DÍAS OSCUROS Capítulo VI

La imagen mostraba a Sakura y a Tomoyo sentadas en los columpios del parque pingüino de Tomoeda. Las dos estaban riendo.

-Que bien, ya hemos terminado las clases por hoy- dijo Sakura muy ilusionada-. La última hora hemos tenido matemáticas... odio esa asignatura.

-Ay Sakura- dijo Tomoyo- nunca te llevarás bien con los números, ¿eh?.

-Creo que no. ¡Deseo que desaparezca esa odiosa asignatura de una vez!.

-¿Te acuerdas cuando Yamakazi se puso a mentir sobre el origen de las coronas de flores?- dijo Tomoyo riendo-. Jejeje, pobre chico, Chiaru lo debe tener castigado otra vez.

-¿Pero eso era mentira?- dijo Sakura con una graciosa mueca de confusión reflejada en su rostro-. ¡Y yo me lo había creído!, qué tonta soy.

-Sakura, aún no entiendo como no puedes distinguir si Yamakazi dice la verdad o no, eres la única ingenua que se lo cree todo. Igual que Li cuando vino a Tomoeda.

-Shaoran- suspiró Sakura con gran tristeza-. Ya han pasado más de seis años y nunca he vuelto a saber de él.

-La verdad es que eres muy extraña, amiga- le dijo seriamente Tomoyo-. ¿Cómo puedes seguir enamorada de él?. Eso sólo fue un juego de niños, ni siquiera te diste cuenta de lo que sentías hasta el día en que regresó a Hong Kong. ¡Olvídale!. Seguro que ya ni se acuerda de ti. ¿Cómo explicarías todo este tiempo sin dar alguna señal de vida?.

-¡Cállate!- le gritó Sakura a su amiga con los ojos llenos de lágrimas- ¿Y tú que sabes, eh?, ¡absolutamente nada!.

Diciendo esto Sakura echó a correr de allí sin ningún rumbo concreto. Las lágrimas bañaban completamente su rostro. Al final se paró en un bosque y se sentó al pie de un árbol recostando su espalda en el tronco. Después de un rato logró calmarse y empezó a pensar con claridad.

-Pobre Tomoyo, no debería haberle gritado así. Ella no tiene la culpa de nada, sólo se preocupa por mí. Más tarde le haré una visita a su casa y me disculparé.

Se levantó y empezó a pasear por el bosque. Los árboles eran muy altos, también había muchos arbustos y florecillas de distintos colores. En un claro vio un pequeño lago donde se empezaban a reflejar algunas estrellas. Pronto se haría de noche y el sol empezaba a esconderse en el horizonte.

Ella se acercó al lago y observó su reflejo en él. La superficie era muy transparente y estaba completamente quieta. En el agua vio sus ojos verdes que mostraban una gran tristeza recordando momentos de su pasado.

-Dijiste que volverías a por mí- dijo Sakura casi en un susurro y con la mirada perdida en el lago- pero aún estoy esperándote.

Aún estaba en el mismo sitio cuando empezó a notar una extraña aura que no conocía. Levantó su mirada intentando ubicar de dónde venía ese poder. De repente su mirada volvió al lago donde había un pequeño punto de luz que iba absorbiendo todos los reflejos del lago como si de un agujero negro se tratase. El agua se empezó a mover cada vez más violentamente hasta que todo se volvió completamente negro.

Se escuchó el eco de unos pasos que iban acercándose hacia donde ella se encontraba. Poco a poco se empezó a visualizar una figura negra. Llevaba una capa negra que lo envolvía, no parecía que fuera una persona porque la tela movida por el viento no revelaba una figura humana. Ni siquiera se le podía distinguir algún rostro. Alrededor de esta aparición todo era una profunda oscuridad.

El terror invadió a Sakura pero siguió sin moverse de allí. Sus pies se negaban a despegarse del suelo que estaban pisando. Sentía cómo su instinto le decía que corriera hacia donde fuera pero que por nada del mundo se quedara allí.

-No tengas miedo pequeña- dijo la tétrica voz que salió de la figura negra que tenía delante-. He venido para que participes en un gran evento. El mayor evento que tendrá lugar en este mundo.

-¿Quién eres y qué quieres de mi?- le preguntó Sakura.

-En cuanto a mi nombre, no necesitas conocerlo. Aunque yo si conozco el tuyo, Sakura Kinomoto. Lo sé todo de ti, te he estado vigilando desde hace bastante tiempo.

Sakura se asombró ante esta revelación. Parecía que el sujeto que tenía delante de ella decía la verdad pero... ¿qué la estaba vigilando?. Ella nunca se había dado cuenta de que había alguien que seguía sus pasos ni había notado nada extraño. Después de dar muchas vueltas en su cabeza intentando encontrar como ese hombre la podía vigilar su mente se paró en un recuerdo y su cara perdió todo su color, estaba totalmente blanca.

-Vaya, eres más lista de lo que pensé- dijo la sombra encapuchada-. Sí si, te he vigilado mediante tus sueños. Eres tan ingenua, tú me enseñaste todo lo que quería conocer de ti y lo más importante de todo, me revelaste tu poder y a la vez tus puntos débiles, Señora de las Cartas.

Sakura se quedó totalmente paralizada. Se había acordado que cada cierto tiempo tenía un extraño sueño aunque nunca recordaba en que consistía a la mañana siguiente y sólo sentía un gran dolor de cabeza. Al principio no le dio mucha importancia pero ya eran tres años que llevaba de esta forma. Y ahora había descubierto lo que le pasaba. ¿Cómo no pudo darse cuenta?. Esta situación le daba muy mala espina, había estado muy distraída últimamente. Lo que más le inquietaba era que parecía que ese sujeto podía leer sus pensamientos.

-Ahora voy a responderte a la segunda pregunta- seguía explicando el sujeto- aunque ya te advierto que tendrás que aceptar de todos modos. Vengo a decirte que te unas a mí para poder conquistar el mundo y así te convertiría en mi reina de la oscuridad a cambio de los servicios prestados. ¿Qué te parece?.

-Me parece repugnante- dijo Sakura con cara de asco-. No se de dónde has sacado la idea de que yo te ayude en eso. Déjame en paz.

-Lo siento pequeña pero necesito tu poder, eres la mejor aliada que puedo encontrar para llevar a cabo mi plan y serías demasiado poderosa si te aliaras con mis enemigos. Pero voy a darte otra oportunidad, y esta vez piensa bien tu respuesta: ¿aceptas colaborar conmigo para hacerme con el control del mundo?

-¡Nunca!- gritó Sakura todo lo fuerte que pudo.

-Bien, entonces tú lo has querido. Esperaba que fueras una persona más coherente, pero tú misma has elegido este camino. Como te dije, tendrás que aceptar este trato y, como por las buenas no ha sido posible... voy a arrancar el poder de tu interior.

Enseguida una especie de negros tentáculos salieron de todos sitios enredándose en el cuerpo de Sakura que, aunque intentó resistirse no pudo hacerles frente. Entró en una especie de remolino donde parecía que le faltaba el aire para después caer de un golpe seco en el suelo.

-Recuerda que conozco tus puntos débiles- se oyó el eco de la voz del personaje negro-. Para quitarte los poderes sólo debo matarte, aunque como te has opuesto a mi plan voy a jugar contigo un ratito. Disfrutaré viendo cómo sufres hasta que llegue tu fin.

Después de eso, todos los sonidos cesaron, lo único que se escuchaba era la respiración de Sakura. Aún permanecía sentada en el frío suelo del sitio en que se encontraba. No se veía absolutamente nada. Una mano se posó en su hombro.

-Ven Sakura- dijo una voz que se le hacía muy familiar- quiero enseñarte algo.

Sakura se giró y quedó sin palabras. Allí estaba él, delante de ella con una tierna sonrisa.

-¡Shaoran!- dijo Sakura mientras se le tiraba encima abrazándolo- ¡oh! Estás aquí, de veras has cumplido tu promesa- ahora le estaban cayendo lágrimas de alegría-. No te puedes imaginar lo mucho que te echaba de menos.

Sakura hacía tiempo que no se encontraba tan feliz. Por fin Shaoran había regresado. Había soñado con este momento cada día desde que se separaron hacía seis años. Ahora ya nada se podría interponer entre ellos. Había decidido que si volvía lo seguiría hasta el fin del mundo sin importarle nada, aunque el tiempo pasaba y las posibilidades de verlo de nuevo iban desapareciendo lentamente. Aún así, ella siempre había confiado en él y lo seguía esperando.

Shaoran se apartó de ella aún sonriente y le cogió de la mano.

-Quiero enseñarte algo ... ¿vienes conmigo?- le preguntó de nuevo.

Entonces Sakura accedió a que él la llevara donde quisiera. Mientras iban andando, poco a poco el paisaje fue cambiando, de la absoluta oscuridad de donde se encontraban en un principio ya no quedaba ningún rastro, ahora el paisaje dio paso a un magnífico bosque. Luego vio que se dirigían hacia una gran mansión.

-Mira Sakura, ésta es mi casa- le indicó Shaoran señalando con la mano hacia la mansión-. ¿Te gusta?.

-Sí Shaoran, es muy bonita- le respondió sonriendo Sakura- pero hay algo que no entiendo, ¿cómo henos llegado hasta aquí?.

Shaoran no le contestó a la pregunta aunque le dedicó una sonrisa muy enigmática. Siguieron avanzando hasta entrar en el jardín de la enorme propiedad. Estaba lleno de flores de distintos tipos y colores, había un estanque y fuentes que echaban una agua cristalina. Sakura estaba maravillada por lo majestuoso que era el jardín. Nunca había estado en un lugar tan hermoso como éste. Se oyeron unas risas de niños que estaban jugando muy cerca de dónde ellos se encontraban.

-¡Papá! ¡has vuelto!- dijeron gritando un niño y una niña mientras iban corriendo a abrazar a Shaoran.

El niño debería tener unos cuatro años y la niña dos. Los dos tenían un gran parecido a Shaoran. Entonces Sakura se dio cuenta de que no había ninguna duda de que Shaoran era su padre. La escena de Shaoran abrazando y haciendo cariñitos a los dos pequeños le dejó sin palabras. Sentía como su corazón empezaba a resquebrajarse como si fuera un delicado cristal.

-Shaoran, ¿quiénes son ellos? ¿qué está pasando aquí?- preguntó intentando controlar su angustia mientras luchaba para que las lágrimas no salieran de sus ojos.

-Estos son mis hijos Sakura- le respondió Shaoran tranquilamente. ¿Creías que volvería a por ti? Pues si eso es cierto has sido una tonta. Aún no entiendo que fue lo que me hizo creer que me gustabas cuando vine a Japón pero cuando regresé a casa lo olvidé todo y ahora soy el hombre más feliz del mundo.

Sakura no pudo aguantar más y su corazón se rompió en pedacitos. Todos sus sueños y esperanzas habían terminado allí. Cayó al suelo de rodillas y empezó a llorar desconsoladamente. Ya no podía pensar en nada, su razón se había nublado por completo, lo único que quería hacer era desaparecer de este mundo que para ella sólo significaba dolor.

-¿Quién es ella, papá?- dijo la pequeña niña que se encontraba en los brazos de Shaoran mirando a Sakura con cara de pocos amigos.

-No es nadie, princesa, sólo un estorbo- le respondió su padre.

Sakura ya no podía creer esas palabras. ¿Por qué se portaba tan mal con ella?, ¿qué le había hecho a Shaoran para que la tratara de esa forma?. Cada vez se ahogaba más en su dolor.

-Pero aún puedes hacer algo por mí- dijo Shaoran dirigiéndose a ella- lo que más deseo es verte morir para poder borrarte de mi recuerdo.

-¿Esto es lo que realmente quieres?- le preguntó Sakura levantando la cara y mirando a Shaoran.

-Sí, esto me haría profundamente feliz- le dijo Shaoran. Además puedo ayudarte, toma mi espada- así Shaoran hizo aparecer su espada y se la tendió a Sakura.

Ella se quedó mirando la espada que sostenía delicadamente en sus manos. Sin pensar en nada tomó su decisión. Era capaz de utilizar cualquier método con tal de no tener que seguir sufriendo.

-Será lo que tú quieres- dijo lentamente Sakura-. Pero aunque yo desaparezca mi recuerdo seguirá persiguiéndote para que así puedas recordar lo que siento por ti.

Apuntó con la espada a su pecho y se dispuso a darse muerte ella misma. Mientras observaba la escena, a Shaoran le apareció una sonrisa maligna. Sakura cerró sus ojos esperando que el dolor no fuera excesivo, aunque seguidamente pensó que más le habían dolido las palabras de Shaoran.

Con resolución empezó a clavarse la espada en el pecho cuando de pronto todo desapareció y se golpeó con las manos que en teoría cogían la empuñadura del arma. Se dio cuenta que volvía a encontrarse en el lago que estaba en el bosque de Tomoeda. Su camisa estaba rasgada y vio como algunas gotas de sangre le caían por ella, aunque sólo era un pequeño corte y no hacía falta preocuparse mucho por esa herida. Le pareció que escuchaba voces delante de ella y esforzó la vista para ver lo que estaba pasando.

-Cómo te atreves a estropear mi plan- dijo el hombre encapuchado que había conocido antes-. Ahora ya estaba a punto de conseguirlo. Pagarás por ello Li.

-No se como conoces mi nombre pero de algo sí estoy seguro- se escuchó la fuerte voz de un hombre que se encontraba delante de ella protegiéndola- tú no eres más que un espectro. ¿Por qué no te presentas directamente?, ¿es que temes que puedan reconocerte?.

-Se ha terminado el juego por ahora- dijo la figura a la vez que la oscuridad desaparecía de allí-. Disfruta todo lo que puedas pequeña, dentro de poco volveremos a encontrarnos y entonces desearás no haberme conocido nunca.

Y así desapareció. El chico que se encontraba frente a ella se giró y miró como estaba. Ella intentaba limpiarse las lágrimas que aún corrían por su rostro y se levantó pesadamente del suelo.

-Tenemos que salir de este bosque, ese maldito espectro se ha asegurado de que nadie pudiera notar la magia que ha tenido lugar aquí. Por eso ni Keroberos ni Yue han venido a ayudarte.

Sakura asintió y dejó que él la arrastrara hasta fuera del bosque. Fueron andando lentamente hasta llegar al parque pingüino donde se sentaron en un banco. Durante el tiempo que habían andado ella intentó poner en orden sus pensamientos para recordar todo lo que le había sucedido. Después de un largo e incómodo silencio, Sakura se atrevió a hablar.

-¿Qué me ha ocurrido?- preguntó buscando que su acompañante le diera una respuesta.

-Has estado a punto de suicidarte- le respondió seriamente- y si eso hubiera ocurrido ahora ese espectro negro se habría apoderado de tu alma y así de tus poderes. Quién te ha atacado es alguien que en vez de venir personalmente hace aparecer su alma en forma de espectro, que es esa figura negra que has visto. No sé quién es pero si él conoce mi nombre debe ser alguien a quién conozco. El aura del espectro no coincide con la persona a quién representa, por eso no puedo saber quién es.

-Entonces lo que he visto no es cierto, ¿verdad?- dijo esperanzada.

-No sé lo que has visto, pero éste es un hechizo que no es muy utilizado. Consiste en atormentar la mente de una persona para que así termine odiando seguir viviendo. De esta forma es más fácil acabar con alguien.

-Pues ahora sí eres tú de verdad- Sakura volvió a sonreír y miró a Shaoran- . Has regresado.

-¿Acaso dudabas de mi palabra?- le dijo él devolviéndole la sonrisa-. Sé que ha pasado mucho tiempo...

-Dijiste que ese extraño sujeto había impedido que nadie pudiera sentir el peligro en que me encontraba- dijo Sakura-. ¿Cómo pudiste encontrarme?.

-Hace unos días que estaba intranquilo y algo me decía que estabas en un serio peligro- le explicó Shaoran-. Tardé un poco en convencer a todos y poder dejar mis obligaciones para así regresar a Japón. Cuando llegué esta tarde no pude notar tu presencia en ningún sitio y supe que verdaderamente te encontrabas en apuros. Fue cuando te encontré, y parece que llegué en el instante preciso. Sólo tuve que neutralizar a ese espectro para que desaparecieran los efectos del hechizo.

Sakura abrazó a Shaoran, ya no tenía que temer nada, esta vez nadie le jugaba una mala pasada.

-Ahora que ya estamos juntos nadie podrá separarnos, ¿verdad?- preguntó Sakura.

-Claro que no- dijo sonriendo Shaoran mientras la rodeaba con sus brazos devolviéndole el abrazo.

-¡Ui, pero que tarde es!- dijo Sakura después de un rato y separándose del abrazo-. Creo que ya es hora de volver. ¿Por qué no te vienes a casa a cenar?.

-De acuerdo- dijo Shaoran levantándose del banco y ayudando a Sakura para que hiciera lo mismo.

-Antes quiero ir a disculparme de Tomoyo. Esta tarde me he peleado con ella y quiero arreglarlo.

Recorrieron el camino que llevaba hasta la casa donde vivían Tomoyo y su madre. Ya faltaba muy poco para llegar cuando se oyó un grito desgarrador que hizo que Sakura y Shaoran se pararan de golpe. Empezaron a notar como eran envueltos por un frío helado.

-¿Me recuerdas pequeña?- dijo una voz que reconocieron enseguida-. No quería llegar hasta este punto pero las circunstancias me han llevado a ello. Por cierto, ¿ya te has despedido de tus seres queridos?. Si no es así, puede que ya no tengas tiempo- luego esa voz se puso a reír sin parar.

Sakura se quedó quieta, ¿qué significaba eso?. Después una idea le vino a la mente: despedirse de sus seres queridos... eso significaba que ese espectro... no, no podía ser ¿o si?. Tenía que proteger a su familia y a Tomoyo, no había duda que esta vez no se trataría de una pesadilla sino de una horrible realidad. Tomó una decisión y salió corriendo hacia la casa de Tomoyo para ver como estaba su amiga.

Mientras Sakura estaba pensando eso, Shaoran al ver como ella dudaba decidió intervenir. ¿Quién era el que estaba jugando con ella?. Sin duda era una persona muy lista, al enviar a su espectro no se podía conocer la identidad del personaje real. Además hablaba en serio. Sakura y sus seres queridos estaban en peligro y él haría lo posible para que no les ocurriera nada. Al fin y al cabo, ellos eran unas de las pocas personas a las que tenía afecto (bueno, quizá Touya fuera la excepción).

-Cuchillas de viento- dijo Shaoran a la vez que a su alrededor apareció toda una serie de cuchillas plateadas que a la velocidad del viento golpearon a la sombra negra que se encontraba delante de ellos. La figura gritó de dolor y parecía que había caído de rodillas.

-Creo que será mejor que la sigas a ella- dijo con un áspero tono de voz-. También a ti te gustará la escena.

-¡No! ¡Tomoyo!- se oyó de lejos como había gritado Sakura.

-Bien, una parte de mi plan listo- dijo otra vez el espectro desapareciendo en la oscuridad.

Shaoran corrió en dirección a dónde se había oído la voz de Sakura. ¿Qué significaba eso de que una parte de su plan ya estaba lista?. Sabía que le había herido bastante fuerte pero al no encontrar el punto débil que existe en la cabeza del espectro aún tenía suficiente poder para hacer mucho daño. La única manera para acabar con esos espectros y a la vez con la persona a quién representaban y controlaban era encontrar ese punto débil, pero la capa negra que llevaba alrededor dificultaba su trabajo. Si se destruía ese punto, la conexión mental con la persona que les enviaba el espectro se rompía y así el alma y el cuerpo se separaban, cosa que llevaba a la destrucción de los dos.

Cuando llegó adonde estaba Sakura se quedó horrorizado. Allí se encontraba Tomoyo enredada en un extraño árbol negro con un gran charco de sangre a sus pies. Tenía los ojos abiertos sin ningún signo de vida. Sakura estaba llorando acurrucada en el suelo.

-Ni siquiera le pude pedir perdón- decía entrecortadamente-. Todo esto es mi culpa, si no la hubiera dejado sola habría podido ayudarla.

-Sakura, no es tu culpa- intentó hacerle entender Shaoran-. ¿Qué te dijo exactamente ese espectro?-

-Dijo que tenía que unirme a él para poder conquistar el mundo. Me advirtió que conocía todos mis puntos débiles.

-Entonces te negaste y te lanzó ese hechizo para hacerse con tu poder a la fuerza- empezó a razonas Shaoran- pero yo impedí que se saliera con la suya. Luego la muerte de Tomoyo y...- Shaoran por fin entendió lo que se proponía hacer su atacante- ¡Sakura, rápido!. Debemos ir a tu casa, me temo que sus próximos objetivos son tu padre y tu hermano.

Sakura intentó deshacerse de las lágrimas y sacando fuerzas empezó a correr junto a Shaoran hacia su casa. Sabía que no le quedaba mucho tiempo, pues se habían entretenido con Tomoyo y ese espectro era muy rápido. Se juró a si misma que protegería a los suyos incluso con su propia vida.

La casa estaba envuelta por una extraña tormenta, ya estaba bastante dañada, sólo se aguantaban unas cuantas paredes en pie. En el suelo vio cómo al espectro le crecían unas oscuras ramas en los brazos que se arremolinaban en torno a su padre, justo de la misma forma como encontraron a Tomoyo. A un lado se encontraba su hermano Touya bastante malherido y Yue en el suelo que también daba muestras de haber dado un gran ataque. Keroberos tampoco se veía en muy buen estado. Sin pensarlo dos veces se lanzó hacia el campo de batalla seguida por Shaoran.

-Veo que te has dignado a venir para ver su final- dijo la voz maliciosa-. Me gusta verte sufrir, eso debilita tus defensas-. Con eso lanzó una rama negra directamente al corazón de Fujiyata.

Sakura llena de rabia se lanzó hacia la figura negra. Llamó a la carta Fire que envolvió rápidamente al espectro. Mientras estaba todo encendido Shaoran aprovechó para lanzarle unas cuchillas de hielo que poco a poco iban inmovilizando a su enemigo.

-Sakura, ¿ves ese punto rojo que tiene en la frente?- le gritó Shaoran mientras seguía atacando con trocitos de hielo- ése es su punto débil. Lánzale una flecha de luz justo allí y terminarás con él.

-De acuerdo- respondió Sakura- Arrow, Light- llamó a dos de sus cartas para realizar el ataque- voy a intentarlo.

Sakura apuntó con muchas dificultades ya que la figura negra no paraba de revolverse intentando deshacerse de los ataques que le lanzaba Shaoran. Al final, se decidió a tirar la flecha.

-No podréis conmigo tan fácilmente- gritó el espectro deshaciéndose de los ataques a los que era sometido y empezando a dar vueltas entorno a sí mismo violentamente.

Consiguió parar la flecha que le había lanzado Sakura y le cambió el rumbo para que impactara hacia ella. Sakura no sabía cómo actuar hasta que de pronto sintió como era empujada hacia el suelo.

-Yo siempre te protegeré ama- le dijo Keroberos que había recibido el golpe que estaba destinado a Sakura.

-¡Kero! ¿por qué lo has hecho?- le preguntó Sakura sintiendo como sus fuerzas le volvían a fallar.

-Eres mi amiga Sakurita. Además que así cumplo mi misión de protegerte frente a cualquier peligro- después de esas palabras la voz del león alado se desvaneció para siempre.

Ése había sido el final de Keroberos, la Bestia del Sello, que era junto con Yue el encargado de proteger al que fueran encomendadas las poderosas cartas hechas por Clow. Cuando estaba en su forma falsa era un gracioso peluche color amarillo con unas alitas en la espalda. En su forma original daba paso a un enorme león dorado muy poderoso.

El espectro también empezaba a notar el enorme esfuerzo realizado y empezó a desvanecerse.

-Me habéis derrotado esta vez- dijo entonces con aparente dificultad- pero esto todavía no se ha acabado. Encontraré la forma de terminar con vosotros, os lo aseguro.

Así fue como desapareció lentamente y, ante la sorpresa de Sakura y Shaoran se llevó consigo a los cuerpos inconscientes de Yue y Touya.

Cuando todo hubo terminado, en el cielo vieron brillar de nuevo la luna y las estrellas. Poco a poco los cuerpos de Keroberos y Fujiyata fueron convirtiéndose en un polvo plateado que se llevó el viento. Ellos dos seguían de pie en el centro de la casa de la familia Kinomoto, que ahora estaba en ruinas.

Fue así como entendieron que no podían ser débiles, no debían confiar en nadie y, por encima de todo, les estaban prohibidos todo tipo de sentimientos hacia las otras personas. La experiencia les había enseñado que si tenían afecto a alguien, sus enemigos se encargarían de que esas personas corrieran un peligro mortal para de esta forma debilitarlos a ellos y hacerles daño. La solución era encerrarse en ellos mismos.

Los dos levantaron la mirada y en sus ojos no se podía leer nada, estaban vacíos y fríos. Ni siquiera derramaron ninguna lágrima, ya no les quedaba nada. Habían nacido dos personas nuevas.

Lentamente el espejo empezó a oscurecerse y se desvaneció. La visión había terminado.

Sin esperar a que nadie le dijera nada, Sakura volvió lentamente a su asiento al lado de Shaoran, quién le cogió la mano imperceptiblemente demostrándole su comprensión y para que se calmara. Nadie se dio cuenta de este pequeño gesto.

Había permanecido con su rostro impasible durante todo el tiempo en que el espejo enseño las horribles imágenes. No, eso no era verdad, se dijo Hermione aún de pie en el centro de la clase. Ella había notado cómo el dolor y la angustia habían pasado por su rostro aunque sólo por breve tiempo.

La clase estaba en silencio, parecía increíble creer en la historia que acababan de ver, era algo demasiado espantoso. Todos quedaron de piedra ante el temple y la frialdad que habían demostrado Sakura y Shaoran al ver estas imágenes, ni siquiera se habían inmutado por ellas.

-La clase ha finalizado- dijo Eriol muy serio.

Nunca habían visto a su profesor de Defensa contra las Artes Oscuras de esta forma. Normalmente sonreía siempre y hacía bromas divertidas a sus alumnos, aunque siempre demostraba su autoridad cuando hacía falta.

=*=*=*=*=*=*=*=*=*=*

Notas de la autora: He aquí otro capítulo.

Vaya... éste ha sido el capítulo más difícil de escribir hasta ahora. Pobrecitos!!! Los he matado... no es muy divertido hacer eso, os lo aseguro.

He intentado que no sonara muy violento, suavizando algunas escenas. ¿No os preocupará que en adelante la historia tenga algunas escenas violentas?. Es para preguntar, puesto que parece que así va a ser. Si preferís que lo aligere un poco me lo comentáis y ya veré que hago, depende de los que estén en contra y los que no. Por si acaso ya estáis advertidos.

Bueno, mi primera escena con algo parecido a una pelea... jejeje, vaya fiasco, ¿verdad?. Me doy cuenta que no estoy muy bien en ese punto. Espero poder mejorar en las escenas de acción, es que me encantan! Pero escribirlas no es tan fácil como imaginarlas...

Un dato que creo que tengo que dar. En esta historia no tengo en cuenta nada de películas, ok? Por eso, cuando se dice que han pasado 6 años se refiere a cuando Shaoran se va al final de la serie. Supongo que se había entendido pero prefiero decirlo por si alguien se había perdido.

Los ataques de Shaoran son inventados, se nota?. Es que me parece que con lo que tenía no podía hacer frente a mucha cosa, jejeje. Además como han pasado tantos años se supone que el chico debería haber aprendido algo nuevo.

Otra cosa, ¿¿¿he escrito algún nombre mal??? Espero que no, si es así por favor... CORREGIDME!!!. No me gusta mucho leer con faltas de ortografía e intento no cometerlas yo tampoco. Aunque ya se sabe, alguna siempre se cuela.

Mmmm, respecto a la pregunta que formulé en el pasado capítulo sobre lo que aparecería en el espejo tengo que anunciar que el premio se lo lleva.... uiui que emoción.... tatan!! Sayuki!! Muy bien, ¿es que me lees la mente? Casi me lo parece, pos sí, como has comprobado lo has adivinado. Y respecto al premio que dije pues.. bueno... no tengo nada que podría darte así que he pensado que te dedico el capítulo!! Jejeje, ¿estás contenta?.

Y por último quiero agradecerles a todos sus comentarios!! ¡¡¡¡¡¡¡UUUUUUEEEEEEEEEEEEEE!!!!!! Me hacen tan feliz!!!. Gracias a todos ustedes: Kisuna-chan, Náyade, LiLith, Layla Kyoyama, Sayuki chan, Tzuki, Vale y Silver, de veras, os lo agradezco mucho.

Ahora ya por fin me despido!! Os espero en otro capítulo (vaya, mis notas cada vez se alargan más, no puede ser!!!). Mi dirección de correo es peronella_I@hotmail.com, si alguien quiere escribirme puede hacerlo, jejee!!

Adiós a todos!!!