ya lo corregí, gracias Alexxx por la sugerencia para resolver ese problema; también hay un error que Ithae noto, cuando Dumbledore y compañía llegan a donde vive Harry escribí numero 5 de Privet Drive cuando en realiza es 4; tratare y haré todo lo posible de hacer el fic entretenido y profundizar más, pero recuerden que es mi primer fic y jamás he tenido experiencia en escribir algo de más de dos paginas; en cuando al tiempo que me tarde en actualizar yo calculo que jamás pasara de una semana, también comprendan que estoy cursando estudios y no se pueden descuidar pues una calificación final por debajo de 16/20 y me quedo sin beca; gracias por opinar que la historia esta bien y animarme a continuar. De nuevo muchas gracias por leer esta historia y dejar sus review.

Parte 2 del Capitulo 1 Herencias de Poder

Pensamientos confusos atraviesan la mente de Harry Potter, pensamientos sobre profecías, muerte, y destino, se preguntaba si este ya estaba escrito como piensan algunas personas, o si el destino solo son distintos caminos que se presentan en la vida y uno decide cual seguir, como le había dijo el Prof. Dumbledore.

¿ Que camino había tomado él? , ¿Adónde lo llevaría? , aun no sabia las repuestas, estaba confundido, y ¿porque negarlo? Miedo, sentía el miedo a un futuro incierto, a la muerte - una sonrisa irónica se marca en su rostro – esta llevaba mucho tiempo detrás de él, lo había perseguido en la forma de Voldemort desde su primer año de vida, pero nunca le había temido, era -pensó pasándose la mano por el pecho – a esta nueva amenaza a la que temía, pues era desconocida y no podía defenderse de ella, aunque se tranquilizo un poco al pensar en el racionamiento del Prof. Dumbledore y rememoro lo que había sucedido en su oficina hacia dos días:

Albus Dumbledore observaba con sus ojos penetrantes a Harry, pudo percibir que los pensamientos de este tomaban rumbos indeseables después de su anterior contestación, así que se apuro a hablar nuevamente.

- Pero esto no quiere decir que vallas a morir, tu sobrevivirás Harry – menciono el anciano, recibiendo la atención de seis pares de ojos, deseosos que se explicara.

- No comprendo Prof., acaba de decir que nadie ha sobrevivido al recibir los poderes del Gran Fénix – intervino Harry, buscando aquel hilo de esperanza.

- Cierto, cierto – contest acariciando su larga barba – pero recuerda la profecía de la Prof. Trelawney, piensa en ella, dice que tu serás el único con el poder de derrotarlo y que tendrás un poder que el jamás conocerá, sé que te dije que ese poder era tu corazón, el amor que el jamás podrá tener, pero eso no puede ser todo, es una parte importante, si, pero no es el todo, necesitarás algo más para derrotarle y allí entran los poderes y habilidades que puedas recibir del Gran Fénix junto con los propios tuyos, pues tu magia es fuerte Harry, aún más que la mía, pero aun no la conoces y no la controlas, sobrevivirás, vivirás Harry porque en tu camino esta el enfrentarse a Voldemort, y solo tu podrás decidir como será ese camino.

Tranquilizándose al recordar lo dicho por el Prof. Dumbledore, reemprendió el trote que había interrumpido, Albus le había insistido en fortalecer su cuerpo, para que tuviese mayor resistencia cuando llegara el gran momento de "heredar". Desde el día anterior corría por los terrenos de Hogwarts, una hora "para empezar" pues cada semana debía aumentar el tiempo y el ritmo, también debía tomar a diario una poción preparada por el Prof. Snape para fortalecer su organismo, la primera ves se había negado rotundamente a tomar algo preparado por él, pues aunque sabía que no lo ida a envenenar de muerte, no dudaba que como lo "quería tanto" Snape se aprovechara y tomara venganza con algún truco sucio, pero bajo la mirada alentadora del director, no le quedo más que bebérsela contemplando la irónica sonrisa del Prof. De pociones la cual decía claramente que tenia los mismos pensamientos que el.

Detuvo su trote frente a la cabaña de Hagrid, la cual estaba solitaria pues su dueño no se encontraba en ella, sospechaba que seguía con su misión de convencer a los gigantes de no pasarse al lado de Voldemort. ¡vaya como extrañaba una conversación tranquila con él! Y tratar de no perder los dientes con sus dulces –sonrió para sí- mientras continuaba su camino al borde del bosque prohibido.

Mientras tanto la Prof. McGonagall entraba en la oficina de Dumbledore

- Albus quería hablar contigo sobre Harry

- ¿Qué sucede Minerva?

- Estaba pensando que no es bueno para Harry estar solo en estos momentos, lo sigo notando muy triste y apenado, seria bueno si le escribiéramos a sus amigos para que vengan a acompañarle, siempre se apoyan entre ellos y estoy segura que aceptaran sin problemas

- Es una excelente idea, aunque deberíamos invitar solo ha la Srt Granger, pues la familia Weasley se encuentran de vacaciones en Rumania visitando a Charlie y lo mejor es que Ron lo disfrute, ahorraron duro para poder ir.

- Bien no hay problema confió plenamente en las capacidades de Hermione, estoy segura que ella sabrá como sacarlo de su tristeza.

- Ya lo creo, seguro que lo obliga a aprenderse una sección entera de la biblioteca – bromeo el director con una sonrisa juvenil.

- No le veo el chiste Albus- respondió la Prof. De transformaciones con una mirada seria y diciendo para sí – a veces se comporta como si fuese un niño, Hermione es la mejor estudiante que he visto en Hogwarts – se dijo con una mirada de orgullo.

- O vamos Minerva el humor es una gran medicina, bueno, bueno – dijo cambiando de tema al recibir de McGonagall una de sus populares miradas serias – si deseas puedes utilizar a Fawkes, no hay modo más rápido de mandar una carta que con un fénix.

- Me parece bien, ¡vamos Fawkes! Pronuncio mientras salía.

En Londres Hermione Granger, ha pesar de ser el comienzo de las vacaciones y con mucho tiempo por delante, se encontraba enfrascada en realizar los deberes que les habían mandado para el verano, fiel seguidora del lema no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, ya había adelantado mucho de su trabajo, mientras su mano transcribía en automático gracias a la práctica párrafos de varios libros a un pergamino que se perdía en lo largo, su mente pensaba en los últimos acontecimientos del mundo mágico y sobre todo en Harry, ella y Ron le escribían cartas a menudo para darle ánimos y apoyo, pero las contestaciones que recibía de Harry le preocupaban, siempre eran pocas palabras, las mayoría vacías, siempre decía que estaba bien, cuando ella sabia que no era así, que debía de sufrir por la muerte de Sirius y lo peor de todo es que seguro se culpaba de ello.

Estos pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió que algo estallaba sobre su cabeza dándole un gran susto que hizo que echara su silla hacia tras cayéndose de espalda, permitiéndole ver que sobre ella se había formado una gran bola de fuego, antes de que le diese tiempo de coger su varita, el fuego desapareció al salir del mismo con todo su esplendor un fénix, este posándose sobre el escritorio y notando el accidente que produjo su llegada empezó a cantar una dulce melodía para tranquilizar a la muchacha.

Hermione desde el suelo, empezó a respirar más tranquila, pues al comienzo pensó que se trataba de un ataque de los mortigados al ser ella hija de muggles y mejor amiga de Harry Potter, levantándose observo al ave creyendo reconocer al fénix del Profesor Dumbledore.

- ¿ Fawkes? – pregunto, recibiendo un movimiento afirmativo del fénix mientras le enseñaba dos pergaminos que llevaba atado a una de sus patas

- – ¿para mí? – pregunto – ¡como si hubiese alguien más aquí Hermione! - se reprocho desprendiendo el pergamino de la pata del fénix, se preguntaba por que seria que Albus Dumbledore le escribía, leyó que uno era para sus padres y el otro para ella, pero su remitente no era su director, sino su jefa de casa la Prof. McGonagall, intrigada abrió el que le correspondía a ella leyendo:

Saludos Hermione,

espero que estés disfrutando de tus vacaciones.

Te quería proponer si querrías pasar el resto

de las mismas en Hogwarts para que acompañes y animes

al Sr. Harry Potter, debido a nuevos acontecimientos

(se te explicaran si decides venir) hemos decidido

que el pase el verano aquí, como ya sabes se encuentra muy triste

y decaído después de lo que sucedió en el ministerio

y creo que tu sabrás darle ánimos para que mejore,

si decides venir, anexe una carta que tus padres deberán firmar

donde les explico que vendrás a unos cursos de verano

lo cual es cierto en parte pues no estarán desocupados

yo misma me encargare de que estudien nuevas lecciones

y la biblioteca siempre estará abierta para ustedes, manda la

respuesta por favor con Fawkes, así ser más rápido.

Prof. Minerva McGonagall.

Una sonrisa apareció en el rostro de Hermione ¡claro que le encantaría pasar el verano con Harry!. Solo tenia que convencer a sus padres.

Estos estaban reacios a separarse de su hija cuando apenas había llegado, pero conociendo la importancia de los estudios para ella, la firmaron para su felicidad.

Atando la contestación en la pata de Fawkes, este desapareció en una bola de fuego para volver a aparecer a los pocos minutos.

- vaya que rápido, ahora comprendo como puede convocar en poco tiempo Dumbledore, a los miembros de la orden.

La profesora le contestaba que pasaría por ella esa misma tarde a las cuatro, lo cual hizo que Hermione empezase a guardar como loca sus cosas y como no, toneladas de libros de lectura "ligera".

En otro lugar dentro de un cuarto en penumbras, un ser que desprendía un aura de maldad pura, meditaba para si mismo, sentía que tenia que acabar pronto con la vida de ese Potter, la piedra en su zapato desde que había nacido.

Al estar conectado con el maldito mocoso podía sentir que su magia y fuerza aumentaban cada día, había que actuar pronto antes que se convirtiera en un verdadero estorbo, el problema era que el viejo amante de muggles lo tenia en el colegio Hogwarts, el cual estaba más protegido que nunca, ahora solo se podían aparecer en los terrenos personas autorizadas previamente incluso en el bosque prohibido y sabia por Colagusano que poseían un mapa que mostraba todas las personas que entraban al colegio así esten disfrazadas. Pero tenia que acabar con Potter a cualquier precio.

- Bellatrix, Malfoy vengan inmediatamente - exigió, pues ya su retorcido cerebro estaba asiendo planes.

En Hogwarts, Harry se encontraba descansando en la sala común de Gryffindor, se sentía agotado, después de la hora de trote, tuvo que ejercitarse en un gimnasio que el profesor Dumbledore había preparado para él, acababa de recibir una carta de su amigo Ron y la extrajo para leerla.

Hola Harry ¿ cómo te encuentras? , espero que bien

Aquí todo sigue igual, ayer visitamos con Charlie Los dragones Plateados,

Nada de otro mundo pero él lo describía como si fueran lo ultimo del planeta

Me record a Hagrid y sus bichos.

Mama te envía muchos besos y te manda a decir que comas bien,

Ginny, Fred y George también te mandan saludos,

Por cierto que estos dos, se la pasan alabándote,

Bien me despido ya, mama esta gritando que nos acostemos

Espero que Pig no se pierda llevándote la carta

Escríbeme pronto

Ron.

Harry sonrió pues se alegraba de tener esos buenos amigos, envuelto en sus pensamientos no noto que alguien entraba sin hacer ruido en la sala y se le echaba encima asfixiándolo, solo noto una cabellera castaña y enmarañada que le tapaba el rostro y que era abrasado fuertemente, casi cortándole la respiración.

- O Harry, estaba tan preocupada por ti.

- ¿¡Hermione!? , Que haces aquí? – pregunto mientras era liberado del efusivo abraso de su amiga, viendo que esta le sonreía a la ves que unas pocas lagrimas le corrían por el rostro - ¿no estarás llorando por mi verdad?, No me merezco que te entristezcas por mi Hermione.

- O no Harry, están son lagrimas de felicidad.

- ¿Y que haces aquí?

- La Prof. McGonagall me escribió para que viniera, también le iba a escribir a Ron pero ya sabes que esta de viaje, me contó todo Harry, y estoy de acuerdo con el Prof. Dumbledore, tu vas a sobrevivir a esto y yo te voy a ayudar, pasare todo el verano aquí contigo- dijo con toda su decisión de Gryffindor.

- Ehh gracias – fue todo lo que atino a decir Harry, gratamente sorprendido de tener a Hermione a su lado, cuando noto que esta iba vestida con ropas muggles pegadas al cuerpo que permitían admirar toda su figura, definitivamente no era la niña del primer año, pues tenia ante si un cuerpo con todas las curvas y características de una mujer.

Hermione al notar el efecto de su físico sobre su mejor amigo, empezó a sonrojase a la ves que mil pensamientos se atropellaban en su mente y lo peor es que Harry parecía estar en otro mundo contemplándola, y no parecía notar que los segundos pasaban, su vista subía por el cuerpo de su amiga hasta su cara recorriendo el contorno de sus labios, solo cuando poso su vista en sus ojos pudo volver a la realidad notando el sonrrojamiento de esta y dándose cuenta de lo que acababa de hacer la sangre subió a rostro, mientras la vergüenza lo llenaba.

- Perdóname Hermione es que yo...

- Tranquilo Harry, -corto la chica, mientras se ponía aun más roja-no hay nada que perdonar, creo que ir a acomodar mi baúl- dijo mientras se dirigía a las escaleras de su cuarto.

Al salir Hermione de la sala común el joven se golpeo con la mano la frente a la ves que se decía – que fue eso Harry, es Hermione, tu mejor amiga – pues solo era eso ¿Verdad? Este pensamiento lo dejo pasmado ¿era posible que él viese a Hermione como algo mas? Y lo que ella dijo al salir, que no había nada que perdonar, ¿acaso a ella le gusto que la mirase así?, ¿Ser que yo le gust... ?.

Mientras que estos pensamientos y otros similares pasaban por la mente del joven Potter, Hermione se sentaba en su cama con la mano en el pecho, el corazón le latía desenfrenadamente después de decirle a Harry que no había nada que perdonar - ¿cómo que nada que perdonar Hermione? –se regaño – si te desnudo con la vista, ¿acaso te gusto que te mirase así? , ¡si! reconócelo te gusto, te gusto que esos ojos verdes no perdieran detalle de ti – se dijo mientras su rubor aumentaba, desde el año anterior sentía algo distinto hacia Harry, pero tenia miedo a reconocerlo y al rechazo. Pensó en la mirada que le dirigió Harry, esa no es la que se le da a una amiga, ¿será que le gusto a Harry? Se pregunto Hermione mientras un brillo nuevo se instalaba en sus ojos, si era así entonces tendría que cortar la timidez de Harry – se dijo mientras habría su baúl y sacaba un vestido corto que resaltaba su figura – además siempre hay que estar presentable para comer – pronuncio con una mirada y tono pícaro.

A la hora de la cena a Harry casi se le cae la mandíbula al ver bajar por las escaleras del cuarto de chicas a una Hermione con un vestidito pegado, resaltando su cintura y pechos, el vestido solo llegaba a unos diez centímetros por encima de sus rodillas permitiéndole ver desde su posición abajo en la sala común las hermosas piernas de su compañera.

- ¿Bajamos a cenar? – pronuncio la muchacha con un leve rubor en su rostro, recibiendo como respuesta solo un asentimiento de cabeza pues Harry se había quedado sin voz. Hermione salió primero con una sonrisa en su rostro al ver como había reaccionado Harry.

Bajaron al gran comedor encontrándose que solo había una mesa de seis puestos donde ya estaban los profesores Dumbledore, Snape, y McGonagall junto al celador Fillt.

- Bien ya llegan, bienvenida Hermione - dijo Dumbledore – estas muy guapa, has de tener muchos pretendientes.

- Gracias Prof. – contesto Hermione sonrojándose y mirando a Harry el cual de inmediato se sonrojó también, situación que fue percibida por los demás, recibiendo ambos una calidad sonrisa de complicidad del director y McGonagall.

Durante la cena se discutió que harían durante el verano decidiendo que Harry debía continuar su entrenamiento físico, a lo que Hermione se ofreció a acompañarlo, también recibirían algunas clases y deberes de la Prof. McGonagall y de Snape para disgusto de el y los dos Gryffindor, mientras que el Prof. Dumbledore se encargaría esta ves de enseñar Oclumancia a Harry y Hermione para que pudiesen practicar juntos.


Bien hasta aquí esta segunda parte se que esta algo corta pero es lo que tenia en la cabeza y escribí en unas horitas libres que tenia, prometo que en los capitulo siguientes empezara algo de acción y a notarse los efectos de la "herencia". Por favor dejen comentarios sobre que les parece, sugerencias, lo que hice mal, lo que no les gusta, lo que sea todo es bienvenido para mejorar. En la parte izquierda de su pantalla abajo al final de todo dice Submit Review al lado aparece un botón que dice Go apriétenlo con la flecha de su ratón y aparecerá una ventana donde pueden dejar sus comentarios.