DÍAS OSCUROS
Capítulo VIII
El sábado era el día libre de los estudiantes de Hogwarts. No tenían ninguna clase programada para ese día. Ya había amanecido hacía mucho rato y todos se encontraban realizando todo tipo de actividades.
En el gran salón se encontraban muchos alumnos, entre ellos estaban Harry y Ron jugando a uno de sus juegos favoritos: el ajedrez mágico. Aunque parecía imposible por el carácter despreocupado y algo despistado de Ron, él era uno de los mejores en este juego. Harry ya iba aprendiendo cada vez más teniendo como maestro a su amigo.
-Harry, a ver si te concentras más- le dijo Ron moviendo su reina blanca para matar un caballo negro que pertenecía a Harry-. Querido amigo, me parece que aún tienes muchas cosas que aprender de tu gran maestro.
-Bueno, Ron. Es que me estaba perdiendo- le respondió Harry- pero ya verás como a partir de ahora pongo mucha más atención.
-Ya veremos- le reprochó Ron- siempre dices lo mismo.
Mientras iban hablando Hermione que se encontraba a su lado observando a los dos chicos como jugaban se levantó del banco donde se sentaba.
-Me voy a la biblioteca chicos- les dijo mientras se acomodaba su pelo-. ¿Nos vemos para la hora de comer?.
-¿Pero qué vas a hacer allí?- le preguntó Ron- sólo hace una semana que hemos empezado las clases y ya hemos terminado el montón de tarea que nos dieron.
-Lo sé, pero prefiero ir para ampliar materia. Se tiene que trabajar cada día para superar la asignatura con un buen resultado. Prefiero dedicarme a aprender algo en vez de perder el tiempo- le contestó ella.
-Bueno, entonces te guardamos sitio para la comida- le dijo Harry-. Oye, ¿qué te parece que vayamos esta tarde a ver a Hagrid?, desde que empezamos de nuevo no hemos tenido mucho tiempo.
-Lo que pasa es que no entiendo muy bien a los profesores de este año, todos se empeñan a llenarnos de trabajo- se quejó Ron-.
-Yo también creo que ya es hora de ir a ver a nuestro amigo. Bien, nos veremos a la hora de siempre en la mesa.
Así se despidió de ellos y se fue directa hacia la biblioteca. Había pedido al profesor Binns, que les enseñaba Historia de la Magia, un pase especial para poder ir a la sección de los libros prohibidos, lugar donde se encontraban los pocos libros sobre magia oriental que se encontraban en el colegio de Hogwarts. No estaba muy segura de porqué se encontraban en esta sección, pero ahora ya tenía la autorización necesaria para ir.
Mientras se dirigía hacia la biblioteca se encontró con Ginny, que estaba acompañada por su amiga Sheila.
-Hola Hermione- le dijo Ginny- ¿Adónde vas?.
-¡Hey! Pues voy a la biblioteca. A ver si puedo encontrar algún libro para estudiar.
-Mmmm, entiendo- Ginny la miraba de una forma extraña- ¿Qué te propones?, sabes que no puedes engañarme tan fácilmente. Te conozco bastante bien y ahora mismo estás demostrando que te traes algo entre manos.
-Bueno... verás, no sé si debería decirte nada- le dijo Hermione mirándose los zapatos-. Los chicos no saben nada de eso.
-Venga Hermi, quizá podamos ayudarte, ¿qué dices?- le preguntó Ginny mientras se le iluminaban los ojos, tenía muchas ganas de hacer algún tipo de investigación sobre lo que fuera.- A Sheila también le haría mucha ilusión hacer algo interesante.
-Ginny, creo que aún no me he pronunciado al respecto- dijo Sheila.
-No sé que te pasa este año, te noto algo raro- le dijo Ginny a Sheila-. Pensé que hacer algo divertido podría ayudarte a quitarte esa cara de tristeza. ¿Por qué no me dices lo que te ha pasado de pronto?.
-No lo entenderías- le contestó Sheila apartando sus tristes ojos de su amiga-. Nadie puede entenderlo, es muy difícil sanar las heridas del pasado. Cada vez recuerdo más algo que preferiría olvidar.
Ginny no dijo nada más al respecto. Su amiga tenía una expresión realmente afectada, se veía muy dolida. Prefería no presionarla, sabía que cuando estuviera en condiciones llegaría a conocer esa verdad. Ella no sabía lo que pasaba, cuando la conoció era una chica muy risueña y divertida, siempre hacía lo imposible para que todos los que se encontraban alrededor estuvieran contentos y felices. Había sido ese inicio de curso que la había visto con una expresión triste que ya no se había movido de su rostro durante toda la semana, y parecía que ya no cambiaría.
-Está bien- terminó cediendo Hermione- os diré lo que voy a buscar. Desde el inicio de curso hay algo que me tiene muy intrigada. Cada vez veo cosas más raras. Quiero investigar por mi cuenta para poder conocer quiénes son realmente los señores Li y el profesor Hiraguizawa. Me he fijado mucho en ellos, creo que son algo más de lo que nos quieren hacer creer.
-Así que es eso- dijo Ginny dubitativamente-. Yo también tengo unas extrañas sensaciones cuando me encuentro cerca de ellos. ¿Sabéis lo que me pasó un día por el pasillo?- preguntó mirando a sus dos compañeras que negaron con la cabeza-. Pues aún no me lo explico, pero cuando la chica Li me miró por el pasillo tuve una sensación extraña, sentía que quería gritar, me estaba sumiendo en una profunda oscuridad, como si cayera en un pozo sin fondo. No me gustó nada esa sensación, nunca antes había sentido algo parecido.
-¿Tu también?- le preguntó Hermione-. A mi me pasó lo mismo, estaba en clase de Historia de la Magia el primer día de clases y, como sabéis todos se quedaron durmiendo tranquilamente después de poco tiempo que empezaran las clases. Entonces me miró y me pasó lo mismo que has descrito. ¿A ti te ha pasado algo similar, Sheila?.
-No, a mi no me ha hecho pasar por eso- respondió la chica-. De todas formas ayer fue la primera vez que me crucé con los señores Li por el pasillo cuando iba a comer. He cambiado de opinión, creo que eso de investigar sobre ese tema será interesante.
-Pues vamos ya a la biblioteca- dio Hermione- quiero descubrir eso lo antes posible. A ver si llegamos a descubrir algo interesante.
Las tres chicas estuvieron de acuerdo y fueron hacia la biblioteca. Como sólo hacía una semana que se habían empezado las clases, allí no se encontraba demasiada gente. Lo que sí era cierto era que los profesores les estaban dando más trabajo que el normal, algo de lo que no se paraban de quejar tanto Ron como Harry, que eran algo parecido a alérgicos a la tarea escolar.
Una vez en la sección de los libros prohibidos empezaron a buscar la estantería donde se encontraban los pocos ejemplares que hacían referencia a la magia oriental. La descubrieron al fondo de la estancia, había sólo unos cuatro libros. Cogieron los cuatro libros y se sentaron en una de las pocas mesas que se encontraban en esta sección.
El primer libro tenía por título Conocimientos básicos de la magia oriental para principiantes, enseguida vieron que no sacarían mucha información de allí. Decidieron descartarlo y mirar los demás. Mientras iban quitando el polvo a los demás ejemplares para poder leer el título de los otros libros. De repente Sheila llamó la atención a sus dos compañeras.
-Creo que el mejor sitio para encontrar algo es aquí: Historia de los grandes clanes de Oriente. Seguro que aquí habrá información sobre el clan Li.
-¿El clan Li?- preguntó Ginny sin entender muy bien- ¿qué es eso?.
-A ver, te lo explico de una manera fácil- le dijo Sheila-. Esos dos chicos se apellidan Li, ¿cierto?- tanto Ginny como Hermione asintieron con la cabeza- pues eso significa que pertenecen a la familia Li. En Oriente existen los clanes familiares de magia. Hay un número determinado de ellos y existen desde tiempos inmemoriales.
-Anda, nunca hubiera caído en eso- dijo Ginny - por lo que parece sabes mucho de eso, te lo traías bien escondido.
-No se mucho, solo algo general. Respecto a los diferentes clanes de Oriente, no conozco nada de sobre ellos en concreto.
Las tres posaron sus miradas en el libro, tenía unas tapas muy gastadas de tela roja. Se veía que tenía algunos años. En la tapa delantera tenía algo parecido a una cerradura color dorado. Miraron la cerradura intrigadas, se suponía que no debía llevar ningún tipo de llave, al menos ellas no tenían ninguno.
-Chicas, mirad- dijo de pronto Hermione al darse cuenta de algo que ella consideraba importante- ¿podéis ver el extraño símbolo que hay en la cerradura dorada?, si no recuerdo mal, me parece haber oído algo acerca de ella. Se ve que éstos son unos libros que se van actualizando sin ninguna necesidad de que se intervenga la mano humana. Seguro que aunque bajo ese aspecto de viejo que tiene vamos a encontrar cosas actuales en él.
-Nunca había oído hablar de algo similar- dio Sheila pensativamente-, pero no me extrañan esas ocurrencias en los hechiceros orientales.
Ginny dio la vuelta a la tapa del libro. En la primera página se encontraba un enorme carácter chino, que no podían entender. A partir de ahí se podía ver unas genealogías de los diferentes clanes orientales de hechiceros. También se encontraban algunas ilustraciones, e incluso fotografías de los más actuales. Se explicaba la vida de los más importantes de ellos.
Hermione dio la vuelta a unas cuantas hojas de golpe para ver la primera biografía al azar. Hermione y Ginny se quedaron sorprendidas ante el retrato que se habían encontrado y fueron directamente a leer el nombre escrito en grandes letras: Clow Reed.
-Creo que éste no coincide con lo que buscamos- dijo Sheila bruscamente cambiando de página enseguida-. Vale más que empecemos nuestra búsqueda en serio.
-Espera Sheila- le dijo Hermione-, creo que si no me equivoco, con ese Clow Reed se empieza a hablar de clan Li. ¿Por qué te pones así?, no hay nada de malo en que nos entretengamos un poco, además...
-Es igualito al profesor Hiraguizawa- terminó diciendo Ginny por ella-. Eso era lo que querías decir, ¿verdad?.
-Sí Ginny, eso mismo- le respondió Hermione poniendo de nuevo la página y observándola con más atención.
En la pintura se veía a Clow Reed, son su largo cabello azul sujeto con una coleta. Detrás de sus gafas se podía ver una expresión afable, que se reiteraba con la enigmática sonrisa que había en sus labios. Estaba vestido con una gran túnica color azul oscuro con los símbolos del sol y la luna y unos pantalones blancos. En sus manos sostenía un hermoso báculo del mismo color que su túnica. - Exactamente igual que el profesor Hiraguizawa- pensaron sorprendidas tanto Ginny como Hermione. ¿Qué estaba ocurriendo allí?. No podían entender muy bien, la respuesta más lógica era que ése fuera un ancestro de su profesor, ya que lo había heredado todo de él.
-Miremos un poco su biografía- dijo Ginny emocionada-. A ver, aquí dice que Clow Reed es reconocido por ser el hechicero más poderoso de Oriente y Occidente de su tiempo, su poder fue inigualable al de cualquier otro hechicero, después de su muerte nunca hubo otra persona que combinara en ella misma el poder del mundo conocido. Parece que hemos pillado a uno de los grandes...
-Sí, eso parece la verdad- dijo Hermione poniendo atención a lo que estaban leyendo.
Mientras ellas dos tenían suficiente trabajo leyendo la biografía, Sheila las observaba un poco apartada. No quería volver a ver esos ojos, le hacían mucho daño. Era exactamente lo mismo que le pasaba cuando miraba a Eriol, no podía evitar pensar en todo lo que les sucedió. ¿Por qué tuvo que recordar?, hasta que se rompió el sello de sus memorias era completamente feliz, algo que ya no podría ser nunca más. Ella estaba allí para llevar a cabo una determinada misión, no era fruto del azar su presencia en este mundo.
Esto era la explicación a su estúpida vida. Nunca había tenido a nadie a su lado, siempre había estado sola, sin padres ni hermanos ni amigos. En el orfanato era todo lo feliz que podía, se había dicho a ella misma que nunca dejaría que los que se encontraran a su alrededor estarían tristes, ellos no podían pasar por lo mismo que pasaba ella. Esa soledad no la merecía nadie.
Luego de pasar por muchos sufrimientos y seguir adelante, se dio cuenta de su terrible verdad: no pertenecía a este tiempo, sólo había renacido para un objetivo, y cuando éste se hubiera cumplido su presencia ya no era necesaria. No podía decir nada de esto a nadie, y menos a Ginny. Había sido su amiga desde que se habían conocido en Hogwarts, lo habían compartido todo y ahora no podía hacer nada más que mentirle siempre que hablaban sobre el extraño cambio de actitud que había aparecido en ella.
-Qué personalidad, me hubiera gustado conocerle- dijo Ginny- ¿Cómo debió ser en su juventud?, seguro que tenía el mismo aspecto que el profesor Hiraguizawa.
-Y lo que más me intriga- dijo Hermione- es que parece que tienen el mismo carácter, o al menos según como lo define en el libro. Son despreocupados, siempre sonríen enigmáticamente, pero hay algo en ellos que denota un gran poder.
-A ver que más encontramos por aquí- dijo Sheila esperando que cambiaran de tema-. Mirad, aquí hay una fotografía de una hermosa mujer, esa ya es de la actualidad.
En la fotografía se podía observar a una mujer vestida con un hermoso traje chino ceremonial. Tenía un delicado tocado colocado en la cabeza sobre su pelo negro. Sus ojos penetrantes eran de un color marrón muy oscuro. Tenía una mirada muy seria. Parecía una gran dama. Se quedaron casi sin palabras para poder admirarla.
-Yelan Li- dijo Ginny leyendo su nombre-. Esposa del difunto líder anterior del clan, Yuan Li que murió asesinado. Mujer muy poderosa y de carácter muy fuerte, es la tercera gran autoridad actualmente del clan Li, por detrás de su hijo y la esposa de éste. En su tiempo como líder, debido a la temprana edad de su hijo, pudo mantener a raya sin muchos problemas su autoridad en Oriente, aunque nunca llegó a conseguir que fuera reconocida como la persona más poderosa de Oriente.
-Sí que es larga su biografía- dijo Hermione mirando las páginas donde se relataban las hazañas de tan extraordinaria mujer-. Si aquí dice que actualmente es la número tres es que aún está viva. Parece muy joven, no lo sé, nunca diría que tiene cinco hijos.
-Las personas no siempre son lo que parecen- le recordó Sheila.
-Lo hemos encontrado- dijo Ginny llamándoles la atención y señalando una página del libro- ahí están ellos.
Había dos fotografías en la misma página. Las dos representaban a Sakura y a Shaoran en su traje ceremonial, el mismo que habían llevado en la presentación del curso en Hogwarts. Sus miradas eran frías y severas, igual que siempre. Se veía que la fotografía era reciente.
-Shaoran Li y Sakura Li- leyó en voz alta Hermione- actuales líderes del clan Li. Él es hijo de la señora Yelan Li, se dice que heredó todas las cualidades tanto físicas como psíquicas de su fallecido padre. Su autoridad es plena en todo Oriente, es el señor de los elementos y también el jefe del Concilio de Hechiceros de Oriente. Lleva a cabo todas sus obligaciones de manera irreprochable, algo muy extraño en un joven de tan corta edad.
-¿Qué?- gritó Ginny- ¿tantas obligaciones tiene?. Nunca lo hubiera pensado. Ahora entiendo porque todos se comportan con ellos de esta forma. Los profesores lo saben, saben quiénes son ellos.
-Y aún no lo hemos leído todo- puntualizó Hermione-. También hay algo relacionado con la señora Li, aunque su biografía es mucho más corta. Dice que es japonesa y la señora de las Cartas Clow, que convirtió en su niñez en las ahora llamadas Cartas Sakura. Hechicera muy poderosa y temida por todos sus enemigos. Ejerce perfectamente todas sus funciones al igual que su marido.
-Y como dato más importante- finalizó Sheila-, son considerados los dos hechiceros más poderosos de Oriente, donde no hay nadie que puede rivalizar con ellos.
Las tres se quedaron paradas durante unos momentos intentando procesar correctamente la información que habían encontrado. Ahora ya sabían un poco más sobre ellos, pero parecía que por mucho que supieran más, seguían siendo unas figuras oscuras, indescifrables y muy intrigantes.
-Y ahora la pregunta del millón es: ¿qué hacen ellos aquí?- dijo Ginny.
-Creo que lo que está claro es que fueron llamados por el profesor Dumbeldore- le respondió Hermione- lo que creo más probable es que el director tema un ataque inminente de el que no puede ser nombrado, Lord Voldemort.
-Lord Voldemort- repitió Ginny con un sensible escalofrío- aún me cuesta mucho llamarle pos u auténtico nombre.
-Ellos lo saben- dijo de repente Sheila-, lo intuyen. Saben que el fin del mundo se acerca- dijo con una voz muy oscura que no se parecía nada a su habitual tono de voz.
-¡Sheila!- le gritó Ginny dándole suaves golpecitos en su mejilla, que se había vuelto blanca y fría de repente- ¿Qué te está pasando?.
-¿Eh?, oh Ginny, no te preocupes por eso, pronto volveré a estar perfectamente- dijo la muchacha lentamente mientras poco a poco iba recuperando su color habitual.
-¿Estás segura que no te pasa nada?- le preguntó Hermione visiblemente preocupada.
-No, de verdad, ya me encuentro perfectamente. No me hagáis caso, a veces tengo visiones extrañas pero nada importante.
-Supongo que no tendrías ninguna razón para mentir a tu amiga- le dijo sonriendo Ginny- te creo.
Sheila se sentía muy mal consigo misma por ocultarle algo tan importante a su mejor amiga. Ginny tenía una fe ciega en ella, conocían todo la una de la otra, excepto ese pasado oscuro que no podía ser revelado.
-Miren que hora es- dijo Hermione al mirar su reloj de pulsera-. Creo que ya es hora que vayamos a comer. No me lo puedo creer, se nos han pasado las horas muy deprisa.
-Yo me muero de hambre- dijo Ginny sonriendo-. Tienes razón Hermione, ya es hora de dejar esto por ahora, además que este es nuestro día libre.
-Devolvamos los libros a las estanterías y vayámonos ya, estoy cansada- apuntó Sheila.
En pocos minutos ya pusieron todo en su sitio y volvieron hacia el pasillo de los libros normales de la biblioteca. El permiso de Hermione para consultar la zona de los libros prohibidos había terminado, ya pediría al profesor Binns otro un día de esos. Se habían enterado de bastantes cosas que se podían considerar importantes. Estaba decidida a hablar con Harry y Ron esa misma tarde en casa de Hagrid. Si ya sabían de su interés Ginny y Sheila, no tenía por qué seguir ocultando sus temores a sus amigos. Además eso no era justo para ellos. Si hubiera que enfrentarse a cualquier peligro lo harían juntos, como siempre habían hecho hasta ahora.
Mientras iban charlando tendidamente por el pasillo que llevaba al gran salón se cruzaron con Sakura y Shaoran, que iban a devolver el libro que se habían tomado prestado de la biblioteca. Los ojos de los señores del clan Li se posaron en los de ellas, que tuvieron que bajar la mirada al poco tiempo. Siempre que eran observadas de esta forma se sentían inferiores a ellos y no podían hacer nada más que apartar la mirada. La única que pudo resistir sin problemas esas miradas inquisidoras era Sheila, demostrando un gran temple.
Sakura y Shaoran se sorprendieron al ver de nuevo a la chica que había dicho esas palabras tan extrañas a Eriol. Veían que era algo más que una simple estudiante de magia, aunque no conocían exactamente que era lo que ocultaba. Además, eso era preocupación de Eriol, si él no entendía lo que le quería decir, ellos podían hacer poca cosa al respecto.
Después de los pocos segundos que duró este contacto visual, los dos grupos siguieron su camino sin ningún problema. Cuando las tres chicas ya estaban muy lejos y no había nadie en el pasillo, Sakura se acercó a Shaoran:
-Ellas lo han descubierto, saben quiénes somos.
-Yo también lo he visto en sus ojos- le respondió él-. Pero no me extraña demasiado, sabes que ellas son especiales, especialmente la chica de las trenzas negras. Hay algo en ella que me intriga, tiene su secreto muy bien guardado, no creo que se descubra ante nadie.
-Cierto, lo mismo pienso yo- asintió Sakura-. Tenemos que seguir nuestro trabajo y analizar a los alumnos lo más pronto posible. Espero que ellas no vayan publicando lo que han descubierto sobre nosotros, eso sólo deben saberlo a su debido tiempo a no ser que se quieran empeorar las cosas.
-No creo que digan nada- le dijo Shaoran-, se ven bastante inteligentes como para no hablar sobre nosotros a personas que no sean de su entorno. Supongo que los únicos que se enterarán de algo son los dos chicos esos que siempre van con ellas.
-¿En cuál de los dos has descubierto algo extraño?- le preguntó Sakura recordando una conversación que habían tenido con anterioridad.
-En el chico moreno de las gafas, el que lleva esa cicatriz en forma de trueno. No sé, parece que haya algo de su interior que quiera salir a la superficie pero que no puede. Él es el que nos dijo el señor Dumbeldore, ese niño que sobrevivió a Voldemort. Es mucho más poderoso de lo que cualquiera de aquí dentro se piensa o incluso él mismo.
-Vayamos a devolver el libro y nos dejamos de preocupar de esto por ahora- dijo Sakura dejando el libro en la estantería correspondiente-. Después de comer quiero ir a descansar a la habitación. La medianoche no es una hora buena para tener una reunión, quiero olvidarme de todo un ratito.
-Puedes estar tranquila- de dijo él pasándole el brazo por la cintura y empezando la marcha hacia el gran salón-. Tendrás todo el tiempo que necesites, si quieres lo puedo parar hasta que te encuentres en plena forma para asistir a la reunión.
-¿De veras harías eso por mí?- le contestó Sakura con cara inocente y mirando directamente a los ojos de su marido.
-Haría eso y más, sabes todo lo que me pides lo hago realidad- le respondió él de la misma forma.
Los dos volvieron a sus rostros fríos de siempre. Llegaron al gran salón y se sentaron en su mesa, la del lado derecho. Una vez sentados, vieron como el chico rubio que les había hablado de una forma muy insultante les estaba mirando fijamente. Estaban separados por algunas sillas de su misma mesa. Draco los odiaba después de lo que había ocurrido, ya empezaba a tener preparada su venganza, aunque aún le faltaban algunos retoques.
Llegó la tarde sin ningún contratiempo y Harry, Ron y Hermione salieron del castillo y se dirigieron a la pequeña cabaña de Hagrid, que se encontraba al lado del bosque prohibido. Él les recibió de muy buena gana, aún no habían tenido tiempo para charlar tranquilamente de nada. Les preparó un te y se pusieron a hablar sobre todo lo que les había ocurrido durante las vacaciones. Cuando ya empezaba a oscurecer, Hermione se dirigió a Hagrid:
-Tú sabes para que han venido ellos, ¿verdad?
Tanto Harry como Ron se la miraron con cara de auténtica sorpresa, no tenían la más mínima idea sobre lo que estaba hablando. Hagrid se puso un poco nervioso, eso se le notaba porque empezó a mover sus manos sin parar.
-¿De qué estas hablando, Hermione?- preguntó intentando poner una cara inocente.
-Ya basta Hagrid. Sabes que no eres bueno mintiendo- le dijo ella mirándolo con severidad-. Me refiero a los líderes de clan Li, ¿para qué han venido?.
-¡Qué!- exclamó Hagrid- ¿Cómo sabes eso?. Te has dedicado a investigarlos por tu cuenta, ¿verdad?. No podía esperar menos de ti, veo que sigues siendo tan audaz como siempre.
-¿Pero a qué te refieres, Hermione?- le preguntó Harry.
-A los señores Li. Sé quiénes son, no son sólo unos simples alumnos, son las dos personas más poderosas de todo Oriente. Me he enterado de algo sobre ellos en un libro que se encuentra en la sección de libros prohibidos de la biblioteca. Lo siento chicos, pero no os he dicho nada de eso hasta ahora, era eso lo que fui a hacer en la biblioteca. Me han acompañado Ginny y Sheila.
-Nunca me hubiera esperado eso de ti- le dijo un poco enojado Ron- así que no nos habías dicho nada de eso hasta ahora. ¿Por qué nos lo ocultabas?.
-No lo sé Ron, pero al final os lo he dicho, ¿o no?- le dicho Hermione suplicante-. Supongo que podréis perdonarme por eso, no es tan grave. La cuestión es qué hacen ellos aquí.
-Ni yo lo se con exactitud- le contestó Hagrid- sólo sé que un par de semanas antes de empezar el curso el señor Dumbeldore me dijo que este año tendríamos unos invitados muy especiales, ésa fue la primera vez que oí hablar de ellos.
-Su función aquí tiene que ver con Voldemort, ¿verdad?- dijo Harry mirando fijamente a Hagrid-. Vamos amigo, no nos puedes ocultar eso que es tan evidente. Desde la última vez que nos atacó directamente ya hace unos dos años. Eso es algo que me ha intrigado durante todo el verano, no ha dado ni la más mínima señal de vida.
-Pues eso que dices es muy cierto Harry- le contestó Hagrid- pero siento mucho no poder deciros nada más. Así que por favor, no volváis a sacar el tema y no os preocupéis. El señor Dumbeldore ya sabe lo que se hace, no hay por qué preocuparse. Nos vemos en clase, ¿eh?.
-Sí- contestaron los tres al unísono- hasta entonces.
Con esto salieron de la cabaña de Hagrid y volvieron hacia el castillo. Ya era casi la hora de cenar. Durante esa noche ninguna de las cinco personas que se habían enterado del secreto de los "invitados especiales" del curso no pudieron conciliar el sueño.
Ya era medianoche y en el despacho del profesor Dumbeldore empezaba a llegar un número importante de personas. Todas ellas lo hacían sigilosamente, la mayoría a partir de apariciones. Este movimiento de personas no perturbó para nada la calmada noche de los estudiantes.
-Ya estamos todos aquí- dijo el profesor Dumbeldore-. Sabéis que os he hecho venir aquí para presentarles a dos miembros nuevos, aunque la mayoría deberíais haber oído hablar de ellos. Es un placer presentarles a los líderes del clan Li: Shaoran y Sakura Li.
Shaoran y Sakura se levantaron del lugar donde se encontraban. La mayoría de los que estaban allí no los habían visto, puesto que se habían ocultado entre las sombras. Todos los miembros de la Orden del Fénix saludaron a sus nuevos compañeros. Todos habían oído algunos rumores sobre ellos, aunque nunca se habían imaginado que eran tan jóvenes.
-Y aún les tengo que descubrir un secreto, que se había ocultado por seguridad- siguió diciendo el señor Dumbeldore-. El señor Hiraguizawa es en realidad la reencarnación de Clow Reed, alguien de quien también se ha oído hablar mucho por los círculos mágicos. Espero que me perdonen por haber guardado este pequeño secreto.
Una exclamación salió de la garganta de casi todos los presentes por haberse enterado de esta noticia. Nunca lo hubieran imaginado. Allí se encontraba Eriol con su típica sonrisa. Los únicos que ya se habían enterado de eso eran los profesores de Hogwarts.
-Y ya terminadas las presentaciones empecemos por lo que habíamos venido. ¿Ideas?.
-Me gustaría hacer un pequeño comentario sobre las investigaciones que hemos llevado a cabo durante la semana que llevamos aquí- dijo Shaoran mirando a todos los demás que le escuchaban con atención-. Mi esposa y yo vamos analizando poco a poco a todos los estudiantes de Hogwarts para conocer su auténtico potencial. De momento nos hemos fijado en unas cuantas personas que podrían ser entrenadas con mayor intensidad, de esta forma contaríamos con más personas capaces y mejor preparadas para ayudarnos en nuestra lucha contra el enemigo.
-Entiendo su punto de vista señor Li- dijo una voz masculina que pertenecía a un hombre bastante joven, él era Remus Lupin, un hombre lobo que había sido profesor de Hogwarts- pero eso es muy arriesgado. Nos podíamos equivocar al elegir a esos estudiantes y las consecuencias de este entrenamiento sistemático podrían ser terribles para ellos.
-Puede estar tranquilo ya que nuestro método para estudiar la conciencia de las personas que pertenecen a este colegio es muy seguro- dijo Sakura un poco molesta al entender que ése hombre ponía en duda sus cualidades para estudiar a las personas-. Los líderes del clan Li no se permiten cometer ningún tipo de error. Para poder trabajar juntos sería mejor que se confiara en nosotros.
-¿Y cómo se puede confiar en ustedes si el sombrero seleccionador les puso en Slytherin?- preguntó Molly Weasley.
Los profesores eran los únicos que sabían en que casa se encontraban Sakura y Shaoran. Los demás se asustaron un poco, los de Slytherin no eran buenas personas por regla general, nunca podrían llegar a confiar plenamente en alguien que perteneciera a esa casa. El profesor Snape lanzó un resoplido furioso, sabía que el único que confiaba en él de verdad era el señor Dumbeldore exactamente por la misma razón por la que ahora se dudaba de ellos.
-No puedo obligarla a que confíe en mí- dijo Shaoran airadamente y acercándose amenazadoramente hacia la señora Weasley- pero creo que lo más conveniente sería crear una gran alianza para poder vencer juntos a nuestros enemigos de una vez para siempre. Yo tampoco tengo por que estar en este sitio junto a personas que dudan de mi, teniendo tanto que hacer en Hong Kong. Si hemos acudido a la llamada del señor Dumbeldore es porque creemos que es nuestro deber entendernos con todos los que están de nuestro lado, para así conseguir lo que todos queremos: que desaparezca esta amenaza del mundo.
-¿Entonces por qué no vuelven hacia donde pertenecen?- inquirió una voz femenina muy estridente, ella era Clare Jakson- Hasta ahora nosotros hemos sido capaces de defendernos solos, no sé por qué el profesor Dumbeldore tuvo que llamarles. Además que se muestran muy prepotentes, les recuerdo que no se encuentran en su casa, esto es Occidente y aquí funcionamos de una manera muy distinta a la autoridad de los clanes de Oriente.
-Por favor señorita Jakson- dijo la profesora Mc Gonnagall- creo que ese no es el momento apropiado para hablar así a nuestros nuevos miembros. Lo que necesitan estos tiempos difíciles es unidad.
-Pero profesora Mc Gonnagall- le espetó Dorian Andrews- ¿Cómo puede defenderles?. No creo correcto lo que han propuesto. Quieren entrenar a unos cuantos de los alumnos para que se conviertan en un ejército para luchar contra el enemigo. ¿Es que quieren ocultarse?, ¿De verdad no son tan poderosos como dicen?.
-Creo que no tenemos por qué ayudar a una organización de necios como ésta- dijo muy enfadada Sakura.
Los ojos verdes de Sakura estaban encendidos de ira, al igual que los de Shaoran. Los dos se levantaron rápidamente y miraron a los que les estaban dudando de ellos. Pudieron comprobar que los únicos que les apoyaban eran los profesores. Endurecieron aún más su rostro y los miraron con desprecio. Los miembros de la Orden del Fénix tenían la sensación de que les estaban leyendo la mente, tanto Sakura como Shaoran podían leer sus pensamientos sin ninguna dificultad.
-Señor Dumbeldore- dijo entonces Shaoran mirando directamente al director- con todos los respetos, creo que no merecemos el trato que nos han dado algunos de los miembros de su organización. A partir de ahora ya no pertenecemos a ella, aquí se han roto las posibilidades de una alianza entre Oriente y Occidente.
Y sin decir ninguna palabra más, los dos salieron del despacho y fueron directamente hacia su habitación. Hacía tiempo que no estaban tan enfadados, aún no entendían como aquellas personas que no los conocían podían haber dicho esas cosas de ellos.
En el despacho todos enmudecieron. La cara el profesor Dumbeldore se había endurecido al recordar el comportamiento que habían tenido algunos miembros de la Orden hacia los señores del clan Li, entendía perfectamente los motivos que les habían llevado a renunciar a la alianza que les había propuesto.
-¡No sabéis lo que habéis hecho, insensatos!- gritó el profesor Hiraguizawa, que también estaba muy enfadado-. Algún día recordaréis cómo habéis dejado pasar esta gran oportunidad que se nos había ofrecido. Los señores de los clanes orientales son muy reacios a la colaboración con Occidente, y ahora que habíamos conseguido dar un gran salto, por vuestras estupideces se ha echado todo a perder.
-Reflexionad sobre vuestro comportamiento- dijo el profesor Dumbeldor implacablemente hacia las personas que formaban la Orden del Fénix-. Ahora ya poco se puede hacer para solucionarlo, pero al menos podréis daros cuenta de vuestro error. Ya me diréis cómo pensáis hacer frente al peligro sin una unidad. Nos habéis creado un posible enemigo al que no os gustaría enfrentaros.
Así se terminó la accidentada reunión de la Orden del Fénix. La desconfianza había llevado a esa ruptura. El profesor Dumbeldore miraba apenado por la ventana, ¿Qué sería de ellos ahora?. Sería imposible que ellos solos pudieran neutralizar la amenaza que les venía encima, esta vez las fuerzas oscuras de Oriente y Occidente eran las que estaban unidas y ellos eran los que se habían distanciado.
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Notas de la autora. Vaya vaya, nos vemos de nuevo!. Ui, que malos estos de la Orden del Fénix... ¿qué pasará ahora?... todo se descubrirá después de la publicidad! Jajajaja
Bueno, dejo atrás mis salidas de cabeza. Ya sé que trato a Sakura y Shaoran como si de la realeza se tratara, pero es que a mi me gusta así!. Y podéis estar tranquilos, aunque la historia se centre en ellos (es que me encantan!), algunos de Hogwarts también tendrán un protagonismo destacado. Es bastante difícil eso de jugar con esos dos mundos, pero bueno, ya sabía donde me metía cuando empecé a escribir eso.
Como siempre quiero dar las gracias a todos los que me han dejado su mensaje!! Les quiero mucho!. Ahora me gustaría comentar algunas cosas que me habéis dicho:
Dark Luster Knight Zero: primero agradecerte mucho que me hayas escrito. La muerte de Tomoyo y Kero no ha gustado a muchos, pero que se le va a hacer... Ya veremos como sigue.
Princess Lalaith: Bueno, siento mucho anunciarte que Tomoyo no aparecerá, al menos físicamente, en esta historia. ¡Perdóname!. Pero se me está ocurriendo una próxima historia para cuando termine ésta donde si tendrá un papel importante. Ya veremos como termina todo esto. Después, en este capítulo ya he explicado un poco mejor quién es Sheila, lo que falta lo sabrás dentro de poco, jeje!
Akumi: gracias por los ánimos!. Pues sobre Touya y Yukito... bueno aún tendrás que esperar un ratillo más... ¡lo siento!.
Tato: creo que ya te he dicho todo lo que tenía que decirte, pero igualmente te incluyo en la lista de agradecimientos.
Kisuna chan: uee! Siento informarte que esta historia no será tan larga como una telenovela... que aquí la autora (o sea yo) no tiene bastante tiempo para eso!. Sobre tu pregunta de que si Harry saldrá más... si, va a salir más cuando la trama esté un poco más avanzada.
Ahora ya estoy!. Lo que tengo que comentar es que nunca me imaginé que llegaría este momento tan feliz!. Ya llevo unos cuantos capítulos, ¿eh?, y yo que me pensaba que esto de escribir se me iría de la cabeza rápido... Bueno, ahora solo falta esperar hasta que nos volvamos a ver! Un saludo a todos los que estén leyendo esto.
Capítulo VIII
El sábado era el día libre de los estudiantes de Hogwarts. No tenían ninguna clase programada para ese día. Ya había amanecido hacía mucho rato y todos se encontraban realizando todo tipo de actividades.
En el gran salón se encontraban muchos alumnos, entre ellos estaban Harry y Ron jugando a uno de sus juegos favoritos: el ajedrez mágico. Aunque parecía imposible por el carácter despreocupado y algo despistado de Ron, él era uno de los mejores en este juego. Harry ya iba aprendiendo cada vez más teniendo como maestro a su amigo.
-Harry, a ver si te concentras más- le dijo Ron moviendo su reina blanca para matar un caballo negro que pertenecía a Harry-. Querido amigo, me parece que aún tienes muchas cosas que aprender de tu gran maestro.
-Bueno, Ron. Es que me estaba perdiendo- le respondió Harry- pero ya verás como a partir de ahora pongo mucha más atención.
-Ya veremos- le reprochó Ron- siempre dices lo mismo.
Mientras iban hablando Hermione que se encontraba a su lado observando a los dos chicos como jugaban se levantó del banco donde se sentaba.
-Me voy a la biblioteca chicos- les dijo mientras se acomodaba su pelo-. ¿Nos vemos para la hora de comer?.
-¿Pero qué vas a hacer allí?- le preguntó Ron- sólo hace una semana que hemos empezado las clases y ya hemos terminado el montón de tarea que nos dieron.
-Lo sé, pero prefiero ir para ampliar materia. Se tiene que trabajar cada día para superar la asignatura con un buen resultado. Prefiero dedicarme a aprender algo en vez de perder el tiempo- le contestó ella.
-Bueno, entonces te guardamos sitio para la comida- le dijo Harry-. Oye, ¿qué te parece que vayamos esta tarde a ver a Hagrid?, desde que empezamos de nuevo no hemos tenido mucho tiempo.
-Lo que pasa es que no entiendo muy bien a los profesores de este año, todos se empeñan a llenarnos de trabajo- se quejó Ron-.
-Yo también creo que ya es hora de ir a ver a nuestro amigo. Bien, nos veremos a la hora de siempre en la mesa.
Así se despidió de ellos y se fue directa hacia la biblioteca. Había pedido al profesor Binns, que les enseñaba Historia de la Magia, un pase especial para poder ir a la sección de los libros prohibidos, lugar donde se encontraban los pocos libros sobre magia oriental que se encontraban en el colegio de Hogwarts. No estaba muy segura de porqué se encontraban en esta sección, pero ahora ya tenía la autorización necesaria para ir.
Mientras se dirigía hacia la biblioteca se encontró con Ginny, que estaba acompañada por su amiga Sheila.
-Hola Hermione- le dijo Ginny- ¿Adónde vas?.
-¡Hey! Pues voy a la biblioteca. A ver si puedo encontrar algún libro para estudiar.
-Mmmm, entiendo- Ginny la miraba de una forma extraña- ¿Qué te propones?, sabes que no puedes engañarme tan fácilmente. Te conozco bastante bien y ahora mismo estás demostrando que te traes algo entre manos.
-Bueno... verás, no sé si debería decirte nada- le dijo Hermione mirándose los zapatos-. Los chicos no saben nada de eso.
-Venga Hermi, quizá podamos ayudarte, ¿qué dices?- le preguntó Ginny mientras se le iluminaban los ojos, tenía muchas ganas de hacer algún tipo de investigación sobre lo que fuera.- A Sheila también le haría mucha ilusión hacer algo interesante.
-Ginny, creo que aún no me he pronunciado al respecto- dijo Sheila.
-No sé que te pasa este año, te noto algo raro- le dijo Ginny a Sheila-. Pensé que hacer algo divertido podría ayudarte a quitarte esa cara de tristeza. ¿Por qué no me dices lo que te ha pasado de pronto?.
-No lo entenderías- le contestó Sheila apartando sus tristes ojos de su amiga-. Nadie puede entenderlo, es muy difícil sanar las heridas del pasado. Cada vez recuerdo más algo que preferiría olvidar.
Ginny no dijo nada más al respecto. Su amiga tenía una expresión realmente afectada, se veía muy dolida. Prefería no presionarla, sabía que cuando estuviera en condiciones llegaría a conocer esa verdad. Ella no sabía lo que pasaba, cuando la conoció era una chica muy risueña y divertida, siempre hacía lo imposible para que todos los que se encontraban alrededor estuvieran contentos y felices. Había sido ese inicio de curso que la había visto con una expresión triste que ya no se había movido de su rostro durante toda la semana, y parecía que ya no cambiaría.
-Está bien- terminó cediendo Hermione- os diré lo que voy a buscar. Desde el inicio de curso hay algo que me tiene muy intrigada. Cada vez veo cosas más raras. Quiero investigar por mi cuenta para poder conocer quiénes son realmente los señores Li y el profesor Hiraguizawa. Me he fijado mucho en ellos, creo que son algo más de lo que nos quieren hacer creer.
-Así que es eso- dijo Ginny dubitativamente-. Yo también tengo unas extrañas sensaciones cuando me encuentro cerca de ellos. ¿Sabéis lo que me pasó un día por el pasillo?- preguntó mirando a sus dos compañeras que negaron con la cabeza-. Pues aún no me lo explico, pero cuando la chica Li me miró por el pasillo tuve una sensación extraña, sentía que quería gritar, me estaba sumiendo en una profunda oscuridad, como si cayera en un pozo sin fondo. No me gustó nada esa sensación, nunca antes había sentido algo parecido.
-¿Tu también?- le preguntó Hermione-. A mi me pasó lo mismo, estaba en clase de Historia de la Magia el primer día de clases y, como sabéis todos se quedaron durmiendo tranquilamente después de poco tiempo que empezaran las clases. Entonces me miró y me pasó lo mismo que has descrito. ¿A ti te ha pasado algo similar, Sheila?.
-No, a mi no me ha hecho pasar por eso- respondió la chica-. De todas formas ayer fue la primera vez que me crucé con los señores Li por el pasillo cuando iba a comer. He cambiado de opinión, creo que eso de investigar sobre ese tema será interesante.
-Pues vamos ya a la biblioteca- dio Hermione- quiero descubrir eso lo antes posible. A ver si llegamos a descubrir algo interesante.
Las tres chicas estuvieron de acuerdo y fueron hacia la biblioteca. Como sólo hacía una semana que se habían empezado las clases, allí no se encontraba demasiada gente. Lo que sí era cierto era que los profesores les estaban dando más trabajo que el normal, algo de lo que no se paraban de quejar tanto Ron como Harry, que eran algo parecido a alérgicos a la tarea escolar.
Una vez en la sección de los libros prohibidos empezaron a buscar la estantería donde se encontraban los pocos ejemplares que hacían referencia a la magia oriental. La descubrieron al fondo de la estancia, había sólo unos cuatro libros. Cogieron los cuatro libros y se sentaron en una de las pocas mesas que se encontraban en esta sección.
El primer libro tenía por título Conocimientos básicos de la magia oriental para principiantes, enseguida vieron que no sacarían mucha información de allí. Decidieron descartarlo y mirar los demás. Mientras iban quitando el polvo a los demás ejemplares para poder leer el título de los otros libros. De repente Sheila llamó la atención a sus dos compañeras.
-Creo que el mejor sitio para encontrar algo es aquí: Historia de los grandes clanes de Oriente. Seguro que aquí habrá información sobre el clan Li.
-¿El clan Li?- preguntó Ginny sin entender muy bien- ¿qué es eso?.
-A ver, te lo explico de una manera fácil- le dijo Sheila-. Esos dos chicos se apellidan Li, ¿cierto?- tanto Ginny como Hermione asintieron con la cabeza- pues eso significa que pertenecen a la familia Li. En Oriente existen los clanes familiares de magia. Hay un número determinado de ellos y existen desde tiempos inmemoriales.
-Anda, nunca hubiera caído en eso- dijo Ginny - por lo que parece sabes mucho de eso, te lo traías bien escondido.
-No se mucho, solo algo general. Respecto a los diferentes clanes de Oriente, no conozco nada de sobre ellos en concreto.
Las tres posaron sus miradas en el libro, tenía unas tapas muy gastadas de tela roja. Se veía que tenía algunos años. En la tapa delantera tenía algo parecido a una cerradura color dorado. Miraron la cerradura intrigadas, se suponía que no debía llevar ningún tipo de llave, al menos ellas no tenían ninguno.
-Chicas, mirad- dijo de pronto Hermione al darse cuenta de algo que ella consideraba importante- ¿podéis ver el extraño símbolo que hay en la cerradura dorada?, si no recuerdo mal, me parece haber oído algo acerca de ella. Se ve que éstos son unos libros que se van actualizando sin ninguna necesidad de que se intervenga la mano humana. Seguro que aunque bajo ese aspecto de viejo que tiene vamos a encontrar cosas actuales en él.
-Nunca había oído hablar de algo similar- dio Sheila pensativamente-, pero no me extrañan esas ocurrencias en los hechiceros orientales.
Ginny dio la vuelta a la tapa del libro. En la primera página se encontraba un enorme carácter chino, que no podían entender. A partir de ahí se podía ver unas genealogías de los diferentes clanes orientales de hechiceros. También se encontraban algunas ilustraciones, e incluso fotografías de los más actuales. Se explicaba la vida de los más importantes de ellos.
Hermione dio la vuelta a unas cuantas hojas de golpe para ver la primera biografía al azar. Hermione y Ginny se quedaron sorprendidas ante el retrato que se habían encontrado y fueron directamente a leer el nombre escrito en grandes letras: Clow Reed.
-Creo que éste no coincide con lo que buscamos- dijo Sheila bruscamente cambiando de página enseguida-. Vale más que empecemos nuestra búsqueda en serio.
-Espera Sheila- le dijo Hermione-, creo que si no me equivoco, con ese Clow Reed se empieza a hablar de clan Li. ¿Por qué te pones así?, no hay nada de malo en que nos entretengamos un poco, además...
-Es igualito al profesor Hiraguizawa- terminó diciendo Ginny por ella-. Eso era lo que querías decir, ¿verdad?.
-Sí Ginny, eso mismo- le respondió Hermione poniendo de nuevo la página y observándola con más atención.
En la pintura se veía a Clow Reed, son su largo cabello azul sujeto con una coleta. Detrás de sus gafas se podía ver una expresión afable, que se reiteraba con la enigmática sonrisa que había en sus labios. Estaba vestido con una gran túnica color azul oscuro con los símbolos del sol y la luna y unos pantalones blancos. En sus manos sostenía un hermoso báculo del mismo color que su túnica. - Exactamente igual que el profesor Hiraguizawa- pensaron sorprendidas tanto Ginny como Hermione. ¿Qué estaba ocurriendo allí?. No podían entender muy bien, la respuesta más lógica era que ése fuera un ancestro de su profesor, ya que lo había heredado todo de él.
-Miremos un poco su biografía- dijo Ginny emocionada-. A ver, aquí dice que Clow Reed es reconocido por ser el hechicero más poderoso de Oriente y Occidente de su tiempo, su poder fue inigualable al de cualquier otro hechicero, después de su muerte nunca hubo otra persona que combinara en ella misma el poder del mundo conocido. Parece que hemos pillado a uno de los grandes...
-Sí, eso parece la verdad- dijo Hermione poniendo atención a lo que estaban leyendo.
Mientras ellas dos tenían suficiente trabajo leyendo la biografía, Sheila las observaba un poco apartada. No quería volver a ver esos ojos, le hacían mucho daño. Era exactamente lo mismo que le pasaba cuando miraba a Eriol, no podía evitar pensar en todo lo que les sucedió. ¿Por qué tuvo que recordar?, hasta que se rompió el sello de sus memorias era completamente feliz, algo que ya no podría ser nunca más. Ella estaba allí para llevar a cabo una determinada misión, no era fruto del azar su presencia en este mundo.
Esto era la explicación a su estúpida vida. Nunca había tenido a nadie a su lado, siempre había estado sola, sin padres ni hermanos ni amigos. En el orfanato era todo lo feliz que podía, se había dicho a ella misma que nunca dejaría que los que se encontraran a su alrededor estarían tristes, ellos no podían pasar por lo mismo que pasaba ella. Esa soledad no la merecía nadie.
Luego de pasar por muchos sufrimientos y seguir adelante, se dio cuenta de su terrible verdad: no pertenecía a este tiempo, sólo había renacido para un objetivo, y cuando éste se hubiera cumplido su presencia ya no era necesaria. No podía decir nada de esto a nadie, y menos a Ginny. Había sido su amiga desde que se habían conocido en Hogwarts, lo habían compartido todo y ahora no podía hacer nada más que mentirle siempre que hablaban sobre el extraño cambio de actitud que había aparecido en ella.
-Qué personalidad, me hubiera gustado conocerle- dijo Ginny- ¿Cómo debió ser en su juventud?, seguro que tenía el mismo aspecto que el profesor Hiraguizawa.
-Y lo que más me intriga- dijo Hermione- es que parece que tienen el mismo carácter, o al menos según como lo define en el libro. Son despreocupados, siempre sonríen enigmáticamente, pero hay algo en ellos que denota un gran poder.
-A ver que más encontramos por aquí- dijo Sheila esperando que cambiaran de tema-. Mirad, aquí hay una fotografía de una hermosa mujer, esa ya es de la actualidad.
En la fotografía se podía observar a una mujer vestida con un hermoso traje chino ceremonial. Tenía un delicado tocado colocado en la cabeza sobre su pelo negro. Sus ojos penetrantes eran de un color marrón muy oscuro. Tenía una mirada muy seria. Parecía una gran dama. Se quedaron casi sin palabras para poder admirarla.
-Yelan Li- dijo Ginny leyendo su nombre-. Esposa del difunto líder anterior del clan, Yuan Li que murió asesinado. Mujer muy poderosa y de carácter muy fuerte, es la tercera gran autoridad actualmente del clan Li, por detrás de su hijo y la esposa de éste. En su tiempo como líder, debido a la temprana edad de su hijo, pudo mantener a raya sin muchos problemas su autoridad en Oriente, aunque nunca llegó a conseguir que fuera reconocida como la persona más poderosa de Oriente.
-Sí que es larga su biografía- dijo Hermione mirando las páginas donde se relataban las hazañas de tan extraordinaria mujer-. Si aquí dice que actualmente es la número tres es que aún está viva. Parece muy joven, no lo sé, nunca diría que tiene cinco hijos.
-Las personas no siempre son lo que parecen- le recordó Sheila.
-Lo hemos encontrado- dijo Ginny llamándoles la atención y señalando una página del libro- ahí están ellos.
Había dos fotografías en la misma página. Las dos representaban a Sakura y a Shaoran en su traje ceremonial, el mismo que habían llevado en la presentación del curso en Hogwarts. Sus miradas eran frías y severas, igual que siempre. Se veía que la fotografía era reciente.
-Shaoran Li y Sakura Li- leyó en voz alta Hermione- actuales líderes del clan Li. Él es hijo de la señora Yelan Li, se dice que heredó todas las cualidades tanto físicas como psíquicas de su fallecido padre. Su autoridad es plena en todo Oriente, es el señor de los elementos y también el jefe del Concilio de Hechiceros de Oriente. Lleva a cabo todas sus obligaciones de manera irreprochable, algo muy extraño en un joven de tan corta edad.
-¿Qué?- gritó Ginny- ¿tantas obligaciones tiene?. Nunca lo hubiera pensado. Ahora entiendo porque todos se comportan con ellos de esta forma. Los profesores lo saben, saben quiénes son ellos.
-Y aún no lo hemos leído todo- puntualizó Hermione-. También hay algo relacionado con la señora Li, aunque su biografía es mucho más corta. Dice que es japonesa y la señora de las Cartas Clow, que convirtió en su niñez en las ahora llamadas Cartas Sakura. Hechicera muy poderosa y temida por todos sus enemigos. Ejerce perfectamente todas sus funciones al igual que su marido.
-Y como dato más importante- finalizó Sheila-, son considerados los dos hechiceros más poderosos de Oriente, donde no hay nadie que puede rivalizar con ellos.
Las tres se quedaron paradas durante unos momentos intentando procesar correctamente la información que habían encontrado. Ahora ya sabían un poco más sobre ellos, pero parecía que por mucho que supieran más, seguían siendo unas figuras oscuras, indescifrables y muy intrigantes.
-Y ahora la pregunta del millón es: ¿qué hacen ellos aquí?- dijo Ginny.
-Creo que lo que está claro es que fueron llamados por el profesor Dumbeldore- le respondió Hermione- lo que creo más probable es que el director tema un ataque inminente de el que no puede ser nombrado, Lord Voldemort.
-Lord Voldemort- repitió Ginny con un sensible escalofrío- aún me cuesta mucho llamarle pos u auténtico nombre.
-Ellos lo saben- dijo de repente Sheila-, lo intuyen. Saben que el fin del mundo se acerca- dijo con una voz muy oscura que no se parecía nada a su habitual tono de voz.
-¡Sheila!- le gritó Ginny dándole suaves golpecitos en su mejilla, que se había vuelto blanca y fría de repente- ¿Qué te está pasando?.
-¿Eh?, oh Ginny, no te preocupes por eso, pronto volveré a estar perfectamente- dijo la muchacha lentamente mientras poco a poco iba recuperando su color habitual.
-¿Estás segura que no te pasa nada?- le preguntó Hermione visiblemente preocupada.
-No, de verdad, ya me encuentro perfectamente. No me hagáis caso, a veces tengo visiones extrañas pero nada importante.
-Supongo que no tendrías ninguna razón para mentir a tu amiga- le dijo sonriendo Ginny- te creo.
Sheila se sentía muy mal consigo misma por ocultarle algo tan importante a su mejor amiga. Ginny tenía una fe ciega en ella, conocían todo la una de la otra, excepto ese pasado oscuro que no podía ser revelado.
-Miren que hora es- dijo Hermione al mirar su reloj de pulsera-. Creo que ya es hora que vayamos a comer. No me lo puedo creer, se nos han pasado las horas muy deprisa.
-Yo me muero de hambre- dijo Ginny sonriendo-. Tienes razón Hermione, ya es hora de dejar esto por ahora, además que este es nuestro día libre.
-Devolvamos los libros a las estanterías y vayámonos ya, estoy cansada- apuntó Sheila.
En pocos minutos ya pusieron todo en su sitio y volvieron hacia el pasillo de los libros normales de la biblioteca. El permiso de Hermione para consultar la zona de los libros prohibidos había terminado, ya pediría al profesor Binns otro un día de esos. Se habían enterado de bastantes cosas que se podían considerar importantes. Estaba decidida a hablar con Harry y Ron esa misma tarde en casa de Hagrid. Si ya sabían de su interés Ginny y Sheila, no tenía por qué seguir ocultando sus temores a sus amigos. Además eso no era justo para ellos. Si hubiera que enfrentarse a cualquier peligro lo harían juntos, como siempre habían hecho hasta ahora.
Mientras iban charlando tendidamente por el pasillo que llevaba al gran salón se cruzaron con Sakura y Shaoran, que iban a devolver el libro que se habían tomado prestado de la biblioteca. Los ojos de los señores del clan Li se posaron en los de ellas, que tuvieron que bajar la mirada al poco tiempo. Siempre que eran observadas de esta forma se sentían inferiores a ellos y no podían hacer nada más que apartar la mirada. La única que pudo resistir sin problemas esas miradas inquisidoras era Sheila, demostrando un gran temple.
Sakura y Shaoran se sorprendieron al ver de nuevo a la chica que había dicho esas palabras tan extrañas a Eriol. Veían que era algo más que una simple estudiante de magia, aunque no conocían exactamente que era lo que ocultaba. Además, eso era preocupación de Eriol, si él no entendía lo que le quería decir, ellos podían hacer poca cosa al respecto.
Después de los pocos segundos que duró este contacto visual, los dos grupos siguieron su camino sin ningún problema. Cuando las tres chicas ya estaban muy lejos y no había nadie en el pasillo, Sakura se acercó a Shaoran:
-Ellas lo han descubierto, saben quiénes somos.
-Yo también lo he visto en sus ojos- le respondió él-. Pero no me extraña demasiado, sabes que ellas son especiales, especialmente la chica de las trenzas negras. Hay algo en ella que me intriga, tiene su secreto muy bien guardado, no creo que se descubra ante nadie.
-Cierto, lo mismo pienso yo- asintió Sakura-. Tenemos que seguir nuestro trabajo y analizar a los alumnos lo más pronto posible. Espero que ellas no vayan publicando lo que han descubierto sobre nosotros, eso sólo deben saberlo a su debido tiempo a no ser que se quieran empeorar las cosas.
-No creo que digan nada- le dijo Shaoran-, se ven bastante inteligentes como para no hablar sobre nosotros a personas que no sean de su entorno. Supongo que los únicos que se enterarán de algo son los dos chicos esos que siempre van con ellas.
-¿En cuál de los dos has descubierto algo extraño?- le preguntó Sakura recordando una conversación que habían tenido con anterioridad.
-En el chico moreno de las gafas, el que lleva esa cicatriz en forma de trueno. No sé, parece que haya algo de su interior que quiera salir a la superficie pero que no puede. Él es el que nos dijo el señor Dumbeldore, ese niño que sobrevivió a Voldemort. Es mucho más poderoso de lo que cualquiera de aquí dentro se piensa o incluso él mismo.
-Vayamos a devolver el libro y nos dejamos de preocupar de esto por ahora- dijo Sakura dejando el libro en la estantería correspondiente-. Después de comer quiero ir a descansar a la habitación. La medianoche no es una hora buena para tener una reunión, quiero olvidarme de todo un ratito.
-Puedes estar tranquila- de dijo él pasándole el brazo por la cintura y empezando la marcha hacia el gran salón-. Tendrás todo el tiempo que necesites, si quieres lo puedo parar hasta que te encuentres en plena forma para asistir a la reunión.
-¿De veras harías eso por mí?- le contestó Sakura con cara inocente y mirando directamente a los ojos de su marido.
-Haría eso y más, sabes todo lo que me pides lo hago realidad- le respondió él de la misma forma.
Los dos volvieron a sus rostros fríos de siempre. Llegaron al gran salón y se sentaron en su mesa, la del lado derecho. Una vez sentados, vieron como el chico rubio que les había hablado de una forma muy insultante les estaba mirando fijamente. Estaban separados por algunas sillas de su misma mesa. Draco los odiaba después de lo que había ocurrido, ya empezaba a tener preparada su venganza, aunque aún le faltaban algunos retoques.
Llegó la tarde sin ningún contratiempo y Harry, Ron y Hermione salieron del castillo y se dirigieron a la pequeña cabaña de Hagrid, que se encontraba al lado del bosque prohibido. Él les recibió de muy buena gana, aún no habían tenido tiempo para charlar tranquilamente de nada. Les preparó un te y se pusieron a hablar sobre todo lo que les había ocurrido durante las vacaciones. Cuando ya empezaba a oscurecer, Hermione se dirigió a Hagrid:
-Tú sabes para que han venido ellos, ¿verdad?
Tanto Harry como Ron se la miraron con cara de auténtica sorpresa, no tenían la más mínima idea sobre lo que estaba hablando. Hagrid se puso un poco nervioso, eso se le notaba porque empezó a mover sus manos sin parar.
-¿De qué estas hablando, Hermione?- preguntó intentando poner una cara inocente.
-Ya basta Hagrid. Sabes que no eres bueno mintiendo- le dijo ella mirándolo con severidad-. Me refiero a los líderes de clan Li, ¿para qué han venido?.
-¡Qué!- exclamó Hagrid- ¿Cómo sabes eso?. Te has dedicado a investigarlos por tu cuenta, ¿verdad?. No podía esperar menos de ti, veo que sigues siendo tan audaz como siempre.
-¿Pero a qué te refieres, Hermione?- le preguntó Harry.
-A los señores Li. Sé quiénes son, no son sólo unos simples alumnos, son las dos personas más poderosas de todo Oriente. Me he enterado de algo sobre ellos en un libro que se encuentra en la sección de libros prohibidos de la biblioteca. Lo siento chicos, pero no os he dicho nada de eso hasta ahora, era eso lo que fui a hacer en la biblioteca. Me han acompañado Ginny y Sheila.
-Nunca me hubiera esperado eso de ti- le dijo un poco enojado Ron- así que no nos habías dicho nada de eso hasta ahora. ¿Por qué nos lo ocultabas?.
-No lo sé Ron, pero al final os lo he dicho, ¿o no?- le dicho Hermione suplicante-. Supongo que podréis perdonarme por eso, no es tan grave. La cuestión es qué hacen ellos aquí.
-Ni yo lo se con exactitud- le contestó Hagrid- sólo sé que un par de semanas antes de empezar el curso el señor Dumbeldore me dijo que este año tendríamos unos invitados muy especiales, ésa fue la primera vez que oí hablar de ellos.
-Su función aquí tiene que ver con Voldemort, ¿verdad?- dijo Harry mirando fijamente a Hagrid-. Vamos amigo, no nos puedes ocultar eso que es tan evidente. Desde la última vez que nos atacó directamente ya hace unos dos años. Eso es algo que me ha intrigado durante todo el verano, no ha dado ni la más mínima señal de vida.
-Pues eso que dices es muy cierto Harry- le contestó Hagrid- pero siento mucho no poder deciros nada más. Así que por favor, no volváis a sacar el tema y no os preocupéis. El señor Dumbeldore ya sabe lo que se hace, no hay por qué preocuparse. Nos vemos en clase, ¿eh?.
-Sí- contestaron los tres al unísono- hasta entonces.
Con esto salieron de la cabaña de Hagrid y volvieron hacia el castillo. Ya era casi la hora de cenar. Durante esa noche ninguna de las cinco personas que se habían enterado del secreto de los "invitados especiales" del curso no pudieron conciliar el sueño.
Ya era medianoche y en el despacho del profesor Dumbeldore empezaba a llegar un número importante de personas. Todas ellas lo hacían sigilosamente, la mayoría a partir de apariciones. Este movimiento de personas no perturbó para nada la calmada noche de los estudiantes.
-Ya estamos todos aquí- dijo el profesor Dumbeldore-. Sabéis que os he hecho venir aquí para presentarles a dos miembros nuevos, aunque la mayoría deberíais haber oído hablar de ellos. Es un placer presentarles a los líderes del clan Li: Shaoran y Sakura Li.
Shaoran y Sakura se levantaron del lugar donde se encontraban. La mayoría de los que estaban allí no los habían visto, puesto que se habían ocultado entre las sombras. Todos los miembros de la Orden del Fénix saludaron a sus nuevos compañeros. Todos habían oído algunos rumores sobre ellos, aunque nunca se habían imaginado que eran tan jóvenes.
-Y aún les tengo que descubrir un secreto, que se había ocultado por seguridad- siguió diciendo el señor Dumbeldore-. El señor Hiraguizawa es en realidad la reencarnación de Clow Reed, alguien de quien también se ha oído hablar mucho por los círculos mágicos. Espero que me perdonen por haber guardado este pequeño secreto.
Una exclamación salió de la garganta de casi todos los presentes por haberse enterado de esta noticia. Nunca lo hubieran imaginado. Allí se encontraba Eriol con su típica sonrisa. Los únicos que ya se habían enterado de eso eran los profesores de Hogwarts.
-Y ya terminadas las presentaciones empecemos por lo que habíamos venido. ¿Ideas?.
-Me gustaría hacer un pequeño comentario sobre las investigaciones que hemos llevado a cabo durante la semana que llevamos aquí- dijo Shaoran mirando a todos los demás que le escuchaban con atención-. Mi esposa y yo vamos analizando poco a poco a todos los estudiantes de Hogwarts para conocer su auténtico potencial. De momento nos hemos fijado en unas cuantas personas que podrían ser entrenadas con mayor intensidad, de esta forma contaríamos con más personas capaces y mejor preparadas para ayudarnos en nuestra lucha contra el enemigo.
-Entiendo su punto de vista señor Li- dijo una voz masculina que pertenecía a un hombre bastante joven, él era Remus Lupin, un hombre lobo que había sido profesor de Hogwarts- pero eso es muy arriesgado. Nos podíamos equivocar al elegir a esos estudiantes y las consecuencias de este entrenamiento sistemático podrían ser terribles para ellos.
-Puede estar tranquilo ya que nuestro método para estudiar la conciencia de las personas que pertenecen a este colegio es muy seguro- dijo Sakura un poco molesta al entender que ése hombre ponía en duda sus cualidades para estudiar a las personas-. Los líderes del clan Li no se permiten cometer ningún tipo de error. Para poder trabajar juntos sería mejor que se confiara en nosotros.
-¿Y cómo se puede confiar en ustedes si el sombrero seleccionador les puso en Slytherin?- preguntó Molly Weasley.
Los profesores eran los únicos que sabían en que casa se encontraban Sakura y Shaoran. Los demás se asustaron un poco, los de Slytherin no eran buenas personas por regla general, nunca podrían llegar a confiar plenamente en alguien que perteneciera a esa casa. El profesor Snape lanzó un resoplido furioso, sabía que el único que confiaba en él de verdad era el señor Dumbeldore exactamente por la misma razón por la que ahora se dudaba de ellos.
-No puedo obligarla a que confíe en mí- dijo Shaoran airadamente y acercándose amenazadoramente hacia la señora Weasley- pero creo que lo más conveniente sería crear una gran alianza para poder vencer juntos a nuestros enemigos de una vez para siempre. Yo tampoco tengo por que estar en este sitio junto a personas que dudan de mi, teniendo tanto que hacer en Hong Kong. Si hemos acudido a la llamada del señor Dumbeldore es porque creemos que es nuestro deber entendernos con todos los que están de nuestro lado, para así conseguir lo que todos queremos: que desaparezca esta amenaza del mundo.
-¿Entonces por qué no vuelven hacia donde pertenecen?- inquirió una voz femenina muy estridente, ella era Clare Jakson- Hasta ahora nosotros hemos sido capaces de defendernos solos, no sé por qué el profesor Dumbeldore tuvo que llamarles. Además que se muestran muy prepotentes, les recuerdo que no se encuentran en su casa, esto es Occidente y aquí funcionamos de una manera muy distinta a la autoridad de los clanes de Oriente.
-Por favor señorita Jakson- dijo la profesora Mc Gonnagall- creo que ese no es el momento apropiado para hablar así a nuestros nuevos miembros. Lo que necesitan estos tiempos difíciles es unidad.
-Pero profesora Mc Gonnagall- le espetó Dorian Andrews- ¿Cómo puede defenderles?. No creo correcto lo que han propuesto. Quieren entrenar a unos cuantos de los alumnos para que se conviertan en un ejército para luchar contra el enemigo. ¿Es que quieren ocultarse?, ¿De verdad no son tan poderosos como dicen?.
-Creo que no tenemos por qué ayudar a una organización de necios como ésta- dijo muy enfadada Sakura.
Los ojos verdes de Sakura estaban encendidos de ira, al igual que los de Shaoran. Los dos se levantaron rápidamente y miraron a los que les estaban dudando de ellos. Pudieron comprobar que los únicos que les apoyaban eran los profesores. Endurecieron aún más su rostro y los miraron con desprecio. Los miembros de la Orden del Fénix tenían la sensación de que les estaban leyendo la mente, tanto Sakura como Shaoran podían leer sus pensamientos sin ninguna dificultad.
-Señor Dumbeldore- dijo entonces Shaoran mirando directamente al director- con todos los respetos, creo que no merecemos el trato que nos han dado algunos de los miembros de su organización. A partir de ahora ya no pertenecemos a ella, aquí se han roto las posibilidades de una alianza entre Oriente y Occidente.
Y sin decir ninguna palabra más, los dos salieron del despacho y fueron directamente hacia su habitación. Hacía tiempo que no estaban tan enfadados, aún no entendían como aquellas personas que no los conocían podían haber dicho esas cosas de ellos.
En el despacho todos enmudecieron. La cara el profesor Dumbeldore se había endurecido al recordar el comportamiento que habían tenido algunos miembros de la Orden hacia los señores del clan Li, entendía perfectamente los motivos que les habían llevado a renunciar a la alianza que les había propuesto.
-¡No sabéis lo que habéis hecho, insensatos!- gritó el profesor Hiraguizawa, que también estaba muy enfadado-. Algún día recordaréis cómo habéis dejado pasar esta gran oportunidad que se nos había ofrecido. Los señores de los clanes orientales son muy reacios a la colaboración con Occidente, y ahora que habíamos conseguido dar un gran salto, por vuestras estupideces se ha echado todo a perder.
-Reflexionad sobre vuestro comportamiento- dijo el profesor Dumbeldor implacablemente hacia las personas que formaban la Orden del Fénix-. Ahora ya poco se puede hacer para solucionarlo, pero al menos podréis daros cuenta de vuestro error. Ya me diréis cómo pensáis hacer frente al peligro sin una unidad. Nos habéis creado un posible enemigo al que no os gustaría enfrentaros.
Así se terminó la accidentada reunión de la Orden del Fénix. La desconfianza había llevado a esa ruptura. El profesor Dumbeldore miraba apenado por la ventana, ¿Qué sería de ellos ahora?. Sería imposible que ellos solos pudieran neutralizar la amenaza que les venía encima, esta vez las fuerzas oscuras de Oriente y Occidente eran las que estaban unidas y ellos eran los que se habían distanciado.
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Notas de la autora. Vaya vaya, nos vemos de nuevo!. Ui, que malos estos de la Orden del Fénix... ¿qué pasará ahora?... todo se descubrirá después de la publicidad! Jajajaja
Bueno, dejo atrás mis salidas de cabeza. Ya sé que trato a Sakura y Shaoran como si de la realeza se tratara, pero es que a mi me gusta así!. Y podéis estar tranquilos, aunque la historia se centre en ellos (es que me encantan!), algunos de Hogwarts también tendrán un protagonismo destacado. Es bastante difícil eso de jugar con esos dos mundos, pero bueno, ya sabía donde me metía cuando empecé a escribir eso.
Como siempre quiero dar las gracias a todos los que me han dejado su mensaje!! Les quiero mucho!. Ahora me gustaría comentar algunas cosas que me habéis dicho:
Dark Luster Knight Zero: primero agradecerte mucho que me hayas escrito. La muerte de Tomoyo y Kero no ha gustado a muchos, pero que se le va a hacer... Ya veremos como sigue.
Princess Lalaith: Bueno, siento mucho anunciarte que Tomoyo no aparecerá, al menos físicamente, en esta historia. ¡Perdóname!. Pero se me está ocurriendo una próxima historia para cuando termine ésta donde si tendrá un papel importante. Ya veremos como termina todo esto. Después, en este capítulo ya he explicado un poco mejor quién es Sheila, lo que falta lo sabrás dentro de poco, jeje!
Akumi: gracias por los ánimos!. Pues sobre Touya y Yukito... bueno aún tendrás que esperar un ratillo más... ¡lo siento!.
Tato: creo que ya te he dicho todo lo que tenía que decirte, pero igualmente te incluyo en la lista de agradecimientos.
Kisuna chan: uee! Siento informarte que esta historia no será tan larga como una telenovela... que aquí la autora (o sea yo) no tiene bastante tiempo para eso!. Sobre tu pregunta de que si Harry saldrá más... si, va a salir más cuando la trama esté un poco más avanzada.
Ahora ya estoy!. Lo que tengo que comentar es que nunca me imaginé que llegaría este momento tan feliz!. Ya llevo unos cuantos capítulos, ¿eh?, y yo que me pensaba que esto de escribir se me iría de la cabeza rápido... Bueno, ahora solo falta esperar hasta que nos volvamos a ver! Un saludo a todos los que estén leyendo esto.
