DÍAS OSCUROS
Capítulo V
El sol empezó a bañar los muros de Hogwarts, al mismo tiempo que todos sus inquilinos se iban despertando perezosamente para empezar con la rutina de las clases.
El profesor Dumbeldore que ya hacía rato que se había levantado iba paseando tranquilamente por las diferentes estancias del gran edificio. Todos los detalles le traían muchos recuerdos, éste era su hogar desde mucho tiempo atrás. Fue en este colegio donde él participó como alumno, más tarde fue profesor y ahora ya era su director. ¿Cuánto tiempo más se quedaría en su puesto de director?. Eso no lo sabía nadie, aunque él empezaba a sospechar que su tiempo terminaría pronto. Ya era hora de dar paso a las siguientes generaciones.
Mirando a través de una ventana vio como cerca del bosque había una especie de caja de cristal que ocupaba un gran terreno. Dentro había dos figuras que estaban luchando con espadas. Al ver esta escena, el profesor Dumbeldore se miró su reloj que llevaba guardado dentro de la túnica, éste señalaba las siete y media de la mañana, dentro de media hora todos se levantarían para ir a comer su desayuno antes de empezar las clases. Luego emprendió el camino que llevaba hasta la escena que había observado por la ventana.
-Veo que ya han encontrado un buen lugar para su entrenamiento- dijo el director cuando llegó a la barrera de cristal.
Entonces esas dos figuras pararon su pelea y miraron hacia el director. En seguida hicieron desaparecer sus espadas y la caja de cristal que los envolvía.
-Espero que no haya sido mucha molestia- dijo Shaoran-. Nos hemos envuelto con una barrera para que no se puedan ver ni sentir nuestros hechizos o nuestras auras de combate.
-Podéis estar tranquilos y entrenar cada día si así lo deseáis- le contestó Dumbeldore- esa barrera realmente es muy eficaz. Ni yo me habría dado cuenta de lo que hacían si no los hubiera visto por una ventana. Pero será mejor que se cambien y entren en el colegio, dentro de treinta minutos se sirve la comida ya las nueve empiezan las clases.
-Gracias- le dijo Sakura- ahora nos vamos a nuestra habitación a prepararnos.
-Y otra cosa- dijo de nuevo el profesor Dumbeldore mientras se iba alejando de ellos- antes que se me olvide les comunico que este sábado los presentaré ante la Orden del Fénix. A las doce de la noche en mi despacho.
-No se preocupe, allí estaremos- respondió Shaoran.
Una vez terminada la conversación ellos también fueron andando hasta entrar en el edificio para luego ir a su habitación a cambiarse de ropa. Cuando llegaron vieron el cuadro que les tapaba la entrada para pedirles la contraseña. Este cuadro representaba a un guerrero medieval con su armadura resplandeciente y subido en un hermoso caballo negro. Cuando el guerrero vio cómo se acercaban empezó a temblar y decidió abrirles la puerta sin que ellos se tuvieran que molestar en decir la contraseña.
Entraron en la sala común de Slytherin y vieron como no se había levantado nadie aún. Fueron silenciosamente a su habitación, que estaba un poco más apartada de las demás, y allí se cambiaron su ropa de entrenamiento por otra de limpia. Terminado este proceso fueron hasta el gran salón donde se sentaron en la mesa que les correspondía. Allí se encontraban algunos alumnos charlando animosamente con otros o comiendo.
Cuando entraron todas las miradas se posaron en ellos, aunque intentaban que no se notara mucho su interés. Sakura y Shaoran eran conscientes de la expectación que habían levantado, aunque siguieron ajenos a ello.
No vestían con las túnicas que llevaban todos los alumnos de Hogwarts y ni siquiera se habían molestado en ponerse el emblema de Slytherin, que era una serpiente. Para dejar bien claro su estatus habían traído sus diferentes trajes, aunque para los demás alumnos no eran más que ropas extrañas y no entendían la importancia que tenían. En la inauguración del curso habían sido presentados con el traje ceremonial del clan Li. A parte de este, tenían la ropa de entrenamiento y diferentes modelos para llevar cada día que siempre llevaban en conjunto, siempre llevaban ropas chinas. Toda su ropa, sin ninguna excepción, llevaba el símbolo de su clan en color dorado.
Mientras comían nadie se atrevió a decirles nada. Aún no habían abierto la boca desde que habían llegado a este sitio. De pronto vieron como un chico rubio se acercó a ellos.
-Creo que aún no se me han presentado- dijo el chico con aires de suficiencia- yo soy Draco Malfoy, prefecto de Slytherin y el jefe de toda nuestra casa.
Tanto Sakura como Shaoran hicieron caso omiso de estas palabras y siguieron comiendo sin ni siquiera levantar su vista hacia la persona que les estaba hablando. Ante esta actitud de los dos jóvenes, Draco empezó a molestarse.
-Me estoy cansando de vuestra actitud- volvió a hablar Darco, aunque esta vez con una voz que mostraba su enfado-. Sois unos novatos y pronto aprenderéis a respetar mis leyes... ¡yo soy el amo de Slytherin!. Tengo todo tipo de recursos para destruiros si me da la gana.
Lo último lo había dicho gritando. Todo el salón siguió en silencio el curso de esta conversación.
Sin inmutarse ante las palabras insultantes de Draco Malfoy, Sakura levantó lentamente sus ojos y lo miró fijamente. Al sentir sus ojos penetrantes, Draco tuvo la sensación que le advertía que no siguiera por ese camino porque no le llevaría a un lugar muy bueno para él. Aún sintiéndose desfallecer ante la mirada desarmadora de Sakura, él agrupó todo su orgullo y volvió a la carga.
-Al final veo que uno de vosotros ha entendido bien mis palabras- dijo con su sonrisa fingida hacia Sakura que seguía mirando a Draco fijamente-. Ahora que ya has entrado formalmente a ser un Slytherin estaré encantado de enseñarte el colegio, preciosa. Puedes sentirte alabada ya que pocas veces acompaño a nuevos alumnos- dijo mientras se acercaba a tomar la mano de Sakura.
Al mismo tiempo que él había rozado ligeramente la mano de Sakura, Shaoran se levantó con un salto y lo golpeó con una patada certera que impactó en el pecho de Draco. Éste vio como era lanzado unos metros hacía atrás y cayó de espaldas dándose un fuerte golpe que lo dejó aturdido durante unos minutos. Luego Shaoran se levantó pesadamente y avanzó hacia él seguido por Sakura. Una vez a sus pies hizo aparecer su espada y con ella apuntó a la garganta de Draco.
Todos los alumnos ahogaron un grito al ver tal escena. Los de la casa de Slytherin miraban aterrados como su jefe estaba en un grave apuro, aún así no movieron ni un dedo. Todos los demás, aunque odiaban a Draco, no podían creer lo que estaba pasando. En el salón hubo un gran silencio, casi ni se oían las respiraciones de todos los que se encontraban ahí. Todas las miradas se encontraban fijas en aquél chico extraño que sostenía una hermosa espada que brillaba con el mango color negro con un dragón en colores verde y oro. Los ojos de Shaoran estaban llenos de furia.
-Nadie se atreve a tocar a mi esposa sin su permiso- se oyó la fuerte voz de Shaoran-. Te advierto que no habrá una próxima vez.
Diciendo eso su espada se apartó de la garganta de Draco y desapareció de repente. Draco aún estaba estupefacto en el suelo analizando las palabras que le había dedicado Shaoran. Ahora fue Sakura quién se le acercó y lo miró con un gran desprecio. -Desgraciado- fue la única palabra que salió de su boca.
Sakura yShaoran abandonaron la estancia aunque aún quedaban unos veinte minutos para empezar las clases.
Ellos ya se habían ido pero el salón permaneció en silencio durante unos cuantos minutos más pensando en la escena que acababan de presenciar. Durante todo este tiempo Draco aún no se había levantado del suelo. Luego empezó a incorporarse aún dolorido por el golpe que le había propinado Shaoran y se sentó en su silla. Al ver eso, todos volvieron a hablar y sin duda el tema más recurrido de las conversaciones era cómo el chico nuevo había golpeado a Malfoy.
Harry aún atónito por lo ocurrido minutos atrás miró su horario para ver que asignaturas tendría ese día. Una mueca de dolor apareció en su rostro al darse cuenta de un pequeño detalle.
-¡Mirad chicos!- exclamó mirando a Ron y a Hermione- este año todas nuestras clases coinciden con Slytherin ... no puede ser ¡vaya último curso! No sé si podré aguantarlo todo el año.
-¡Qué asco!- dijo Ron- ¿quién ha hecho este horario?. A ver, hoy tenemos Historia de la Magia y Transfiguración por la mañana y luego por la tarde nos toca Pociones y Defensa contra las Artes Oscuras.
-La verdad es que ya tenía ganas de empezar el nuevo curso- dijo Hermione muy emocionada- estaba aburrida de no hacer nada, aunque he aprovechado las vacaciones para leer algunos libros...
-Vale ya, Hermione- la interrumpió Harry- ¿qué tal si empezamos a ir a clase?.
-Cierto Harry- afirmó Ron- que aún llegaremos tarde el primer día de clase como nos ocurrió el primer año.
-Pero chicos- dijo Hermione- ¿es que no os interesa saber los libros que me he leído?.
-¡No!- dijeron a la vez Harry y Ron.
Hermione cruzó sus brazos sobre su pecho molesta y siguió a sus amigos hasta llegar a la clase donde tendrían la primera asignatura del día: Historia de la Magia.
Mientras se iba acercando la hora de empezar, todos los demás alumnos fueron llegando hasta ocupar completamente la clase. Como siempre, el grupo de Slytherin se sentaba en la parte derecha de la clase y Gryffindor en la izquierda. Encima de los pupitres ya tenían preparados los libros y pergaminos para tomar apuntes.
Así estaba todo cuando el profesor hizo su aparición con muchos pergaminos debajo el brazo. Se sentó en su puesto y observó atentamente su clase mirando por encima de sus gafas.
-Ahora mismo les repartiré el programa de nuestra asignatura para este curso- dijo con su aburrido tono de voz.
Después de decir esto, el profesor hizo aparecer una hoja en cada uno de los pupitres que se correspondía con el programa.
Harry observó el programa con poca atención. De siempre esa era una de las clases más aburridas pero no porque la materia no fuera interesante, sino porque el profesor era muy monótono. Nunca cambiaba el tono de voz y cuando explicaba la lección parecía que recitaba de memoria un discurso aprendido tiempo atrás. Ni él ni Ron habían conseguido mantenerse despiertos durante una clase entera y el hecho que la tuvieran a primera hora de la mañana no ayudaba mucho.
-Si no hay ninguna pregunta- siguió el profesor viendo que nadie iba a preguntar nada- empezaremos con el primer tema. Por expreso deseo del señor Dumbeldore se les dará algunas nociones sobre la Historia de la magia en Oriente y los pocos contactos que han existido entre Oriente y Occidente.
Eso sí era nuevo. Nunca habían entrado profundamente en temas acerca de la magia oriental. A Hermione se le iluminaron los ojos, ¡ya era hora de hacer algo diferente!. Pero a pesar de la alegría había ciertas cuestiones que la dejaban intranquila. ¿Por qué se había cambiado el programa especialmente para ese curso?. Ella sabía que nunca se había puesto mucho énfasis en conocer la magia de Oriente. Había algo extraño, lo presentía. Desde el principio había notado que todos se estaban preparando para algo que ocurriría pronto. Ella había estado muy pendiente de los pequeños detalles que observaba para intentar sacar alguna información.
No llevaban mucho tiempo en Hogwarts, de hecho ése era el segundo día, y ya se había percatado de diferentes cosas. En primer lugar, el cambio de atuendo del profesor Hiraguizawa. Nunca antes había llevado esa ropa y sabía que eso tenía que significar algo. Se acordaba que los demás profesores lo miraban con cierta sorpresa, como si se les hubiera revelado un importante secreto. El profesor Hiraguizawa era algo más que un simple profesor guapo que tenía a todas sus alumnas revolucionadas, además que llevaba a cabo su misión docente de una forma más que satisfactoria. La clave para entender este misterio se encontraba en la ropa que llevaba: los extraños símbolos del sol y la luna que aparecían en ella. Tendría que investigar sobre eso.
Otro misterio era la aparición de los señores Li. Notó como en su presentación eran saludados con un gran respeto, como si fueran personas muy importantes. La verdad es que parecían unos grandes señores por su actitud pero ella nunca oyó hablar de ellos. Además que ya habían mostrado su frío temperamento esta mañana durante el desayuno.
Por lo que había visto, el profesor Hiraguizawa y los señores Li eran antiguos conocidos, además que tenían la misma edad que ellos. ¿Quiénes eran todos ellos?. Y para seguir con el misterio, ahora por expreso deseo del señor Dumbeldore aprenderían la historia de la magia en Oriente, ¿en sus otras asignaturas también harían esa pequeña modificación?.
Mientras iba pensando en estas cosas, Hermione vio como casi todos ya se habían dormido en la clase. Frente a ella se encontraba el profesor que seguía con su explicación. Notó que a parte de ella los únicos que seguían despiertos en la clase eran los señores Li, con su rostro impasible escuchaban atentamente. Ella los miró intentando encontrar alguna pista para que pudiera ayudarla a desenmascarar su misterio pero no logró hallar nada.
Aún no había apartado su mirada cuando vio como la señora Li giraba su cabeza y posaba sus ojos verdes en ella, como si la estuviera estudiando. Hermione experimentaba una sensación extraña ante sus ojos, era como si se clavaran en el interior de su alma y pudieran leer en ella. No sabía lo que debía hacer, se encontraba totalmente sola. Le pareció que se hundía en un pozo negro que no terminaba nunca y del que no había esperanzas de poder salir. Ahora ya estaba desesperada ante lo que le estaba ocurriendo, le parecía que pronto se ahogaría en esa oscuridad sin límites. La señora Li retiró su mirada de ella y siguió escuchando atentamente las explicaciones del profesor.
Hermione volvió a encontrarse en la clase e intentaba analizar lo que le había ocurrido hacía algunos minutos. Aún estaba aterrada recordando aquella sensación de vacío y oscuridad que había experimentado. Harry empezó a desperezarse a su lado, ya faltaba poco para que terminara la clase y, como siempre ocurría, todos iban despertando lentamente.
Había decidido que no les diría nada ni a Harry ni a Ron de lo que le había pasado, primero prefería investigar por ella misma, si encontraba algo importante ya se lo comentaría a ellos. Cuando tomó esta decisión le parecía que les estaba traicionando ya que siempre habían enfrentado juntos sus temores. Aún así prefería no encender la alarma hasta que estuviera segura que había algún peligro.
-Esto es todo por hoy- se oyó al profesor de nuevo-. Les espero el miércoles a la misma hora.
Todos los alumnos salieron de la clase bien descansados después de la cabezadita de una hora y media que acababan de disfrutar. Ya pedirían los apuntes a alguien que se hubiera quedado escuchando. Harry y Ron ya tenían muy claro a quién iban a acudir. Se podía decir que todos los de Gryffindor confiaban ciegamente en Hermione para poder seguir esta clase.
La clase de transfiguración siguió el mismo curso de siempre. La severa profesora McGonnagall ya los había llenado de deberes. Luego, por la larde, la clase de pociones tampoco había cambiado mucho del año pasado. El profesor Snape ya había hecho que los alumnos de Gryffindor hicieran el ridículo delante de unos muy complacidos Slytherin. Parecía un inicio de curso normal.
Durante la comida, Malfoy había dedicado todos sus esfuerzos en limpiarse de la humillación sentida por la mañana. Había dicho que había permanecido en el suelo porque no quería herir a nadie dentro del colegio. Y aún había añadido que de haber querido, en estos momentos Li Shaoran ya estaría muerto. Interiormente, Draco se dijo que se vengaría personalmente de su deshonra, esos estúpidos podían aprovechar lo poco que les quedaba de vida.
Ya sólo les quedaba la última clase del día, Defensa contra las Artes Oscuras. Como era normal desde que el profesor Hiraguizawa hubiera conseguido su puesto, fuera de la clase la mayoría de chicas estaban peinándose o soñando despiertas. A veces los chicos les miraban con reprobación por hacer esas estupideces.
Cuando entraron en la clase Eriol ya se encontraba allí. Mostraba su sonrisa burlona de siempre y su buen humor característico. Cuando vio a Sakura y a Shaoran les dedicó una respetuosa inclinación de cabeza y agrandó su sonrisa a modo de saludo, que fue respondido de la misma forma, aunque la sonrisa sólo fuera un ligera curvamiento en los labios de Sakura y Shaoran. Este gesto no pasó desapercibido para Hermione.
-Bienvenidos a todos- dijo alegremente Eriol-. Como anuncio debo deciros que el viernes será dedicado por completo al Club de Duelo. Este año incrementaremos el nivel y hasta participarán los profesores y algunas personalidades importantes.
Todos empezaron a hablar con excitación sobre la buena noticia. El club de duelo era la forma de dejar impresionados a sus compañeros. Había tanta competitividad como en el Quidditch.
-Veo que la noticia ha sido de su agrado- dijo Eriol viendo como sus alumnos aún hablaban entre ellos muy animados-. Como sea, la clase empieza ahora. Hoy vamos a estudiar un hechizo bastante difícil pero que suele ser muy efectivo, la Tragodía. Primero os haré una demostración y luego les explico cómo funciona. Por favor señor Gordon, acérquese.
Eric Gordon se acercó al lado del profesor. Era un chico de Gryffindor un poco rechoncho que siempre sonreía. En seguida se puso todo rojo porque debería ser víctima de un poderoso hechizo y tenía miedo de hacer el ridículo. Al profesor Hiraguizawa le gustaba mucho practicar y hacer practicar los hechizos a sus alumnos, siempre que no fueran de un peligro excesivo para el que lo recibía. La teoría era importante, pero lo que les podía salvar la vida en un momento concreto era la práctica.
-Muy bien, ahora por favor estén atentos a lo que voy a hacer- dijo el profesor. Luego, apuntando su varita hacia Eric, hizo un rápido movimiento con ella y dijo- Tragodía.
Los efectos del hechizo no se hicieron esperar. Una luz blanca envolvió a Eric que ahora estaba muy asustado. Luego, una especie de espejo apareció en el aire mostrando un remolino de colores que poco a poco fueron concretándose en figuras concretas. Todos miraron el espejo para ver que mostraba.
En el espejo se encontraba a un Eric Gordon de poco más de ocho años
sentado en un patio y jugando con una niña poco más mayor que él.
-Irina, ¿has visto a Estrella?
-Pues no Eric. Ya hace horas que no he visto a nuestra perrita.
-Esto es muy extraño hermanita- dijo el pequeño Eric- muchas veces
sale de casa pero nunca está más de un día en volver, ¿dónde estará?.
-Vamos a buscarla. No creo que se haya ido muy lejos.
-De acuerdo, vamos.
Los dos chicos se levantaron y salieron de su casa gritando a su
perrita. Pasaron toda la tarde buscando sin obtener ninguna respuesta.
Cuando volvieron a su casa, su madre corrió hacia ellos con lágrimas
en los ojos.
-¿Dónde estabais pequeños?- les dijo abrazándoles-. Me habéis
preocupado mucho
-Estábamos buscando a Estrella- le contestó Irina.
-¡Ay!- suspiró su madre- Estrella no volverá queridos. Fue atropellada
por un coche y se ha ido al cielo.
Al oír esas noticias los niños empezaron a llorar desconsoladamente.
De repente, el espejo volvió a mostrar como las imágenes y colores se iban mezclando hasta desaparecer por completo. Una vez que hubo desaparecido, todos pudieron ver como Eric estaba llorando al recordar tales sucesos de su pasado.
-Gracias señor Gordon, puede ir a sentarse de nuevo en su sitio- le dijo Eriol-. Como pueden ver, este hechizo sirve para enseñarnos alguna vivencia dolorosa que haya ocurrido en el pasado a la persona a quién lo realizamos. Esto hace revivir el dolor y la tristeza le invade provocando un bloqueo de la razón y así incapacitándole para atacarnos. Eso da un gran margen para poder vencerle.
Todos habían enmudecido ante la explicación de su profesor. Este hechizo era de veras muy poderoso. Además, la historia de su compañero Eric había tocado la fibra sensible de algunos de ellos.
-Así podemos conocer los puntos débiles de nuestro adversario- siguió explicando Eriol-. Ahora empezaremos a hacer prácticas, usted señor Gordon como ya ha sufrido sus efectos va a lanzar su varita y a quien apunte será elegido para salir.
Eric hizo lo que le había sido ordenado y lanzó su varita. Por parejas fueron saliendo para practicar el hechizo. A nadie le gustaba que fuera elegido para ser la víctima de semejante hechizo. Gordon tiró de nuevo su varita y Eriol dijo los nombres que salieron.
-Ahora es el turno de que la señorita Granger realice el hechizo y su oponente será la señora Li.
Las dos se levantaron de sus respectivos asientos y salieron a dónde se encontraba Eriol. Hermione, por su parte, estaba contenta por su emparejamiento porque así se podría descubrir alguna vivencia pasada de Sakura. De esta forma conocería sus puntos débiles.
Sakura por su parte se seguía mostrando tan calmada como siempre, pero en su interior empezaba a crecer una gran angustia. Sabía la visión que mostraría el espejo y no quería vivirlo dos veces, con una ya había tenido suficiente. Tampoco le gustaba la idea que los demás conocieran nada sobre su pasado, y aún menos lo que le sucedió aquél día. Odiaba mostrarse débil ante los demás y que fuera objeto de sus miradas de compasión.
-Ahora mírense fijamente y usted, señorita Granger, proceda a realizar el hechizo.
Hermione asintió y apuntó con su varita hacia Sakura -Tragodía-. La luz blanca salió de su varita pero la sorpresa de todos fue enorme al ver como el hechizo rebotaba en algún tipo de barrera transparente e impactaba de lleno en Hermione.
Todos se preguntaron que había pasado cuando Eriol miró a Sakura con reprobación.
-Por favor Sakura- le dijo muy serio- preferiría que no alteraras el curso de la clase. ¿Por qué has hecho eso?.
-Lo siento Eriol- le respondió ésta- me he protegido por acto reflejo. No volverá a ocurrir algo así.
-Tranquila Sakura- dijo Shaoran en chino desde su asiento- yo estoy contigo.
-Gracias Shaoran- le dijo Sakura también utilizando el chino para que nadie en la clase se enterara sobre lo que estaban hablando-. Pero no quiero volver a vivir eso, no se si podré aguantarlo.
-Yo tampoco deseo verlo de nuevo, pero no hay más remedio.
Eriol entendía perfectamente lo que pasaba en la mente de Sakura. Aunque él no había estado allí ni lo vivió personalmente, se dio cuenta de todo. Pero como ellos nunca habían querido hablar de ello respetó su silencio. Ahora todo saldría a la luz.
-Ahora que ya estamos preparados- volvió a coger la palabra Eriol- vamos otra vez. Señorita Granger, su turno otra vez.
Hermione se quedó muy parada cuando su hechizo rebotó y fue ella misma la que lo recibió. Según había oído en la corta conversación entre Sakura y Eriol, ella había utilizado algúntipo de hechizo protector que hizo que su hechizo nunca llegara a tocarla. Ahora estaba otra vez allí preparada para realizarlo de nuevo. Se concentró unos segundos y apuntó de nuevo su varita hacia la señora Li haciendo lo mismo que la vez anterior.
La luz blanca impactó de lleno en el pecho de Sakura sin ningún impedimento. El espejo tardó mucho en mostrar alguna imagen. Los colores se revolvían violentamente, parecía como si estuvieran luchando contra alguien. Shaoran y Eriol sabían que Sakura intentaba resistirse al hechizo, aunque al final cedió y se empezó a ver figuras con claridad.
=*=*=*=*=*=*=*=*=*=*=
Notas de la autora: Jejeje, espero que no me maten pero este capítulo ha terminado aquí. He vuelto y les he traído un nuevo capítulo, al que espero que le sigan muchos más.
Quiero decir algo: por favor, díganme si os gusta mi historia, ¿si?. Es que si veo que nadie me deja su opinión me lo tomo como que han perdido el interés por mi historia. Así me pongo muy triste y se me quitan las ganas de seguir escribiendo. Espero vuestros comentarios y críticas, eh?
Aún no ha habido mucha acción, pero pronto va a empezar.
Ahora un pequeño comentario para Vale... bueno, por lo visto la idea de poner a Sakura y a Shaoran en Slytherin no te ha gustado (y supongo que a muchos otros tampoco aunque no me lo han dicho). Pero eso no significa mucho en esta historia, fue una idea que me vino mientras etaba escribiendo. Ya estoy cansada de que siempre vayan con los de Gryffindor, además que de esta forma he pensado un final que creo que quedaría bonito. Bueno, espero que este pequeño detalle no haga que me odies y que no quieras seguir leyendo. Cosa que hago extensible a todos los que me maldicieron (jeje, espero que no se llegase a ese extremo) por lo que hice.
Como pequeña nota cultural, les digo que la palabra utilizada para nombrar al hechizo nuevo proviene del griego clásico y significa tragedia. De verdad he hecho una transcripción de esta palabra, ya que los caracteres griegos no los entienden todos. Me he fijado en que los hechizos de los libros de Harry Potter están en la mayoría de casos en latín, pero como yo no conozco mucho de latín he decidido que los míos serían en griego. Jejeje, una tontería como cualquier otra.
Me gustaría que hicierais funcionar vuestra imaginación durante un rato. ¿Qué hecho será el que saldrá reflejado en el espejo?. A ver si alguno de vosotros lo adivináis. Estaré esperando vuestras respuestas. Bueno, creo que no habrá ningún premio para el ganador porque no tengo demasiados recursos, esto de estudiar es una ruina... jejeje. A ver si alguien se anima a darme alguna respuesta.
Ahora ya está todo dicho.... ¡les espero en el próximo capítulo! (espero que eso sea pronto).
Capítulo V
El sol empezó a bañar los muros de Hogwarts, al mismo tiempo que todos sus inquilinos se iban despertando perezosamente para empezar con la rutina de las clases.
El profesor Dumbeldore que ya hacía rato que se había levantado iba paseando tranquilamente por las diferentes estancias del gran edificio. Todos los detalles le traían muchos recuerdos, éste era su hogar desde mucho tiempo atrás. Fue en este colegio donde él participó como alumno, más tarde fue profesor y ahora ya era su director. ¿Cuánto tiempo más se quedaría en su puesto de director?. Eso no lo sabía nadie, aunque él empezaba a sospechar que su tiempo terminaría pronto. Ya era hora de dar paso a las siguientes generaciones.
Mirando a través de una ventana vio como cerca del bosque había una especie de caja de cristal que ocupaba un gran terreno. Dentro había dos figuras que estaban luchando con espadas. Al ver esta escena, el profesor Dumbeldore se miró su reloj que llevaba guardado dentro de la túnica, éste señalaba las siete y media de la mañana, dentro de media hora todos se levantarían para ir a comer su desayuno antes de empezar las clases. Luego emprendió el camino que llevaba hasta la escena que había observado por la ventana.
-Veo que ya han encontrado un buen lugar para su entrenamiento- dijo el director cuando llegó a la barrera de cristal.
Entonces esas dos figuras pararon su pelea y miraron hacia el director. En seguida hicieron desaparecer sus espadas y la caja de cristal que los envolvía.
-Espero que no haya sido mucha molestia- dijo Shaoran-. Nos hemos envuelto con una barrera para que no se puedan ver ni sentir nuestros hechizos o nuestras auras de combate.
-Podéis estar tranquilos y entrenar cada día si así lo deseáis- le contestó Dumbeldore- esa barrera realmente es muy eficaz. Ni yo me habría dado cuenta de lo que hacían si no los hubiera visto por una ventana. Pero será mejor que se cambien y entren en el colegio, dentro de treinta minutos se sirve la comida ya las nueve empiezan las clases.
-Gracias- le dijo Sakura- ahora nos vamos a nuestra habitación a prepararnos.
-Y otra cosa- dijo de nuevo el profesor Dumbeldore mientras se iba alejando de ellos- antes que se me olvide les comunico que este sábado los presentaré ante la Orden del Fénix. A las doce de la noche en mi despacho.
-No se preocupe, allí estaremos- respondió Shaoran.
Una vez terminada la conversación ellos también fueron andando hasta entrar en el edificio para luego ir a su habitación a cambiarse de ropa. Cuando llegaron vieron el cuadro que les tapaba la entrada para pedirles la contraseña. Este cuadro representaba a un guerrero medieval con su armadura resplandeciente y subido en un hermoso caballo negro. Cuando el guerrero vio cómo se acercaban empezó a temblar y decidió abrirles la puerta sin que ellos se tuvieran que molestar en decir la contraseña.
Entraron en la sala común de Slytherin y vieron como no se había levantado nadie aún. Fueron silenciosamente a su habitación, que estaba un poco más apartada de las demás, y allí se cambiaron su ropa de entrenamiento por otra de limpia. Terminado este proceso fueron hasta el gran salón donde se sentaron en la mesa que les correspondía. Allí se encontraban algunos alumnos charlando animosamente con otros o comiendo.
Cuando entraron todas las miradas se posaron en ellos, aunque intentaban que no se notara mucho su interés. Sakura y Shaoran eran conscientes de la expectación que habían levantado, aunque siguieron ajenos a ello.
No vestían con las túnicas que llevaban todos los alumnos de Hogwarts y ni siquiera se habían molestado en ponerse el emblema de Slytherin, que era una serpiente. Para dejar bien claro su estatus habían traído sus diferentes trajes, aunque para los demás alumnos no eran más que ropas extrañas y no entendían la importancia que tenían. En la inauguración del curso habían sido presentados con el traje ceremonial del clan Li. A parte de este, tenían la ropa de entrenamiento y diferentes modelos para llevar cada día que siempre llevaban en conjunto, siempre llevaban ropas chinas. Toda su ropa, sin ninguna excepción, llevaba el símbolo de su clan en color dorado.
Mientras comían nadie se atrevió a decirles nada. Aún no habían abierto la boca desde que habían llegado a este sitio. De pronto vieron como un chico rubio se acercó a ellos.
-Creo que aún no se me han presentado- dijo el chico con aires de suficiencia- yo soy Draco Malfoy, prefecto de Slytherin y el jefe de toda nuestra casa.
Tanto Sakura como Shaoran hicieron caso omiso de estas palabras y siguieron comiendo sin ni siquiera levantar su vista hacia la persona que les estaba hablando. Ante esta actitud de los dos jóvenes, Draco empezó a molestarse.
-Me estoy cansando de vuestra actitud- volvió a hablar Darco, aunque esta vez con una voz que mostraba su enfado-. Sois unos novatos y pronto aprenderéis a respetar mis leyes... ¡yo soy el amo de Slytherin!. Tengo todo tipo de recursos para destruiros si me da la gana.
Lo último lo había dicho gritando. Todo el salón siguió en silencio el curso de esta conversación.
Sin inmutarse ante las palabras insultantes de Draco Malfoy, Sakura levantó lentamente sus ojos y lo miró fijamente. Al sentir sus ojos penetrantes, Draco tuvo la sensación que le advertía que no siguiera por ese camino porque no le llevaría a un lugar muy bueno para él. Aún sintiéndose desfallecer ante la mirada desarmadora de Sakura, él agrupó todo su orgullo y volvió a la carga.
-Al final veo que uno de vosotros ha entendido bien mis palabras- dijo con su sonrisa fingida hacia Sakura que seguía mirando a Draco fijamente-. Ahora que ya has entrado formalmente a ser un Slytherin estaré encantado de enseñarte el colegio, preciosa. Puedes sentirte alabada ya que pocas veces acompaño a nuevos alumnos- dijo mientras se acercaba a tomar la mano de Sakura.
Al mismo tiempo que él había rozado ligeramente la mano de Sakura, Shaoran se levantó con un salto y lo golpeó con una patada certera que impactó en el pecho de Draco. Éste vio como era lanzado unos metros hacía atrás y cayó de espaldas dándose un fuerte golpe que lo dejó aturdido durante unos minutos. Luego Shaoran se levantó pesadamente y avanzó hacia él seguido por Sakura. Una vez a sus pies hizo aparecer su espada y con ella apuntó a la garganta de Draco.
Todos los alumnos ahogaron un grito al ver tal escena. Los de la casa de Slytherin miraban aterrados como su jefe estaba en un grave apuro, aún así no movieron ni un dedo. Todos los demás, aunque odiaban a Draco, no podían creer lo que estaba pasando. En el salón hubo un gran silencio, casi ni se oían las respiraciones de todos los que se encontraban ahí. Todas las miradas se encontraban fijas en aquél chico extraño que sostenía una hermosa espada que brillaba con el mango color negro con un dragón en colores verde y oro. Los ojos de Shaoran estaban llenos de furia.
-Nadie se atreve a tocar a mi esposa sin su permiso- se oyó la fuerte voz de Shaoran-. Te advierto que no habrá una próxima vez.
Diciendo eso su espada se apartó de la garganta de Draco y desapareció de repente. Draco aún estaba estupefacto en el suelo analizando las palabras que le había dedicado Shaoran. Ahora fue Sakura quién se le acercó y lo miró con un gran desprecio. -Desgraciado- fue la única palabra que salió de su boca.
Sakura yShaoran abandonaron la estancia aunque aún quedaban unos veinte minutos para empezar las clases.
Ellos ya se habían ido pero el salón permaneció en silencio durante unos cuantos minutos más pensando en la escena que acababan de presenciar. Durante todo este tiempo Draco aún no se había levantado del suelo. Luego empezó a incorporarse aún dolorido por el golpe que le había propinado Shaoran y se sentó en su silla. Al ver eso, todos volvieron a hablar y sin duda el tema más recurrido de las conversaciones era cómo el chico nuevo había golpeado a Malfoy.
Harry aún atónito por lo ocurrido minutos atrás miró su horario para ver que asignaturas tendría ese día. Una mueca de dolor apareció en su rostro al darse cuenta de un pequeño detalle.
-¡Mirad chicos!- exclamó mirando a Ron y a Hermione- este año todas nuestras clases coinciden con Slytherin ... no puede ser ¡vaya último curso! No sé si podré aguantarlo todo el año.
-¡Qué asco!- dijo Ron- ¿quién ha hecho este horario?. A ver, hoy tenemos Historia de la Magia y Transfiguración por la mañana y luego por la tarde nos toca Pociones y Defensa contra las Artes Oscuras.
-La verdad es que ya tenía ganas de empezar el nuevo curso- dijo Hermione muy emocionada- estaba aburrida de no hacer nada, aunque he aprovechado las vacaciones para leer algunos libros...
-Vale ya, Hermione- la interrumpió Harry- ¿qué tal si empezamos a ir a clase?.
-Cierto Harry- afirmó Ron- que aún llegaremos tarde el primer día de clase como nos ocurrió el primer año.
-Pero chicos- dijo Hermione- ¿es que no os interesa saber los libros que me he leído?.
-¡No!- dijeron a la vez Harry y Ron.
Hermione cruzó sus brazos sobre su pecho molesta y siguió a sus amigos hasta llegar a la clase donde tendrían la primera asignatura del día: Historia de la Magia.
Mientras se iba acercando la hora de empezar, todos los demás alumnos fueron llegando hasta ocupar completamente la clase. Como siempre, el grupo de Slytherin se sentaba en la parte derecha de la clase y Gryffindor en la izquierda. Encima de los pupitres ya tenían preparados los libros y pergaminos para tomar apuntes.
Así estaba todo cuando el profesor hizo su aparición con muchos pergaminos debajo el brazo. Se sentó en su puesto y observó atentamente su clase mirando por encima de sus gafas.
-Ahora mismo les repartiré el programa de nuestra asignatura para este curso- dijo con su aburrido tono de voz.
Después de decir esto, el profesor hizo aparecer una hoja en cada uno de los pupitres que se correspondía con el programa.
Harry observó el programa con poca atención. De siempre esa era una de las clases más aburridas pero no porque la materia no fuera interesante, sino porque el profesor era muy monótono. Nunca cambiaba el tono de voz y cuando explicaba la lección parecía que recitaba de memoria un discurso aprendido tiempo atrás. Ni él ni Ron habían conseguido mantenerse despiertos durante una clase entera y el hecho que la tuvieran a primera hora de la mañana no ayudaba mucho.
-Si no hay ninguna pregunta- siguió el profesor viendo que nadie iba a preguntar nada- empezaremos con el primer tema. Por expreso deseo del señor Dumbeldore se les dará algunas nociones sobre la Historia de la magia en Oriente y los pocos contactos que han existido entre Oriente y Occidente.
Eso sí era nuevo. Nunca habían entrado profundamente en temas acerca de la magia oriental. A Hermione se le iluminaron los ojos, ¡ya era hora de hacer algo diferente!. Pero a pesar de la alegría había ciertas cuestiones que la dejaban intranquila. ¿Por qué se había cambiado el programa especialmente para ese curso?. Ella sabía que nunca se había puesto mucho énfasis en conocer la magia de Oriente. Había algo extraño, lo presentía. Desde el principio había notado que todos se estaban preparando para algo que ocurriría pronto. Ella había estado muy pendiente de los pequeños detalles que observaba para intentar sacar alguna información.
No llevaban mucho tiempo en Hogwarts, de hecho ése era el segundo día, y ya se había percatado de diferentes cosas. En primer lugar, el cambio de atuendo del profesor Hiraguizawa. Nunca antes había llevado esa ropa y sabía que eso tenía que significar algo. Se acordaba que los demás profesores lo miraban con cierta sorpresa, como si se les hubiera revelado un importante secreto. El profesor Hiraguizawa era algo más que un simple profesor guapo que tenía a todas sus alumnas revolucionadas, además que llevaba a cabo su misión docente de una forma más que satisfactoria. La clave para entender este misterio se encontraba en la ropa que llevaba: los extraños símbolos del sol y la luna que aparecían en ella. Tendría que investigar sobre eso.
Otro misterio era la aparición de los señores Li. Notó como en su presentación eran saludados con un gran respeto, como si fueran personas muy importantes. La verdad es que parecían unos grandes señores por su actitud pero ella nunca oyó hablar de ellos. Además que ya habían mostrado su frío temperamento esta mañana durante el desayuno.
Por lo que había visto, el profesor Hiraguizawa y los señores Li eran antiguos conocidos, además que tenían la misma edad que ellos. ¿Quiénes eran todos ellos?. Y para seguir con el misterio, ahora por expreso deseo del señor Dumbeldore aprenderían la historia de la magia en Oriente, ¿en sus otras asignaturas también harían esa pequeña modificación?.
Mientras iba pensando en estas cosas, Hermione vio como casi todos ya se habían dormido en la clase. Frente a ella se encontraba el profesor que seguía con su explicación. Notó que a parte de ella los únicos que seguían despiertos en la clase eran los señores Li, con su rostro impasible escuchaban atentamente. Ella los miró intentando encontrar alguna pista para que pudiera ayudarla a desenmascarar su misterio pero no logró hallar nada.
Aún no había apartado su mirada cuando vio como la señora Li giraba su cabeza y posaba sus ojos verdes en ella, como si la estuviera estudiando. Hermione experimentaba una sensación extraña ante sus ojos, era como si se clavaran en el interior de su alma y pudieran leer en ella. No sabía lo que debía hacer, se encontraba totalmente sola. Le pareció que se hundía en un pozo negro que no terminaba nunca y del que no había esperanzas de poder salir. Ahora ya estaba desesperada ante lo que le estaba ocurriendo, le parecía que pronto se ahogaría en esa oscuridad sin límites. La señora Li retiró su mirada de ella y siguió escuchando atentamente las explicaciones del profesor.
Hermione volvió a encontrarse en la clase e intentaba analizar lo que le había ocurrido hacía algunos minutos. Aún estaba aterrada recordando aquella sensación de vacío y oscuridad que había experimentado. Harry empezó a desperezarse a su lado, ya faltaba poco para que terminara la clase y, como siempre ocurría, todos iban despertando lentamente.
Había decidido que no les diría nada ni a Harry ni a Ron de lo que le había pasado, primero prefería investigar por ella misma, si encontraba algo importante ya se lo comentaría a ellos. Cuando tomó esta decisión le parecía que les estaba traicionando ya que siempre habían enfrentado juntos sus temores. Aún así prefería no encender la alarma hasta que estuviera segura que había algún peligro.
-Esto es todo por hoy- se oyó al profesor de nuevo-. Les espero el miércoles a la misma hora.
Todos los alumnos salieron de la clase bien descansados después de la cabezadita de una hora y media que acababan de disfrutar. Ya pedirían los apuntes a alguien que se hubiera quedado escuchando. Harry y Ron ya tenían muy claro a quién iban a acudir. Se podía decir que todos los de Gryffindor confiaban ciegamente en Hermione para poder seguir esta clase.
La clase de transfiguración siguió el mismo curso de siempre. La severa profesora McGonnagall ya los había llenado de deberes. Luego, por la larde, la clase de pociones tampoco había cambiado mucho del año pasado. El profesor Snape ya había hecho que los alumnos de Gryffindor hicieran el ridículo delante de unos muy complacidos Slytherin. Parecía un inicio de curso normal.
Durante la comida, Malfoy había dedicado todos sus esfuerzos en limpiarse de la humillación sentida por la mañana. Había dicho que había permanecido en el suelo porque no quería herir a nadie dentro del colegio. Y aún había añadido que de haber querido, en estos momentos Li Shaoran ya estaría muerto. Interiormente, Draco se dijo que se vengaría personalmente de su deshonra, esos estúpidos podían aprovechar lo poco que les quedaba de vida.
Ya sólo les quedaba la última clase del día, Defensa contra las Artes Oscuras. Como era normal desde que el profesor Hiraguizawa hubiera conseguido su puesto, fuera de la clase la mayoría de chicas estaban peinándose o soñando despiertas. A veces los chicos les miraban con reprobación por hacer esas estupideces.
Cuando entraron en la clase Eriol ya se encontraba allí. Mostraba su sonrisa burlona de siempre y su buen humor característico. Cuando vio a Sakura y a Shaoran les dedicó una respetuosa inclinación de cabeza y agrandó su sonrisa a modo de saludo, que fue respondido de la misma forma, aunque la sonrisa sólo fuera un ligera curvamiento en los labios de Sakura y Shaoran. Este gesto no pasó desapercibido para Hermione.
-Bienvenidos a todos- dijo alegremente Eriol-. Como anuncio debo deciros que el viernes será dedicado por completo al Club de Duelo. Este año incrementaremos el nivel y hasta participarán los profesores y algunas personalidades importantes.
Todos empezaron a hablar con excitación sobre la buena noticia. El club de duelo era la forma de dejar impresionados a sus compañeros. Había tanta competitividad como en el Quidditch.
-Veo que la noticia ha sido de su agrado- dijo Eriol viendo como sus alumnos aún hablaban entre ellos muy animados-. Como sea, la clase empieza ahora. Hoy vamos a estudiar un hechizo bastante difícil pero que suele ser muy efectivo, la Tragodía. Primero os haré una demostración y luego les explico cómo funciona. Por favor señor Gordon, acérquese.
Eric Gordon se acercó al lado del profesor. Era un chico de Gryffindor un poco rechoncho que siempre sonreía. En seguida se puso todo rojo porque debería ser víctima de un poderoso hechizo y tenía miedo de hacer el ridículo. Al profesor Hiraguizawa le gustaba mucho practicar y hacer practicar los hechizos a sus alumnos, siempre que no fueran de un peligro excesivo para el que lo recibía. La teoría era importante, pero lo que les podía salvar la vida en un momento concreto era la práctica.
-Muy bien, ahora por favor estén atentos a lo que voy a hacer- dijo el profesor. Luego, apuntando su varita hacia Eric, hizo un rápido movimiento con ella y dijo- Tragodía.
Los efectos del hechizo no se hicieron esperar. Una luz blanca envolvió a Eric que ahora estaba muy asustado. Luego, una especie de espejo apareció en el aire mostrando un remolino de colores que poco a poco fueron concretándose en figuras concretas. Todos miraron el espejo para ver que mostraba.
En el espejo se encontraba a un Eric Gordon de poco más de ocho años
sentado en un patio y jugando con una niña poco más mayor que él.
-Irina, ¿has visto a Estrella?
-Pues no Eric. Ya hace horas que no he visto a nuestra perrita.
-Esto es muy extraño hermanita- dijo el pequeño Eric- muchas veces
sale de casa pero nunca está más de un día en volver, ¿dónde estará?.
-Vamos a buscarla. No creo que se haya ido muy lejos.
-De acuerdo, vamos.
Los dos chicos se levantaron y salieron de su casa gritando a su
perrita. Pasaron toda la tarde buscando sin obtener ninguna respuesta.
Cuando volvieron a su casa, su madre corrió hacia ellos con lágrimas
en los ojos.
-¿Dónde estabais pequeños?- les dijo abrazándoles-. Me habéis
preocupado mucho
-Estábamos buscando a Estrella- le contestó Irina.
-¡Ay!- suspiró su madre- Estrella no volverá queridos. Fue atropellada
por un coche y se ha ido al cielo.
Al oír esas noticias los niños empezaron a llorar desconsoladamente.
De repente, el espejo volvió a mostrar como las imágenes y colores se iban mezclando hasta desaparecer por completo. Una vez que hubo desaparecido, todos pudieron ver como Eric estaba llorando al recordar tales sucesos de su pasado.
-Gracias señor Gordon, puede ir a sentarse de nuevo en su sitio- le dijo Eriol-. Como pueden ver, este hechizo sirve para enseñarnos alguna vivencia dolorosa que haya ocurrido en el pasado a la persona a quién lo realizamos. Esto hace revivir el dolor y la tristeza le invade provocando un bloqueo de la razón y así incapacitándole para atacarnos. Eso da un gran margen para poder vencerle.
Todos habían enmudecido ante la explicación de su profesor. Este hechizo era de veras muy poderoso. Además, la historia de su compañero Eric había tocado la fibra sensible de algunos de ellos.
-Así podemos conocer los puntos débiles de nuestro adversario- siguió explicando Eriol-. Ahora empezaremos a hacer prácticas, usted señor Gordon como ya ha sufrido sus efectos va a lanzar su varita y a quien apunte será elegido para salir.
Eric hizo lo que le había sido ordenado y lanzó su varita. Por parejas fueron saliendo para practicar el hechizo. A nadie le gustaba que fuera elegido para ser la víctima de semejante hechizo. Gordon tiró de nuevo su varita y Eriol dijo los nombres que salieron.
-Ahora es el turno de que la señorita Granger realice el hechizo y su oponente será la señora Li.
Las dos se levantaron de sus respectivos asientos y salieron a dónde se encontraba Eriol. Hermione, por su parte, estaba contenta por su emparejamiento porque así se podría descubrir alguna vivencia pasada de Sakura. De esta forma conocería sus puntos débiles.
Sakura por su parte se seguía mostrando tan calmada como siempre, pero en su interior empezaba a crecer una gran angustia. Sabía la visión que mostraría el espejo y no quería vivirlo dos veces, con una ya había tenido suficiente. Tampoco le gustaba la idea que los demás conocieran nada sobre su pasado, y aún menos lo que le sucedió aquél día. Odiaba mostrarse débil ante los demás y que fuera objeto de sus miradas de compasión.
-Ahora mírense fijamente y usted, señorita Granger, proceda a realizar el hechizo.
Hermione asintió y apuntó con su varita hacia Sakura -Tragodía-. La luz blanca salió de su varita pero la sorpresa de todos fue enorme al ver como el hechizo rebotaba en algún tipo de barrera transparente e impactaba de lleno en Hermione.
Todos se preguntaron que había pasado cuando Eriol miró a Sakura con reprobación.
-Por favor Sakura- le dijo muy serio- preferiría que no alteraras el curso de la clase. ¿Por qué has hecho eso?.
-Lo siento Eriol- le respondió ésta- me he protegido por acto reflejo. No volverá a ocurrir algo así.
-Tranquila Sakura- dijo Shaoran en chino desde su asiento- yo estoy contigo.
-Gracias Shaoran- le dijo Sakura también utilizando el chino para que nadie en la clase se enterara sobre lo que estaban hablando-. Pero no quiero volver a vivir eso, no se si podré aguantarlo.
-Yo tampoco deseo verlo de nuevo, pero no hay más remedio.
Eriol entendía perfectamente lo que pasaba en la mente de Sakura. Aunque él no había estado allí ni lo vivió personalmente, se dio cuenta de todo. Pero como ellos nunca habían querido hablar de ello respetó su silencio. Ahora todo saldría a la luz.
-Ahora que ya estamos preparados- volvió a coger la palabra Eriol- vamos otra vez. Señorita Granger, su turno otra vez.
Hermione se quedó muy parada cuando su hechizo rebotó y fue ella misma la que lo recibió. Según había oído en la corta conversación entre Sakura y Eriol, ella había utilizado algúntipo de hechizo protector que hizo que su hechizo nunca llegara a tocarla. Ahora estaba otra vez allí preparada para realizarlo de nuevo. Se concentró unos segundos y apuntó de nuevo su varita hacia la señora Li haciendo lo mismo que la vez anterior.
La luz blanca impactó de lleno en el pecho de Sakura sin ningún impedimento. El espejo tardó mucho en mostrar alguna imagen. Los colores se revolvían violentamente, parecía como si estuvieran luchando contra alguien. Shaoran y Eriol sabían que Sakura intentaba resistirse al hechizo, aunque al final cedió y se empezó a ver figuras con claridad.
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Notas de la autora: Jejeje, espero que no me maten pero este capítulo ha terminado aquí. He vuelto y les he traído un nuevo capítulo, al que espero que le sigan muchos más.
Quiero decir algo: por favor, díganme si os gusta mi historia, ¿si?. Es que si veo que nadie me deja su opinión me lo tomo como que han perdido el interés por mi historia. Así me pongo muy triste y se me quitan las ganas de seguir escribiendo. Espero vuestros comentarios y críticas, eh?
Aún no ha habido mucha acción, pero pronto va a empezar.
Ahora un pequeño comentario para Vale... bueno, por lo visto la idea de poner a Sakura y a Shaoran en Slytherin no te ha gustado (y supongo que a muchos otros tampoco aunque no me lo han dicho). Pero eso no significa mucho en esta historia, fue una idea que me vino mientras etaba escribiendo. Ya estoy cansada de que siempre vayan con los de Gryffindor, además que de esta forma he pensado un final que creo que quedaría bonito. Bueno, espero que este pequeño detalle no haga que me odies y que no quieras seguir leyendo. Cosa que hago extensible a todos los que me maldicieron (jeje, espero que no se llegase a ese extremo) por lo que hice.
Como pequeña nota cultural, les digo que la palabra utilizada para nombrar al hechizo nuevo proviene del griego clásico y significa tragedia. De verdad he hecho una transcripción de esta palabra, ya que los caracteres griegos no los entienden todos. Me he fijado en que los hechizos de los libros de Harry Potter están en la mayoría de casos en latín, pero como yo no conozco mucho de latín he decidido que los míos serían en griego. Jejeje, una tontería como cualquier otra.
Me gustaría que hicierais funcionar vuestra imaginación durante un rato. ¿Qué hecho será el que saldrá reflejado en el espejo?. A ver si alguno de vosotros lo adivináis. Estaré esperando vuestras respuestas. Bueno, creo que no habrá ningún premio para el ganador porque no tengo demasiados recursos, esto de estudiar es una ruina... jejeje. A ver si alguien se anima a darme alguna respuesta.
Ahora ya está todo dicho.... ¡les espero en el próximo capítulo! (espero que eso sea pronto).
