DÍAS OSCUROS
Capítulo VII
Poco a poco pasaban los días y parecía que la tensión que existía en Hogwarts fue desapareciendo. Ahora los señores Li ya pasaban más desapercibidos, los demás estudiantes se habían acostumbrado a su presencia, aunque eso no quitaba el miedo que muchos sentían al verlos pasar.
Nadie había olvidado aún aquella clase de Defensa contra las Artes Oscuras donde habían descubierto una parte del pasado de Sakura, aunque ninguno de los que lo presenciaron comunicaron nada de eso al resto de alumnos. Lo que les había llevado a ello era la mirada de advertencia que les habían dedicado tanto Sakura como Shaoran. A nadie le incumbía lo que les hubiera pasado a ellos.
Así había pasado el tiempo y ya era el viernes, día que se había decidido que se dedicaría por completo al Club de Duelo. Durante la mañana les enseñaban algunos hechizos que les serían útiles y repasaban los que ya conocían. Además, lo aprendido en las diferentes asignaturas del curso les era muy provechoso. Luego, por la tarde hacían una especie de torneo donde los alumnos se enfrentaban de dos en dos delante del resto del colegio.
Eriol iba recorriendo pensativo por uno de los pasillos del colegio, al día siguiente tendrían una reunión especial en la Orden del Fénix, todos sus miembros darían a conocer los resultados de sus investigaciones por separado. Esa situación empezaba a ser muy molesta, no conocían muy bien a lo que se enfrentaban y lo que más les desconcertaba era que no habían visto ningún movimiento de sus enemigos, al menos en Occidente pensó Eriol.
-¿Por qué estás tan pensativo, Eriol?- le preguntó Sakura que se encontraba junto a Shaoran en uno de los balcones del colegio. Éste era uno de sus lugares favoritos para pasar el tiempo, ya que por ese estrecho pasillo nunca pasaba nadie.
-Vaya, que susto me has dado- le dijo Eriol virando su rumbo y acercándose hacia donde se encontraban. - Pues la verdad es que estaba aclarando mentalmente algunos puntos que se tendrán que tratar mañana en la reunión, ¿os acordáis, verdad?.
-Sí, no temas- dijo Shaoran con voz cansada- sabes que en cuestión de protocolo y reuniones o cualquier tipo de acto semejante somos de los mejores.
-Ay Shaoran, siempre te estás quejando- le dijo cariñosamente Sakura dándole un suave codazo en el costado derecho. - Bueno, si eso ayuda te digo que la reunión es muy importante para unirnos con Occidente.
-Lo sé, Sakura. Pero esto es tan complicado - dijo Shaoran mirando a Eriol- . Es muy difícil acostumbrarse a la magia occidental, la verdad.
-Querido descendiente- dijo mofándose Eriol- para poder dominar las dos tienes que ser alguien fuera de serie, para decirte un ejemplo... me podrías mirar a mi.
-Muy gracioso Eriol- le contestó Shaoran empezando a irritarse por las bromas de su amigo- pero quizá deberías saber que en magia oriental no hay quién me gane, bueno, Sakura se encuentra en el mismo nivel que yo. Así que no alardees tanto de tus enormes conocimientos.
-Creo que deberías aprender a respetar a tus ancestros- seguía Eriol con sus bromas-. Mira, tengo la solución, te reto a un duelo esta tarde, delante de todo el colegio. Así todos presenciarán como el profesor más guapo e inteligente de Hogwarts es el mejor de Oriente.- Eriol empezó a reírse y lanzó una mirada desafiante a Shaoran a la cuál éste le respondió de la misma manera.
-Acepto, Eriol. Ya eres hombre muerto.
-Chicos, por favor- interrumpió la competición que se traían Eriol y Shaoran para ver quién daba más miedo con su mirada- ¿es que no cambiaréis nunca?. Sólo os preocupa demostrar uno a otro quién es el mejor.
Los dos hombres se miraron un rato como si estuvieran discutiendo sobre la respuesta que debían dar a Sakura. Finalmente los dos sonrieron y se giraron con una mirada decisiva. - ¡No!- gritaron los dos como respuesta a Sakura. Ella dio un ligero suspiro de cansancio al ver cómo volvían otra vez a lanzarse miradas asesinas uno a otro.
-De acuerdo, pero deberían esperar para matarse a esta tarde- con eso, Sakura dio por finalizada la discusión.
Hacía ya unos cinco días que habían empezado las clases en Hogwarts y habían descubierto que la magia occidental era muy diferente de la que ellos conocían. Eran los únicos que no tenían varita, aún así podían llevar a cabo los diferentes hechizos que les enseñaban, sólo tenían que concentrar su energía en la palma de su mano. Aunque Eriol podía hacer lo mismo que ellos, él prefería llevar su varita cuando practicaba magia occidental, ya que como profesor de veía con la obligación de enseñarles a sus alumnos los movimientos correctos.
-Cambiando de tema- dijo entonces Eriol-. Habéis aprovechado el tiempo esta semana, ¿verdad?.
-Claro que sí, Eriol- dijo Shaoran poniéndose serio-. Estamos investigando por nuestra cuenta a los alumnos. Sakura, explícale lo que me has dicho esta noche.
-Verás - empezó a explicar Sakura- vamos lentos, por ahora sólo me he fijado en dos personas. Ellas poseen un potencial muy grande y están de nuestro lado. Les he hecho una pequeña prueba sin que se dieran cuenta.
-Ajá - decía Eriol pensativamente- ¿y quiénes son esas personas?
-Pertenecen a Gryffindor, una de ellas es la que me hizo el hechizo en tu clase, la otra no sé como se llama, pero ya te lo indicaré cuando las vea, ¿de acuerdo?.
-Bien, creo que ya va siendo hora que conozcáis algún nombre de los alumnos, ¿no?. ¿Ni siquiera conocéis a nadie de vuestra propia casa?.
-No tenemos tiempo ni ganas para ello- le cortó Shaoran- esto no es un viaje de placer y tú deberías saberlo.
-Lo sé, pero es que os lo tomáis todo demasiado en serio. Aunque entiendo perfectamente vuestros motivos, no os molestaré más con eso.
Los tres retomaron de nuevo la marcha. Habían decidido que tanto Sakura como Shaoran se dedicarían a investigar a los alumnos para poder descubrir su auténtico potencial. Eso era una medida desesperada que se había decidido tomar en cuenta debido a las especiales circunstancias en que se encontraban. Para eso también ayudaba el hecho de que el viernes fuera dedicado al Club de Duelo. Ellos llevaban a cabo lentamente su misión, habían decidido que se tomarían su tiempo para que no fueran descubiertos.
Eran muy cautos. Además ellos lo tenían mas fácil que los profesores, que debían tratar a todos los alumnos por igual. Como puntos a favor contaban con que no eran conocidos en Occidente y nadie veía en ellos su verdadera imagen como las dos personas más poderosas de Oriente.
Fueron yendo hacía el exterior, donde tendría lugar la primera sesión de duelo del viernes. Allí iban llegando lentamente y se colocaban según sus casas. Una vez llegaron, Eriol se despidió de ellos y fue hacia el lugar donde se encontraban todos los profesores de Hogwarts. Sakura y Shaoran se quedaron apartados de los demás esperando para ver como se llevaba a cabo esta actividad.
-Buenos días queridos alumnos- dijo de manera afable el profesor Dumbeldore- hoy empezamos de nuevo con nuestro Club de Duelo, y, como os ha informado el profesor Hiraguizawa, este año se le dedicará un día entero. Podemos empezar.
Eriol Hiraguizawa y Severus Snape se adelantaron al resto de profesores. Los dos subieron encima de la tarima alargada donde se realizaban los duelos. Ellos eran los profesores titulares de esta "asignatura". Desde allí encima observaron atentamente a sus alumnos.
-Como todos ustedes saben, dedicaremos toda la mañana a practicar hechizos para que podáis llevarlos a cabo esta tarde, durante el torneo que se realizará aquí mismo- dijo el profesor Snape.
-Así que por favor, poneros por parejas- dijo el profesor Hiraguizawa-. Empezaremos con el hechizo desarmador. Vamos allá.
Durante unas tres horas estuvieron practicando los diferentes hechizos bajo la atenta mirada de todos sus profesores. Cuando pasó este tiempo todos estaban fatigados, nunca antes estuvieron tanto tiempo entrenando de esa forma. Estaba claro que les hacía falta muchos días como esos para poder acostumbrarse.
Durante la comida casi nadie dijo nada, todos estaban hambrientos. Los profesores se reían al ver a sus alumnos exhaustos, dejaron más tiempo que el normal para la comida ya que todos deberían reponer fuerzas para la tarde.
Para elegir a los contrincantes por la tarde se había decidido que realizarían un sorteo. Todos ya estaban de nuevo esperando con muchas ganas que empezara el torneo. Hasta ahora nunca se había hecho de esta forma.
-Bien, para elegir a las parejas se realizará un sorteo- dijo Eriol hacia todos los alumnos que lo miraban con ganas-. El profesor Dumbeldore tiene en su mano todos los nombres de los alumnos, escogerá dos al azar y así se formarán las parejas, ¿entendido?.
Sí, todos lo habían entendido. Si se tenía que ir por parejas eso terminaría muy tarde, eran muchos los alumnos que pertenecían al colegio. Además eso significaría que muchos de ellos estarían observando igual que pasaba con el Quidditch. Bueno, la única diferencia era que cualquier de ellos podían ser elegidos para ir a la tarima.
-Enseguida empezaremos- dijo Snape- pero antes podremos presenciar un duelo especial de magia oriental por expreso deseo del profesor Hiraguizawa. Pensamos interesante aprovechar la oportunidad para que aprendáis diferentes maneras de hacer magia.
-Podréis ver cómo es muy diferente a lo que estamos acostumbrados nosotros- empezó a explicar Eriol-. Los duelos son una combinación entre hechizos y diferentes movimientos de lucha. Es mucho más dinámico que lo que conocéis y se admiten todo tipo de armas. Ahora que está más o menos explicado, señor Li, por favor puede acercarse.
Shaoran subió a la tarima y se puso delante de Eriol con una mirada desafiante a la que el profesor Hiraguizawa respondió con una sonrisa de satisfacción. Sakura se acercó un poco más para poder ver el espectáculo, seguro que sería uno de los mejores duelos que se habrían presenciado en Hogwarts, dos seres muy poderosos se enfrentarían allí mismo.
El resto de personas se quedó observando en silencio, ¿cómo sería un duelo oriental?. Nadie tenía ni idea. Entre las personas que miraban atentamente a los dos hombres que se encontraban encima de la tarima había una chica de unos dieciséis años con un hermoso pelo negro peinado con dos trenzas que le llegaban hasta la cintura, sus ojos eran de un color azul profundo y mostraban una expresión triste. Ella pertenecía a Ravenclaw, aunque debido a su extraño carácter no tenía muchos amigos, una de las personas con las que se llevaba mejor era Ginny Weasley, de Gryffindor. A pesar de ser de casas diferentes eran casi inseparables.
Los dos contrincantes se saludaron respetuosamente dando lugar al inicio de su enfrentamiento. Se iban estudiando atentamente calculando el ataque que les daría un mejor resultado.
-Bien, querido descendiente- dijo Eriol burlonamente- veamos que tal te defiendes de mi primer ataque-. Mientras decía esto, Eriol empezó a mover sus manos en las que empezaban a aparecer unos hilos semitransparentes de diferentes colores.- Hilos arcoiris, atrapadle.
De las manos de Eriol salieron los hilos que se habían formado anteriormente y fueron directamente hacia el cuerpo de Shaoran. Eran muy rápidos, casi no se podía ver cómo actuaban, de lo único que se daban cuenta era de que cada vez Shaoran estaba envuelto con más de esos hilos aunque él no se había movido en lo más mínimo.
-Vaya vaya- Shaoran seguía de pie tranquilamente ante el ataque que estaba recibiendo- si crees que con ese estúpido truco de niños vas a atraparte supongo que reconocerás que estás equivocado. Odio que me hagas eso y lo sabes.
De un rápido movimiento Shaoran destrozó todos los hilos, Eriol se quedó un poco sorprendido, no dudaba que se pudiera deshacer sin problemas de su ataque por eso lo había reforzado, eran unos hilos muy fuertes que aguantaban mucho. Sin duda Shaoran no perdió el tiempo, pensaba Eriol, de verdad se había convertido en el hombre más poderoso de Oriente.
-Dios del agua acude a mi llamada- de repente una gran cantidad de agua apareció alrededor de Shaoran que en un visto y no visto fue directamente hacia Eriol, quién se tuvo que proteger con sus brazos para no salir lastimado.
Shaoran estaba controlando la columna de agua que se apretaba alrededor de Eriol. Con sus brazos iba realizando cada vez un círculo más concentrado. Eriol empezaba a pasarlo mal, el agua lo estaba asfixiando, concentrando toda su energía empezó a crear una barrera a su alrededor que repelía el ataque. Al ver esto, Shaoran paró su hechizo y se dispuso a esperar un contraataque por parte de Eriol.
Al ver como Shaoran lo había dejado, Eriol volvió a la carga inmediatamente. Se había dado cuenta que con lo único que podía vencer a Shaoran era tomándole por sorpresa, aunque eso era muy difícil. Empezó a elevarse hacia el cielo dispuesto a lanzar un ataque aéreo. Sin duda esa era su mejor posibilidad, no tenía constancia de que Shaoran pudiera flotar, así que se encontraría más desprotegido si él lanzaba ataques desde una altura considerable.
-Destello- dijo Eriol a la vez que una luz encegadora dejó sin el sentido de la vista a todos los que se encontraban observando la escena. Enseguida bajó directamente hacia Shaoran - Fuego azul- el cuerpo de Shaoran empezó a envolverse en unas extrañas llamas azules que iban quemándole poco a poco su ropa. Eriol estaba observando el espectáculo cuando de repente fue lanzado por una gran fuerza hacia atrás.
Shaoran se había quitado su túnica que se estaba quedando en cenizas. Esas llamas azules eran especiales y no se podían apagar. Después había lanzado una gran oleada de viento que había cogido desprevenido a Eriol, que se quedó tirado en el suelo. Shaoran se acercó a él y le miró fijamente.
-¿Dejamos el calentamiento y empezamos de verdad?- le preguntó al hombre que estaba en el suelo.
-Estoy de acuerdo- dijo Eriol mientras se iba levantando y se sacudía el polvo de sus ropas- ahora sí, prepárate a sufrir.
Sus cuerpos empezaron a emitir una extraña luz que rodeó a los dos chicos. Cuando las dos figuras se volvieron visibles de nuevo, se pudo comprobar varios cambios en ellos. El vestuario de Eriol no había cambiado, llevaba su túnica azul oscura con los símbolos del sol y la luna y sus pantalones blancos. Lo que destacaba en él era que en su mano tenía algo parecido a un enorme bastón también de color azul oscuro con los mismos símbolos que llevaba en su ropa.
El que sí que había cambiado era Shaoran. Había cambiado su ropa por el traje de entrenamiento, que se componía de unos pantalones negros y una túnica color rojo oscuro adornada por un gran dragón dorado que se arremolinaba en su cuerpo. En su mano llevaba una gran espada muy hermosa que brillaba sin parar.
Nadie pudo entender a qué se debía esos cambios. No lograban entender nada. Esperaron a ver que pasaba en la tarima. Ya había unos cuantos alumnos que hacían apuestas sobre quién de los dos ganaría, la mayoría de ellos decían que el vencedor sería Eriol, ya que era su profesor y no creían que un alumno, aunque fuera tan especial como Shaoran, pudiera vencer a un profesor.
Los profesores observaban atentamente el duelo que se llevaba a cabo. En algún momento parecía que se estaba perdiendo el control de los hechizos que se realizaban, pero enseguida recordaban quiénes eran los dos personajes que se enfrentaban. Nadie se hubiera imaginado que el profesor Hiraguizawa fuera la reencarnación del gran Clow Reed, que fue conocido como el mejor hechicero tanto de Oriente como Occidente. Habían oído que había reencarnado pero nunca supieron si eso era verdad o no. Lo que había resuelto la incógnita fue el vestuario característico que llevaba Eriol desde el inicio del presente curso. Ahora habían entendido porque el señor Dumbeldore lo había llamado para ser profesor y había ingresado en la Orden del Fénix.
Eriol y Shaoran se lanzaron uno contra otro con sus armas hacia delante. Cuando éstas chocaron un montón de chispas salieron de ellas, allí se encontraban los dos chicos mirándose con decisión. Alrededor de ellos empezó a brillar una extraña aura que era de colores diferentes, verde para Shaoran y azul para Eriol. Los dos saltaron hacia atrás empuñando sus armas.
-Dios del viento acude a mi llamada- gritó Shaoran a la vez que realizaba unos difíciles movimientos con su espada.
Igual que antes, un gran remolino rodeó a Eriol y lo aprisionó en su interior. El cuerpo de Eriol estaba flotando en el aire sin que pudiera hacer nada para impedirlo. Agarrando fuertemente su báculo empezó a romper poco a poco el remolino de viento que se encontraba a su alrededor.
Shaoran se elevó rápidamente en el aire y se paró al frente del remolino que había creado. Allí se veía como Eriol iba neutralizando el hechizo. En seguida concentró energía a su alrededor - Cuchillas de hielo-. Una serie de trozos de hielo empezó a alcanzar a Eriol.
Después de recibir unos cuantos golpes certeros, Eriol se concentró y con el báculo empezó a devolverle las cuchillas a Shaoran, quién tuvo que parar el ataque al ser él mismo el que resultaba herido.
-Veo que has aprovechado el tiempo, querido descendiente- dijo Eriol- pero te hará falta mucho más que eso para vencerme-. Cogió su báculo con las dos manos y la elevó hacia el sol.- Conviértete en la espada del Sol, ¡ahora!.
Enseguida el báculo azul oscuro se convirtió en una espada dorada. En el filo llevaba incrustado el nombre de Clow Reed, a quién le perteneció originalmente esa espada. En el mango había un gran sol.
-¿Crees que puedes vencerme en un duelo de espadas?- preguntó Shaoran con orgullo en su voz- espero que sepas bien a lo que te atiendes, Eriol.
Eriol sonrió ante las palabras de Shaoran, la verdad es que se guardaba un as en la manga. Con rápidos movimientos empezaron a darse estocadas uno a otro con movimientos estudiados con anterioridad. Se notaba que los dos tenían mucha práctica, pero para alguien como Sakura que también era experta en el arte de la espada estaba clarísimo que la ventaja la estaba ganando Shaoran.
Cuando Eriol ya estaba acorralado al final de la tarima, parecía que esperaba el golpe con el que sería vencido. De pronto hizo un gran salto a la vez que ordenaba a su espada que luchara por él. Ahora Shaoran estaba ocupado con la espada a la que Eriol había dotado de vida propia. Mientras tanto, Eriol se preparó para su siguiente ataque. Una sonrisa maliciosa apareció en sus labios, - a ver cómo sales de esa querido descendiente-, pensó.
-Oráculo del las estrellas- dijo lentamente Eriol. Enseguida pareció que todas las estrellas que se podían ver en el firmamento durante la noche caían e iban directamente hacia la figura de Shaoran, que se encontraba peleando con la espada del sol. Se levantó una brisa fría que heló la sangre de todos los que estaban allí. Shaoran sintió un gran dolor cuando la espada se clavó en su hombro izquierdo. Enseguida se produjo una gran explosión donde él se encontraba. Todos se alarmaron al ver semejante explosión y sus ojos se posaron en la señora Li, que estaba observando tranquilamente la escena sin inmutarse por los terribles ataques que recibía su marido.
Cuando la escena del enfrentamiento volvió a la normalidad después de la explosión se pudo ver como Shaoran aún estaba de pie con la espada clavada en su hombro. Sus ropas estaban rasgadas, demostrando que el ataque recibido había sido muy poderoso. Numerosas heridas se podían divisar en su cuerpo. Aún así tenía la misma mirada fría de siempre. No daba ninguna señal del dolor que seguramente estaba torturándole.
Eriol por su parte tampoco estaba muy bien. No esperaba que tuviera que utilizar ese último ataque, era uno de los más poderosos que conocía y necesitaba mucha concentración. Se encontraba muy cansado. Aunque había algo que no le hacía buena espina, sabía que estaba mucho más cansado que Shaoran, aunque éste tenía heridas peores que las suyas.
-Te felicito Eriol- dijo Shaoran mientras ante la estupefacción de todos se arrancaba la espada que seguía incrustada en su hombro y obligándola a convertirse de nuevo en el báculo de Eriol-. Nunca me habían herido de esta manera. Pero ya me he cansado de esto.
El aura que rodeaba a Shaoran se fue incrementándose en pocos momentos, poco a poco parecía que el cielo estaba oscureciendo ligeramente. La figura de Shaoran empezó a brillar y entonces pareció que un gran terremoto asolaba el lugar. - Dragón dorado- anunció Shaoran su hechizo.
De la mezcla de los diferentes elementos apareció un enorme dragón dorado, tenía un aspecto amenazador, y recordaba al que llevaba Shaoran en su túnica. Se podía ver como en su dura piel se encontraban los símbolos de los cuatro elementos: la tierra, el fuego, el aire y el agua, además del símbolo del clan Li en color verde, conocido ya por todos los presentes. El dragón lanzó de su boca un rayo de fuego y hielo hacia Eriol para luego golpearle con su cuerpo. En seguida Shaoran hizo desaparecer a su creación y en el cielo volvió a brillar de nuevo el sol de la tarde, que ya se encontraba bastante bajo.
Eriol se encontraba tirado en el suelo, con el golpe del enorme dragón se había caído de la tarima, el duelo había terminado siendo Shaoran su vencedor. Nadie pronunció ningún tipo de exclamación. Se habían dado cuenta de que la magia oriental era muy diferente a la que ellos utilizaban, esa era la primera vez que podían ver un duelo de ese estilo. Lo que más les llamó la atención fue que su profesor fuera el vencido, eso no era normal, en teoría el profesor debe ser mejor que un alumno.
Shaoran bajó y se puso al lado de Eriol tendiéndole una mano para ayudar a que se levantara. Fue entonces cuando se hizo visible el corte provocado por la espada de Eriol, la herida aún seguía abierta. Sakura se acercó a los dos combatientes y se fijó en el estado de Eriol.
-¿Te encuentras bien, Eriol?- le preguntó al chico que no presentaba muy buen aspecto.
-Sí, tranquila Sakura, no te preocupes- le contestó el aludido con una pequeña mueca de dolor.
Todos los que observaban el espectáculo no entendían la actitud de la joven. En vez de ayudar a su marido con la terrible herida que había sufrido, pasaba de él e iba a ver el estado del profesor Hiraguizawa. Esos tres se comportaban de una forma muy extraña.
En pocos minutos tanto Eriol como Shaoran se habían recuperado, eran de espíritu fuerte, por eso se podían recobrar en tan poco tiempo. Lo único que requería un poco más de tiempo era la herida del hombro de Shaoran, que se estaba cerrando lentamente. Por ese motivo los profesores pensaron que era oportuno que no volviera a realizar ningún tipo de esfuerzo durante lo que quedaba de día, que ya no era mucho. Ése duelo había durado mucho tiempo, la tarde ya estaba cayendo.
-Espero que hayan disfrutado de este gran espectáculo- dijo el señor Dumbeldore alzando la voz- nunca antes se había producido uno igual en este colegio. Estoy muy agradecido tanto al profesor Hiraguizawa como al señor Li por habernos propuesto llevarlo a cabo. Creo que por hoy el Club de Duelo ha terminado- todos los alumnos empezaron a quejarse, ellos querían pelear-, aunque ya sé que todos ustedes querían participar en él, el viernes que viene será otro día. Ya es muy tarde. Entremos todos hacia dentro, a ver que nos han preparado hoy para cenar.
No se había programado que el duelo entre Eriol y Shaoran se alargara tanto, pero era muy importante para ellos dos, ninguno de ellos quiso darse por vencido si aún tenían algún hechizo que realizar. Poco a poco todos fueron entrando de nuevo hacia el gran castillo de Hogwarts, iban comentando la pelea que les había dejado atónitos a todos. Después de eso, Hermione sentía mucha más curiosidad que antes para conocer quién eran esos personajes.
Mientras iban hacia adentro, Shaoran se acercó a Eriol lentamente.
-¿Has quedado conforme?- le dijo cuando llegó a su altura-. Sabes que el líder del clan Li no es un ser débil.
-La verdades que me has sorprendido bastante, Shaoran - dijo Eriol mirando a Shaoran pensativamente-. Sabía que eras muy poderoso y tengo que reconocer que los rumores que se escuchan de ti en Oriente son ciertos. De veras eres el hechicero más poderoso de Oriente. Pero quiero preguntarte una cosa, ¿Por qué no has utilizado todo tu poder?, se que aún guardas mucha energía en tu interior.
-Tanto Sakura como yo creemos que no es necesario que los demás se den cuenta de nuestro verdadero poder, aunque tengo que reconocer que has sido un adversario difícil, aunque no puedes engañarme, sé que tampoco has utilizado todo tu poder. Yo también te felicito, he oído que en magia Occidental tampoco hay quién te gane a ti.
-Has oído bien- dijo Eriol lleno de orgullo- eso es cierto. Aunque sería una pésima reencarnación si no fuera así, ¿no crees?.
-Veo que sigues igual de soberbio que siempre, la palabra modestia no existe en tu vocabulario- le contestó Shaoran sonriendo levemente.
-Tu último ataque ha sido espectacular, veo que dominas perfectamente a los elementos, los dioses del agua, fuego, tierra y aire no se equivocaron al elegirte como su señor. Nunca antes había visto algo similar a eso, todos los elementos combinados perfectamente en la imagen de un dragón.
-Tuve muchos problemas para conseguir dominarlo- le explicó Shaoran- me costó muchos días y grandes fracasos, una vez estuve una semana que casi ni me podía mover. Pero de eso ya hace un tiempo, ahora ya no tengo ningún problema con él.
Eriol asintió ante esas palabras. Seguro que un ataque que combinara los cuatro elementos debería ser difícil de realizar. Existen muchas incompetencias entre ellos, si no se usaran bien podían llegar a anularse unos a otros o incluso volverse en contra de quién los hubiera invocado. Por eso el ataque del dragón dorado era tan imponente, además que la forma que había elegido Shaoran para que se manifestara era verdaderamente espectacular.
-Y cambiando de tema- dijo Eriol a la vez que entraban en el gran salón, lugar donde los alumnos pasaban su tiempo libre- ¿Dónde se ha metido Sakura?.
-No lo sé, no me ha dicho nada- contestó Shaoran-.
En eso, Sakura también entra en el gran salón y se acerca hacia la esquina donde se encuentran ellos. Entre las manos tenía un libro muy gastado que había sacado de la biblioteca, llevaba el libro abierto por una página concreta.
-¿Me echaron de menos?- preguntó para llamarles la atención. Los chicos se giraron hacia ella.
-La verdad es que Shaoran ya empezaba a enfurecerse- dijo Eriol hablando con una seriedad sobre actuada- ya le conoces, es tan celoso...
Como respuesta a eso Shaoran le dedicó una mirada asesina a Eriol que aún estaba riéndose de lo que había dicho. Aunque esa mirada hubiera provocado que cualquier persona se arrodillara enseguida pidiendo perdón y clemencia, no tenía ningún tipo de efecto en Eriol.
-He ido a la biblioteca para buscar información sobre el hechizo que nos comentaste que podría haber sido la causa de la muerte de los tres hechiceros en Hong Kong- dijo Sakura con seriedad mientras indicaba el libro que tenía entre las manos-. Según he podido comprobar, los cuerpos presentaban todas las características que se le atribuyen. No daban ninguna señal de que algo raro les hubiera ocurrido.
-Bien- contestó Eriol- ese hechizo es uno de los llamados hechizos prohibidos, se llama Avara Kedabra. Para poder utilizarlo se tiene que tener una mente muy oscura y sólo puede ocasionar maldad. Es el hechizo más poderoso que utilizaba Lord Voldemort durante la época en que atemorizaba a todos. Hace poco que ha vuelto, o al menos eso nos indican diferentes indicios.
-Creo que ese tal Voldemort no fue el que vino a Hong Kong, más bien sospecho de otra persona. Aunque lo que no entiendo muy bien es cómo ha aprendido a hacerlo, ¿sería muy arriesgado pensar que existe algún tipo de contacto entre esas dos personas?- dijo Shaoran mientras miraba al pensativo Eriol.
-Esa es la opción más razonable- le contestó Eriol-. Creo que será mejor que dejemos estas cuestiones y las discutamos mañana en la reunión. Así tal vez se nos pueda responder alguna de las preguntas a las que no encontramos respuesta.
-Está bien, ya veremos que nos dicen en esa reunión- dijo Sakura-. Creo que será mejor que devolvamos el libro mañana, así esta noche nos lo podremos mirar con más detenimiento, ¿qué dices?- le preguntó a su esposo.
-Estoy de acuerdo, yo aún no lo he leído- le respondió éste.
Sakura cerró el libro y se lo puso bajo el brazo. Los tres decidieron que lo iban a guardar en el cuarto de Sakura y Shaoran, Eriol decidió que los acompañaría, así después regresarían juntos al gran salón para la cena, que estaría lista en pocos momentos. Por el camino ninguno de los tres dijo palabra alguna, estaban muy pensativos, cada uno en su propio mundo.
Mientras volvían al gran salón, una chica se les acercó y alzó su cara con expresión triste hacia Eriol. Éste se quedó sin palabras ante ese gesto, no entendía nada. Nunca ninguno de sus alumnos se lo había mirado de esa manera. Empezó a estudiar el rostro de la chica para saber quién era, ya que no la tenía muy vista. Después de un rato descubrió quién era.
-Si no me equivoco, usted es la señorita Sheila Mankiw- le dijo Eriol dedicándole una sonrisa- alumna de quinto curso y pertenece a Ravenclaw, ¿verdad?, ¿quería algo de mi?.
-No se equivoca, profesor- le contestó la chica mientras con su mano se colocaba en su sitio una de sus trenzas oscuras -. He venido a advertirle: Lo que pertenece al pasado no puede sobrevivir en el futuro, a no ser que aún le quede una importante misión que realizar, después de la cual debe sumirse en las tinieblas para siempre.
A Eriol le ocurrió algo que nunca pensó que le pasaría, por primera vez se había quedado sin palabras. No sabía como responder al mensaje que le había dicho una de sus alumnas. Se la quedó mirando fijamente, igual que Sakura y Shaoran que encontraban algo extraña en ella, esa chica era algo más que lo que aparentaba ser.
Después de decir esas palabras pareció que Sheila se quedó contenta, miró de nuevo a Eriol sin ninguna emoción en su rostro y le dirigió la palabra de nuevo.
-Ya veo que no me recuerdas, Clow. No sé como pensé que podrías recordarme, me engañaste incluso en esto.
Después de eso se marchó hacia el gran salón donde se sentó en su mesa de Ravenclaw.
=*=*=*=*=*=*=*=*=*=*
Notas de la autora. Bien, bien he vuelto de nuevo. A partir de ahora me verán poquito por aquí... lo siento! Estoy llena de trabajo, la universidad me está matando.
Bueno, cambiando de tema... ¿qué os parece?. Esta vez la escena de acción me la he trabajado mucho, espero que haya conseguido que pareciera interesante, jeje.
Después de ver los comentarios que me han hecho sobre lo que pregunté en el capítulo anterior, aviso que pondré las escenas violentas cuando haga falta. Ueee, a ver que sale de mi mente, puedo ser muy sádica cuando me lo propongo.
Respecto a la pregunta que me hicieron sobre si Yue y Touya sobrevivieron al desastre... sólo puedo decir que ya se verá, pero para dar una pequeña pista comento que se aparecerán por aquí de nuevo. Espero haber contestado a la pregunta! Jeje. Es que soy muy mala para guardar secretos... ¡No sé mentir!.
Creo que ya he dicho todo lo que tenía que decir, sólo deciros cómo siempre que os agradezco mucho los comentarios que me enviáis, ¡seguid así!. Si hay algo que creéis que no está demasiado bien, no dudéis en decírmelo, estoy abierta a todo tipo de críticas.
Hasta el próximo capítulo!!!
Capítulo VII
Poco a poco pasaban los días y parecía que la tensión que existía en Hogwarts fue desapareciendo. Ahora los señores Li ya pasaban más desapercibidos, los demás estudiantes se habían acostumbrado a su presencia, aunque eso no quitaba el miedo que muchos sentían al verlos pasar.
Nadie había olvidado aún aquella clase de Defensa contra las Artes Oscuras donde habían descubierto una parte del pasado de Sakura, aunque ninguno de los que lo presenciaron comunicaron nada de eso al resto de alumnos. Lo que les había llevado a ello era la mirada de advertencia que les habían dedicado tanto Sakura como Shaoran. A nadie le incumbía lo que les hubiera pasado a ellos.
Así había pasado el tiempo y ya era el viernes, día que se había decidido que se dedicaría por completo al Club de Duelo. Durante la mañana les enseñaban algunos hechizos que les serían útiles y repasaban los que ya conocían. Además, lo aprendido en las diferentes asignaturas del curso les era muy provechoso. Luego, por la tarde hacían una especie de torneo donde los alumnos se enfrentaban de dos en dos delante del resto del colegio.
Eriol iba recorriendo pensativo por uno de los pasillos del colegio, al día siguiente tendrían una reunión especial en la Orden del Fénix, todos sus miembros darían a conocer los resultados de sus investigaciones por separado. Esa situación empezaba a ser muy molesta, no conocían muy bien a lo que se enfrentaban y lo que más les desconcertaba era que no habían visto ningún movimiento de sus enemigos, al menos en Occidente pensó Eriol.
-¿Por qué estás tan pensativo, Eriol?- le preguntó Sakura que se encontraba junto a Shaoran en uno de los balcones del colegio. Éste era uno de sus lugares favoritos para pasar el tiempo, ya que por ese estrecho pasillo nunca pasaba nadie.
-Vaya, que susto me has dado- le dijo Eriol virando su rumbo y acercándose hacia donde se encontraban. - Pues la verdad es que estaba aclarando mentalmente algunos puntos que se tendrán que tratar mañana en la reunión, ¿os acordáis, verdad?.
-Sí, no temas- dijo Shaoran con voz cansada- sabes que en cuestión de protocolo y reuniones o cualquier tipo de acto semejante somos de los mejores.
-Ay Shaoran, siempre te estás quejando- le dijo cariñosamente Sakura dándole un suave codazo en el costado derecho. - Bueno, si eso ayuda te digo que la reunión es muy importante para unirnos con Occidente.
-Lo sé, Sakura. Pero esto es tan complicado - dijo Shaoran mirando a Eriol- . Es muy difícil acostumbrarse a la magia occidental, la verdad.
-Querido descendiente- dijo mofándose Eriol- para poder dominar las dos tienes que ser alguien fuera de serie, para decirte un ejemplo... me podrías mirar a mi.
-Muy gracioso Eriol- le contestó Shaoran empezando a irritarse por las bromas de su amigo- pero quizá deberías saber que en magia oriental no hay quién me gane, bueno, Sakura se encuentra en el mismo nivel que yo. Así que no alardees tanto de tus enormes conocimientos.
-Creo que deberías aprender a respetar a tus ancestros- seguía Eriol con sus bromas-. Mira, tengo la solución, te reto a un duelo esta tarde, delante de todo el colegio. Así todos presenciarán como el profesor más guapo e inteligente de Hogwarts es el mejor de Oriente.- Eriol empezó a reírse y lanzó una mirada desafiante a Shaoran a la cuál éste le respondió de la misma manera.
-Acepto, Eriol. Ya eres hombre muerto.
-Chicos, por favor- interrumpió la competición que se traían Eriol y Shaoran para ver quién daba más miedo con su mirada- ¿es que no cambiaréis nunca?. Sólo os preocupa demostrar uno a otro quién es el mejor.
Los dos hombres se miraron un rato como si estuvieran discutiendo sobre la respuesta que debían dar a Sakura. Finalmente los dos sonrieron y se giraron con una mirada decisiva. - ¡No!- gritaron los dos como respuesta a Sakura. Ella dio un ligero suspiro de cansancio al ver cómo volvían otra vez a lanzarse miradas asesinas uno a otro.
-De acuerdo, pero deberían esperar para matarse a esta tarde- con eso, Sakura dio por finalizada la discusión.
Hacía ya unos cinco días que habían empezado las clases en Hogwarts y habían descubierto que la magia occidental era muy diferente de la que ellos conocían. Eran los únicos que no tenían varita, aún así podían llevar a cabo los diferentes hechizos que les enseñaban, sólo tenían que concentrar su energía en la palma de su mano. Aunque Eriol podía hacer lo mismo que ellos, él prefería llevar su varita cuando practicaba magia occidental, ya que como profesor de veía con la obligación de enseñarles a sus alumnos los movimientos correctos.
-Cambiando de tema- dijo entonces Eriol-. Habéis aprovechado el tiempo esta semana, ¿verdad?.
-Claro que sí, Eriol- dijo Shaoran poniéndose serio-. Estamos investigando por nuestra cuenta a los alumnos. Sakura, explícale lo que me has dicho esta noche.
-Verás - empezó a explicar Sakura- vamos lentos, por ahora sólo me he fijado en dos personas. Ellas poseen un potencial muy grande y están de nuestro lado. Les he hecho una pequeña prueba sin que se dieran cuenta.
-Ajá - decía Eriol pensativamente- ¿y quiénes son esas personas?
-Pertenecen a Gryffindor, una de ellas es la que me hizo el hechizo en tu clase, la otra no sé como se llama, pero ya te lo indicaré cuando las vea, ¿de acuerdo?.
-Bien, creo que ya va siendo hora que conozcáis algún nombre de los alumnos, ¿no?. ¿Ni siquiera conocéis a nadie de vuestra propia casa?.
-No tenemos tiempo ni ganas para ello- le cortó Shaoran- esto no es un viaje de placer y tú deberías saberlo.
-Lo sé, pero es que os lo tomáis todo demasiado en serio. Aunque entiendo perfectamente vuestros motivos, no os molestaré más con eso.
Los tres retomaron de nuevo la marcha. Habían decidido que tanto Sakura como Shaoran se dedicarían a investigar a los alumnos para poder descubrir su auténtico potencial. Eso era una medida desesperada que se había decidido tomar en cuenta debido a las especiales circunstancias en que se encontraban. Para eso también ayudaba el hecho de que el viernes fuera dedicado al Club de Duelo. Ellos llevaban a cabo lentamente su misión, habían decidido que se tomarían su tiempo para que no fueran descubiertos.
Eran muy cautos. Además ellos lo tenían mas fácil que los profesores, que debían tratar a todos los alumnos por igual. Como puntos a favor contaban con que no eran conocidos en Occidente y nadie veía en ellos su verdadera imagen como las dos personas más poderosas de Oriente.
Fueron yendo hacía el exterior, donde tendría lugar la primera sesión de duelo del viernes. Allí iban llegando lentamente y se colocaban según sus casas. Una vez llegaron, Eriol se despidió de ellos y fue hacia el lugar donde se encontraban todos los profesores de Hogwarts. Sakura y Shaoran se quedaron apartados de los demás esperando para ver como se llevaba a cabo esta actividad.
-Buenos días queridos alumnos- dijo de manera afable el profesor Dumbeldore- hoy empezamos de nuevo con nuestro Club de Duelo, y, como os ha informado el profesor Hiraguizawa, este año se le dedicará un día entero. Podemos empezar.
Eriol Hiraguizawa y Severus Snape se adelantaron al resto de profesores. Los dos subieron encima de la tarima alargada donde se realizaban los duelos. Ellos eran los profesores titulares de esta "asignatura". Desde allí encima observaron atentamente a sus alumnos.
-Como todos ustedes saben, dedicaremos toda la mañana a practicar hechizos para que podáis llevarlos a cabo esta tarde, durante el torneo que se realizará aquí mismo- dijo el profesor Snape.
-Así que por favor, poneros por parejas- dijo el profesor Hiraguizawa-. Empezaremos con el hechizo desarmador. Vamos allá.
Durante unas tres horas estuvieron practicando los diferentes hechizos bajo la atenta mirada de todos sus profesores. Cuando pasó este tiempo todos estaban fatigados, nunca antes estuvieron tanto tiempo entrenando de esa forma. Estaba claro que les hacía falta muchos días como esos para poder acostumbrarse.
Durante la comida casi nadie dijo nada, todos estaban hambrientos. Los profesores se reían al ver a sus alumnos exhaustos, dejaron más tiempo que el normal para la comida ya que todos deberían reponer fuerzas para la tarde.
Para elegir a los contrincantes por la tarde se había decidido que realizarían un sorteo. Todos ya estaban de nuevo esperando con muchas ganas que empezara el torneo. Hasta ahora nunca se había hecho de esta forma.
-Bien, para elegir a las parejas se realizará un sorteo- dijo Eriol hacia todos los alumnos que lo miraban con ganas-. El profesor Dumbeldore tiene en su mano todos los nombres de los alumnos, escogerá dos al azar y así se formarán las parejas, ¿entendido?.
Sí, todos lo habían entendido. Si se tenía que ir por parejas eso terminaría muy tarde, eran muchos los alumnos que pertenecían al colegio. Además eso significaría que muchos de ellos estarían observando igual que pasaba con el Quidditch. Bueno, la única diferencia era que cualquier de ellos podían ser elegidos para ir a la tarima.
-Enseguida empezaremos- dijo Snape- pero antes podremos presenciar un duelo especial de magia oriental por expreso deseo del profesor Hiraguizawa. Pensamos interesante aprovechar la oportunidad para que aprendáis diferentes maneras de hacer magia.
-Podréis ver cómo es muy diferente a lo que estamos acostumbrados nosotros- empezó a explicar Eriol-. Los duelos son una combinación entre hechizos y diferentes movimientos de lucha. Es mucho más dinámico que lo que conocéis y se admiten todo tipo de armas. Ahora que está más o menos explicado, señor Li, por favor puede acercarse.
Shaoran subió a la tarima y se puso delante de Eriol con una mirada desafiante a la que el profesor Hiraguizawa respondió con una sonrisa de satisfacción. Sakura se acercó un poco más para poder ver el espectáculo, seguro que sería uno de los mejores duelos que se habrían presenciado en Hogwarts, dos seres muy poderosos se enfrentarían allí mismo.
El resto de personas se quedó observando en silencio, ¿cómo sería un duelo oriental?. Nadie tenía ni idea. Entre las personas que miraban atentamente a los dos hombres que se encontraban encima de la tarima había una chica de unos dieciséis años con un hermoso pelo negro peinado con dos trenzas que le llegaban hasta la cintura, sus ojos eran de un color azul profundo y mostraban una expresión triste. Ella pertenecía a Ravenclaw, aunque debido a su extraño carácter no tenía muchos amigos, una de las personas con las que se llevaba mejor era Ginny Weasley, de Gryffindor. A pesar de ser de casas diferentes eran casi inseparables.
Los dos contrincantes se saludaron respetuosamente dando lugar al inicio de su enfrentamiento. Se iban estudiando atentamente calculando el ataque que les daría un mejor resultado.
-Bien, querido descendiente- dijo Eriol burlonamente- veamos que tal te defiendes de mi primer ataque-. Mientras decía esto, Eriol empezó a mover sus manos en las que empezaban a aparecer unos hilos semitransparentes de diferentes colores.- Hilos arcoiris, atrapadle.
De las manos de Eriol salieron los hilos que se habían formado anteriormente y fueron directamente hacia el cuerpo de Shaoran. Eran muy rápidos, casi no se podía ver cómo actuaban, de lo único que se daban cuenta era de que cada vez Shaoran estaba envuelto con más de esos hilos aunque él no se había movido en lo más mínimo.
-Vaya vaya- Shaoran seguía de pie tranquilamente ante el ataque que estaba recibiendo- si crees que con ese estúpido truco de niños vas a atraparte supongo que reconocerás que estás equivocado. Odio que me hagas eso y lo sabes.
De un rápido movimiento Shaoran destrozó todos los hilos, Eriol se quedó un poco sorprendido, no dudaba que se pudiera deshacer sin problemas de su ataque por eso lo había reforzado, eran unos hilos muy fuertes que aguantaban mucho. Sin duda Shaoran no perdió el tiempo, pensaba Eriol, de verdad se había convertido en el hombre más poderoso de Oriente.
-Dios del agua acude a mi llamada- de repente una gran cantidad de agua apareció alrededor de Shaoran que en un visto y no visto fue directamente hacia Eriol, quién se tuvo que proteger con sus brazos para no salir lastimado.
Shaoran estaba controlando la columna de agua que se apretaba alrededor de Eriol. Con sus brazos iba realizando cada vez un círculo más concentrado. Eriol empezaba a pasarlo mal, el agua lo estaba asfixiando, concentrando toda su energía empezó a crear una barrera a su alrededor que repelía el ataque. Al ver esto, Shaoran paró su hechizo y se dispuso a esperar un contraataque por parte de Eriol.
Al ver como Shaoran lo había dejado, Eriol volvió a la carga inmediatamente. Se había dado cuenta que con lo único que podía vencer a Shaoran era tomándole por sorpresa, aunque eso era muy difícil. Empezó a elevarse hacia el cielo dispuesto a lanzar un ataque aéreo. Sin duda esa era su mejor posibilidad, no tenía constancia de que Shaoran pudiera flotar, así que se encontraría más desprotegido si él lanzaba ataques desde una altura considerable.
-Destello- dijo Eriol a la vez que una luz encegadora dejó sin el sentido de la vista a todos los que se encontraban observando la escena. Enseguida bajó directamente hacia Shaoran - Fuego azul- el cuerpo de Shaoran empezó a envolverse en unas extrañas llamas azules que iban quemándole poco a poco su ropa. Eriol estaba observando el espectáculo cuando de repente fue lanzado por una gran fuerza hacia atrás.
Shaoran se había quitado su túnica que se estaba quedando en cenizas. Esas llamas azules eran especiales y no se podían apagar. Después había lanzado una gran oleada de viento que había cogido desprevenido a Eriol, que se quedó tirado en el suelo. Shaoran se acercó a él y le miró fijamente.
-¿Dejamos el calentamiento y empezamos de verdad?- le preguntó al hombre que estaba en el suelo.
-Estoy de acuerdo- dijo Eriol mientras se iba levantando y se sacudía el polvo de sus ropas- ahora sí, prepárate a sufrir.
Sus cuerpos empezaron a emitir una extraña luz que rodeó a los dos chicos. Cuando las dos figuras se volvieron visibles de nuevo, se pudo comprobar varios cambios en ellos. El vestuario de Eriol no había cambiado, llevaba su túnica azul oscura con los símbolos del sol y la luna y sus pantalones blancos. Lo que destacaba en él era que en su mano tenía algo parecido a un enorme bastón también de color azul oscuro con los mismos símbolos que llevaba en su ropa.
El que sí que había cambiado era Shaoran. Había cambiado su ropa por el traje de entrenamiento, que se componía de unos pantalones negros y una túnica color rojo oscuro adornada por un gran dragón dorado que se arremolinaba en su cuerpo. En su mano llevaba una gran espada muy hermosa que brillaba sin parar.
Nadie pudo entender a qué se debía esos cambios. No lograban entender nada. Esperaron a ver que pasaba en la tarima. Ya había unos cuantos alumnos que hacían apuestas sobre quién de los dos ganaría, la mayoría de ellos decían que el vencedor sería Eriol, ya que era su profesor y no creían que un alumno, aunque fuera tan especial como Shaoran, pudiera vencer a un profesor.
Los profesores observaban atentamente el duelo que se llevaba a cabo. En algún momento parecía que se estaba perdiendo el control de los hechizos que se realizaban, pero enseguida recordaban quiénes eran los dos personajes que se enfrentaban. Nadie se hubiera imaginado que el profesor Hiraguizawa fuera la reencarnación del gran Clow Reed, que fue conocido como el mejor hechicero tanto de Oriente como Occidente. Habían oído que había reencarnado pero nunca supieron si eso era verdad o no. Lo que había resuelto la incógnita fue el vestuario característico que llevaba Eriol desde el inicio del presente curso. Ahora habían entendido porque el señor Dumbeldore lo había llamado para ser profesor y había ingresado en la Orden del Fénix.
Eriol y Shaoran se lanzaron uno contra otro con sus armas hacia delante. Cuando éstas chocaron un montón de chispas salieron de ellas, allí se encontraban los dos chicos mirándose con decisión. Alrededor de ellos empezó a brillar una extraña aura que era de colores diferentes, verde para Shaoran y azul para Eriol. Los dos saltaron hacia atrás empuñando sus armas.
-Dios del viento acude a mi llamada- gritó Shaoran a la vez que realizaba unos difíciles movimientos con su espada.
Igual que antes, un gran remolino rodeó a Eriol y lo aprisionó en su interior. El cuerpo de Eriol estaba flotando en el aire sin que pudiera hacer nada para impedirlo. Agarrando fuertemente su báculo empezó a romper poco a poco el remolino de viento que se encontraba a su alrededor.
Shaoran se elevó rápidamente en el aire y se paró al frente del remolino que había creado. Allí se veía como Eriol iba neutralizando el hechizo. En seguida concentró energía a su alrededor - Cuchillas de hielo-. Una serie de trozos de hielo empezó a alcanzar a Eriol.
Después de recibir unos cuantos golpes certeros, Eriol se concentró y con el báculo empezó a devolverle las cuchillas a Shaoran, quién tuvo que parar el ataque al ser él mismo el que resultaba herido.
-Veo que has aprovechado el tiempo, querido descendiente- dijo Eriol- pero te hará falta mucho más que eso para vencerme-. Cogió su báculo con las dos manos y la elevó hacia el sol.- Conviértete en la espada del Sol, ¡ahora!.
Enseguida el báculo azul oscuro se convirtió en una espada dorada. En el filo llevaba incrustado el nombre de Clow Reed, a quién le perteneció originalmente esa espada. En el mango había un gran sol.
-¿Crees que puedes vencerme en un duelo de espadas?- preguntó Shaoran con orgullo en su voz- espero que sepas bien a lo que te atiendes, Eriol.
Eriol sonrió ante las palabras de Shaoran, la verdad es que se guardaba un as en la manga. Con rápidos movimientos empezaron a darse estocadas uno a otro con movimientos estudiados con anterioridad. Se notaba que los dos tenían mucha práctica, pero para alguien como Sakura que también era experta en el arte de la espada estaba clarísimo que la ventaja la estaba ganando Shaoran.
Cuando Eriol ya estaba acorralado al final de la tarima, parecía que esperaba el golpe con el que sería vencido. De pronto hizo un gran salto a la vez que ordenaba a su espada que luchara por él. Ahora Shaoran estaba ocupado con la espada a la que Eriol había dotado de vida propia. Mientras tanto, Eriol se preparó para su siguiente ataque. Una sonrisa maliciosa apareció en sus labios, - a ver cómo sales de esa querido descendiente-, pensó.
-Oráculo del las estrellas- dijo lentamente Eriol. Enseguida pareció que todas las estrellas que se podían ver en el firmamento durante la noche caían e iban directamente hacia la figura de Shaoran, que se encontraba peleando con la espada del sol. Se levantó una brisa fría que heló la sangre de todos los que estaban allí. Shaoran sintió un gran dolor cuando la espada se clavó en su hombro izquierdo. Enseguida se produjo una gran explosión donde él se encontraba. Todos se alarmaron al ver semejante explosión y sus ojos se posaron en la señora Li, que estaba observando tranquilamente la escena sin inmutarse por los terribles ataques que recibía su marido.
Cuando la escena del enfrentamiento volvió a la normalidad después de la explosión se pudo ver como Shaoran aún estaba de pie con la espada clavada en su hombro. Sus ropas estaban rasgadas, demostrando que el ataque recibido había sido muy poderoso. Numerosas heridas se podían divisar en su cuerpo. Aún así tenía la misma mirada fría de siempre. No daba ninguna señal del dolor que seguramente estaba torturándole.
Eriol por su parte tampoco estaba muy bien. No esperaba que tuviera que utilizar ese último ataque, era uno de los más poderosos que conocía y necesitaba mucha concentración. Se encontraba muy cansado. Aunque había algo que no le hacía buena espina, sabía que estaba mucho más cansado que Shaoran, aunque éste tenía heridas peores que las suyas.
-Te felicito Eriol- dijo Shaoran mientras ante la estupefacción de todos se arrancaba la espada que seguía incrustada en su hombro y obligándola a convertirse de nuevo en el báculo de Eriol-. Nunca me habían herido de esta manera. Pero ya me he cansado de esto.
El aura que rodeaba a Shaoran se fue incrementándose en pocos momentos, poco a poco parecía que el cielo estaba oscureciendo ligeramente. La figura de Shaoran empezó a brillar y entonces pareció que un gran terremoto asolaba el lugar. - Dragón dorado- anunció Shaoran su hechizo.
De la mezcla de los diferentes elementos apareció un enorme dragón dorado, tenía un aspecto amenazador, y recordaba al que llevaba Shaoran en su túnica. Se podía ver como en su dura piel se encontraban los símbolos de los cuatro elementos: la tierra, el fuego, el aire y el agua, además del símbolo del clan Li en color verde, conocido ya por todos los presentes. El dragón lanzó de su boca un rayo de fuego y hielo hacia Eriol para luego golpearle con su cuerpo. En seguida Shaoran hizo desaparecer a su creación y en el cielo volvió a brillar de nuevo el sol de la tarde, que ya se encontraba bastante bajo.
Eriol se encontraba tirado en el suelo, con el golpe del enorme dragón se había caído de la tarima, el duelo había terminado siendo Shaoran su vencedor. Nadie pronunció ningún tipo de exclamación. Se habían dado cuenta de que la magia oriental era muy diferente a la que ellos utilizaban, esa era la primera vez que podían ver un duelo de ese estilo. Lo que más les llamó la atención fue que su profesor fuera el vencido, eso no era normal, en teoría el profesor debe ser mejor que un alumno.
Shaoran bajó y se puso al lado de Eriol tendiéndole una mano para ayudar a que se levantara. Fue entonces cuando se hizo visible el corte provocado por la espada de Eriol, la herida aún seguía abierta. Sakura se acercó a los dos combatientes y se fijó en el estado de Eriol.
-¿Te encuentras bien, Eriol?- le preguntó al chico que no presentaba muy buen aspecto.
-Sí, tranquila Sakura, no te preocupes- le contestó el aludido con una pequeña mueca de dolor.
Todos los que observaban el espectáculo no entendían la actitud de la joven. En vez de ayudar a su marido con la terrible herida que había sufrido, pasaba de él e iba a ver el estado del profesor Hiraguizawa. Esos tres se comportaban de una forma muy extraña.
En pocos minutos tanto Eriol como Shaoran se habían recuperado, eran de espíritu fuerte, por eso se podían recobrar en tan poco tiempo. Lo único que requería un poco más de tiempo era la herida del hombro de Shaoran, que se estaba cerrando lentamente. Por ese motivo los profesores pensaron que era oportuno que no volviera a realizar ningún tipo de esfuerzo durante lo que quedaba de día, que ya no era mucho. Ése duelo había durado mucho tiempo, la tarde ya estaba cayendo.
-Espero que hayan disfrutado de este gran espectáculo- dijo el señor Dumbeldore alzando la voz- nunca antes se había producido uno igual en este colegio. Estoy muy agradecido tanto al profesor Hiraguizawa como al señor Li por habernos propuesto llevarlo a cabo. Creo que por hoy el Club de Duelo ha terminado- todos los alumnos empezaron a quejarse, ellos querían pelear-, aunque ya sé que todos ustedes querían participar en él, el viernes que viene será otro día. Ya es muy tarde. Entremos todos hacia dentro, a ver que nos han preparado hoy para cenar.
No se había programado que el duelo entre Eriol y Shaoran se alargara tanto, pero era muy importante para ellos dos, ninguno de ellos quiso darse por vencido si aún tenían algún hechizo que realizar. Poco a poco todos fueron entrando de nuevo hacia el gran castillo de Hogwarts, iban comentando la pelea que les había dejado atónitos a todos. Después de eso, Hermione sentía mucha más curiosidad que antes para conocer quién eran esos personajes.
Mientras iban hacia adentro, Shaoran se acercó a Eriol lentamente.
-¿Has quedado conforme?- le dijo cuando llegó a su altura-. Sabes que el líder del clan Li no es un ser débil.
-La verdades que me has sorprendido bastante, Shaoran - dijo Eriol mirando a Shaoran pensativamente-. Sabía que eras muy poderoso y tengo que reconocer que los rumores que se escuchan de ti en Oriente son ciertos. De veras eres el hechicero más poderoso de Oriente. Pero quiero preguntarte una cosa, ¿Por qué no has utilizado todo tu poder?, se que aún guardas mucha energía en tu interior.
-Tanto Sakura como yo creemos que no es necesario que los demás se den cuenta de nuestro verdadero poder, aunque tengo que reconocer que has sido un adversario difícil, aunque no puedes engañarme, sé que tampoco has utilizado todo tu poder. Yo también te felicito, he oído que en magia Occidental tampoco hay quién te gane a ti.
-Has oído bien- dijo Eriol lleno de orgullo- eso es cierto. Aunque sería una pésima reencarnación si no fuera así, ¿no crees?.
-Veo que sigues igual de soberbio que siempre, la palabra modestia no existe en tu vocabulario- le contestó Shaoran sonriendo levemente.
-Tu último ataque ha sido espectacular, veo que dominas perfectamente a los elementos, los dioses del agua, fuego, tierra y aire no se equivocaron al elegirte como su señor. Nunca antes había visto algo similar a eso, todos los elementos combinados perfectamente en la imagen de un dragón.
-Tuve muchos problemas para conseguir dominarlo- le explicó Shaoran- me costó muchos días y grandes fracasos, una vez estuve una semana que casi ni me podía mover. Pero de eso ya hace un tiempo, ahora ya no tengo ningún problema con él.
Eriol asintió ante esas palabras. Seguro que un ataque que combinara los cuatro elementos debería ser difícil de realizar. Existen muchas incompetencias entre ellos, si no se usaran bien podían llegar a anularse unos a otros o incluso volverse en contra de quién los hubiera invocado. Por eso el ataque del dragón dorado era tan imponente, además que la forma que había elegido Shaoran para que se manifestara era verdaderamente espectacular.
-Y cambiando de tema- dijo Eriol a la vez que entraban en el gran salón, lugar donde los alumnos pasaban su tiempo libre- ¿Dónde se ha metido Sakura?.
-No lo sé, no me ha dicho nada- contestó Shaoran-.
En eso, Sakura también entra en el gran salón y se acerca hacia la esquina donde se encuentran ellos. Entre las manos tenía un libro muy gastado que había sacado de la biblioteca, llevaba el libro abierto por una página concreta.
-¿Me echaron de menos?- preguntó para llamarles la atención. Los chicos se giraron hacia ella.
-La verdad es que Shaoran ya empezaba a enfurecerse- dijo Eriol hablando con una seriedad sobre actuada- ya le conoces, es tan celoso...
Como respuesta a eso Shaoran le dedicó una mirada asesina a Eriol que aún estaba riéndose de lo que había dicho. Aunque esa mirada hubiera provocado que cualquier persona se arrodillara enseguida pidiendo perdón y clemencia, no tenía ningún tipo de efecto en Eriol.
-He ido a la biblioteca para buscar información sobre el hechizo que nos comentaste que podría haber sido la causa de la muerte de los tres hechiceros en Hong Kong- dijo Sakura con seriedad mientras indicaba el libro que tenía entre las manos-. Según he podido comprobar, los cuerpos presentaban todas las características que se le atribuyen. No daban ninguna señal de que algo raro les hubiera ocurrido.
-Bien- contestó Eriol- ese hechizo es uno de los llamados hechizos prohibidos, se llama Avara Kedabra. Para poder utilizarlo se tiene que tener una mente muy oscura y sólo puede ocasionar maldad. Es el hechizo más poderoso que utilizaba Lord Voldemort durante la época en que atemorizaba a todos. Hace poco que ha vuelto, o al menos eso nos indican diferentes indicios.
-Creo que ese tal Voldemort no fue el que vino a Hong Kong, más bien sospecho de otra persona. Aunque lo que no entiendo muy bien es cómo ha aprendido a hacerlo, ¿sería muy arriesgado pensar que existe algún tipo de contacto entre esas dos personas?- dijo Shaoran mientras miraba al pensativo Eriol.
-Esa es la opción más razonable- le contestó Eriol-. Creo que será mejor que dejemos estas cuestiones y las discutamos mañana en la reunión. Así tal vez se nos pueda responder alguna de las preguntas a las que no encontramos respuesta.
-Está bien, ya veremos que nos dicen en esa reunión- dijo Sakura-. Creo que será mejor que devolvamos el libro mañana, así esta noche nos lo podremos mirar con más detenimiento, ¿qué dices?- le preguntó a su esposo.
-Estoy de acuerdo, yo aún no lo he leído- le respondió éste.
Sakura cerró el libro y se lo puso bajo el brazo. Los tres decidieron que lo iban a guardar en el cuarto de Sakura y Shaoran, Eriol decidió que los acompañaría, así después regresarían juntos al gran salón para la cena, que estaría lista en pocos momentos. Por el camino ninguno de los tres dijo palabra alguna, estaban muy pensativos, cada uno en su propio mundo.
Mientras volvían al gran salón, una chica se les acercó y alzó su cara con expresión triste hacia Eriol. Éste se quedó sin palabras ante ese gesto, no entendía nada. Nunca ninguno de sus alumnos se lo había mirado de esa manera. Empezó a estudiar el rostro de la chica para saber quién era, ya que no la tenía muy vista. Después de un rato descubrió quién era.
-Si no me equivoco, usted es la señorita Sheila Mankiw- le dijo Eriol dedicándole una sonrisa- alumna de quinto curso y pertenece a Ravenclaw, ¿verdad?, ¿quería algo de mi?.
-No se equivoca, profesor- le contestó la chica mientras con su mano se colocaba en su sitio una de sus trenzas oscuras -. He venido a advertirle: Lo que pertenece al pasado no puede sobrevivir en el futuro, a no ser que aún le quede una importante misión que realizar, después de la cual debe sumirse en las tinieblas para siempre.
A Eriol le ocurrió algo que nunca pensó que le pasaría, por primera vez se había quedado sin palabras. No sabía como responder al mensaje que le había dicho una de sus alumnas. Se la quedó mirando fijamente, igual que Sakura y Shaoran que encontraban algo extraña en ella, esa chica era algo más que lo que aparentaba ser.
Después de decir esas palabras pareció que Sheila se quedó contenta, miró de nuevo a Eriol sin ninguna emoción en su rostro y le dirigió la palabra de nuevo.
-Ya veo que no me recuerdas, Clow. No sé como pensé que podrías recordarme, me engañaste incluso en esto.
Después de eso se marchó hacia el gran salón donde se sentó en su mesa de Ravenclaw.
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Notas de la autora. Bien, bien he vuelto de nuevo. A partir de ahora me verán poquito por aquí... lo siento! Estoy llena de trabajo, la universidad me está matando.
Bueno, cambiando de tema... ¿qué os parece?. Esta vez la escena de acción me la he trabajado mucho, espero que haya conseguido que pareciera interesante, jeje.
Después de ver los comentarios que me han hecho sobre lo que pregunté en el capítulo anterior, aviso que pondré las escenas violentas cuando haga falta. Ueee, a ver que sale de mi mente, puedo ser muy sádica cuando me lo propongo.
Respecto a la pregunta que me hicieron sobre si Yue y Touya sobrevivieron al desastre... sólo puedo decir que ya se verá, pero para dar una pequeña pista comento que se aparecerán por aquí de nuevo. Espero haber contestado a la pregunta! Jeje. Es que soy muy mala para guardar secretos... ¡No sé mentir!.
Creo que ya he dicho todo lo que tenía que decir, sólo deciros cómo siempre que os agradezco mucho los comentarios que me enviáis, ¡seguid así!. Si hay algo que creéis que no está demasiado bien, no dudéis en decírmelo, estoy abierta a todo tipo de críticas.
Hasta el próximo capítulo!!!
