DIAS OSCUROS
Capítulo III
-A ver, espero no haber llegado tarde- dijo un joven de 18 años mirando la gran pantalla que había enfrente suyo donde indicaba los vuelos que iban llegando.
Este chico era Eriol Hiraguizawa. Era alto con unos ojos azules que se veían a través de los cristales de las gafas que llevaba.
Había ido al aeropuerto a recoger a los señores del clan Li. Los tres eran viejos conocidos. Conocía a Sakura y Shaoran y sabía por lo que habían pasado. Su carácter era el mismo de siempre, era muy burlón pero estaba rodeado de una extraña aura de misterio.
Hacía un año que había sido avisado por Albus Dumbeldore quién le ofreció un puesto como profesor en su colegio. Después de pensarlo durante un tiempo decidió aceptar, él ahora era el profesor de Defensa contra las Artes Oscuras y, aunque pareciera extraño después de los diferentes hechos ocurridos en Hogwarts, este ya sería el segundo año consecutivo en su puesto.
Cuando él llegó al colegio como nuevo profesor, observó como todo el mundo hacía apuestas sobre si duraría más de un año. Al principio, todos se sorprendieron de su edad, ¡los alumnos del último curso tenían un año más que él! ... pero si Dumbeldore le había llamado debía ser por algo.
Pronto todos se dieron cuenta que hacía muy bien su trabajo, incluso mejor que algunos de los profesores que habían pasado recientemente por allí.
Además de ejercer como profesor, Eriol tenía otra misión para la que Dumbeldore le llamó expresamente. Entró a formar parte de la llamada Orden del Fénix, destinada a combatir las fuerzas de la oscuridad que tenían como cabeza visible a Voldemort. En dicha orden se encontraban los magos y hechiceros más poderosos de Occidente dispuestos a luchar contra Lord Voldemort, esta orden cada vez era más poderosa e iba creciendo en número.
-Muy bien, ya han llegado- dijo sonriente Eriol al ver dos figuras que atravesaban la puerta por donde entraban los pasajeros que habían llegado al aeropuerto- Buenos días- dijo una vez que llegó a dónde se encontraban ellos- ¿qué tal el viaje?.
-Buenos días Eriol- dijo Sakura- el viaje bien, un poco largo pero aquí estamos.
-¿Cuándo nos llevarás a Hogwarts?- preguntó Shaoran con su semblante siempre serio.
-Primero vamos a mi casa a descansar y a comer- contestó Eriol- hay dos personas que tienen muchas ganas de veros. Después de comer iremos a Hogwarts.
-De acuerdo entonces- dijo Shaoran.
Se dispusieron a salir del aeropuerto y entraron en el coche de Eriol, cuando habían pasado unos 30 minutos llegaron a la puerta de una enorme mansión. Una vez que el vehículo paró el motor, cogieron sus cosas y subieron las escaleras hacia la gran puerta que tenían delante.
Al entrar al edificio vieron que había dos figuras que les esperaban. Una era una chica que traía una gran sonrisa y la otra era como una pequeña pantera color negro con unas alas muy graciosas.
Sakura y Shaoran les reconocieron enseguida. La chica fue corriendo a abrazarlos y la pequeña pantera empezó a revolotear a su alrededor. Los dos jóvenes se sorprendieron ante tal muestra de cariño. Nunca nadie se había atrevido a hacerles eso, ya que sabían que serían automáticamente castigados por ello.
-Nakuru, Spinel Sun, ya basta de atosigar a nuestros invitados- dijo Eriol sin perder su sonrisa ni un momento- sabéis que tenemos asuntos importantes a tratar y después de un viaje tan largo se deben recuperar fuerzas.
Una vez dicho eso, Nakuru y Spinel Sun obedecieron a las palabras de su amo. Eriol realizó un pequeño movimiento de muñeca y en la mesa que estaba cerca apareció todo lo necesario para que pudieran darse una buena comida. Todos se sentaron alrededor de la mesa y empezaron a comer.
-Y bien, Eriol- preguntó Sakura- ¿qué tal va todo por aquí?.
-Pues la verdad es que no muy mal.- respondió Eriol- Cuando entré como profesor en Hogwarts cambié mi rutina. Ahora ya no soy una persona independiente, tengo a otras personas a mi lado para luchar contra la oscuridad. He entrado a formar parte de la Orden del Fénix, pero ya se os aclarará todo esto cuando vayamos al despacho del señor Dumbeldore- luego miró a Sakura y Shaoran con una mirada maliciosa- ¿Y para cuándo los niños? Quiero tener muchos pequeños a mi alrededor que llamen al tío Eriol.
Sakura y Shaoran lo miraron sonriendo, siempre sabía cómo quitar tensión en un momento determinado. Con Eriol no tenían que actuar como si les separara una pared de hielo, pues él lo sabía todo de ellos.
Después de todo el tiempo que había pasado, la reencarnación de Clow era la única persona a la que consideraban un amigo. Él sabía en todo momento lo que les pasaba por la mente y podía leer sus miradas inexpresivas y frías.
-Todo a su debido tiempo Eriol- dijo Shaoran - eso llegará en el momento adecuado. Como sabes, en estos momentos los tiempos no son propicios.
-¿Y qué hay de ti?- dijo Sakura riendo por la carita de inocente que puso Eriol ante esta pregunta- es que nunca dejarás de ser un conquistador, ¿eh?.
-Exactamente- dijo Eriol poniendo cara de interesante.
Los tres siguieron conversando animadamente durante una hora. Cuando este tiempo pasó, Nakuru se les acercó.
-Ya es la hora, amo Eriol- dijo ella mirando fijamente a su amo.
-Pues bien, nos vamos a Hogwarts- dijo Eriol mirando a sus acompañantes que se levantaron enseguida de las sillas donde se sentaban minutos atrás- Nakuru cuida de la casa mientras estamos fuera. Spinel cuida a Nakuru que no haga ninguna tontería, ¿de acuerdo?.
-Sí amo Eriol- contestaron los dos.
Se veía como Nakuru estaba un poco molesta por las palabras que había dicho su amo pero pronto las olvidó y ya no pensó más en ellas.
Los chicos empezaron a andar a través de las calles de Londres, mientras tanto Eriol les explicaba la historia de Hogwarts y cómo funcionaba el colegio. Los alumnos se dividían en cuatro casas que correspondían a los cuatro fundadores del colegio y en cada una de ellas se valoraban unas cualidades diferentes.
También les indicó las asignaturas que se impartían allí y les habló un poco de cada profesor, del Quidditch y todas las cosas que era importante que supieran sobre su nuevo 'hogar'.
-Mirad, hemos llegado a la estación- dijo Eriol señalando el gran edificio que tenían enfrente.
La estación era muy grande y estaba muy concurrida de personas que iban y venían. Entraron dentro y siguieron a Eriol que buscaba el andén que les correspondía, el número nueve y tres cuartos.
Sakura y Shaoran observaban atentamente a su alrededor. Eriol les había explicado que en Occidente casi nadie creía en la magia. Tenían un nombre para las personas que no poseían ningún tipo de magia... ¿cómo era esa palabra?... oh!, muggels, eso era. Tardarían un poco en acostumbrarse a todo ello.
Otro tema era el de las varitas. Ellos no las necesitaban, al igual que el propio Eriol, puesto que podían canalizar su magia tranquilamente sin la necesidad de algún objeto especial. Esta habilidad la habían adquirido gracias a un duro entrenamiento al que fueron expuestos. Siempre es más fácil realizar magia sin tener que estar pendientes de algún objeto en particular. Aún así a veces utilizaban su espada para pelear y realizar hechizos.
-Nuestro andén se encuentra detrás de esa pared- dijo Eriol.
Entonces los tres atravesaron la pared vigilando para que nadie les viera hacer eso. Eriol les explicó que debían tomar muchas precauciones para que ningún muggle les viera realizando magia, si esto ocurría les causaría una gran conmoción ya que se asustarían por lo que hubieran visto.
-No pueden creer en algo que no puedan entender- dijo Eriol- para ellos la magia no existe, es sólo una fantasía que empezó hace muchos años. Y lo bueno es que a veces hay personas que se han topado con ella sin que tuvieran el conocimiento de que esto ocurría.
Ahora ya habían entrado en el tren que los esperaba y poco a poco se puso en marcha para llegar a su objetivo: el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. El viaje fue muy tranquilo. Cuando el tren se paró bajaron de él y se encontraron frente a un gran castillo medieval.
Poco a poco vieron a una figura que se acercaba. Era un hombre muy grande y fornido con una espesa y despeinada barba que le cubría la cara.
-Hola Hagrid- dijo Eriol saludando al hombre- ellos son los señores Li, sabes que Dumbeldore espera nuestra llegada.
-Lo sé Eriol- dijo Hagrid- he venido hasta aquí para conduciros hasta el despacho de Dumbeldore.- luego miró a los señores Li con una sonrisa- Mucho gusto en conocerles, espero que su estancia aquí sea muy grata.
Sakura y Shaoran inclinaron un poco la cabeza correspondiendo al saludo que les había hecho el gigante. Se lo quedaron mirando con una cara que mostraba una gran desconfianza.
Hagrid quedó sorprendido al ver la actitud de los dos jóvenes. Su mirada era fría como el hielo y en ningún momento vio algo que se pareciera a una sonrisa.
Eriol sonrió para sí mismo cuando vio la cara de perplejidad que puso Hagrid debido al comportamiento de sus dos amigos. Él sabia que ellos se comportaban así con todo el mundo, esa actitud les daba un toque de misterio y a la vez les hacía ganarse el respeto (y muchas veces también atemorizaban) de todos. En ellos se podía ver la forma de actuar de un buen líder de clan: fríos, calculadores, sin mostrar en ningún momento algún signo de debilidad ni miedo; además de eso, tenían una poderosa aura que los rodeaba, aunque nadie en Occidente era capaz de sentirla.
Hagrid los condujo hacia el interior del gran castillo y pasaron por diferentes pasadizos y escaleras. Cuando llegaron a una gran estatua de un fénix se pararon. Hagrid indicó a los demás que se subieran a ella e inmediatamente la estatua empezó a subir hasta llegar a una hermosa puerta.
-Aquí se encuentra el despacho del señor Dumbeldore- indicó Hagrid- él me ha dicho que entres con ellos- le dijo a Eriol.
-Muy bien- dijo Eriol sondiendo- gracias por acompañarnos Hagrid. ¿Nos esperarás aquí fuera verdad?. Es que ya no me acuerdo del camino y además a las escaleras les gusta demasiado eso de moverse adónde quieren.
-Por supuesto Eriol- dijo Hagrid a carcajadas- Supongo que el señor Dumbeldore querrá presentar el resto del lugar a nuestros invitados. ¿Quién mejor que yo para eso? Conozco todos sus rincones.
Dicho esto, Eriol tocó a la puerta, de dentro se oyó una voz que les dio permiso para entrar. La habitación era muy grande y estaba repleta de estanterías con libros. También había algunos objetos extraños. En las paredes había montones de cuadros que, como todos los que había en el castillo, se movían libremente.
En el centro de la estancia había una mesa muy grande. Al lado de ella se encontraba una percha de cristal donde se apoyaba un hermoso fénix que les observaba luciendo su hermoso plumaje de fuego. Por último, detrás de la mesa había un hombre sonriente. Tenía el pelo y la barga largos y blancos como la nieve. Los miraba a través de unos lentes pequeños que se apoyaban en su nariz.
El hombre se levantó y les indicó que se sentaran en las tres sillas que estaban colocadas frente a él.
-Señor Dumbeldore- saludó Eriol- permítame presentarle a los señores del clan Li. Ella es Li Sakura, Señora de las Cartas; él es Li Shaoran, Señor de los elementos y jefe del Concilio de Hechiceros de Oriente.
-Mucho gusto en conocerles, señor y señora Li- dijo Dumbeldore sonriendo- conozco la misión que debéis llevar a cabo. Eriol ya me ha explicado los problemas que han tenido recientemente.
-Es un placer conocerle- dijo Shaoran mirando fijamente a Dumbeldore- Eriol también nos ha explicado muchas cosas sobre el colegio Hogwarts.
-Es un honor para nosotros que usted nos haya admitido en su colegio- repuso Sakura- si trabajamos juntos esperemos que podamos terminar con esto antes de que empiece la batalla.
-Nunca se tiene que perder la esperanza señora Li- dijo Dumbeldore mirando unos documentos que se encontraban encima de su escritorio- No sé si tenemos suficiente tiempo, pero vamos a intentarlo. Para eso han venido aquí, ¿no?
-Así es- respondió Shaoran- y ya que nos encontramos aquí podemos aprender a utilizar la magia occidental. Ése es el conocimiento que nos falta.
-Espero que en mi colegio podáis satisfacer ese deseo de aprender- dijo Dumbeldore- Miren, he encontrado estos documentos indagando hasta el último rincón de la biblioteca. Aquí se narra unos hechos ocurridos hace mucho tiempo, en el tiempo en que los dioses antiguos aún habitaban este mundo. Me ha parecido que les gustaría echar un vistazo- dijo tendiéndoles las hojas amarillentas.
Sakura, Shaoran y Eriol cogieron las hojas y se sorprendieron al ver que era una escritura muy antigua. Como los tres la conocían, pudieron leer el contenido de ellas.
Se tiñe el Ásgard con roja sangre;
negro será el sol en el verano,
y el clima, espantoso.
Garm aúlla ante Gripahell,
romperá los nudos y correrá el lobo;
sé muchos conjuros, más allá veo aún
el duro destino de los dioses triunfantes.
Lucharán los hermanos y se habrán de matar,
los primos hermanos cometen incesto,
terrible es el mundo, hay gran adulterio;
días de lanzas y espadas, se raja el escudo,
días de tormenta y lobos, se hunde el mundo,
no habrá hombre ninguno que a otro respete.
Fulgura la espada del dios de los muertos:
las montañas chocan, los monstruos se derrocan,
pisan las vías de Hel, y el cielo se raja.
El sol se oscurece, se hunde la tierra en el mar,
se agitan del cielo las brillantes estrellas;
surge vapor furioso, el fuego se alza,
y llega el calor hasta el mismo cielo.
Pero ve surgir por segunda vez
la tierra del mar, para siempre verde;
caen cascadas, se remonta el águila
que en las montañas cazará los peces.
Vendrá entonces el reino en el juicio final,
llegará poderoso quién todo lo rige.
Llegará volando el oscuro dragón,
la sierpe brillante, desde Nidafjöll;
llevará en sus plumas los muertos a Nidhögg.
Allí se hundirá.
-Entonces era eso- dijo Sakura de repente- Shaoran, ¿no te parece familiar?- preguntó a su marido.
-Es el sueño que tuviste hace más o menos un mes- contestó Shaoran mientras su mirada se ensombrecía- Entonces, ¿es una profecía?.
-Aún no estoy seguro señor Li- le dijo Dumbeldore- Hay que tener en cuanta que esto pasó hace mucho tiempo. De aquél cataclismo surgió la nueva tierra, que es la que existe actualmente. Pero cuando vi el pergamino sentí una energía extraña que provenía de él.
-Esa vez fue obra del destino- dijo Eriol- los dioses se dejaron ir por sus pasiones y no gobernaban el mundo como era debido, por ello les llegó su fin. Pero ahora la situación es muy diferente, no sabemos a lo que debemos atendernos, ya que esta vez el destino no tiene nada que ver en ello.
-Lo que dices es muy cierto Eriol- dijo Dumbeldore mesándose la barba y con la mirada pensativa- Aunque también podemos estar equivocados y que esto no signifique nada. Pero el sueño de la señora Li me hace dudar.
-Si las fuerzas de la oscuridad se vuelven a unir como entonces- dijo Shaoran muy serio- bien podría pasar algo parecido otra vez, aunque los que hayan planeado esto no tengan en cuenta esta posibilidad ni conozcan los sucesos que pasaron hace tanto tiempo.
-Tenemos que prepararnos bien- dijo Dumbeldore- ellos no actuarán hasta que tengan la fuerza suficiente. Creo que lo mejor será que sigamos investigando este asunto y aclaremos las dudas e interrogantes que se nos presenten. Haremos una vida normal y seguiremos con la rutina. Tendremos reunión en mi despacho de tanto en tanto para seguir trabajando. ¿Les parece bien?.
-Sí, estoy de acuerdo- dijo Shaoran a la vez que Sakura y Eriol inclinaban su cabeza como señal de aceptar la propuesta- Por cierto, ¿con qué fuerzas contamos en Occidente?
-Supongo que Eriol les habrá comentado sobre la Orden del Fénix, organización que yo mismo fundé- le contestó Dumbeldore- Además, en el Ministerio de Magia podríamos encontrar a algunas personas bastante competentes, pero desafortunadamente allí no hay muchos que están dispuestos a arriesgarlo todo para luchar. Me gustaría que aceptaran mi propuesta de entrar a formar parte de dicha orden.
-Aceptamos su ofrecimiento- dijo Sakura después de una afirmación de Shaoran.
-Ya se ha hablado bastante de cosas serias aquí- repuso Dumbeldore de nuevo con su gran sonrisa y acariciando a Fawkes, su fénix- Dentro de tres días empieza en curso, les espero hasta entonces.
Diciendo esto se levantó y los acompañó hacia la puerta donde se encontraron a Hagrid esperando.
-Hagrid, ¿podrías llevar a nuestros invitados a dar un paseo por el colegio?.
-Claro que sí señor Dumbeldore- respondió Hagrid.
-Pues bien, nos vemos. De nuevo es un placer tenerlos aquí señores Li- dijo el sonriente anciano.
-Igualmente- contestó Shaoran.
Hagrid les llevó por un recorrido a lo largo de todo el colegio. El tiempo fue pasando y empezó a anochecer, entonces Eriol dijo que era mejor que se marcharan para ver que tal iban Nakuru y Spinel Sun. Hagrid de despidió de ellos.
Durante el camino de vuelta los tres tenían sus semblantes muy serios y pensativos después de todo lo que les habían explicado ese día. Las noticias no eran muy alentadoras. Una vez que llegaron a casa de Eriol empezaron a cenar y luego se retiraron a sus habitaciones para dormir.
Sakura y Shaoran convencieron a Eriol para que durante los dos días que faltaban para el inicio del curso les empezara a enseñar algunos hechizos y conjuros. Pudieron comprobar que no eran muy difíciles y que con un poco de práctica no les costaría ningún esfuerzo realizarlos correctamente.
* * * * * * * * *
Notas de la autora. He vuelto!!!! Parece imposible pero es cierto! Aún estoy por aquí, me niego a desaparecer del mapa, JAJAJAJA.
Sobre este capítulo tengo que hacer dos aclaraciones importantes: La primera es que no me he leído el nuevo libro de Harry Potter, aunque en mi historia he incluido a la Orden del Fénix. Sé lo mismo que saben todos los que no tienen ni idea de lo que va a pasar, así que si escribo sobre algo que no coincide de ninguna forma con el libro (por si alguien ha leído algo de él) supongo que sabréis perdonarme, ¿no?
Y la segunda aclaración. Por lo que respeta a la profecía, pertenece a la mitología nórdica. Me encanta la mitología y hace un tiempo llegaron a mis manos algunos textos mitológicos. Este en concreto es una selección de un texto muy largo y hermoso que se titula Völupsá o Profecía de la vidente, habla de cómo surgió el mundo y las diferentes razas que viven en él y en el final explica la destrucción de este mismo mundo por culpa de los dioses, de los cuáles la mayoría desaparecerán en él.
También tengo otra noticia. Hasta ahora he intentado actualizar con poco margen de tiempo, pero siento mucho deciros que el próximo capítulo tardará un poco más de tiempo, porque...... ¡me voy de viaje!!! tengo tantas ganas, jejeje. Aún así intentaré que la espera no se a muy larga.
Quiero dar las gracias a Sayuki y a Dernix ¡gracias por leer mi historia! Aprecio mucho vuestras opiniones, espero no decepcionaros, daré lo mejor de mí para hacer una historia interesante. Jeje, me parece que no me cansaré nunca de daros las gracias...
Una vez dicho eso, sólo me falta decir que podéis seguir mandándome vuestros comentarios y opiniones sobre la historia. Poco a poco le voy cogiendo cariño a mi historia, espero que podáis disfrutar con ella.
Capítulo III
-A ver, espero no haber llegado tarde- dijo un joven de 18 años mirando la gran pantalla que había enfrente suyo donde indicaba los vuelos que iban llegando.
Este chico era Eriol Hiraguizawa. Era alto con unos ojos azules que se veían a través de los cristales de las gafas que llevaba.
Había ido al aeropuerto a recoger a los señores del clan Li. Los tres eran viejos conocidos. Conocía a Sakura y Shaoran y sabía por lo que habían pasado. Su carácter era el mismo de siempre, era muy burlón pero estaba rodeado de una extraña aura de misterio.
Hacía un año que había sido avisado por Albus Dumbeldore quién le ofreció un puesto como profesor en su colegio. Después de pensarlo durante un tiempo decidió aceptar, él ahora era el profesor de Defensa contra las Artes Oscuras y, aunque pareciera extraño después de los diferentes hechos ocurridos en Hogwarts, este ya sería el segundo año consecutivo en su puesto.
Cuando él llegó al colegio como nuevo profesor, observó como todo el mundo hacía apuestas sobre si duraría más de un año. Al principio, todos se sorprendieron de su edad, ¡los alumnos del último curso tenían un año más que él! ... pero si Dumbeldore le había llamado debía ser por algo.
Pronto todos se dieron cuenta que hacía muy bien su trabajo, incluso mejor que algunos de los profesores que habían pasado recientemente por allí.
Además de ejercer como profesor, Eriol tenía otra misión para la que Dumbeldore le llamó expresamente. Entró a formar parte de la llamada Orden del Fénix, destinada a combatir las fuerzas de la oscuridad que tenían como cabeza visible a Voldemort. En dicha orden se encontraban los magos y hechiceros más poderosos de Occidente dispuestos a luchar contra Lord Voldemort, esta orden cada vez era más poderosa e iba creciendo en número.
-Muy bien, ya han llegado- dijo sonriente Eriol al ver dos figuras que atravesaban la puerta por donde entraban los pasajeros que habían llegado al aeropuerto- Buenos días- dijo una vez que llegó a dónde se encontraban ellos- ¿qué tal el viaje?.
-Buenos días Eriol- dijo Sakura- el viaje bien, un poco largo pero aquí estamos.
-¿Cuándo nos llevarás a Hogwarts?- preguntó Shaoran con su semblante siempre serio.
-Primero vamos a mi casa a descansar y a comer- contestó Eriol- hay dos personas que tienen muchas ganas de veros. Después de comer iremos a Hogwarts.
-De acuerdo entonces- dijo Shaoran.
Se dispusieron a salir del aeropuerto y entraron en el coche de Eriol, cuando habían pasado unos 30 minutos llegaron a la puerta de una enorme mansión. Una vez que el vehículo paró el motor, cogieron sus cosas y subieron las escaleras hacia la gran puerta que tenían delante.
Al entrar al edificio vieron que había dos figuras que les esperaban. Una era una chica que traía una gran sonrisa y la otra era como una pequeña pantera color negro con unas alas muy graciosas.
Sakura y Shaoran les reconocieron enseguida. La chica fue corriendo a abrazarlos y la pequeña pantera empezó a revolotear a su alrededor. Los dos jóvenes se sorprendieron ante tal muestra de cariño. Nunca nadie se había atrevido a hacerles eso, ya que sabían que serían automáticamente castigados por ello.
-Nakuru, Spinel Sun, ya basta de atosigar a nuestros invitados- dijo Eriol sin perder su sonrisa ni un momento- sabéis que tenemos asuntos importantes a tratar y después de un viaje tan largo se deben recuperar fuerzas.
Una vez dicho eso, Nakuru y Spinel Sun obedecieron a las palabras de su amo. Eriol realizó un pequeño movimiento de muñeca y en la mesa que estaba cerca apareció todo lo necesario para que pudieran darse una buena comida. Todos se sentaron alrededor de la mesa y empezaron a comer.
-Y bien, Eriol- preguntó Sakura- ¿qué tal va todo por aquí?.
-Pues la verdad es que no muy mal.- respondió Eriol- Cuando entré como profesor en Hogwarts cambié mi rutina. Ahora ya no soy una persona independiente, tengo a otras personas a mi lado para luchar contra la oscuridad. He entrado a formar parte de la Orden del Fénix, pero ya se os aclarará todo esto cuando vayamos al despacho del señor Dumbeldore- luego miró a Sakura y Shaoran con una mirada maliciosa- ¿Y para cuándo los niños? Quiero tener muchos pequeños a mi alrededor que llamen al tío Eriol.
Sakura y Shaoran lo miraron sonriendo, siempre sabía cómo quitar tensión en un momento determinado. Con Eriol no tenían que actuar como si les separara una pared de hielo, pues él lo sabía todo de ellos.
Después de todo el tiempo que había pasado, la reencarnación de Clow era la única persona a la que consideraban un amigo. Él sabía en todo momento lo que les pasaba por la mente y podía leer sus miradas inexpresivas y frías.
-Todo a su debido tiempo Eriol- dijo Shaoran - eso llegará en el momento adecuado. Como sabes, en estos momentos los tiempos no son propicios.
-¿Y qué hay de ti?- dijo Sakura riendo por la carita de inocente que puso Eriol ante esta pregunta- es que nunca dejarás de ser un conquistador, ¿eh?.
-Exactamente- dijo Eriol poniendo cara de interesante.
Los tres siguieron conversando animadamente durante una hora. Cuando este tiempo pasó, Nakuru se les acercó.
-Ya es la hora, amo Eriol- dijo ella mirando fijamente a su amo.
-Pues bien, nos vamos a Hogwarts- dijo Eriol mirando a sus acompañantes que se levantaron enseguida de las sillas donde se sentaban minutos atrás- Nakuru cuida de la casa mientras estamos fuera. Spinel cuida a Nakuru que no haga ninguna tontería, ¿de acuerdo?.
-Sí amo Eriol- contestaron los dos.
Se veía como Nakuru estaba un poco molesta por las palabras que había dicho su amo pero pronto las olvidó y ya no pensó más en ellas.
Los chicos empezaron a andar a través de las calles de Londres, mientras tanto Eriol les explicaba la historia de Hogwarts y cómo funcionaba el colegio. Los alumnos se dividían en cuatro casas que correspondían a los cuatro fundadores del colegio y en cada una de ellas se valoraban unas cualidades diferentes.
También les indicó las asignaturas que se impartían allí y les habló un poco de cada profesor, del Quidditch y todas las cosas que era importante que supieran sobre su nuevo 'hogar'.
-Mirad, hemos llegado a la estación- dijo Eriol señalando el gran edificio que tenían enfrente.
La estación era muy grande y estaba muy concurrida de personas que iban y venían. Entraron dentro y siguieron a Eriol que buscaba el andén que les correspondía, el número nueve y tres cuartos.
Sakura y Shaoran observaban atentamente a su alrededor. Eriol les había explicado que en Occidente casi nadie creía en la magia. Tenían un nombre para las personas que no poseían ningún tipo de magia... ¿cómo era esa palabra?... oh!, muggels, eso era. Tardarían un poco en acostumbrarse a todo ello.
Otro tema era el de las varitas. Ellos no las necesitaban, al igual que el propio Eriol, puesto que podían canalizar su magia tranquilamente sin la necesidad de algún objeto especial. Esta habilidad la habían adquirido gracias a un duro entrenamiento al que fueron expuestos. Siempre es más fácil realizar magia sin tener que estar pendientes de algún objeto en particular. Aún así a veces utilizaban su espada para pelear y realizar hechizos.
-Nuestro andén se encuentra detrás de esa pared- dijo Eriol.
Entonces los tres atravesaron la pared vigilando para que nadie les viera hacer eso. Eriol les explicó que debían tomar muchas precauciones para que ningún muggle les viera realizando magia, si esto ocurría les causaría una gran conmoción ya que se asustarían por lo que hubieran visto.
-No pueden creer en algo que no puedan entender- dijo Eriol- para ellos la magia no existe, es sólo una fantasía que empezó hace muchos años. Y lo bueno es que a veces hay personas que se han topado con ella sin que tuvieran el conocimiento de que esto ocurría.
Ahora ya habían entrado en el tren que los esperaba y poco a poco se puso en marcha para llegar a su objetivo: el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. El viaje fue muy tranquilo. Cuando el tren se paró bajaron de él y se encontraron frente a un gran castillo medieval.
Poco a poco vieron a una figura que se acercaba. Era un hombre muy grande y fornido con una espesa y despeinada barba que le cubría la cara.
-Hola Hagrid- dijo Eriol saludando al hombre- ellos son los señores Li, sabes que Dumbeldore espera nuestra llegada.
-Lo sé Eriol- dijo Hagrid- he venido hasta aquí para conduciros hasta el despacho de Dumbeldore.- luego miró a los señores Li con una sonrisa- Mucho gusto en conocerles, espero que su estancia aquí sea muy grata.
Sakura y Shaoran inclinaron un poco la cabeza correspondiendo al saludo que les había hecho el gigante. Se lo quedaron mirando con una cara que mostraba una gran desconfianza.
Hagrid quedó sorprendido al ver la actitud de los dos jóvenes. Su mirada era fría como el hielo y en ningún momento vio algo que se pareciera a una sonrisa.
Eriol sonrió para sí mismo cuando vio la cara de perplejidad que puso Hagrid debido al comportamiento de sus dos amigos. Él sabia que ellos se comportaban así con todo el mundo, esa actitud les daba un toque de misterio y a la vez les hacía ganarse el respeto (y muchas veces también atemorizaban) de todos. En ellos se podía ver la forma de actuar de un buen líder de clan: fríos, calculadores, sin mostrar en ningún momento algún signo de debilidad ni miedo; además de eso, tenían una poderosa aura que los rodeaba, aunque nadie en Occidente era capaz de sentirla.
Hagrid los condujo hacia el interior del gran castillo y pasaron por diferentes pasadizos y escaleras. Cuando llegaron a una gran estatua de un fénix se pararon. Hagrid indicó a los demás que se subieran a ella e inmediatamente la estatua empezó a subir hasta llegar a una hermosa puerta.
-Aquí se encuentra el despacho del señor Dumbeldore- indicó Hagrid- él me ha dicho que entres con ellos- le dijo a Eriol.
-Muy bien- dijo Eriol sondiendo- gracias por acompañarnos Hagrid. ¿Nos esperarás aquí fuera verdad?. Es que ya no me acuerdo del camino y además a las escaleras les gusta demasiado eso de moverse adónde quieren.
-Por supuesto Eriol- dijo Hagrid a carcajadas- Supongo que el señor Dumbeldore querrá presentar el resto del lugar a nuestros invitados. ¿Quién mejor que yo para eso? Conozco todos sus rincones.
Dicho esto, Eriol tocó a la puerta, de dentro se oyó una voz que les dio permiso para entrar. La habitación era muy grande y estaba repleta de estanterías con libros. También había algunos objetos extraños. En las paredes había montones de cuadros que, como todos los que había en el castillo, se movían libremente.
En el centro de la estancia había una mesa muy grande. Al lado de ella se encontraba una percha de cristal donde se apoyaba un hermoso fénix que les observaba luciendo su hermoso plumaje de fuego. Por último, detrás de la mesa había un hombre sonriente. Tenía el pelo y la barga largos y blancos como la nieve. Los miraba a través de unos lentes pequeños que se apoyaban en su nariz.
El hombre se levantó y les indicó que se sentaran en las tres sillas que estaban colocadas frente a él.
-Señor Dumbeldore- saludó Eriol- permítame presentarle a los señores del clan Li. Ella es Li Sakura, Señora de las Cartas; él es Li Shaoran, Señor de los elementos y jefe del Concilio de Hechiceros de Oriente.
-Mucho gusto en conocerles, señor y señora Li- dijo Dumbeldore sonriendo- conozco la misión que debéis llevar a cabo. Eriol ya me ha explicado los problemas que han tenido recientemente.
-Es un placer conocerle- dijo Shaoran mirando fijamente a Dumbeldore- Eriol también nos ha explicado muchas cosas sobre el colegio Hogwarts.
-Es un honor para nosotros que usted nos haya admitido en su colegio- repuso Sakura- si trabajamos juntos esperemos que podamos terminar con esto antes de que empiece la batalla.
-Nunca se tiene que perder la esperanza señora Li- dijo Dumbeldore mirando unos documentos que se encontraban encima de su escritorio- No sé si tenemos suficiente tiempo, pero vamos a intentarlo. Para eso han venido aquí, ¿no?
-Así es- respondió Shaoran- y ya que nos encontramos aquí podemos aprender a utilizar la magia occidental. Ése es el conocimiento que nos falta.
-Espero que en mi colegio podáis satisfacer ese deseo de aprender- dijo Dumbeldore- Miren, he encontrado estos documentos indagando hasta el último rincón de la biblioteca. Aquí se narra unos hechos ocurridos hace mucho tiempo, en el tiempo en que los dioses antiguos aún habitaban este mundo. Me ha parecido que les gustaría echar un vistazo- dijo tendiéndoles las hojas amarillentas.
Sakura, Shaoran y Eriol cogieron las hojas y se sorprendieron al ver que era una escritura muy antigua. Como los tres la conocían, pudieron leer el contenido de ellas.
Se tiñe el Ásgard con roja sangre;
negro será el sol en el verano,
y el clima, espantoso.
Garm aúlla ante Gripahell,
romperá los nudos y correrá el lobo;
sé muchos conjuros, más allá veo aún
el duro destino de los dioses triunfantes.
Lucharán los hermanos y se habrán de matar,
los primos hermanos cometen incesto,
terrible es el mundo, hay gran adulterio;
días de lanzas y espadas, se raja el escudo,
días de tormenta y lobos, se hunde el mundo,
no habrá hombre ninguno que a otro respete.
Fulgura la espada del dios de los muertos:
las montañas chocan, los monstruos se derrocan,
pisan las vías de Hel, y el cielo se raja.
El sol se oscurece, se hunde la tierra en el mar,
se agitan del cielo las brillantes estrellas;
surge vapor furioso, el fuego se alza,
y llega el calor hasta el mismo cielo.
Pero ve surgir por segunda vez
la tierra del mar, para siempre verde;
caen cascadas, se remonta el águila
que en las montañas cazará los peces.
Vendrá entonces el reino en el juicio final,
llegará poderoso quién todo lo rige.
Llegará volando el oscuro dragón,
la sierpe brillante, desde Nidafjöll;
llevará en sus plumas los muertos a Nidhögg.
Allí se hundirá.
-Entonces era eso- dijo Sakura de repente- Shaoran, ¿no te parece familiar?- preguntó a su marido.
-Es el sueño que tuviste hace más o menos un mes- contestó Shaoran mientras su mirada se ensombrecía- Entonces, ¿es una profecía?.
-Aún no estoy seguro señor Li- le dijo Dumbeldore- Hay que tener en cuanta que esto pasó hace mucho tiempo. De aquél cataclismo surgió la nueva tierra, que es la que existe actualmente. Pero cuando vi el pergamino sentí una energía extraña que provenía de él.
-Esa vez fue obra del destino- dijo Eriol- los dioses se dejaron ir por sus pasiones y no gobernaban el mundo como era debido, por ello les llegó su fin. Pero ahora la situación es muy diferente, no sabemos a lo que debemos atendernos, ya que esta vez el destino no tiene nada que ver en ello.
-Lo que dices es muy cierto Eriol- dijo Dumbeldore mesándose la barba y con la mirada pensativa- Aunque también podemos estar equivocados y que esto no signifique nada. Pero el sueño de la señora Li me hace dudar.
-Si las fuerzas de la oscuridad se vuelven a unir como entonces- dijo Shaoran muy serio- bien podría pasar algo parecido otra vez, aunque los que hayan planeado esto no tengan en cuenta esta posibilidad ni conozcan los sucesos que pasaron hace tanto tiempo.
-Tenemos que prepararnos bien- dijo Dumbeldore- ellos no actuarán hasta que tengan la fuerza suficiente. Creo que lo mejor será que sigamos investigando este asunto y aclaremos las dudas e interrogantes que se nos presenten. Haremos una vida normal y seguiremos con la rutina. Tendremos reunión en mi despacho de tanto en tanto para seguir trabajando. ¿Les parece bien?.
-Sí, estoy de acuerdo- dijo Shaoran a la vez que Sakura y Eriol inclinaban su cabeza como señal de aceptar la propuesta- Por cierto, ¿con qué fuerzas contamos en Occidente?
-Supongo que Eriol les habrá comentado sobre la Orden del Fénix, organización que yo mismo fundé- le contestó Dumbeldore- Además, en el Ministerio de Magia podríamos encontrar a algunas personas bastante competentes, pero desafortunadamente allí no hay muchos que están dispuestos a arriesgarlo todo para luchar. Me gustaría que aceptaran mi propuesta de entrar a formar parte de dicha orden.
-Aceptamos su ofrecimiento- dijo Sakura después de una afirmación de Shaoran.
-Ya se ha hablado bastante de cosas serias aquí- repuso Dumbeldore de nuevo con su gran sonrisa y acariciando a Fawkes, su fénix- Dentro de tres días empieza en curso, les espero hasta entonces.
Diciendo esto se levantó y los acompañó hacia la puerta donde se encontraron a Hagrid esperando.
-Hagrid, ¿podrías llevar a nuestros invitados a dar un paseo por el colegio?.
-Claro que sí señor Dumbeldore- respondió Hagrid.
-Pues bien, nos vemos. De nuevo es un placer tenerlos aquí señores Li- dijo el sonriente anciano.
-Igualmente- contestó Shaoran.
Hagrid les llevó por un recorrido a lo largo de todo el colegio. El tiempo fue pasando y empezó a anochecer, entonces Eriol dijo que era mejor que se marcharan para ver que tal iban Nakuru y Spinel Sun. Hagrid de despidió de ellos.
Durante el camino de vuelta los tres tenían sus semblantes muy serios y pensativos después de todo lo que les habían explicado ese día. Las noticias no eran muy alentadoras. Una vez que llegaron a casa de Eriol empezaron a cenar y luego se retiraron a sus habitaciones para dormir.
Sakura y Shaoran convencieron a Eriol para que durante los dos días que faltaban para el inicio del curso les empezara a enseñar algunos hechizos y conjuros. Pudieron comprobar que no eran muy difíciles y que con un poco de práctica no les costaría ningún esfuerzo realizarlos correctamente.
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Notas de la autora. He vuelto!!!! Parece imposible pero es cierto! Aún estoy por aquí, me niego a desaparecer del mapa, JAJAJAJA.
Sobre este capítulo tengo que hacer dos aclaraciones importantes: La primera es que no me he leído el nuevo libro de Harry Potter, aunque en mi historia he incluido a la Orden del Fénix. Sé lo mismo que saben todos los que no tienen ni idea de lo que va a pasar, así que si escribo sobre algo que no coincide de ninguna forma con el libro (por si alguien ha leído algo de él) supongo que sabréis perdonarme, ¿no?
Y la segunda aclaración. Por lo que respeta a la profecía, pertenece a la mitología nórdica. Me encanta la mitología y hace un tiempo llegaron a mis manos algunos textos mitológicos. Este en concreto es una selección de un texto muy largo y hermoso que se titula Völupsá o Profecía de la vidente, habla de cómo surgió el mundo y las diferentes razas que viven en él y en el final explica la destrucción de este mismo mundo por culpa de los dioses, de los cuáles la mayoría desaparecerán en él.
También tengo otra noticia. Hasta ahora he intentado actualizar con poco margen de tiempo, pero siento mucho deciros que el próximo capítulo tardará un poco más de tiempo, porque...... ¡me voy de viaje!!! tengo tantas ganas, jejeje. Aún así intentaré que la espera no se a muy larga.
Quiero dar las gracias a Sayuki y a Dernix ¡gracias por leer mi historia! Aprecio mucho vuestras opiniones, espero no decepcionaros, daré lo mejor de mí para hacer una historia interesante. Jeje, me parece que no me cansaré nunca de daros las gracias...
Una vez dicho eso, sólo me falta decir que podéis seguir mandándome vuestros comentarios y opiniones sobre la historia. Poco a poco le voy cogiendo cariño a mi historia, espero que podáis disfrutar con ella.
